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Negando la realidad para evadir una verdad incómoda

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 23 de febrero de 2018
Para Correo Ica y Lampadia

La gente desdichada nunca acepta la responsabilidad de sus fracasos. Siempre “otro” es el culpable de sus infortunios. Cualesquiera – menos ellos mismos – son la causa de sus fracasos personales, profesionales, familiares, políticos, etc. Incluso de sus enfermedades y sentencias condenatorias, por ejemplo. Para justificar sus desdichas ante sus allegados, ese “otro” gran culpable suele ser – casi siempre – una autoridad gubernamental. La que esté más a su alcance.

Incluso los éxitos logrados por ciudadanos honestos y trabajadores en el ámbito privado, son negados por esos fracasados. El que tiene éxito en los negocios es un ladrón. El que tiene una pareja fiel y amorosa es un farsante que tiene a la ñaña escondida. O si no, es un pisado, saco largo. Y así por el estilo. Como yo soy un fracasado, nadie puede tener éxito. Así razonan esos infelices.

Eso de negar la realidad para evadir una verdad incómoda se llama negacionismo. El periodista norteamericano Michael Specter define el negacionismo grupal como “todo un segmento de la sociedad… que da la espalda a la realidad en favor de una mentira más confortable. En ese sentido, en Ica – y en el país – hay muchos negacionistas. Gente que niega la realidad para evadir su fracaso.

La Consejera Barco – por ejemplo – declaró hace poco que el Gobernador Regional – o sea, yo – había disuelto el Proyecto Especial Tambo Ccaracocha, a pesar de que en el PETACC había gente muy entendida y profesional. Eso dijo la Barco a un periódico de circulación nacional.

Pues bien, la consejera mintió… y a sabiendas. El PETACC opera normalmente. Jamás fue disuelto. Lo que fue disuelto fue el Directorio del PETACC. Yo lo disolví por oneroso e innecesario. Lo cual – reconozco – puede ser debatible. Sin embargo, lo que no dijo la Barco es que su marido era Director del PETACC. Un tipo sin ningún mérito para serlo – más allá de ser el cónyuge de la Consejera – que no aportaba nada al diálogo con Huancavelica, y que cobraba S/. 1,000 por sesión. ¿Dos sesiones por mes… o tres? ¡S/. 24 luquitas – mínimo – al año sin hacer nada! Esa es la verdad incómoda que la Barco esconde detrás de la falsa disolución del PETACC.

Oliva – el Congresista detrás del desalojo del Centro de Salud de Pisco – dice que el servicio de salud pública en Ica ha colapsado. ¡Mentira! Lo que Oliva quiere es el terreno del Centro de Salud para hacer un proyecto – mejor dicho, un negocio – con la Beneficencia Pública de Pisco. Esa es la verdad incómoda que Oliva esconde detrás de la crítica al eficiente servicio que brinda el Centro de Salud de Pisco.

Segura – el Congresista que exigió la entrega inmediata de un brevete falso para un familiar – también anda hablando tonterías del Gobierno Regional. Que la salud es un caos. Que el Gobernador es un inepto. Y la peor de todas… que la Directora Regional de Transportes – la que le negó el brevete falso – es una corrupta. Está clarísimo. La verdad incómoda de haber requerido un brevete falso, lo lleva a despotricar – sin limitación alguna – del Gobierno Regional.

Hemos logrado acuerdos históricos con Huancavelica para afianzar el agua para nuestras cuencas. Hemos construido decenas de reservorios y plantados millones de pinos en las cabeceras de nuestros ríos. Hemos controlado la epidemia de Dengue. 200,000 iqueños tienen agua potable 24 horas al día. Antes solo tenían agua por horas. La salud pública en Ica ha mejorado. ¡Hemos duplicado – y más – las atenciones médicas… sin colas! Hemos mejorado la educación pública. Hemos mejorado la educación artística, deportiva y tecnológica. Nunca antes ningún Gobierno Regional había sancionado a tantos funcionarios corruptos como nosotros.

Esa es la realidad que los negacionistas tienen que negar para evadir sus verdades incómodas. Contra esa lacra tenemos que luchar. Contra la lacra del negacionismo. Lampadia




EL MODELO SÍ FUNCIONA: Es pro pobre y llega hasta la Sierra Rural

En Lampadia hemos presentado innumerables publicaciones que demuestran que desde la aprobación popular y promulgación de la Constitución de 1993, con la que regresa la inversión privada al Perú después de 30 años de proscripción, la economía y los indicadores sociales de los peruanos mejoraron sustancialmente. Ver:

También hemos desatacado todo lo que falta por hacer en desarrollo económico y social, y con especial énfasis, en desarrollo institucional. Para relievar este último aspecto, hemos creado una biblioteca virtual especializada en las grandes reformas institucionales que debemos desarrollar. Ver: Estado del Siglo XXI.

En esta ocasión presentamos una animación que refleja los indicadores más saltantes del excelente libro de investigación de Richard Webb: Conexión y Despegue Rural. Entre los indicadores que presenta Webb, están el aumento del jornal, el mayor valor de los predios rurales, la disminución de los tiempos de viaje hacia los mercados por la mayor conectividad y la positiva evolución de los ingresos del sector rural, después de estar estancados por 100 años.

Como explica Webb, desde el año 1900 hasta 1994 los ingresos de los habitantes del Perú rural crecieron solo en 1.4% anual promedio. Sin embargo, desde 1994 empezaron a crecer a un ritmo de 7.2% por año.

Ver nuestra primera animación sobre: Los Testimonios de la Prosperidad

Desde los albores del nuevo siglo, en que se consolidó nuestro proceso de crecimiento, las realizaciones del Perú, nuestro sorprendente volteretazo económico y social, y de alguna manera el ‘modelo’ que supuestamente lo representa, ha sido bombardeado y negado por todas las izquierdas. Ver en Lampadia: Realidad vs. Negacionismo, Mentiras y Complacencia. Así fue que el 2011, después de haber tenido una década de crecimiento con inclusión, en que crecimos más que todos los países de la región y de buena parte del mundo, elegimos un gobierno que negaba nuestros desarrollos ofreciendo un proyecto de inclusión.

Como todos sabemos ahora, lo que nos dieron fue

‘Cinco años sin crecimiento y sin inclusión’.

Hoy, en la campaña electoral, los mismos personajes que negaron todo, y sorprendentemente, algunos más, con la colaboración de alguna encuestadora como GFK, y medios de comunicación como La República y el diario Gestión, están ‘dale que dale’ al San Benito de que el ‘modelo’ terminó, que no produjo bienestar y que tenemos que reemprender las políticas públicas que nos hicieron pobres y retardatarios. Incluso algunos candidatos han revivido la monserga del cambio de Constitución, que lo único que aportaría, sería dos años de parálisis y seguramente los cambios que nos llevarían a sus visiones decimonónicas.

No sorprende, que todas las izquierdas fueran las que, en conjunto, sin excepción alguna, firmaran y presentaran, en agosto del 2012, al Presidente de la República, su mamotreto: ‘Una nueva minería’. Este documento es una propuesta para que el Perú adopte los planteamientos del ‘pos-extractivismo’. (Ver en Lampadia: Pos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento). Unas ideas anti modernas y anti desarrollo, que proponen disminuir la producción de bienes y servicios a la mínima expresión posible, solo lo necesario para sobrevivir en una suerte de Edad Media, en la que nuestros amos, o señores feudales, serían las cúpulas de las despistadas y confundidas izquierdas tradicionales. (Lamentablemente, todavía no tenemos ninguna izquierda moderna que entienda el mundo en que vivimos).

Esta estrambótica teoría promovida por un par de aventureros europeos y un uruguayo, pretende por ejemplo: que no exportemos alimentos, que sembremos solo lo que necesitamos para comer y, quien sabe para algunos de nuestros vecinos, si se suman al mismo ‘pensamiento’ neo-ludista. Ver en Lampadia: “Fuera de la ideología todo es ilusión” (I).

El negacionismo de las izquierdas pasó por cuestionar el crecimiento, la reducción de la pobreza, la disminución de la desigualdad y, entre otras aseveraciones, el aislamiento del sector rural. La verdad es todo lo contrario, en resumen podemos afirmar, como en su momento lo hizo el BID, que nuestro crecimiento ha sido pro-pobre, pro-clase media y, como demuestra Webb, también pro-sector rural.

Cuando los peruanos ponemos nuestra cabeza en la almohada, nos apartamos del lenguaje social, de lo políticamente correcto y de la vocación por el reclamo y la queja. Solos, todos sabemos lo que necesitamos para tener vidas prósperas, así como las realizaciones de los últimos 25 años. Nuestros jóvenes sabían lo que necesitaban, cuando pensaban migrar a economías de mercado como las de EEUU, España e Italia antes de la crisis y Chile antes de Bachelet 2. Hoy en su patria, con sus familias, con sus amigos y su comida, saben lo que necesitan, que no es otra cosa que lo que imaginaron conseguir, mediante su sacrificio y entrega personal, en el exterior. Ahora pueden obtener todo ello y más en el Perú. Solo tienen que votar con la sabiduría y el espíritu de sus propias almohadas. Lampadia




Realidad vs. Negacionismo, Mentiras y Complacencia

Realidad vs. Negacionismo, Mentiras y Complacencia

Desde la campaña electoral del 2011, algunos peruanos, especialmente los políticos siguen ‘escupiendo al Cielo’. La transición del Perú de los años 80 al incontrastable proceso de crecimiento con impactos muy positivos en el plano social, que se dio hasta el 2011, no fue un cambio menor y mucho menos un deterioro, sino, mas bien, una suerte de milagro, pues nuestros logros se dieron sin que nadie los vislumbrara.  

En esencia, después del acta de renacimiento estipulada por la Constitución de 1993, que permitió el regreso de la inversión privada y que liberó a los peruanos y sus empresas de las amarras regulatorias ideadas por la dictadura militar, nuestro país floreció como el desierto de Sechura luego de unos días de lluvia.

Lo que el milagro no trajo, la pata rota de nuestro desarrollo, fue la mejora de nuestros espacios institucionales. La única institución que se desarrolló fue el MERCADO, con letras mayúsculas, junto con algunos ministerios y organismos reguladores modernos y profesionales.

dreamstime.com

Desde el nacimiento de Lampadia, hemos destacado los avances del Perú, y los hemos defendido de los ataques de los negacionistas que buscaban una plataforma para acceder al poder, de los mentirosos por sus frustraciones y su vocación ‘incendiaria’ y, de los complacientes que no entendieron que, conociendo la realidad, estaban obligados a difundirla y defenderla.

En noviembre del 2013, publicamos una serie de indicadores sobre los avances económicos y sociales del Perú: Las Cifras de la Prosperidad. Estas cifras demuestran la evolución positiva del crecimiento, la pobreza, la desigualdad y de múltiples indicadores sociales y económicos, que confirman el volteretazo socio-económico de un país por el que nadie daba un medio.

Hoy tenemos que destacar otro desarrollo extraordinario de nuestra patria:

  • El porcentaje de NINIS en el Perú es la mitad de América Latina e igual al de los países más ricos de la OCDE (NINIS: Jóvenes que no trabajan ni estudian).

El sustento de este indicador se muestra en un reciente estudio del Banco Mundial, publicado en febrero pasado: NINIS en América Latina – 20 millones de jóvenes en busca de oportunidades, desarrollado por Rafael Hoyos, Halsey Rogers y Miguel Székely.

Sorprendentemente, uno de los autores, Halsey Rogers, ha sido entrevistado por el diario La República (Carlos Bessombes, Página 20, del 20 de marzo 2016). Los siguientes pasajes corresponden literalmente a la publicación de La República:

En el Perú lo que descubrimos es que tiene la tasa más baja de NINIS en toda la región. Es del 10%, eso es igual a la tasa que se encuentra en los países más ricos de la OCDE. Eso es muy interesante porque se trata de la mitad de la tasa en toda la región, que es de 20%. Lo que encontramos es que había una tasa más alta hasta el año 2000, pero desde ese año se vio una tendencia bastante rápida hacia la baja.

Parece que los jóvenes en el Perú sí se beneficiaron más del rápido crecimiento económico

Con esta información podemos afirmar que hasta el 2011, en que se da el punto de inflexión hacia la parálisis de la economía, el desarrollo fue integral; el llamado ‘modelo peruano’ funcionó, pues el crecimiento fue pro-pobre y pro-clase media; llegó a todas las regiones, incluyendo la sierra rural (Webb) y abarcó a los jóvenes que tuvieron una mejor situación que los del resto de América Latina.

Lo logrado fue extraordinario, pero no es suficiente, falta mucho en desarrollo económico y social, y mucho más aún en desarrollo institucional.

Sin embargo: Para cubrir las brechas que debemos cerrar, no podemos retroceder a las políticas que nos hicieron pobres. Para emprender las agendas de mejoras, no podemos negar los avances. Para alcanzar el poder, no se puede desorientar a la población, diluyendo las relaciones causa-efecto de nuestros avances.

Producto de la complacencia de los que entendieron la realidad, pero no la defendieron, tenemos que una buena parte de los candidatos a las elecciones presidenciales, fluctúan entre los negacionistas y los mentirosos. Entre ellos han destacado con todos los honores: Guzmán, el candidato que fue incapaz de manejar los trámites electorales. Mendoza, que representa a la izquierda tradicional que sigue nublada por las vendas de ‘la gran transformación’, el rentismo de la anti-minería, la admiración del chavismo y la veneración al ominoso ‘Foro de Sao Paulo’ de Lula. Y, por último, pero no en menor grado, Barnechea, que después de haber cortejado y convivido con todas las élites y de representar a varias grandes empresas, ahora se presenta como una suerte de reformista de la base de la pirámide.

Felizmente, los peruanos no son negacionistas, mentirosos ni complacientes. Ahora tienen a sus hijos en el Perú, han formado una gran clase media y saben como mejoraron sus vidas y sus esperanzas desde la gran reforma de los años 90. Juegan con los políticos y la política, pero al final deciden lo mejor para sus hijos. Lampadia

 

 




Mayor bienestar con malas noticias

Mayor bienestar con malas noticias

Desde el nacimiento de Lampadia hemos hecho hincapié en mostrar, con cifras y fuentes, la evolución de los indicadores sociales y económicos del Perú desde la promulgación de la Constitución de 1993 y, especialmente de los diez años previos al gobierno del nacionalismo que nos regaló un ominoso punto de inflexión. Ver: Cifras de la Prosperidad y Punto de Inflexión.

Nuestro enfoque contradecía permanentemente el negativismo y ‘negacionismo’ con el que una buena parte del establishment político y académico calificaba nuestra realidad. Además, nuestras notas de análisis e información contrastaban notoriamente con el ambiente mediático, cargado de malas noticias, escándalos y hasta distorsiones con los que se sigue alimentando, día a día, la formación del sentido común de los peruanos.

De tiempo en tiempo, leemos en boca de ciertos analistas quejas sobre esta situación negativa del clima mediático. Se habla de que lo que se busca es el rating, de la morbosidad del público y a veces de la lejanía de los dueños de los medios y sus periodistas, con el sentido de misión y vocación que todavía algunos esperamos de la prensa.

En esta nota queremos compartir con nuestros lectores un brillante análisis de Matt Ridley, de su reciente libro: The Evolution of Everything (La evolución de todo), en el que nos dice: “No puedo reconciliar en mi mente esta extraña yuxtaposición de optimismo y pesimismo. En un mundo que nos da una oferta inagotable de malas noticias, las vidas de las personas mejoran y mejoran”.

En nuestra opinión, una de las más importantes responsabilidades de los líderes de opinión y de los medios de comunicación es promover la formación de ciudadanos empoderados y comprometidos, sobre todo en un país, que como el nuestro, está todavía en construcción.

Podemos entender los espacios de la inmediatez informativa en que se desenvuelve el mundo mediático, pero no debemos dejar de lado el eco de los grandes procesos históricos y el fomento de una mejor educación cívica.

Revisemos algunos pasajes de la magnífica obra de Ridley. (Traducido y glosado por Lampadia):

La Evolución de Todo

“Hay dos maneras de contar la historia del Siglo XX. Puedes describir una serie de guerras, revoluciones, crisis, epidemias y calamidades financieras. O puedes apuntar a la gentil pero inexorable mejora de la calidad de vida de casi todos en el planeta: el aumento de los ingresos, la conquista de las enfermedades, la desaparición de los parásitos, la creciente persistencia de la paz, la mayor duración de la vida, los avances de la tecnología. Escribí un libro sobre esto último. Estaba glorioso de que el mundo fuera un muy mejor lugar de lo que jamás había sido. Sin embargo, lee los periódicos y pensarás que habíamos sido sacudidos de desastre en desastre, y que nos esperaba un inevitable futuro de más desastres. No puedo reconciliar en mi mente esta extraña yuxtaposición de optimismo y pesimismo. En un mundo que nos da una oferta inagotable de malas noticias, las vidas de las personas mejoran y mejoran”.

“Creo que ahora ya entendí: Las malas noticias son hechas por el hombre ‘top-down’ (de arriba a abajo) deliberadamente, impuestas a la historia. Las buenas noticias son accidentales, no planeadas, emergentes, evolucionan gradualmente”.

“Las cosas que van bien son largamente  no intencionales; las que van mal son mayormente intencionales. Dos ejemplos:

Uno: La Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa, el Tratado de Versalles, la Gran Depresión, el Régimen Nazi, la Segunda Guerra Mundial, la Revolución China, la Crisis Financiera del 2008; cada uno de estos eventos fue el resultado de decisiones ‘top-down’ hechas por, relativamente, un pequeño número de personas que trataban de imponer sus planes, ya sea por políticos, banqueros centrales o revolucionarios.

Dos: El crecimiento del ingreso global, la desaparición de enfermedades infecciosas, la alimentación de siete mil millones de personas, la limpieza de ríos y del aire, la reforestación de gran parte del mundo desarrollado, la Internet, el uso de telefonía celular para operaciones financieras, el uso de la genética individual para condenar a los criminales y liberar a los inocentes; cada uno de estos eventos fue serendípico, un fenómeno inesperado ofrecido por millones de personas que no tenían la intención de causar estos grandes cambios. Todas las cosas interesantes son incrementales, dice el filósofo Sir David Butler, y “solo muy pocos de los grandes cambios en las estadísticas de los estándares de vida de los seres humanos de los últimos cincuenta años, fueron el resultado de acciones de gobierno”.

“Dejar que las cosas buenas evolucionen, mientras hacen daño, ha sido el tema dominante de la historia. Por eso es que las noticias están solo llenas de cosas malas, pero una vez que suceden, encontramos que el gran bien ha sucedido sin anuncios. Las cosas buenas son graduales, las malas repentinas. Las cosas buenas evolucionan”.

“Equiparar ‘orden y control’ sigue teniendo un atractivo intuitivo, dice Brink Lindsey. ‘A pesar del obvio éxito de los mercados no planeados, a pesar del espectacular desarrollo del orden descentralizado de Internet, y a pesar de la muy publicitada nueva ciencia de la complejidad y del estudio de los sistemas auto-organizados, todavía es ampliamente asumido que la única alternativa a la autoridad central es el caos’”.

“El ‘volante’ (timón) de la historia es el cambio incremental a través de ‘prueba-y-error’, con la innovación dirigida por recombinaciones y esto pertenece a muchas más cosas que solamente a aquellas que tienen genes. (Le debo esta noción a Richard Webb, un experto en evolución e innovación).”

“Una buena apuesta sobre el Siglo XXI es decir que estará mayormente dominado por shocks de malas noticias, pero que experimentará un casi invisible progreso de buenas cosas. Incrementales, inexorables, inevitables cambios nos traerán mejoras materiales y espirituales que harán la vida de nuestros nietos más ricas, sanas, felices, inteligentes, limpias amables, libres y más pacíficas y más iguales –casi todo serendípicamente, como producto de la evolución cultural. Pero las personas con grandes planes causarán dolor y sufrimiento en el camino”.

“Démosle un poco menos de crédito a los creacionistas y alentemos y celebremos la evolución de todo”.

En Lampadia seguiremos tercamente difundiendo información sobre los grandes procesos de la humanidad desde una perspectiva del ‘vaso medio lleno’, mirando hacia adelante y promoviendo una mayor participación de los ciudadanos en la vida del país. ¡Ojalá podamos comprometernos con un mejor y más balaceado clima de ideas! Lampadia