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Una perspectiva mundial

Una perspectiva mundial

REPORTE GOALKEEPERS 2020
BILL & MELINDA GATES
Co-presidentes
Fundación Bill & Melinda Gates
Glosado por Lampadia

INNOVANDO CON LA EQUIDAD EN MENTE

Tenemos mucho trabajo por delante en los próximos años. Necesitamos una fuerte coalición de empresas, gobiernos y bancos de desarrollo —todo el sistema de financiación internacional— para unirnos y elaborar una respuesta global a la medida del desafío que venimos describiendo en este ensayo.

Pero antes de que el mundo pueda realmente empezar a abordar el daño que este conjunto de catástrofes mutuamente exacerbadas ha causado, tenemos que detener lo que ha provocado todo esto: la pandemia que actualmente está empeorando, no mejorando, en muchos países. No podemos reconstruir los sistemas sanitarios, los sistemas económicos, los sistemas educativos y los sistemas alimentarios —sin hablar de mejorarlos con relación a lo que eran a principios de año— hasta que esté bajo control el virus que los está derribando.

Para tenerlo bajo control, para acabar con la pandemia, el mundo debería colaborar en tres ámbitos cuanto antes:

1. Desarrollar diagnósticos y tratamientos para gestionar la pandemia a corto plazo y vacunas para poner fin a la misma a medio plazo.

2. Fabricar tantas pruebas y dosis como podamos, tan rápido como podamos.

3. Entregar estas herramientas equitativamente a quienes más las necesitan, sin importar dónde vivan o cuánto dinero tengan.

La clave para desarrollar nuevas vacunas, especialmente en las primeras etapas, es buscar el mayor número posible de vacunas. Algunos países han empezado a firmar contratos con compañías farmacéuticas para reservar dosis de una determinada posible vacuna en caso de que dicha vacuna tenga éxito. Esto no es algo malo. Los gobiernos tienen la responsabilidad de proteger la salud de su población, y estas inversiones ayudan a poner en marcha importantes acciones de I+D, a pagar nuevas instalaciones de fabricación y a acercar al mundo a la entrega de una vacuna.

No obstante, la incesante cantidad de titulares que aparecen sobre los prometedores resultados de los ensayos clínicos en primeras etapas oscurece el hecho de que la I+D es inherentemente de muy alto riesgo: la probabilidad de éxito es del 7 por ciento en las primeras etapas y del 17 por ciento una vez que las posibles vacunas pasan a ser probadas en seres humanos. Los gobiernos están haciendo apuestas a largo plazo, en particular, sobre las posibles vacunas que esperan que “ganen”, pero la mayoría perderá. Una forma de minimizar este riesgo es que los países inviertan conjuntamente en una amplia cartera de posibles vacunas.

La fabricación es para el mundo uno de los desafíos que más desapercibido pasa: una vez que tengamos una vacuna o vacunas que funcionen, necesitaremos fabricar miles de millones de dosis lo más rápido posible. En este momento, no tenemos la suficiente capacidad de fabricación para ello —y ningún país tiene el incentivo de ampliar la escala por sí solo. Sin embargo, cada dosis de vacuna que el mundo no fabrique rápidamente implicará una pandemia más larga, más muertes y una recesión mundial más larga.

El desarrollo y la fabricación de vacunas no acabarán con la pandemia rápidamente a menos que también las entreguemos equitativamente. Algunos gobiernos que han apostado por algunas vacunas quizás ganen esas apuestas, pero si utilizan todas las vacunas disponibles solamente para proteger a su gente, estarán extendiendo la duración de la pandemia en todas partes. También estarán contribuyendo al aumento de fallecidos. Según el modelo de la Northeastern University, si los países ricos compran los primeros 2 mil millones de dosis de vacunas en lugar de asegurarse de que sean distribuidas proporcionalmente a la población mundial, el número de personas que fallecerán de COVID-19 se podría duplicar.

Aún no se sabe exactamente cómo el mundo organizará una respuesta colaborativa. En abril, numerosos socios se unieron para lanzar el Acelerador del acceso a las Herramientas contra el COVID-19 (ACT-A), el esfuerzo de colaboración más serio que existe hasta la fecha para poner fin a la pandemia. Los dos principales socios de la estrategia de vacunación del ACT-A —la Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante Epidemias (CEPI)— que tiene en su cartera nueve posibles vacunas contra el COVID-19 y Gavi, la Alianza para la Vacunas, que ha ayudado a los países de bajos y medianos ingresos a proporcionar 750 millones de vacunas desde su creación en el año 2000— fueron creados para resolver problemas como el que enfrentamos actualmente. Por ello nuestra fundación apoya el ACT-A, y por ello instamos a otros a unirse con nosotros.

Para que quede claro, financiar adecuadamente estas organizaciones y otros socios claves costará mucho dinero —que no es nada comparado con el coste que representa una supurante pandemia. Cada mes, la economía mundial pierde 500 mil millones de dólares, y un enfoque colaborativo reducirá en muchos meses el plazo de recuperación del mundo. Los países ya han comprometido 18 billones de dólares americanos para financiar las acciones destinadas a estimular la economía y tratar los síntomas de la pandemia. Ahora necesitan invertir una pequeña porción de ese total para erradicar su causa.

¿CÚANTAS VIDAS PODRÍA SALVAR UNA VACUNACIÓN EQUITATIVA?

EL LABORATORIO de Modelación de Sistemas Biológicos y Sociotécnicos (MOBS LAB) de la NORTHEASTERN UNIVERSITY ha trabajado durante años en la modelación de la transmisión de la gripe, con lo cual está bien posicionado para elaborar el modelo del COVID-19. Debido a lo muy difícil que es predecir el futuro, MOBS LAB desplegó escenarios hipotéticos examinando lo que habría sucedido si una vacuna hubiera estado disponible desde mediados de marzo. Esto permite al modelo basarse en datos observados relacionados con eventos que ya han ocurrido, en lugar de basarse en conjeturas sobre datos relacionados con eventos que podrían tener lugar dentro de un año.

La Northeastern University trabajó en base a dos hipótesis.

  • En una de ellas, aproximadamente 50 países de ingresos elevados recibieron los primeros 2.000 millones de dosis (de los 3.000 millones) de una vacuna efectiva al 80 por ciento.
  • En el otro, todos los países recibieron los 3.000 millones de dosis proporcionalmente a sus poblaciones.

El resultado de las simulaciones se representa como porcentaje de muertes evitadas en cada caso, en comparación con el caso real en el que no hubo vacunación alguna.

CONCLUSIÓN

LO QUE HAGA EL MUNDO EN LOS PRÓXIMOS MESES IMPORTA MUCHO

LA RESPUESTA A LA pandemia de COVID-19 nos ha mostrado lo mejor de la humanidad: innovación vanguardista, actos heroicos de trabajadores que se encuentran en la primera línea y gente común haciendo lo mejor que pueden por sus familias, vecinos y comunidades.

En este informe, nos hemos centrado en la amenaza que se cierne sobre nosotros, y lo hemos hecho por la inmediatez y lo mucho que está en juego. Lo que el mundo haga en los próximos meses importa mucho. Nuestro lema para Goalkeepers es “el progreso es posible pero no inevitable” —, y seguimos defendiéndolo. La gravedad y duración que alcance la pandemia están en gran medida bajo el control del mundo. En el fondo, las empresas y los gobiernos deben estar convencidos de que el futuro no es un concurso de suma cero en el que los ganadores ganan solo cuando los perdedores pierden. Es un esfuerzo cooperativo en el que todos avanzamos juntos.

Lampadia




El maltrato hacia los médicos a nivel internacional

El maltrato hacia los médicos a nivel internacional

En contra de la que debiera ser la profesión más valorada en tiempos de pandemia, ha resultado ser de las más vulneradas tanto física como psicológicamente en buena parte del mundo rico y del emergente.

Un reciente artículo publicado por The Economist (ver líneas abajo) muestra cómo en países como Australia, China, EEUU, el Reino Unido y la India, resulta cada vez más sacrificada la carrera médica por el creciente e histórico maltrato que ha tenido la sociedad civil hacia ella, una queja que se encuentra más bien asociada al fracaso integral de los sistemas de salud pública.

Lo que es peor estos ataques han sido amplificados en estos países por la presente crisis, la cual induce a la discriminación hacia todo el personal de salud arraigado por la presunción de ser portadores del nuevo coronavirus.

Felizmente en nuestro país no se han presentado hasta ahora casos de violencia hacia la profesión médica; por el contrario, se ha observado en las últimas semanas a una ciudadanía que ha mostrado mucho respeto hacia ellos, un hecho que debe destacarse a la luz de la experiencia de los países anteriormente mencionados.

No debiéramos pues escatimar en seguir salvaguardando y valorando a nuestros doctores, los cuales, a pesar del colapso de los hospitales y demás centros de salud públicos a nivel nacional, se encuentran actualmente arriesgando su propia vida y la de sus familias para dar pronto tratamiento a los pacientes que desarrollan síntomas más graves por el covid 19. Lampadia

Amenazas médicas
Los trabajadores de la salud se convierten en objetivos inesperados

El daño en ellos puede durar mucho después de que la pandemia haya disminuido

The Economist
11 de mayo, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Uno fue golpeado en la cara en un autobús de Chicago. Dos fueron apedreados por una multitud en la ciudad india de Indore. Cinco hombres rociaron con lejía a otro en Filipinas. Al menos 21 en México han sido agredidos. En un momento en que los políticos los elogian y los ciudadanos confinados en sus hogares los aplauden con aplausos e imágenes de arcoíris, los médicos, las enfermeras y otros trabajadores de la salud de todo el mundo se encuentran bajo amenaza de ataques violentos y bajo una terrible tensión psicológica. Desde Australia hasta China, los gobiernos y los hospitales han tenido que tomar medidas extraordinarias para garantizar la seguridad de su personal, incluso mientras luchan por controlar la pandemia mundial.

El covid-19 ha dejado a los trabajadores de la salud más visibles —y vulnerables— que nunca. Con un tercio de la humanidad encerrado en las últimas semanas, son algunos de los únicos viajeros en las carreteras o el transporte público, conspicuos en matorrales de colores brillantes o túnicas blancas. Los médicos son objetivos fáciles para los frustrados, agraviados o asustados. Los ataques a menudo se tratan como incidentes aislados, pero resaltan un problema creciente: los sistemas de atención médica en todo el mundo han tenido problemas en los últimos años, tanto con el aumento de la violencia como con el costo psicológico del personal.

Las cifras son claras. La Organización Mundial de la Salud estima que hasta el 38% de los médicos en todo el mundo han sufrido violencia física en algún momento de sus carreras. En muchos lugares es peor. En 2019, uno de cada siete empleados del NHS en Inglaterra dijo que habían sido atacados físicamente por un paciente o un miembro del público en los últimos 12 meses. Uno de cada tres médicos australianos reportó abusos similares en el período de un año. Más del 75% de los médicos de la India dicen que han enfrentado la amenaza de violencia en el trabajo. Después de que una doctora fuera asesinada a puñaladas en un hospital de Beijing a fines de 2019, China introdujo una nueva ley que prohíbe las amenazas contra los trabajadores médicos.

El miedo al contagio, amplificado por la desinformación, parece estar provocando más violencia durante la pandemia. A menudo, los ataques físicos van precedidos de ataques verbales, ya que los médicos y las enfermeras son señalados por supuestamente propagar la enfermedad. Otros parecen nacidos de la frustración. El personal de los hospitales en Australia informó que los pacientes ansiosos tosieron y escupieron deliberadamente mientras esperaban para hacerse la prueba de la enfermedad.

Sin embargo, los problemas más profundos dejan a los médicos y enfermeras vulnerables a los ataques. En muchos países, las percepciones de los médicos se han deteriorado en las últimas décadas. China terminó con los subsidios estatales para sus hospitales en la década de 1990, luego de lo cual se comercializaron rápidamente. Esto condujo a una disminución de la confianza, ya que se sospechaba que los médicos se preocupaban más por ganar dinero que por cuidar a sus pacientes. Un fenómeno similar se ha visto en la India. Ciertamente, algunos médicos han abusado del sistema. Pero los tropos de médicos corruptos y negligentes se han convertido en narraciones fáciles de recurrir para políticos y medios de comunicación sensacionalistas. En los países donde las personas carecen de fe en el sistema de justicia, los ataques en los hospitales pueden atraer a los pacientes que sienten que nunca podrán pasar el día en la corte. Una clase media en expansión en todo el mundo ahora exige más de los profesionales médicos de lo que pueden dar. Incluso la arquitectura de los hospitales modernizados, como las salas de emergencia a las que se puede acceder fácil y rápidamente, también los hace más vulnerables a los ataques.

En respuesta, los sistemas de salud han tomado medidas extremas para proteger a su personal. Algunos hospitales en China ahora les enseñan defensa personal. El gobierno de la India actualizó las leyes en abril para negar la fianza a los acusados de violencia contra el personal de atención médica. Algunas salas de emergencia en EEUU han instalado detectores de metales. Y los administradores en Australia han comenzado a decirle al personal que no use sus uniformes médicos fuera de los hospitales.

Estas preocupaciones se suman al costo mental y emocional que la pandemia está exigiendo. En las zonas más afectadas, muchos médicos trabajan incluso más horas de lo habitual. Los trabajadores de primera línea tienen un alto riesgo de contraer covid-19, empeorado por la escasez crónica de equipos de protección personal. Muchos han perdido colegas por el virus. Algunos, temerosos de infectar a sus seres queridos, se han aislado de sus familias durante largos períodos de tiempo. En un estudio de 1,257 trabajadores de la salud que trataron a pacientes de covid-19 en China en el apogeo de la crisis del país, más del 70% experimentó angustia psicológica. Y en varios países, médicos y enfermeras han sido despedidos o amenazados después de hablar sobre el liderazgo deficiente y la falta de equipos. En Rusia, tres médicos se han caído de las ventanas del hospital después de presentar quejas públicas; dos de ellos murieron. Los medios locales informaron esto como accidentes o suicidio.

El trabajo de salud puede ser difícil en el mejor de los casos. Más del 40% de los médicos estadounidenses experimentaron síntomas de “agotamiento”, caracterizados por agotamiento emocional, abstinencia y escepticismo, en 2019. Según el Dr. Colin West de la Clínica Mayo en Minnesota, el agotamiento a menudo se debe al exceso de trabajo, el estrés y la burocracia que limita la interacción con los pacientes; los médicos se sienten menos capaces de ayudar a quienes están a su cuidado.

La pandemia ha creado horrores agudos. En algunas áreas, la falta de recursos significa que los médicos han tenido que racionar la atención vital. En Italia, donde el 10-25% de los pacientes hospitalizados con covid-19 requirieron ventilación, a veces durante varias semanas, hubo informes de médicos que lloraban en los pasillos por las decisiones que tenían que tomar. Muchos han hablado sobre el dolor de ver a los pacientes morir solos. Dichos traumas pueden causar “daño moral”, el término utilizado para la angustia psicológica causada por la acción, o la inacción, que viola las creencias de uno. Aplicada por primera vez a la experiencia de ciertos soldados en tiempos de guerra, la lesión moral puede contribuir a problemas como la depresión y el trastorno de estrés postraumático (TEPT).

Los médicos que luchan pueden encontrar ayuda difícil de encontrar. En todo el mundo, los médicos y las enfermeras se quitan la vida a tasas significativamente más altas que la población general. La Dra. Clare Gerada, quien preside “Doctors in Distress “, una organización benéfica británica, atribuye el problema, en gran parte, a la falta de tiempo y espacio que se les brinda a los médicos y enfermeras para discutir el impacto emocional de sus trabajos.

Muchos funcionarios de salud, conscientes de la presión sobre los médicos, han tratado de proporcionar líneas de ayuda y otro tipo de apoyo. Muchos expertos temen que tales medidas se eliminen una vez que se reanude el servicio normal. El Dr. Andrew Molodynski, un psiquiatra que supervisa la política de salud mental de la Asociación Médica Británica, señala que muchas afecciones como el TEPT requieren un tratamiento cara a cara constante. El daño económico sufrido durante la crisis dificultará la provisión de dicho tratamiento y otros cuidados de salud mental a largo plazo.

Incluso cuando los casos de covid-19 caen, es probable que la carga de trabajo de los médicos se mantenga alta, ya que los hospitales se esfuerzan por proporcionar la atención suspendida durante la respuesta al covid-19. La amenaza de violencia solo aumentará la carga. Para aquellos que atacarían a los médicos, Brad Hazzard, el ministro de salud de Nueva Gales del Sur, lo resumió sin rodeos. “Cuando vea que esa persona con uniforme en un hospital podría estar colocando un tubo en la garganta para mantenerlo con vida, desearía no haber hecho lo que hizo”. Lampadia




Los beneficios del modelo

Los beneficios del modelo

EDITORIAL DE LAMPADIA

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

A diferencia de gran parte de nuestra historia, en estas épocas de crisis el Perú disfruta de capacidades muy superiores a buena parte de los países del mundo.

Como puede apreciarse en el siguiente gráfico de The Economist, en términos de deuda pública, deuda externa (pública y privada), costo del endeudamiento externo y reservas internacionales, el Perú es el cuarto país emergente mejor posicionado del planeta, después de Botsuana, Taiwán y Corea del Sur, largamente el mejor país latinoamericano, incluyendo Chile.

Estos indicadores son una muestra de nuestra capacidad económica, monetaria y fiscal para afrontar la crisis del coronavirus. Para apoyar a la población que pierde ingresos y a las empresas que no pueden vender.

Pero, la pregunta se cae de madura. ¿Cómo es posible que un país pobre como el nuestro esté tan bien ubicado en un ranking global?

Ya lo hemos dicho mil veces: se debe a nuestras políticas públicas de los últimos 27 años, desde la promulgación de la Constitución de 1993, que permitió un manejo económico prudente y el regreso de la inversión privada al país. Veamos el siguiente gráfico que muestra el gran cambio logrado con dicha Constitución.

Ver en Lampadia: Nuestra buena herencia de los 90 Constitución y Leyes Madre.

Lamentablemente, desde el 2011 en adelante, con los gobiernos de Humala, Kuczynski y Vizcarra, venimos retrocediendo económica y socialmente, pero aún así, hemos logrado mantener suficientes holguras para luchar contra la crisis sanitaria, social y económica del coronavirus.

Pero a pesar de estas evidencias, todos los días se multiplican en los medios y la vida política del país, medias verdades y falsedades abiertas que pretenden desacreditar las normativas que hicieron posible el crecimiento económico, la reducción de la pobreza y la desigualdad, la creación de una gran clase media y nuestras reservas monetarias y fiscales.

Es cierto que en medio de ese proceso de bienestar no hemos logrado superar falencias graves en educación y salud. Pero contrario a la cháchara anti sistema, no es porque no hayamos generado los recursos para hacerlo, sino por la corrupción e incapacidad del Estado. Para demostrar esto, veamos los siguientes gráficos publicados por Jaime de Althaus:

Ver en Lampadia: Su presupuesto se multiplicó por 7 en 20 años – El problema de la Salud no es bajo presupuesto, sino pésima gestión y corrupción.

Como puede verse, en los últimos 20 años el presupuesto del sector Salud se multiplicó por siete en soles constantes, se multiplicó por tres como porcentaje del PBI, y por dos como porcentaje del presupuesto.

Es pues muy claro que el modelo seguido a lo largo de todos estos años ha multiplicado nuestras capacidades en todos los planos. No es el llamado ‘neoliberalismo’ el culpable de nuestras remanentes carencias, sino la corrupción enquistada en todos los niveles del Estado, y la gran incapacidad, indolencia e irresponsabilidad de nuestras burocracias públicas, más el desenfoque vergonzoso de buena parte de nuestros políticos y medios de comunicación.

Pero más allá de esas responsabilidades por acción, está también la gran responsabilidad por inacción de la clase dirigente, que no ha sabido ser responsable con la necesidad de participar de la vida  pública y de fajarse por defender las ideas y las políticas públicas conducentes al bienestar general. Lampadia




Indicadores de la Historia del Bienestar

Queremos cerrar el año compartiendo con nuestros lectores las buenas noticias sobre los avances de la humanidad, sustentadas en información objetiva. Según la publicación de Max Roser, ver líneas abajo, ‘El mundo en datos’: en 1950, tres cuartas partes del mundo vivían en extrema pobreza, en 1981 el 44%, hoy la pobreza extrema ha caído por debajo del 10%. “El mundo de hoy es más saludable, más rico y mejor educado”.

Sin embargo, como muestra el informe de Roser, la percepción, las imágenes que la gente tiene, son lo contrario. Ante la pregunta siguiente:

¿Crees que el mundo está mejorando o empeorando, o ni mejorando ni empeorando?”

En Suecia, el 10% cree que las cosas están mejorando, en Estados Unidos sólo el 6%, y en Alemania sólo el 4%.

Muy pocas personas piensan que el mundo está mejorando.

Roser agrega: “No creo que los medios de comunicación sean los únicos culpables de esto, pero creo que tienen parte de la culpa. Esto es porque los medios no nos dicen cómo está cambiando el mundo, nos dicen que es lo que va mal en el mundo”.

Desde el inicio de Lampadia, hemos procurado mostrar los procesos estructurales de la humanidad y del Perú, que son los que recogen nuestros avances. Por ejemplo, hemos seguido a Hans Rosling, creador de Gapminder, que muestra de manera muy amena y didáctica las estadísticas de cuanto indicador cabe. En el caso del Perú, hicimos una publicación icónica sobre nuestros avances: Las cifras de la prosperidad. Y hemos combatido, con mucha fuerza y a veces indiscreción, las medias verdades, las mentiras y los mitos con los que se siembra en los medios de comunicación imágenes negativas de nuestra realidad y un falso sentido común de las cosas.

Los avances que muestra Roser, se dieron en paralelo al progreso humano, como podemos ver en el siguiente gráfico.

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Esperamos que nuestros lectores mediten sobre la discordancia entre una realidad de importantes avances e imágenes falsas que muchas veces nos llevan a descontinuar los procesos económicos y sociales que generaron las mejoras en el bienestar. Esta disonancia es la materia prima de los políticos populistas que están nuevamente tomando el control del mundo, para hacernos menos prósperos.

Nada de esto significa tampoco, que no hay mucho por hacer. Efectivamente, hay muchas cosas pendientes, pero lo último que debemos hacer, es en desconocimiento de la realidad, desandar los caminos del bienestar.

Una historia de las condiciones de vida globales en 5 gráficos

Max Roser 
Our World in Data
2016
Traducido y glosado por
Lampadia

Una encuesta reciente preguntó: “Considerando todo, ¿crees que el mundo está mejorando o empeorando, o ni mejorando ni empeorando?” En Suecia, el 10% cree que las cosas están mejorando, en Estados Unidos sólo el 6%, y en Alemania sólo el 4%. Muy pocas personas piensan que el mundo está mejorando.

¿Qué evidencia necesitamos considerar al responder a esta pregunta? La pregunta es sobre cómo el mundo ha cambiado y, por lo tanto, debemos tomar una perspectiva histórica. Y la pregunta es acerca del mundo como un todo y la respuesta debe considerar a todos. La respuesta debe considerar la historia de las condiciones de vida globales – una historia de todos.

I. La Pobreza

Para analizar de dónde venimos debemos ir muy atrás en el tiempo. 30 o incluso 50 años no son suficientes. Si se analiza cómo se ve el mundo durante nuestro corto tiempo de vida, es fácil cometer el error de pensar en el mundo como algo relativamente estático: las partes ricas, sanas y educadas del mundo aquí y las regiones pobres, sin educación y enfermas allá; concluyendo, falsamente, que siempre fue así y que siempre será así.

Para evitar retratar el mundo de una manera estática – el Norte siempre mucho más rico que el Sur – tenemos que empezar nuestro análisis hace 200 años, antes de que las condiciones de vida realmente cambiaran dramáticamente.

Los investigadores miden la pobreza extrema como vivir con menos de US$ 1.90 por día. Estas cifras de pobreza toman en cuenta las formas no monetarias de ingreso (para las familias pobres de hoy y en el pasado esto es muy importante, sobre todo debido a la agricultura de subsistencia). La medida de pobreza también se corrige para diferentes niveles de precios en diferentes países y se ajusta a los cambios de precios a través del tiempo (inflación) – la pobreza se mide en dólares internacionales que dan cuenta de estos ajustes.

El primer gráfico muestra las estimaciones de la proporción de la población mundial que vive en pobreza extrema.

En 1820 sólo una pequeña élite disfrutaba de un nivel de vida más alto, mientras que la gran mayoría de la gente vivía en condiciones que hoy llamaríamos pobreza extrema. Desde entonces, la proporción de personas extremadamente pobres ha venido cayendo continuamente. Cada vez más regiones del mundo se industrializan y con ello aumenta la productividad que permitió sacar a más personas de la pobreza: En 1950, tres cuartas partes del mundo vivían en extrema pobreza; en 1981 era 44%. Para el año pasado, la investigación sugiere que la participación en la pobreza extrema ha caído por debajo del 10%.

Es un gran logro. Para mí, como investigador que se centra en el crecimiento y la desigualdad, tal vez el mayor logro de todos en los últimos dos siglos. Es particularmente notable si tenemos en cuenta que la población mundial se ha multiplicado por 7 en los últimos dos siglos En un mundo sin crecimiento económico, este aumento de la población habría dado lugar a menos y menos ingresos para todos. Un aumento de 7 veces en la población mundial habría sido suficiente para llevar a todos a la extrema pobreza. Sin embargo, sucedió exactamente lo contrario. En un momento de crecimiento demográfico sin precedentes, nuestro mundo logró dar más prosperidad a más personas y sacar continuamente a más personas de la pobreza.

El aumento de la productividad era importante porque hacía que los bienes y servicios vitales fueran menos escasos: más alimentos, mejores prendas de vestir y viviendas menos abarrotadas. La productividad es la relación entre la producción de nuestro trabajo y el aporte que ponemos en nuestro trabajo. A medida que aumentaba la productividad, se beneficiaba de una mayor producción, pero también de un menor número de insumos: la jornada laboral semanal cayó muy sustancialmente.

El crecimiento económico también fue importante porque cambió la relación entre las personas. En el largo tiempo en que el mundo vivió en un mundo sin crecimiento, la única manera de mejorar era si alguien empeoraba. Su propia buena suerte era la mala suerte de sus vecinos. El crecimiento económico cambió eso, el crecimiento hizo posible que uno sea mejor al mismo tiempo que otros mejoraban. El ingenio de quienes construyeron la tecnología que aumentó la productividad -el automóvil, la maquinaria y la tecnología de la comunicación- hizo que algunos de ellos fueran muy ricos y, al mismo tiempo, aumentaran la productividad y los ingresos de otros. Es difícil exagerar la diferencia entre la vida en suma cero y la economía de suma positiva.

Desafortunadamente, los medios de comunicación están demasiado obsesionados con reportar eventos individuales y cosas que salen mal y no prestan suficiente atención a los lentos desarrollos que remodelan nuestro mundo. Con estos datos empíricos sobre la reducción de la pobreza podemos recrear qué reportaría un medio de comunicación concreto sobre el desarrollo global. El titular podría ser “El número de personas en extrema pobreza cayó en 130,000 desde ayer”. Y este titular no se habría publicado solo una vez, ya que – en promedio – ha habido una reducción de 130,000 personas menos en situación de pobreza extrema cada día desde 1990.

​II. Alfabetismo

¿Cómo evolucionó la educación de la población mundial durante este período? La siguiente tabla muestra la proporción de la población mundial alfabetizada en los últimos dos siglos. En el pasado, sólo una pequeña élite era capaz de leer y escribir. La educación de hoy, incluso en los países más ricos, es un logro muy reciente. Fue en los últimos dos siglos que la alfabetización se convirtió en la norma para toda la población.

En 1820 sólo 1 de cada 10 personas eran alfabetizadas. En 1930 era cada 3 y ahora estamos en el 85% a nivel mundial. Dicho de otra manera, si uno estuviera en 1800, tendría una probabilidad de 9 en 10 de no ser capaz de leer – hoy más de 8 de cada 10 personas son capaces de leer. Y si son jóvenes, las posibilidades son mucho más altas ya que muchos de la población analfabeta de hoy en día son viejos.

Si crees que la ciencia, la tecnología y la libertad política son importantes para resolver los problemas del mundo y crees que saber leer y escribir ayuda para lograrlo, entonces mira las cifras en números absolutos. En 1800, había 120 millones de personas en el mundo que sabían leer y escribir; hoy hay 6.2 mil millones con la misma habilidad.

III. La Salud

Una de las razones por las que no vemos progreso es que no somos conscientes de lo mal que estábamos en el pasado.

En 1800, las condiciones de salud de nuestros antepasados ​​fueron tales que alrededor del 43% de los recién nacidos del mundo morían antes de cumplir 5 años. Las estimaciones históricas sugieren que el mundo entero vivía en malas condiciones. Hubo relativamente poca variación entre las diferentes regiones: en todos los países del mundo más de 1 en cada tres niños murieron antes de los 5 años de edad.

Sería erróneo creer que la medicina moderna era la única razón que explica la mejorar en salud. Inicialmente, la prosperidad creciente y la naturaleza cambiante de la vida social importaban más que la medicina. Se trata de mejoras en la vivienda y el saneamiento que mejoraron nuestras posibilidades de sobrevivir las enfermedades infecciosas. Una dieta más sana – posible gracias a una mayor productividad en el sector agrícola y en el comercio exterior – nos hizo más resistentes a las enfermedades. Sorprendentemente, mejorar la nutrición y la salud también nos hizo más inteligente y más altos.

Pero seguramente la ciencia y la medicina también importaban. Una población más educada logró una serie de avances científicos que hicieron posible reducir aún más la mortalidad y las enfermedades. El descubrimiento de la Teoría microbiana de la enfermedad (o la teoría de los gérmenes) en la segunda mitad del siglo 19 fue particularmente importante. En retrospectiva es difícil entender por qué una nueva teoría puede ser tan importante. Pero en un momento en que los médicos no se lavaban las manos al pasar de la autopsia a la partería, la teoría finalmente convenció a nuestros antepasados ​​de que la higiene y el saneamiento público son cruciales para la salud.

La teoría de los gérmenes sentó las bases para el desarrollo de antibióticos y vacunas, y ayudó al mundo a ver por qué la salud pública es tan importante. La salud pública importa mucho: todos se benefician de que todos los demás estén vacunados y todos se benefician de que todos obedezcan las reglas de higiene.

Con estos cambios, la salud global mejoró de una manera que era inimaginable para nuestros antepasados. En 2015, la mortalidad infantil se redujo al 4.3%, 100 veces menos que hace dos siglos. Es importante tomar esta larga perspectiva para ver el progreso de lo que hemos logrado.

IV. La Libertad

La libertad política y las libertades civiles están en el corazón del desarrollo, ya que son un medio de desarrollo y un objetivo de desarrollo. El periodismo y el discurso público son los pilares sobre los que descansa esta libertad, pero las evaluaciones cualitativas de estos aspectos corren el riesgo de percibir erróneamente un declive de las libertades a lo largo del tiempo, cuando en realidad estamos elevando el nivel por el cual juzgamos nuestra libertad. Por lo tanto, las evaluaciones cuantitativas pueden ser útiles cuando nos ayudan a medir la libertad con el mismo criterio entre los países y con el tiempo.

Hay varios intentos de medir los tipos de regímenes políticos que gobiernan los países del mundo y capturar algo tan complejo como un sistema político puede ser polémico. No hay manera de evitarlo. En este análisis me basaré en el índice Polity IV, ya que es el menos problemático de las medidas que presentan una perspectiva a largo plazo. El índice mide los regímenes políticos en un espectro de +10 para democracias completas a -10 para autocracias completas. Los regímenes que caen en algún lugar en el centro de este espectro se llaman anocracias (un sistema de Gobierno que incluye características de inestabilidad política, ineficacia y una mezcla incoherente de rasgos y prácticas autoritarias y democráticas). A esto agregué información sobre los países del mundo que fueron gobernados por otros países como parte de un imperio colonial.

Una vez más quiero dar una perspectiva de tiempo para tener una perspectiva de cómo la libertad política ha cambiado en los últimos 200 años.

El gráfico muestra la proporción de personas que viven bajo diferentes tipos de regímenes políticos durante los últimos dos siglos. A lo largo del siglo XIX, más de un tercio de la población vivía en regímenes coloniales y casi todos vivían en países gobernados autocráticamente. La primera expansión de la libertad política a partir de finales del siglo XIX fue aplastada por el surgimiento de regímenes autoritarios que en muchos países tomaron su lugar en el tiempo previo a la Segunda Guerra Mundial.

En la segunda mitad del siglo XX, el mundo cambó significativamente: los imperios coloniales terminaron y cada vez más países se volvieron democráticos. La proporción de la población mundial que vivía en las democracias aumentó continuamente, particularmente después de la ruptura de la Unión Soviética, que les permitió a más países democratizarse. Ahora más de la mitad de las personas en el mundo viven en una democracia.

La inmensa mayoría de los que viven en una autocracia – cuatro de cada cinco de los que viven en un régimen autoritario – viven en la autocracia de un solo país: China.

Los derechos humanos son igualmente difíciles de medir consistentemente en el tiempo y en el tiempo. Los mejores datos empíricos muestran que después de un tiempo de estancamiento, la protección de los derechos humanos mejoró globalmente durante las últimas 3 décadas.

V. Fertilidad

El gráfico siguiente muestra el aumento de la población mundial durante los últimos 2 siglos. La población mundial fue de alrededor de 1 mil millones en el año 1800 y se incrementó 7 veces desde entonces.

El crecimiento de la población aumentó la demanda de recursos de la humanidad y amplificó el impacto de la humanidad en el medio ambiente. Pero este aumento de la población mundial debería evocar más que la ruina y la tristeza. En primer lugar, este aumento demuestra un logro tremendo. Muestra que los seres humanos dejaron de morir a la misma velocidad de la que nuestros antepasados ​​murieron durante muchos milenios antes.

En tiempos pre-modernos, la fertilidad era alta: lo normal era tener 5 o 6 niños por mujer. Lo que mantuvo el crecimiento de la población bajo fue la alta tasa con la cual la gente moría y eso significó que muchos niños morían antes de que alcanzaran su edad reproductiva. El aumento de la población mundial siguió cuando la humanidad comenzó a ganar la lucha contra la muerte. La esperanza de vida mundial se duplicó en los últimos cien años. [En el Perú, la esperanza de vida pasó de 43 años en 1950, a 74 años en la actualidad].

El crecimiento de la población es una consecuencia de que la fecundidad y la mortalidad no disminuyen simultáneamente. El rápido crecimiento de la población ocurrió cuando la fecundidad seguía siendo tan alta como el ambiente insalubre del pasado, pero la mortalidad ya ha disminuido a los niveles bajos de nuestro tiempo.

Lo que hemos visto de país en país durante los últimos 200 años es que una vez que las mujeres se dan cuenta de que las posibilidades de que sus hijos mueran han disminuido considerablemente, se adaptan y eligen tener menos hijos. El crecimiento de la población llega a su fin. Esta transición de la alta mortalidad y fertilidad a baja mortalidad y fertilidad se llama transición demográfica. En aquellos países que primero industrializaron duró por lo menos desde mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX – tomó 95 años para que la fertilidad disminuyera de más de 6 niños a menos de 3 niños por mujer en el Reino Unido. Los países que siguieron después lograron a veces esta transición mucho más rápido: Corea del Sur pasó de más de 6 hijos por mujer a menos de 3 en sólo 18 años, Irán lo logró en sólo 10 años.

Así como los países pasaron por esta transición, el mundo está pasando por esta transición. La fecundidad global se ha reducido a más de la mitad en los últimos 50 años, de más de 5 hijos por mujer a principios de los 60 a menos de 2.5 hoy. Esto significa que el mundo está entrado en la transición demográfica y el crecimiento de la población mundial ha alcanzado su punto máximo hace medio siglo.

Ahora que vemos la disminución de la fecundidad en todas partes llegamos al final del crecimiento de la población: La población mundial se ha cuadruplicado a lo largo del siglo XX, no se duplicará a lo largo de este siglo. Y al final del siglo, la ONU espera un lento crecimiento anual de la población de 0.1% mientras que los demógrafos de la IIASA (siglas en inglés del International Institute for Applied Systems Analysis, organización internacional de investigación científica multidisciplinaria) esperan un fin del crecimiento de la población alrededor del año 2075.

VI. Educación

Ninguno de los logros alcanzados en los últimos dos siglos podría haber sido alcanzado sin la expansión del conocimiento y la educación. La revolución en cómo vivimos no sólo fue impulsada por la educación sino que también hizo que la educación fuera más importante que nunca.

Y sabemos que la educación está en camino a mejorar a nivel mundial. Contrariamente a muchos otros aspectos sociales en los que los permisos son de uso limitado, creo que la educación es un aspecto en el que podemos hacer proyecciones útiles para el futuro. La simple razón es que la composición educativa de hoy nos dice algo sobre la educación del mañana: una joven alfabetizada de hoy será una anciana alfabetizada en 2070 y un estudiante con educación secundaria ahora será un graduado con educación secundaria en el futuro.

La cohorte más joven de hoy es mucho mejor educada que las cohortes más viejas. Y como el tamaño de la cohorte está disminuyendo, las escuelas que ya están en su lugar pueden proporcionar mejor educación para la próxima generación.

La visualización a continuación muestra la proyección del Instituto IIASA para el tamaño y la composición educativa de la población mundial hasta el año 2100.

Es una interesante mirada al futuro: con la baja fertilidad global de hoy, los investigadores esperan que el número de niños declinen desde ahora – nunca habrá más niños en el planeta que hoy. Y como se mencionó antes, los investigadores de la IIASA esperan que la población mundial alcance su pico en 2070 y disminuya a partir de entonces.

Centrándose en el desglose educativo, la proyección sugiere que para el año 2100 casi no habrá nadie sin educación formal y habrá más de 7 mil millones de mentes que habrán recibido por lo menos educación secundaria.

Con la gran importancia de la educación para mejorar la salud, aumentar la libertad política y acabar con la pobreza, esta proyección es muy alentadora.

VII. ¿Por qué no sabemos esto?

La motivación para esta historia de condiciones de vida globales fue el resultado de la encuesta que documentó la negativa perspectiva del desarrollo global que la mayoría de nosotros tenemos. ¿Cómo encaja esto con la evidencia empírica?

No creo que los medios de comunicación sean los únicos culpables de esto, pero creo que tienen parte de la culpa. Esto es porque los medios no nos dicen cómo está cambiando el mundo, nos dicen que es lo que va mal en el mundo.

Una de las razones por las que los medios de comunicación se centran en las cosas que salen mal es que los medios de comunicación se centran en eventos únicos y los eventos individuales son a menudo malos – miremos las noticias: accidentes de avión, ataques terroristas, desastres naturales, resultados electorales que nos gustan, etc.

Los acontecimientos positivos, por otra parte, suceden a menudo muy lentamente y nunca llegan a los titulares en los medios obsesionados con el acontecimiento.

El resultado de un sistema mediático y educativo que no presenta información cuantitativa sobre los desarrollos a largo plazo es que la gran mayoría de la gente es completamente ignorante acerca del desarrollo global. Incluso la disminución de la pobreza extrema global sólo es conocida por una pequeña fracción de la población del Reino Unido (10%) o EEUU (5%). En ambos países, la mayoría de la gente piensa que la proporción que vive en la extrema pobreza ha aumentado. Dos tercios en Estados Unidos incluso piensan que la participación en la pobreza extrema ha “casi duplicado”. Cuando ignoramos el desarrollo global, no es sorprendente que pocos piensen que el mundo está mejorando.

La única manera de contar una historia completa es usando estadísticas. Sólo entonces podemos esperar tener una visión general de las vidas de los 22 mil millones de personas que vivieron en los últimos 200 años. Los desarrollos que revelan estas estadísticas transforman nuestras condiciones de vida globales – lenta pero constantemente. Se informan en esta publicación en línea – Our World in Data (Nuestro mundo en datos) – que mi equipo y yo hemos estado construyendo en los últimos años. Lo vemos como un recurso para mostrar estos desarrollos a largo plazo y así complementar la información en las noticias que se centran en eventos.

La dificultad de contar la historia de cómo cambiaron las vidas de todos en los últimos 200 años es que no se pueden escoger historias únicas. Las historias sobre personas individuales son mucho más atractivas pero no pueden ser representativas de cómo el mundo ha cambiado. Para lograr una representación de cómo el mundo ha cambiado en general, hay que contar muchas, muchas historias a la vez; y eso es estadística.

Para que sea más fácil entender la transformación en las condiciones de vida que hemos logrado, he hecho una visualización resumida de cómo sería la historia de un grupo de 100 personas durante estos 200 años para ver cómo sus vidas habrían cambiado si hubieran podido experimentar este período transformador del mundo moderno.

VIII. ¿Por qué importa que no sepamos esto?

La transformación exitosa de nuestras condiciones de vida sólo fue posible gracias a la colaboración. Tal transformación sería imposible para una sola persona.

Es nuestro cerebro colectivo y nuestro esfuerzo colaborativo son necesarios para tal mejora.

Hay grandes problemas que persisten. Ninguna de lo mostrado anteriormente debe darnos razones para ser complacientes. Por el contrario, nos muestra que aún queda mucho trabajo por hacer: lograr la reducción más rápida de la pobreza es un logro tremendo, pero el hecho de que 1 de cada 10 viva en extrema pobreza hoy en día es inaceptable. Tampoco debemos aceptar las restricciones de nuestra libertad que todavía existen y que se ponen en práctica. Y también está claro que el impacto de la humanidad en el medio ambiente está en un nivel que no es sostenible y que pone en peligro la biosfera y el clima de los que dependemos. Necesitamos urgentemente reducir nuestro impacto.

No es seguro que haremos progresos en contra de estos problemas – no existe una ley tácita que garantice que el mundo continúe con esta tendencia de mejorar las condiciones de vida. Pero lo que está claro desde la perspectiva a largo plazo es que los últimos 200 años nos han llevado a una mejor posición que nunca para resolver estos problemas. Resolver problemas – grandes problemas – es siempre un tema de colaboración. Y el grupo de personas que es capaz de trabajar juntos hoy en día es un grupo mucho, mucho más fuerte que nunca hubo en este planeta. Acabamos de ver el cambio con el tiempo: El mundo de hoy es más saludable, más rico y mejor educado.

Para que nuestra historia sea una fuente de aliento, tenemos que conocer nuestra historia. La historia que nos contamos acerca de nuestro tiempo importa. Debido a que nuestras esperanzas y esfuerzos para construir un futuro mejor están inextricablemente ligados a nuestra percepción del pasado, es importante comprender y comunicar nuestro desarrollo global hasta ahora. Saber que hemos recorrido un largo camino en la mejora de las condiciones de vida y la noción de que nuestro trabajo vale la pena es importante. Es una condición necesaria para la auto-mejora.

La libertad es imposible sin la fe en la gente libre. Y si no somos conscientes de nuestra historia y creemos falsamente lo contrario de lo que es verdad, corremos el riesgo de perder la fe unos de otros.

Lampadia

 




La divergencia de Trump con China

El mundo que se fue haciendo posible desde fines del siglo pasado estaría quedando a medio construir con los recientes sucesos políticos en el Reino Unido y EEUU. Ese mundo de la globalización, el comercio internacional y los procesos de integración, que produjeron la mayor reducción histórica de la pobreza global y de la desigualdad entre los países más ricos y los emergentes y que generó una inmensa clase media global, estaba a medio hacerse.

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Fuente:  es.pinterest.com

Los procesos de integración estaban por consolidarse, los ajustes de las instituciones multilaterales que permitieran una mejor gobernanza global, eran incipientes y, la convergencia entre las dos mayores potencias mundiales, EEUU y China, algo escencial para la armonía y el mayor bienestar global, no pasaba de los libros y artículos de visionarios como Henry Kissinger de EEUU y Kishore Mahbubani de Singapur. 

En efecto, en su último libro, ‘Orden Mundial’, Kissinger nos advirtió que un estudio de Harvard mostraba que historicamente, de 15 casos de interacción entre una potencia emergente y una establecida, 10 terminaron en guerra. Y agregaba que no era sorprendente que hoy pensadores estratégicos significativos, a ambos lados, consideraran que el patrón histórico hacía inevitable el conflicto.

Por su lado Mahbubani, nos decía que estábamos construyendo una nueva y mejor civilización, que nadie habría pensado hace unos años que Singapur podría ser tan próspero como Londres. Pero aún había una gran resistencia a hablar de una gobernanza global que permitiera y cuidara la consolidación de la armonía entre occidente y oriente.

Pues, el Brexit y el acceso al poder del Trumpismo, van exactamente en dirección opuesta a estos pensamientos. Más vale darse cuenta a tiempo de la dirección e intensidad de los nuevos vientos, que en nuestra opinión alterarán profundamente el mundo que se estaba construyendo: uno que era favorable al espacio de desarrollo que necesitan países como el Perú.

No vamos a entrar en detalle de los avances negativos de la formación del gobierno de Trump, ahora solo queremos compartir un excelente artículo sobre las discontinuidades políticas de Gran Bretaña y EEUU, desde la perspectiva de dos intelectuales de Singapur: Mahbubani y Quah. Lampadia

La geopolítica del populismo

DANNY QUAH,  is Li Ka Shing Professor of Economics at the Lee Kuan Yew School of Public Policy at the National University of Singapore. He is the author of The Global Economy’s Shifting Centre of Gravity.

KISHORE MAHBUBANI, Dean of the Lee Kuan Yew School of Public Policy at the National University of Singapore, is the author of The Great Convergence: Asia, the West, and the Logic of One World. He was selected as one of Prospect magazine’s top 50 world thinkers in 2014.

Project Syndicate 
9 de diciembre, 2016
Traducción de Esteban Flamini
Glosado por
Lampadia

SINGAPUR – La gran pregunta a la que se enfrentan ahora mismo los países asiáticos es qué enseñanza extraer de la victoria de Donald Trump en la elección presidencial estadounidense y del referendo por el Brexit (en el que los votantes británicos eligieron abandonar la Unión Europea). Por desgracia, la respuesta no se está buscando en el lugar correcto: el cambio geopolítico.

En vez de eso, han prevalecido las explicaciones económicas. Una dice que la globalización, a pesar de mejorar el bienestar general, también desplaza trabajadores e industrias y aumenta la disparidad de ingresos, lo que crea electorados inquietos como los que apoyaron el Brexit y a Trump. Otra asegura que han sido los avances tecnológicos, más que la globalización, los que agravaron las desigualdades económicas y generaron las condiciones de la conmoción política en los países desarrollados.

Los países emergentes han identificado la desigualdad como un problema fundamental, y coinciden en buscar iniciativas para mejorar la movilidad social y evitar que la globalización y las nuevas tecnologías desplacen a sus clases medias y trabajadoras, y abran el camino a versiones propias de Trump y el Brexit. Para los países asiáticos, la receta política es clara: cuidar a las poblaciones desfavorecidas y ofrecer capacitación y nuevas oportunidades de empleo a los trabajadores desplazados.

Es evidente que todas las sociedades deben velar por sus miembros más pobres y maximizar la movilidad social, sin dejar de recompensar el emprendedorismo y alentar a las personas para que se esfuercen en mejorar su suerte. Pero concentrarse en esas políticas no resolverá el distanciamiento entre la gente y los gobiernos que subyace al ascenso de los populistas, porque su causa raíz no es la desigualdad, sino la sensación de pérdida de control.

Incluso si los países eliminaran las diferencias internas de ingresos y riqueza, y aseguraran la movilidad social para todos sus ciudadanos, las fuerzas que hoy impulsan el descontento popular en todo el mundo subsistirían.

Los votantes de Trump no encajan en el estereotipo en torno al cual gira la explicación económica del resultado electoral. Los pobres fueron más favorables a Clinton, y los ricos a Trump. Contra la explicación popular, Trump no debe su victoria a los que tienen más miedo de caerse del sistema económico.

Se dio algo similar en el referendo británico por el Brexit, en el que los partidarios de abandonar la UE culparon a sus normas supuestamente gravosas y a sus exorbitantes cuotas societarias de frenar la economía británica. Esto tiene muy poco que ver con combatir la desigualdad económica y la exclusión; y es revelador el dato de que las mayores donaciones a la campaña por el Brexit salieron de empresarios ricos.

Además, el sentimiento popular que contribuyó a la victoria del Brexit no se origina en la desigualdad de ingresos o el rechazo al “1%” más rico, sino en la rabia de votantes pobres marginados contra otros pobres marginados (en particular, los inmigrantes), no contra los ricos.

Lo que une a los simpatizantes de Trump y del Brexit no es la rabia por ser excluidos de los beneficios de la globalización, sino una incómoda sensación generalizada de que ya no controlan sus destinos. El aumento de la desigualdad de ingresos puede contribuir a este malestar, pero también hay otros factores.

Paradójicamente, es posible que los simpatizantes del Brexit y de Trump perciban los efectos de la globalización porque la desigualdad general en realidad disminuyó. El efecto más grande de la globalización fue sacar a cientos de millones de personas de la pobreza en los países emergentes. En los años noventa, el PIB combinado de estos países (a tipos de cambio de mercado) apenas llegaba a la tercera parte del PIB combinado de los países del G7. En 2016, esa divergencia había casi desaparecido.

Aumento

La presión inédita sobre el orden mundial no se debe al aumento de la desigualdad de ingresos dentro de cada país sino a la baja desigualdad de ingresos en el nivel internacional. Hay cada vez más diferencia entre lo que los países de Occidente pueden proveer y lo que las economías emergentes demandan. El poder del eje transatlántico que antes gobernaba el mundo se está yendo, y en los países otrora dominantes, tanto las élites políticas como los ciudadanos de a pie sienten esa pérdida de control.

Trump y el Brexit atrajeron a los votantes con la promesa de que las potencias transatlánticas pueden reafirmar su control en el contexto de un orden mundial que cambia a pasos agigantados. Pero el ascenso geopolítico de las economías emergentes, especialmente en Asia, obliga a encontrar un nuevo equilibrio para ese orden, ya que de lo contrario la inestabilidad global se mantendrá. Eliminar la divergencia de ingresos puede ayudar a los pobres, pero en los países desarrollados, no calmará sus temores.

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Reformas que afectarían nuestras libertades

Reformas que afectarían nuestras libertades

En Lampadia nos felicitamos por tener acceso a la siguiente reflexión anónima de alguien evidentemente informado, especializado y comprometido con la salud cívica del país, sobre el devenir de la aplicación de la ley y la cautela de los derechos de los ciudadanos en una sociedad regida por la democracia y el Estado de Derecho.

Nuestro preocupado especialista nos alerta acerca de las posibles perniciosas consecuencias de tres reformas que estarían en curso: la eventual autonomía de la Procuraduría,  derechos inadecuados que se otorgarían a la Unidad de Inteligencia Financiera y facultades impropias para el levantamiento del secreto de comunicaciones.

Consideramos que el análisis siguiente es muy consistente y extraordinariamente valioso. Debe llamar a la reflexión y debate sobre las normas en cuestión por parte de los ciudadanos más informados al respecto, para salvaguardar la mejor salud de nuestra sociedad. No sigamos dejando más vacíos y lejanías en el noble deber de diseñar nuestro futuro como el de una sociedad democrática, justa y próspera.

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Por ‘Colaborador Desconocido’

Traducido y editado por Lampadia

Hay planes para modificar la legislación vigente sobre (1) el status de la PROCURADURÍA, (2) de la Unidad de Inteligencia Financiera y (3) el levantamiento del Secreto de Comunicaciones.

A pesar de que, en principio, modificaciones para mejoras son siempre bienvenidas, es sorprendente y alarmante el poco debate profesional público sobre estos temas tan importantes. Las discusiones son principalmente dirigidas por los promotores de dichos planes quienes, por supuesto, tratan de ‘vender’ sus ideas y tienen de su lado a los medios más importantes, desafortunadamente, sin la debida reflexión, pues estos temas navegan bajo la bandera popular de la lucha contra la corrupción.

PROCURADURÍA (PRO): El objetivo de esta pretendida modificación es otorgarle a la PRO un estatus autónomo. Sin embargo, antes de considerar este plan en detalle, uno debe primero discutir, en principio, si la PRO es necesaria o beneficiosa en absoluto (aparte de ser simplemente los departamentos legales de los ministerios e instituciones del gobierno). La mayor parte de los países occidentales no tienen una PRO en absoluto, sino sólo una Fiscalía. Interesantemente, la mayoría de esos países tienen un sistema judicial que funciona mucho mejor que el de los países que tienen una PRO además de la Fiscalía. Por lo tanto, parece que las razones para tener un sistema de justicia satisfactorio no residen tanto en la forma del sistema, sino en su cultura.

El cambio propuesto no garantiza automáticamente una mejor PRO. Más bien puede empeorar: mientras más autónoma es una institución, más potencialmente propensa es al abuso, y/o puede, a su tiempo, convertirse simplemente en una  fuente de corrupción adicional. Los promotores del plan desean asegurar calidad mediante la introducción de estándares profesionales más altos para los miembros de la procuraduría; sin embargo, ser recto y no corrupto no es un tema de estándares profesionales, sino de carácter (y ¿cómo se evalúa el carácter?).

Otro aspecto es la importancia del equilibrio entre el investigador/acusador y el investigado/acusado. Lo ideal sería que las partes (aunque en un sentido estrictamente  formal, la Fiscalía es la parte en el proceso) tengan iguales derechos e “instrumentos”.  En realidad, sin embargo, este no es el caso, pues la Fiscalía, como la parte   investigador/acusador, tiene muchos instrumentos soberanos  a su disposición (ya sea directamente o mediante aprobación judicial) y puede, por lo tanto, hacerle la vida miserable al investigado/acusado, aunque dicha parte sea todavía legalmente inocente. Una PRO autónoma desplazará el equilibrio ya  inexistente aún más en favor de la parte que investiga/acusa, ya que una PRO autónoma es, como el Ministerio Público, parte de la organización estatal y va a buscar -al igual que cualquier institución- fortalecer su propia imagen, para demostrar su derecho a existir y para ganar influencia y  poder. Ésta  es también la razón por la que la PRO debe pagar, como cualquier otra parte, los costos judiciales, etc., causados por sus actos y no debe estar exenta de hacerlo, como está planeado. Los promotores de la propuesta enfatizan constantemente que la Procuraduría “sólo” actúa como un “abogado” del Estado; si es así, no debe tener más derechos que el abogado que representa a la parte investigada/acusada. Dicho sea de paso, el argumento de ser sólo un “abogado del Estado”, es erróneo, puesto que un abogado nunca es autónomo en lo que concierne a su cliente.

Otra tema abierto es el del control de la PRO y sus miembros, porque cualquier institución requiere una supervisión y control constante y, de ser aplicable, sanción. Estos problemas no se han planteado en absoluto hasta el momento.

Y por último, el gobierno, que representa al Estado, debe tener el derecho a intervenir en el trabajo de la Procuraduría en casos de interés nacional.

Unidad de Inteligencia Financiera (UIF): el levantamiento del secreto bancario es una interferencia muy seria en los derechos básicos y en los asuntos personales de los ciudadanos. En consecuencia, tiene que haber un umbral muy alto para levantar el secreto bancario, y bajo ninguna circunstancia esta interferencia excepcional debería convertirse en algo usual. En la mayoría de los países, esta medida requiere la autorización de un juez: aquí en el Perú se encuentra, hasta el momento, por lo menos en manos del Fiscal de la Nación. Permitir ahora a la UIF (e incluso a otras partes en las investigaciones), la misma facultad, causará un manejo totalmente arbitrario de esta facultad. La UIF es una institución especial: opera en la trastienda, sus informes son anónimos y sus funcionarios no pueden hacerse responsables de sus actos ni son estos apelables. Un gran porcentaje de sus reportes no tiene ningún fundamento legal sólido, pero está lleno de conjeturas, suposiciones, insinuaciones y generalizaciones al estilo de “no podemos descartar”. Un enfoque de este tipo puede traer algunos aspectos e información que soporten el trabajo de la Fiscalía, pero no puede formar la base para otorgar la facultad esencial de levantar el secreto bancario, puesto que nadie que no sea responsable y cuya decisión no sea apelable, debe nunca tener la posibilidad de interferir con los derechos de otros, ni poder dañar potencialmente a alguien que todavía es inocente ante la ley. Permitir que la UIF tenga el derecho de levantar el secreto bancario para acceder directamente a información de las cuentas, significa que esta medida extrema se convertirá en una práctica cotidiana, y no en una medida de último recurso. La consecuencia sería que el investigado/acusado estará sujeto a una “muerte civil”, aunque todavía se encuentre bajo la presunción de inocencia, ya que los bancos, normalmente, van a cerrar inmediatamente sus cuentas, líneas de crédito, etc. y no permitirán una re-apertura de cuentas antes que el caso haya sido archivado (en tiempos de progresiva bancarización se puede vivir sin amor y sexo, pero no sin una cuenta bancaria). Esto destruirá la vida de la parte investigada/acusada, como, por ejemplo, fue el caso de “Santa Natura” que fue erróneamente investigada/acusada por la UIF y la  PRO. Por lo tanto, antes de conceder a la UIF dicha atribución, uno tendría que cambiar en primer lugar el marco legal y la base de operación de la UIF, para que sea ‘accountable` y responsable [“liable”], para hacer sus decisiones apelables y ponerla bajo un eficaz control y supervisión. Puesto que la UIF se opondrá a dejar su espacio secreto de trabajo (en parte por buenas razones), no debe recibir la atribución propuesta. Dicha atribución debe mantenerse solamente en manos de la Fiscalía (o transferírsela al Poder Judicial), más aún desde que los datos bancarios están difícilmente sujetos al periculum in mora, porque la información se refiere a hechos dados, que no pueden ‘escaparse’ ni esconderse. Ésta es otra razón para discutir una forma alternativa de obtener la información pertinente, que no debe tener un efecto dañino en la parte afectada.

Por cierto, el sistema actual de reportar transacciones monetarias “sospechosas” tiene un defecto de nacimiento: las partes informantes (bancos, etc.), así como la UIF, deberían solamente tener el derecho de clasificar transacciones como “inusuales” (que es de por sí un término neutral) y no, como es el caso ahora, como “sospechosas” (que es de por sí un término negativo); luego el fiscal debería tener el derecho y la obligación de clasificar el tema como “sospechoso” (y, acusable, de ser aplicable) o “no-sospechoso” y, finalmente, se debe mantener el derecho y la obligación del juez de calificar la causa en el sentido de estar dentro o en contra la ley, y por lo tanto emitir la sentencia correspondiente. Nadie, cuyas decisiones no acarreen responsabilidad, y/o que no se puedan apelar, puede tener el derecho a calificar una cuestión como “sospechosa” y, por lo tanto, causar potencialmente un daño injusto y sustancial a la parte agraviada.

Secreto de Comunicaciones: Lo indicado líneas arriba se aplica por analogía al plan de otorgar a cualquier parte encargada de una investigación, el derecho de levantar el secreto de las comunicaciones de la parte investigada. Por supuesto, pueden ocurrir situaciones extremas que justifiquen acciones judiciales inmediatas. Sin embargo, otra vez, debe haber mecanismos restrictivos y de control, puesto que de otra manera el levantamiento del secreto de comunicaciones se convertirá en una práctica cotidiana. Y, como el ejemplo de otros países (EE.UU., GB, Alemania, etc.) y del Perú ha demostrado, las avanzadas tecnologías para interferir las comunicaciones telefónicas, emails e internet etc., han causado abusos significativos. Por lo tanto, se requiere ajustar  y no flexibilizar las facultades para intervenir.  

En general: la sustancial corrupción en marcha, el aumento de la tasa delincuencial, el desempeño insatisfactorio de varias ramas gubernamentales y estatales diferentes (incluido el Parlamento y el sistema fiscal/judicial), han generado una profunda frustración y una fuerte reacción de parte del público, de ciertos grupos e individuos, así como de los medios. El objetivo de poner fin a los fracasos o al menos reducirlos es altamente entendible y justificado; sin embargo, la forma en que se expresa la consternación y la forma en que se busca el remedio, son en gran parte erróneas, y no conducirán a una mejora de la situación. Por el contrario, puesto que los remedios buscados actualmente están motivados en parte por bases ideológicas, en parte por razones de  beneficio político y en parte también como una “guerra” personal y por lo tanto  tomados sin mayor escrutinio por los medios y por el público, simplemente, un mal sustituirá a otro. La única manera de conseguir mejoras y cambios, radica en abordar los temas “sine ira et studio” (“sin odio y sin sesgo”) y sin aplicar un estilo “twitter” y “facebook”, si no de forma profunda, mesurada y equilibrada.

La calentada atmósfera (populista), impulsada por la reciente campaña electoral, ya ha producido significativas consecuencias negativas: (a) la presunción de inocencia, introducida en el siglo II DC por el emperador romano Antonino Pío (y que incluso forma parte de la ley islámica ), se está perdiendo cada día más y más, (b) las sustentadas sospechas iniciales se están sustituyendo por sospechas generalizadas y vagas, (c) muchas y  exageradamente largas detenciones preventivas en espera de juicio se imponen, pese a que debieran ser lo más excepcionales y cortas en la privación de la libertad de una persona que todavía está bajo la presunción de inocencia, causando así un daño duradero a su vida y su familia, (d) los jueces son censurados con dureza sin que los críticos conozcan los detalles del caso y de la sentencia o (e) a los jueces se les dice por adelantado cómo tienen que ser las sentencias, (f) existe la intención de  invertir la jerarquía de los delitos y las sanciones correspondientes, evolucionadas durante miles de años, (g) la estricta confidencialidad de las investigaciones individuales es sustituida por fiscales y procuradores que  buscan ser el centro de atención del público y por filtraciones intencionales, (h) la ley y la justicia se politizan para obtener pingues beneficios económicos y políticos, (i) y los medios de comunicación y la calle usurpan los campos y funciones que no se supone sean los suyos, etc. etcétera. Es muy difícil encontrar otro país fundado en la democracia, que esté tan lleno de diarias sospechas,  investigaciones, denuncias, etc. etc., como el Perú, envenenando, por lo tanto, el tejido básico de la convivencia  cotidiana.

Además existen ciertos individuos y grupos que, posiblemente con las mejores intenciones, han comenzado una cruzada personal, obsesionados como Robespierre  con traer la salvación al país (por cierto, es interesante estudiar el lenguaje corporal de aquellas personas). Implementar sus intenciones significaría establecer la dictadura de la letra de la ley; sin embargo, cualquier dictadura, incluyendo la dictadura de la letra de la ley, es el mal. En la historia, cada vez que se ha tratado de realizar un ideal sin aplicar simultáneamente el sentido de la realidad y el pragmatismo, el sentido de la razón y las proporciones, sin tomar en cuenta la naturaleza humana, se ha terminado en un desastre, en lo contrario de lo que se intentaba (“el camino al infierno está plagado con buenas intenciones”).

La democracia y el Estado de Derecho no son formas ideales (no existen formas ideales). Tienen muchos puntos débiles. Sin embargo, este es el precio a pagar por  cierta libertad personal y para vivir dentro de un sistema social que da, comparativamente, una alta protección contra fallos soberanos arbitrarios, decisiones y persecuciones, contra la tendencia de los gobiernos y los políticos a abusar de la ley como un pretexto para aumentar su poder e influencia y restringir la libertad de los ciudadanos, así como contra los entes privados que (ab)usan de la ley para ajustar cuentas personales u obtener ventajas personales. Quién no esté dispuesto a pagar el precio del Estado de Derecho, asume el riesgo de perder la libertad (relativa) y que la sospecha, la arbitrariedad, la persecución, el prejuicio, los pre-juicios, abusos, etc., se hagan cargo. Debemos ser muy conscientes de este riesgo, pues cualquiera de nosotros puede ser, en cualquier momento, la próxima víctima inocente.

Ya es hora de encontrar un enfoque adecuado y medido de los problemas, sin ideología, sin politizar, sin buscar titulares baratos en los medios de comunicación, sin entrar en las cruzadas demagógicas, sin buscar soluciones inmediatas para problemas que tomarán años, si no décadas, en ser resueltos. Una de las mayores y más difíciles tareas de un estado de derecho es de buscar un justo balance entre el derecho de los ciudadanos a vivir en orden y seguridad en un lado, y su derecho a vivir en libertad personal y bajo una mínima interferencia del Estado, en el otro lado. Dicha tarea forma un constante acto de balancear, donde no existen soluciones simples, generales y populistas, sino una constante ponderación caso por caso. Sería una tarea noble y  muy importante de los medios de comunicación serios, tomar el liderazgo de tal reconsideración y reflexión, abordando estos temas de gran complejidad en profundidad y de manera equilibrada, objetiva y viable.

Lampadia

 




Índice de Estado de Derecho

El Índice de Estado de Derecho del World Justice Project (WJP) proporciona datos originales e imparciales sobre cómo el Estado de Derecho es experimentado por el público en general en 102 países de todo el mundo. Este índice se basa en más de 100,000 hogares y 2,400 encuestas a expertos para medir cómo se experimenta el estado de derecho en situaciones prácticas y cotidianas de la gente común en todo el mundo. El rendimiento se evaluó a través de 44 indicadores en 8 categorías, cada una de las cuales es calificada a nivel mundial. 

Ver ranking: http://worldjusticeproject.org/rule-of-law-index​ 

Ver link de origen: http://data.worldjusticeproject.org/​

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