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¿El fin de la globalización?

El comercio mundial lleva varios años a la baja y continúa cayendo, como afirmó tangencialmente Christine Lagarde, directora del FMI, a los países del G20 en su reunión en Hangzhou, China, hace unos días. El proteccionismo, como reacción a la crisis financiera del 2008, es uno de los protagonistas de esta situación y está trayendo como consecuencia la desaceleración del comercio mundial.

La denuncia de Lagarde de los “ataques populistas” contra la globalización fue el hilo conductor de esta cumbre: “La manera como China ha conseguido sacar a 700 millones de la pobreza para formar una clase media, por ejemplo, es una historia que no se incluye en el discurso que ahora se oye”.

¿El fin de la globalización?

Fuente: The Fiscal Times

Y es que fenómenos políticos como el Brexit y discursos aislacionistas como los de Donald Trump parecerían indicar que la globalización se está revirtiendo.  Un artículo reciente de TX Hammes, profesor e investigador de la Universidad de la Defensa Nacional en los Estados Unidos, recordó recientemente como la globalización representó fuentes de generación de riqueza para el mundo y sacó a muchos millones de la pobreza, y no obstante, hoy en día una combinación de política y presiones sociales en los países ricos parece estar revirtiéndola.

La integración comercial y financiera ha integrado efectivamente los mercados globales y han producido inmensos beneficios para la humanidad en su conjunto, como una gran disminución de la pobreza global y de la desigualdad entre los países más ricos y los más pobres. En los últimos 40 años se ha duplicado la población mundial y se ha formado una clase media global de 3,000 millones de habitantes y, hoy los más pobres tienen mejores condiciones de vida que nunca antes, con mayor esperanza de vida, mejor alimentación y mejor salud. Se estima que en 20 años podamos superar del todo la pobreza.

El Financial Times recientemente publicó un artículo (traducido y glosado líneas abajo), que afirma que “Un análisis del Peterson Institute for International Economics indica que los índices de comercio mundial en relación con la producción no han tenido cambio alguno desde 2008, haciendo que éste sea el más largo período de un estancamiento tal desde la segunda guerra mundial. De acuerdo con Global Trade Alert, incluso el volumen del comercio mundial se estancó entre enero de 2015 y marzo de 2016, aunque la economía mundial continuara creciendo.”

Por lo tanto, Martin Wolf concluye que el impulso hacia una mayor integración económica se ha estancado y en algunos aspectos se ha revertido. La globalización ya no está impulsando el crecimiento mundial. Si se llega a producir un retroceso de la apertura comercial por parte de los países más ricos, sus efectos en los países emergentes serían dramáticos. Esta situación es casi el peor evento económico posible que se puede imaginar y golpearía muy duramente a los países y poblaciones más pobres del mundo.

Debemos prepararnos para defender el libre comercio y la globalización para proteger el crecimiento económico y la superación de la pobreza de los países emergentes como el Perú. Lampadia

La marea de la globalización está cambiando

La liberalización del comercio se ha estancado y se observa un constante aumento de las medidas proteccionistas

Por Martin Wolf

Publicado en Financial Times

6 de setiembre de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

¿Se ha revertido la marea de la globalización? Ésta es una cuestión de vital importancia. La respuesta está estrechamente relacionada con el estado de la economía mundial y con la política de Occidente.

La migración plantea problemas bastante específicos. La era de la globalización no estaba acompañada de un compromiso general en pro de la liberalización de los flujos de personas. Por esta razón voy a concentrarme en los flujos comerciales y de capital. La evidencia en estas áreas parece completamente clara. La globalización ha llegado a un estancamiento y, en algunas zonas, está dando marcha atrás.Un análisis del Peterson Institute for International Economics indica que los índices de comercio mundial en relación con la producción no han tenido cambio alguno desde 2008, haciendo que éste sea el más largo período de un estancamiento desde la Segunda Guerra Mundial. De acuerdo con Global Trade Alert, incluso el volumen del comercio mundial se estancó entre enero de 2015 y marzo de 2016, aunque la economía mundial continuará creciendo. El saldo de activos financieros transfronterizos alcanzó el 57 % de la producción mundial en 2007, cayendo a 36 % en 2015. Por último, la inversión extranjera directa (IED) se han mantenido muy por debajo del 3.3 % de la producción mundial alcanzado en 2007, aunque el saldo sigue aumentando, lentamente, en relación con la producción.

Por lo tanto, el ímpetu hacia una mayor integración económica se ha estancado y en algunos aspectos se ha revertido. La globalización ya no está impulsando el crecimiento mundial. Si, en efecto, este proceso está llegando a su fin, o incluso está dando marcha atrás, no sería la primera vez desde la Revolución Industrial, a principios del siglo XIX. Otro período de globalización se produjo durante una era de imperios, a finales del siglo XIX. La Primera Guerra Mundial puso fin a este período y la Gran Depresión lo destruyó. Uno de los principales enfoques de la política económica y exterior de EEUU después de 1945 fue recrear la economía mundial, pero esta vez entre estados soberanos y guiada por instituciones económicas internacionales. Si Donald Trump, quien ha acogido el proteccionismo y ha denigrado a las instituciones globales, fuera elegido presidente en noviembre, representaría el repudio de un eje central de la política estadounidense de la posguerra.

Teniendo en cuenta los antecedentes históricos y las actuales políticas comerciales, sobre todo en EEUU, es natural preguntarse si lo mismo pudiera ocurrir a la época más reciente de la globalización. Eso nos exige comprender las causas.

Parte de la razón de la desaceleración es que muchas oportunidades han disminuido, si no agotado, radicalmente. Por ejemplo, cuando lo principal de la producción de manufacturas de mano de obra intensiva migra de los países ricos, el crecimiento comercial de dichos productos cae. Del mismo modo, cuando el auge de inversión más grande en la historia del mundo, el de China, se ralentiza, lo mismo ocurre con la demanda de numerosas materias primas. Eso va a afectar tanto sus precios como sus cantidades. Una vez más, el fin del más grande auge de crédito mundial de la historia seguramente conducirá a una disminución de las participaciones de activos financieros transfronterizos. Por último, después de décadas de IED, una serie de empresas habrá aprovechado la oportunidad y habrá tenido éxito o, en importantes casos, habrán fracasado.

Sin embargo, ésta no es la historia completa. La liberalización del comercio se ha estancado y se puede observar un constante aumento de las medidas proteccionistas. La crisis financiera trajo consigo medidas reguladoras, muchas de las cuales están destinadas a frenar los flujos financieros transfronterizos. Es probable que el aumento del sentimiento xenofóbico y la ralentización del comercio reduzcan el crecimiento de la IED. En resumen, las políticas son menos favorables.

Y la política tampoco favorece a la globalización. Una vez más, EEUU es la parte central de la historia. Trump es, sin duda, el candidato a la presidencia de EEUU más proteccionista desde 1930. Pero, de manera reveladora, Hillary Clinton (una de las creadoras del “giro hacia Asia” de EEUU), actualmente está en contra del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) del que alguna vez fuera una gran defensora. El Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP, por sus siglas en inglés), que se está negociado entre EEUU y la Unión Europea (UE), se encuentra ahora en serios problemas. La ronda de negociaciones comerciales multilaterales de Doha está moribunda. Y, sobre todo, importantes segmentos del público occidental ya no creen que el aumento del comercio los beneficie. La evidencia reflejada en los ingresos reales relativos y en el ajuste al aumento de las importaciones le proporciona cierto apoyo a este escepticismo.

En el mejor de los casos, la globalización se ha estancado. ¿Es posible que pueda incluso dar marcha atrás? Sí. Requiere la paz entre las grandes potencias. Algunos también argumentan que requiere una potencia hegemónica: el Reino Unido antes de 1914 y EEUU después de 1945. En un momento de desempeño económico deficiente en los principales países de altos ingresos, de aumento de la desigualdad, y de grandes cambios en el equilibrio de poder global, otro colapso debe ser posible. Consideremos el impacto de cualquier combate entre EEUU y China sobre el mar de China Meridional, aunque tal calamidad sería aterrorizante por mucho más que sus estrechos efectos económicos.

¿Es importante el estancamiento de la globalización? Sí. La era de la globalización ha presenciado la primera caída de la desigualdad global de los ingresos de los hogares desde principios del siglo XIX. Entre 1980 y 2015, el ingreso real promedio mundial aumentó en un 120%. Las oportunidades que ofrece la globalización son vitales. Nuestro futuro no puede consistir en ensimismarnos, aislándonos los unos de los otros.

La falla, una muy profunda, radica en no haber asegurado que las ganancias de la globalización no fueran compartidas más equitativamente, en particular en las economías de altos ingresos. Igualmente deplorable fue el fracaso de no proteger a los afectados adversamente. Pero no podemos detener el cambio económico. Además, el impacto del aumento de la productividad y de nuevas tecnologías sobre los empleos y sobre los salarios ha superado con creces el del aumento de las importaciones. La globalización no debe convertirse en el chivo expiatorio de todos nuestros males.

Sin embargo, ahora se ha estancado, al igual que las políticas que la impulsaban. Podría revertirse. Sin embargo, incluso un estancamiento frenaría el progreso económico y reduciría las oportunidades de los pobres del mundo. Llevar la globalización hacia el futuro requiere unas políticas domésticas y extranjeras diferentes a las del pasado. El futuro de la globalización depende de una mejor gestión. Pero, ¿sucederá? ¡Alas!, no estoy optimista.

Lampadia

 




Brexit: Sombrío futuro de GB tras absurdo referéndum

Los resultados a favor del Brexit en el referéndum del pasado 23 de junio marcan un cambio dramático para Gran Bretaña, y quién sabe más aún, para la Unión Europea. Un tema posible, pero visto con lejanía ha terminado causando una tremenda sorpresa y hasta estupor. Tan solo a horas del anuncio de la salida de los británicos de la UE, los mercados globales se han visto afectados significativamente y nadie acierta aún a estimar las consecuencias de este claro punto de inflexión en la historia moderna del mundo desarrollado. La mayoría de los jóvenes, anti Brexit, están en rebeldía. Gran Bretaña puede tener que enfrentar su propia disolución por la posible escisión de Escocia e Irlanda del Norte.

Gran Bretaña podría estar llegado a su fin como una entidad política. Y ya se habla de la posibilidad de que otros países europeos sigan el mismo camino.

¿Quiénes votaron por Brexit y quienes por Bremain? El voto a favor de permanecer en la Unión Europea vino de los territorios de Escocia, Irlanda del Norte, cuyos líderes no tardaron en declarar que van a considerar hacer referéndums para salir del Reino Unido después del voto de sus conciudadanos a favor de permanecer en la UE. También se destaca el voto de Londres.

¿Un voto emocional?

¿Sabían los británicos qué pasaría si ganaba el Brexit? Parece que muchos realmente no sabían por qué han votado. Poco después del resultado, Google informó cuales fueron las búsquedas más populares o ‘trending’, las cuales no solo trataban sobre cómo votar, sino también sobre cuestiones básicas relativas a las implicancias de la votación. Ocho horas después de cerradas las urnas, las búsquedas de “qué pasará si nos vamos a la UE” se habían triplicado.

Un día después de la votación ya se había generado un petitorio de más de 2,000,000 de personas para que se vuelva a hacer la consulta. Una vez que esta situación termine de asentarse, las encuestas de opinión van a registrar la profundidad de la toma de conciencia del voto por el Brexit.

¿Una tragedia para los jóvenes británicos?

Los poblaciones menores de 50 años, especialmente la de los jóvenes de toda GB, votaron contra el Brexit. Entre los menores de 25 años, los contrarios al Brexit prácticamente triplicaron a los que optaron por él. 

Según reporte del diario inglés The Guardian, una encuesta más reciente del mismo YouGov, el 75% de los jóvenes de 18 a 24 años votó por permanecer en la UE. Al haber enajenado a sus jóvenes, la votación del referéndum puede haber creado un daño gravísimo para el futuro de los británicos.

Después de la votación, la frustración de los jóvenes parece ser mayúscula. Los millennials con la sensación de estar encerrados en un espacio sustancialmente menor, perdiendo el sentimiento de ser europeos. Evidentemente, esto no puede quedar así en el futuro, se presenta, por delante, un proceso muy interesante que todos apreciaremos, seguramente con más sorpresas.

Los mercados

En cuanto a la reacción de los mercados esta fue muy fuerte y cuestionadora de la decisión, en GB y en el resto del globo.

El principal indicador del Mercado de Valores de Londres, FTSE 100 se derrumbó en los primeros minutos de operaciones tras perder 550 puntos, una pérdida que corresponde a 1,200 millones de libras. El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, anunció que tiene herramientas para enfrentar la contingencia y pondrá a disposición 250,000 millones de libras de fondos adicionales para mantener estabilidad monetaria y financiera.

¿Qué sucederá ahora? Los activistas pro-Brexit han dicho que Gran Bretaña continuará intercambiando bienes y servicios con la UE; la mitad del comercio del país. Los defensores del Brexit también dicen que Gran Bretaña estará libre de la embrutecedora burocracia del UE.

Mientras tanto, quienes defienden el “no” o “Bremain” dicen que el Brexit es un salto al vacío y los principales economistas advierten de graves consecuencias. Como explica Martin Wolf, podría generarse una importante salida de capitales de la GB. Ver en Lampadia: Brexit pone en peligro la confianza de extranjeros.

Las consecuencias a corto plazo ya se están viendo: La incertidumbre sobre los futuros acuerdos comerciales ya ha reducido la confianza en la libra esterlina, lo que vuelve menos atractivas las inversiones. El Banco de Inglaterra llamó al Brexit “el mayor riesgo para la estabilidad financiera nacional”. John Van Reenen, director del Centro del Desempeño Económico del London School of Economics, dijo a la CNBC que los impactos a corto plazo serían dolorosos: “Se obtiene un fenómeno de ‘estancamiento’ en el cual las empresas no quieren tomar nuevas decisiones, o nuevas inversiones, puesto que existe incertidumbre sobre el futuro. El efecto inmediato será una reducción de la actividad de inversión, una disminución de la contratación. Habrá una desaceleración inmediata del crecimiento”.

Los efectos a largo plazo son más controvertidos, aunque la mayoría de los economistas consideran que también serán negativos. Económicamente es un problema grave que llega en un mal momento para Europa. Por mucho que la Unión Europea afirme estar preparada, la incertidumbre va a arrastrar al Reino Unido y contagiar a Europa, aunque se controlen otros intentos de salida de Holanda, Francia o Dinamarca. El gráfico inferior compara el comportamiento proyectado del PBI de la GB con y sin el Brexit, el cual muestra que la decisión del referéndum habría sido un error monumental. 

En los últimos 12 meses hasta 48,000 millones depositados en fondos británicos han ido a valores más seguros (Alemania y Estados Unidos), el proceso continuará en el corto plazo y para muchos analistas no se recuperará nunca del todo. La inversión en activos en el Reino Unido perderá peso en las carteras de inversores a nivel global.

Esto también traerá consigo una mayor tasa de desempleo. Según un análisis de The Economist Intelligence Unit, “la tasa de desempleo podría subir en 2017, alcanzando un máximo de 6% en 2018. Esto refleja un aumento de 230,000 en el número de desempleados en comparación con 2015, y son alrededor de 380,000 más que nuestra proyección para el 2018.”

Por otro lado está la incertidumbre del modelo comercial. Probablemente, Gran Bretaña buscará un estatus de país asociado, algo similar al de Noruega o Suiza, no obstante, aun así se afectará el comercio.

Se estima que el costo de vida para los británicos subirá porque mientras que apenas el 6.6% de las exportaciones comunitarias se dirigen a las islas, hasta un 51.4% de las ventas británicas se dirigen al continente. Los partidarios del Brexit creen que se sustituirá parte por productos propios y será bueno para la economía británica, pero la realidad económica no es tan simple y el escenario más probable, es que haya una importante contracción comercial. 

Esto llevará con casi toda seguridad a una recesión: Cuán grave sea dependerá de muchos factores, siendo uno de los principales cómo terminará siendo la relación entre Europa y el Reino Unido. El nuevo gobierno buscará que la UE sea generosa en el nuevo estatus que regirá las relaciones mutuas. Algo difícil a la luz de las reacciones contrarias. Aún si se lograra la mejor disposición, la OCDE estima que cada familia británica perderá 3,000 euros anuales.

Otro tema importante a enfrentarse es el de la inmigración. Todavía no está claro qué sucederá con los 1.2 millones de británicos que viven en otros países de la UE y con los casi 3 millones de ciudadanos no británicos de la UE que viven en Gran Bretaña. Durante los próximos dos años GB no podrá expulsar a los inmigrantes, período a partir del cual sí se podrán imponer las cuotas o mecanismos de control de fronteras que decida el gobierno.

Los orígenes del Brexit

Las causas de por qué llegó Gran Bretaña a esta difícil decisión son muchas, ver el análisis de Lampadia: Entendamos los factores que impulsan el Brexit y el artículo de Ian Vásquez: El Reino Unido y el futuro de Europa, en el que comenta que la burocracia de la UE ha llegado a establecer regulaciones simplemente ridículas, como prohibir el uso de platitos y otros contenedores tradicionales para servir aceite de oliva en restaurantes.

La UE, además de estar sobre regulada, es poco competitiva en los mercados globales, excesivamente proteccionista y permisiva con el incumplimiento de sus propias reglas.

Sin embargo, el descontento coyuntural de muchos británicos, con la UE parece estar más vinculado a los impactos en la opinión pública de las dos migraciones que afectan a Europa, la interna, entre los países de la UE y la más reciente y desbordada, la de las poblaciones desplazadas de Siria y otros países afectados por la violencia y la pobreza. 

Los seres humanos tendemos a ver algunos procesos como irreversibles, tal como se veía al mito de la UE, pero como dice el historiador chileno Rodrigo Moreno, “nada es irreversible”.

Comentarios y reacciones

  • El Brexit puede marcar el inicio de la desintegración en Europa. Algunos miembros nórdicos de la UE pueden decir “Sin el Reino Unido, la UE será mayormente la Eurozona, ¿qué hay para nosotros?” – Suecia, Dinamarca y otros. Según Nouriel Roubini.
  • El Canciller francés y el núcleo duro de la UE quieren apurar a Londres a iniciar las negociaciones de la salida. Hasta ahora en Europa no entienden los graves errores de la UE que han propiciado el Brexit y han venido dañando a la UE en conjunto.
  • “Este es el principio del fin para la UE”, aseguró Peter Lundgren, diputado del partido Demócratas de Suecia. “Otros países seguirán los pasos del Reino Unido. Europa va a caer”, agregó.
  • “El voto señala la necesidad de un nuevo tipo de globalización”.

“La llamada a castigar a la GB es un ejemplo de estupidez de la política europea”.

“¿Qué hacer?: Primero, parar la ola de refugiados terminando inmediatamente la guerra de Siria. No atacar a Bashar al-Assad y dejar que el combata a ISIS. Segundo, parar la expansión de la Otan en Ucrania y Georgia”, entre otros.

Jeffrey Sachs (Project Syndicate) [Que tal contrabando el de Sachs].

  • Un ganador entre los Conservadores: Boris Johnson, MP (Miembro del Parlamento) y ex alcalde de Londres. Promotor de Brexit. Un político carismático y erudito pero altamente populista.
  • Un perdedor entre los Laboristas: Jeremy Corbin, el líder del partido laborista que no siguió la línea pro europea de su partido. Se ha pedido su censura en el partido y el 50% de los ministros de su ‘Gabinete en la Sombra’ están presentando sus renuncias para forzar su salida de Corbin, solo lo defienden las cúpulas sindicales.
  • “Cameron pasará a la historia como el político irresponsable que puso en juego el interés general de Gran Bretaña y de Europa para resolver un problema personal y de partido”. Felipe González, El País de España.

Muchos procesos históricos, como el de la creación de la UE, son impulsados por líderes de primer orden, visionarios y persistentes. Lamentablemente, cuando estos procesos se dan por sobre entendidos y se pierde ‘la cara de hereje de la necesidad’, líderes de segundo orden asumen la conducción de los acontecimientos y todos los espacios de gestión y gobierno son invadidos por burócratas profesionales, que empiezan a justificar su existencia con regulaciones que muchas veces terminan por asfixiar y desnaturalizar las creaciones de nuestros mejores líderes.

Hoy Gran Bretaña y Europa enfrentan una situación caótica y frustrante. Sin lugar a dudas un momento histórico, una discontinuidad, un ‘cisne negro’, de consecuencias inciertas.

Una importante lección para el manejo de las democracias modernas es que no se deben hacer ofertas electorales irresponsables para ganar un poco más de votos, ni convocar plebiscitos cuando la población está exacerbada por algún proceso coyuntural. Cameron se equivocó de lleno y su renuncia es indispensable. Lo malo para el Reino Unido, es que se ha producido un vacío de liderazgo, pues ninguno de los partidos ni líderes individuales tiene una visión seria sobre la nueva realidad que deberá forjarse.  

Lampadia




Entendamos los factores que impulsan el Brexit

Entendamos los factores que impulsan el Brexit

El 23 de junio de 2016, la población de Gran Bretaña (GB) votará en un referéndum para decidir si permanece en la Unión Europea (UE) o si se desliga. Quienes son pro-UE sostienen que la salida le costará muy caro a los británicos en términos de prosperidad económica, estabilidad financiera y seguridad nacional. Quienes son anti-UE consideran que salir de la UE será bueno, ya que le daría a Gran Bretaña la libertad para determinar su propio destino para tomar decisiones sobre los impuestos, la inmigración y otros miles de temas que son de suma importancia para el bienestar económico y político de su pueblo.

Lo difícil de este debate es que hay buenas razones a ambos lados. El problema parece estar mal planteado. El debate no debería ser sobre si es mejor salirse o no de la UE, sino qué debería cambiar en la gestión de la UE para que Gran Bretaña permanezca como parte de esta asociación económica y política que nació después de la Segunda Guerra Mundial. Ver en Lampadia: ¿Será posible construir una nueva Europa?

Las motivaciones que impulsan el denominado ‘Brexit’ (Salida de Gran Bretaña, en inglés: Britain’s Exit) son muchísimas y completamente razonables. Como afirma Ian Vasquez en su columna de opinión: El Reino Unido y el futuro de Europa, “La UE empezó como un mercado común y zona de libre comercio. [Pero] Se ha transformado en el tiempo en un gobierno supranacional y burocratizado que centraliza cada vez más poderes y recursos financieros, y emite cada vez más regulaciones que sus 28 diversos miembros tienen que cumplir. Muchas regulaciones son simplemente ridículas”.

Entre los argumentos a favor del Brexit tenemos la alta contribución del Reino Unido a la UE, £13 mil millones en 2014; sin embargo, según FullFacts.org, solamente se recibió £4.5 mil millones de gasto por parte de la UE, dejando una pérdida contable de £9 millones. 

Otro ejemplo es que bajo las normas de la UE, Gran Bretaña no puede evitar que alguien de otro país miembro se mude a vivir a su país, mientras que los británicos se benefician de un derecho equivalente a vivir y trabajar en cualquier otro lugar en la UE. El resultado ha sido un enorme aumento de inmigración en Gran Bretaña, sobre todo de Europa del este.

Como afirma Ivan Vasquez, “Se ha llegado a prohibir el uso de platitos y otros contenedores tradicionales para servir aceite de oliva en restaurantes, por ejemplo, o regular la curvatura de ciertos plátanos. Muchísimas reglas imponen costos desmedidos. La política agrícola de la UE, por ejemplo, es altamente proteccionista e ineficiente. Consume el 30% del presupuesto de la UE para favorecer al 3% de la población europea, que son agricultores. El consumidor europeo termina pagando doble: por los subsidios y por los precios elevados de comida.” Líneas abajo presentamos algunos ejemplos de otras normas que desincentivan a Gran Bretaña a formar parte de la UE, o debieran ser la razón fundamental para plantear una reforma y evitar su alejamiento. (Publicadas en Cost of the EU – let’s spend our money on our priorities):

  • Normas que retrasan la construcción de escuelas y hospitales con trabas burocráticas y aumentan sus costos.
  • La obligación de aumentar los impuestos a la electricidad, que afecta sobre todo a las familias más pobres.
  • Se obliga el imponer IVA (impuesto al valor agregado) en productos que van en contra de los intereses de Gran Bretaña.
  • Se obstruye la construcción de viviendas gracias a la Directiva de Hábitats.
  • Debido a la contribución obligatoria de la UE, Gran Bretaña envía un total de £350 millones semanales a Bélgica, que podría ser utilizado en gastos públicos necesarios.
  • Las regulaciones de la UE generan costos adicionales de  más de £600 millones a la semana a las pequeñas empresas de Gran Bretaña.
  • El proteccionismo de la UE genera pérdidas millonarias a los agricultores y pescadores de Gran Bretaña.
  • El exceso de normas de la UE afectan el desarrollo de nuevas tecnologías.

Por otro lado, queda claro que el eventual Brexit pondría en peligro el comercio de Gran Bretaña con su principal socio comercial. La UE representa casi la mitad de las exportaciones e importaciones de Gran Bretaña, lo que corresponde al 15% del PBI del país. Un Brexit también haría de Gran Bretaña un destino mucho menos atractivo para la inversión extranjera, ya que parte del atractivo es su acceso a los mercados de la UE. Como explica Martin Wolf, podría generarse una importante salida de capitales de la GB, eventualidad para la que los bancos centrales están organizando un respaldo importante. Ver en Lampadia: Brexit pone en peligro la confianza de extranjeros.

De hecho, las consecuencias de un Brexit para la GB son difíciles de acota. Mucho dependerá de cómo terminen las relaciones entre Gran Bretaña y la UE. Podría llegar a ser como el caso de Suiza, que tiene una asociación con la Unión Europea, o como Noruega e Islandia, que están dentro de la Zona Económica Europea, y por lo tanto en el mercado interno, pero sin poder sufrir la imposición de normas por parte de la UE. O, alternativamente, podría ser que Gran Bretaña termine con una relación disminuida con la UE.

Desde el punto de vista de la UE, la salida de GB sería un tremendo fracaso de un proyecto que tiene muchos sustentos positivos para la propia UE, incluida GB, y para toda la humanidad. En un mundo multipolar con EEUU, China y más adelante India, una Unión Europea sólida que avance y no retroceda sería muy importante para el mundo global, pues además de los balances económicos implícitos, seguiría aportando los valores de la civilización moderna desde una plataforma inspiradora.

Lamentablemente, la UE ha ido recorriendo un camino anti moderno de empoderamiento de la burocracia y abundancia de normas que asfixian la creatividad y competitividad de los países miembros y de sus empresas. No dejen de ver en Lampadia el artículo del español Don José María Ruiz Soroa sobre el exceso de legislación, ¡Dejen de legislar!.                                                                                        

Lo grave de este enfrentamiento en la UE es que se da en medio de un sentimiento nacionalista, proteccionista y populista que con un sentimiento antiglobalización empieza a extenderse por todo el bloque europeo.

En términos económicos la permanencia de GB en la UE, es muy importante, como lo muestra el siguiente gráfico:

El referéndum del 23 de junio no es solo un problema económico, también es político. El debate va más allá de una separación de Gran Bretaña de la UE. Si se produce el Brexit, esto bien podría ser el inicio del fin de la Unión Europea y el consiguiente debilitamiento de la globalización, sobre todo ahora que, repetimos, asechan el nacionalismo, el proteccionismo y el populismo en una de las regiones más icónicas del mundo moderno. 

Lampadia




Bancos Centrales siguen apoyando recuperación de economías

Bancos Centrales siguen apoyando recuperación de economías

La crisis del 2008/9 sigue teniendo impactos importantes en la economía global. En el caso de los países más ricos, sus economías no recuperan aún un ritmo de crecimiento que permita mejorar la sensación de bienestar. Además, los europeos no logran reducir el nivel de desempleo ni las inmensas deudas públicas que han acumulado.  Para colmo de males, se ha hecho evidente un aumento importante enla desigualdad en sus países.

Probablemente, este último tema es el más grave y su solución va más allá del artículo de Martin Wolf, sobre la política monetaria, que compartimos líneas abajo. Sobre éste, cabe resaltar lo asertivas que han sido las autoridades monetarias para enfrentar sus problemas con todas las armas necesarias.

Los riesgos de los tratamientos radicales de los bancos centrales

Martin Wolf

Financial Times

25 de mayo de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

 

La política monetaria extrema puede tener consecuencias no deseadas

Ingram Pinn illustration©Ingram Pinn

¿Hemos llegado a los límites de la política monetaria? No. El botiquín de los bancos centrales todavía está lleno. Sin embargo, el uso agresivo de ‘curas’ antiguas o el uso de nuevas ‘curas’ crean riesgos políticos, financieros y económicos. Peor aún, dichas acciones no puede resolver algunas de las dificultades más grandes que enfrentan las economías de altos ingresos. En un mundo ideal, por lo tanto, la política monetaria, no debería seguir siendo “el único juego en la ciudad”. Desafortunadamente, no vivimos en un mundo ideal. En el mundo real, los bancos centrales deben seguir siendo nuestros médicos de cabecera.

Los bancos centrales han empleado los tratamientos más radicales que nunca antes. Los principales bancos centrales de las economías avanzadas han fijado tasas de interés a corto plazo cercanas a cero. El Banco de Japón las aplica desde 1995. La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) y el Banco de Inglaterra han utilizado tasas ultra bajas desde principios de 2009. En 2013, el Banco Central Europeo (BCE) hizo lo mismo – aunque muy lentamente.

Estos bancos también han ampliado considerablemente sus balances a través de la flexibilización cuantitativa [compra de activos financieros del sector público y privado] o, en el caso del Banco de Japón, “flexibilización cuantitativa y cualitativa” (que incluye el alargamiento de los vencimientos de los activos adquiridos). Al igual que la FED, el Banco de Inglaterra ha dejado de comprar activos. Pero, su balance es más grande, en relación con el PBI  del Reino Unido, que a lo largo de su larga historia. El Banco de Japón y el BCE todavía están expandiendo sus balances (ver gráficos).

Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, señaló en Shanghai en febrero: “la innovación del Banco Central ha. . . llegado a tasas negativas, con alrededor de un cuarto de la producción mundial que se genera en economías en las que las tasas son, literalmente, altísimas”.

Sin embargo, incluso después de años de tales esfuerzos, EEUU es la única economía de altos ingresos que ha alcanzado su meta de inflación. Por ello la FED ha iniciado un ciclo de ajuste, cautelosamente, con la tasa de fondos federales aún por debajo de 0.5%.

Una respuesta a este aparente fracaso es el argumento de que cumplir con la meta de inflación no importa. Algunos incluso argumentan que la deflación tiene méritos. Este punto de vista es erróneo, por tres razones.

En primer lugar, si la inflación es cero o, aún peor, si resulta negativa, se hace más difícil conseguir los cambios necesarios en los precios relativos y los salarios. El obstáculo aquí es la rigidez de los salarios nominales. Esta dificultad es especialmente importante en una unión monetaria de varios países, como en la zona euro.

En segundo lugar, con deflación, los tipos de interés reales negativos sólo son posibles si hay tipos de interés nominales muy negativos. Sin tasas de interés reales negativas, los países podrían terminar en un período prolongado de demanda disminuida, alto desempleo y débil inversión.

En tercer lugar, con deflación, la carga real que implica un determinado nivel de deuda nominal va en aumento. Este riesgo de crear “deflación de la deuda”, una condición explicada por el economista estadounidense Irving Fisher, en la década de 1930. Mientras que Japón logró estabilizar la deflación a un ritmo lento, esto puede ser debido a su uso agresivo de la política fiscal. Descartado esto en la zona euro, los riesgos de la aceleración de la deflación pudieran ser mayores en esta.

Es importante que los bancos centrales alcancen sus metas de inflación. Esto incluye tasas nominales muy bajas o incluso negativas. Mario Draghi, presidente del BCE, afirmó recientemente, que muchos se quejan de que estas bajas tasas de interés son un problema en sí mismas. “Pero”, responde, “no son el problema. Son el síntoma de un problema subyacente, que es una insuficiente demanda para inversión en todo el mundo, para absorber todos los ahorros disponibles en la economía”.

La pregunta es qué tan bien puede la política monetaria remediar tal deficiencia crónica de demanda. Una respuesta es que los bancos centrales poseen muchas maneras de aplicar las nuevas medidas de estímulo monetario: las bajas e incluso negativas tasas de interés, compra de activos, metas más altas de inflación, la financiación monetaria pura y simple de los déficits públicos y el envío directo de dinero a los hogares

Ben Bernanke, ex presidente de la FED, demuestra la potencia de este tipo de herramientas. Él puede ser incluso demasiado cauteloso acerca de qué tan bajo pueden ir las tasas negativas, con el argumento de que “más allá de un cierto punto, la gente simplemente elegirá mantener con ellos,  el dinero que paga cero interés”. Pero la creación de un sistema de pagos basado en efectivo es una tarea difícil y costosa. Como argumenta Martin Sandbu, Director de Roller Agency (agencia desarrolladora de software), sería posible que el banco central o los bancos, limiten el acceso a dinero en efectivo o impongan cargas sobre la conversión de los depósitos en dinero en efectivo. Algunos economistas recomiendan incluso la abolición del dinero en efectivo.

Sin embargo, ir más lejos lleva a dificultades significativas:

En primer lugar, mientras menos convencional es la política, más difícil es calibrar sus efectos. Es necesario crear suficiente demanda adicional, pero no demasiada, junto con efectos secundarios manejables. Esto es muy difícil de hacer, entre otras cosas, porque la política monetaria se maneja a través de muchos canales. Por otra parte, los efectos pueden ser impredecibles. ¿Acaso las tasas negativas, por ejemplo, aumentan la confianza al mostrar que los bancos centrales no están fuera de municiones, o la dañan al demostrar la gravedad de la enfermedad?

En segundo lugar, algunos remedios pueden ser peor que la enfermedad. Tal vez la mayor preocupación es que los riesgos de una política monetaria extrema distorsionen el precio de los activos y la generación de nuevas burbujas financieras. Otra crítica es que la confianza en los tratamientos de política monetaria alivian la presión sobre los gobiernos para llevar a cabo las necesarias reformas estructurales. Otra vez, las políticas aparentemente diseñadas para afectar el tipo de cambio podrían ser vistas como mecanismos para empobrecer al vecino.

En tercer lugar, una política monetaria extrema tiene objeciones políticas. Por ejemplo, los acreedores se oponen a todas las políticas destinadas a reducir las tasas de interés. Una vez más, la gente teme que la financiación directa del déficit público no haría más que alentar el despilfarro fiscal.

Aparte de estas objeciones, hay otras dos importantes dificultades, al depender de una fuerte política monetaria.

Una de ellas es que, si la dificultad fundamental es un exceso de ahorro sobre inversión, la política fiscal sería un remedio mejor orientado. En Japón, por ejemplo, la gran dificultad ha sido el exceso de ahorro del sector de sociedades no financieras. La solución obvia sería mayor tributación de los beneficios no distribuidos. El aumento de los impuestos al consumo está simplemente mal dirigido. Una alternativa sería que los gobiernos aumenten el gasto en inversiones públicas de alta prioridad.

Otra objeción es que la debilidad de la demanda no es la única dificultad. Es, al menos igual de importante, la disminución del crecimiento de la productividad y, en un buen número de países, la falta de flexibilidad de los mercados. Por tales razones, un paquete más completo debería incluir reformas estructurales. Estos últimos no son una panacea, sobre todo a corto plazo, como ha señalado el Fondo Monetario Internacional. Pero necesitan ser parte de la receta.

La política monetaria no se ha agotado, y el uso activo de la misma es esencial. Pero una confianza excesiva en la política monetaria es problemática.

Una dificultad radica en los límites políticos de la acción futura. Otra limitación es la necesidad de calibrar la política y mitigar los efectos secundarios. La política fiscal debe desempeñar un papel mucho más importante en la gestión de la demanda. Más importante aún, la política monetaria puede paliar, pero no curar, los problemas estructurales de bajo crecimiento y mercados inflexibles. Todavía necesitamos una política monetaria activa. Pero no es todo lo que necesitamos. Lampadia




India, la gran estrella de oriente a seguir

India, la gran estrella de oriente a seguir

En Lampadia estamos siguiendo el desarrollo de India desde la campaña política de su actual Primer Ministro, Narendra Modi. En esta ocasión hemos glosado el exigente artículo sobre India de Martin Wolf que reconoce lo que ha significado que un país tan grande y complejo, haya podido mantener una democracia (la más grande del mundo) en convivencia pacífica.

Por décadas, la India estuvo encerrada muy cerca de políticas comunistas que devinieron en un empobrecedor proteccionismo y reglamentarismo que según Wolf, adolece de un nivel de informalidad laboral que llega al 98% (no es un error, solo el 2% se considera formal). Su desarrollo antes de Modi, bajo la dirección de la dinastía de los Gandhi, solo logro crear una suerte de islas de excelencia, como el caso de Bangalore en manufactura y tecnología, Bollywood en la cinematografía y una élite de científicos y tecnólogos.

En cuanto a la economía de India, Wolf se presenta contradictorio: por un lado califica a su gobierno como continuista, si bien reconoce una oposición política inhibidora de las más importantes reformas, pero al mismo tiempo destaca como positivas sus perspectivas de corto y largo plazo.

En el Perú estamos muy lejos de India, debemos seguirla más de cerca, será un factor decisivo en la evolución de la economía global como indicamos en: Una mirada a los motores de la economía global (El mundo está mejor de lo que nos informan).

India: Una luz en la sombría economía mundial

Por Martin Wolf

Publicado en Financial Times

15 de marzo de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

 

El país ha pasado de un socialismo con entrada restringida a un capitalismo sin salida.

La capacidad de esta enorme y pobre nación de sostener una democracia viva ha sido una de las maravillas políticas del mundo. Sin embargo, su rendimiento económico no ha estado a la altura de lo que pudo haber sido. Sin embargo, la India es ahora la economía grande de mayor crecimiento en el mundo.

Es difícil juzgar lo que está sucediendo en términos de resultados y políticas. Cuatro conclusiones. En primer lugar, el partido nacionalista Bharatiya Janata del gobierno del Primer Ministro hindú, Narendra Modi, en el poder desde 2014, representa la continuidad en lugar de la transformación a favor del mercado que muchos partidarios ingenuamente esperaban. En segundo lugar, las perspectivas de corto plazo parecen favorables en relación tanto con el pasado inmediato y con lo que está ocurriendo en casi todas partes. En tercer lugar, la performance a medio plazo también parece estar avanzando decentemente, siempre que el gobierno ponga en práctica las reformas que se han esbozado. Sin embargo, en cuarto lugar, también se enfrenta a riesgos, externos e internos. El éxito no debe darse por sentado.

Consideremos el carácter del gobierno. Está centralizado en la oficina del primer ministro. Su orientación es más hacia la gestión de los mercados y proyectos que hacia políticas. No ha mostrado ninguna inclinación radical hacia la privatización o reestructuración de los ineficientes monopolios públicos. Se sigue gastando grandes sumas de dinero en subsidios ineficientes. Para ser justos, la cámara alta, que no controla el gobierno, hasta ahora ha bloqueado toda la legislación del gobierno orientada a hacer lo correcto.

Cuando el gobierno llegó al poder, la economía estaba sufriendo de una rápida inflación y de un déficit fiscal considerable. Gracias a la caída de los precios del petróleo, la inflación ha bajado a menos del 6 %. El déficit fiscal del gobierno central bajará a 3.5 % el próximo año. La economía sólo creció un 5.3 % en 2012-13. Se prevé que alcance el 7.5% en 2015-16.

Los resultados parecen satisfactorios. ¿Seguirá siendo así? Probablemente, porque el Banco Central debería ser capaz de recortar las tasas de interés por debajo de 6.75% en los próximos meses. Sin embargo, el optimismo a corto plazo debe ser calificado: en primer lugar, las exportaciones, estancadas desde hace años, ahora están cayendo; en segundo lugar, el crecimiento del crédito se ha desacelerado fuertemente; y, en tercer lugar, la inversión bruta se redujo de 39 % del PBI en 2011-12 a 34.2 % en 2014-15. Esto es de vital importancia y al menos se ha estabilizado. 

India puede sostener el crecimiento actual en el medio plazo. Según el FMI, su PBI per cápita (ppp), es sólo de 11 % con respecto al de EEUU (el de China es 25%). Esto indica un amplio margen para un rápido crecimiento que los ponga al día. Las mejoras están en camino. Ellas incluyen una acelerada inversión en infraestructuras; una mayor apertura a la inversión extranjera directa; una administración más eficaz; la consolidación y recapitalización de los bancos del sector público; un buen código de quiebras; libertad a los estados para competir en las políticas a favor del crecimiento; prestación de asistencia pública por medio del sistema de identificación por medio de un número único; y, no menos importante, mejoras en los impuestos sobre bienes y servicios.

Sin embargo, la India no debe ser complaciente. El país ha pasado de un socialismo con entrada restringida a un capitalismo sin salida: el cierre de empresas y el despido de los trabajadores es extremadamente difícil. Esta última es una razón por la que los puestos de trabajo en el sector privado suman el 2% de la población activa. Los mercados de tierra, trabajo y capital están muy distorsionados. La alta protección en las fronteras restringe la capacidad de participar en cadenas globales de valor. Importantes mercados de productos no son competitivos. Incluso el sector de tecnología de la información parece estar perdiendo dinamismo. La calidad general de la educación es deficiente. En general, todavía se necesita una enorme cantidad de cambios. Es probable que al final, la creciente presión de la clase media, impulse las muy necesarias reformas.

El último riesgo se deriva del “Tea Party” del BJP con sus elementos chauvinistas e intolerantes. Los musulmanes representan el 14 % de la población. Uno de los milagros de la post-independencia de India es la forma en que la gente, dividida por religiones, castas y opiniones, ha logrado vivir lado a lado, democráticamente y mayormente en paz. Este es un logro extraordinario. Para que esto dure, los s políticos deben recordar que gobiernan para todos los indios, incluyendo aquellos que no les gusta o con los que están en desacuerdo. La tolerancia de las diferencias es importante en todas las democracias. En una tan grande y compleja, como la India, esto es  verdaderamente vital. Lampadia

 




La Cuarta Revolución Industrial y las Finanzas

La Cuarta Revolución Industrial y las Finanzas

El famoso analista económico del Financial Times plantea una crítica muy fuerte al sistema financiero, al comentar el eventual impacto de las nuevas tecnologías en este negocio de intermediación financiera.

Desde la crisis del 2008/9, la banca internacional a sido objeto de muchos ataques por los excesos de los bancos más grandes de EEUU y Europa, que pusieron al mundo al borde de una crisis generalizada. A pesar de las intervenciones de los estados, la crisis fue muy grande, pero se evitó el colapso de la economía global, de haberse cortado el crédito. Esto hubiera tenido consecuencias catastróficas para toda la humanidad, con un costo social imposible de calcular.

Sin embargo, esas instituciones financieras enormes ‘to big to fail’ (muy grandes para fallar), que de alguna manera les aseguran una inadecuada protección estatal en casi cualquier circunstancia, no se han llegado a reformar y regular de manera de disminuir la concentración excesiva de poder y, tampoco se han evidenciado los castigos suficientes a los responsables de la crisis.

Sin lugar a dudas, una buena parte de las regulaciones y castigos, siguen pendientes, pero de ahí a transmitir una evaluación parcial de la crisis, hay un gran paso.

En cuanto a las nuevas tecnologías, se espera efectivamente que tengan un gran impacto en la estructura del sector financiero. Introducirán mayor competencia, menores costos de transacción, más transparencia, mayor cobertura y mejores servicios. Veamos las expresiones de Wolf.  

Buenas noticias: “Fintech” puede ser disruptivo de las finanzas

Escrito por Martin Wolf

Financial Times

Publicado el 8 de marzo de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

 

Actualmente, la banca es ineficiente, costosa y plagada de conflictos

La tecnología de la información ha afectado los negocios del entretenimiento, de los medios de comunicación y del comercio minoristas y, más recientemente, la oferta de habitaciones de hotel y taxis. ¿Va a suceder lo mismo con las finanzas? Mi primera respuesta es: ¡por favor! Mi segunda respuesta es: Sí. Como Bill Gates ha dicho, “Siempre sobrestimamos el cambio que se producirá en los próximos dos años y subestimamos el cambio que se producirá en los próximos 10 años. No te dejes llevar hacia la inacción”. Este consejo no sólo se aplica a las personas en los negocios, también a los hacedores de políticas.

Las finanzas son un negocio de información. El negocio de las finanzas gasta una mayor  proporción de sus ingresos en tecnología de la información, que cualquier otro negocio. Parece  listo para experimentar los efectos disruptivos de las tecnologías de la información. Consideremos sus tres funciones esenciales: pagos; intermediación entre ahorros e inversiones; y seguros. Todas estas actividades son intensivas en información.

Los bancos y las aseguradoras son el corazón de las instituciones financieras. Los bancos gestionan los sistemas de pago; crean la mayor parte del dinero de la economía; son responsables de una gran porción de la intermediación financiera; son los creadores de instrumentos financieros; y actúan como creadores de mercado y agentes. Las aseguradoras desempeñan un rol fundamental en la evaluación y gestión de riesgos.

¿Por qué podría esperarse que la nueva tecnología financiera, o “Fintech” (por sus siglas en inglés) vaya a transformar estos negocios? La respuesta, en especial para la banca, es que actualmente no se están llevando a cabo adecuadamente. La banca parece ser ineficiente, costosa, plagada de conflictos de intereses, con tendencia a un comportamiento poco ético y, no menos importante, capaz de generar enormes crisis.

En un reciente discurso sobre las posibilidades de una revolución financiera, Andrew Haldane del Banco de Inglaterra señaló que, sorprendentemente, el costo unitario de la intermediación financiera de EEUU parece no haber cambiado en más de un siglo. Además, los ingresos de las finanzas simplemente aumentan y disminuyen con el valor de los activos. Esto connota una enorme cantidad de extracción de rentas. Además, 10 millones de hogares en EEUU y 1.5 millones de adultos en el Reino Unido, todavía no tienen cuentas bancarias. A nivel mundial, los bancos generan una alarmante cifra equivalente a US$1.7 mil millones en ingresos — un 40% del total por la función de hacer pagos. En la era de la computadora, un pago todavía puede tardar horas o días.

En relación con el comportamiento, tal y como John Kay lo ha escrito, “partes del sector financiero en la actualidad… muestran los estándares éticos más bajos de cualquier industria lícita”. Parece que el pago de inmensas multas se considera, simplemente, parte del costo de hacer negocios. Por último, las crisis bancarias posteriores a 2007 fueron tan extensas como cualquiera otra en el pasado. El hecho de que su impacto económico no haya sido peor que en  las anteriores se debió a la disposición de los gobiernos de rescatar a los bancos. [Esta es una declaración irresponsable. Si la llamada crisis de Wall Street hubiera llegado al sector real, se hubiera cortado el crédito a la economía y las consecuencias hubieran sido catastróficas. Otra cosa es si después de salvar la crisis, se hizo o no, el escarmiento suficiente por las malas prácticas].

La nueva tecnología pudiera ayudar a cambiar esto en, por lo menos, dos formas. En primer lugar, pudiera transformar los pagos. Una posibilidad es el pago en tiempo real a través de libros de contabilidad distribuidos.

Una segunda transformación pudiera ocurrir a través de los préstamos parte a parte (P2P), en el que las nuevas plataformas desintermedian el negocio tradicional entre ahorradores e  inversionistas. Este tipo de préstamos está creciendo rápidamente.

Los optimistas imaginan un futuro en el que los pagos, la creación de dinero (incuestionablemente de activos líquidos y seguros), y la intermediación se separarían. En este caso, la capacidad del sector bancario para crear el caos se reduciría. Sin embargo, también existen oportunidades de malversación en las plataformas P2P; de hecho, son inevitables en las transacciones que dependen de las promesas para un futuro inherentemente incierto.

Una potencial fuente de transformación adicional es la que proporciona ‘Big Data’ (los datos masivos). Éstos pudieran transformar la calidad del crédito, pero es más probable que los efectos más impactantes se observen en el negocio de los seguros. En el negocio de los seguros, una cierta cantidad de ignorancia es una bendición para los clientes.

En balance, las oportunidades que ofrece la aplicación de las tecnologías de la información a nuestro sistema financiero parecen ser amplias. La dificultad pudiera estar más bien en el asegurar que, en esta ocasión, los beneficios sean a favor del público en lugar de que sean a favor de una pequeña cantidad de operadores tradicionales o incluso de sus reemplazos más dinámicos. Las finanzas, en particular la banca, necesitan una revolución. Sin embargo, ésta es un área en la que los hacedores de políticas no pueden simplemente suponer que todo va a salir bien. La importancia de las finanzas hace que se necesite una revolución. Pero, por esa misma razón, dicha revolución requiere también una observación muy cuidadosa. Lampadia

 

 




Polarización entre ‘perdedores’ y élites

Polarización entre ‘perdedores’ y élites

Líneas abajo publicamos un artículo muy fuerte de Martin Wolf, el principal comentarista económico del Financial Times, en el que critica duramente a las élites de derecha e izquierda de los EEUU y otros países ricos.

Wolf acusa a estas élites de haberse alejado de los ciudadanos e identifica los graves riesgos que las pobalciones desencantadas caigan en los ominosos abismos del populismo.

En verdad, la debilidad del liderazgo global es muy preocupante. Por ejemplo, entre los líderes más notorios de hoy, por un lado tenemos a Putin (de Rusia) acusado de asesinato y de mil tropelías más; y por otro, a un posible presidente de EEUU, que tendría vocación de asesino, pues declara que: “Podría pararme en mitad de la Quinta Avenida [en Nueva York] y disparar a la gente y no perder votos”. No dejemos de tener en cuenta una última declaración muy despectiva de Putin hacia nosotros los latinoamericanos: “y ahora nos viene una porquería de América Latina” [Zika].

El mundo está en una etapa de muchos cambios y ajustes. No es un momento cualquiera. La historia nos enseña que un aspecto crucial es tener buenos líderes en momentos difíciles, como los tuvimos durante la Segunda Guerra Mundial con Winston Churchill.

Este debate tan complejo en sus implicancias es el que determina posiciones muy particulares sobre los temas de pobreza, desigualdad, el capitalismo, el Estado del Bienestar y otros, en los países más desarrollados. Lamentablemente, muchas veces, por descuido o mala intención, se extrapolan a nuestra realidad, algo de lo que tenemos que cuidarnos.

Para el Perú, los próximos cinco años serán determinantes de nuestro futuro y de la calidad de vida de nuestros hijos y nietos. Ahora tenemos que elegir las nuevas autoridades con especial meditación y esmero. 

Los perdedores económicos se rebelan contra las élites

Martin Wolf

Financial Times

26 de enero 2016

Traducido y glosado por Lampadia

 

Los populistas ‘nativistas’ no deben ganar. Conocemos esa historia: definitivamente termina muy mal

Los perdedores también tienen votos. Eso es lo que significa democracia – y con razón. Si se sienten lo suficientemente engañados y humillados, votarán por Donald Trump, el candidato a la nominación presidencial del Partido Republicano en los EEUU, Marine Le Pen del Frente Nacional en Francia o Nigel Farage del Partido Independiente del Reino Unido. Hay quienes, en especial la clase obrera nativa, se dejan seducir por los cantos de sirena de los políticos que combinan el nativismo de la derecha dura, el estatismo de la extrema izquierda y el autoritarismo de ambos.

Por encima de todo, rechazan a las élites que dominan la vida económica y cultural de sus países: a aquellos reunidos la semana pasada en Davos para el Foro Económico Mundial. Las consecuencias potenciales son aterradoras. Las élites tienen que pensar en respuestas inteligentes. Puede que ya sea demasiado tarde para hacerlo.

[En los países más desarrollados…] Durante mucho tiempo, los proyectos de la elite de derecha han sido bajar las tasas marginales de impuestos, inmigración liberal, globalización, cortar costosos “programas de ayuda social”, mercados laborales desregulados y buscar la maximización del valor para el accionista. Los proyectos de las élites de izquierda han sido la inmigración liberal (de nuevo), el multiculturalismo, el laicismo, la diversidad, la elección sobre el aborto y la igualdad racial y de género. Los libertarios toman las causas de las élites de ambos lados; es por eso que son una pequeña minoría.

En el proceso, las élites se han desprendido de las lealtades y preocupaciones nacionales, formando en su lugar una súper-elite global. No es difícil ver por qué la gente común, en particular hombres nativos, se sienten alienados. Son perdedores, al menos relativamente; no comparten por igual las ganancias. Se sienten usados y abusados. Después de la crisis financiera y la lenta recuperación en los niveles de vida, ven a las elites como incompetentes y depredadoras. La sorpresa no es que muchos estén enojados, sino que no lo estén todos.

Branko Milanovic, ex funcionario del Banco Mundial, ha demostrado que sólo dos segmentos de la distribución del ingreso mundial prácticamente no tuvieron aumentos en sus ingresos reales entre 1988 y 2008: los cinco percentiles más pobres y los que se encuentran entre el  percentil 75 y 90. Este último incluye a la mayor parte de la población de los países de altos ingresos.

[Esto quiere decir que quienes perdieron más en términos relativos, fueron los más pobres y los que ya tienen ingresos altos, excepto los más ricos, que junto con el restante 60% (de los pobres no extremos y la clase media), fueron más bien los que ganaron. Ver el gráfico]. 

Del mismo modo, un estudio realizado por el Instituto de Política Económica en Washington muestra que la compensación de los trabajadores ordinarios se ha quedado muy por detrás del aumento de la productividad desde mediados de la década de 1970. Las explicaciones son una mezcla compleja entre la innovación tecnológica, comercio, cambios en el gobierno corporativo y la liberalización financiera. Pero el hecho es incuestionable. En los EEUU (pero también, en menor medida, en otros países de altos ingresos), los frutos del crecimiento se concentran en la parte superior.

Por último, la participación de los inmigrantes en las poblaciones ha aumentado considerablemente. Es difícil argumentar que esto ha traído grandes beneficios económicos, sociales y culturales a la masa de la población. Pero, sin duda, se han beneficiado los que están en la parte superior, incluidas las empresas.

A pesar de ofrecer apoyo a las prestaciones sociales (se podría pensar que es algo muy valioso para las clases trabajadoras nativas), la respetable izquierda ha perdido cada vez más su apoyo. Esto parece ser particularmente cierto en los EEUU, donde los factores raciales y culturales han sido particularmente importantes.

La “estrategia sureña” de Richard Nixon, ex presidente republicano de EEUU, destinada a atraer el apoyo de los blancos del sur, generó resultados políticos. Pero la estrategia central de la élite de su partido -la explotación de la clase media (especialmente hombres) exacerbaron el cambio racial, de género y cultural- está dando un fruto amargo. El enfoque en la reducción de impuestos y la desregulación ofrece poco consuelo a la gran mayoría.

Los ideólogos republicanos se quejan que Trump no es un verdadero conservador. Ese es precisamente el punto. Él es un populista. Al igual que los principales candidatos, propone recortes de impuestos inalcanzables. De hecho, la noción de que los republicanos se oponen al déficit fiscal parece absurda. Pero, sobre todo, Trump es proteccionista en el comercio y hostil a la inmigración. Estas posiciones apelan a sus seguidores, ya que entienden que tienen un activo valioso: su ciudadanía. Ellos no quieren compartir esto con innumerables forasteros. Lo mismo es cierto para los partidarios de Le Pen o Farage.

Los nativistas populistas no deben ganar. Conocemos la historia: termina muy mal. En el caso de los EEUU, el resultado tendría graves consecuencias mundiales. América fue el fundador y sigue siendo el garante de nuestro orden liberal mundial. El mundo necesita desesperadamente un liderazgo bien enfocado de EEUU. Trump no puede proporcionar esto. Los resultados podrían ser catastróficos.

Sin embargo, incluso si ese resultado se evita este año, las élites han sido advertidas. Los de la derecha toman grandes riesgos al cultivar la rabia popular por asegurar la reducción de impuestos, aumento de la inmigración y una regulación más débil. Las élites de la izquierda también están tomando riesgos al ser vistos sacrificando los intereses y valores de la sufrida masa de ciudadanos por el relativismo cultural y el control laxo de las fronteras.

Los países occidentales son democracias. Estos estados todavía proporcionan los fundamentos jurídicos e institucionales del orden económico mundial. Si las élites occidentales desprecian las preocupaciones de los muchos, este último retirará su consentimiento para los proyectos de las élites. En los EEUU, las élites de la derecha, después de haber sembrado vientos, están cosechando tormentas. Pero esto ha ocurrido sólo porque las élites de izquierda han perdido la lealtad de las clases medias nativas.

No menos importante, la democracia significa el gobierno de todos los ciudadanos. Si los derechos de residencia, aún más, de ciudadanía no están protegidos, este peligroso resentimiento crecerá. De hecho, ya lo ha hecho en muchos lugares. Lampadia

 

 




Perú le da la bienvenida al Mundo

Perú le da la bienvenida al Mundo

Luego de 48 años, la Reunión Anual de la Junta de Gobernadores del Grupo del Banco Mundial (BM) y del FMI se realizará en Latinoamérica, esta vez en Lima (la última reunión en la región fue en Brasil en 1967).

Durante la semana del 5 de octubre, el Perú acogerá a las autoridades monetarias y fiscales de 188 países, a los líderes de todos los organismos multilaterales y a connotadas figuras de las finanzas y economía global. Entre las eminencias que nos visitan tenemos a Janet Yellen (FED), Larry Summers (Ex Secretario del Tesoro de EEUU) y Martin Wolf (del Financial Times), el principal comentarista económico del mundo. 

Entre los temas más importantes a tratarse están: el crecimiento de la economía global, los precios de las materias primas, la desigualdad, las reformas pendientes y el cambio climático.

Hace 48 años nuestro país estaba ad-potas de iniciar una aventura anti natura de nuestro desarrollo con la dictadura militar que nos alejó del mundo de las políticas públicas racionales para sumirnos en una profunda crisis de empobrecimiento y de lejanía del resto del mundo que se fue agravando hasta 1990. En ese lapso, el Perú proscribió la inversión privada en el campo, la minería, la energía, los bosques, la pesca y hasta en el turismo.

El resultado de esa debacle lo conocimos con la miseria y la sangre de muchos peruanos. Dios mediante, nuestro país supo recuperarse de la implosión productiva, el desempleo, la hiperinflación, el terrorismo, la pobreza y la desigualdad; gracias a la gran reforma de los años 90, coronada con la Constitución del 93 que trajo de regreso a la inversión privada, la racionalidad de la cosa pública y que desató las magníficas capacidades dormidas de nuestra gente para crear riqueza y prosperidad.

Es de caballeros reconocer que ambas instituciones, el BM y el FMI, fueron determinantes en la recuperación y reinserción del Perú en la senda de la prosperidad. Ver en Lampadia: Crónica de una reinserción

 

Ver en Lampadia: Quieren bajarle la llanta a la prosperidad

Nuestra recuperación arrancó en 1993 con 7.5% de crecimiento anual hasta 1998 en que cortamos la cadena de pagos (ver en Lampadia: ¡Qué “calato”… ni que ocho cuartos! ). Luego de superar ese bache, volvimos a crecer desde el 2003 hasta el 2013 a tasas muy superiores a las del resto del mundo y muy por encima de la performance regional.

Como acaba de comentar Alberto Rodríguez, Director del BM para Bolivia, Chile, Ecuador, Venezuela y Perú: “El crecimiento económico del Perú de los últimos años fue inclusivo, porque a la par de incrementar sus ganancias, se preocupó por ser inclusivo y reducir los niveles de inequidad. (…) No solo se rebajó los niveles de pobreza, sino que además disminuyó la inequidad, pues el cociente GINI pasó de 0.49 a 0.44 puntos”. (Correo, 4 de octubre).

Por su lado, Alejandro Santos, representante del FMI en Lima, dejó atónito a Raúl Vargas el sábado 3 de octubre, cuando éste le pidió una nota para el desempeño del Perú: “Le pondría 9.9 sobre 10 por el manejo económico realizado en los últimos 25 años. Los logros no solo están en el área económica sino también en la social”. (Expreso, 4 de octubre).

Santos agregó: “Es algo de lo que la gente no se da cuenta, siento que cuando hablo con la gente hay una ola de pesimismo. En todos lados de repente se pasa de la euforia a la depresión, pero el Perú es el mismo del año pasado y será el mismo del próximo año”.

Ana Corbacho, economista del FMI nos dice: “El Perú enfrenta una situación de coyuntura económica de crecimiento bajo, pero desde una posición de fortaleza”. (Perú21, 4 de octubre).

Christine Lagarde, Directora General del FMI afirma: “El Perú es un país dinámico con un rico acervo cultural. A lo largo de la última década ha dado pasos extraordinarios para elevar los niveles de vida de sus habitantes y para convertir su economía en una de las más dinámicas entre los países emergentes”. (El Comercio, Portafolio, 4 de octubre).

Nada de esto significa que el Perú sea un país desarrollado. Aun somos ‘un país en construcción’. Como agrega Lagarde, todavía tenemos que emprender reformas de gran alcance, cerrar la brecha de infraestructuras y mejorar el capital humano. En esta línea de pensamiento, en Lampadia hemos venido insistiendo en: la necesidad de lograr una buena Gobernanza, tener un Estado Meritocrático, hacer una verdadera revolución educativa, mejorar sustancialmente en salud, bajar la barrera de la formalidad infraestructuras, aumentar el desarrollo tecnológico, facilitar los procesos de inversión y generar un clima de negocios sano. Este esfuerzo no ha sido sistemático, por eso, desde hoy estamos creando un ‘Repositorium’ sobre el Estado del Siglo XXI, donde acumularemos los elementos relevantes de esta importante y urgente tarea.

Durante esta semana, los peruanos tenemos que ser esponjas para absorber información sobre las mejores prácticas económicas y sociales del mundo y conocer un poco más de la realidad global, tan ajena a nuestro interés cotidiano. Además, debemos tener una semana de paz y armonía interna, brindando a nuestros visitantes nuestro calor humano, la gratificación de nuestra gastronomía y un mayor conocimiento de nuestra realidad de país con gentes maravillosas y lleno de oportunidades de inversión y crecimiento.

Lamentablemente la prensa peruana está en otra… La mayoría de los diarios que se exhiben en los kioscos, no informan a los ciudadanos de esta importante reunión para el Perú. (Ver ilustración). Lampadia

 




Por qué las preocupaciones sobre China tienen sentido

Por qué las preocupaciones sobre China tienen sentido

Comentario de Lampadia: 

Martin Wolf está de regreso con nosotros después de sus vacaciones y vuelve a ilustrarnos con su proverbial lucidez. El ajuste de la economía china está afectando, y lo seguirá haciendo, a la economía global. Sin embargo la fijación con su ritmo de crecimiento, desde el punto de vista peruano, es exagerada, ya que el eventual 7% de crecimiento de China equivale a 3.2 veces el PBI peruano y, por lo tanto, podemos tener ajustes de precio, pero difícilmente de demanda. Ver artículo de Wolf:

 

Por Martin Wolf, publicado en el Financial Times el 25 de agosto de 2015

Traducido por Lampadia

 

La interrogante es sobre como se cambia a una economía liderada por el consumo.

No soy ni lo suficientemente inteligente como para entender el comportamiento del “Sr. Mercado” (el maníaco-depresivo soñado por el gurú de la inversión, Benjamin Graham) ni tan increíblemente ingenuo como para creer que sí lo entiendo. Pero hay que admitir que, sin duda, él está pasando por una fase depresiva. Detrás de todo esto parecen estar las preocupaciones sobre China. ¿Tiene razón de estar nervioso el “Sr. Mercado”?. En corto, sí.

Hay que saber distinguir entre por qué vale la pena preocuparse y por qué no. La caída del mercado de valores de China se encuentra en la segunda categoría. De lo que sí vale la pena preocuparse es de la magnitud de la tarea que confrontan las autoridades chinas por su aparente incapacidad para lidiar adecuadamente con la ruptura de una simple burbuja bursátil.

Los mercados de valores de hecho se han estado corrigiendo, con el mercado de China a la cabeza. Entre su punto máximo en junio y el martes (25/8), el índice de Shanghái cayó un 43 por ciento. Sin embargo, el mercado de valores de China sigue estando un 50 por ciento más alto que a principios de 2014. La implosión de la segunda burbuja bursátil china en una década todavía parece inacabada. (Ver gráficos más abajo).

El mercado chino no es un mercado normal. Incluso más que en la mayoría de los mercados, se trata de un casino en el que cada jugador espera encontrar un “ingenuo mayor” en quién descargar las “fichas costosas” antes de que sea demasiado tarde. Un mercado como éste está destinado a ser extremadamente volátil. Pero sus caprichos debieran revelar poco acerca de la economía china en general.

Sin embargo, los acontecimientos en el mercado chino tienen un más amplio significado observable en dos maneras relacionadas. Una es que las autoridades chinas decidieron arriesgar sustanciales recursos e incluso su autoridad política en su esfuerzo (fracasado, como era de esperarse) para detener el colapso de la burbuja. La otra es que deben haber sido impulsados por la preocupación acerca de la economía. Si ellos están lo suficientemente preocupados como para apostar por tan leve esperanza, nosotros también debiéramos preocuparnos.

Tampoco se trata de la única manera en la que el comportamiento de las autoridades chinas es motivo de preocupación. La otra fue la decisión de devaluar el Renminbi el 11 de agosto. En sí, esto también es un evento sin importancia, representando una devaluación acumulada frente al dólar estadounidense de apenas 2.8 por ciento hasta el momento. Pero tiene implicancias significativas.

Las autoridades chinas quieren espacio para recortar las tasas de interés, como ocurrió el martes. Una vez más, este hecho subraya su preocupación acerca de la solidez de la economía. Otra posible consecuencia es que Beijing pudiera estar buscando una reactivación del crecimiento impulsado por exportaciones. Me parece difícil de creer, ya que las consecuencias globales serían devastadoras. Pero al menos es razonable preocuparse por esta desestabilizadora posibilidad. Una última implicancia posible es que las autoridades chinas se estén preparando para tolerar la fuga de capitales. Si es así, EEUU caería en su propia trampa. Washington ha tratado de lograr la liberalización de las cuentas de capital chinas. Tendría entonces que tolerar una desestabilizadora consecuencia a corto plazo: un debilitamiento del Renminbi. 

Los recientes acontecimientos deben considerarse dentro del contexto de una preocupación mayor. La cuestión es si las autoridades chinas pueden obtener y asegurar el desplazamiento de una economía liderada por la inversión [y las exportaciones] a una dirigida por el consumo, a la vez que mantienen la demanda agregada. Si pueden hacerlo, la economía también mantendrá un crecimiento de entre 6 y 7 por ciento. Si no, existe la amenaza de inestabilidad económica y política.

La economía de China ya se ha ralentizado. El hablar de una “nueva normalidad” reconoce esta realidad. Pero Consensus Economics ha obtenido pronósticos de crecimiento alternativos. La media de estos nuevos pronósticos muestra un crecimiento de sólo 5.3 por ciento durante el año hasta el cuarto trimestre de 2015.  (Ver gráfico líneas arriba).

Supongamos que algo como esto fuera cierto. Según las cifras oficiales, la inversión fija bruta fue del 44% del PBI en 2014.  Es probable que las cifras de inversión sean más correctas que las del PBI. Pero ¿tiene sentido económico que una economía invierta el 44% del PBI y solo crezca un 5%? No. Estos datos sugieren rendimientos marginales ultra bajos, si no negativos. Si éste es el caso, la inversión pudiera caer pronunciadamente. Eso puede no reducir el crecimiento potencial, siempre y cuando se elimine primero la inversión ineficiente. Pero pudiera ocasionar un colapso de la demanda. Todo lo que las autoridades chinas han hecho hasta ahora sugiere que están preocupados justamente por ello.

Esta intranquilidad acerca de una deficiente demanda agregada no es nueva; ha sido una gran preocupación desde que ocurrió la crisis financiera en occidente, la cual devastó la demanda de las exportaciones chinas. Ésta es la razón por la que China se embarcó en un auge propio de inversión impulsado por crédito. Sorprendentemente (y preocupantemente), la proporción de la inversión en el PBI aumentó a la misma vez que el crecimiento del producto potencial decayó. Ésa no era una combinación sostenible a largo plazo.

Esto deja a las autoridades chinas con tres enormes dolores de cabeza económicos. El primero es enmendar la herencia de excesos financieros pasados a la vez que evitan una crisis financiera. El segundo es transformar la economía, para que sea más dependiente del consumo privado y público y menos dependiente de los extraordinariamente altos niveles de inversión. El tercero es lograr todo esto, mientras se mantiene un crecimiento dinámico de la demanda agregada.

Los recientes acontecimientos son importantes porque sugieren que las autoridades chinas aún no han descifrado la manera de tener éxito en esta triple combinación. Peor aún, los recursos que han utilizado durante los últimos siete años han empeorado la situación. Tal vez el “señor  Mercado” ha comprendido cuán difícil va a ser y, por lo tanto, cuán desestabilizadoras son realmente algunas de las opciones que los chinos pudieran elegir. Éstas incluyen devaluación, tasas de interés ultra bajas e incluso la flexibilización cuantitativa. Si éste es el caso, la conmoción del mercado pudiera no ser una necedad. El exceso de ahorro global puede empeorar y eso afectaría a todo el  mundo. L




La deuda griega y la falta de habilidad política

La deuda griega y la falta de habilidad política

La creación de la eurozona es la segunda peor idea monetaria de sus miembros; su desintegración es la peor

Por Martin Wolf

Financial Times

(El Comercio – Portafolio, 01 de Febrero de 2015)

A veces, es correcto hacer lo más inteligente. Ése es el caso actual de Grecia. Si se hace bien, la reducción de la deuda beneficiaría a Grecia y al resto de la eurozona. Es cierto que crearía dificultades. Pero serían menores que las que surgirían si Grecia se arroja a los lobos. Desafortunadamente, alcanzar dicho acuerdo podría ser imposible. Es por eso que la creencia de que la crisis de la eurozona ha terminado es errónea.

Nadie debe resultar sorprendido por la victoria del partido izquierdista Syriza de Grecia. En medio de una “recuperación”, se informó que el desempleo es del 26% de la fuerza laboral y el desempleo juvenil es superior al 50%. El producto bruto interno se encuentra también un 26% por debajo de su máximo previo a la crisis. Pero el PBI es una medida particularmente inadecuada de la caída en el bienestar económico en este caso. La balanza por cuenta corriente fue de 15% negativo del PBI en el tercer trimestre de 2008, pero ha permanecido en superávit desde el segundo semestre de 2013. Así que el gasto de los griegos en bienes y servicios de hecho ha disminuido al menos un 40%.

Ante esta catástrofe, no es de extrañarse que los votantes hayan rechazado el gobierno anterior y las políticas que, aunque a medias, perseguía a instancias de los acreedores. Como ha dicho Alexis Tsipras, el nuevo primer ministro, Europa se basa en el principio de la democracia. Ha hablado el pueblo de Grecia. Los poderes fácticos necesitan, por lo menos, prestar atención. Sin embargo, todo lo que se escucha apunta a que las demandas de un nuevo acuerdo sobre la deuda y la austeridad serán más o menos rechazadas de plano. Lo que alienta esa respuesta es una gran cantidad de tonterías santurronas. En especial, dos propuestas moralistas se interponen en el camino de una respuesta razonable a las demandas griegas.

PROPUESTAS FALSAS

La primera propuesta es que los griegos tomaron prestado el dinero y por lo tanto tienen la obligación de devolverlo, cueste lo que les cueste. Esta era la actitud de las prisiones de deudores. Sin embargo, la verdad es que los acreedores tienen la responsabilidad moral de prestar sabiamente. Si no hacen la debida diligencia de sus prestatarios, se merecen lo que suceda. En el caso de Grecia, la magnitud de los déficits externos, en particular, eran evidentes. También lo era la forma en que se gobernaba a Grecia.

La segunda propuesta es que, desde que estalló la crisis, el resto de la eurozona ha sido extraordinariamente generosa con Grecia. También esto es falso. Es cierto que los préstamos suministrados por la eurozona y el importe del Fondo Monetario Internacional alcanzan la enorme suma de 226,7 mil millones de euros (alrededor del 125% del PBI), lo cual es aproximadamente dos tercios de la deuda pública total de 175% del PBI. Pero esto casi en su totalidad no fue para beneficiar a los griegos, sino para evitar la reducción del valor de los préstamos dudosos al gobierno y los bancos griegos. Solo el 11% de los préstamos financió directamente las actividades del gobierno. Otro 16% se utilizó para pagos de intereses. El resto se utilizó para operaciones de capital de varios tipos: el dinero entró y luego salió de nuevo. Una política más honesta hubiera sido rescatar a los prestamistas directamente. Pero esto hubiera sido demasiado embarazoso.

Como los griegos señalan, el alivio de la deuda es normal. Alemania, un moroso en serie de su deuda interna y externa en el siglo 20, ha sido beneficiario de lo anterior. No se va a pagar lo que no se puede pagar. La idea de que los griegos registrarán enormes superávits fiscales durante una generación para devolver el dinero que los gobiernos acreedores utilizaron para rescatar de su locura a los prestamistas privados es algo delirante.

¿Entonces qué hay que hacer? Hay que elegir entre lo correcto, lo conveniente y lo peligroso.

Como indica Reza Moghadam, ex director del Departamento de Europa del Fondo Monetario Internacional: “Europa debe ofrecer un alivio sustancial de la deuda – reduciendo así a la mitad la deuda de Grecia y a la mitad el balance fiscal requerido– a cambio de una reforma”. Añade que esto sería coherente con la deuda considerablemente por debajo del 110% del PBI, lo cual los ministros de la eurozona acordaron en 2012. Pero estas reducciones no se deben hacer de forma incondicional. El mejor enfoque se establece en la iniciativa “países pobres muy endeudados” del FMI y el Banco Mundial, que comenzó en 1996. En virtud de esta, se concede el alivio de deuda solo después de que el país cumple con criterios precisos de reformas. Tal programa sería beneficioso para Grecia, que necesita modernización política y económica.

El enfoque políticamente conveniente es “extender y fingir”. Sin lugar a dudas, hay formas de seguir posponiendo la hora de la verdad. También hay formas de reducir el valor actual de los intereses y las amortizaciones sin bajar el valor nominal. Todo esto le permitiría a la eurozona evitar afrontar el argumento moral del alivio de la deuda de otros países afectados por la crisis, en especial Irlanda. Sin embargo, este enfoque no puede alcanzar el resultado honesto y transparente que se necesita urgentemente.

El enfoque peligroso es empujar a Grecia hacia el incumplimiento. Esto probablemente provoque una situación en la que el Banco Central Europeo ya no se sienta capaz de operar como banco central de Grecia. Eso por lo tanto obligaría una salida. Sin duda el resultado para Grecia sería catastrófico en el corto plazo. Pienso que además eso también revertiría cualquier avance hacia la modernidad durante una generación. Pero el daño no solo sería para Grecia. Se demostraría que la unión monetaria en la eurozona no es irreversible sino simplemente una dura paridad fija de tipo de cambio. Eso sería lo peor de ambos mundos: la rigidez de los tipos de cambio fijo, sin la credibilidad de una unión monetaria. En cada crisis futura, la pregunta sería si ése sería el “momento de salirse”. El resultado sería la inestabilidad crónica.

La creación de la eurozona es la segunda peor idea monetaria de sus miembros. Su desintegración es la peor. Sin embargo, eso es lo que podría provocar el hecho de obligar a Grecia a salirse de la eurozona. El camino correcto es reconocer que existe el argumento para el alivio de la deuda, condicionado al logro de reformas verificables. Los políticos rechazarán la idea. Los estadistas la aprovecharán. Pronto sabremos a cuál grupo pertenece cada quien.