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La Clase Media en perspectiva

La Clase Media en perspectiva

Durante los últimos seis meses, el BM (Banco Mundial) y el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) han producido sendos documentos que destacan los importantes avances de la clase media en el Perú. (Ver: La Movilidad Económica y el Crecimiento de la Clase Media en América Latina (BM) y La Clase Media en Perú: Cuantificación y evolución reciente (BID). En ambos casos, en Lampadia hemos destacado estos magníficos resultados.

 

Hasta hace poco eran los izquierdistas anti sistema los que se esmeraban en negar los avances económicos y sociales producidos en el país durante los últimos veinte años. Primero negaban el crecimiento, luego la reducción de la pobreza, luego la caída de la desigualdad, y después su alcance. Todo esto ha ido quedando desvirtuado por la realidad y la contundencia de nuestra recuperación desde aquellas fatídicas décadas perdidas de los años 60, 70 y 80. Toda la información correspondiente a estos avances está disponible en nuestro portal. 

Ahora se suman al negacionismo algunos analistas económicos y sociales de renombre como Alfredo Torres de IPSOS(Ver: El Tamaño de la  clase media), Elmer Cuba de Macroconsult y Gustavo Yamada de la Universidad del Pacífico. Por ejemplo Torres dice que “La noticia (del BID) fue celebrada por algunos periodistas y analistas como expresión de éxito del modelo económico. El entusiasmo es comprensible, ya que si 7 de cada 10 peruanos son de clase media, podemos dormir tranquilos: la estabilidad política está asegurada”. Agregó: “Mi objeción al triunfalismo con que fue recibida su nota técnica es que debemos evitar caer en la tentación de cantar victoria antes de tiempo”.

No sabemos quién habrá cantado victoria. En Lampadia siempre insistimos que más allá de nuestros avances positivos, está pendiente una importante agenda temas como educación, infraestructuras, instituciones y clima de inversión. Pero de ahí a echar agua fría a los indicadores de nuestro proceso de recuperación, hay un gran abismo. 

Que Torres duerma tranquilo con los resultados de IPSOS, no significa que ha ganado la guerra, pues seguro que a la mañana siguiente se levantará a seguir luchando por superar sus logros. De igual forma, los peruanos debemos estar tranquilos conlo avanzado y seguir luchando por la prosperidad y el bienestar general, que obviamente están lejosaún. Lo que esinconducente es negar lo positivo.

Señor Torres, nada está asegurado en el Perú. No está asegurada la estabilidad económica y, menos la política. El Perú es un país en construcción, está aún en proceso de recuperación , recién en el 2006 hemos recuperado el PBI per cápita que teníamos en el año 1975, pero todavía no recuperamos el PBI pc que ese año teníamos con respecto al resto del mundo que, mientras nosotros dejamos de invertir y de crecer por treinta años, ellos sí lo hicieron.

Nuestra clase dirigente debiera tener la filosofía y la actitud de los “Padres Fundadores”, perspectivahistórica, visión de futuro y un toque de optimismo invite a los ciudadanos a perseverar en el duro camino del progreso, alimentando el espíritu con los logros.

Sobre la clase media en el Perú, lo primero que hay que decir, más allá de las cifras, es que así como nuestros pobres y nuestros ricos son mucho más pobres y mucho menos ricos, que los pobres y los ricos de los países avanzados, así también nuestra clase media es menos próspera que la de esos países , con acceso a menos productos (llámenle lavadoras), con menos capacidad de ahorro, etc., etc.

TheEconomist, refiriéndose a la pobreza global, en su edición de la primera semana de junio del 2013, titula su edición: “Hacia el final de la pobreza” (Towardstheend of poverty), y basa su análisis en el indicador global de la línea de la pobreza de US$ 1.25 por persona y por día. Indican por supuesto que la línea de la pobreza es diferente en los países más ricos. Para Estados Unidos es de US$ 63 por día para una familia de cuatro personas. Definen muy bien lo que es pobreza y consideran relevante hacer su análisis sobre esa base. Veamos un gráfico representativo de su análisis:

En el caso peruano, el INEI usa para la línea de pobreza, US$ 2,25 por día y por persona. En los informes indicados, para el límite inferior de ingresos de la clase media, el BM usa US$ 4 y el BID US$ 4 restando el porcentaje de población que se auto declara como pobre.

En Lampadia insistimos en juzgar nuestros procesos sociales viendo películas y no solo fotos de la mañana en el mercado. Revisemos una de esas películas en el siguiente gráfico que nos muestra cómo ha caído el porcentaje de peruanos con ingresos menores a US$ 1.25 por día, desde el año 1999.

Obviamente una buena parte de nuestra clase media es vulnerable, el Perú es vulnerable, por eso necesitamos alumbrar el camino y alimentar los espíritus, merituando los logros y marcando la agenda pendiente.




Crecimiento descentralizado

Crecimiento descentralizado

En el artículo Crecimiento divergente, publicado en Día_1 de El Comercio del lunes 10 de junio, Efraín Gonzales de Olarte, economista  y vicerrector de la PUCP, nos presenta un país centralista, donde el centro (Lima y Callao), lidera los indicadores económicos, produce el 50% del PBI y su producto per cápita dobla al del resto. Sin embargo, esta visión estática, no recoge la dinámica de nuestra economía, es como ver la historia con la última foto, la de hoy, sin recoger los procesos sociales, las películas.

Gonzales llega a sostener que “en cada fase de auge del ciclo económico, el centro crece más rápido que la periferia, es decir, se acentúa la divergencia y desigualdad”. Esta afirmación no es rigurosa y no refleja nuestra realidad.

La verdad es que la evolución de nuestra economía en los últimos 20 años ha sido única en nuestra historia, tanto por su intensidad como por su calidad y alcance. Hemos crecido alto y sostenidamente, afirmando un proceso pro pobre y pro clase media , como indica el BID y, además, contrario a lo manifestado por el autor de la nota indicada, el desarrollo ha sido pro provincias, como lo hemos informado muchas veces en Lampadia.

Nuestro crecimiento, más allá de haber reducido la pobreza, la desigualdad y la desnutrición infantil, también ha sido mayor en las regiones, creando en ellas más empleo y un mayor aumento de los ingresos. Como se ve en el cuadro anterior entre el 2001 y el 2010, el empleo y los ingresos han crecido más aceleradamente en provincias que en Lima.

En cuanto a la desigualdad, el INEI, el Banco Mundial y la Cepal destacan que, entre el 2001 y el 2011, la desigualdad en el Perú disminuyó en alrededor del 14% (reduciéndose el coeficiente Gini de 0.525 a 0.452), uno de los descensos más rápidos de la región.

Pero Gonzales no solo se equivoca con las relaciones entre el centro y la periferia, sino también con las relaciones dentro de cada región. Señala que “estas mismas características las podemos encontrar en cada región, donde también hay divergencia entre el crecimiento de cada ciudad y de su entorno rural”.

La respuesta a esta inexactitud está en el extraordinario libro de Richard Webb, Conexión y despegue rural, que muestra que en la sierra rural, la región más pobre del Perú, se ha producido una revolución económica y social sin precedentes. Su conclusión es contundente: Mientras en el período de casi cien años, de 1900 a 1994, el crecimiento de los ingresos de las familias rurales, fue de solo 1.4% por año, entre 1994 y el 2011, se incrementaron a un ritmo de 7.2% anual.

Por otro lado, el INEI (ENAHO) muestra que entre el 2001 y el 2010, los ingresos en el sector rural crecieron en 83%, mientras que en el área nacional urbana aumentaron en 46% y en Lima Metropolitana en 34%. ¿De dónde sale, pues, el argumento de que las ciudades de las regiones crecen más que sus áreas rurales?

A modo de conclusión podemos afirmar que las cifras muestran que el país atraviesa por un franco proceso de crecimiento y de descentralización económica. El camino es el correcto, no hay que turbar el proceso, lo que si tenemos que hacer es enfrentar nuestras limitaciones en educación, infraestructuras, calidad institucional y clima de inversión.

 




¿Agenda Comercial paralizada?

¿Agenda Comercial paralizada?

El Perú es uno de los países latinoamericanos que cuenta con más acuerdos comerciales, hecho que causa admiración entre algunos mandatarios de la región. Por ejemplo, en la última reunión de la Alianza del Pacífico, Juan Manuel Santos, presidente de Colombia –según información de El Comercio- le hizo saber al presidente Humala que sentía una sana envidia por la política comercial peruana, que cuenta con una veintena de acuerdos comerciales que cubren  más del 90% de nuestro comercio exterior.

La apertura comercial es una de las reformas económicas más importantes de los últimos 20 años, ha permitido, entre otros importantes impactos, que nuestras exportaciones no tradicionales (2003 – 2012), crezcan 252% mientras las tradicionales solo 96%. Es decir, el libre comercio le está permitiendo al país crecer de manera sostenida, diversificando su estructura productiva y, sobre todo, reduciendo la pobreza y la desigualdad.

Sin embargo, las críticas al gobierno por haber paralizado la Agenda Comercial  son cada vez más frecuentes. Por ejemplo, Eduardo Ferreyros, Gerente General de Comex y ex ministro de Comercio Exterior y Turismo, dice que, desde que Ollanta Humala, asumió el gobierno, en julio del 2011, la agenda comercial del Perú está paralizada.

Al respecto se ha informado que no obstante que algunos países han manifestado su voluntad de firmar acuerdos de libre comercio, como la India, Turquía e Israel, no hay avances significativos. Por su lado, en el gobierno se defienden señalando que la Agenda Comercial no está paralizada sino que todos los esfuerzos están concentrados en la negociación del Acuerdo Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés).

José Luis Silva, titular del MINCETUR, sobre el acuerdo con la India, “en el primer trimestre del 2013 sabríamos si se aprueba el informe de factibilidad” (diciembre 2012). “Seguimos evaluando, va más allá de lo técnico, hasta lo político. Estamos consultando a los gremios empresariales para conocer las sensibilidades” (21 de febrero 2013).

“En la época en que fui ministra, llegamos a negociar hasta 10 tratados de libre comercio en paralelo y con el mismo personal”, declaró Mercedes Aráoz, también ex ministra de Comercio.

En el afán de esclarecer el tema aquí les presentamos tres interesantes artículos publicados los últimos días:




Amanecer andino

Amanecer andino

Cuando hace tres años Richard Webb comenzó a visitar las zonas más alejadas de nuestra sierra rural para efectos de la investigación (“Conexión y despegue rural”) que acaba de publicar la Universidad San Martín de Porres, esperaba encontrar lo que había aprendido a relacionar con el lugar desde sus primeras visitas: “tierra, atraso, pobreza y desesperanza”.

Lo que Webb encontró fue muy diferente: “una explosión de emprendedurismo […] un hervidero de movimiento”, según lo ha resumido en una reciente entrevista con este Diario. “Es otro Perú adentro”.

Para descubrir qué había detrás de estas impresiones, Webb y su equipo empezaron a estudiar 176 distritos rurales seleccionados aleatoriamente entre el tercio más pobre de los 1.833 distritos del país. Lo que muestra la data que levantaron con estas investigaciones, sumada al análisis que posteriormente hicieron de otras cifras ya existentes, es impactante. Es como si a mediados de los noventa nuestro ande hubiese comenzado a sacar los pies de la especie de pantano económico en el que había estado atrapado secularmente (Webb sostiene que durante “dos mil años o más” la economía rural andina no había podido salir de un esquema de subsistencia) y no hubiese dejado de avanzar desde entonces.

Por ejemplo, solo entre el 2001 y el 2011 en estos distritos el jornal agrícola promedio aumentó en 73%, el precio de la hectárea de tierra agrícola en 88% y el precio de una casa en el centro del pueblo distrital en 166%. Los datos que Webb analizó en una mirada más panorámica sobre el total del área rural andina, por otra parte, eran todavía más poderosos: si entre 1900 y 1994 el ingreso rural por habitante en la sierra creció a un ritmo de 1,4%; desde 1994 hasta el 2011 comenzó a crecer a un ritmo cinco veces mayor (7,2%).

¿Qué fue lo que hizo posible el desempantanamiento? Pues Webb destaca, en primer lugar, la conectividad. A partir de 1995 se triplicó la construcción anual de caminos, al tiempo que se mejoraba la calidad de los mismos. Lo que esto significó para acercar a personas y, por lo tanto, crear mercados, es difícil de subestimar: solo en el antes mencionado período 2001-2011 el tiempo promedio que tomaba ir de la capital de cada uno de estos distritos a la ciudad más cercana se redujo a la mitad.

La infraestructura de conexión que empezó a penetrar aceleradamente nuestra sierra rural desde 1995, por otro lado, no consistió solo en caminos. Por esos caminos llegaron profusamente los celulares, Internet y los colegios secundarios (la educación es otra forma de conectarse con el mundo). Y también otro tipo de infraestructura como la electricidad, que tiene en común con la de conexión ser un instrumento de empoderamiento.

Eso fue, sin embargo, solo parte de la receta. La otra parte la puso el emprendedurismo de la gente, que, como dice Webb, ha “agarrado” estos instrumentos “con las dos manos”. Desde 1994, cuando empezaron a tener caminos para sacar sus productos (como para que tenga sentido apuntar a una producción que no sea solo de subsistencia) o energía (como para poder congelar lo que uno produce y así poder sumar más stock), la producción agrícola por habitante de nuestra sierra rural comenzó a aumentar a un ritmo de 5% anual (7 veces más que el exiguo 0,7% anual al que aumentó durante los 94 años anteriores).

Esto, claro, desmiente el socorrido mito con el que ciertos sectores reaccionarios pretenden convencernos de que el crecimiento no ha llegado a la sierra rural y ha sido solo el privilegio de algunos enclaves del país. Si los caminos pudieron llegar a todos estos distritos, fue con el dinero que el crecimiento produjo para el Estado. Y si tuvo sentido para los campesinos andinos aumentar consistentemente su producción para poder sacar gran parte de ella por esos mismos caminos, fue porque al otro lado de estos últimos había cada vez más personas con mayor capacidad adquisitiva.

De hecho, no solo es verdad que el crecimiento ha ayudado enormemente a estos sectores, sino que los ha ayudado más que a las ciudades (entre 1994 y el 2011 el crecimiento del ingreso por habitante en estos distritos fue 2,5 veces mayor que el de las zonas urbanas). Otra cosa es qué tan atrás estaba nuestra sierra rural cuando comenzó a avanzar: para todo efecto práctico, en el medioevo.

Así pues, el crecimiento que la economía de mercado ha traído para el Perú está haciendo que, como dice Webb, “por primera vez en la historia del Perú estemos avanzando de una forma integrada como país”. Y lo está haciendo no de una forma en que las personas son cargadas hacia adelante por un Estado benefactor, sino de una forma en que este les permite empoderarse. Empoderarse y desplegar unas energías emprendedoras que, además de progreso material, traen un legítimo sentido de orgullo personal (“Bienvenidos a Gamarrita”, se anunciaba en el cartel de una feria que Webb visitó en Huancavelica). Todo lo cual explica, en fin, la palabra que el economista usa para describir lo que significaría no seguir alimentando este crecimiento y que, demás está decirlo, nuestro Diario suscribe plenamente: “pecado”.

Tomado de El Comercio, 12 de marzo, 2013




Medio millón de pobres menos

Medio millón de pobres menos

El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) anunció que poco más de medio millón de peruanos salieron de la pobreza el año pasado y, lo cual es quizás aún más importante, más de la mitad de los mismos vive en las zonas rurales. Hay una descripción muy amplia y detallada de esta información en una nota de prensa (ver), una presentación (ver) y un informe técnico (ver) del INEI.
 
Un importante pero poco comentado trabajo de investigación descompone la reducción de la pobreza en nuestro país entre aquélla que resulta del crecimiento económico y aquélla que responde a los programas sociales. Según el estudio, el 80% de la reducción de la pobreza está explicado por el crecimiento económico (ver). En esencia, el mayor crecimiento económico se traduce en un aumento en la cantidad y la calidad del empleo y, por tanto, en una reducción de la pobreza y una mejora del bienestar. Asimismo, resulta en mayores impuestos que pueden financiar las actividades del Estado orientadas a beneficiar a quienes se encuentran en desventaja para aprovechar las oportunidades de progreso que ofrece el crecimiento económico. Mejorar la calidad del gasto público es esencial para incrementar en mayor medida el bienestar. Quienes niegan los resultados del crecimiento se equivocan o mienten por razones políticas. Volveremos a este punto.
 
El siguiente gráfico muestra la evolución de la pobreza monetaria en nuestro país, en las áreas urbanas y rurales. 

Dada la contundencia de la evidencia, los que no pueden aceptar el éxito del crecimiento basado en la inversión privada no les queda más que cuestionar al mensajero. Según ellos, el INEI es débil y, por tanto, las cifras de pobreza son cuestionables. Estamos de acuerdo en la necesidad de fortalecer al INEI y asegurar su independencia. Javier Escobal de GRADE, un connotado especialista del más prestigioso centro de investigación de políticas públicas del país, ha publicado recomendaciones sobre el INEI que son ignoradas hace años (ver). El mismo Javier Escobal y otros reconocidos especialistas son parte de una Comisión Consultiva que supervisa las cifras de pobreza del INEI. Por eso son confiables.

Los necios o interesados también desinforman sobre otros temas. Sostienen que aunque la pobreza caiga la distribución del ingreso empeora. La evidencia también los desmiente (ver gráfico 2).

 

La crítica que hay que hacer es que el acceso a oportunidades no ha mejorando en la medida que podría haberlo hecho. Jaime Saavedra, ex colega de Javier Escobal en GRADE y hoy funcionario del Banco Mundial, editó una publicación sobre el acceso a oportunidades en América Latina (ver). El acceso a oportunidades ha mejorado muy poco en nuestro país. Intuitivamente, hubiéramos esperado que el acceso a oportunidades mejorara significativamente, considerando el notable aumento de recursos fiscales a raíz del crecimiento económico y del boom de los precios de los minerales. Pero esto no ha ocurrido.
 
El problema más grave, entonces, es que el Estado no ha sido capaz de aplanar el piso del acceso a las oportunidades. Si lo hiciera, no sólo reduciría aún más la pobreza sino que solidificaría las bases del desarrollo sostenible de nuestro país. Esta es la agenda de políticas públicas pendiente, que debería priorizar la institucionalidad, salud, educación, infraestructura e innovación. Hay que insistir en ella. Negar que la pobreza se está reduciendo o que esto es muy positivo es inmoral, en nuestra opinión, además de ser una mentira usada para manipular a la gente con fines políticos ajenos al progreso del país.




“Hay una explosión del emprendedurismo rural”

“Hay una explosión del emprendedurismo rural”

El destacado economista Richard Webb, presidente del Instituto del Perú y ex presidente del BCR, relata en la siguiente entrevista las principales conclusiones de su libro “Conexión y despegue rural”, el cual ya es considerado un estudio revolucionario. Asegura que el Perú vive su mejor momento y que sería un pecado retroceder. La entrevista es de la periodista Milagros Leiva.

Estuve leyendo el reporte que hizo “The Economist” acerca de su investigación sobre el despegue rural en el Perú y los halagos a su estudio. Entre otras cosas usted señala que hemos mejorado. En 1940 el Perú era 65% rural y 35% urbano, ahora más del 80% de los peruanos vive en las ciudades. ¿Qué hace falta para que ese 20% alcance el desarrollo?

Todavía es como 25% rural. El problema es que ellos siguen viviendo en situaciones extremadamente difíciles para el desarrollo. Es un patrón de residencia que estaba bien para una economía de subsistencia, que es como la población peruana ha vivido durante dos mil años o más. Cuando llegó la posibilidad de tener otro nivel de desarrollo, gracias a la tecnología y comercio internacional, ese patrón de vida no estaba bien adaptado porque es disperso. La gente vive en pequeños núcleos de población en una punta del cerro, en una quebrada. Viven desparramados.

¿Para superar la pobreza hace falta aglutinar a esas familias, a esos centros poblados?

Sí, y está dándose. Es justamente lo que está pasando, pero todavía falta mucho para completar el proceso. Según las estadísticas, la población rural ya no es como antes que crecía lentamente, menos que las ciudades, pero siempre crecía, hoy está bajando.

Ha dicho que 3 de cada 4 peruanos no trabajan en el campo…

Pero ese uno es 25%, todavía es un montón de gente que sigue saliendo del campo. ¿A dónde se está yendo? Ese es uno de los aspectos que más me interesa de este trabajo. Ya no se están yendo a las ciudades sino a los pueblitos. Los pueblitos están creciendo más rápidamente que Lima, Chiclayo, Trujillo o Arequipa. Hace 30 años el campesino vivía en su chacra en el cerro, abajo había un pueblito y allí no había colegio secundario, médico, electricidad, teléfono y mayormente no había caminos o eran pésimos. Hoy día tienen todo. Y tener posibilidad de movimiento y estar en contacto ayuda a la productividad de varias formas. Lo más obvio quizás es que puedes sacar tus productos. Antes la producción agrícola se consumía donde se producía. Hoy ya se pueden sacar los productos porque hay más caminos.

En los últimos diez años se han construido 50 mil kilómetros de caminos rurales que era lo mismo que se había registrado en los 50 años previos. ¿Pero acaso son suficientes?

No, claro que no, todavía es muy reciente. Estamos hablando de 15 años, donde todo ha empezado a levantarse, pero estamos partiendo de un nivel atrasadísimo y dificilísimo. El Perú tiene una de las geografías más difíciles del mundo. Un economista muy prestigioso francés vino al Perú por los años 50, Louis Baudin, y escribió un libro famoso que se llama “El imperio socialista de los incas”. Él no podía entender cómo se podía vivir en un país con una geografía tan difícil. La primera vez que subí manejando a Huaraz todo era tierra; Huancavelica, tierra y caminos terribles con curvas y caídas… Eso era lo normal. Un chofer taxista me dijo que antes había sido camionero y que iba a Pucallpa. Estamos hablando de los años 60. Me contó que el viaje de Lima a Pucallpa en camión duraba cinco o seis días. Así de primitivos éramos.

¿A cuántas poblaciones rurales ha llegado su estudio?

A 50 distritos en cinco provincias de extrema pobreza. Escogimos Chumbivilcas en Cusco, Acobamba en Huancavelica, Cotabambas en Apurímac, Pachitea en Huánuco y Celendín en Cajamarca. De todos, Celendín es el de menos extrema pobreza. El estudio duró más de tres años.

¿Después de estos viajes qué puede concluir? ¿En qué momento del Perú estamos?

En un buen momento. Estamos avanzando rápidamente, y por primera vez en la historia del Perú estamos avanzando de una forma integrada como país. Casi no se podía hablar de país antes, hoy sí. La gente se está moviendo, ahora tienen teléfonos y caminos. La conexión viene también con educación y ahora hay menos analfabetismo. El castellano se está volviendo la lengua peruana y estamos conectados. Además, con el DNI, ya casi no hay gente indocumentada. Estamos hablando de hechos. Se está produciendo un salto que nunca antes ha habido en el Perú. Nunca antes la población rural ha tenido la experiencia de una mejora tan grande, hoy están las condiciones para seguir avanzando.

¿Cómo está encaminado el Perú con el gobierno de Humala? En la última semana hubo un terremoto político con la posible compra de Repsol y el supuesto desvío a la gran transformación.

Hasta ahora felicito al gobierno en el manejo de la economía, pero también veo una serie de deficiencias. Una de las que más me preocupa es el terrible problema de la informalidad, que es un problema que no hemos legislado con sentido práctico sino utópico. Se ponen estándares que solo algunos pueden cumplir y los que no, quedan afuera como ilegales, evasores, que es bien injusto en la mayoría de los casos. Es gente tan pobre que no puede tener un contador para manejar una bodega y pagar impuestos.

¿Cómo hacemos entonces?

Si queremos que la cosa vaya reduciendo, se tienen que imaginar esquemas de política más razonables, más universales y prácticos. Eso es entrar en la verdadera reforma del Estado. Se entra al problema con la imagen de la pensión, del salario mínimo, de las protecciones; simplemente hay que recortar esa imagen para bajarla a un nivel realista para el país. La gente que habla y piensa y requinta y exige y legisla, todos tienen esta imagen de algo como debería ser; no se atreven a aceptar otras realidades. La formalización no puede hacerse con esos estándares que tenemos en Lima.

¿Y qué piensa usted de los programas asistencialistas creados por Humala?

Pensión 65 me parece bien, así como está formulado, como una cosa bien dirigida a una extrema necesidad. Lo que yo quisiera ver es algo más de energía en cuanto a todo lo que está bajo la categoría de no regalar pescado sino enseñar a pescar. Hay que ayudar a la gente a producir más.

Humala empezó su gobierno hablando de inclusión. ¿Cómo entiende usted esta palabra?

Como el tener las mismas oportunidades para ser productivo y me remito a lo que hablábamos al principio: tener caminos, escuelas secundarias, electricidad, telecomunicaciones. Son instrumentos que te empoderan, porque uno ve que la gente cuando le ponen los instrumentos los agarra con las dos manos. Eso es lo que se está viendo. Hay una explosión de emprendedurismo rural. Se está viendo a nivel rural lo que antes se dio a nivel urbano. Todo lo que nos fascinamos con Gamarra, ahora pasa en el campo, pero no se creía, no se trasladaba esa posibilidad a lo rural. Hay una idea más pesimista.

Muy paternalista, por cierto. ¿Esa visión está cambiando?

Recién. Hay mucha gente a la que todavía no le entra la idea, están incómodos con la idea y tienden a rechazarla; pero los estudiosos del tema rural ya están discutiendo las mejoras. Obviamente se enfatiza la desigualdad y los problemas ecológicos, y puede haber verdad en todo eso, pero creo que no llegan a un reconocimiento suficiente de la dinámica que se está dando.

¿Y usted qué enfatiza?

En mi libro tengo una cita de Manuel Vicente Villarán, quien en el año 1908, o sea hace 105 años, refirió, en su tesis, que en ese entonces el pesimismo era bastante más fuerte todavía y se vinculaba más a concepciones racistas: nunca van a poder, nunca van a aprender. Él refutó totalmente e hizo una afirmación extraordinariamente visionaria. Villarán dijo: Esa gente ni produce ni consume, se dice, pero el día en que se le ponga caminos, ferrocarriles, ya verán cómo se levanta. Tanto que un día van a levantarse más que nosotros en las ciudades, en términos económicos. Bueno, yo lo que quisiera es que la gente se diera cuenta de que él acertó totalmente.

Hace poco escuché a un político decir que solo quien entienda el emprendedurismo podrá ganar la próximas elecciones y ser, además, un buen gobernante. ¿Usted también cree eso?

El emprendedurismo es parte del cuadro. El primer día de mi primer viaje que fue a Chumbivilcas, estaba cruzando un altiplano cusqueño, donde ya no hay árboles, pobre, no había casi nada, poquísimas casas, y pasamos una feria. Treinta personas al lado de la pista de tierra. Paramos para conversar y caminamos entre la gente. Estas señoras sentadas con su falda abierta con cebollas y otras cosas desparramadas alrededor vendían tres libros. Uno de ellos era “El éxito es una decisión” de David Fischman, el gurú del emprendedurismo. Los otros dos libros: “La vaca” y “La vaca para jóvenes”, de Camilo Cruz, algo que no entendía. Unos días después estaba en Javier Prado, en un semáforo esperando y vi a un chico vendiendo los mismos libros de “La vaca”, los compré. Pura psicología del emprendedurismo. Te alienta, te enseña a crecer, a vencer tus inhibiciones. Hablamos de gente que está afuera, marginada y que hay que incluir, pero en uno de los lugares más remotos del Perú están leyendo los mismos libros que en San Isidro y son libros que tienen que ver con el emprendedurismo popular. En Paucará, Huancavelica, encontré una feria que decía: “Bienvenidos a Gamarrita”. En Chumbivilcas, un restaurante se llamaba Chifa Gastón y estoy seguro de que antes no se llamaba así.

¿Esperó encontrar todo eso?

No, para nada. Yo me fui con la foto que tenía en la cabeza de mis primeros viajes a la sierra. Tierra, atraso, pobreza y desesperanza. Pueblos sin luz. Eso esperé encontrar y viví todo lo contrario, pueblitos que han explosionado, un hervidero de movimiento. Nunca me imaginaba tanta conexión, tanto movimiento. Es otro Perú adentro. De ese grado de conexión tenemos que darnos cuenta.

¿Este es nuestro mejor tiempo?

Sí, de todo el Perú que he vivido, no creo que hayamos tenido un mejor momento que este. Estoy convencido. Y no solo la economía, la democracia se ha desarrollado mucho durante mi vida, tenemos un Estado más completo, un Estado que debería tener una nación y no solo una ciudad, a pesar de los problemas y grandes debilidades. Sería un gran pecado no aprovechar este crecimiento.

¿Qué le diría a los 9 millones de peruanos que son pobres?

Hay 9 millones de peruanos que son económicamente pobres, pero no creo que sean pobres en otros sentidos. Los alentaría a mantener la esperanza de que van a salir de su pobreza monetaria. Es posible y ahora más que nunca.

“Humala no me asusta”

¿Se está construyendo un proyecto reeleccionista con Nadine?
La realidad es que no lo pienso. Uno escucha por todos lados comentarios. Evidentemente es una primera dama muy activa y personalmente eso no me preocupa. Al contrario, me parece que falta gente en el gobierno y que ella está haciendo cosas. Mi impresión es que está ayudando al presidente.

¿Usted está a favor del indulto a Fujimori?
A favor. Por dos razones: siempre me pareció algo injusto el juicio, la condena, y segundo por su enfermedad.

¿Siente que los monotemas Nadine y pedido de Indulto a Fujimori son una telenovela política que nos distrae de lo central?
Sí, hay una tremenda ausencia de consideración seria, pensada, discutida, sustentada, de las grandes opciones del país. Ahora se está tratando de retomar el concepto de una oficina de planificación en el país. Ojalá y se vuelva un instrumento. Se necesita mucho más que eso. Tenemos el Acuerdo Nacional, pero está pintado.

¿Cómo describe a Humala como gobernante?
Como alguien que tiene valores, que sí tiene una preocupación por el país, tiene cierto sentido común y valores humanos. No me atrevo a aventurar mucho, me refiero a lo político. Humala no me asusta.

Entonces no cree que sea parte del eje chavista…
No lo creo, eso es algo de corazoncito. Hay que recordar la relación que él ha tenido. Sin duda le debe muchísimo a Chávez. Es entendible eso. No sé cuán amigos eran, pero sí tenían una buena relación.

Tomado de El Comercio, 5 de mayo, 2013




El corcho del crecimiento

El corcho del crecimiento

Las declaraciones hechas por altas autoridades del Gobierno al inicio de la reunión en Lima de la versión latinoamericana del World Economic Forum son una muestra más de cómo el Gobierno tiene el acierto de promover en el exterior la inversión en el Perú. Lo desconcertante, sin embargo, es que no haga lo mismo dentro del país, donde más bien permite cada vez más que el peso de sus kafkianas sobrecargas administrativas y de su ausencia de predictibilidad jurídica paralicen inversiones que ya suman varios miles de millones de dólares.

Si la causa de esto es que el Gobierno ha asumido el crecimiento como algo que es ya simplemente una característica consustancial del Perú –como, digamos, el cruce de las corrientes de Humboldt y El Niño–, pues entonces vamos a ver sorpresas.

De hecho, tenemos señales de que dos de los principales sectores de nuestra economía se están deteniendo. En efecto, este marzo la importación de bienes de capital y materiales para la construcción ha caído en 9,5% (luego de 39 meses continuados de crecimiento) y ha sido un 20% menor a la que se registró en marzo del año pasado. Y esto solo viene a sumarse a la ya antigua y continuada noticia de la desaceleración de nuestro sector minero: hace poco la SNMPE anunció que el 50% de la cartera de proyectos que existían para el período 2012-2016 –es decir, veinte proyectos por un valor total de US$25.000 millones– se encuentra detenida.

La relación del frenazo de la minería con los sistemas de permisos estatales, por un lado, y con la ausencia de seguridad jurídica, por el otro, está bien documentada. A manera de ejemplo paradigmático de esto último, todos pudimos ver cómo un proyecto de la envergadura de Conga (US$4.800 millones de inversión) se paró a base de acusaciones que un peritaje internacional demostró eran falsas, pese a haber cumplido con todos y cada uno de los requisitos legales que le eran aplicables. Y como ejemplo de lo primero, basta ver que Quellaveco (alrededor de US$3.500 millones) está a punto de postergarse indefinidamente, luego de haber esperado veinte años y de finalmente haber alcanzado acuerdos con la población. Todo, mientras los precios de los minerales parecen haber dejado atrás su tendencia alcista e iniciado un largo ciclo a la baja…

La forma, por su parte, como nuestro Estado está ahogando el crecimiento de la construcción es tal vez menos conocida pero no por ello menos eficaz.

No se trata solo de los proyectos inmobiliarios, aunque no hay que subestimar el efecto que la anquilosis de nuestras municipalidades está teniendo en ellos, como lo ha denunciado varias veces ya Capeco. Se trata también de los grandes proyectos de infraestructura. Proyectos como la autopista a Ica, que ha sido otorgada hace ya años pero que no puede avanzar porque las expropiaciones le toman una eternidad al Ministerio de Transportes y porque el Congreso no aprueba la ley que permite un procedimiento más expeditivo. O la segunda vía Huacho-Pativilca, detenida porque ese mismo ministerio no resuelve una adenda para adelantar la inversión. O la autopista de Sullana a Trujillo. O el proyecto de tubería matriz de la red de gasoductos parado desde hace un año. O la asociación público-privada para construir y operar un hospital en el Callao por US$45 millones, demorado porque la oficina de contratos de Essalud no certifica avances o no aprueba modificaciones. O la planta de tratamiento de La Chira (US$200 millones), exitosamente concesionada, pero igualmente detenida hace más de un año porque la Municipalidad de Chorrillos no otorgaba la licencia de urbanización –algo que no tenía sentido exigir– y aun no da la de construcción. Etcétera.

Demás está decir que la parálisis de cada uno de estos proyectos de infraestructura trasciende el sector construcción y funciona como cuello de botella en muchos otros aspectos de nuestra economía.

En suma, ni el crecimiento es algo que tenemos comprado ni tiene mucho sentido que el Estado siga buscando inversiones afuera si es que luego él mismo va a funcionar como un corcho dentro del país. Si queremos descorchar las fuerzas del crecimiento y contrarrestar la ralentización que algunos indicadores ya parecen anunciar necesitamos acelerar el hasta ahora solo anunciado “shock de gerencia” y la simplificación administrativa, además de empezar a funcionar como un Estado de derecho con garantías reales. Después de todo, no lo olvidemos, solo tiene sentido hablar de “inclusión” cuando se crea riqueza en la cual ser incluidos.

Tomado de El Comercio, 24 de abril, 2013




Confirmado: solo con crecimiento económico se supera la pobreza

Confirmado: solo con crecimiento económico se supera la pobreza

Macroconsult acaba de publicar su reporte mensual ¿Qué implicancias tuvo el crecimiento económico de la última década en la evolución de la pobreza y desigualdad?, en el que se analiza las relaciones entre crecimiento de la economía, la reducción de la pobreza y de la desigualdad.

 

Una de las virtudes del estudio, es establecer en cuánto contribuye el crecimiento económico a la reducción de la pobreza por sí mismo y en cuánto contribuye por la mejor distribución de los ingresos.

El estudio señala que de los 31 puntos porcentuales de reducción de la pobreza logrados entre el 2004 y el 2011 (ésta cayó de 59% a 28% de la población), el crecimiento del gasto de las familias explica 19 puntos, mientras que los otros 12 se deben al efecto de la mejora en la distribución de los ingresos. En otras palabras, el crecimiento favoreció más a los pobres creando un modelo que algunos especialistas han denominado como “pro-pobre”.

Asimismo, el estudio mide la desigualdad confirmando que, en el período analizado, hay una reducción de la desigualdad debido al crecimiento económico de 9.8%, porque el índice Gini pasó de 0.41 a 0.37. De esta manera hoy la pobreza y la desigualdad son menores que hace 7 años. Semejante conclusión ratifica la sólida tendencia de reducción de la desigualdad que establecen la Cepal y el Banco Mundial, y aunque parezca mentira, las conclusiones del estudio de economistas como Waldo Mendoza, Yamada y Escobal. Es decir, hoy se pueden cuestionar algunos aspectos del modelo, pero nadie puede negar que la desigualdad en el Perú está cayendo por el crecimiento de la economía.

Otro aspecto muy interesante del estudio de Macroconsult tiene que ver con la elasticidad crecimiento-pobreza. Se establece que, por cada punto porcentual de crecimiento del PBI, la pobreza se reduce en 0.66%. En el informe se proyecta que si nuestro país continúa creciendo a tasas promedio de 6% anual, en el 2016 la pobreza total se reduciría a 10%. Es decir, una tasa menor a la meta de 15% trazada por el actual gobierno. Como se ve, un crecimiento alto y sostenido es la principal arma para luchar contra la pobreza.

Macroconsult advierte que la elasticidad es mayor entre los departamentos del tercil de mayor pobreza, donde cada punto porcentual de crecimiento del PBI reduce la pobreza en 0.79%, mayor al 0.66% del promedio nacional. “De ser este el caso, significaría que el crecimiento económico es pro-pobre, lo que reafirmaría la conclusión anterior respecto de la importancia del crecimiento como estrategia antipobreza”, establece el informe.

Igualmente se describe que la elasticidad crecimiento-pobreza es mayor en la selva que en la sierra, que en la sierra con respecto a la costa. En otras palabras, por cada punto adicional de crecimiento del PBI se reduce más la pobreza en la selva y en la sierra que en la costa. Una clara demostración de la característica pro-pobre de nuestro crecimiento.

El estudio de Macroconsult demuestra que los “pobretólogos” que han ignorado los efectos virtuosos del mercado y el crecimiento se han quedado sin argumentos, porque los ricos no se han hecho más ricos ni los pobres más pobres. Lo que sucede en el Perú es que los millones de peruanos que abandonan la pobreza empiezan a formar parte de una nueva clase media.




La mejor política de empleo es el crecimiento sostenido

La mejor política de empleo es el crecimiento sostenido

El economista, Elmer Cuba director socio de la empresa consultora Macroconsult, analiza en la siguiente entrevista la evolución del empleo en el Perú y su relación con el crecimiento económico actual del país.

¿Cómo ha evolucionado la creación de empleo en el Perú durante los últimos años?

Ha sido notable. El Perú ha crecido en esta década lo mejor desde que tiene historia. A partir  del año 1950 se tiene datos del PBI, lo del empleo es más reciente. Pero este episodio de crecimiento sostenido ha sido muy potente y dinámico, ha roto muchos equilibrios en el mercado laboral. En principio, ha roto el equilibrio que sostenía que el Perú crecía, y crecía el empleo, pero no los salarios. O sea que el crecimiento era suficiente para generar empleo para los entrantes (al mercado laboral), pero nada más. Pero como recientemente se ha acelerado el crecimiento, también se ha permitido subir los salarios en algunos sectores, entre ellos la agricultura y la construcción – dicho sea de paso –, que son sectores de empleo masivo. Eso se refleja también en los ingresos familiares. En resumen, en los últimos cinco años se ha acelerado el crecimiento tanto del empleo como de los salarios. Entonces en ese conjunto, el ingreso familiar está floreciendo. Ahora, esto ha ocurrido en diversos países de América Latina, pero acá, en el Perú, se ve un poco más acentuado porque hemos crecido más rápido que el promedio y más sostenido. Esto nos dice que las mejores políticas de empleo para el Perú son dos: Crecimiento alto y sostenido, pero también ser anti-cíclico porque cuando hay crisis económicas el empleo es el primero en ser golpeado, entonces hay que defender la actividad económica para defender el empleo. Es decir darle una verdadera importancia. De hecho en los Estados Unidos, que es la primera economía del mundo, la tasa de desempleo es la más importante en materia macroeconómica, lo estamos viendo ahora a nivel del Banco Central y de la Secretaría de Estado.

¿Qué factores explican esta mejora laboral sin precedentes?

Los factores son, como dije al principio, el crecimiento económico importante, esta es la razón principal. No son, pues, ni los sindicatos, ni las negociaciones, los que han llevado a un mayor salario, sino sería muy sencillo sentarse en una mesa, negociar y fijar los salarios reales o no, eso no ocurre en ninguna parte del mundo. Donde sí es necesario cierto poder sindical es en países donde hay mucho capital. Alemania, por ejemplo, tiene los mejores sindicatos, pero también los mejores salarios, pero no es por los sindicatos sino porque hay más capitalismo. Es decir, lo más importante en realidad es el ratio capital–empleo: A más capitalismo, a más capital por trabajador, hay más productividad, y cuando hay una mayor productividad hay mayores salarios. Entonces es un ranking de eso, de capitalismo, el factor K sobre L, o sea el factor Capital sobre el Trabajo, que en el fondo es cuánta inversión privada ha habido acumulada durante décadas. Ese ranking te va a revelar que a más capital hay más productividad laboral y por lo tanto hay más salarios. Por lo tanto esa dicotomía del marxismo de que yo vivo de tu trabajo está rota. En verdad pueden crecer ambos. Y como decía, países europeos que tienen los ingresos más altos del planeta, también tienen sindicatos fuertes. Entonces no es el tema sindical es que hace eso, sino mejora en las cosas del día a día, colabora, pero en verdad es lo que está detrás, el factor subyacente, que es la inversión, y pública, por supuesto. Es el capital en el sentido más general de la palabra, pero en realidad la privada es mucho más eficiente. Por eso debemos ir hacia eso. Si haces un ranking en América Latina de qué países tienen más capital por trabajador, es el mismo ranking  de los países con más ingreso per cápita. Este es el secreto verdadero que está detrás de ese crecimiento. En el caso peruano es un poco más complejo porque no es un mercado laboral típico donde hay una empresa privada grande y trabajadores del otro lado. No son la CONFIEP, ni la CGTP, los que representan ni siquiera la media, ni la mediana, del mercado laboral. En verdad son el sector de las Pyme y los independientes los que dominan el mercado. Debemos pensar en ellos cuando hagamos leyes.




Cusco y Tacna se disparan

Cusco y Tacna se disparan

Otra cara. Hace una década los círculos empresariales tenían una idea de esta parte del país: conflictivos y pobres. Sin embargo, esa imagen se ha ido disipando. Cusco, Tacna, Arequipa, Moquegua y Puno crecieron en 2012 en forma espectacular. Jorge Turpo Rivas. Arequipa.

En una década, el sur del Perú ha pasado de envidiar el crecimiento de Lima y las regiones del norte, a lucir sin falsa modestia, su liderazgo en el competitivo mundo de la economía. Si antes las noticias hablaban del “arequipazo”,  “moqueguazo”, “tacnazo” y demás protestas que espantaban la inversión privada, ahora se informa sobre la explosión o el “boom” inmobiliario, minero, turístico y hasta gastronómico.

Después de junio de 2002, cuando en Arequipa se produjo la protesta contra la privatización de Egasa y Egesur, todo era desaliento. Pocos  miraban a la región como receptora de inversión. El norte crecía y el sur se retraía. Diez años después la suerte cambió. Según Perucámaras, el bloque de Arequipa, Moquegua, Tacna, Puno, Cusco, Madre de Dios y Apurímac crecieron 8.07% en 2011. Mientras que Tumbes, Piura, La Libertad, Lambayeque, Áncash, Amazonas y San Martín 6%.  En 2010 el sur alcanzó 9.7% y el norte 7.3%.

El Banco Central de Reserva (BCR)sede Arequipa, hizo una encuesta a 285 empresarios locales sobre sus expectativas para el próximo año. El 60% afirmó que considera que le irá mejor que este año. El 30% dijo creer que le irá igual y solo el 10% mostró su pesimismo indicando que su situación empeorará.

“Estamos en un tramo optimista”, dice Raúl Castro Alegría, jefe de la sucursal del BCR en Arequipa.

El ritmo del crecimiento económico del sur continúa expectante. La Ciudad Blanca, según el BCR y la Cámara de Comercio e Industria (CCIA), cerrará el año con 6.5% de crecimiento, tres décimas menos que el año pasado (6.8), pero superior a la media nacional que se estima en 6.3%.

El gerente de la CCIA, Rafael Chirinos, detalla que el menor crecimiento se debe a la contracción en sus exportaciones, del orden del 8%. “Hubo menor demanda de minerales y también el sector textil que exporta a Europa se vio afectado por la crisis”, explicó.

El 90% de las exportaciones de Arequipa es minerales. Este año China redujo sus compras y eso afectó a empresas como Cerro Verde, dijo el empresario. Aún así, la construcción, que este año creció 23% en relación al 2011, ha permitido que el crecimiento se mantenga.

A ello, agrega Chirinos, se suma el hecho de que la dinámica de la economía de Arequipa no depende del mercado externo, sino del consumo interno. “Las inversiones que se realizan han permitido que haya más trabajo y en consecuencia mayor capacidad adquisitiva, por eso el consumo interno define el nivel de crecimiento”, apunta. 

GRAN DESPEGUE

Cusco y Tacna se han mostrado más aplicadas que la región mistiana. El presidente de la Cámara de Comercio de la Ciudad Heroica, Aldo Fuster, indicó que se llegó a la cifra histórica de 15%, crecimiento impulsado básicamente por el turismo, comercio y gastronomía.

La economía tacneña se sustenta en los ingresos que genera la masiva afluencia de turistas chilenos. Diariamente son 5 mil vecinos del sur los que cruzan la frontera a gastar un promedio de 60 a 80 dólares diarios por persona. La capacidad hotelera de la Ciudad Heroica ha sido rebasada. Este año llegaron más de 1 millón 200 mil visitantes sureños. 

Fuster también precisó que en Tacna ya se empieza a sentir el “boom” inmobiliario. Empresas como MRM invierten en complejos habitacionales que incluyen proyectos hasta en la zona de playas del litoral tacneño.

El Artículo 71 de la Constitución limita la inversión privada en la Ciudad Heroica. Se prohíbe a las empresas extranjeras hacer inversiones dentro de los 50 kilómetros de la zona de frontera. No se pueden construir grandes centros comerciales como en Arequipa.

En tanto, Cusco este año llegará a un crecimiento de 13.7% debido a la importante inversión hotelera y minera.

En el 2012 abrieron sus puertas los hoteles 5 estrellas, El Palacio Las Nazarenas y el JW Marriott, ubicados en el corazón de la Ciudad Imperial. En ambas obras se invirtieron 71 millones de dólares. Machu Picchu es un imán  para el turismo mundial. Desde que fue declarado maravilla mundial, el número de visitas aumentó en forma notable. En  los once meses de este año arribaron más de dos millones de visitas, entre nacionales y extranjeros.

Además se tiene previsto cuatro mil millones de dólares de inversión. Hudbay Minerals, en su proyecto Constancia invertirá 1,500 millones y Xstrata Copper en Antapaccay 1,300 millones.

Rafael Chirinos refiere que en estas regiones se da lo que ocurrió en 2007 en la Ciudad Blanca.

“Ese año se registró un crecimiento de 15%, fue algo exponencial, pero se dio porque las inversiones dejaron de enfocarse en Lima y apuntaron básicamente a dos regiones: Arequipa y Trujillo, pero ahora se dinamizaron y entraron a Cusco, Piura, Tacna, entre otras”, apuntó.

REPUNTAN

Las regiones Moquegua y Puno no se quedan atrás. También presentan un importante repunte económico para este año. Moquegua crecerá a un ritmo similar al de Arequipa, es decir 6.5%. Mientras que Puno se recupera con 5.4%.

En la ciudad lacustre, según el reporte del BCR, el crédito personal aumentó en términos reales en 13.2% respecto al 2011, por la expansión del crédito de consumo (14.2 por ciento) y crédito hipotecario (3.3 por ciento).

Por su parte, la venta de automóviles familiares nuevos (autos, station wagon, van familiar multipropósito y camionetas SUV) sumaron 225% más que el 2011. 

No obstante, la actividad minera disminuyó 11.6% en relación al  año pasado, debido a la menor producción de todos los minerales, a excepción del oro, el cual refleja un incremento de 27.9 por ciento.

La economía puneña también empieza a mostrar un sustento en el rubro de la construcción. De acuerdo al BCR, el despacho o venta de cemento este año alcanzó las 47 mil 888 toneladas métricas, presentando un incremento de 7.9% comparado al 2011. 

Puno también va recuperando el mercado turístico que fue seriamente afectado por las continuas paralizaciones contra la actividad minera.

Este año presentó un comportamiento positivo de 6.7%, resultado del incremento en el turismo extranjero (23.2%), contrarrestado por la disminución en el turismo nacional (-3.3%).

EXPECTATIVAS

Para Rafael Chirinos, el año 2013 se presenta con un panorama bastante alentador. Se espera que empiece la ampliación de Cerro Verde, que tiene una inversión de 4 mil millones de dólares. “En el 2004 y 2005, cuando Cerro Verde invirtió mil millones en su planta de sulfuros primarios, generó un gran movimiento económico, ahora es cuatro veces más”, precisó.

El sur se aleja del estigma de región retraída y empobrecida, pero el camino al verdadero desarrollo aún es largo.




El BID lo confirma: la clase media crece como espuma

El BID lo confirma: la clase media crece como espuma

El representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el Perú, Fidel Jaramillo, acaba de anunciar que “seis de cada diez peruanos pertenecen a la clase media que está emergiendo en Perú y que contribuye al desarrollo económico del país”. Según el BID, la clase media emergente del Perú tiene uno de los crecimientos más altos de la región y está compuesta, principalmente, por jóvenes con 27 años de edad en promedio, cuyos ingresos aumentaron en 70%.

El informe del BID confirma el reciente estudio del Banco Mundial (BM) “La movilidad económica y el crecimiento de la Clase Media en América Latina”, en el que se establece que el 70% de la población en el Perú pertenece a la clase media con un ingreso per cápita superior a los 4 dólares por día.

Además el informe del BID confirma el contenido del artículo “Clase media a todo vapor” que publicó nuestro portal Lampadia hace cuatro semanas en el que, en base al estudio del BM, explicamos la estructura de ese 70% de los peruanos que pertenece a la clase media, identificando una clase media consolidada con ingresos per cápita entre 10 y 50 dólares/día y otra clase media no consolidada o vulnerable con ingresos per cápita entre 4 y 10 dólares/día.

El crecimiento y el vigor de la nueva clase media peruana forma parte de una tendencia mundial de las últimas décadas. Según el informe Global Trends del Consejo de Inteligencia de los Estados Unidos, en el 2030 la clase media global representará dos tercios de la población mundial, vivirá en ciudades y estará conectada tecnológicamente.

Espaldarazo a la verdad

La noticia de la consolidación de la clase media es muy alentadora para quienes estamos comprometidos en difundir información fidedigna sobre los avances y deficiencias de nuestra economía que, con todas sus limitaciones, ha permitido un crecimiento alto con reducción de la pobreza y la desigualdad a niveles nunca vistos en nuestra historia. También es un llamado de atención para quienes ponen zancadillas, le restan méritos, y le bajan la llanta a los desarrollos positivos de nuestro esforzado país.

En este contexto, llama la atención que por ejemplo, el diario Gestión del 14 de noviembre pasado publicara en su portada una información que tituló “Clase media es solo 20% de la población”, sobre la base del mismo informe del BM “La movilidad económica y el crecimiento de la Clase Media en América Latina”, no obstante que este documento establecía que la clase media consolidada representaba el 28.9% de la población y que otro 40% tenía ya ingresos superiores a los US$4 por día por persona. ¿Por qué no se reflejó adecuadamente la noticia del Banco Mundial? Ante esta desinformación, en Lampadia publicamos lo indicado.

Posteriormente el diario Gestión insistió en el error con su editorial del 19 de noviembre pasado “Clase media: ni tanto ni tan poco”.

Como hemos dicho muchas veces, es mucho lo que falta hacer en el Perú, pero si empañamos nuestros logros y desdibujamos las relaciones causa-efecto entre las políticas económicas y sus resultados, corremos el inaceptable riesgo de tropezar dos veces con la misma piedra.

 

“Seis de cada diez peruanos pertenecen a la clase media”

“El vigor de la nueva clase media peruana forma parte de una tendencia mundial”




Pobreza contra las cuerdas

Pobreza contra las cuerdas

A estas alturas ya sabemos que la única manera de reducir la pobreza es con crecimiento económico, que la inversión privada es el motor del crecimiento y que, a su vez, solo el trabajo productivo puede hacer sostenible la superación de la pobreza, no así el asistencialismo, por más justo y urgente que este pueda ser. En nuestro anterior informe Diez millones de peruanos adecuadamente empleados, ya hemos visto como se viene dinamizando la creación de empleo en el Perú.

Ahora queremos destacar el impacto del crecimiento en la reducción de la pobreza. La relación entre el crecimiento económico y la pobreza (que los economistas llaman elasticidad crecimiento/pobreza), ha aumentado sostenidamente durante los últimos años, habiendo llegado a triplicar su efecto.

Según estudios del INEI, el MEF y el BCR, entre 1994 y 1998, por cada punto porcentual (1%) que crecía el PBI, la pobreza se reducía  en solo 0.43%. Durante la última década por cada punto (1%) de incremento del PBI la reducción de la pobreza se dinamizó desde una disminución de  1% hasta llegar en el 2010 a una reducción de 1.7%, una relación magnífica. Hace pocos años en un CADE en Trujillo, se consideraba que la débil relación de 1 a 0.5 (crecimiento/pobreza) era una trampa que hacía dudar del camino del crecimiento como fuente de la disminución de la pobreza.

Hoy es notoria la fuerza de nuestro crecimiento y la velocidad de reducción de la pobreza. Por ejemplo, en el último informe social de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) se destaca el éxito del Perú en el tema de pobreza,  ubicándose como el tercer país de la región donde más cayó aquella en el 2011.

El informe titulado “Panorama social de América Latina 2012” resalta además que el Perú logró reducir la pobreza de 31.3% en el 2010 a 27.8% en el 2011. Vale recordar que en el 2004 la pobreza se situaba en 58.7%.  Ver el siguiente cuadro 1.

 

Los ingresos por trabajo, según la CEPAL, han sido los más determinantes para explicar la variación de los ingresos en los hogares pobres peruanos. Mientras el Perú redujo su tasa de pobreza en 3.5%, los demás países latinoamericanos lo hicieron en promedio en solo 1.6%. Recordemos que solo hasta hace pocos años nuestra performance económica era la peor de la región. Ver cuadro 2.

Este es un proceso muy positivo que debemos fortalecer, precisamente, por lo que aún falta lograr. Lamentablemente hay gente, que, ante lo que está por hacerse, pretende desandar el camino. Cuidado, hay que mantener el crecimiento económico, el ritmo de la inversión privada y la creación de trabajo productivo.