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¿Pero no hay quien lo quiera ocupar?

¿Pero no hay quien lo quiera ocupar?

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

Mientras el elector de izquierda[i] ya puede encontrar claramente a sus opciones presidenciales (Mendoza y Lescano), el elector de derecha, parece no encontrar quien ocupe este sitio en las elecciones generales del 2021.

En la columna A la derecha hay sitio (Lampadia 31.01.2020), mostramos como en las elecciones al congreso del 2016, 10 millones de peruanos, es decir 5 veces los electores de la izquierda, votaron por opciones pro mercado. En esta misma columna, mostramos que en las elecciones parlamentarias del 2020, los votos por opciones parlamentarios de derecha habían llegado a 2 millones, pese al crecimiento del voto de centro y que había un potencial de votos importante por recuperar, entre quienes no votan por las opciones disponibles (11.7 millones) y entre aquellos que migraron a opciones de centro.

Los candidatos de izquierda, inteligentemente y leyendo bien el atomizado panorama electoral que tenemos, están apelado al voto duro de ese sector y sin hacer concesiones de ningún tipo, están levantando las banderas más extremas de la izquierda para conseguir los 12 o 15 puntos con los cuales podrán estar en segunda vuelta. Piden cambio de constitución, no deslindan con la dictadura de Venezuela, atacan a la empresa privada, piden segunda reforma agraria como si la primera hubiera sido buena, alientan el intervencionismo estatal, piden más tributos, entre otras medidas de espanto. No hacen ninguna atenuación de sus propuestas, porque apelan a conseguir el 20% constante de izquierda en el país. La disputa es entre ellos, por ver cual es más achorado que el otro[ii].

Mientras esto sucede, en el otro extremo de nuestra escena política, los candidatos que debieran ocupar la plaza derecha parecen no estar dispuestos a hacerlo y juegan, con poca visión del atomizado panorama electoral, a buscar votos en todo lado, entibiando sus propuestas, haciendo concesiones sin que se las pidan y desperdiciando el caudal electoral de derecha que en la primera vuelta de las elecciones del 2016 superó el 66% de los votos hábiles.

A estos candidatos (De Soto, Fujimori, López Aliaga o Beingolea) les falta levantar las tradicionales banderas de la derecha, por las cuales muchos peruanos, me incluyo, estaremos dispuestos a votar:

  • Empleos antes que bonos.
  • Trabajo antes que subsidios
  • Emprendimientos, empresa privada e inversión antes que Estado o empresa pública deficitaria y corrupta.
  • Capital para las pymes antes que protocolos, manuales, reglamentos, licencias, tributos o clausuras.
  • Austeridad y eficiencia en el Estado: menos consultores, planillas doradas, sueldos y gastos insulsos con nuestros recursos.
  • Defensa de los ahorros y las pensiones. La propuesta de la señora Omonte ya debió haber movilizado a más de un candidato contra este proyecto de estatización de las pensiones y haberse exigido públicamente la expulsión de César Acuña, líder del partido que propone esta medida, de la Fundación Internacional de la Libertad de Vargas Llosa.
  • Libertad de Trabajo antes que “cuarentenas chicha” que el 70% de los peruanos no pueden acatar porque viven del trabajo diario.
  • Defensa del modelo económico de la Constitución en base al cual hemos reducido la pobreza.

En la primera vuelta se apela al elector natural, al que sigue tus convicciones (si las tienes). El voto prestado se pide en segunda vuelta, no ahora.

Como dijimos en la nota que citamos del 31.1.2020:

A La derecha hay sitio y:

  • Es hora de una derecha fresca que reivindique el mercado para el bienestar de la economía y no para los privilegios de sus amigos
  • Es hora de una derecha fresca que pida inversión privada no cuotas en los negocios que reparte el Estado.
  • Es hora de una derecha que combata con la misma fuerza la ineficiencia estatal como el monopolio y el abuso de posición de domino.
  • Es hora de una derecha que defienda la movilidad social de la economía abierta y no el privilegio de algunos.
  • Es hora de una derecha nueva que reivindique la libertad, pero no le tenga miedo a la igualdad de oportunidades.
  • Es hora de una derecha que proteja la familia antes que los prejuicios religiosos de un grupo.
  • Es hora de una derecha que entienda el Perú emergente, su energía y su dinámica.

Si estos candidatos no reivindican estas banderas, es posible ninguno de ellos consiga aglutinar el voto de derecha y que este sector no esté representado en la segunda vuelta. Si quien lo aglutina es la señora Fujimori, le habrán obsequiado la plaza al contendor por su elevado anti voto. O quizás, la falta de decisión de estos candidatos termine obsequiando la plaza a Urresti, quien no parece tener estas convicciones, pero tiene el aire mandóncito que algunos prefieren.

Estamos advertidos. Lampadia

[i] Según las últimas elecciones presidenciales la votación de izquierda llegó a 2.2 millones de electores, sobre un padrón de 22,9 millones de electores. Menos de un 10% del padrón total de electores y algo menos del 20% del total de votos válidos. Esta votación prácticamente se mantuvo en 2.3 millones en las elecciones parlamentarias de enero de 2020, que se sitúa nuevamente por encima del 20% de los votos válidos.

[ii] La disputa por el voto rojo tiene un alto costo. Lampadia 11.12.20.