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¿Cómo se forma el precio del GLP?

¿Cómo se forma el precio del GLP?

A propósito del anuncio de estatización del consorcio Camisea que hiciera el ex premier Guido Bellido, surgieron una serie de falsedades que alimentaron la mal información dentro de la población peruana sobre cómo se forman los precios del GLP, que a continuación procederemos a rebatir. 

En primer lugar, se debe distinguir de Gas Natural – que es transportado a través de ductos subterráneos – del Gas Licuado de Petróleo (GLP) – el cual viene envasado y es usado comúnmente para consumo del hogar. 

Camisea dedica una parte de su producción a la extracción de líquidos de Gas Natural que sirven para producir GLP, luego de un proceso de separación en la planta de Pisco, Ica.

Por otra parte, el precio del balón de GLP no sólo depende del Consorcio Camisea, pues este concentra el 40% del costo total, mientras que otros componentes como los impuestos y regalías concentran el 31.6% del costo y la logística y distribución, 27.7%.

Asimismo, el precio no es fijado directamente por Camisea, ya que depende del mercado, en tanto el Perú es un importador neto de GLP. El Perú con lo que produce localmente apenas puede abastecer al 75% de la demanda interna, siendo el 25% importado restante el que determina finalmente el precio. De hecho, con estas condiciones, el precio del balón en el Perú esta por debajo del promedio global, quitando del escenario a los países que subsidian sus precios por motivos políticos o por contar con excedentes de exportación de GLP.

La solución entonces para tener un gas barato no pasa por la estatización de los yacimientos ni tampoco por controlar o subsidiar el precio como se ha estado pretendiendo meter en el debate público, sino por incrementar la capacidad instalada de la distribución. Ello implica construir gasoductos y tuberías que lleven Gas Natural a las casas de los peruanos. Debido a que el Gas Natural es el gas que más produce Camisea: energía más barata que el balón de GLP y que debe llegar a todos. Lampadia




“El motor de la economía es la inversión privada”

“El motor de la economía es la inversión privada”

Entrevista a Gianfranco Castagnola. El Ex Director del BCR considera importante la inversión minera y señala que el gobierno debe decidir qué riesgo es peor para la economía: Tener un déficit fiscal o continuar con la desaceleración.

Por Giovanna Prialé

(Perú 21, 10 de Abril de 2015)

Según Gianfranco Castagnola, existe un impacto grave en las expectativas de los inversionistas extranjeros por casos como el de Tía María, quienes podrían decidir abandonar proyectos en el país y así Perú renunciaría a varios puntos de crecimiento económico en los próximos años.

¿Cómo hace un empresario para incorporar la incertidumbre del crecimiento esperado del Producto Bruto Interno (PBI), de 2.1% a 4.2%, dentro del marco de sus decisiones?

Ha habido una reducción en las tasas de crecimiento de la economía de los últimos tres años. Por lo tanto, el sector empresarial ha empezado a adaptarse a estas menores tasas. Entonces creo que en los sectores vinculados a la demanda interna se tiende a ser mucho más conservadores en la contratación de personal y se empieza a mirar la empresa hacia adentro.

Eso se aprecia en los resultados de la encuesta que aplicamos a nuestros asociados. En el 2013, solo el 43% decía que iba a mirar hacia adentro, en la última encuesta de hace dos meses, lo hará el 69%. Esto implica ser mucho más prudente, menos expansivo y mirar la reducción de costos como una de las principales estrategias.

¿Y qué ocurre en el sector exportador?, ¿hay un comportamiento algo diferente?

El Perú tiene concesiones mineras que enfrentan una dinámica que obedece a una combinación de precios mundiales y factibilidad para invertir. Hoy vemos con preocupación que luego de los grandes proyectos, en los siguientes dos años no hay ninguno que supere los 1,000 millones de dólares. Incluso, de dos proyectos que podrían salir,uno, el de Toquepala, fue retrasado absurdamente por la anterior autoridad; y el otro, Tía María, aún está en veremos. Entonces, esta dinámica de precios menores, pero sobre todo la ausencia de claridad respecto de la posibilidad de invertir, está haciendo que se ponga en riesgo el futuro de la minería.

Con lo cual se perjudica todo el potencial desarrollo que podría tener el Perú.

Definitivamente, y además, si bien un grueso de las exportaciones no tradicionales se destina al mundo desarrollado, el grupo de los textiles y químicos depende mucho de Sudamérica. Y, lamentablemente, las perspectivas de Latinoamérica son malas. Entonces, el panorama tampoco es muy alentador por ese lado.

¿Por qué no funciona el paquete de impulso fiscal ordenado por el gobierno?

Aquí hay dos temas. Este impulso fiscal tenía el componente de menores impuestos y mayor gasto público. Sin embargo, el gasto público viene muy mal. Este cayó en 7% en el primer bimestre, lo cual implica que el Estado le ha quitado plata al sector privado que no le ha devuelto. De esta manera, mientras el gobierno central aumentó el gasto en el primer bimestre en 24%, los gobiernos regionales lo redujeron en 44% y los locales, en 72%, con lo cual la inversión pública se redujo. Esta situación tiene un impacto significativo en regiones, en las que sí es muy relevante. De acuerdo a nuestros estimados indican que esta contracción del gasto público les ha costado dos puntos de crecimiento a las regiones.

¿Cuáles serían las herramientas en el corto plazo que podría tener el Ministerio de Economía y Finanzas para contrarrestar la caída de la inversión?

Primero el gobierno tiene que decidir qué riesgo es peor para la economía: el de tener un déficit fiscal o el de continuar con la desaceleración. En particular, creo que un déficit de hasta 2.5% del PBI, pero reactivando la inversión pública; es absolutamente sano y no genera ningún riesgo.

¿Por qué el presidente Humala no puede conectarse con el sector privado?

Es una tónica que se ha dado durante estos cuatro años de gobierno, aun cuando el presidente ha sido muy responsable en temas económicos, con ministros de Economía sensatos. Quizá en el fondo no termina de confiar en el sector privado y le está costando entender que el motor de la economía es la inversión privada. El propulsor de la economía en los últimos quince años ha sido la inversión privada y sin ella no hay generación de empleo, no hay aumento de los ingresos, no hay más tributos y no hay desarrollo económico sostenible. Creo que es evidente que si se revisa la gran inversión en la industria extractiva e infraestructura, es muy poco el compromiso político por empujar megaproyectos.

¿Qué debería mirar el elector para elegir al próximo presidente desde un punto de vista económico?

Creo que los problemas que el Perú enfrentará en los próximos 10 o 15 años, más allá de la institucionalidad política, están vinculados con promover el crecimiento económico, mejorar la seguridad y desarrollar un Estado al servicio del ciudadano.

El próximo presidente debe respetar la estabilidad macroeconómica y enfocarse en el crecimiento. Aquí hay tres retos. El primero es que en un Estado disfuncional como el que tenemos, para sacar adelante un megaproyecto se requiere el compromiso político de la más alta autoridad. El segundo tema es que se necesita eliminar los absurdos trámites burocráticos que incrementan los costos de hacer empresa. Y el tercero es hacer frente a los retos de la inseguridad ciudadana. Eso sí, el siguiente gobierno debe continuar lo bueno que ha hecho este en salud y educación, y continuar con programas focalizados para reducir la pobreza.




El país resbala después de muchos años

El país resbala después de muchos años

Los acontecimientos económicos y políticos de los últimos 12 meses representan un quiebre en la tendencia de progreso continuo que mantuvo el país durante los últimos  diez años. Exceptuando el corto bache del 2009, los avances sociales y económicos sorprendieron a propios y extraños por su magnitud, amplitud y permanencia. En esa década tuvimos el mayor crecimiento económico de la región, el cual fue acompañado por desarrollos muy positivos para el conjunto de los peruanos: importante disminución de la pobreza, la desnutrición, la mortalidad infantil y la desigualdad. Este crecimiento fue pro-clase media y pro-pobre. La inversión privada, los ingresos personales y el empleo, crecieron en mayor medida fuera de Lima, en la sierra y la selva más que en la costa, e igualmente, en mayor proporción en el sector rural que en el urbano (ver en Lampadia: Las cifras de la prosperidad).

Veamos algunos indicadores de la inflexión de nuestro avance:

· Crecimiento del PBI (enero – mayo) de 3.57% en el 2014 vs. 5.37% en el 2013

· Crecimiento del PBI de mayo 2014 vs. mayo 2013 de 1.84%, lo que muestra el agravamiento de la tendencia negativa

· Crecimiento de la inversión privada del primer trimestre del año vs. el mismo trimestre del año anterior (indicador que también refleja la caída de la confianza en el futuro del país):

– 1.59% el 2014

– 8.85% el 2013

– 15.67% el 2012

· El crecimiento de la demanda interna en el primer trimestre del 2014 fue 4.49%, mientras que el del 2013 fue 10.22% 

· Popularidad del Presidente de la República: 25% (julio 2014), 33% (julio 2013) y 40% (julio 2012)

Fuentes: INEI, BCR, Ipsos

Si a estos indicadores les sumamos el impacto de la situación política interna, de esta especie de guerra de todos contra todos entre los políticos más representativos, las cosas se pintan más negras. Las explicaciones que se han ensayado los últimos meses para justificar la caída, le que achacan el cambio de ritmo de la economía a factores externos sin reconocer nuestras falencias internas. Las contradicciones entre los miembros del gabinete, como las expresadas por el Ministro de la Producción “con el Plan Nacional de Diversificación Productiva (PNDP) creceremos 7 a 8% anual”, mientras el Ministro de Economía y Finanzas decía que volveríamos a crecer hacia fin de año y, especialmente el 2015 por la recuperación de la producción primaria. Esto sin olvidar las resistencias del sector pro-ambiente al primer paquete de medidas del MEF, que llegó al paroxismo con la campaña d Oxfam (ver en Lampadia: Oxfam no tiene autoridad moral). Tenemos que concluir que los ciudadanos tienen que estar desconcertados y frustrados, pues se han interrumpido sus expectativas de progreso.

El problema parece estar en que el gobierno no reconoce el origen de este proceso: nuestro crecimiento estuvo impulsado por la inversión privada, principalmente en la minería moderna, que según el ex presidente de la Sociedad Nacional de Industrias, Pedro Olaechea, hace el 67% de sus compras en el Perú y que tiene un alto valor agregado, ver en Lampadia: La minería tiene un alto valor agregado). Ya hemos comentado que la inversión en minería se interrumpió al inicio del presente gobierno (ver gráfico), desde que su primer gabinete, presidido por Salomón Lerner, “oficializó” el lenguaje anti-minero.

Tampoco se quiere reconocer que la inversión minera ha propiciado la formación de un sector industrial que hoy es el más grande, fuerte, competitivo y exportador de nuestra historia. No se reconoce que la economía se ha venido diversificando “al galope”, según Richard Webb.

La reacción del Gobierno ante el deterioro del último año no ha respondido a la coyuntura nacional, ni ha marcado con claridad el norte. Más allá del paquete de reactivación previo al mensaje presidencial y de otras medidas posteriores, los anuncios de Ollanta Humala el 28 de julio, no permiten esperar una recuperación sostenible de nuestro crecimiento.

Es cierto que el mensaje incluyó una serie de anuncios positivos que ya han sido comentados en los medios. Lamentablemente, lo expresado por el Presidente, nos lleva a interpretar algunas de sus afirmaciones y ausencias con preocupación:

– La aprobación del PNDP, promovido por el ministro de la Producción para identificar “nuevos motores” de crecimiento, insertando al país en las cadenas internacionales de valor. Una apuesta de largo plazo, que debiera darse desde el sector privado, y no desde una comisión ministerial con tintes corporativistas (incluyendo representantes gremiales), que ha sido interpretada como dirigida a sustituir el aporte de la minería.

– Dar a entender que se habría creado un nuevo sector productivo en el país. Un “sector mixto”, el de las APP (donde el Estado puede siempre tener la última palabra). Está muy bien que se promueva la participación del sector privado para mejorar las capacidades de ejecución de las inversiones estatales en educación, salud, infraestructuras y seguridad. Pero esto no debiera significar que se menosprecie el rol del sector privado en el desarrollo integral del país.

– Como destacó Miguel Palomino, Director Gerente del IPE, en una reciente nota periodística, en su Mensaje, el Presidente Humala, solo mencionó una vez la expresión “inversión privada”, dando a entender que la habría aceptado como socio de menor jerarquía en las APP, pero sin llegar a reconocer su importancia. El sector privado es el responsable de la creación del 90% del empleo, el 90% de los recursos fiscales y del 80% de la inversión. (Ver en Lampadia: 90-90-90).

En un momento tan delicado como el que vivimos hoy día los peruanos, necesitamos un liderazgo sólido y un norte claro. Debemos reconocer nuestros logros y construir el futuro a partir de ellos. Debemos aprender de los gobiernos que se están preparando para un futuro que será muy exigente, promoviendo la inversión privada y desregulando sus procesos burocráticos, como son los casos de la India, México y Colombia. (Ver en Lampadia: La visión de país y reformas que el Perú necesita)

Colombia está atrayendo inversión en minería y petróleo. El nuevo Primer Ministro de la India, Narendra Modi, ha adoptado el siguiente lema: “No red tape, only red carpet for investors” (Nada de papeleos, solo alfombra roja para los inversionistas).

En este contexto, el reciente Mensaje a la Nación del Presidente Humala, dejó un vacío muy grande. Él puede hablarles a los ciudadanos cualquier día, esperamos que recoja las críticas con nobleza y propósito de enmienda. ¡Queremos otro mensaje! Lampadia




Novedades del MMM 2015-2017

Novedades del MMM 2015-2017

El Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2015-2017 elaborado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) establece los supuestos y proyecciones sobre los cuales se elabora la política económica del gobierno. Este documento confirma la corrección de la proyección de crecimiento para la economía peruana en el 2014 a 5.7%, para luego acelerarse a una tasa promedio de 6.4% en el periodo 2015-2017. El mayor crecimiento esperado se explica por el impulso generado por la entrada en operación de nuevos proyectos mineros, un escenario internacional más favorable y una aceleración en la inversión, tanto pública como privada.

Escenario internacional

La economía mundial se encuentra en una fase de transición hacia un nuevo equilibrio caracterizado por un menor precio de las materias primas, mayores costos financieros y un menor crecimiento de las economías emergentes. Se proyecta una recuperación gradual de las economías avanzadas de EEUU y Europa, lo cual favorecerá la balanza comercial peruana.

Crecimiento doméstico

El año 2014 el Perú crecerá 5.7%. Pero en el periodo 2015-2017 el crecimiento será de 6.5%, con lo cual el Perú se posicionará como una de las economías de mayor crecimiento en el mundo. Varios factores explican esta aceleración. Desde el año 2015 se alcanzarán mayores niveles de producción de cobre por la entrada de proyectos como Toromocho, Constancia, Las Bambas y ampliación de Cerro Verde, con lo cual en el 2017 se espera duplicar la producción de cobre del año 2013 (que representa un aporte promedio de 0.5% al crecimiento del PBI). Igualmente, se espera que la inversión en proyectos de infraestructura bajo la modalidad de Asociación Pública Privada (APP) crezca en torno al 30% anual en el periodo 2014-2017, el doble de lo registrado entre el 2011 y 2013.

Los otros factores que de acuerdo al MEF favorecerán la dinámica interna tienen que ver con: i) la recuperación gradual  de la economía mundial, principalmente EEUU y la Unión Europea; ii) la recuperación de la confianza de los agentes económicos (golpeada por el ruido político desdeel 2012); y, iii) la convergencia de sectores como la construcción y otros servicios no transables, que aún tienen tamaños reducidos en el Perú en comparación con otras economías regionales, por lo cual ofrecen interesantes retornos a la inversión en un contexto de mayor dinamismo de la demanda interna.

Inversión privada

De acuerdo con el MMM 2015-2017, la inversión privada crecerá a un ritmo promedio de 6,1%, registrando un crecimiento de 10% en sectores no transables como construcción, servicios o retail (por el dinamismo del consumo interno). En el sector minero habrá una desaceleración, ya que la inversión bordearía los US$ 7 mil millones por año, por debajo del máximo de US$ 9,724 alcanzado en el 2013. Cabe señalar que la desaceleración de la inversión minera es un fenómeno mundial, ya que de acuerdo a Morgan Stanley, en el periodo 2014-2017 esta caería 12% a nivel global.

Solvencia de la Cuenta corriente

El MMM 2015-2017 proyecta una paulatina reducción del déficit en cuenta corriente  proyectado en 5,1% del PBI para el año 2014 a niveles cercanos al 4% para el periodo 2015-2017. En este periodo, la balanza comercial empezará a registrar nuevamente superávits debido a las mayores exportaciones mineras. A pesar de los déficit, la solvencia inter-temporal de la cuenta corriente está garantizada dado que parte importante de ella esta financiada por inversión extrajera directa (de largo plazo) en la cuenta financiera. De hecho, de acuerdo a Pro Inversión, cerca del 40% del saldo de IED se explica por sectores como minería, energía y petróleo.

Para destacar

De acuerdo al MMM 2015-2017 del MEF, si el Perú logra mantener un crecimiento anual de 6,0% promedio en los próximos años (una tasa inferior a nuestro potencial de crecimiento), para el año 2020 se habrá duplicado el PBI del año 2013 y el PBI per cápita (a paridad de poder de compra) alcanzaría los US$14,600, superando el promedio regional y el del mundo.