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Matemáticamente sí se puede, pero…

Matemáticamente sí se puede, pero…

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas
Para Lampadia

Pareciera que estoy hablando de la clasificación del Perú al mundial de fútbol, pero lo cierto es que me estoy refiriendo al tema que nos preocupa a todos en estos días: La vacunación.

El ¨Vacunagate¨ ha destapado una irresponsable, cínica y criminal actuación de varios altos funcionarios del gobierno, que prefirieron pensar primero en ellos, en vez de gestionar adecuadamente la adquisición de las vacunas para todos los peruanos.

Hasta el momento no hay ninguna explicación sobre esta nefasta negociación, su tardanza y el motivo por el cual se optó por comprar la vacuna mas cara y menos efectiva. Tampoco se sabe porque se pusieron trabas para la compra de las demás vacunas que no eran las chinas.

Además, no se entiende porque sigue existiendo escasez y colas para conseguir oxígeno. El olor a corrupción es demasiado fuerte y ha generado rabia e indignación en la población, mientras mueren miles de peruanos.

Esto es una verdadera traición a la población y a la patria.

Este vil comportamiento se suma a la pésima gestión de la salud pública, que es ahora famosa en el mundo por su ineficacia en el manejo de la pandemia. Nefasta gestión, corrupción y traición. Un verdadero fracaso del estado en la gestión del sector salud que requiere a gritos una profunda investigación, ejemplares sanciones y reforma total.

El tema es que no podemos esperar la reforma mientras la segunda ola de la pandemia nos devora. Es inaceptable y frustrante que el gobierno siga cometiendo los mismos errores y no encuentre ninguna solución aparente.

Señor presidente, es hora de que se deje de majaderías y mezquindades ideológicas y haga uso de su inteligencia y del poder que le da su actual investidura. No pase a la historia como uno mas de los fracasados y corruptos presidentes. Pase a la historia como el presidente que tuvo el coraje de tomar las decisiones correctas para iniciar la derrota de la pandemia. Hágalo por el Perú. Ponga freno a la injusta muerte de miles de peruanos.

Dado todo este drama, me permito hacer una sugerencia, la cual es también el reflejo de lo que piensan muchas personas con las que he conversado y de comentarios que he leído en medios y redes.

La sugerencia es que el presidente nombre a un ¨Zar anti-pandemia¨ para que lidere eficazmente el importantísimo esfuerzo de combatir la crisis pandémica que nos azota. Esto incluye los frentes de negociaciones internacionales, logística, operaciones, infraestructura y comunicaciones relacionados, así como llevar a cabo eficientemente el proceso de vacunación a nivel nacional.

Para esto obviamente, se debe remover de estas funciones al sistema publico de salud y a sus incompetentes funcionarios.

Dicha función debe ser autónoma y reportar directamente al jefe de estado. El Zar debe provenir del sector privado, contar con un currículo impecable, así como con una gran experiencia en gestión de grandes proyectos a nivel nacional y/o internacional. Además, sugiero que no sea médico, debe ser un gestor de alto nivel. ¡El médico es un mal gestor, de la misma manera que un gestor es un mal médico!

El Zar deberá contar con un equipo pequeño pero muy experimentado de gestores profesionales del sector privado, así como con los recursos logísticos y los conocimientos tácticos de las fuerzas armadas.

Hace unos días se inició finalmente la vacunación, aunque tímidamente debido a la reducida cantidad de vacunas recibidas. Si se sigue por este camino todo apunta a que estaríamos superando lo peor de la crisis recién a mediados del 2022. Sin embargo, existe la posibilidad matemática de lograrse antes del fin de este año, si es que se implementa la nueva gestión al mas breve plazo.

Según la OMS, si dos tercios de la población está vacunada, se logra controlar al microorganismo y cortar la transmisión. La misma versión es avalada por la Asociación de Vacunación de España (AEV) y la Unidad de Medicina Molecular de la Clínica Mayo (USA), entre otros.

Si aplicamos este porcentaje al caso peruano, se necesitaría vacunar (con las dos dosis) al 66% de la población o sea a 21 millones. Es decir, se necesitarían aplicar 42 millones de vacunas. ¿Cuanto tiempo tomaría esto?

Actualmente en Chile se está vacunando a un promedio de 200 mil al día. En USA el promedio diario es 1.2-1.4 millones, en Inglaterra 750 mil y en Israel es también de 200 mil.

Por otro lado, el Perú tiene muy buena experiencia en vacunaciones masivas. Esto quedó demostrado hace varios años con los casos de la difteria y rubéola, en los que se vacunó a mas de 15 millones de personas en promedios diarios mas altos que el actual de Chile e Israel. Esto se logró debido a la facilidad de vacunar casa-a-casa dado el formato de vivienda que existe en muchas ciudades del Perú.

Si utilizamos el mismo promedio de Chile conseguiríamos los 42 millones de aplicaciones en 210 días. Para ello se necesitarían entre 10 y 12 mil vacunadores a nivel nacional lo cual no sería problema ya que actualmente se cuenta con 16 mil vacunadores entrenados y mas de 8 mil en reserva, según la Premier Bermudez. Esto significa que si empezamos el 15 de abril (o el 1 de mayo) con la nueva gestión, el objetivo sería matemáticamente posible.

Obviamente, aparte de la posibilidad matemática se necesita contar con un comprensivo Plan de Vacunación Masiva y una eficaz y firme gestión liderada por el zar anti-pandemia y su equipo de experimentados profesionales.

En cuanto al financiamiento, afortunadamente Economía y Finanzas ha sido la única excepción positiva del sector público, ya que ha tenido un excelente desempeño en los últimos 20 años. Esto nos ha permitido afrontar la crisis sin mayores sobresaltos y también nos permitirá contar con los recursos necesarios para este nuevo y gran objetivo.

Finalmente incluyo algunos temas adicionales que deberían formar parte del Plan y que también son reflejo de varias opiniones que he recibido:

  • El orden de vacunación es estratégico y debe cumplirse a cabalidad. La (verdadera) primera línea debe ser vacunada primero e inmediatamente después los adultos mayores (por rangos de edad) y los que tengan enfermedades crónicas latentes. Así es como se ha hecho en los países mas desarrollados del mundo y así debe hacerse aquí.
  • Las empresas deben tener libertad para adquirir y aplicar vacunas a su personal y familiares. Esto aliviará al sistema público, tanto en costo como en operatividad.
  • De igual manera las AFP´s, aseguradoras, clínicas privadas, laboratorios y redes de farmacias deben tener la libertad de adquirir y aplicar vacunas a sus clientes. Esto también aliviará al sistema público.
  • Se ha comprobado que las vacunas Pfizer tienen una mayor eficacia en adultos mayores de 65 años, por lo tanto, deben ser dirigidas a esta población. Se tiene contemplada la llegada de 5.5 millones de estas vacunas en el segundo trimestre de este año.
  • Se debe declarar prioritaria a la importación de fábricas productoras de oxigeno, así como de equipos concentradores y respiradores artificiales, dándose todas las facilidades para su rápida importación e implementación (Digemid).

Como vemos, vacunar a dos tercios de la población y lograr controlar la transmisión del virus antes de fin de año es matemáticamente posible. Solo falta que el presidente ¨se ponga las pilas¨ y por el bien del Perú y de los peruanos, tome esta urgente decisión. Lampadia




No vacunan y no dejan que nos vacunemos

No vacunan y no dejan que nos vacunemos

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

Actuar como el perro del hortelano con las vacunas, en medio de la segunda ola de la pandemia y del Vacunagate, a pesar de la incapacidad estatal de proveer oxígeno y atención médica a los peruanos, no es una comedia de Lope de Vega. Es más que una tragedia. Podría ser un crimen.

En la comedia de Lope de Vega (1618), el argumento central es que Diana, la dama que no puede amar a Teodoro, impide que este ame y sea amado. Ella actúa como el perro del hortelano: “ni come, ni deja comer”.

En la tragedia peruana que nos toca vivir en estos días, los perros del hortelano no nos vacunan, ni dejan que nos vacunemos. No firmaron contratos con laboratorios internacionales para proveernos de vacunas como lo han hecho todos los países vecinos, y lo que es peor, no dejan que otros puedan traer vacunas para que nuestra población se inmunice.

  • ¿Quiénes son esos perros del hortelano?
  • ¿Quién es la Diana de la comedia de Lope de Vega en esta tragedia nacional?
  • ¿Qué buscan? ¿Sólo imponer la hegemonía sanitaria? ¿No hay tal vez un afán deliberado de desaparecer a un sector de la población que no le es afín?

Perros del hortelano hay varios.

El primero es Vizcarra. No sólo traicionó a quienes lo sacaron de Moquegua, a los que votaron por él y a los que confabularon para ponerlo de presidente, sino también a los cándidos e ignotos peruanos y peruanas (sic) que creyeron en su cacareo anti corrupción y lo aplaudían con tweets, posts y marchas. Apenas 10 días después de haber dicho en la ONU el 21.09.20 que la vacuna debe ser un “bien público global” hizo todo lo contrario: pidió que lo vacunen a él y su esposa, en privado, sin público, sin que nadie sepa. Luego, hizo poco o nada para conseguirla para los peruanos, habiendo indicios de que busco dificultar la llegada de otras vacunas.

La corte de ministros, funcionarios, asesores, diplomáticos y medios que han avalado al MINSA y a la CANCILLERIA en la idea de “la vacuna como bien público global”. De nada importa que el bien sea público, universal, global o privado, gratuito o pagante si no existe. Lo que importa es que exista.

El gobierno de Sagasti, que es el segundo acto de la misma tragedia. Ha concretado la compra de la vacuna que inocularon a su antecesor. Pagó el favorcito. Sin embargo, no consigue que lleguen otras vacunas e impide que se abran canales para que entidades privadas, gobiernos sub nacionales, ONGs u organismos de servicio que tienen experiencia en vacunación, puedan acceder al mercado secundario de vacunas y traerlas para los peruanos. Aprobó un reglamento a inicios de enero, pero reculó cuando Verónica Mendoza, le recordó los mandamientos de la hegemonía sanitaria: el Estado es el único que vacuna.

El nuevo ministro de salud Ugarte, que no le hace caso al sentido común de sus primeras declaraciones sino al designio de sus mandantes ideológicos y ha retrocedido, cerrando la posibilidad de la participación privada en la provisión de vacunas. Ugarte es miembro del Partido Humanista, agrupación que lidera el camarada Yehude Simon al cual ya acompaño como Ministro de Salud y es el partido que ha fundado Juntos por el Perú, la agrupación que postula a la presidencia a la candidata de Maduro, Verónika Mendoza. Ella fue la primera en cuestionar la participación privada para la provisión de vacunas en una declaración que el portal cubano PL amplificó el 11 de enero: “Hace un mes el presidente Francisco Sagasti defendía en la ONU que la vacuna fuera un bien público y ahora su gobierno emite un decreto autorizando su comercialización”

¿La Diana de la tragedia peruana?

Impedir que el sector privado participe en la provisión de bienes y servicios es ignorar como funciona la economía del mundo, es no haber leído ni un manual de economía elemental. Impedir que participen cuando el Estado ha demostrado que es incapaz de hacerlo deja de ser un prejuicio ideológico, es una maldad.  Una maldad como la de Diana en la comedia de Lope de Vega, quien al no poder amar, impide que otros amen.

Si tuviéramos que identificar a una Diana en esta tragedia nacional podría ser Verónica Mendoza. Una Diana a la que podríamos responsabilizar en el futuro de todos aquellos que caigan o vayamos a caer por no haberse podido vacunar a causa de sus ideas. Esta a tiempo de dejar de actuar como el perro del hortelano y dejar que nos vacunemos.

¿Que buscan?

Detrás de estas medidas está solamente el afán de imponer la hegemonía sanitaria de la cual hablamos en ¿VACUNAS A CAMBIO DE VOTOS? (Lampadia 15.01.2021) y que ya puso en práctica Nicolas Maduro en Venezuela según lo denuncia el Diario Clarín de Buenos Aires este 11 de febrero, donde los militantes chavistas serán los primeros en recibir la vacuna Sputnik.  Podría haber más. Preguntémonos:

  • ¿No habrá el interés de desaparecer emprendedores, comerciantes, profesionales, empresarios, trabajadores, agricultores, emergentes y todos aquellos que pueden pagarse una vacuna, que no van a esperar que el Estado se las provea y que, obviamente, no van a votar por la izquierda?
  • ¿No existirá el interés de que los mayores de 60, que han visto la caída del muro del Berlín, las atrocidades de Sendero Luminoso, la dictadura de Velasco y el fin del comunismo histórico desaparezcan para dejar el terreno con mayoritaria presencia de pulpines a quienes el embauque socialista puede convencer?
  • ¿No habrá, además de la hegemonía sanitaria un interés deliberado de afectar la composición etárea y social de la masa electoral para hacerla más afín al voto populista?

Si así fuera no solo sería un drama que hay que advertir, sino un crimen que hay que denunciar. Lampadia