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Modelo que permite analizar los datos

Modelo que permite analizar los datos

El modelo que compartimos líneas abajo, permite analizar la votación por los finalistas de la justa presidencial, tanto de la primera, como de la segunda vuelta.

Se puede ver el resultado general, por departamento, provincia, distrito, local de votación y mesa. La consulta de las actas la puede hacer cualquier ciudadano accediendo a la ONPE.

Este software ha sido desarrollado por Leopoldo Monzón, Gerente General de Proesmin.

1. Entrevista de Diego Acuña a Leopoldo Monzón

Diego Acuña:

Gracias a Leopoldo Monzón por concederme esta entrevista y por desarrollar, junto a su valiente y patriótico equipo, el aplicativo que nos permitirá a todos los ciudadanos convertirnos en fiscalizadores del voto.

Los invito a ver la demostración de cómo usarlo y que luego sean ustedes mismos los que indaguen en los comportamientos anómalos que han existido en esta segunda vuelta, donde la votación en muchas localidades desafía lo estadísticamente factible. Ciudad por ciudad, región por región, ustedes eligen.

Por primera vez en nuestra historia tenemos una herramienta así, a disposición del electorado.

Imágenes de los tableros de control:

Ejemplos del detalle de la información:

Enlace a la entrevista:

https://youtu.be/1xbIjru7CPI

2. Enlace al aplicativo:

 https://cutt.ly/6nKm8sX

Lampadia




Homenaje a nuestros viejitos

Homenaje a nuestros viejitos

Con la lámina que vemos a continuación, Lampadia quiere hacer un homenaje a los peruanos de la tercera edad, que han mostrado con su sacrificio personal, que la devoción por la patria nunca termina.

Todos ellos, cada uno con su voto, nos han enseñado que más allá de nuestros problemas y angustias, lo más importante es siempre pensar en el futuro. Recogemos esa visión patriótica en la imagen de un niño peruano, con su linda expresión de sincero optimismo.

¡Viva el Perú!
¡Juntos todo se puede!

Lampadia




Lo importante es elegir el mejor modelo de gobierno

Lo importante es elegir el mejor modelo de gobierno

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas
Para Lampadia

Solo en el Perú pasan cosas increíbles como la que nos acaba de suceder. Había una larga lista de 18 candidatos para escoger en la primera vuelta y tuvimos que elegir a la peor combinación para la segunda.

Por votar mal, por no asistir a votar o por votar en blanco, hemos generado uno de los más complicados y riesgosos balotajes de nuestra historia. Ahora estamos en la obligación de elegir al futuro presidente, entre dos opciones muy cuestionadas. No hay otra opción porque votar en blanco no lo es. Esto sería mas bien algo negativo por ser una acción medrosa y porque juega en contra de la democracia. Tenemos que votar patrioticamente, así nos cueste hacerlo.

Además, hay que tener en cuenta que no sólo estamos votando para elegir al presidente, sino también por algo que es mucho mas importante: estamos escogiendo también el modelo de gobierno.

Los candidatos finalistas dejan muchísimo que desear, por decir lo menos. Por un lado, tenemos a un líder sindical de izquierda radical, maestro de escuela primaria que no ejerce hace varios años porque goza de licencia sindical. Comunista de larga data, relacionado al Movadef (brazo político de sendero luminoso), tema que trata de ocultar o minimizar.

Su estrategia es captar votos de los sectores mas vulnerables, utilizando la victimización, la lucha de clases, el odio, el racismo y todo lo que genere división entre los peruanos.

Además, este candidato es digitado por el dueño del partido, un comunista radical de larga data, ferviente admirador de Cuba y Venezuela, que no puede participar en esta elección por estar cumpliendo una sentencia por corrupción mientras fue funcionario público (Gobernador de Junín). ¡El verdadero poder detrás del trono!

Por el otro lado tenemos a una joven, pero experimentada política, que carga una mochila muy pesada de anti-votos relacionados tanto al gobierno de su padre, como a su propia actuación política. En esta última se incluye la infame actuación liderando a su grupo parlamentario para obstruir al gobierno anterior, lo cual desató la seria crisis política que vivimos actualmente.

Lo cierto es que, ambos candidatos tienen mas temas en contra que a favor, lo cual hace muy complicada y antipática la decisión de votar por alguno de ellos. Esto ha originado que haya muchos electores que no quieren saber nada con ellos y prefieren votar en blanco o nulo, tema que pone en gran riesgo a la democracia.

Este grupo, junto con los que aún están indecisos, suman casi el 25% del electorado. Por lo tanto, serán ellos los que decidirán el resultado final de la elección y por ende el futuro del país. Tremenda responsabilidad que tienen sobre sus hombros.

Dado esto, vale la pena recordarles nuevamente que la elección del presidente no es lo mas importante que decidiremos el 6 de junio. Lo verdaderamente importante es que ese día también decidiremos cuál será el modelo con el que se gobernará al país en el futuro. Eso es lo que trascenderá y por consiguiente tenemos que concentrarnos en este tema.

Tendremos que escoger el modelo de gobierno entre dos alternativas completamente opuestas. La radicalización o el statu quo, con reformas.

La primera es la IMPLANTACIÓN DEL MODELO COMUNISTA TOTALITARIO. Esta alternativa propone un cambio de constitución para perpetuarse en el poder, estatizar / expropiar la propiedad privada y los servicios básicos, incrementar fuertemente los impuestos a las empresas, poner restricciones a las importaciones, promover un mercado industrial cerrado y proteccionista, cancelar los tratados de libre comercio y eliminar las entidades autónomas para centralizar el control total a manos del estado.

Es decir, un ataque directo a las libertades, a las inversiones y por ende al empleo. Todo esto escudado en el falso principio ¨haremos lo que decida el pueblo¨.

Este modelo, que está desplegado en el ideario del partido, sigue al pie de la letra los lineamientos del sistema comunista que ha fracasado en todos los países en que se ha implantado, incluyendo el Perú en la dictadura comunista de Velasco en los años 70. Además, en todos esos casos se ha generado pobreza extrema, quiebra económica y éxodo de la población.

No hay un solo ejemplo de éxito que pueda exhibir el comunismo en sus mas de 100 años de existencia. Lo que mas bien hay son varios ejemplos de fracasos como Cuba, Venezuela y el Perú en la década de los años 70.

La segunda alternativa es el STATU QUO DEL MODELO ACTUAL, PERO CON REFORMAS. Ésta propone la continuación del modelo democrático basado en la economía de libre mercado y el respeto a las libertades y a la propiedad privada, pero con reformas sobretodo en los organismos públicos.

Con este modelo se consiguió un crecimiento económico por veinte años consecutivos, duplicación de la clase media, reducción de la pobreza del 60% al 20% y paz social. Sin embargo, requiere de urgentes reformas y ajustes debido al desgaste que ha sufrido en la última década.

En ese periodo hubo bonanza económica, pero esta no se tradujo en servicios públicos de calidad para la población. Esto se debió principalmente a la corrupción generalizada y a la pésima gestión pública de los gobiernos de fuerte tinte izquierdista, especialmente los regionales. En este tema también se debe reconocer responsabilidad de parte del frente empresarial, así como de la ciudadanía en general, por su indiferencia y pasividad.

Estas son las dos opciones de modelo de gobierno que tenemos y por tanto es nuestro deber analizarlas bien y tomar la mejor decisión para nuestro país. No debemos distraernos con los personajes que disputaran la presidencia porque ya no tiene caso hacerlo. Pasemos la página y concentrémonos en lo que es verdaderamente importante: ELEGIR EL MEJOR MODELO DE GOBIERNO PARA NUESTRO PAÍS. 

Por lo tanto, a los que hoy están indecisos o que piensan votar en blanco, les pido que recapaciten y tomen una decisión usando la razón y no la emoción, en otras palabras, usando la cabeza y no el hígado. Para los que sienten que su dignidad o sus principios les ponen freno, tengan en cuenta que el odio no es algo digno, mientras que la capacidad de perdonar si lo es.

Concéntrense en lo trascendente y escojan el modelo de gobierno que nos asegure democracia, amplias libertades, respeto a la propiedad privada, entidades controladoras autónomas y que promueva las inversiones y el empleo.

Finalmente, tenemos que aclarar que nuestros votos de ninguna manera serán un cheque en blanco para el elegido. Esta experiencia nos tiene que servir de enseñanza a todos, ya que no podemos seguir indiferentes y pasivos y dejar la marcha del país solo en las manos de la fracasada e incapaz clase política.

Como ciudadanos peruanos tenemos el derecho, pero también el deber de participar activamente, cada uno desde su respectiva trinchera. Debemos levantar nuestra voz, usar bien nuestro voto, ejercer nuestro derecho a protestar, así como también a utilizar todos los mecanismos legales para denunciar y exigir el cumplimiento de las promesas y las reformas ofrecidas.

El 6 de junio, el voto para elegir al presidente no será lo mas importante, lo trascendente será escoger el mejor modelo de gobierno para el país.

¡NO VOTEMOS EN BLANCO, VOTEMOS POR LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA Y EN CONTRA DEL COMUNISMO! Lampadia




Alianza frente al peligro nacional

Alianza frente al peligro nacional

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Sostuve el 10 de octubre en El Comercio que la grave situación económica y social generada por la pandemia debía terminar generando una polarización o sinceramiento ideológico en la campaña electoral, en detrimento de las posiciones de centro. Y eso es lo que ha ocurrido.

Quienes se enfrentan en la segunda vuelta representan casi paradigmáticamente los dos modelos en pugna: el estatismo y el totalitarismo político (anulación de la libertad de prensa)[1] encarnado en Castillo, y el modelo de mercado contenido en la Constitución del 93, encarnado en Keiko Fujimori.

Por supuesto, hay más que eso. Pasaron a la segunda vuelta las opciones de izquierda y derecha que tenían o alcanzaron arraigo popular. Podríamos decir que Castillo recoge el voto que en el pasado hubiese ido a Alberto Fujimori, que desarrolló una relación personal con los sectores andinos y marginales. Ese capital fue casi totalmente dilapidado por Keiko, pero ha logrado rescatar algo de él. En la segunda vuelta deberá activarlo.

Los resultados que comentamos reflejan las características particulares que ha tenido esta elección:

  1. La muy grave crisis sanitaria y económica, que ha sido un terreno fértil para la oferta populista y radical, pero también para quien pueda dar alguna garantía de recuperar el crecimiento económico. Lo primero explica el voto por Castillo, que es un voto de rechazo o castigo de los menos integrados al sistema a los señalados como culpables o como enemigos del pueblo, sean estos grupos monopólicos, empresas privadas o políticos corruptos o ineptos responsables del desgobierno y la desatención del Estado. Lo segundo explicaría las votaciones por Keiko Fujimori, López Aliaga y de Soto.
  2. El hecho de que quienes pasaran la segunda vuelta lo hicieran con una votación bastante baja. Salvo en alguna medida el fenómeno Castillo, no hay candidatos que ilusionen ni entusiasmen. No quedan líderes. La clase política ha sido diezmada y casi desaparecida por los procesos LavaJato, que en algunos casos tuvieron un contenido persecutorio y plebiscitario que ha resultado muy destructivo, y por la anarquía de los últimos cinco años. Por eso quienes obtienen la primera, tercera y cuarta votación son outsiders.

Y ese es el lado débil de Keiko Fujimori. Ella forma parte del cuadro político repudiado, con la carga particular en su caso de un antifujimorismo que es la identidad política –negativa- más grande del Perú. En teoría, sin embargo, Keiko Fujimori ya pagó con la cárcel no por delitos que no cometió, sino por tremendos errores políticos que no son causal de prisión tampoco, pero sí estimularon una justicia plebiscitaria que canalizó el enorme antifujimorismo existente precisamente. Es decir, el antifujimorismo ya cobró cuentas, como las ha cobrado también con la condena excesiva a Alberto Fujimori. Si el análisis racional funciona, esas prisiones deberían amainarlo.

Quizá el pase a la segunda vuelta de Keiko Fujimori pueda ser leído como un llamado a superar el anti. Ante el peligro nacional que representa la otra candidatura, no queda más remedio. De hecho, candidatos de varios partidos han expresado que su prioridad será darle gobernabilidad a un próximo gobierno que busque recuperar la economía dentro de los cauces de la economía social de mercado. Es un punto de partida para un acercamiento que le permita a la candidata allanar resistencias en la segunda vuelta y armar luego una coalición de gobierno, que debería ir trabajándose desde ahora. Se trata de pensar en el país.

Pues, de otro lado, parece muy difícil que la mayor parte de la población se incline en la segunda vuelta por el candidato que propone destruir todo lo avanzado, pese a todo lo que falta. Pero encarna un sentimiento, que hay que leer y reconocer.

Ahora bien, el que nuestra democracia haya sufrido una depredación casi total de líderes políticos no es solo producto del caso Lavajato y de la confrontación política del último quinquenio, sino también de un problema estructural: el sistema de partidos y el funcionamiento de la democracia no atraen a la élite académica, profesional y empresarial del país. Hace mucho tiempo que los mejores ya no ingresan a la política establecida. La gran lección de este proceso electoral, entonces, es que es urgente reconstruir la política. Eso significa:

  • En el corto plazo, la capacidad de construir una coalición de gobierno en el próximo Congreso. Eso depende exclusivamente de la voluntad y capacidad política de los líderes políticos. Tendrían que superarse a sí mismos, como hemos escrito antes. Lo que ya habría empezado a ocurrir, al tenor de las primeras declaraciones.
  • En el mediano plazo, aprobar de una vez las reformas que permitan:
    • Que sea atractivo ingresar a los partidos políticos. Aprobar la propuesta de think tanks partidarios por impuestos.
    • Que servir en el Estado sea prestigioso. Para eso es indispensable instaurar la meritocracia en el aparato público.
    • Que el Ejecutivo tenga gobernabilidad, lo que implica que la insistencia en leyes observadas por el Ejecutivo se apruebe con los 2/3 de los congresistas, y que el Congreso sea elegido en segunda vuelta porque es imposible gobernar con un congreso muy fragmentado.
    • Que los candidatos a la presidencia puedan ser candidatos al Congreso, para que el Parlamento se convierta en un foro político de alto nivel donde estén los líderes políticos que, de paso, aseguren la disciplina de sus bancadas.
    • Que el Congreso tenga mayor legitimidad, lo que supone distritos electorales uni o bi nominales para que exista una verdadera relación de representación entre los electores y sus representantes.

Que esta segunda vuelta sirva también para construir todos estos consensos. Lampadia




El valor de una renuncia

El valor de una renuncia

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

En la primera vuelta de las últimas elecciones generales, el 67% de los votantes apostó por la derecha, por el modelo constitucional y el mercado. Quería despegue económico, no cambio de modelo.  Si agregamos el 11% de votos centristas, tenemos que el 78% no estaba a favor de los cambios constitucionales y de modelo económico propuestos por la izquierda, que el país ya experimentó con los desastres de Velasco en los 70´s y con Alan García en los 80´S.  Sólo el 22% quería eso y lo busca hasta ahora.

PPK y Keiko Fujimori desperdiciaron ese nítido mandato de las urnas y, lejos de unirse como algunos lo sugerimos en abril de 2016, se enfrentaron hasta destruirse, en la mayor estupidez política que se haya visto en la historia política reciente del Perú, azuzados por la izquierda y la mafia caviar que gobierna el país enquistada en ministerios, vice ministerios, secretarias generales, direcciones generales y consultorías. Al final, PPK y Keiko Fujimori terminaron presos y el felón Vizcarra concentró el poder, desbordándolo en una fanfarria intervencionista que en el último año ha destruido el PBI y no ha podido contener la pandemia.

PPK y Keiko Fujimori no se han destruido solos. Sus cortes los han acompañado en este despropósito. La “gran prensa” ha auspiciado, muy bien pauteada, este desangre. La historia los juzgará.

Hoy, PPK y Keiko Fujimori son dos cuadros de tristeza arrimados a alguna de las paredes de la escena política peruana. El primero es un cadáver político y la segunda es la candidata que perdería en segunda vuelta hasta con la candidata de Maduro. La mayoría de peruanos preferirían ver al Perú convertido en Venezuela antes que votar por ella.

Los errores políticos se pagan.

¿Podrían hacer algo para enmendar su grave error y la deuda con el mandato popular que hoy busca alternativas?

PPK está sólo, su corte lo ha abandonado, carece de partido y de futuro. Podría reconocer la estupidez, tal vez eso le otorgue un mejor sitio en la historia que el rincón que se ha ganado.

Keiko Fujimori podría renunciar. Declinar su postulación presidencial para dar paso a una candidatura viable como la de Hernando de Soto y conservar o inclusive acrecentar su caudal parlamentario, para aportarlo a una alianza de gobierno de derecha o centro derecha que nos saque del hoyo. De Soto necesitará ciertamente una base política en el Congreso que no puede conseguirla con su movimiento y que no debería tomarla prestada de la izquierda. Mantenerse en la liza electoral sería un error más que termine de pintar de oscuro el color de su epitafio político. Una renuncia en cambio, a su edad, puede inclusive darle la oportunidad de liderar una bancada que construye, que aprende de sus errores y que se lava la cara.

Las mezquindades y egoísmos de los dos líderes de la derecha pintaron el quinquenio que termina. Nuevamente esas mezquindades y egoísmos de los líderes de turno nos pueden poner en una paradoja peor, ya advertida en ¿Es tiempo del Otro Sendero? Lampadia 05.03.21.

No se puede cometer el error otra vez. No hay derecho a dejar que el 22% de los peruanos, ahora representados por Lescano y Mendoza, le impongan a la mayoría de los peruanos, su visión y sus despropósitos.

Ha llegado la hora de Keiko. No la hora que ella espera. Ha llegado la hora de mostrar el valor de una renuncia oportuna. Veremos si está a la altura del desafío. Lampadia




Ni izquierda ni derecha, sino todo lo contrario

Ni izquierda ni derecha, sino todo lo contrario

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas
Para Lampadia

En política las etiquetas ¨Derecha¨ e ¨Izquierda¨ son muy antiguas y se originaron en Francia en 1789, en la Asamblea Constituyente luego de la revolución. En dicho foro los diputados a favor del veto real (en su mayoría la aristocracia y el clero) se sentaban a la derecha del presidente de la asamblea y los contrarios al veto (que se autodenominaban patriotas) a la izquierda.

Según el director de la revista Le Débat, el filosofo francés Marcel Gauchet, el verdadero nacimiento de la dicotomía derecha-izquierda en la política data del periodo de la Restauración (1814-1830), dónde a un lado estaban los realistas y los contra-revolucionarios (la derecha) y del otro los liberales herederos de la revolución y partidarios de la monarquía constitucional (la izquierda). Entre estos extremos (el centro) se ubicó una pequeña minoría integrada por los constitucionalistas y los independientes.

Esta dicotomía política se extendió por toda Europa y luego a América a partir de 1830.

En general y hasta muy avanzado el siglo XX, la derecha ha representado a los que sostienen que determinados órdenes sociales son necesarios y se apoyan en el derecho natural y la tradición. En el frente económico la derecha enfatiza el libre mercado por encima del intervencionismo estatal, la propiedad privada y la generación de riqueza a través de la libre competencia.

La izquierda por su parte agrupa a los que defienden la igualdad social en contraposición a las jerarquías entre individuos y en el frente económico privilegian al estatismo y a la propiedad social frente a la propiedad privada. La primera vez que se utilizó ¨la izquierda¨ fue para referirse al republicanismo durante la revolución francesa y al liberalismo clásico. Después se utilizó para referirse al socialismo, al comunismo, a la socialdemocracia y a varias formas de anarquismo.

Desde mediados del siglo XIX y en la mayor parte del siglo XX tanto la derecha, como la izquierda trataron de implantar sus respectivos sistemas en el mundo. Mientras que el bloque de Europa Occidental y USA eran los promotores de la derecha y su sistema económico capitalista de libre mercado, Rusia y China eran los líderes de la corriente de izquierda, con sus sistemas socialismo y comunismo.

En 1989 tras la caída del muro de Berlín, se confirmó la derrota y el fracaso del sistema socialista y se inició un periodo de economía de libre mercado en la mayor parte del planeta, lo que generó crecimiento económico, desarrollo y disminución de la pobreza en la gran mayoría de los países que adoptaron este sistema.

Los países Latinoamericanos siempre han sido ¨caldo de cultivo¨ para las causas de la izquierda. Esto debido al alto nivel de pobreza, así como la importante brecha entre los ricos y pobres del país. En las décadas de los 70s y 80s, Latino América estuvo fuertemente amenazada por grupos y movimientos revolucionarios de izquierda, que intentaron tomar los gobiernos por la fuerza. Argentina, Uruguay, Colombia, Chile y Perú sufrieron mucho por este tema. En el Perú el terrorismo originó mas de 70,000 muertes generadas por los sanguinarios grupos terroristas de izquierda Sendero Luminoso y MRTA.

Al igual que la caída del muro de Berlín significó la derrota del socialismo y del comunismo en el mundo en 1989, la captura de Abimael Guzmán y la cúpula de Sendero Luminoso en 1992 significó la derrota del terrorismo de la izquierda comunista en el Perú. A partir de esos eventos la izquierda sufrió un gran deterioro por lo que tuvo que retroceder, esconderse y replantear sus estrategias. Rusia y China los promotores del socialismo y comunismo (la izquierda), también tuvieron que reinventarse y ahora ambos mantienen un sistema mixto con economías capitalistas, pero con control estatal.

Las ideologías de izquierda no solo fueron derrotadas, sino que no tuvieron un solo caso exitoso y por lo tanto nada positivo que mostrarle al mundo. En nuestra región, los casos de Cuba y recientemente Venezuela, no solo son ejemplos vivientes del fracaso, al exhibir una gran pobreza y caos económico, sino que también han revelado una corrupción a gran escala que ha enriquecido desmesuradamente a los líderes de las revoluciones y a sus familiares y amigos.

El Perú no fue ajeno al éxito de la economía de libre mercado ya que, después de casi 25 años de crisis social y económica en las décadas de los 70s y 80s y luego de la derrota del terrorismo, consiguió estabilizarse y vivió un periodo de franco crecimiento, desarrollo y modernización por mas de 20 años.

  • En ese periodo se logró incrementar el PBI per cápita de US$ 1,000 a mas de US$ 7,000.
  • Las exportaciones crecieron de US$ 3,500 millones a US$ 47,700 millones y conseguimos los mejores indicadores de solidez macroeconómica de la región.
  • En el frente social, el índice de pobreza se redujo drásticamente de 60% a 20%.
  • Además, la pujante clase media conformada principalmente por millones de emprendedores mini capitalistas, se duplicó y se convirtió en el principal motor de la economía.

Todo este éxito, que sería muy mezquino desconocer, fue basado en la economía de libre mercado.

Sin embargo, cuando todo va muy bien nadie se preocupa por hacer mantenimiento, ni ajustes para adecuar los sistemas a los nuevos tiempos. ¿Si no está roto para qué arreglarlo? Esto ha sucedido con el sistema capitalista en el mundo incluyendo al Perú. No se le ha dado mantenimiento al sistema, ni se le ha ido adecuando a los tiempos en que vivimos. No se le ha socializado. Nos ¨hemos dormido en nuestros laureles¨.

De esto se dio cuenta la izquierda y con métodos renovados comenzaron a introducir nuevamente su ideología fracasada. Lo diferente es que esta vez han dejado de lado la violencia y la han cambiado por una sistemática penetración a la educación, así como a los medios de comunicación periodísticos y a las protestas callejeras, aprovechándose del descontento ciudadano por el desgaste del sistema político y económico actual.

Además, se han aprovechado de la crisis ocasionada por la pandemia que aqueja a todo el mundo para acelerar su proceso de crear el caos. En Latinoamérica, los casos de Argentina, México, Chile, Colombia y Perú son claros ejemplos de esto.

Dado que ahora se conoce esta situación, no se puede perder tiempo y se debe revisar y ajustar el modelo de libre mercado a nivel mundial. Todavía estamos a tiempo. Tal como comentó el presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab en la CADE Ejecutiva Virtual, no debemos pensar solo en el capital financiero, sino también en el natural, el social y el humano. El reconoce que el sistema capitalista ha sido muy exitoso en lograr que los países como el Perú tengan un gran desarrollo y logren reducir la pobreza, pero sostiene que aún enfrentan retos que tienen que abordar como la inclusión y la sostenibilidad.

Lo que queda bastante claro es que los términos ¨derecha¨ e ¨izquierda¨ ya están totalmente desgastados y obsoletos. También es claro que el sistema socialista fracasó y no tiene ningún ejemplo exitoso que mostrar, por lo cual sería inútil tratar de revivirlo. Por último, también queda claro que el sistema capitalista de libre mercado ha tenido mucho éxito, pero ha tenido algunas falencias sociales y de gobernanza que tiene que abordar. Iniciativas como Capitalismo Consciente, ESG (Environment-Social-Governace) entre otros esfuerzos, deben ser activados rápidamente por los gobiernos y también por las empresas privadas.

En una reciente encuesta de IPSOS (septiembre 2020), solo el 22% de los peruanos encuestados se auto definía como de izquierda (10%) o de derecha (12%). La gran mayoría (el 78%) se definía de centro. Es decir que concuerdan con ciertas cosas de la derecha y ciertas otras de la izquierda. Otro tema interesante que se encontró en este estudio es que la mayoría de los electores no conoce los conceptos de izquierda y derecha y entre los que lo conocen, existe mucha confusión. 

Por eso creo que es el momento de dejar de pensar en estas etiquetas y pensar en temas y en soluciones reales que enfoquen en el ¨bienestar de los peruanos y el progreso del Perú¨. Hay que tomar las buenas ideas que le sirvan al Perú. Hay que informarnos y saber que candidatos nos dan confianza que promoverán estas soluciones. No nos dejemos llevar por ideologías obsoletas, ni por demagogias, ni por populismo barato, que solo les sirve a los malos candidatos para ser elegidos y posteriormente dar rienda suelta a sus objetivos personales.

¨NO VOTEMOS POR LA DERECHA NI POR LA IZQUIERDA, VOTEMOS POR EL PERÚ¨ Lampadia




La disputa por el voto rojo tiene un alto costo

La disputa por el voto rojo tiene un alto costo

 

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia 

Es cierto que en el Perú sólo 1 de cada 3 peruanos participa con su voto en la decisión de quien nos gobierna o quien legisla. (La Irrepresentatividad política no es cosa de juego. Lampadia 24.01.20).

El voto de esos peruanos se ha distribuido de este modo en los últimos 15 años:

Hoy nos vamos a ocupar del voto de izquierda, al que llamamos voto rojo. En otras columnas veremos la disputa por el voto de centro y de derecha.

En el 2006 el voto zurdo llegó al 31% con 2 opciones electorales. El 2011, elección en que ganó la presidencia, llegó al 32% en primera vuelta, con una sola opción electoral: toda la izquierda se cuadró detrás de Humala. El 2016 sólo consiguió el 23% con 4 alternativas electorales y en las elecciones complementarias del 2020 llegó al 22% con 5 opciones.

Podemos afirmar entonces que cerca de 1/5 de la población que vota y decide en las elecciones opta por la izquierda. Hay en el Perú, un 20% de votantes (que no es lo mismo que habitantes) que creen en las alternativas de izquierda.

Creen el Estado como protagonista del desenvolvimiento social y de la economía, creen en la empresa estatal, creen en el subsidió y no en el emprendimiento, creen en que los tributos de otros deben pagar los servicios de uno. Algunos de ellos no creen que Venezuela es un fracaso político y otros, no pocos, creen que Cuba, donde no hay ni libertades, ni sindicatos, en un ejemplo a seguir. En el interior del país, especialmente en el Sur, este porcentaje de peruanos que creen en todo esto es más elevado que en Lima, el Norte y las ciudades importantes de la costa.

Si consideramos que tenemos 8 opciones electorales de izquierda (eran 7 pero AP eligió como candidato al izquierdista Lescano), la disputa por el 20% se ha vuelto más encarnizada y no mide las consecuencias. Se pasará a la segunda vuelta con poco más del 10% de los votos, de forma tal que consolidar el voto duro de la izquierda es la consigna. Por ello la beligerancia, la violencia, la intolerancia y la irresponsabilidad en las protestas de los últimos días. No están dirigidas a resolver los problemas, sino a consolidar bolsones electorales. Veamos algunos de ellos como ejemplo:

  • En Ica no se ha dudado un minuto en destruir el agro más moderno, formal y productivo, para justificar la propuesta de “segunda reforma agraria” planteada por la señora Mendoza, la cual no puede ignorar que en la provincia de Quispicanchis de donde proviene su familia, el jornal diario, sin beneficios, ni seguro social es hoy día de 30 soles, mucho menos de lo que pagan las empresas agroexportadoras a los peones en Ica, con CTS, gratificaciones, indemnización si son despedidos, horas extras y Essalud. En la destrucción y la protesta se ha disputado sitio con sus colegas de la zurda, con el extremismo subversivo y también con el APRA, cuyos dirigentes jóvenes de Ica parece no saber qué lugar les toca en el tablero político nacional.
  • En el corredor minero se bloquean las carreteras, se hace paro y se consiguen, a punta de chantaje, dinero de los transportistas, las empresas mineras y del Estado. En este corredor hay de todos los partidos de esta tendencia, hay sitio para los azuzadores internacionales y también hay espacio para los movimientos locales que buscan como acomodarse en las listas de invitados de los partidos o en los cargos públicos luego de las elecciones, mientras van “ganando algo”.
  • En Machupicchu la disputa llegó a tal punto que el gobernador y sus alcaldes de AP, que no tienen obras que mostrar luego de dos años, se disputan los enemigos empresariales con el Frente Amplio, sin darse cuenta que quien podría cosechar los votos serían otros dirigentes locales que ya han pasado por todos los partidos, los cargos y las candidaturas y que seguramente llevaran ese bolsón electoral para negociar cargos, puestos o empleos. Está demás decir que no les importa que con todo ello estén paralizando el principal atractivo turístico del país.
  • En el centro del país la huelga de la federación minera nos muestra que la oligarquía sindical (Malpica dixit) quiere también más beneficios, pero sobre todo, acomodar a sus alfiles en las opciones electorales a su alcance.

La izquierda sabe muy bien que, para ganar las elecciones, como lo explicamos anteriormente (EL CUENTO DE LAS GRANDES MAYORIAS. Pocos votamos, pocos deciden. Lampadia 6.11.20) no hace falta ser mayoría. “Ni son las grandes mayorías las que eligen, ni son ellas las que gobiernan o legislan. Son las minorías que usan el sistema, lo cooptan y desde él, en nombre de las grandes mayorías hacen lo que les parece. Basta pasar a segunda vuelta y tener suerte con el rival en segunda vuelta. Si es la señora Fujimori, el antifujimorismo garantiza el triunfo. Van por eso. Por el pase a segunda vuelta. No importa si al hacerlo destruyen el país. No importa el alto costo que esto viene teniendo. Eso no les importa. Salvo el poder, lo demás es ilusión para ellos. Lampadia

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(*) La clasificación de opciones es creación nuestra en función a la tendencia política de los partidos, líderes y propuestas. Algunos integrantes de los partidos podrían considerar arbitraria su ubicación en uno u otro casillero.

(**) % Calculado según la votación en primera vuelta.




¿Protestar como león y votar como burro?

¿Protestar como león y votar como burro?

Opinión libre de Rafael Venegas
Para Lampadia

No hay duda que todos tenemos motivos mas que suficientes para protestar y de manera muy enérgica. La ciudadanía esta harta, indignada, frustrada y muy enojada. La desbordante corrupción a todo nivel, la vergonzosa impunidad, la creciente crisis moral, la pandemia mal manejada, la crisis económica debido a la ignorancia y populismo de un infame congreso y la peor de todas, la nefasta crisis de gobernabilidad generada por una desgastada, corrupta e irresponsable clase política.

Un verdadero festival de caprichosas interpretaciones constitucionales, abuso del poder para uso propio, clientelismo a diestra y siniestra, populismo barato, inmunidad descarada, blindajes vergonzosos, cierre del parlamento, renuncias y vacancias presidenciales. Es decir, un escenario de una pobreza política sin precedentes que ya tocó fondo. Nuestra democracia está en la UCI y el oxigeno está en manos de incapaces, corruptos e irresponsables.

Por supuesto que dan muchas ganas de protestar, de salir a las calles, de gritar y de hacer mucho ruido, aunque sea como desahogo. Sin embargo, hay que tener en cuenta tres riesgos que pueden jugar muy en contra de estas manifestaciones pacíficas: La proliferación de contagios del Coronavirus, la suspensión de garantías que dan a la policía facilidades para reprimir y el aprovechamiento de la situación por una minoría de malos peruanos.

Estoy seguro de que la enorme mayoría de los peruanos que están protestando en las calles o ¨caceroleando¨ desde sus ventanas, están genuinamente hartos y preocupados por todos estos motivos. Sin embargo, hay una minoría infiltrada que es profesional en estas lides y que sus motivaciones son muy diferentes a las de la mayoría. Hay que identificarlos, repudiarlos y entregarlos a las autoridades.

En esta minoría imprudente se destacan tres grupos: Los irresponsables y trasnochados políticos que quieren aprovecharse de la situación para ganar adeptos para la próxima elección. Dan lástima y vergüenza ajena. Luego están los vándalos que provocan a la policía e incitan al resto para generar caos y vandalismo para luego saquear y robar.

Y la peor de todas, los profesionales del caos, digitados desde el foro de Sao Paulo. Esta mafia que acaba de hacer lo mismo en Chile y Colombia, tienen la rojísima consigna de generar el caos generando vandalismo y hasta muertes, en busca de introducir su trasnochada ideología vía una nueva constitución. Esto lo acaban de conseguir Chile.

Solo basta escuchar las declaraciones de algunos jóvenes que protestan, para darnos cuenta de que ya están haciendo su trabajo aquí también. A todo esto, se suma un sector de la prensa sospechosamente activa en crear y publicar dramáticamente el caos.

En esta protesta hay diferentes motivaciones válidas, pero parece no haber un propósito único y claro, aunque todo apunta a la imperiosa necesidad de renovar totalmente a la desgastada y corrupta clase política.

¡No me siento representado por un desconocido usurpador! ¡No me siento representado por un presidente corrupto y mentiroso! ¡No me siento representado por un congreso incapaz y populista, con mas de la mitad de sus miembros denunciados ante la justicia! ¡Me siento inseguro e indefenso ante una justicia corrupta y una creciente delincuencia!

¿Botamos al usurpador? ¿Regresamos al felón? ¿Qué se vayan todos? ¿Cerramos el irresponsable y populista congreso? ¿Qué es lo que queremos? ¿Qué se vayan todos y se convoque a elecciones generales?

La buena noticia es que esto ya está en camino, ya que las elecciones están programadas para abril. Estamos a solo cinco meses, tiempo ajustado para desplegar un proceso transparente y eficiente que permita a los partidos hacer sus elecciones internas y a los votantes de estar bien informados.

Estoy escribiendo esto el lunes 16 y se acaba de elegir al tercer presidente de la república, en solo una semana. Lo cuestionable es que se ha elegido entre los miembros del impresentable congreso, que es repudiado por la ciudadanía. Esta claro que este presidente tampoco será la solución para el problema de fondo y poco podrá hacer para controlar las crisis que nos agobian.

Sin embargo, debemos exigirle al menos estas cuatro cosas: Calmar a la ciudadanía, encarar adecuadamente la pandemia, controlar la economía para que no siga deteriorándose y garantizar elecciones justas y transparentes en la fecha programada.

Los ciudadanos tenemos el derecho (y el deber) de protestar pacíficamente, ¨cacerolear¨ y gritar cuando sintamos que los que nos representan no están haciendo bien su trabajo y más aún cuando están abusando del poder que les hemos confiado. Para eso tenemos VOZ y debemos alzarla cuando esto sucede. Sin embargo, para que el esfuerzo valga la pena y sea eficaz, tenemos que complementarlo con nuestro VOTO responsable y muy bien informado. La VOZ y el VOTO son nuestras únicas armas y debemos usarlas eficazmente.

¨De nada sirve protestar como un león, si vas a votar como un burro¨
(Verdad Anónima).

Para que no suceda esto debemos utilizar la misma fuerza de la indignación que usamos en las protestas, para exigir que el proceso electoral se respete y cumpla de la manera mas transparente para que así podamos elegir a quienes verdaderamente nos representen.

¨Protestemos como leones, pero también votemos como leones¨

Lamentablemente las reglas ya están dadas y favorecen a los irresponsables y corruptos que las establecieron y no habrá tiempo para reformarlas, por lo que tendremos que acatarlas. Dado esto, tenemos que actuar como leones exigiendo, vigilando y controlando a la autoridad desde hoy, hasta que se proclame al nuevo presidente de la república.

Empecemos por exigirle información detallada y transparente vía medios masivos y especialmente por vía virtual. Aquí la prensa puede convertirse en un jugador relevante, informando veraz y transparentemente a la ciudadanía. ¡Debemos estar informados en exceso!

También debemos demandar que el proceso de revisión y ¨filtrado¨ de los candidatos sea muy riguroso, transparente y enfocada mas en el fondo que en la forma. Las hojas de vida deben revisarse exhaustivamente y publicarse para que la ciudadanía tenga la posibilidad de presentar tachas sin miedo. Aquí la tolerancia debe ser cero. Si lo consignado no es veraz, debe eliminarse al candidato sin miramientos.

No podemos permitir que participen personas con pasados turbios, felones, corruptos, sentenciados, denunciados consuetudinarios, ¨caseritos¨ del poder judicial y de la policía. Tampoco queremos a personas que han demostrado que privilegian sus motivaciones individuales envés de las colectivas, personas sin la debida experiencia, que no han hecho nada relevante en su carrera, o que no tienen la preparación adecuada. Menos aún los que mienten en sus hojas de vida. Escojamos a personas nuevas, pruebas, preparadas, con comprobada experiencia profesional y con vocación de servicio. Tenemos que ser muy críticos y selectivos con los que nos quieren representar. ¡No nos quedemos callados, actuemos como leones!

En el frente de los candidatos presidenciales aparte de lo anterior, tenemos que exigirles que presenten y publiquen sus planes de gobierno y que nos expliquen cuales son sus planes para solucionar las cuatro crisis (de salud, económica, política y moral). Además, deben presentar a las personas que conformaran su equipo de gobierno. Esta información debe ser presentada oportunamente, al menos tres meses antes de la elección, para que toda la ciudadanía pueda revisarla y así votar muy bien informada.

Es importante también influir y educar a nuestro entorno para que se informen bien antes de votar. El voto responsable y bien informado junto con nuestra voz de protesta, es la combinación perfecta para deshacernos de una vez por todas, de esta trasnochada, corrupta e irresponsable clase política y salvar a la verdadera democracia que hoy agoniza.

Por eso no debemos olvidarnos que:

¨De nada sirve protestar como un león, si vas a votar como un burro¨ Lampadia




El cuento de las “grandes mayorías”

El cuento de las “grandes mayorías”

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

De cara a las elecciones del 2021, donde algunos pretenden dar un giro de 180 grados en la política y economía del país, es necesario revisar si realmente en el Perú hacemos lo que necesitan “las grandes mayorías” como muchos políticos predican o si estamos sujetos a lo que deciden algunas “minorías” de la política, en función de sus intereses.

En un país que cuenta con 32´625,948 habitantes estimados por el INEI a junio de 2020, cabe formularse algunas preguntas:

  • ¿cuántos ciudadanos realmente deciden el destino del Perú?
  • ¿Una decisión genuinamente mayoritaria no debiera involucrar a por lo menos 17 millones de peruanos, sino más?
  • ¿No es esta la regla lógica de la mayoría y la democracia?

Aquí algunas cifras para que usted construya su respuesta.

CUANTOS VOTAN EN LAS ELECCIONES GENERALES

Desde 2006 a la fecha, la cantidad de ausentes en la votación y la cantidad de votos blancos, nulos o viciados se ha incrementado del 25% al 47% del padrón electoral (es decir del total de electores hábiles para votar). 

En:  La Irrepresentatividad política no es cosa de juego. (Lampadia 24.01.2020) mostré los primeros cuadros de este problema y estimé que en las elecciones parlamentarias de este año podía subir al 52% o más. El resultado no estuvo lejos. Subió del 35.76 de la elección 2016 al 47%. Dicho de otro modo, sólo 13.1 millones de peruanos votaron por una opción electoral.  Sólo 1 de cada 3 peruanos es responsable del Congreso que tenemos.

ELECCIONES 2021

Las condiciones en las cuales se darán las elecciones generales del 2021 para elegir presidente, vice presidentes y congresistas no son más alentadoras. Si bien estas elecciones generan más interés que las complementarias del 2020 y por lo tanto es de esperarse que más personas vayan a votar y decidan por una u otra opción, la tendencia del Índice de Irrepresentatividad es creciente y refleja algo más serio: el grado de insatisfacción ciudadana con la utilidad del sistema democrático para resolver sus problemas cotidianos. Por ello, creo que resultaría excesivamente optimista considerar que podemos retroceder a niveles de ausentismo, votos blancos y viciados inferior al 40%. Al contrario, la pandemia que probablemente desaliente el voto de muchos ciudadanos y la crisis económica que coloca a la votación en un lugar aún más remoto de las prioridades ciudadanas, podrían hacer que este Índice se mantenga o llegue al peligroso 50%, donde la legitimidad mayoritaria del nuevo gobernante y del nuevo Congreso serían aún más discutibles.

ESCENARIO HIPOTETICO DEL 2021

  • Con el índice actual del 47%, de las elecciones parlamentarias
  • Con un índice estimado por la pandemia y la crisis económica.

En este escenario, sólo 1 de cada 2 electores habría decidido el destino del país, entre un atomizado menú de más de 20 opciones electorales presidenciales. Si analizamos la cifra en función de la población total del país de más de 32.6 millones, mantendríamos la peligrosa cifra de que cerca de 1 de cada 3 peruanos deciden la política en el Perú.

¿GOBIERNAN Y LEGISLAN LAS GRANDES MAYORIAS?

Con estas cifras es obvio que lo que se hace desde el gobierno y desde el Congreso no refleja la decisión mayoritaria del país. Refleja una mayoría instrumental, legal, electoral, administrativa y funcional, pero no la regla prevista en el 43 de la Constitución (y en todas nuestras Constituciones), según la cual somos una “República democrática”.

Ni son las grandes mayorías las que eligen, ni son ellas las que gobiernan o legislan. Son las minorías que usan el sistema, lo cooptan y desde el, en nombre de las grandes mayorías hacen lo que les parece. Las “grandes mayorías” a las que se dice representar son solamente un “cuento” más de nuestra política.

En este escenario actual, cabe preguntarse:

  • ¿Será democrático que este Congreso, elegido por 1 de cada 3 peruanos, designe a los magistrados del Tribunal Constitucional en los siguientes meses?
  • ¿Será democrático que este Congreso, elegido por apenas 13.1 millones de los 32.6 millones de peruanos, deje a estos mismos ciudadanos sin pensión de jubilación al obligarlos a pasar estas a manos del Estado?
  • ¿Será democrático que este Congreso, al cual no lo eligieron 17.8 millones de peruanos, (la mayoría del país), vaque al ciudadano que ejerce la presidencia de manera accesitaria por delitos por los cuales debe responder al final de su mandato?

En el escenario del 2021, una vez elegido el presidente, vicepresidente y congresistas en las condiciones que se avizoran, cabe preguntarse:

  • ¿Sería democrático que 1 de cada 3 peruanos cambien el curso político y económico del país en función de sus intereses o prejuicios?
  • ¿Sería democrático que un Congreso que sea elegido por apenas 12.65 millones de ciudadanos cambie la Constitución?
  • ¿Sería democrático que políticos a los cuales no habrán elegido 19.95 millones de peruanos puedan cambiar el Régimen Económico que ha permitido reducir la pobreza en nuestro país como nunca en nuestra historia?

Obviamente nada de esto será o sería democrático. Podrá ser legal. Intentarán que sea constitucional, pero nada de esto es ni será democrático.

Si lo hacen que nos digan que lo han hecho porque pueden, pero no porque lo hacen en nombre de las grandes mayorías, ese cuento no. Si quieren destruir el país lo harán, pero no digan que lo hacen en nombre de “las grandes mayorías”.

Estamos a tiempo de pensar y evitarlo. Lampadia




Las elecciones en Bolivia

Las elecciones en Bolivia

La Cuadratura del Círculo es un espacio producido por IIG – Infraestructura institucionalidad y Gestión, con la colaboración de Lampadia como media partner.

Presentamos el siguiente video sobre las elecciones en Bolivia.

Participa como invitado Juan Claudio Lechin, escritor y analista boliviano, junto con Jaime de Althaus y Aldo Defilippi.

 




El Perú post-crisis política

El Perú post-crisis política

Tras haber sido víctimas de una terrible crisis política, que amenazaba con vacar al presidente y, como consecuencia, sufrir un probable cambio total del gabinete en plena crisis sanitaria y recesión económica, The Economist nos presenta sus principales reflexiones en torno a la situación de nuestro país de cara al desempeño en el futuro inmediato del gobierno, así como los retos que le depararían al próximo a elegirse las elecciones del 2021.

El balance que hace el popular medio británico es sombrío. En primer lugar porque, como bien destaca, Vizcarra no solo ya arrastra desastrosos resultados en materia económica y sanitaria a nivel mundial – ver Lampadia: El Perú lidera crisis económica mundial, Perú entre los peores países frente al covid 19– sino porque ha agudizado la confrontación con el Congreso y su vinculación en supuestos delitos de encubrimiento y obstrucción a la justicia por el caso Richard Swing, lo ha debilitado aún más lo cual inhibe tener buenos prospectos en los próximos meses en todos los frentes.

Este escenario descrito refuerza nuestra tesis de que la única manera que tiene Vizcarra y el Ejecutivo de poder salir de este entrampamiento político es gestar una agenda conjunta de propuestas audaces con el Legislativo que apuntalen las libertades económicas en el corto plazo, permitiendo la recuperación que necesitamos (ver Lampadia: Un populismo de las libertades económicas). Aquí caben resaltar medidas que apunten a eximir temporalmente a las pymes – que son las más afectadas por la crisis – de cargas tributarias, laborales y municipales a fin de que puedan recuperarse y contratar personal rápidamente. Acomodar a un buen premier que represente los mejores valores de los peruanos y tenga capacidad política para mejorar las relaciones con el Legislativo también ayudaría a este cometido de construcción de propuestas (ver Lampadia: Pero esta crisis requiere equilibrios).

Por otra parte, cabe también mencionar las preocupaciones de The Economist respecto a lo que pasará el próximo año en 2021, con las elecciones presidenciales y congresales. Releva el hecho que a la fecha tengamos pocos partidos fuertes – que si quiera hayan determinado sus candidatos presidenciales – además de un prácticamente nulo atractivo por parte de la población hacia líderes concretos con las capacidades que necesita nuestro país para relanzarlo en el período de reconstrucción post-pandemia.

A este problema queremos agregar otro que es que no existe un mecanismo que permita que el Congreso se elija con el presidente, con lo cual se sientan las bases para no lograr una gobernabilidad adecuada y persistir en estos conflictos entre Ejecutivo-Legislativo que tanto nos han golpeado en los últimos 2-3 años. En ese sentido, reafirmamos nuestra propuesta de aprobación de la elección del Congreso junto con la segunda vuelta. Asimismo, el canje del voto preferencial por un sistema de elección basado en distritos electorales pequeños, uni o binominales (ver Lampadia: Elegir el Congreso junto con la segunda vuelta), lo cual puede ayudar a minimizar la multiplicidad de propuestas al interior de los partidos, fortaleciéndolos e incentivando a una mejor deliberación por parte de la población sobre los planes de gobierno.

Que las reflexiones que hacen los buenos medios internacionales en el plano político y económico acerca de nuestro país nos ayuden a darnos cuenta de qué es lo que hay que hacer en el plazo inmediato. A continuación, presentamos el análisis de The Economist. Lampadia

Cojeando en Lima
Martín Vizcarra sobrevive a una votación de juicio político

Pero la política de Perú seguirá siendo caótica

The Economist
24 de setiembre, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

LIMA. A primera vista, la votación de juicio político del 18 de septiembre parecía una gran victoria para el presidente de Perú, Martín Vizcarra. Solo 32 de 130 congresistas votaron a favor de removerlo bajo sospecha de que había obstruido una investigación de corrupción. Pero el presidente debe su supervivencia a la incompetencia de sus enemigos más que a la fuerza o el entusiasmo de sus partidarios. Un congresista, Daniel Urresti, lo describió como el “muerto viviente” antes de abstenerse.

Perú necesita un presidente vigoroso más de lo habitual. El país tiene el mayor número de muertes registradas por covid-19 como porcentaje de su población. El gobierno espera que la economía se contraiga un 12% este año, lo que sería la contracción más severa en América Latina. Pero los peruanos tendrán que esperar meses para un gobierno en pleno funcionamiento y es posible que ni siquiera entonces lo consigan. El país debe celebrar elecciones generales en abril y tomar posesión de un nuevo presidente en julio. La saga de la acusación sugiere que el sistema político bien puede fallar en producir estabilidad.

Hasta hace poco, el país ha prosperado a pesar de su política caótica. El crecimiento anual del PBI promedió el 4.5% en la década a partir de 2009, entre los más rápidos de la región. El Banco Central ha mantenido baja la inflación y el Ministerio de Economía y Finanzas ha controlado los déficits presupuestarios. La tasa oficial de pobreza se redujo del 42% en 2007 al 20% el año pasado.

Pero la pandemia está demostrando que la política importa. Una de las razones del alto número de casos es que muchos peruanos tienen trabajos informales mal remunerados; si no trabajan, no comen. Muchos también viven apiñados. Muchos desconfían de los políticos que les dicen que cierren y, por lo tanto, ignoran las reglas. Alonso Segura, exministro de Economía, duda de la predicción del gobierno de que la economía crecerá un 10% el próximo año, recuperando gran parte de sus pérdidas. “No solo faltan las condiciones para las reformas favorables al crecimiento, sino que el sistema político se ha convertido en una fuente de perturbaciones y contrarreformas”, dice Segura.

El inesperado ascenso de Vizcarra a la presidencia en marzo de 2018 fue consecuencia de una crisis que comenzó hace 30 años, con el ascenso al poder de Alberto Fujimori. Era un líder eficaz, pero despótico y corrupto. Está cumpliendo una sentencia de prisión por abuso de derechos humanos y corrupción. Dos de sus sucesores están bajo arresto domiciliario. Otro pronto será juzgado. Un cuarto, Alan García, se suicidó el año pasado para evitar ser arrestado. Vizcarra reemplazó a Pedro Pablo Kuczynski, uno de los ex presidentes confinados en casa, que renunció para evitar un juicio político por acusaciones de corrupción, perjurio y compra de votos en el Congreso.

Vizcarra prometió limpiar la corrupción, por ejemplo, eliminando la inmunidad de los legisladores frente al enjuiciamiento. Pero su mandato ha sido más notable por su grandilocuencia que por su reforma. Al principio se enfrentó con el Congreso, que estaba dominado por el partido Fuerza Popular, dirigido por la hija de Fujimori, Keiko. Intentó sacar a Vizcarra. Contraatacó proponiendo celebrar unas elecciones generales un año antes, en abril de 2020, en las que no se presentaría. Cuando el Congreso lo rechazó, lo cerró y convocó una nueva elección solo para la legislatura, que se celebró en enero de este año.

La pandemia golpeó poco después de que el nuevo Congreso asumiera el cargo. Al principio, Vizcarra ganó elogios y popularidad al imponer un bloqueo rápido y estricto y al brindar apoyo a los ingresos de las personas por valor del 12% del PBI. Pero el gobierno tuvo problemas para entregar efectivo a las personas que lo necesitaban (en parte porque carece de información sobre ellos) y perjudicó la economía al cerrar las minas. Los índices de aprobación de Vizcarra siguen siendo altos. Pero chocó con el nuevo Congreso, a pesar de que la molesta Fuerza Popular es una presencia muy disminuida.

Ahora está envuelto en un escándalo. En mayo surgió la noticia de que el Ministerio de Cultura había pagado desde 2018 US$ 51,000 a un extravagante cantante de folk que se hace llamar Richard Swing para dar charlas motivacionales a los trabajadores del gobierno. Swing había hecho campaña a favor de Vizcarra cuando era candidato a vicepresidente en 2016. Los enemigos congresistas de Vizcarra sugirieron que el presidente o sus principales asesores habían iniciado los pagos a Swing como una recompensa tardía. El 10 de septiembre de este año, el congresista que lidera la investigación dijo que tenía una grabación de Vizcarra planeando estrategias con sus ayudantes sobre cómo manejarlo. Luego, el Congreso programó una votación de acusación.

Vizcarra admitió que la grabación, hecha en secreto por una secretaria, era genuina y se disculpó, pero dijo que no había cometido ningún delito. Las torpezas de los líderes del Congreso lo ayudaron. El portavoz, Manuel Merino, llamó a los principales generales de las fuerzas armadas sobre el juicio político, para “tranquilizarlos”, dijo. La administración afirmó que estaba tramando un golpe. El 12 de septiembre apareció el primer ministro, flanqueado por los generales, para denunciar a Merino. Muchos legisladores decidieron que deshacerse del presidente en un momento de crisis haría al país más daño que bien.

Hay pocas razones para esperar que la calidad del gobierno mejore después de las elecciones presidenciales y parlamentarias del próximo año. Ninguno de los 24 partidos registrados ha elegido candidato presidencial. (Los candidatos deben unirse a uno para fines de septiembre). El único candidato con un apoyo de dos dígitos hasta ahora es George Forsyth, un ex portero de fútbol que ahora es el alcalde de La Victoria, un distrito animoso de Lima. Su competidor más cercano es “ninguno de los anteriores”. Está coqueteando con Restauración Nacional, un partido evangélico que nunca ha gobernado.

En Perú eso no es obstáculo para ganar altos cargos. García es el único presidente desde 1990 que ganó como candidato de un partido que había gobernado antes. Sin el respaldo de partidos fuertes, los presidentes carecen de apoyo en el Congreso y de diputados talentosos para dirigir sus administraciones. Las elecciones de enero hicieron poco por fortalecer el sistema de partidos. Produjo un Congreso fragmentado, con nueve partidos, a pesar de un umbral de entrada del 5% de los votos. Aunque Acción Popular, un partido de centro derecha, es el más grande del Congreso, solo el 6% de los peruanos lo respalda, según una encuesta de Ipsos. Más del 60% de los votantes se autodenominan independientes. Restauración Nacional no se encontraba entre los 11 partidos por los que preguntó la encuestadora.

El próximo presidente de Perú tendrá escasos recursos para hacer frente a una economía aún herida por la pandemia y el aumento de la pobreza. Las reservas de divisas se han agotado por el costo de las medidas para limitar el declive de la economía. La deuda pública pasará del 27% del PBI el año pasado al 35% en 2020, según el Ministerio de Economía y Finanzas. Perú necesita reformas económicas, como reglas más claras para fomentar la inversión en obras públicas e industrias tan vitales como la minería. Es poco probable que Vizcarra avance mucho en el poco tiempo que le queda. La preocupación es que su sucesor no logre mucho más. Lampadia




La irrepresentatividad política no es cosa de juego

La irrepresentatividad política no es cosa de juego

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco

Exclusivo para Lampadia

Las cifras sobre la representatividad de nuestra política son de cuidado y no están, ni estaban para jugar con ellas.

En el 2011, la suma de ausentismo, votos en blanco y votos nulos para las elecciones presidenciales fue de 5.3 millones de electores. En el 2016, esta misma suma se incrementó a 8.1 millones, conforme puede verse en el cuadro adjunto. En términos porcentuales, el índice que denominaremos “INDICE DE IRREPRESENTATIVIDAD“ para las elecciones presidenciales  subió del 26.58 % al 35.76 %. 

Este índice fue más serio en los resultados de las elecciones congresales del 2016.

Según las proyecciones del simulacro de urna de IPSOS (19.01) la cifra de votos viciados y blancos estaría cerca del 43%. Según las cifras de CIT – Opinión Pública, publicadas por el diario EXPRESO estas cifras bordean el 63%. Tomando en cuenta estas cifras y manteniendo el mismo nivel de ausentismo que en el 2016 (lo cual es poco probable ya que la ausencia de elección presidencial le quita interés a estas elecciones), podríamos llegar a unos INDICES DE IRREPRESENTATIVIDAD mucho más peligrosos.

Podríamos tener, este lunes después de las elecciones parlamentarias, un INDICE DE IRREPRESENTATIVIDAD POLITICA que supere el 50 % del padrón electoral, nada común en nuestra historia política y muy peligroso para la estabilidad política del país.

Este  análisis se efectúa en el plano político y no en el plano legal, ya que la Constitución solo prevé la anulación de las elecciones si los votos nulos y blancos superan las 2/3 partes de los votos emitidos, es decir, sin considerar a los ausentes. Dicho de otro modo, el INDICE DE IRRESPRESENTATIVIDAD no tendrá efectos legales es estas elecciones del 26 de enero, sin embargo, sí tendrá consecuencias políticas. ¿Cuáles son estas?

  • La primera es la poca legitimidad del Congreso ante la opinión pública.
  • Sigue su vulnerabilidad frente al Poder Ejecutivo, los demás poderes y órganos constitucionales y los poderes fácticos como la prensa
  • Su incapacidad de agencia política, es decir su incapacidad de actuar en el ejercicio de sus funciones como instancia de control de poder, de direccionalidad política y de fiscalización.

Surgen a continuación de estas obvias consecuencias de la poca representatividad del futuro Congreso, otras preguntas.

  • ¿Desconocía el señor Vizcarra esta tendencia en el momento en que disolvió el Congreso o más bien, la aprovechó para llevar a cabo la disolución inconstitucional porque no iba a ser resistida?
  • ¿Era saludable para el país propiciar una nueva elección parlamentaria que, por las circunstancias perentorias en las que se dan, iba a incrementar el INDICE de  IRREPRESENTATIVIDAD de los que resulten elegidos, cualquiera que sea el color político de los que resulten elegidos?
  • ¿Es casual que en este proceso electoral el gobierno no haya presentado una bancada parlamentaria propia? Ver Lampadia Atomización política, gobierno sin bancada e inexperiencia. ¿No es más bien un síntoma de que el gobierno busca deliberadamente gobernar sin el CONGRESO?
  • ¿Es políticamente ético fomentar la IRREPRESENTATIVIDAD del CONGRESO para no tener un contra peso político en el ejercicio de poder y gobernar con poderes fácticos provenientes de la prensa, ONGs y grupos de presión?
  • ¿No resulta temerario para el sistema constitucional propiciar la IRREPRESENTATIVIDAD     POLITICA del CONGRESO cuando el propio Poder Ejecutivo tiene un índice igualmente bajo y quien gobierna ni siquiera lo tiene por gestión propia, sino por herencia política?
  • ¿Que hacer en este escenario?

Ir a votar.

Quienes hemos resistido la disolución del Congreso, al mismo tiempo que discrepamos con la decisión de la mayoría del Tribunal Constitucional que ha blanqueado ese golpe de estado, somos igualmente conscientes que tal decisión jurisdiccional se debe acatar y que queda el camino electoral para recomponer el equilibrio de poderes y reinstalar un CONGRESO que controle el ejercicio del poder de los otros poderes y que fiscalice. Por ello, la solución frente a la IRREPRESENTATIVIDAD de nuestra política es VOTAR.

Los que creen en el estado antes que en el ciudadano, creen que el progreso es una dádiva del gobernante y no una responsabilidad propia, creen que el estado debe generar el empleo y no las empresas y la iniciativa privada y creen que hay que tomar los bienes de los demás para distribuirlos, buscarán sus opciones y deben votar. En el 2016 sólo lograron 2,2 millones de votos para el Congreso, el 10% del padrón electoral de ese año. VEREMOS en cuanto los ha multiplicado el gobierno de Vizcarra, su caballo de troya.

Los que no creemos en el Estado y más bien buscamos reducirlo y hacerlo eficiente, creemos que el progreso y bienestar de nuestras familias es nuestra responsabilidad y nuestro mérito, creemos que el Estado no debe ser el gran empleador sino el árbitro para que las empresas compitan en igualdad de condiciones y provean de empleo y oportunidades a los peruanos y aporten tributos y tecnología, los que no queremos que el Estado nos quite nuestros ingresos antes de que nuestros emprendimientos hayan comenzado a andar, también buscaremos nuestras opciones. En las elecciones congresales del 2016 fuimos 10,1 millones, casi 5 veces más que los otros.  No creo que hayamos desaparecido, lo que parece estar sucediendo es que no encontramos opciones en la oferta electoral disponible. NOS será difícil encontrar a quienes defiendan nuestras ideas y valores, ya que el grado de contaminación política impulsado por el gobierno ha reducido el quehacer parlamentario a la tan manida “lucha contra la corrupción” que todos los candidatos y partidos solo hablan de ella, incluyendo en esta grita a sentenciados, evasores, abusadores y otras joyas. Ni siquiera las fuerzas políticas tradicionalmente defensoras de estas ideas hoy las reivindican, poniendo en evidencia que en este lado del espacio político, al cual podemos llamar sin temor la derecha, habrá sitio después de estas elecciones para el partido que sin miedo ni lenguaje políticamente correcto, pero también sin cucufatería ni arcaísmos, reivindique estas ideas de libertad que han permitido el crecimiento y desarrollo del país desde el 2013 hasta el 2018.

Votar es el remedio.

A más votos habrá menor IRREPRESENTANTIVIDAD POLITICA, más legitimidad para el nuevo CONGRESO, mayor control y fiscalización y mejor funcionamiento de nuestra democracia.

Lampadia