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Crisis de gabinete por incapacidad moral

Crisis de gabinete por incapacidad moral

Jaime de Althaus
Para Lampadia
2 de enero del 2022

 

Esta tercera crisis de gabinete en apenas seis meses es de entera responsabilidad del presidente Pedro Castillo. Mirtha Vásquez renunció porque el presidente defendió hasta el final al ex comandante general de la Policía, Javier Gallardo, que había favorecido la expansión de un mercado interno de compraventa de ascensos y cambios, dejando desguarnecida la ciudad de Lima, y había sido designado en ese puesto por el propio Castillo para anular las unidades policiales que investigaban a dirigentes de Perú Libre tanto por el caso de Los Dinámicos del Centro como por sus vinculaciones con el VRAEM y el terrorismo[1]. Y que investigaban todos los demás casos vinculados a Palacio recientemente denunciados, incluyendo las relaciones de allegados de Castillo con el tráfico de amapola en Chota.

Es decir, Castillo se puso del lado del mal. Y, lamentablemente, se mantiene en ese mismo lado con la designación de Alfonso Chávarry como ministro del Interior, un ex policía cajamarquino que ingresa seguramente a continuar la labor de Gallardo. Lo dijo recientemente el propio Guillén en entrevista con IDL Radio: “No es posible que un presidente que llegó al poder enarbolando las banderas de la lucha frontal contra la corrupción termine siendo cercado y encapsulado por redes de corrupción, eso es absolutamente inaceptable”. Explicó, por ejemplo, que la División de Investigaciones de Delitos de Alta Complejidad (Diviac) había sido “intencionalmente debilitada tanto presupuestalmente y con el traslado torpe de decenas de oficiales”. “La finalidad era hacerla ineficaz”. Algo realmente muy grave, que sin duda tipifica como incapacidad moral. Informes del Diario El Comercio y Perú 21 habían dado cuenta del desmantelamiento de la Diviac y de la oposición de Guillén a diversos pases al retiro y nombramientos. 

Castillo hunde su propio gobierno, y hunde al país. Y lo hace con actos que revelan, repetimos, incapacidad moral. Más allá de las frecuentes denuncias de corrupción, la mala gestión y los pésimos nombramientos en general, que se habían casi normalizado, no había una crisis política particularmente grave que justificara la caída del gabinete Vásquez. Pese a las embestidas del Vladimir Cerrón desde su designación, y al tremendo error de firmar un acuerdo para el cierre de cuatro minas, luego de ello Mirtha Vásquez había logrado consolidarse relativamente en el premierato después de que se levantara el bloqueo en el corredor minero desde fines del año pasado, sin que las comunidades exigieran más que lo que la mina ofreció (aunque nuevamente la carretera a ha sido bloqueada por 4 comunidades rebeldes). Y, siendo ambientalista, la crisis de Repsol la había empoderado. Políticamente no estaba debilitada.

No solo eso. Un conjunto de condiciones favorecía la estabilidad del gobierno pese a su muy deficiente gestión y a los continuos escándalos. En primer término, la baja del precio del dólar y de los alimentos, aliviando las economías populares. Por supuesto, el elevadísimo precio de los minerales, que llena las arcas de un gobierno ineficiente y ayuda a mover la economía. También la transformación benigna de la pandemia, que ayudará a recuperar el turismo y los restaurantes. Luego, la desaparición del riesgo de cambio de modelo económico como consecuencia de la aprobación de la ley sobre el referéndum que puso un candado definitivo a la posibilidad de la asamblea constituyente, lo que ayudaba a disminuir la incertidumbre. Junto a eso, la electoralización de la política con varios líderes y ex candidatos presidenciales postulando a la municipalidad de Lima, dejando en un segundo plano el escenario nacional, y una cierta apatía del Congreso en sus tareas de control político y fiscalización, perdonando a ministros como el del Transportes y otros.

Todas condiciones que favorecían, repetimos, la estabilidad de un gobierno muy malo. Tan malo, que, felizmente, se hace el hara kiri en manos del propio presidente, por incapacidad moral. Lampadia

[1] Ver informes de El Comercio y Perú 21, y el informe https://www.idl-reporteros.pe/el-sombrero-y-el-avestruz/




Su problema no es social, racial o cultural… es moral

Su problema no es social, racial o cultural… es moral

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 7 de enero de 2022
Para Lampadia

Que no se haga la víctima. Y menos, el santurrón. Su credibilidad está por los suelos. El cuento del humilde maestro de escuela primaria de Chota, ha quedado totalmente desvirtuado. Resulta que hacía tiempo, Castillo había dejado de enseñar para dedicarse a tiempo completo – y con sueldo pagado por el Estado – al sindicalismo radical y a la política activa. Y el cuento del valiente y abnegado rondero cajamarquino, igual. De rondero, Castillo no tenía nada. – Nunca fue rondero – sostienen indignados los mismos ronderos cajamarquinos.

Incluso, su pasado campesino también resultó ser falso. La torpeza en el manejo del arado jalado por aquella yunta de bueyes que le pusieron para la foto, lo dejó en ridículo. Castillo se la quiso dar de campesino labrador, pero no le ligó. Los bueyes hicieron de las suyas, mientras que el campesino presidente no ataba ni desataba. El show reveló que Castillo jamás había agarrado un arado en su vida. 

Otra mentira. ¡Con qué imaginación salió con el cuento del terrateniente con quien él – siendo niño – tenía que compartir la cosecha de la parcela de su padre! Pues resulta que Castillo nació en 1969. Es decir, cuando la Reforma Agraria de Velazco expropiaba las tierras de todos los terratenientes del país. ¡Plancha quemada! Jamás existió la cosecha compartida entre el niño Castillo y el terrateniente abusivo. Más bien, lo que sí existió fue la mentira presidencial en mención… una más.   

El hecho es que con tantas falsedades de por medio, la “palabra de maestro” ha quedado hecha añicos; y la figura del presidente humilde, provinciano, mestizo, y que se viste a la usanza rural – con su sombrero más – resultó ser un descarado montaje teatral. Puro show. Un show politiquero de la peor especie. Un show montado ex profesamente para esconder una gran mañosería, propia de un tipo muy corrupto y cínico. Tan corrupto y cínico como los peores personajes de la política peruana. Tanto como su mentor Vladimir Cerrón y la mafia coimera y chantajista de los Dinámicos del Centro del Gobierno Regional de Junín.

Como bien escribió Dante Bobadilla en una nota que no sé cómo llegó a mis manos, Pedro Castillo resultó ser otro pillo y de los peores. Su silencio frente a tantos ampayes, lo delata. Reuniones nocturnas con gente de mal vivir, cambio de sombrero por gorra para pretender pasar inadvertido ante la prensa, miles de dólares en efectivo escondidos en un baño de Palacio de Gobierno, bolsas que entran llenas y salen vacías de la casa del Pasaje Sarratea en Breña, mensajes descaradamente comprometedores desde su WhatsApp personal, reuniones palaciegas con proveedores del Estado que luego ganan millonarias licitaciones como únicos postores, adulteraciones del Registro de Visitas a Palacio de Gobierno…  

¿Una más? La lobista sinvergüenza y de cascos ligeros, que organiza y paga una fiesta infantil – con show y todo – en el mismísimo Palacio de Gobierno por el onomástico de la hija del presidente. ¿Qué tal?

Eso – y mucho más – en cuanto a los delitos flagrantes cometidos por el presidente Castillo. Pero igual de grave – o peor – es el desgobierno y caos que reina en todos los ámbitos de la vida de los peruanos: carreteras bloqueadas; equipos y vehículos quemados; instalaciones productivas destrozadas; narcotraficantes, terroristas y gente mafiosa ocupando altos cargos gubernamentales; delincuencia y criminalidad desbocadas… ¿y el Gobierno? No pasa nada. ¿Y el presidente Castillo? No se oye padre.

El hecho es que las repercusiones económicas de tanta podredumbre palaciega son como son: inflación y devaluación aceleradas, desempleo e informalidad crecientes, quiebra de miles de micro y pequeñas empresas, caída estrepitosa del valor bursátil de las empresas peruanas, degradación de la calificación crediticia internacional del país, fuga de capitales y talentos…

Efectivamente, se estima que US$ 15,000 millones – y hasta más – han salido del país, de cuentas de ahorros de miles de personas que desconfían del presidente Castillo y su Gobierno. Asimismo, cada vez más jóvenes peruanos – talentosos y trabajadores – están yéndose a otros países para vérselas como puedan, ya que el Perú – su país de origen – no tiene nada qué ofrecerles. 

Así están las cosas, señores. Y ojo al piojo… ¡vamos de mal en peor! ¿Qué hacer? Pues tomar al toro por las astas. Comprarnos el pleito de la vacancia presidencial. No queda otra. Actuar como corresponde ante la podredumbre moral del presidente Castillo. Apoyemos masivamente al Congreso de la República, a la Procuraduría General del Estado, al Ministerio Público, a las Fuerzas Armadas y Policiales, y a aquellos periodistas y ciudadanos valientes que están en la línea de la vacancia presidencial, para que procedan en tal sentido. 

No seamos ingenuos. Parafraseando al Congresista Bermejo: dejémonos de pelotudeces democráticas. El problema del presidente Castillo no es social, racial o cultural… su problema es moral. Lampadia




Castillo y Felipillo

Castillo y Felipillo

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 17 de diciembre de 2021
Para Lampadia

No sólo es cuestión de rima. El asunto también tiene que ver con la connotación del término. Efectivamente – para nosotros los peruanos – el término Felipillo tiene una connotación negativa. En todo caso, así nos lo enseñaron en el colegio, en los cursos de Historia del Perú. En ese sentido, ambos personajes se parecen mucho el uno al otro; Castillo y Felipillo – cada cual en su momento y su lugar – personifican a los tipos mentirosos, cínicos, tramposos, traicioneros… y demás malas hierbas.

Desde que se lanzó al ruedo político como dirigente sindical en el 2017 – con ocasión de la huelga magisterial que hiciera que un millón y medio de niños y jóvenes peruanos perdieran el año escolar – Castillo dio muestras de su talante traicionero. El acto público más descarado y cínico fue la finta de tirarse al suelo para simular una agresión policial inexistente. ¡Y pensar que ahora le revienta cohetes a la Policía Nacional del Perú (PNP), cada vez asiste a ceremonias oficiales de la institución policial!

Y desde que asumió la Presidencia de la República el 28 de julio pasado, los actos de traición presidencial se han repetido uno tras otro, cada vez con más frecuencia. El hecho de abanderar la lucha contra la corrupción, teniendo a su lado a personajes tan corruptos como su secretario personal, denota – de parte del presidente – un cinismo sin límite, y que la cruzada moralizadora que pregona a los cuatro vientos es sólo de la boca para afuera.

Porque ¿acaso no es traición reunirse subrepticiamente en una casa particular en Breña para negociar coimas y sobornos a cambio de contratos de obras públicas y otros favores políticos?

¿No es traición a las Fuerzas Armadas y Policiales inmiscuirse directamente – y sin tapujos – para manipular los ascensos castrenses, sin ninguna consideración por los méritos de los oficiales en carrera?

¿Cómo llamar – si no – al silencio presidencial frente a delitos tan flagrantes como la venta por lo bajo de pruebas de evaluación de conocimientos del magisterio nacional, sin ningún cuestionamiento al ministro del sector, a pesar de los señalamientos irrefutables que involucran a la mismísima hija del ministro en cuestión? ¡El que calla otorga!

¿Qué decir de la permisividad del presidente Castillo – y sus ministros – respecto de los bloqueos de vías públicas que conllevan a la paralización de importantes operaciones mineras, agrícolas, turísticas, y demás? ¿Acaso eso no es traición a la Patria?

Y así por el estilo, podría enumeran 1,000 actos de traición y corrupción presidencial, a pesar del poco tiempo transcurrido de su gestión. A ese respecto, tomemos consciencia de que esto no va a parar… hasta que se vaya Castillo. Mejor dicho, hasta que sea vacado por el Congreso de la República por incapacidad moral permanente. O, hasta que renuncie por presión de la ciudadanía.

La corrupción es como la adicción a las drogas. Todo empieza por un sobre, luego otro, y así sucesivamente hasta que los sobres se convierten en bolsas. Bolsas como las que ingresaron a altas horas de la noche a la casa de Breña, donde estaban reunidos el presidente Castillo – ahí sí sin sombrero, para pasar inadvertido – Karelim López con la bolsa, y el resto de la pandilla presidencial.

Por otro lado, la corrupción destruye la moral. ¡Ese es el problema! Efectivamente, después de la corrupción, aparecen y florecen la mentira, el cinismo, la trampa, y – finalmente – la traición.

El presidente Castillo – sus actos lo delatan – ya pasó por todas las etapas de degradación moral. Por eso puede mentir con tanto cinismo. Por eso puede hacer trampa sin que se le mueva un pelo. Por eso la traición le es tan natural. Por eso debe ser vacado o renunciar. Porque Castillo y Felipillo… son tal para cual. Lampadia

 




En camino hacia una cruel y maldita tiranía

En camino hacia una cruel y maldita tiranía

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 10 de diciembre de 2021
Para Lampadia

Cuando el presidente Castillo habla de moralidad, unidad, y gobernabilidad, me pasa lo del ministro Francke cuando ve un carro de lujo: me pica el ojo y me hinca el hígado. ¡No lo puedo negar! Sobre todo, cuando – instantes antes – puede haberse mandado de hacha contra la inversión extranjera, el empresariado nacional, el periodismo de investigación, la oposición política, o quien sea que no le agrade. ¡Es tan cínico!

 

 

Muchos peruanos – ¡cuántos serán! – han caído en el juego del cinismo presidencial. Para ellos, la patética actuación del entonces dirigente sindical Pedro Castillo, y la consecuente pérdida del año escolar 2017 de un millón y medio de niños y jóvenes peruanos, no cuenta para nada. Y menos, el cordón umbilical que existe entre la organización criminal Los Dinámicos del Centro, Perú Libre, y Pedro Castillo.

Tampoco cuenta haber convocado a terroristas, narcotraficantes, azuzadores, etc. para conformar su Gabinete Ministerial, y que éstos a su vez convoquen a gente de igual o peor calaña para ocupar los cargos de más alta responsabilidad en los ministerios y demás instituciones del Estado. 

¡Cuántas veces hemos escuchado las consignas retrógradas y fracasadas del comunismo de: (1) acceso al poder, (2) sostenimiento en el poder, y (3) sucesión en el poder… con el único fin de perpetuarse en sus cargos y copar al Estado, vía una Asamblea Constituyente a la bruta, tal cual ocurrió en Venezuela, Cuba y Nicaragua!

Evo Morales y sus secuaces ingresan a nuestro país, sin dejar huella de su paso por migraciones… y no pasa nada. ¿A qué vienen los dirigentes del Movimiento al Socialismo Boliviano (MAS)? Y ¿qué hace un hombre de la tenebrosa agencia de inteligencia cubana – el Gallo Zamora – fungiendo de embajador de Cuba en nuestro país? ¿Alguien duda de los oscuros intereses detrás del trono?

¿Qué plan esconde el presidente Castillo, al pretender nombrar – sin mérito alguno – a oficiales de mando medio en los más altos cargos del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas? Y la filtración del examen de conocimientos a los maestros… ¿acaso no queda al descubierto el copamiento estratégico de la educación peruana por la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación del Perú (FENATE Perú) … el sindicato formado por Pedro Castillo? 

La minería y el gas de Camisea – literalmente – arden bajo fuego directo atizado por el propio Gobierno… y no pasa nada. El desempleo y la informalidad laboral aumentan. El dólar y los precios se disparan. Los ahorros de millones de peruanos salen del país en busca de seguridad. 

En el ámbito mafioso, Arturo Cárdenas – alias Pinturita – y los demás pandilleros de Vladimir Cerrón, a pesar de la orden de prisión preventiva en su contra, están no habidos. ¿Dónde están? Dicen que fugaron del país, están en Bolivia. ¡Qué más quieren que les cuente!

Lo que estamos viviendo – y va para peor – es una tiranía muy corrupta y maltratadora. Una tiranía mafiosa. Mejor dicho, un narco Estado, aliado con el terrorismo. Un país – como Cuba y Venezuela – sin comida, sin medicamentos, sin empresas dónde trabajar, sin futuro. Un país de colas, escaseces, bonos alimentarios, mercados negros. Un país inmundo, miserable, caótico. Un país de pobres extremos y emigrantes. Pero eso sí, una cúpula dirigencial todopoderosa, multimillonaria. 

Parafraseando al inefable Congresista Bermejo… ¡dejémonos de pelotudeces democráticas! Efectivamente, estamos llenos de demócratas pelotudos. Personas que no cuestionan que el presidente Castillo esté rodeado de tipos como Bruno Pacheco, Karelim López, Zamir Villaverde, y otros de la misma calaña. 

Y ¿qué decir del Fiscal que durante el allanamiento de la oficina del Secretario Presidencial en Palacio de Gobierno – además de omitir la confiscación de los US$ 20,000 escondidos en el baño – requisó un celular nuevo, sin ninguna llamada ni WhatsApp de por medio?

¿Qué les pasa a esos periodistas que le dan cabida a políticos mafiosos para que se muestren como mansas palomas? ¿En qué planeta viven esos que se comen el cuento de los visitadores de la casa de Breña, donde – según el presidente, ahí sí, sin sombrero – sólo iban a tomar café? 

No señores. Una democracia de verdad implica orden, libertad, transparencia, integridad, eficiencia, seguridad, progreso, paz, bienestar, etc. Pero no. Esto no es una democracia de verdad. Estamos ante la máxima expresión de una democracia pelotuda. Una democracia en camino hacia una cruel y maldita tiranía.

P. D. Por todo lo dicho – y por muchas cosas más – cada vez más peruanos estamos a favor de la vacancia presidencial por incapacidad moral permanente. Lampadia

 



VAGANCIA PRESIDENCIAL

VAGANCIA PRESIDENCIAL

Jaime Spak
Para Lampadia

Algunos de ustedes pensarán que me he equivocado en el título del artículo, pero no es así.

En el Perú, a una persona que no hace nada, se le denomina vago y usted señor Castillo no ha hecho nada hasta ahora.

Al momento de escribir este artículo ya han pasado 130 días del gobierno de Castillo y lo único que hemos visto es un presidente pusilánime, timorato y sobre todo con una fobia a la prensa que ya da que pensar.

No ha habido un acto de gobierno que pueda decir que estamos yendo por algún camino correcto, los únicos dos patéticos anuncios en estos 130 días han sido el absurdo intento de renegociación del gas de Camisea, cuando en realidad lo que debe de renegociar es la óptima distribución y no la producción.

La segunda reforma agraria fue el otro patético anuncio, que sabemos de antemano que quedara en nada.

Entonces que ha hecho Castillo en estos días: nada, ha vagado de fracaso en fracaso, de alucinantes anuncios imposibles de realizar y sobre todo de estar hasta el cogote inmerso en corrupción. 

Es tan increíble lo que sucede en el tema de corrupción, que pareciera que dejan huellas al propósito para que los descubran.

Lo del secretario de palacio y el dinero en el inodoro no solo apesta, sino que es una clara señal que su hombre de confianza estaba haciendo negociados al lado de la oficina de Castillo.

Reunirse con una mujer de dudosa reputación, en su despacho número 2 de Breña, que es una conocida lobista de una empresa que ha hecho contratos con el estado por mas de 1,000 millones de soles, es imperdonable.

Solo estos dos actos ya ameritan que el presidente salga a explicar lo sucedido.

¿Pero qué hace?

Castillo sale a declarar a la opinión pública en un triste discurso de 3 minutos en los cuales se victimiza, “no pueden soportar que un campesino, rondero y profesor de primaria haya llegado a la presidencia”.

Mejor se hubiera quedado callado, el remedio fue peor que la enfermedad.

Deseo recordarle al presidente Castillo, que Alejandro Toledo nacido en Cabana y que venía de una familia humilde también fue presidente del Perú.

Logro su éxito profesional en base a estudiar y pudo conseguir becas para seguir perfeccionándose en el extranjero y hasta ser profesor de la prestigiosa universidad de Stanford. Lamentablemente la corrupción también lo tentó y cayo como mansa paloma y en cualquier momento será extraditado al Perú y le esperan muchos años de cárcel.

Durante el gobierno de Toledo, que provenía del mismo estrato social que usted presidente Castillo, nadie le saco en cara su origen humilde.

El tener un origen humilde debe de ser un aliciente para progresar y lograr éxitos en la vida.

Acabamos de escuchar al presidente de las rondas campesinas mencionar que usted ni siquiera fue rondero.

Lo único cierto hasta ahora es que fue un discreto profesor de primaria.

Supongo que su curso preferido debe de haber sido matemática y que su especialidad en esta materia no era la suma ni resta, sino la división.

Castillo se ha empeñado en dividir al pueblo peruano en buenos y malos. 

Todos los que pensamos diferente a él, pues somos los malos. 

Ha dividido al magisterio y hasta su bancada en el congreso.

Usted tiene que reconocer que fue elegido presidente del Perú por odio. Por el odio que mas del 50% de los electores tenían a su contrincante.

Les recomiendo que vuelvan a ver la entrevista que le hizo Diego Acuña para que vean el nivel del señor presidente.

La prensa no puede lograr una entrevista con usted, sin embargo, en Amazonas, cuando fue a visitar la zona del terremoto, un periodista pregunta: ¿piensa usted renunciar?, responde levantando la voz con ojos desorbitados ¡ESTA LOCO!

Ya entendemos su fobia a las entrevistas.

Una persona medianamente inteligente al menos acepta sus limitaciones, un 65% de los peruanos el Perú ya se dio cuenta que es un incompetente. Esta cifra sube como la espuma.

Gestión Cero y cero empatía con la población. 

Es verdad que desde un primer momento se habló de vacancia, pero ahora, apenas 4 meses después de iniciada su gestión, su presidencia ya no da para más.

Ya no se puede seguir aconsejando a Castillo que tome otro rumbo, que convoque a un gabinete de ancha base, que piense como estadista. Imposible.

Señor Castillo esto ya no da para más, déjese de vagar en el gobierno y hágale un favor al Perú con el consejo que le daré.

Ya que la vacancia está a la vuelta de la esquina yo le haría una última recomendación al presidente para que al menos pase a la historia con algo positivo:

Señor Pedro Castillo Terrones, le recomiendo que de inmediato dirija un mensaje a la nación, pidiendo disculpas por haber sido candidato a la presidencia sin estar preparado y estar ejerciendo la presidencia de la República sin tener la mínima capacidad para ello y luego de ello RENUNCIE. Lampadia




“PUEDE SER DELINCUENTE, PERO NO ES INMORAL” (¿?)

“PUEDE SER DELINCUENTE, PERO NO ES INMORAL” (¿?)

Rafael Venegas
Para Lampadia

¿Qué nos pasa? ¿Estamos ciegos o no queremos ver?

Hace algunos años, en un curso de comportamiento humano de Wharton, escuché un concepto que se me quedó grabado y que siempre lo he tenido en cuenta en mi vida profesional. 

¨Para competir eficazmente hay que conocer muy bien cual es el objetivo prioritario que tienen tus adversarios¨. 

Este concepto es perfectamente aplicable en el frente político, especialmente en situaciones extremas como la que vivimos actualmente.

Para nadie es un secreto que el objetivo prioritario de la fuerza política radical que enfrentamos es completamente opuesto a la libertad y democracia. Lo que pretenden es crear el caos y la destrucción económica, política, institucional y social del país, para luego hacerse del poder absoluto y perpetuarse. 

Esto no es una sospecha, es una realidad que ellos nunca han ocultado, ni tampoco sus mentores del foro de Sao Paulo. Siempre han declarado abiertamente cual es su objetivo. Lo que pasa es que nosotros no los hemos querido escuchar y hemos permanecido en una conveniente negación, actuando con mucha tibieza. ¡Craso error!

El primer golpe nos lo dieron cuando ganaron las elecciones presidenciales, cumpliendo así la primera etapa de su objetivo. Y lo hicieron utilizando procedimientos irregulares y fraudulentos, avalados por el irresponsable gobierno caviar de turno, por su delincuencial sistema electoral y por la vergonzosa e inútil OEA. Todo esto ante nuestros propios ojos. ¿Y que hicimos? ¡Nada! Tibieza absoluta ante un descarado accionar.

Además, el mandatario de facto, se dio el lujo de no jurar por la constitución vigente, sino por una nueva constitución, lo que lo convierte en ilegal. Hoy ofrece públicamente someterse a los ronderos para que lo investiguen, ignorando olímpicamente la institucionalidad. Burla tras burla y en nuestra propia cara. ¿Y, a pesar de todo esto, seguimos con las tibiezas? 

Hoy, cuatro meses después, somos testigos del peor gobierno de las últimas décadas. Esto, si lo medimos según nuestro objetivo democrático, pero según el objetivo de ellos, es todo un éxito. 

Por eso resulta vergonzoso ver y escuchar opiniones de algunos representantes de los frentes políticos, empresariales, militares y mediáticos, que aún siguen considerando tibiamente, que los infames hechos que se presentan a diario en nuestro país son sólo producto de la incapacidad e inexperiencia del nuevo gobierno y no de una clara estrategia que se viene desplegando ante nuestros propios ojos.

No sigamos siendo tibios e ingenuos. ¿Cuándo nos vamos a dar cuenta que el objetivo de los nuevos gobernantes no es el bienestar de los peruanos y el progreso del país? ¿Cuándo nos vamos a dar cuenta que nuestros tibios comentarios y recomendaciones basadas en un sistema democrático, no les interesan en lo más mínimo? 

¿Cuándo nos vamos a dar cuenta que ellos están concentrados 100% en su infame objetivo doctrinario y vienen avanzando disciplinadamente en su ejecución? 

¡Despertemos ya! Basta de seguir en negación; basta de seguir ¨idiotizados¨; basta de tibiezas. No repitamos el ¨cojudignismo¨ de las elecciones y rescatemos a nuestro país. Todavía estamos a tiempo.

Felizmente un valiente grupo de congresistas ha presentado una moción de vacancia presidencial, que sin ser la gran solución, al menos rescataría al país de las garras destructoras. 

Los motivos para hacerlo bastan y sobran y no tienen nada que ver con discriminación o con golpismo, como lo pretende presentar el gobierno siguiendo su acostumbrada táctica de victimización. 

La figura de la vacancia (Impeachment) es legal y está considerada claramente en el artículo 113 de la constitución, que en resumen dice: 

La Presidencia de la República vaca por:

  1. Muerte.

  2. Permanente incapacidad moral o física declarada por el Congreso.

  3. Renuncia aceptada por el Congreso.

  4. Salir del territorio nacional sin permiso del Congreso o no regresar a él dentro del plazo fijado.

  5. Destitución, tras haber sido sancionado por alguna de las infracciones mencionadas en el artículo 117 de la constitución.  

Esta muy claro que hay indicios suficientes que caen en el punto 2 del citado artículo. Además, estos bastan para que a criterio del Congreso, se declare la incapacidad moral. Hay que tomar en cuenta que se trata de un proceso político y no de uno jurídico como muchos erróneamente creen o quieren creer. 

Por lo tanto, no es necesario comprobar legalmente los indicios y sólo basta con la apreciación subjetiva y la decisión mayoritaria del congreso para que se ejecute. De esta manera fueron vacados los presidentes Fujimori y Vizcarra, pero con mucho menos indicios de los que ha acumulado el actual mandatario.

No voy a entrar en detalles sobre la definición de incapacidad moral, ya que esto lo expliqué en el artículo ¨La Funesta Incapacidad Moral¨ publicado el 4-11-2021 en Lampadia. En él, luego de analizar el tema de ética y moral, concluí lo siguiente:

¨Quien no tiene educación, incurre en incapacidad intelectual. Quien tiene problemas psiquiátricos, incurre en incapacidad mental. Quien tiene problemas serios de salud, incurre en incapacidad física. Pero quien no tiene ética, ni valores, incurre en incapacidad moral¨.

En el caso que nos ocupa, está muy claro que no sólo existen claros indicios de incapacidad intelectual, sino también hay muchos más y mas graves de incapacidad moral. La decisión debería ser muy fácil de tomar.

Sin embargo, todavía hay muchas personas que creen que la vacancia presidencial sería peor porque tendríamos mas meses de incertidumbre, o porque es muy pronto, o porque es producto de una revancha. También hay otros que por ignorancia creen que se trata de un proceso jurídico y no de uno netamente político, en el cual no son necesarias las comprobaciones. 

¿Entonces qué prefieren? ¿Cinco años de caos y destrucción del país y la posible toma del gobierno a perpetuidad? 

Lamentablemente, como se trata de un proceso político, siempre existe la posibilidad de que algunos de los decisores (los congresistas), no lo hagan utilizando la razón, sino que decidan basados en sus oscuros objetivos personales y sin importarles el futuro del país.

El congreso está prácticamente dividido en tres tercios. Los partidarios de la libertad y la democracia, que suman unos 47 votos. Los oficialistas de izquierda y sus aliados de JPP, que tienen 42 y un tercer grupo de ‘partidos intermedios’, por llamarlos de alguna manera, que suman 41 votos (AP, APP, SP, PM y PP). 

Estos últimos son los que decidirán la vacancia o la permanencia del actual gobierno, ya que se necesitan 87 votos. De esta manera se convierten en los decisores del futuro del Perú y de los peruanos. Una enorme responsabilidad que deberían enfrentar con patriotismo y firmeza. 

Ellos tienen que saber que toda la ciudadanía estará pendiente de sus decisiones y que tendrán el deber y el derecho de reclamarles contundentemente en caso no actúen a la altura de las circunstancias.

Por eso, no podemos permitir que algunos de estos congresistas ¨intermedios¨ se escuden en explicaciones tibias y absurdas como que ¨lo hacen por la gobernabilidad del país¨ o algunas ridículas y cantinflescas como ¨puede ser delincuente, pero no es inmoral¨. Lo cierto es que no debe haber excusas que valgan cuando se trata de defender a nuestro país. 

Los congresistas son los verdaderos representantes del pueblo, tenemos que exigirles que actúen patriótica y firmemente. 

“Palabra de peruano, que quiere al Perú Lampadia




El sombrero embustero

El sombrero embustero

Mientras todo sucede
Milagros Leiva
Para
Lampadia

Todo el Perú se preguntaba cuándo el presidente Castillo se sacaba el sombrero, en qué momento del día se relajaba y volvía a ser él mismo. Nadie imaginó que lo hacía cuando la noche caía y camuflado llegaba a su cuartel de Breña para reunirse clandestinamente con “amigos” y “familiares”, con encargados de compras, ministros y un largo etcétera de oscuros personajes cuya lista completa hoy desconocemos. Puesto al descubierto, el gobernante ha comenzado a balbucear, a ensayar respuestas alocadas, a gritar muy enojado en las plazas, a seguir insistiendo que por campesino y profesor rural nadie lo quiere en Palacio, pero a estas alturas ya nadie le cree. 

Que hoy Castillo aclare que se quita el sombrero y se pone un gorro para dormir es tan irreal que ni sus ministros pueden defenderlo. ¿Nos cree tontos? 

  • Que duerme en Breña es imposible, que en esa casa solo se reúne con amigos y familiares también es imposible porque la lobista (¿o mejor le decimos loba?) Karelim López no es su amiga (¿o sí?), pero entró como Pedro en su casa a Palacio, a su despacho y también a su refugio en Breña. 

  • ¿Qué cosas pasaron entre ella, Pacheco y Castillo es un asunto que tendrá que ser resuelto por un fiscal eficiente y que busque la verdad 

  • ¿Zoraida Ávalos saldrá de su letargo? 

  • Karelim no es una anécdota, es una pieza clave en este esquema corrupto. Su visita fue días antes de que la empresa que ella “asesoraba” ganara una licitación que pasa los doscientos millones de soles. ¿Era ella la encargada de llevar la coima como en esquemas anteriores? ¿Es una inocente que estuvo en el lugar equivocado con un buzo de domingo? ¿O es más bien el nexo entre los empresarios que pugnan por ganar licitaciones de maneras no santas? 

  • ¿Si antes existía el club de la construcción ahora existe el club del sombrero? 

  • ¿Qué otras visitas ha tenido que no han quedado registradas?

 

A Pedro Castillo solo le falta volver a fingir una caída como en la huelga sindical del magisterio en ese lejano 2017 para cambiar el rumbo del escándalo, pero ya nadie lo salva de los 52 votos que se necesitaban para que asista a Palacio y responda. Embustero resultó este gobernante que bien calladito se quedó cuando a su secretario le encontraron 20 mil dólares en el baño, miente casi como consigna al punto que el propio jefe de los ronderos le aclara que él nunca lo fue; miente cuando asegura creer en las inversiones y las mineras le muestran su verdadero reflejo anunciando cierre de operaciones que horadan la economía, miente cuando su primera ministra anuncia una cosa y en la plaza él dice otra; mintió desde el principio cuando negó sus vínculos con Conare Movadef que es el sinónimo de Sendero Luminoso. Miente y miente que algo queda, en eso sí cree. 

Pedro Castillo ha demostrado ser un embustero que le falta el respeto a la institución presidencial creyendo que puede hacer lo que le da la gana sin ser vigilado al milímetro. Si el embuste permanente no es sinónimo de incapacidad moral entonces que nadie se queje cuando el Perú siga cayendo en la fosa del oprobio. Lampadia

 



Cavando la tumba presidencial

Cavando la tumba presidencial

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 19 de noviembre de 2021
Para Lampadia

El presidente Pedro Castillo está en problemas. Uno de sus problemas se llama Perú Libre, el partido político que le permitió ganar las elecciones. Es verdad que quiere salirse él, y formar otro sobre la base de un grupo de maestros que lo secundan. Pero se trata de más de lo mismo. Un antro de personajes estatistas, retrógrados, mediocres y resentidos. No obstante, el problema de fondo es que Perú Libre financió su campaña electoral con dineros mal habidos.

Pasadas las elecciones, los peruanos nos enteramos del accionar de la mafia que se había enquistado en el Gobierno Regional de Junín, durante la gestión de su exgobernador Vladimir Cerrón. ¿Qué hizo la mafia de marras para agenciarse de dineros mal habidos? Pues, nada menos que traficar con brevetes y puestos de trabajo, y cobrar cupos a los trabajadores de la mencionada institución regional.

Con ese prontuario a cuestas, los escandalosos destapes de funcionarios recientemente designados – terroristas, narcotraficantes, corruptos, pedófilos, misóginos, rateros, informales, clientelistas, y todo lo demás – no debería sorprendernos. Todo es consecuencia lógica de la precariedad y podredumbre moral de dichos funcionarios.

Para muestra un botón. A nadie debería sorprender que un tipo como Bruno Pacheco haya sido – hasta la semana pasada – secretario del mismísimo Presidente de la República. Incluso yo me iría más atrás en el tiempo. ¿Qué pudo haber enseñado ese señor en la Universidad Privada San Juan Bautista y en la Escuela Militar de Chorrillos? ¿Qué de bueno le vieron los rectores de dichas casas de estudio para tenerlo como docente? Como se ve, la corrupción está infiltrada en todas partes; en el Gobierno, en las universidades privadas, y hasta en las Fuerzas Armadas.

Pero sigamos. ¿Cuántos alumnos – de esas casas de estudio – habrán aprendido lo que es el clientelismo político puro y duro? ¿Cuántas movidas más – similares a las injerencias irregulares en los ascensos militares de alto rango, y a los favores indebidos a deudores tributarios amigos – habrá hecho este sinvergüenza, sin que hayan trascendido a la opinión pública?

Así las cosas, vamos de mal en peor. Y la población – sobre todo la que votó por Castillo – está notando la pegada. Es que cuando una organización criminal gobierna, se pierde por completo el principio de autoridad. Consecuentemente, el orden público y el estado de derecho se convierten en conceptos vacíos y puramente retóricos.

Ejemplo. Los bloqueos de carreteras – cada vez más frecuentes y dispersos por todo el país – no generan ninguna respuesta de parte del Estado para restablecer nuestro derecho ciudadano al libre tránsito. Me refiero a la Fiscalía, Ministerios, Gobiernos Regionales y Locales, etc. Muchos policías son masacrados por turbas vandálicas, pero lejos de defenderlos, las propias autoridades políticas terminan incriminándolos. La quema de instalaciones mineras y agrícolas es interpretada como el ejercicio del derecho ciudadano a la protesta pacífica. La Primera Ministra pretende cerrar cuatro operaciones mineras sin ningún criterio de legalidad, y sin ninguna consideración por los trabajadores que – en este caso – representan a miles de familias ayacuchanas. ¡Caos total!

Sin embrago, lo positivo de todo esto es que – como dice el viejo refrán – no hay mal que por bien no venga. La semana pasada – en el maravilloso Cusco – en el Foro “Democracia, Derecho, Inversión y Desarrollo” organizado por los estudiantes de derecho de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco, vi claramente una luz al final del túnel. El rechazo al caos reinante – agravado por la inflación y el desempleo – producto de la corrupción e inoperancia del Presidente Castillo y su pandilla, es evidente, creciente… y acelerado.

En el Ombligo del Mundo – yo puedo dar fe de ello – el tema de la vacancia presidencial está sobre el tapete. Y lo mismo ocurre en el resto del país. No sé si será hoy, mañana o pasado. Pero – tarde o temprano – ocurrirá. Veo imposible llegar al 2026 con nuestro actual presidente en funciones. ¡Y no nos vengan con el cuento de la conspiración! Con su desgobierno y su silencio, el propio presidente Castillo está propiciando su vacancia.

Más aún, la organización criminal que lo llevó al poder, los podridos designados por él para que lo acompañen en el Gobierno – incluida su patética Primera Ministra – más el pueblo defraudado y maltratado, harto de la corrupción e inoperancia del Estado… todos están cavando la tumba presidencial. Lampadia




Los conejos de la improvisación

Los conejos de la improvisación

Mientras sucede
Milagros Leiva
Para Lampadia

“No gobernaré desde la Casa de Pizarro porque creo que tenemos que romper con los símbolos coloniales para acabar con las ataduras de la dominación que se ha mantenido vigente durante tantos años. Cederemos este Palacio al nuevo Ministerio de las Culturas para que sea usado como un museo”

Existió ese día. 28 de julio del 2021. En su primer mensaje a la Nación el presidente Pedro Castillo y su sombrero inseparable sacaban el primer conejo sorpresa: no despacharía en Palacio. Vladimir Cerrón y todos los seguidores del lápiz aplaudieron excitados. Limitado e improvisado, el nuevo gobernante se fue a vivir a Breña y despachó en penumbra. Lamentablemente para sus seguidores hoy se ha confirmado que Palacio seguirá siendo Palacio y que su anuncio fue un simple show para las galerías. Un show que supo a trago amargo por la improvisación, pero que auguró muy bien lo que sería este gobierno.

“El Gobierno del Perú ha nombrado al señor Richard Rojas García como Embajador en Venezuela. A su vez, el Gobierno de dicho Estado ha nombrado al embajador Alexander Yánez Deleuze como su Jefe de Misión en Lima”. Comunicado Oficial 022-21.

Cómo olvidar este día. 15 de octubre del 2021. Richard Rojas, el hombre jefe de campaña, el que había acompañado sin descanso durante nueve meses a Castillo, el que según narración propia fue quien dio la idea de no sacarse jamás el sombrero, podía dormir feliz. ¡Era embajador! Qué importaba que Panamá no hubiera aceptado sus credenciales, que importaba que el mundo diplomático observara estupefacto su nombramiento; Rojas cantaba “Alma llanera” a todo pulmón. El problema es que no contó con la astucia del fiscal que lleva su mismo nombre. Investigado como uno de los dinámicos del Centro, Richard Rojas tuvo que someterse a la audiencia donde el Poder Judicial le sentenció impedimento de salida por seis meses. Perú Libre habló de venganza, él apenas articuló palabra y el ministro de Justicia Aníbal Torres salió en defensa del sombrero palaciego y restó importancia diciendo que Rojas no había sido nombrado embajador (¿quiere decir que los comunicados de Cancillería son mamarrachos?) y que jamás existió resolución con firma presidencial. En cristiano: otro escándalo.

“Mi agradecimiento a Ricardo Belmont por sumarse al equipo del #GobiernoDelBicentenario. Su experiencia profesional y política estará al servicio del Perú, asumiendo la asesoría del Despacho Presidencial. Lograremos un buen trabajo, pensando siempre en el desarrollo del país”.

Existió este otro día. 18 de octubre del 2021. Ricardo Belmont sale y agradece al presidente haberlo elegido asesor, anuncia inversiones inimaginables, critica a la prensa, se ríe de los caviares. Pedro Castillo tuitea feliz. Escribe casi una pastilla para levantar la moral mientras cinco dinámicos están fugados y un reglaje a políticos y periodistas empaña su gobierno. Tres días después del tuit, el mismo Belmont que luchó por ser presidente en más de una oportunidad sale de Palacio y dice que no tiene resolución que mostrar, que el nombramiento como asesor solo ha sido de palabra. En resumen: Castillo seguirá sin asesor oficial, por ahora. Mañana quizá llamen a Andrés Hurtado, el popular Chibolín.

Si algo hemos aprendido en estos ochenta y seis días de gobierno es que reina el desmadre y la informalidad. Que cualquier nombramiento que no calce puede tener la explicación más surrealista y que cualquier escándalo será siempre una buena cortina para tapar la mediocridad. Para muestra los tres conejos que acabamos de recordar. La pregunta final es una sola: ¿Castillo es consciente de sus metidas de pata o sus conejos aparentemente improvisados son simples maniobras para distraer y ocultar que en efecto no está preparado para gobernar? Lampadia




Cerrón en capilla

Cerrón en capilla

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

Vladimir Cerrón podría ser detenido en cualquier momento. El jefe de Perú Libre, gobernante de facto y presunto cabecilla de la banda los dinámicos del centro, está a punto de ser encarcelado por las muchas, y muy fundadas, acusaciones que penden sobre él.

En verdad, por muchísimo menos por lo que él ha hecho, el sistema judicial ha enviado a prisión a otras personas. Pero Cerrón sabe moverse en los oscuros y retorcidos recovecos judiciales y sigue libre hasta ahora, a pesar que tiene una condena por corrupción que, al principio, era de prisión efectiva.

Sin embargo, ahora su situación es más complicada, no porque sea probablemente culpable de los delitos que se le imputan -en el Perú hoy esa no es razón para ir preso-, sino porque tiene enemigos muy poderosos.

Según algunos analistas -Aldo Mariátegui, por ejemplo-, los caviares, que tienen una enorme influencia en la fiscalía y también en el Poder Judicial, quieren encarcelar a Cerrón para sacarlo del camino, rodear a Castillo y apoderarse del gobierno. Es decir, seguir mamando de la teta del Estado, asunto en el que son expertos y que es vital para ellos.

De acuerdo a esta hipótesis, ellos confiaban en cercar al ignorante Castillo inmediatamente después de la segunda vuelta y hacerse de todo el gobierno. Las cosas se complicaron por las denuncias de fraude y la fuerte campaña que arrinconó a Perú Libre hasta poco antes del 28 de julio, que les impidió maniobrar y que los dejó débiles a la hora de ocupar el gobierno.

La decepción de los caviares fue casi total con la conformación del gabinete, en el cual solo tienen algunos cargos. A partir de allí empezaron una creciente campaña contra Castillo, pero sobre todo contra Cerrón, el principal obstáculo para que ellos se hagan de los apetecidos puestos -y consultorías- gubernamentales.

El asunto es que llegados hasta este punto, las cosas no son tan sencillas. Porque, en efecto, Cerrón podría ir preso. Pero eso no lo sacaría de juego. Y una fiera herida es muy peligrosa.

Cerrón conoce toda la trama de la campaña electoral, los entresijos de la financiación y los métodos del fraude. Como ha señalado la fiscalía, los delitos (conocidos) de los dinámicos del centro tenían como finalidad financiar la campaña de Perú Libre, cuyo principal beneficiario era Pedro Castillo.

Si Cerrón va preso y le parece que Castillo no está haciendo lo necesario para defenderlo, si lo considerará un traidor, se volverá contra él. Como es obvio, tiene los elementos suficientes para hundirlo.

En suma, este es un juego en el que no todos saben para quien trabajan. Y en varios planos, se está llegando a un punto de no retorno. Lampadia




Vendedores de ilusiones

Vendedores de ilusiones

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

Con relativo éxito, los vendedores de ilusiones siguen atiborrando de fantasías a los crédulos –que son bastantes en el Perú-, en particular a los empresarios acomodaticios, necesitados de un espejismo tranquilizador que confirme sus esperanzas: es posible que los caviares desplacen a Vladimir Cerrón y sus secuaces, rodeen a Pedro Castillo y hagan un gobierno con el cual ellos puedan avenirse.

Los que venden esa ilusión son, por supuesto, los mismos caviares -con el abrumador respaldo de los medios de comunicación que integraron la coalición vizcarrista-, que pretenden lograr lo que no pudieron hacer en el proceso electoral, capturar el gobierno.

Sin embargo, la terca realidad los desmiente a cada instante. El martes pasado el gobierno promulgó un decreto que permitirá el traslado de los terroristas presos en la Base Naval a prisiones comunes. Esa es una de las demandas principales del Movadef (Sendero Luminoso de Abimael Guzmán) desde hace mucho tiempo.

Por ejemplo, un boletín del Movadef dice en su portada “¡Cierre del penal militar de la Base Naval del Callao! ¡Basta del aislamiento del Dr. Abimael Guzmán Reinoso!”. (1/5/20). Allí llaman también a conformar una “¡Asamblea Constituyente ya!”, otra de las consignas de Castillo y Cerrón.

Demás está decir que los remanentes del MRTA también han demandado siempre que sus cabecillas recluidos en la Base Naval sean trasladados a penales comunes.

El motivo es muy sencillo, en cualquier cárcel peruana ellos tendrán mucha más libertad para comunicarse con su gente. Precisamente por eso se estableció una prisión en la Base Naval, y porque también era mucho más segura que cualquier cárcel común (hay que recordar la fuga de Víctor Polay y 47 emerretistas de Castro Castro en 1990 y la 70 de senderistas del penal de Ayacucho en 1982, incluida Edith Lagos, la terrorista admirada por el sujeto que ocupa la PCM).

Con todo desparpajo, los caviares –en complicidad con el Castillo- han tratado de disfrazar la intención del gobierno arguyendo que se trata de mover a Vladimiro Montesinos a una cárcel común.

Algunos sostienen equivocadamente que ahora los cabecillas de SL y MRTA podrían planear acciones terroristas desde los penales. En realidad, ellos ya abandonaron la “guerra popular” porque fueron derrotados, y ahora usan la democracia, el camino electoral para capturar el gobierno y establecer una dictadura. Lo que harán será aportar sus consejos y orientaciones a sus seguidores en el poder. Y obtener mejores condiciones carcelarias, hasta que llegue un probable indulto si sus partidarios logran imponer una dictadura, como es su intención.

Ese decreto es una evidencia más de la verdadera catadura de la gente que hoy controla el Estado. No obstante, tercamente, los caviares insisten en propagar quimeras que son funcionales a sus propios intereses. De hecho, eso es lo que hicieron desde la primera vuelta al apoyar, abierta o encubiertamente, a Castillo y luego negando el evidente fraude para consolidarlo en el gobierno.

Aunque intenten ocultarlo, cada día que pasa se hace obvio que la única alternativa viable para evitar una tragedia de incalculables proporciones, es vacar a Castillo y realizar nuevas elecciones. Lampadia




“No le daremos ni un milímetro a la corrupción”

“No le daremos ni un milímetro a la corrupción”

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 20 de agosto de 2021
Para Lampadia

Hace poco – en Piura – con ocasión del sismo que dañó varias viviendas en Sullana, el Presidente Castillo pisó el palito de la demagogia y dijo: no le daremos ni un milímetro a la corrupción. Lo dijo en plural. A su lado estaban ministros, viceministros, directores, asesores y otros personajes recontra cuestionados – precisamente – por corruptos. Todos abanderando la lucha contra la corrupción. Todos fungiendo de santurrones como si se trataran de personas intachables.

La pregunta es: ¿alguien le cree al Presidente? ¿Acaso no es corrupción – y de la brava – todo el accionar de Perú Libre… su partido? ¿Acaso Perú Libre – repito, su partido – no es el hijo putativo de la Organización Criminal Los Dinámicos del Centro, la mafia liderada por Vladimir Cerrón, amo y señor del partido en cuestión?

Recordemos. Cuando Martín Vizcarra asumió la Presidencia de la República en marzo del 2018, más o menos dijo lo mismo: que la prioridad de su Gobierno sería la lucha frontal contra la corrupción. Sin embargo, al poco tiempo salió a la luz el perfil del Lagarto, y todo lo que vino a continuación es historia conocida.

Su oscura relación con el grotesco Richard Swing, acabó en el develamiento de una maraña delincuencial en la que estaban involucrados ministros amigos, asesores de confianza, secretarias personales, amantes saca vuelteras, tenistas aficionados, y otros personajes por el estilo. Luego aparecieron las coimas escandalosas que Vizcarra – el Lagarto – solía cobrar por lo bajo durante su gestión como Gobernador Regional de Moquegua. Y en el colmo de la desfachatez, mintió cínicamente al decir se había ofrecido como voluntario para el ensayo de la vacuna china contra la COVID 19. En síntesis… ¡un corrupto de aquellos!

Pues bien, el Presidente Castillo está repitiendo – mejor dicho, calcando – el patrón de conducta del ex Presidente Vizcarra. Por eso, Castillo no debería mencionar la palabra “corrupción”. Y menos, anunciar su compromiso de erradicarla del Estado. Es que tantas veces – tantos políticos – han ofrecido luchar contra la corrupción… y nada, que ya nadie les cree. Han perdido toda credibilidad.

Además, Castillo lleva a cuestas la pesada carga de la huelga magisterial del 2017, donde millones de niños y jóvenes escolares perdieron el año… por las puras. Y – peor aún – jamás podrá borrar de nuestra memoria la cobarde finta de tirarse al suelo para simular una agresión policial inexistente. Como se ve, estamos ante un doble filo convicto y confeso.

Por todo ello ¡que no nos vengan con cuentos! El Presidente Castillo no tiene autoridad moral para liderar la lucha contra la corrupción en nuestro país. Perú Libre es una organización criminal, plagada de coimeros y chantajistas. Vladimir Cerrón – el coimero No. 1 – es su mentor; Dina Boluarte – su Vice Presidenta – es el testaferro de la mafia; y sus congresistas y militantes… cada cual es más corrupto que el otro.

Además – por limitaciones de espacio – no podría detallar la baja catadura moral de la gran mayoría de funcionarios de alto rango designados por Castillo y su Primer Ministro, donde figuran terroristas, traficantes de brevetes, clientelistas políticos, chantajistas, coimeros, feminicidas, narcotraficantes, y todo lo demás.

COMENTARIO FINAL: El magisterio es una noble profesión. Quizás la más noble de todas las profesiones. Sin embrago, así como hay maestros honestos – lamentablemente – hay también maestros corruptos. Maestros extraordinarios y maestros miserables. Entonces el slogan “palabra de maestro” del Presidente Castillo merece una precisión: ¿a cuál de las dos categorías personifica? ¿Al maestro honesto o al maestro corrupto?

A ver… ¿qué dice el viejo refranero al respecto?: Dime con quién andas y te diré quién eres. Visto así, estaríamos ante el típico político moralista, demagogo y cínico que – rodeado de corruptos – es capaz de decir en alta voz: “no le daremos ni un milímetro a la corrupción”.

¡Oh diosa corrupción… cuánto cinismo puede brotar de tu boca! Lampadia