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¡Ah mira, yo no sé!

¡Ah mira, yo no sé!

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Debemos reconocer, que la situación de estas elecciones presidenciales del Perú, son dignas de Ripley. Como vimos en la primera vuelta, un candidato desconocido, PC (Pedro Castillo) que en las encuestas aparecía en los últimos lugares, llegó a pasar a la segunda vuelta con cerca de 19% de los votos válidamente emitidos. Un dato al pie es que PC, previo a esa primera vuelta electoral, cuando un periodista lo entrevistó y le preguntó acerca de sus expectativas de pasar a segunda vuelta, teniendo en cuenta que tanto la Sra. Mendoza, como el Sr. Arana, líderes de candidaturas de la izquierda, le aventajaban en preferencia, se le escapó la sonrisa y sólo atinó a decir, “es que ellos no llegarán pues”. Esto significa que, algo sabía que no se atrevía a confesar, pero la organización de algo irregular, ya estaba en marcha.

Al pasar a la segunda vuelta para competir con KF (Keiko Fujimori), fue clara la ventaja de PC en las encuestas iniciales, resultado del fuerte anti-voto contra KF, producto de dos décadas de campaña persistente contra la familia Fujimori, de adoctrinamiento escolar y universitario, que cambió la narrativa de la lucha del Estado y las fuerzas del orden contra el terrorismo, a una versión de “conflicto armado de luchadores sociales, contra el Estado opresor”. Esto, acompañado de mentiras tales como el de las “esterilizaciones forzadas de la década de los 90”, cuando realmente se trató de un programa de planificación familiar, destinado a mujeres humildes con al menos cuatro (4) hijos, entre otros mensajes. Así como, una fuerte campaña en el sistema judicial, que acusa a KF de encabezar una organización criminal dedicada al tráfico de influencias y lavado de activos. Todo lo dicho, acompañado de la lamentable reacción de KF ante el resultado electoral de 2016, en que, lejos de asumir una actitud constructiva con miras a darle al Perú una década de éxitos y crecimiento, en coordinación con el gobierno de PPK y preparar el camino para lo que debiera ser un gobierno exitoso y sin conflictividad de KF 2021-2026, se picó.

Esta acumulación de desinformación, la “mala entraña” generada contra KF y la campaña político-judicial en su contra, sólo pudo ser remontada tras una campaña política de siete semanas (después de tener que esperar el permiso del poder judicial para poder movilizarse en campaña por el país), campaña durante la cual, la candidata KF tuvo que hacer comprender que la suya, era la candidatura de defensa de la democracia y, tras pedir perdón cuantas veces se lo exigía una amplia población de ciudadanos “dignos”, fue remontando una diferencia que, inicialmente llegó a 20 puntos porcentuales.

Todo este trabajo, movió a ciudadanos adultos mayores, quienes a pesar de su edad y todas sus dificultades, fueron a votar, dando una magnífica lección de civismo. Lamentablemente, esa lección no fue transmitida a mucha gente joven, lo que llevó a que tengamos un ausentismo de 25.4%, que tanta falta nos ha hecho para salvar nuestra democracia con toda amplitud y dando un claro y holgado mensaje de “No al comunismo”.

Hoy sabemos de malas prácticas en la instalación de mesas por parte de los partidarios de PC, que ha habido mucha manipulación de votos y actas en mesa, que se han impugnado actas donde había preferencia electoral por KF. Que el partido de KF ha presentado un número importante de impugnaciones a las actas, hasta el último minuto del tercer día posterior a las elecciones, pero que el JNE no ha querido aceptar, bajo el argumento que su hora de atención es sólo hasta las 20:00 horas de esa fecha y no computando las 72 horas legales correspondiente a tres días.

Hace gracia ver cómo los cuatro miembros del JNE, y un buen número de abogados cercanos a PC, se ampara en el respeto a las formas e invocan institucionalidad, para defender la recepción de impugnaciones en un horario que concluye a las 20:00 horas del tercer día posterior a las elecciones dado que, en algún dispositivo de rango menor, fijaron la atención hasta esa hora.

Muy bien por la declaración de respeto a la institucionalidad y observación de las formas, hechas por el JNE, pero entonces

  • ¿Por qué nadie se inmuta por el hecho de que, el JNE cuyo pleno es de cinco (5) miembros, esté conduciendo todo el proceso con sólo cuatro (4) miembros?
  • ¿Por qué, si las planchas presidenciales deben estar constituidas por un candidato a la presidencia y dos candidatos a las vicepresidencias, con alternancia de mujeres y hombres, nadie se haya pronunciado sobre la ilegalidad de una plancha incompleta?  
  • ¿Por qué, si el Sistema Electoral está constituido por el JNE, la ONPE y el RENIEC, nadie objeta que, una alta funcionaria de RENIEC sea candidata a una vicepresidencia, a pesar del claro conflicto de intereses?
  • Y finalmente, ¿Por qué el JNE, quien tiene el mandato de ASEGURAR que el resultado del proceso electoral, refleje estrictamente la voluntad electoral de los ciudadanos, no exige a RENIEC que el padrón electoral se actualice con mayor velocidad, para evitar la posible suplantación de fallecidos al tiempo de votar?

A estas alturas del siglo XXI, contamos con todas las facilidades de sistemas de información y tecnología para; actualizar registros, contrastar padrones con actas de votación, contrastar firmas de RENIEC con firmas consignadas en actas electorales, entre otras facilidades, pues el Perú merece llegar al bicentenario con un gobierno legítimamente elegido. ¿Por qué entonces el JNE sigue actuando y conduciendo el proceso electoral como si estuviéramos en 1921 y no en el año 2021?

Más importante y contradictoria aún, es la actitud irracional de la agrupación política de PC que, a pesar de todas las irregularidades mencionadas, estaría presionando al JNE por una pronta proclamación de PC, sobre la base del cómputo de votos de la ONPE, antes de completar la revisión de impugnaciones, pero cuando preguntamos ¿Cuál es el plan de gobierno a seguir? La respuesta es: ¡Ah mira, yo no sé! Lampadia




Se tiene que anular este vil proceso

Se tiene que anular este vil proceso

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas
Para Lampadia

Lo que estamos viviendo hoy en el escenario electoral es una verdadera vulneración del derecho ciudadano al libre voto y a la vez es una afrenta a la soberanía de nuestro país. Esto no lo debemos permitir de ninguna manera.

Estamos ante la presencia de una bien montada maquinaria para el fraude electoral manejada desde el exterior, ante una aparente complacencia de las autoridades electorales locales.

Esta metodología de fraude hormiga es una especialidad que utilizan regularmente los miembros del foro de Sao Paulo (FSP) para perpetuarse en el poder en los países que tienen dominados como Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia.

En el Perú la están utilizando en este proceso para conseguir el poder. La presencia en el país del especialista en fraude electoral Chamorro lo confirma. Es la misma práctica, pero reforzada con psicosociales aprovechándose de la vulnerabilidad y frustración del pueblo peruano.

Se trata de una estrategia a gran escala estructurada y digitada internacionalmente, lo que la convierte en una intromisión extranjera, o sea una vulneración de la soberanía de nuestro país. Cuando esto se presenta, tanto la ciudadanía, como las fuerzas armadas, tienen el deber de defenderla.

La misión del JNE es salvaguardar todos y cada uno de los votos de todos y cada uno de los peruanos. De esta manera se asegura un resultado justo y transparente que le da la legitimidad necesaria a quien resulte ganador. La vulneración de este derecho está penada por ley con cárcel. Ojo con la impunidad.

Como se sabe, el comunismo internacional cambió de estrategia luego de su gran derrota a partir de la caída del muro de Berlín. El llamado socialismo del siglo XXI contempla ahora la toma del poder a través del terrorismo ideológico, en vez del terrorismo armado. En Latinoamérica quien está a cargo de la ejecución de este plan es el FSP.

Se trata de un plan de largo plazo que consiste en ¨capturar¨ la mente de las personas, a través de la penetración sistemática de tres frentes de acción: la educación pública, los medios de comunicación y los poderes del estado.

Una vez conseguida esta penetración, se procede a la conquista del poder a través de elecciones, para luego perpetuarse en el poder y someter al pueblo.

El Perú siempre ha sido muy deseado por el FSP. No sólo por su ideal ubicación geográfica y sus enormes riquezas naturales, sino también porque es un centro importante del narcotráfico. Su sometimiento es parte del plan de toma del poder de los tres países sudamericanos de la Alianza del Pacífico.

En Chile, a través de las protestas callejeras y el vandalismo, consiguieron elegir una Asamblea Constituyente para cambiar la constitución. Esta ha sido conformada en mas del 70%, por izquierdistas. En tanto que, en Colombia, las protestas callejeras y el vandalismo cumplen ya varias semanas de caos, con claros objetivos hacia las próximas elecciones presidenciales.

En el Perú vienen ejecutando su plan de penetración desde hace muchos años y aparentemente ya ha sido cumplido con éxito. No es para nadie una sorpresa que la educación pública y el propio ministerio de educación están penetrados por la ideología socialista desde hace muchos años.

Tampoco es novedad que los medios de comunicación hayan virado hacia la izquierda, poco a poco, incluyendo a los mas pintados. La gran mayoría de periodistas están dominados por las corrientes de izquierda y las ONGs, escudándose en la defensa de los derechos humanos y la lucha por las desigualdades.

Por último, los poderes del estado están totalmente penetrados por las izquierdas y por la corrupción. Esto incluye al poder ejecutivo, al legislativo, al judicial, a los gobiernos regionales y locales y por supuesto al JNE. Además, la reinante y vergonzosa impunidad, permite que todo esto suceda sin el menor reparo.

¿Como hemos permitido esta penetración? Este es un tema que tendremos que analizar profundamente, aceptar nuestro gran error y enmendarlo. Pero ahora debemos de concentrarnos en superar el tema que nos ocupa.

A este plan de penetración se le sumó la pandemia y la crisis económica, cosa que les cayó como anillo al dedo. Por eso ahora están en plena ejecución del último paso de su plan para la toma del poder y anexión del Perú al FSP. Es decir, el proceso electoral, para lo cual están utilizando su estrategia del fraude hormiga.

Para esto han contado con el apoyo de miles de personeros reclutados con tarifa establecida. También con personal remunerado en el área operativa de la ONPE y finalmente con el apoyo aparente del JNE. Todo está orquestado para la toma del poder. 

Felizmente la oposición y la opinión pública se ha percatado de este malévolo plan y han iniciado una lucha legal detallada a través de impugnaciones y pedidos de nulidad, así como grandes demostraciones callejeras diarias en contra del fraude. ¨Con mi voto no te metas¨.

El gran problema es que, cualquiera sea el resultado, el ganador no va a contar con la legitimidad que se necesita para gobernar. Esto no sería ningún problema para un gobierno totalitario, pero si para uno democrático.

Por todos estos motivos, lo mas razonable sería que el JNE declare nulo el proceso de elecciones y que el presidente convoque inmediatamente a nuevos comicios en un plazo que no debería exceder de los seis meses.

Ese debería ser el procedimiento democrático, pero también hay otra forma, que fue la que se utilizó en las frustradas elecciones de 1962 y que podría ser utilizada en caso extremo y en salvaguarda de la soberanía nacional.

Estas elecciones están manchadas por el fraude y la vulneración del voto ciudadano, por lo tanto, el proceso debe anularse y convocarse a nuevos comicios.

La soberanía de nuestro país está en riesgo, ante la descarada intromisión de una organización comunista internacional, que quiere someter al Perú a su fracasada ideología y perpetuarse en el poder. Eso no lo vamos a permitir.




El JNE debe aceptar y resolver las nulidades sin escudarse en formalismos

El JNE debe aceptar y resolver las nulidades sin escudarse en formalismos

Jaime de Althaus
Para Althaus

Los Jurados Especiales Electorales y el Jurado Nacional de Elecciones tienen una responsabilidad muy grande en estos momentos. Es la de corregir el sesgo de la ONPE en las observaciones de actas, que fue riguroso y eventualmente excesivo en las ciudades en las que ganó Keiko Fujimori, y más bien dejó pasar muchas actas con evidentes errores y vicios en las áreas rurales y allí donde ganó Pedro Castillo. Como hemos señalado, lo normal es que una proporción relativamente mayor de actas observadas se dé en las zonas rurales, donde la capacitación es menor. Pero acá ha ocurrido lo contrario: una mucha mayor cantidad de actas observadas (84%) se dio en el extranjero y en Lima, Piura, la Libertad, etc.

Las actas observadas por la ONPE han sido revisadas por los Jurados Especiales y en muchos casos los votos han sido validados. De allí que la distancia entre los dos candidatos se haya acortado. Pero las actas que debieron ser observadas y no lo fueron, han sido, en alguna proporción, objetadas mediante recursos de nulidad presentados ante los Jurados Especiales, una figura bastante más exigente. Pero por eso es especialmente importante que dichos Jurados apliquen un criterio no formalista sino flexible y lo más apegado posible a la necesidad de la justicia electoral.

Comenzando por admitir todas las demandas que han sido presentadas, y aún más en la medida en ellas se repite un patrón que Lourdes Flores ha explicado muy bien:

  • Primero, que hay una desviación estadística del promedio de votos en las mesas impugnadas en favor de Pedro Castillo. Es decir, está recibiendo un número de votos mayor al promedio estadístico de los colegios donde están las mesas demandadas.
  • Y la explicación estaría en segunda característica: en un tercio de las mesas, donde hay firmas falsas, no hubo votos en blanco, pese a que en la primera vuelta sí hubo hasta decenas de votos en blanco en ellas. Probablemente se convirtieron en votos por Castillo. 

Si hay un patrón que se repite de esta manera en estas mesas, los Jurados Electorales Especiales y el JNE deben admitir y procesar con criterios sustantivos todas las demandas presentadas. Pero el primer problema, como explica también Lourdes Flores, es que el JNE creó arbitrariamente el horario límite de las 8 de la noche sobre base de la norma hora para notificar, no para recibir escritos, cuando el “tercer” día debería llevar hasta las 12 de la noche. El segundo obstáculo es el no haber pagado la tasa, que no es un argumento de improcedencia: los JEE debieran dar un plazo para pagarla.

Pero el tercer problema es más grave: los Jurados Especiales empiezan a decir que no son competentes para hacer una pericia, algo incomprensible porque supone renunciar a establecer la verdad, que es lo que interesa considerando lo que está en juego.

Pues, como ha señalado con acierto la propia Lourdes Flores, la legitimidad del próximo gobierno, sea cual fuera, nacerá precisamente de la verdad electoral. Los JEE y el JNE tienen que abocarse a establecer esa verdad. No hay alternativa. Lampadia