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Consejos del FMI para mejorar la gestión de los recursos naturales

Consejos del FMI para mejorar la gestión de los recursos naturales

Los países ricos en recursos naturales, como el Perú, se beneficiaron de un auge excepcional precio de los commodities durante los años 2000, con el precio de los metales alcanzando máximos históricos. Esto proporcionó una gran ayuda a los países en desarrollo que supieron aprovechar el desarrollo de los mercados para promover la inversión y que se beneficiaron de un aumento en sus ingresos fiscales y la oportunidad de promover la transformación económica y el desarrollo ricos en recursos.

Los recursos naturales son una bendición para un país que hace las cosas bien. La riqueza de estos recursos facilita la financiación de inversiones para un crecimiento sostenible y al mismo tiempo le permite al gobierno proporcionar servicios sociales fundamentales. Como también afirma el reciente informe del BID, ‘Gobernanza con transparencia en tiempos de Abundancia’: “el debate de las políticas públicas en estos  países [ricos en recursos naturales] debe ir más allá de esta simple dicotomía [la maldición de los recursos naturales] y tener en cuenta de qué maneras el sector extractivo interactúa con el resto de la economía, sobre todo en los niveles institucional y local.

Sin embargo, la reciente bajada de los precios de los commodities ha dejado claro que éstos pueden ser volátiles y están sujetos a las crisis. También ha significado que los exportadores de commodities tendrán que adaptarse a un período de baja de las exportaciones e ingresos fiscales, al menos mientras se ajusta la economía China.

A la luz de esta situación, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó un informe llamado “La montaña rusa de los precios de las materias primas: Un marco fiscal para tiempos inciertos”, en el que examina la conducción de la política fiscal bajo la incertidumbre causada por el impacto de los ingresos de los recursos naturales. Se basa en una amplia investigación en el comportamiento de precios de los commodities y sus implicancias en los resultados macroeconómicos, así como consejos a las economías que buscan mejorar la gestión de la riqueza de recursos naturales. 

Según el análisis del FMI, la experiencia de las últimas décadas (incluyendo el último boom) ha demostrado que la política fiscal tiene un papel crucial en la gestión de los efectos de la volatilidad de los precios de los commodities en la economía nacional, pero esto ha sido un reto difícil para muchos países. Particularmente con respecto al crecimiento del gasto público, el cual ha tendido a acelerarse durante alzas de precios y a caer durante las fases descendentes de los precios. Esta respuesta procíclica ha intensificado la volatilidad de la economía y podría haber obstaculizado el crecimiento económico. Por otra parte, aunque algunos países acumularon reservas financieras significativas durante el auge de 2000-08 (como en el Perú, que lo ayudó a manejar la crisis del 2009), muchos otros países sufrieron agudas contracciones fiscales debido a la insuficiencia de reservas.

Dada la magnitud de los desafíos, la pregunta clave es: ¿cómo pueden los gobiernos manejar las finanzas públicas para hacer frente a estos enormes desafíos a largo plazo y a la vez hacer frente a los riesgos e incertidumbres sustanciales a corto plazo?

La respuesta a esta pregunta, y uno de los principales mensajes del FMI, es que la conducta de la política fiscal bajo incertidumbre se puede mejorar mediante la adopción de un sólido y coherente marco de gestión de riesgo. Según el FMI, este se debe basar en cuatro pilares:

1. Los ingresos presupuestarios deben ser derivados en su mayoría de una tributación de base amplia, respaldada por un fuerte cumplimiento. En el caso de los exportadores de commodities, una movilización de recursos más eficiente puede mitigar la volatilidad de los ingresos. Un aspecto específico es la fiscalidad de las empresas multinacionales. Estas reformas pueden ser parte de las estrategias de ajuste fiscal que necesitarán seguir los exportadores de commodities.

2. La mejora de la eficiencia del gasto, incluyendo reforma de los subsidios de energía, sigue siendo una prioridad y puede facilitar el ajuste fiscal. Esto también se puede aplicar en áreas fundamentales para el crecimiento sostenible e integrador, como la inversión pública, la salud y la educación.

3. Es importante poner en marcha los marcos fiscales que ayuden a los países a ahorrar durante los buenos tiempos para que puedan proteger el gasto durante los malos tiempos. En el caso de los productores de commodities, este ahorro tiene que encontrar el equilibrio adecuado entre la acumulación de activos financieros, la inversión en infraestructura física y la inversión social a través de gastos de salud y educación. Por otra parte, es esencial empezar lo antes posible en la implementación de un marco más sólido que pueda ayudar a los países a enfrentar la incertidumbre que se avecina.

4. La calidad de las instituciones es crucial. Las normas y procedimientos fiscales son importantes, pero tienen que estar basadas en un compromiso social y político más amplio para la adhesión a estas reglas y leyes.

Estos pilares son importantes para todos los países, pero son especialmente cruciales en los países ricos en recursos naturales como el Perú, donde las condiciones para la gestión de las finanzas públicas son mucho más desafiantes. No esperemos al último momento para tomar las medidas necesarias. Aprovechemos nuestros recursos naturales de una manera responsable y beneficiémonos de la gran oportunidad que tenemos. Lampadia