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Perú crece por debajo de su potencial

Perú crece por debajo de su potencial

El pasado 21 de enero el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó su informe Actualización de Perspectivas de la Economía Mundial, enero 2019 en el que reveló algunas revisiones a la baja de las cifras de crecimiento mundial que vale la pena señalar, de cara al contexto económico internacional que enfrentará el Perú este año y el 2020.

Como se desprenderá del análisis, el Perú no solo enfrentará un contexto complejo en estos años, sino que sus tasas de crecimiento proyectadas son poco competitivas a la luz de su nivel de desarrollo.

En primer lugar, el informe destaca una revisión a la baja de las cifras de crecimiento de la economía mundial en los años 2019 y 2020 en 0.2 y 0.1 puntos porcentuales respectivamente, ubicándolas en 3.5% y 3.6% respectivamente, tras haber crecido 3.7% en el 2018. A continuación, el análisis del desagregado regional, que es relevante para nuestro país:

  • En relación a EEUU, el informe proyecta una caída en sus tasas de crecimiento en el 2019 y 2020, ubicándolas en 2.5%, y 1.8% respectivamente, tras haber crecido 2.9% en el 2018. Esta proyección a la baja obedece a un retiro progresivo del estimulo fiscal en esos años, además de que la tasa de fondos federales superará temporalmente su tasa de interés neutral.
  • En relación a la zona euro, se prevé un crecimiento de 1.8% en 2018 y una desaceleración en 2019 y 2020, con 1.6% y 1.7%, respectivamente. El informe destaca que esta región es la que más bajas ha sufrido en las proyecciones respecto a Octubre, en particular, Italia por el encarecimiento en el costo de su endeudamiento público y Francia, debido a la crisis política y social que enfrenta Macron.
  • En relación a China, se proyecta una desaceleración en su crecimiento con una tasa de 6.2% en el 2019 y 2020, tras haber crecido 6.6% en el 2018. Esto se debe, principalmente, a una mayor regulación financiera hacia la banca paralela y a un agravamiento del conflicto comercial con EEUU.
  • En relación a América Latina y el Caribe, se proyecta un crecimiento de la región en el orden del 2% y 2.5% en los años 2019 y 2020 (0.2 puntos porcentuales menos en ambas tasas respecto al reporte de Octubre) y se estima que el 2018 cerró con un 1.1%. Las revisiones a la baja se deben principalmente a un menor crecimiento proyectado para México y  a una contracción más severa de Venezuela.
  • Finalmente, el FMI proyecta un crecimiento para los países emergentes y en desarrollo en el orden del 4.5% en el 2019 y 4.9% en el 2020, tras haber crecido 4.6% en el 2018. Lo relevante de esta cifra es que el Perú creció y crecerá por debajo del promedio de estos países en los próximos años (3.8% en el 2018 y 3.7% en 2019 y 2020).

Nota: Estimados de crecimiento para el Perú incluidos por Lampadia.

En los años 2019 y 2020, el Perú no solo enfrentará la desaceleración de sus principales socios comerciales, sino que su crecimiento proyectado ni siquiera le permitirá competir en la liga de los países emergentes.

Como hemos señalado recientemente en Lampadia: Aterrizaje en la mediocridad, este crecimiento mediocre de la economía peruana que, alguna vez llegaría a tasas del 9% en la segunda mitad de la década pasada, se debe a una cada vez más notoria debilidad del gobierno, reflejada en su falta de entendimiento de que lo que realmente genera riqueza es la inversión y que, por ende, una estrategia de desarrollo que no implique convocar al sector privado no puede tener éxito. Es irresponsable no desarrollar la demanda interna de nuestra economía, apoyada por la inversión, en un contexto internacional desfavorable.

Por otra parte, diversos economistas como Roberto Abusada destacan que una tasa de crecimiento de 4% apenas alcanza para absorber los 300 mil jóvenes que entran al mercado laboral anualmente, pero sin ninguna garantía de acceso a un trabajo formal.

En ese sentido, urge elevar la tasa de crecimiento potencial de la economía, ubicada en 3.5%, según estimaciones del BCRP, de manera que el Perú retome la senda de crecimiento alto de la década pasada y permita generar empleo de calidad y reducir con una mayor rapidez la pobreza.

Ello implica hacer una serie de reformas estructurales que incluyen la reforma laboral, tributaria, educativa, entre otras. Y muy especialmente, viabilizar los proyectos de inversión mineros, como Tía María, y de infraestructuras. Esperemos que el Gobierno pueda emprender acciones al respecto sino el mundo, más que un socio estratégico, terminará complicando la situación de nuestro país en los próximos años. Lampadia

Compartimos a continuación el resumen de la Actualización de Perspectivas de la Economía Mundial, enero de 2019 presentada por el FMI el pasado 21 de enero:

Perspectivas de la Economía Mundial
Debilitamiento de la expansión mundial

FONDO MONETARIO INTERNACIONAL
GLOSADO POR Lampadia

  • La expansión mundial se ha debilitado. Se estima que en 2018 el crecimiento mundial fue de 3.7%, conforme a lo pronosticado en la edición de octubre de 2018 de Perspectivas de la economía mundial (informe WEO), a pesar del desempeño más flojo de algunas economías, particularmente en Europa y Asia. Se proyecta que la economía mundial crezca 3.5% en 2019 y 3.6% en 2020, es decir, 0.2 y 0.1 puntos porcentuales menos que lo proyectado en octubre pasado.

Fuente: Actualización de Perspectivas de la Economía Mundial, enero de 2019 – FMI

  • Los pronósticos de crecimiento mundial correspondientes a 2019 y 2020 ya se revisaron a la baja en el último informe WEO, en parte a raíz de los efectos negativos de los aumentos de aranceles introducidos en Estados Unidos y China previamente en el año. La revisión adicional a la baja desde octubre refleja las consecuencias de una moderación del ímpetu en el segundo semestre de 2018 —como por ejemplo en Alemania, tras la adopción de nuevas normas sobre emisiones para vehículos de combustión, y en Italia, donde las preocupaciones en torno a los riesgos soberanos y financieros han constituido un lastre para la demanda interna—, pero también obedece a un debilitamiento de la actitud de los mercados financieros y a una contracción en Turquía que ahora se proyecta que será más profunda de lo previsto. 

Fuente: Actualización de Perspectivas de la Economía Mundial, enero de 2019 – FM

  • Los riesgos para el crecimiento mundial se inclinan a la baja. Un recrudecimiento de las tensiones comerciales que vaya más allá de lo contemplado en el pronóstico sigue siendo una importante fuente de riesgo para las perspectivas. Los resultados definitivos siguen estansujetos a un proceso de negociación posiblemente espinoso en el caso de la disputa entre Estados Unidos y China y a procesos internos de ratificación en el caso del T-MEC. Por lo tanto, el comercio, la inversión y el producto a escala mundial siguen estando amenazados por la incertidumbre de las políticas y otras tensiones comerciales actuales. De no resolverse las diferencias y de materializarse el consiguiente aumento de las barreras arancelarias, aumentarían los costos de los bienes intermedios y de capital importados y los precios de los bienes finales para los consumidores.
  • Las condiciones financieras ya se han tornado más restrictivas desde octubre. La intensificación de las tensiones comerciales, sumada a las inquietudes en torno a la política fiscal italiana y las preocupaciones acerca de varios mercados emergentes y, hacia finales del año, de un cierre del gobierno de Estados Unidos, contribuyó a que los precios de las acciones bajaran en el segundo semestre de 2018. Una gama de eventos catalizadores en economías clave de importancia sistémica podrían provocar un deterioro más generalizado de la actitud de los inversionistas y una revaluación repentina y drástica de los precios de las acciones en un entorno de fuerte carga de la deuda. El crecimiento mundial probablemente se situaría por debajo de la proyección de base si cualquiera de esos eventos se materializara y precipitara un episodio generalizado de aversión al riesgo: 
  • Varios factores, aparte del recrudecimiento de las tensiones comerciales, podrían provocar un deterioro aun mayor de la actitud frente al riesgo, lo que incidiría negativamente en el crecimiento, especialmente en vista de los altos niveles de deuda pública y privada. Entre esos posibles factores están la salida del Reino Unido de la Unión Europea sin que medie un acuerdo y una desaceleración más importante de lo previsto en China.
  • La principal prioridad común en materia de políticas es que los países cooperen y resuelvan pronto sus desavenencias comerciales y la resultante incertidumbre en torno a las políticas, en lugar de elevar más las barreras perniciosas y desestabilizar una economía mundial que ya está desacelerándose. En todas las economías es fundamental adoptar medidas para estimular el crecimiento del producto potencial, lograr una mayor inclusión y reforzar los defensas fiscales y financieras, en un entorno caracterizado por una pesada carga de la deuda y condiciones financieras más restrictivas.



¿Subsisten los refugios para las inversiones?

En el segundo semestre del 2018 aumentó la volatilidad y se corrigieron los mercados de capitales.

Ningún índice bursátil de las economías más importantes del globo se salvó de registrar ajustes por lo menos en algunos de esos meses y, como era de esperarse, las razones que explicaban estas caídas no distaban mucho entre sí para todos los países: incertidumbre sobre la guerra comercial EEUU- China,  alta expectativa de alzas de tasas de interés por parte de la FED, Brexit, una zona euro con desaceleración económica y tensiones políticas, entre otras.

Un reciente artículo escrito por Benjamin J. Cohen, profesor de Economía Política Internacional en la Universidad de California, Santa Bárbara, y autor del libro “Currency Power: Understanding Monetary Rivalry”, explica con brillantez y simpleza las implicancias que ha tenido la volatilidad de los mercados financieros sobre el apetito por riesgo de los inversionistas y la actual encrucijada en la que se encuentran: la imposibilidad de encontrar refugios para sus inversiones.

Como bien señala el referido autor, producto de la volatilidad de los mercados financieros, la aversión al riesgo de los inversionistas ha aumentado sobremanera, lo cual los ha volcado a la búsqueda de activos más “seguros”.

Al respecto, señala que es muy complicado encontrar esta clase de activos hoy en día, puesto que aquellos que lideraron este segmento por muchísimos años–inclusive en épocas críticas como la crisis financiera del 2008- , los bonos del tesoro de EEUU, han perdido su atractivo. Esto porque se tiene la expectativa de que la calificación crediticia de EEUU empeore con el tiempo dada la aparente falta de responsabilidad fiscal por parte del presidente Trump.

En este contexto, ¿Qué alternativas de inversión seguras o por lo menos, seguras comparadas a la deuda de EEUU, pueden ser tomadas en cuenta como referencia?

Entre las alternativas que Cohen analiza para este tipo de inversiones están los mercados de deuda de la zona euro, Suiza, la Japón y China

Al respecto, podría parecer que los bonos de países de la zona euro serían los candidatos inmediatos a superar la deuda en dólares como refugio de las inversiones, sin embargo, debe tenerse en mente ciertos procesos políticos que están aconteciendo en esta región del mundo como la actual “fragmentación” de la política [Veáse Lampadia¿Fragmentación política en Europa?] o el Brexit, factores que podrían determinar el pago de la deuda futura de estos países.

Por otro lado, si bien China es considerada el tercer mercado de deuda pública más grande del mundo, su excesiva regulación puede hacerla poco atractiva como inversión “segura”. Otro mercado de bonos que ofrece una amplia variedad de productos es Japón. Sin embargo, su excesivo endeudamiento público y poco crecimiento económico son factores que le juegan en contra.

En todo caso, lo que puede deducirse del análisis del autor es que no existe un refugio amplio y seguro para las inversiones, como existían hace una década. Lampadia

Para ver más detalle acerca del análisis realizado por el Prof. Benjamin J. Cohen sobre el tema ver líneas abajo:

¿Dónde han ido todos los paraísos seguros?

7 de Enero, 2019 
BENJAMIN J. COHEN
Traducido y glosado por Lampadia

Incluso en el apogeo de la crisis financiera mundial del 2008, que se originó en los Estados Unidos, los inversionistas globales vieron al Tesoro de los Estados Unidos como el activo más seguro disponible. Pero con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, minando la fe en el dólar, los gestores de cartera se encuentran en mares agitados sin un puerto de escala que pueda ofrecer refugio contra la tormenta.

Con la caída de las acciones, el aumento de la volatilidad del tipo de cambio y la intensificación de los riesgos políticos, los mercados financieros de todo el mundo se han visto afectados. En momentos como estos, los inversionistas internacionales generalmente se vuelven cautelosos y priorizan la seguridad sobre los retornos, por lo que el dinero huye a “refugios seguros” que pueden proporcionar activos seguros, con grado de inversión, en una escala suficientemente grande. Pero no hay refugios evidentes hoy en día. Por primera vez en la memoria viva, los inversores carecen de un puerto tranquilo donde puedan refugiarse de la tormenta.

Históricamente, el refugio seguro por excelencia fue EEUU, en forma de los bonos del Tesoro respaldados por la “plena fe y crédito” del gobierno de los EEUU. Como lo dijo un estratega de inversiones en 2012, “cuando la gente está preocupada, todo camino conduce a los bonos del Tesoro”.

El estallido de la burbuja inmobiliaria de EEUU en el 2007 ofrece un ejemplo. Nadie dudó de que Estados Unidos fuera el epicentro de la crisis financiera mundial. Pero en lugar de huir de los EEUU, el capital lo inundó. En los últimos tres meses de 2008, las compras netas de activos alcanzaron medio trillón de dólares, tres veces más que la suma de los nueve meses anteriores.

Sin duda, algunas de estas reclamaciones en dólares se debieron al hecho de que los bancos extranjeros y los inversionistas institucionales necesitaban billetes verdes para cubrir sus necesidades de financiamiento después de que los mercados interbancarios y otros mercados mayoristas de corto plazo se apoderaran. Pero esa no fue la única razón por la que los gestores de cartera se apilaron en los EEUU. Gran parte del aumento de la demanda se debió a puro miedo. En un momento en el que nadie sabía lo mal que se podían poner las cosas, se consideraba que EEUU era la apuesta más segura.

Pero esto fue antes de la llegada del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien logró socavar la confianza en el dólar en un grado sin precedentes. Además de abandonar cualquier noción de responsabilidad fiscal, Trump ha pasado sus primeros dos años en el cargo atacando a instituciones internacionales y luchando contra aliados de Estados Unidos.

Sin duda, incluso antes de Trump, la confianza en el dólar sufrió un revés en 2011, cuando Standard & Poor rebajó los títulos del Tesoro en una muesca en respuesta a un casi cierre del gobierno de EEUU. Ese episodio fue provocado por un enfrentamiento entre el entonces presidente Barack Obama y los congresistas republicanos por una propuesta de rutina para elevar el techo de la deuda federal.

Hoy, sin embargo, los inversores tienen aún más razones para preocuparse por la calificación crediticia del gobierno de los EEUU. Solo en 2018, el gobierno fue cerrado tres veces, y continúa en un cierre parcial hasta el día de hoy, debido a la demanda de Trump de fondos para construir un muro “grande y hermoso” en la frontera con México.

¿A dónde pueden ir los inversionistas si no es a los Estados Unidos?

  • La eurozona puede parecer una alternativa lógica. Después del dólar, el euro es la moneda más utilizada en el mundo. Y, en conjunto, los mercados de capital de los 19 estados miembros de la eurozona tienen un tamaño similar al del mercado estadounidense. Pero Europa tiene sus propios problemas. El crecimiento económico se está desacelerando, especialmente en Alemania, y el riesgo de una crisis bancaria en Italia, la cuarta economía más grande de la eurozona, se vislumbra en el horizonte.

Peor aún es la incertidumbre sobre el Brexit, que podría resultar altamente perjudicial si el Reino Unido se estrella fuera de la Unión Europea sin un acuerdo de divorcio. No hace falta decir que también se puede descartar a Gran Bretaña como un refugio seguro, al menos hasta que se resuelva el fiasco del Brexit.

  • ¿Qué pasa con el franco suizo? Aunque sus atractivos son obvios, los mercados financieros de Suiza son simplemente demasiado pequeños para servir como un sustituto adecuado para los Estados Unidos.
  • Eso deja a Japón. Con su abundante oferta de bonos del gobierno, es el mayor mercado único de deuda pública fuera de los Estados Unidos. Sin embargo, la pregunta para los gestores de cartera es si es realmente seguro invertir en un país donde la deuda pública supera el 230% del PIB.

En comparación, la relación deuda pública / PBI en los EEUU. es de alrededor del 88%; e incluso en la problemática de Italia, no es más del 130%. Es cierto que el mercado de deuda del gobierno japonés es más estable que la mayoría, debido al hecho de que gran parte de él está en manos de ahorradores nacionales (es decir, está bien escondido debajo del colchón). Pero Japón es un país envejecido con una economía que se ha mantenido casi estancada durante un cuarto de siglo. Los inversores tendrían razón si se preguntan dónde encontrarán los recursos para continuar con el servicio de su enorme deuda.

  • Y luego está China, con el tercer mercado nacional de deuda pública más grande del mundo. Ciertamente, la oferta de activos en China es amplia. Pero el mercado chino está tan estrechamente controlado que es esencialmente lo opuesto a un refugio seguro. Pasará mucho tiempo antes de que los inversionistas globales consideren confiar en los valores chinos.

Con la escasez de puertos seguros, los inversionistas se pondrán cada vez más nerviosos. Estarán inclinados a mover fondos ante la menor señal de peligro, lo que aumentará sustancialmente la volatilidad del mercado. La mala racha de hoy probablemente esté aquí para quedarse. Lampadia

Benjamin J. Cohen es profesor de Economía Política Internacional en la Universidad de California, Santa Bárbara, y es autor de Currency Power: Understanding Monetary Rivalry.




Se avecina un nuevo líder político en la UE

Tras haberse desempeñado como secretaria general del Partido Unión Democrática Cristiana (CDU, en adelante) de Alemania desde marzo de este año, Annegret Kramp-Karrenbauer (más conocida como AKK) fue elegida como nueva líder del partido el pasado 7 de diciembre, luego de la renuncia de la poderosa Angela Merkel, que mantiene el cargo de Canciller.

Este hecho termina de confirmar los rumores que venían difundiendo los medios internacionales desde inicios de año, acerca de una posible salida de Angela Merkel del partido conservador alemán, después de haber gobernado el país por 13 años y haber liderado el partido por casi 18 años.

Al respecto, ¿Qué implicancias tiene el ascenso de AKK como líder del partido CDU para Europa y para el mundo emergente, a la luz de la imagen proyectada por su trayectoria política?

En primer lugar, la preocupación de los mercados financieros internacionales estaba centrada en el rumbo que tomaría Europa tras la salida de Merkel, una líder gubernamental  que ganó mucha experiencia encarando crisis importantes como aquella relacionada a la deuda soberana de la zona euro y la de los refugiados en el 2015-2016.

Al respecto, tal como indica un reciente artículo de The Economist,  “Las dos mujeres [Merkel y AKK] de hecho comparten un estilo discreto y un instinto para crear consenso”. Sin embargo, como indica esta revista británica, hay ciertos contrastes de Merkel con la posición política de AKK en lo relacionado al manejo económico y la política internacional, que vale la pena mencionar.

Así, AKK, a diferencia de Merkel, respalda los salarios mínimos y no comparte una visión de la reducción de impuestos. Además, tiene una posición más dura en lo concerniente a la inmigración y la seguridad externa, sin caer en el fundamentalismo que caracteriza a muchos de los partidos europeos de extrema derecha hoy en día.

Pero más importante aún es lo que el ascenso de AKK al liderazgo del CDU significa para Europa en el ámbito geopolítico. Como señalamos previamente en Lampadia: ¿Fragmentación política en Europa?, actualmente la Unión Europea se encuentra en un proceso de fragmentación a nivel de partidos políticos, puesto que está experimentando el paso de un sistema bipartidista tradicional, hacia uno en donde habrá una mayor presencia de partidos de extrema derecha e izquierda y de centro.

En este contexto, AKK, al igual que Macron, se presenta como una opción centrista que, como señalamos en Lampadia: Renovación de los liderazgos políticos europeos, podría convertirse en una garantía de continuidad del merkelismo en Alemania y del proyecto europeo en el continente, el cual ha sido fundamental para defender la globalización, la inmigración y el libre comercio, ejes centrales para el desarrollo del mundo emergente.

Consideramos, al igual que The Economist, que la política de AKK debe estar fundamentada en la profundización de los lazos de Alemania en las redes políticas europeas más allá de Francia, y reunir los rudimentos de una verdadera política exterior.

Reafirmamos nuestra posición de que la soberanía en Europa solo puede ejercerse efectivamente a nivel del conjunto, que es con la UE. Lampadia

Compartimos el artículo de The Economist que desarrolla los desafíos que enfrentará AKK, a la luz de la problemática actual del continente europeo.

Comienza la era AKK
Annegret Kramp-Karrenbauer asume el liderazgo de la CDU

Angela Merkel se prepara para dar paso a su sucesor escogido a mano

The Economist
13 de diciembre, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

“Los nacimientos más difíciles producen a los niños más hermosos”, dijo Annegret Kramp-Karrenbauer en 2011, luego de que un complicado proceso parlamentario la hubiera llevado al puesto más importante en Sarre, un pequeño estado en el suroeste de Alemania. Si es así, AKK, como es conocida universalmente, está en una posición cómoda. El 7 de diciembre, en un congreso del partido en Hamburgo, fue elegida líder de la Unión Demócrata Cristiana de centro-derecha de Alemania (CDU) por el más estrecho de los márgenes. Algunos partidarios de su rival, Friedrich Merz, un ex líder parlamentario de la CDU cuya campaña de la guerrilla había electrificado a la vieja guardia conservadora del partido, prometieron renunciar al partido con disgusto. Fue todo el camino para un partido gentil que no estaba acostumbrado a los giros y vueltas de la democracia interna.

Kramp-Karrenbauer se convierte en la cuarta persona en liderar el CDU en 45 años. Por ahora, ella cohabitará con su aliada, Angela Merkel, que ha tomado la inusual decisión de ceder el liderazgo del partido mientras sigue siendo canciller, quizás hasta que termine su mandato en 2021. En febrero, Merkel removió a Kramp-Karrenbauer de Sarre para nombrarla secretaria general de la CDU, una clara señal de que un sucesor estaba siendo preparado. Sobre el tiempo, murmuraron algunos; Merkel ha dirigido el país desde 2005 y el partido durante cinco años más.

El primer desafío de Kramp-Karrenbauer ha sido refutar la acusación de que ella es simplemente una clon del canciller. Las dos mujeres de hecho comparten un estilo discreto y un instinto para crear consenso. Los miembros de CDU que querían un retorno a un conservadurismo más veloz tienen derecho a sentirse derrotados.

Pero la comparación puede ser exagerada, ya que Kramp-Karrenbauer tiene una perspectiva política distintiva. Su filosofía de “mercado social” está determinada por sus experiencias en un estado devastado por la desindustrialización: ella respalda los salarios mínimos y no comparte el celo de reducción de impuestos de algunos miembros del CDU. Ella tiene una visión católica de temas como el matrimonio gay y la edición de genes, e instintos más duros que su mentora sobre inmigración y seguridad. Tampoco las dos siempre se han puesto de acuerdo, señala Kristina Dunz, coautora de “I Can, I Want and I Will”, una biografía de AKK. En el 2012, Merkel estaba furiosa cuando Kramp-Karrenbauer terminó abruptamente su acuerdo de coalición en Sarre. “Me sorprendería mucho si alguien la llamara ‘mini-Merkel’ en un año”, dice Jo Leinen que ha conocido a Kramp-Karrenbauer durante décadas.

Otra diferencia importante, dice un aliado, es que Kramp-Karrenbauer enfrenta los problemas difíciles directamente, mientras que Merkel vacila hasta que su mano es forzada.

Kramp-Karrenbauer teme que las disputas sobre la decisión de la canciller de abrir las fronteras de Alemania a los refugiados en 2015-2016, que ella respaldó, puedan envenenar al partido por una generación. En el nuevo año, organizará una reunión de políticos locales y estatales de la CDU para hacer un balance de lo que funcionó y lo que no durante la crisis.

Sus partidarios esperan que tales movimientos ayuden a su objetivo de restaurar las fortunas de la bandera de la CDU. En 2017, Kramp-Karrenbauer se dirigió a la reelección en Sarre con más del 40% de los votos, una cifra que ha cobrado importancia totémica en un partido que últimamente se mantiene en torno al 30% en un panorama político fracturado. Una mujer CDU en su totalidad: se unió a los 19 años, y se abrió camino a través de interminables comités y cargos ministeriales, es una gran instintiva que buscará votos a la izquierda y a la derecha. En Hamburgo, llamó a la CDU el “último unicornio” en Europa, contrastándolo con los partidos moribundos de todo el mundo. Las encuestas sugieren que ella tiene un gran atractivo. Una toma justo después de su victoria grabó un golpe en el soporte de la CDU.

Dos pruebas quedan por delante. El primero está en la urna. Si a la CDU le va bien en las elecciones europeas y estatales en el 2019, Kramp-Karrenbauer estará preparada para convertirse en candidata a tomar la posta de Merkel, quien renunciará a más tardar en las próximas elecciones generales.

Sin embargo, la CDU puede no ser dueña de su destino. El flagrante Partido Socialdemócrata (SPD), su socio menor de la coalición, esperaba que la victoria de Merz le permitiera volver a ocupar el centro de la política alemana. La SPD ahora enfrenta preguntas difíciles. Si abandona la coalición el próximo año, Kramp-Karrenbauer podría enfrentar una elección general antes de lo que ella esperaba. Mientras tanto, la SPD le dará dolores de cabeza, comenzando con disputas por una prohibición de la publicidad del aborto, que ha tratado de eliminar, y el impuesto personal de “solidaridad” para el este de Alemania, que desea mantener.

De cualquier manera, Kramp-Karrenbauer debe comenzar a elaborar políticas distintivas sobre asuntos que el próximo gobierno no puede evitar, como impuestos, pensiones, energía y defensa. Ella necesita profundizar sus lazos en las redes políticas europeas más allá de Francia, y reunir los rudimentos de una política exterior. Y luego está el escuadrón incómodo del CDU que tiene que tratar. En Hamburgo, la Kramp-Karrenbauer extendió una rama de olivo al ofrecer el puesto de secretaria general de la CDE (el trabajo que acababa de abandonar) a Paul Ziemiak, jefe de su ala conservadora de jóvenes.

Sin embargo, los temores de una ruptura pueden ser exagerados. Más que cualquier otro partido, la CDU, que ha mantenido la cancillería durante 50 de los últimos 70 años, tiende a unirse detrás de sus líderes, especialmente si son ganadores de votos probados. Fue esa percepción lo que significó que una mujer sin pretensiones que asumió el liderazgo del partido en 2000, en medio del mayor escepticismo, ahora está ejecutando una estrategia de salida totalmente de su propio diseño. Lampadia




¿Fragmentación política en Europa?

¿Fragmentación política en Europa?

El riesgo de una fragmentación política en Europa se acrecienta con el pasar de los meses y puede hacerse realidad en mayo del 2019, fecha en la que se realizará la votación para elegir al nuevo Parlamento Europeo.

Como se observa en el Gráfico 1, hay una clara decadencia generalizada del bipartidismo en la Unión Europea (UE) en los últimos años, medido por el porcentaje de votos totales a favor de los dos partidos tradicionales en las elecciones generales de cada país. Por ejemplo, mientras que el bipartidismo ascendía al 51% en Holanda previo al período 2017-2018, este porcentaje hoy en día asciende al 27%.

Ello ha conllevado a una mayor preferencia, cada vez más notoria, de una gran proporción de votantes europeos hacia partidos tanto de extrema derecha como de extrema izquierda y del centro, cuyos representantes concentran más del 50% de los escaños en el Parlamento.

Varios factores explican el éxito relativo de estos partidos, pero en resumen, la razón principal es que la mayoría de ellos, en particular los de extrema derecha, han sabido canalizar y satisfacer las necesidades de la población de sus países, que incluyen la incertidumbre económica y social en torno a la globalización y la disrupción tecnológica y el creciente predominio del factor sociocultural. Así, han abordado estas problemáticas con políticas que refuerzan la identidad nacional y que desincentivan la inmigración e integración con la Unión Europea (los llamados “euroescépticos”).

Sin embargo, se debe señalar que la creciente presencia de euroescépticos en el parlamento no representa una amenaza para el proyecto europeo principalmente porque muchos de estos partidos se han alejado del absoluto rechazo del euro.

Otro elemento importante que incrementaría la probabilidad de una fragmentación política en Europa es la salida de Angela Merkel del Partido Demócrata Cristiano (CDU),  que como indica The Economist, “podría traer cierta incertidumbre al bloque a corto plazo”. Como ya hemos indicado anteriormente, [Ver en Lampadia: Una salida a la crisis social de Francia] Merkel junto a Macron, representan los últimos bastiones europeos con claras políticas pro-globalización y de libre comercio, esenciales para el Perú,  y que están sustentadas en la Unión Europea, en un contexto global de mayor proteccionismo y antiinmigración.

Sin embargo, coincidimos con The Economist en que esta incertidumbre se diluirá con el tiempo ya que los posibles sucesores de Merkel comparten su misma visión, en particular, sobre el camino que debe seguir Alemania de cara a la UE.

Estas tres tendencias o fuerzas políticas han coexistido en un contexto económico de supuesta “desaceleración” en la zona euro que vale la pena analizar. Como se observa en el Gráfico 3, desde mediados del 2017, el PBI de la zona euro viene creciendo cada vez a tasas menores, lo cual ha despertado cierta preocupación en los policy-makers.

Sin embargo, este comportamiento obedece más a un shock temporal relacionado a condiciones climatológicas, tensiones comerciales mundiales, entre otros sucesos por lo que se espera será reversado en el 2019. Lamentablemente la preocupación está ahí y con ella, el descontento de la gente hacia los partidos tradicionales podría también acelerar la “fragmentación” política.

En relación a la política monetaria que sostiene la UE a través del BCE, tampoco habría un riesgo de un cambio radical en la posición de política puesto que, como indica The Economist, “aún una posición menos moderada no querría dañar la credibilidad que el BCE ha desarrollado bajo Draghi en términos de voluntad de apoyar una recuperación con una política monetaria fácil”.

Como conclusión, y recogiendo el contexto económico de desaceleración actual de Europa, un giro político es altamente probable, pero no diríamos que se trataría de una “fragmentación”, dado que, si bien coexistirán múltiples partidos de distintas ideologías, consideramos que el proyecto europeo continuará. En esta línea, esperamos que esta mayor competencia de partidos políticos pueda darles solución a las manifestaciones de descontento de los ciudadanos europeos. Lampadia

Una nueva fase política para Europa

En mayo de 2019 se elegirá un nuevo Parlamento Europeo y, con él, un nuevo presidente de la Comisión Europea. Mientras tanto, la economía de la zona euro parece haber perdido impulso.

The Economist Intelligence Unit
2018
Traducido y glosado por
 Lampadia

Parte 1: un parlamento europeo fragmentado

En mayo de 2019, veintisiete países acudirán a las urnas para elegir un nuevo Parlamento Europeo. Esta elección será histórica de varias maneras.

  • Primero, después del Brexit en marzo, será la primera elección que se realizará después de que un estado miembro haya dejado el bloque.
  • Segundo, estas elecciones seguirán una serie de resultados de elecciones nacionales en todos los estados miembros en los que los partidos euroescépticos de extrema derecha han registrado sus mejores resultados en el registro.
  • En tercer lugar, las encuestas se llevarán a cabo después de un año de intenso debate sobre la dirección futura del proyecto europeo, que ha destacado las divisiones dentro del bloque.

Creemos que el resultado de la elección será una mayor fragmentación política, confirmando la tendencia registrada en la región en los últimos años. Desde la carrera presidencial de Francia en abril de 2017 hasta la votación de Suecia en septiembre de 2018, los resultados de las elecciones han simbolizado el declive del sistema bipartidista y el aumento del apoyo a los partidos en ambos extremos del espectro político.

Varios factores han alimentado esta tendencia: la disminución en la votación de clase; el predominio creciente de las cuestiones socioculturales sobre las cuestiones socioeconómicas; el cambio de los partidos tradicionales hacia el centro (dejando un vacío de poder en los extremos); y una creciente sensación de ansiedad, provocada por los cambios económicos y sociales asociados con la interrupción tecnológica y la globalización. Los partidos de extrema derecha han experimentado un aumento en su apoyo en Francia, los Países Bajos, Alemania, Italia y Suecia. Algunos han existido durante mucho tiempo en la escena política de sus respectivos países, mientras que otros solo han hecho recientemente su primera ruptura en el parlamento. Todos estos partidos han presionado a la clase política dominante para abordar los problemas de identidad nacional, migración e integración.

Por otra parte, el aumento en el apoyo a los partidos euroescépticos ha significado que la elección podría representar una prueba para la supervivencia del proyecto europeo. Sin embargo, la mayor presencia de tales partidos en el Parlamento Europeo no supondrá tal amenaza. De hecho, el tono combativo de las fuerzas euroescépticas disminuyó significativamente en los últimos cuatro años, y los partidos se alejaron del absoluto rechazo del euro. Además, el espacio para diseñar una agenda migratoria más agresiva será limitado, especialmente porque el consenso político a lo largo del bloque se está desplazando gradualmente hacia una postura más conservadora desde la crisis de refugiados de 2015.

Con respecto a los partidos centristas, el porcentaje de votantes hacia ellos se verá impulsado por las ganancias obtenidas por los movimientos socialmente liberales en las recientes elecciones nacionales. Liderados por La República en marzo (LRM), el partido del presidente francés, Emmanuel Macron, estos movimientos están preparados para desafiar a los dos grupos tradicionalmente más grandes en Parlamento Europeo. Este cambio podría complicar la nominación del nuevo presidente de la Comisión y conducir a nuevas dinámicas en el parlamento.

En general, un panorama político más fragmentado complicará la formación de la coalición y la formulación de políticas, lo que se reflejará en una actividad legislativa más débil y podría ser crucial para la aprobación oportuna del presupuesto de la UE para 2021-27.

Parte 2: Europa sin Merkel

A lo largo de noviembre de 2018, los estados miembros se reunieron para finalizar las propuestas de reforma de la zona euro, en un intento de capitalizar el impulso existente para alcanzar el consenso.

La decisión de Merkel de no postularse para el liderazgo del Partido Demócrata Cristiano (CDU) en el congreso del partido de diciembre generó preocupaciones sobre cómo cambiará Europa después de su partida. Merkel es la líder gubernamental de más larga duración en la UE, después de varias crisis, desde la crisis de la deuda soberana de la zona euro hasta la reacción pública de la crisis de refugiados y la tendencia hacia la democracia ilegal en Polonia y Hungría.

La partida de Merkel, y con ello la salida de su apoyo diplomático, podría traer cierta incertidumbre al bloque a corto plazo. Sin embargo, la postura de Alemania en la UE probablemente se mantendrá sin cambios dado que sus principales contendientes representan rutas ligeramente diferentes para el partido, pero no para Europa.

Parte 3: ¿Se realiza el trabajo del BCE?

El crecimiento anual real del PBI de la zona euro está en camino de alcanzar el 2% en 2018, alcanzando un máximo de 2.5% en 2017, la expansión más fuerte en una década. Sin embargo, esperamos que la tasa de crecimiento anual se deslice aún más en 2019, hasta el 1.8%. En este sentido, ha aumentado la preocupación sobre la fuerza de la actividad subyacente en la zona del euro y si el crecimiento es sostenible.

En nuestra opinión, y por dos razones, tales preocupaciones son exageradas. Primero, parte de la desaceleración observada en 2018, particularmente a principios de año, puede verse como una moderación natural del crecimiento económico desde niveles insosteniblemente altos a fines de 2017. En segundo lugar, desde principios de 2018, los factores temporales e impulsados ​​por eventos, incluidos las condiciones climáticas adversas, las huelgas ferroviarias extensas en Francia, la inestabilidad política relacionada con las elecciones generales en Italia y la escalada de las tensiones del comercio mundial, han afectado el ritmo del crecimiento.

En relación al BCE, consideramos que de darse cambios de personal, este no querría dañar la credibilidad que el BCE ha desarrollado bajo Draghi en términos de voluntad de apoyar una recuperación con una política monetaria expansiva. Sin embargo, la inestabilidad política en Italia este año ha puesto de relieve que los mercados de bonos y divisas siguen siendo vulnerables a los cambios en el sentimiento de los inversores provocados por problemas en los miembros más débiles del bloque. El sucesor de Draghi puede querer permanecer vigilante a este respecto. Lampadia




Macron y Merkel se unen para reformar la zona euro

Emmanuel Macron, el nuevo líder del mundo libre, que rompió la política tradicional anti-globalización francesa, va ahora por más. Se proyecta hacia la modernización de la Unión Europea (UE), logrando el apoyo de Angela Merkel y sorprendiendo, nuevamente, a cuanto conservador se pone al frente.

No perdamos de vista a Macron, el espacio de globalización y libre comercio, esenciales para el Perú, dependen, en buena medida de la visión y tenacidad de las ‘Marchas’ de Macron.

Durante su primer año en el cargo, el presidente francés, Emmanuel Macron, delineó una serie de propuestas para reformar las instituciones europeas; ahora está lanzando una campaña para armar un paquete de propuestas de reforma de la Unión Europea. A pesar de todas las dificultades, se ha adherido a una filosofía coherente de cómo debería funcionar la política en el siglo XXI.

El presidente francés Emmanuel Macron ha planeado lanzar una nueva campaña política a nivel europeo. Aunque el lanzamiento oficial ahora se ha pospuesto, el último proyecto de Macron sigue siendo central para su presidencia y para su concepción del poder. “La Grande Marche pour l’Europe” de Macron imitará el programa que derrocó a los partidos políticos dominantes de Francia y transformó su partido ‘La République En Marche!’ en una fuerza política en 2017. En el transcurso de seis semanas, enviará a diez ministros y 200 parlamentarios para estudiar las opiniones de los franceses sobre Europa y los asuntos europeos. Los resultados luego serán considerados en el desarrollo de una plataforma que pueda vencer a los partidos populistas en las elecciones al Parlamento Europeo de 2019.

Macron ha persuadido a todos los demás estados miembros de la UE (con la excepción de Hungría y el Reino Unido) a realizar consultas públicas similares, que espera sientan las bases para las reformas a nivel de la UE. Del mismo modo, la visión de Macron para Europa parece reconciliar lo irreconciliable: su plan apunta tanto preservar la soberanía de los estados miembros como a profundizar la integración de la unión. Institucionalmente, esto significa apoyar a los organismos supranacionales y, a la vez, permitir una mayor flexibilidad en áreas donde los gobiernos nacionales, en lugar de Bruselas, están mejor posicionados para resolver problemas.

En cuanto a la política de defensa, Macron quiere trabajar dentro de los tratados existentes de la UE, y apoya las propuestas para un acuerdo de Cooperación Estructurada Permanente (PESCO) y un Fondo Europeo de Defensa. Pero también espera ir más allá de los marcos actuales de la UE e incluso de la OTAN para establecer una Iniciativa de Intervención Europea (EII), que operaría junto con las fuerzas expedicionarias británicas, estadounidenses y otras aliadas.

En cuanto a la migración, Macron quiere asegurar las fronteras exteriores de Europa y garantizar que la carga de acoger a los refugiados se comparta en toda la UE. En el corto plazo, él está presionando para un acuerdo entre los estados miembros sobre las cuotas de refugiados. Pero, a la larga, apoya una mayor armonización de los sistemas de asilo, o incluso la creación de una agencia central de asilo de la UE.

Macron también espera reconciliar ideas opuestas con respecto al euro. Mientras impulsa las reformas dentro de Francia que reducirán los riesgos de contagio financiero, también está pidiendo un presupuesto común de la eurozona y un ministerio de finanzas para hacer que la unión monetaria sea más resistente a los shocks futuros.

Más allá de estas áreas, Macron quiere impulsar la innovación en el ámbito digital, al establecer una versión europea de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) de los Estados Unidos. Al mismo tiempo, quiere proteger la soberanía nacional en la era digital a través de regulaciones y un enfoque fiscal común.

¿Qué piensa Angela Merkel de todo esto?

Angela Merkel se reunión con Emmanuel Macron este jueves pasado, y ambos han asumido en Berlín el reto limar sus diferencias y presentar un proyecto común al resto de socios comunitarios en temas como la unión monetaria, la unión bancaria, emigración, asilo, relaciones exteriores, defensa y mercado digital.

Los dos se proponen, además, profundizar su relación bilateral con una revisión del Tratado del Elíseo que sirva de base para una integración más profunda de los socios europeos que lo deseen en materias como impuestos de empresas o política de asilo. “El trabajo no falta, pero la voluntad tampoco”, ha asegurado Macron momentos antes de iniciar la primera de las reuniones que mantendrá con Merkel para llegar al prometido acuerdo entre Berlín y París. “De aquí al mes de junio tomaremos decisiones importantes para preparar las respuestas a los grande desafíos de Europa”, ha corroborado la canciller.

Los líderes observan el modelo de Humboldt Forum, un antiguo palacio convertido en museo
(Foto: bundeskanzlerin.de)

Merkel se mostró convencida de que el nuevo impulso es imprescindible porque la paz lograda desde 1945 ya no basta para justificar ante las nuevas generaciones la estructura de la UE. “Esta refundación, esta reorganización, debe ir más allá de la paz”, señaló la canciller. “Debemos demostrar que se puede lograr la prosperidad”.

Aún queda mucho por ver, pero ya está claro que Macron, junto con Merkel, han aportado un nuevo tipo de pensamiento a la política europea. En nuestra opinión, la soberanía en Europa solo puede ejercerse efectivamente a nivel del conjunto, de la UE. Lampadia




El Banco Central Europeo reacciona para evitar la deflación

El Banco Central Europeo reacciona para evitar la deflación

En un esfuerzo, largamente demorado, para evitar que la economía europea ya deprimida cayera en un espiral deflacionario, el Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado un plan de rescate de 1,100 mil billones de euros, o aproximadamente 1,300 mil billones de dólares en programas de flexibilización cuantitativa (QE, quantitative easing, por sus siglas en inglés). Un programa de esta naturaleza ha venido siendo reclamado, con insistencia, por especialistas como Martin Wolf del Financial Times.

La flexibilización cuantitativa es una forma poco convencional de la política monetaria en la que el  banco central crea nuevo dinero electrónicamente para comprar activos financieros, como los bonos del gobierno y de entidades financieras. Este aumento en la demanda por papeles por parte del banco central hace que el precio de los activos financieros aumente, lo que se traduce en una caída de las tasas de interés. A su vez, el menor costo de endeudamiento estimula el gasto de las empresas y las familias, lo que ayuda a sacar a la economía de una recesión. El  programa del BCE tiene como objetivo aumentar el gasto del sector privado en la economía y llevar la inflación al objetivo de 2%.

El mayor riesgo de esta medida es una eventual disparada de la inflación. Sin embargo, actualmente Europa se enfrenta el problema inverso: la deflación (más peligrosa y difícil de combatir que la inflación). El mes pasado, los precios en la zona euro fueron 0.2% más bajos que hace un año, lejos de la meta de inflación. Esto se debió, en parte, a la fuerte caída de los precios de energía, pero la tendencia ya se había expresado antes. Europa está  atrapada en una recesión con síntomas de deflación, una trampa parecida a la sufrida por Japón durante los últimos 25 años.

El QE fue utilizado por la FED (Reserva Federal Americana) en noviembre de 2008 con el objetivo  de salvar a la mayor economía del mundo de la paralización del sistema crediticio y de las  profundidades de una crisis financiera parecida a la del “crack del 29”. A pesar de grandes dudas académicas, la economía de Estados Unidos ha ido mejorando de manera constante, y la FED ha ido reduciendo gradualmente su programa de compra de activos desde US$ 85 mil millones mensuales, primero a US$ 15 mil millones al mes y ahora a cero, desde octubre 2014. Un programa que duró cinco años y terminó bajo la dirección de Janet Yellen (sucesora del ahora legendario Ben Bernanke). Manteniendo el compromiso de no dejar subir las tasas de interés por “un tiempo considerable”.

La flexibilización cuantitativa, junto con bajas tasas de interés, ha liberado capital y crédito en los EEUU, y ha alentado un aumento constante por el apetito de riesgo, ayudando al alza de los precios de las acciones. En el proceso, el balance de la FED ha crecido enormemente, desde unos US$ 870,000 mil millones en agosto 2007 a US$ 4,500 mil billones de hoy (4.5 trillones americanos).

La consiguiente recuperación de la economía de EEUU, ha llevado el desempleo a niveles de 5.6%, cerca del pleno empleo, mientras que en varias economías europeas, supera largamente el 25%, con niveles de desempleo juvenil insoportables (España 51% y Francia 50%). El último trimestre el crecimiento americano llegó a 5% y se prevé un crecimiento de 3.6% para este año por el FMI, que califica como “el continuo apoyo de una política monetaria acomodaticia, a pesar del aumento gradual previsto de las tasas de interés.” [“Continued support from an accommodative monetary policy stance, despite the projected gradual rise in interest rates”.]

La mayor crítica al BCE es que ha esperado demasiado, permitiendo que la deflación avance. También se señala que las bajas tasas de interés en Europa, incluso con los 60 mil millones de euros en compras mensuales de bonos por parte del BCE, ya no pueden seguir disminuyendo. Teniendo en cuenta estos problemas, algunos analistas creen que incluso un QE infinito ya no tendría mucho impacto. Larry Summers, ex secretario del Tesoro de EEUU, señaló en el World Economic Forum que “es un error suponer que el QE es una panacea en Europa, o que será suficiente”.

Alemania es el país que ha criticado estas medidas con más fuerza. “La decisión de compra de bonos del BCE corre el riesgo de disuadir a los gobiernos de la zona euro de [la necesidad de] tomar medidas para restablecer la competitividad de sus países”, afirma el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble. “Algunas personas podrían malinterpretar que no tienen que hacer lo que deben que hacer los gobiernos, los parlamentos, y así sucesivamente. Implementar una reforma estructural es siempre una tarea política difícil”. Hasta ahora, el manejo monetario europeo ha sido muy influenciado por Alemania. Pero no nos olvidemos que en la “infalible” Alemania, en setiembre 2008, su ministro de finanzas declaró un domingo por la noche que “esta es una crisis americana, que ellos la resuelvan”. Para que, solo cuatro días después, el ministro alemán Peer Steinbrück tuviera que anunciar el inicio de un programa de salvataje al banco hipotecario Hypo Real Estate alemán que superó los 50,000 millones de euros.

Los mayores miedos de Alemania vienen de su fobia a la inflación y al temor de tener que sostener el euro si el programa falla. Muchos ciudadanos alemanes culpan al BCE por las bajas tasas de interés de sus ahorros, temiendo la reducción de sus fondos pensionarios.

Uno de los mayores problemas de la eurozona es que nunca debió establecerse el Euro sin condiciones previas fundamentales, como la convergencia de las políticas fiscales de sus miembros y un sistema bancario con regulaciones uniformes.

Este es un problema estructural, que ahora, es muy difícil de afrontar. La flexibilización cuantitativa puede salvar a Europa de un espiral deflacionario, pero las reformas estructurales son esenciales para asegurar una prosperidad sostenible de la zona euro.

“Los países de la eurozona tienen que aprovechar esta oportunidad ahora para hacer las reformas estructurales, para poner sus finanzas públicas en orden, para hacer los cambios que van a atraer a las empresas y la inversión de todo el mundo a Europa”, afirma George Osborne, Ministro de Finanzas Británico.

Por su lado Christine Lagarde, Director Gerente del FMI, dijo que la política monetaria debe ser apoyada por “acciones integrales y políticas oportunas en otras áreas”, además de “reformas estructurales para impulsar el potencial de crecimiento y garantizar un amplio apoyo político para las políticas de gestión de la demanda”.

La crisis europea ya ha tenido una primera víctima política en Grecia, que seguramente tendrá que dejar el Euro. Ha alterado los balances políticos en España y ha desatado reacciones extremistas en Francia y Alemania. Esto es muy peligroso para la humanidad. Sobre todo ahora que hay que enfrentar la violencia extrema de ISIS, Putin y Boko Haram.

Le deseamos la mayor suerte al QE europeo. Lampadia




La Sociedad del Bienestar llevada al extremo

La Sociedad del Bienestar llevada al extremo

Este 25 de enero (2015), Grecia tendrá una elección adelantada tras el fracaso de la designación del conservador Stavros Dimas como jefe del Estado en tercera ronda.  Ahora, el principal partido de la oposición es el neo-marxista Syriza liderado por Alexis Tsipras. Las últimas encuestas de opinión muestran que Syriza tiene el apoyo del 30% de los votantes, alrededor de 3% por encima del partido gobernante, Nueva Democracia.

Pero, ¿cómo es que Syriza, una coalición de maoístas, socialistas, comunistas y trotskistas llegan a la cima de las encuestas de opinión? Para responder a esta pregunta, se tiene que analizar qué ha llevado a Grecia a su situación actual.

Hay muchos factores que contribuyeron a la crisis económica griega durante la última década. Las causas principales son: la zona euro, la evasión fiscal masiva, la corrupción del gobierno y el dispendio del gasto público.

En la década anterior a la crisis, uno de los principales motivos del alza de los gastos del gobierno se debe al aumento de los salarios y beneficios del sector público. Con el fin de asegurar el apoyo electoral, se pidieron grandes préstamos a los mercados internacionales para financiar puestos de trabajo del sector público, pensiones y otros beneficios sociales. Esto causó un alza en el gasto público, creando problemas de déficit presupuestal. La deuda griega como porcentaje del PBI  ha pasado de 126%en el 2009 a 175% en el 2014.

Los jóvenes desempleados parecen no entender “por qué les toca a ellos abandonar las prebendas de la “sociedad providencial de la cuna a la tumba”, acompañados por los sindicatos que se oponen a la eliminación de beneficios consagrados, se volcaron a las calles y decretaron huelgas en varias ciudades para protestar violentamente por las medidas impuestas por las naciones y entidades multinacionales acreedoras”.(…) “Unos 600 tipos de profesionales helenos [podían] jubilarse [antes de la crisis] entre los 50 y los 55 años. Peluqueras, camareros, músicos o masajistas están entre estos oficios considerados como de alto riesgo para la salud”, como señala el portal Mercado Libre.

Los resultados de la crisis y el ajuste se pueden resumir en los siguientes indicadores (publicados por el Wall Street Journal):

  • La economía se ha reducido en 25% desde mediados del 2008.
  • El desempleo general llega al 25.8% de la población.
  • Grecia está en la tercera posición entre los países con mayor riesgo de pobreza y exclusión.
  • 23.1%  de los griegos viven a riesgo de caer en la pobreza (2013).
  • El 33.5% de las deudas están en mora por más de 90 días (US$ 89,000 millones).
  • Se calcula que 70 mil millones de Euros han salido de los bancos durante los últimos cinco años.
  • La bolsa de valores ha bajado en 83.9% desde el 2008.
  • Una de cada cuatro empresas pequeñas y medianas han cerrado desde el 2008 (unas 230,000).
  • Los impuestos han aumentado sustancialmente para los profesionales independientes (9 veces); para empleados y pensionistas, 7 veces; y el IGV ha llegado a 23%.
  • Los científicos griegos que trabajan en el exterior llegan a 100,000.

La profunda y prolongada recesión y el alto desempleo, sumado a los recortes de pensiones y un alza en la edad de jubilación han destrozado el sistema. Seis años después de la crisis financiera, el desempleo de los jóvenes supera el 50%. El crecimiento económico es inferior al 1% y la inflación es negativa. La deflación hace que sea más difícil para los deudores reducir el apalancamiento y pagar sus deudas. Al 2014, las deudas privadas llegan a alrededor de 180,000 millones de euros, mientras que las deudas con el tesorollegan a los 100,000 millones. Las empresas y los consumidores dejan de invertir bajo la creencia de que su dinero valdrá más en el futuro. Menos consumo significa menos puestos de trabajo, lo que provoca que las empresas y los consumidores reduzcan aún más sus gastos.

Uno de cada tres griegos está en situación de pobreza. A ello se añade que los nuevos impuestos introducidos en 2014 han reducido a cero la perspectiva de mejora de la situación económica en un país donde dos tercios de los hogares tienen ingresos menores a 18,000 euros al año. 

Todo esto se ha agravado en la sensación de la gente por las estrictas medidas de austeridad exigidas por la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE), a cambio de ayuda financiera a Grecia para evitar el default. Estas medidas han llegado en forma de recortes de pensiones, recortes de gastos y aumentos de impuestos, dejando a los ciudadanos griegos con menos dinero para gastar y ha agravado los problemas económicos, puesto que por la falta de inversión, las tasas de desempleo se han disparado a niveles insostenibles.

Esta situación ha aumentado la fuerza de Syriza, que plantea un paquete populista sin el sustento de un programa sólido de crecimiento económico. Ofrecen impulsar la economía y lograr una serie de medidas como: el aumento del salario mínimo que actualmente es de 684 euros hasta 751; el incremento de las pensiones inferiores a 700 euros, el restablecimiento de la gratificación por Navidad y de la asistencia sanitaria gratuita, electricidad gratis y bonos de comida para los pobres.

La elección de Syriza podría significar la salida de Grecia del Euro. Pero más allá de si esto sucede o no, la situación muestra claramente una problemática mayor: la creciente divergencia económica entre los países de la eurozona. Hasta hace poco tiempo se consideraba que sólo medidas de unificación e integración fiscal y bancaria podrían resolver esta crisis, que sigue tomando forma en otras partes de Europa. Pero ahora, esta solución parece casi imposible o tardía. Ya habría pasado la oportunidad de establecer lo que debieron ser los requisitos previos a la adopción del Euro.

Los riesgos de la asunción al poder de grupos políticos populistas o extremistas de todo cuño son muy reales y pueden ser perniciosos, no sólo para Grecia, España o el resto de Europa, sino para toda la humanidad. Lampadia