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El agua es abundante en el Perú

Solo el 2.5% del agua del mundo es consumible. Esta se encuentra en ríos, lagunas, nevados, entre otros. A medida que crece la demanda de agua, las ciudades se ven obligadas a depender de fuentes que se encuentran más alejadas de las ciudades y que son más caras de aprovechar.

Fuente: Mineriaconfuturo

En este contexto, Latinoamérica tiene una gran ventaja, pues cuenta con la mayor cantidad de agua dulce en el mundo. Según el Global Water Partnership, casi un cuarto de los recursos hídricos renovables están en Sudamérica. En el listado de los países que cuentan con la mayor cantidad de agua, tres países latinoamericanos están entre los 10 primeros: Brasil (primero), Colombia (sexto) y Perú (octavo).

El Perú tiene la mayor disponibilidad per cápita de agua dulce renovable en América Latina. Cuenta con 159 cuencas hidrográficas, más de 3,000 glaciares, 12,200 lagunas en la sierra y más de 1,007 ríos. Tiene tres vertientes hidrográficas: la del Atlántico (genera 97.7% de los recursos hídricos), la vertiente del Pacífico (1.8% de los recursos hídricos) y la vertiente del Titicaca (el restante 0.5%).

Sin embargo, la utilización del agua es excesivamente ineficiente por Sedapal, la empresa estatal responsable de los servicios de agua potable y alcantarillado y las EPS. Las malas instalaciones y el malgasto que realizan de ella quienes tienen mayores ingresos, hacen que gran cantidad de habitantes sufran la escasez de este recurso. Existe una insuficiencia de cobertura y además la población peruana no tiene por qué ser víctima de insuficientes horas de servicios, baja presión de agua, agua no apta para el consumo humano, aniegos de aguas servidas y muchos otros factores que reflejan un mal servicio de saneamiento.

Fuente: Peru21

Las carencias varían dependiendo del sector. Por ejemplo, el sector agricultura, que es el que tiene una mayor demanda hídrica (88.7%), la eficiencia de uso es de tan solo 30% a 35% y existen 300,000 hectáreas de tierras con problemas de salinidad y drenaje. Además, las tarifas de agua no cubren los costos de operación y mantenimiento y existe una gran deficiencia de infraestructura hidráulica. Según la FAO, el Perú está entre los países de América Latina que más agua utiliza para agricultura y ganadería. Ver gráfico inferior:

Por otro lado, el uso doméstico abarca el 7% de la disponibilidad nacional, teniendo una eficiencia de uso de tan solo 45% – 50% (se estima que un tercio del agua se pierde en conducciones. El uso industrial llega al 6% y el minero no supera el 2%.

Además, actualmente los promedios regionales y nacionales ocultan grandes desigualdades. El 86.1% de habitantes a nivel nacional tienen servicio de agua potable. Sin embargo, la cobertura de agua potable urbana es del 93.4% y la cobertura rural solo alcanza el 63.2% (según la Encuesta Nacional de Programas Estratégicos INEI). Esto significa que 9 de cada 10 peruanos acceden al servicio de agua potable en el ámbito urbano y 6 de cada 10 peruanos acceden a agua potable en el ámbito rural.

El gran problema es que el diagnóstico del sector es el mismo que hace 23 años, según el propio ministro. Queda claro, entonces, que fue un error mantener el servicio de agua potable y alcantarillado en manos del Estado. Lo principal es el servicio de calidad para todos los peruanos, sin importar quién lo otorgue. Lo que es más, si el servicio estuviera en manos privadas, la fiscalización del estado sería más exigente y se podría asegurar un avance sustancial en calidad y cobertura. Ver en Lampadia: Cambiemos los paradigmas sobre el agua.

Daños en la Bocatoma de la planta de agua potable de Huachipa

Como afirmó Jaime de Althaus en un reciente artículo para Lampadia (Ver: Agua Potable: Un servicio público menoscabado por la política), “el problema central de las EPS es que no son capaces de mantener adecuadamente las redes que manejan y menos aún de ampliarlas, porque tienen tarifas bajas o gastos de personal excesivos o mucha corrupción, y carecen de capacidad profesional para formular proyectos. Según la Sunass, las EPS no tienen proyectos ni proyectistas. La propia Sedapal sólo puede ejecutar 400 millones al año de los 650 millones que tiene disponibles.”

Entonces, si no se quiere privatizar por razones ideológicas, por lo menos convirtamos a Sedapal y las EPSs en un holdings de administración de concesiones privadas, debidamente fiscalizadas por todas las instancias correspondientes. Eso solucionaría los problemas de cobertura, calidad y precio. No hacerlo es irresponsable, ineficiente y va en contra de los intereses de todos los peruanos. 

Lampadia




Nueva tecnología para la producción de arroz

Nueva tecnología para la producción de arroz

Adoptar la tecnología del Sistema Intensivo de Cultivar Arroz (SICA), permitiría mejorar la competitividad de la producción nacional, ahorrando en 50% el uso del agua, incrementando la productividad a 22-24 toneladas métricas por hectárea. Además disminuye la salinización, la degradación hipoxia de los suelos, minimiza la reproducción de insectos y disminuye la emisión de gas metano, según el ingeniero agrónomo Ángel Fernández García, que en el 2003, con el apoyo del BID, logró implementar esta tecnología, que se originó en Madagascar.

La costa peruana es básicamente desértica que adolece de una importante carencia de agua. El Perú no ha logrado aún invertir en regular la abundancia de agua que dispone. No hemos hecho los reservorios ni canales necesarios para disponer de agua todo el año, en gran parte del territorio. Mientras tanto hemos dejado que la poca agua de la costa se desperdicie en sembríos que demandan mucha agua, como el arroz que hoy se siembra en las mejores tierras del Perú. Majoro en Sechura y Majes, que hasta antes de la reforma agraria fue uno de los mejores valles del mundo, para la producción de frutales de alta calidad.

Por lo tanto debemos optimizar su uso.  Sin embargo, en el Perú, en la costa, se sigue usando la técnica de la inundación (tal como se hace en el Asia tropical, donde abunda el agua de lluvia). Esto destruye el suelo por la salinización. Más bien, esto se podría hacer eventualmente en la selva, como ya se está haciendo, con éxito, en San Martín. SICA se presenta como una excelente alternativa. Esta técnica ya se viene aplicando en otros países como Madagascar, India, China y Colombia.  La están promoviendo por organizaciones internacionales como el BID y el Banco Mundial.

SICA son un conjunto de prácticas agronómicas que permiten aumentar significativamente los rendimientos de los cultivos de arroz, requiriendo un mucho menor consumo de agua, mano de obra e insumos.

 

 

SICA: un conjunto de prácticas interrelacionadas

 

 

  • Establecimiento temprano y rápido de plantas sanas
  • Mantenimiento de una baja densidad de las plantas para permitir un desarrollo individual óptimo.
  • Enriquecimiento de los suelos con materia orgánica para mejorar los nutrientes y la capacidad de retención de agua, y aumento de la vida microbiana en el suelo para proporcionar un buen sustrato para que las raíces crezcan y se desarrollen.
  • Reducir y controlar la aplicación de agua, proporcionando sólo la necesaria para el óptimo desarrollo de las plantas y favorecer las condiciones aeróbicas (que contienen oxígeno) del suelo.

 

 

Erika Styger, Cornell University. Revista Leisa. Marzo 2013

 

 

Para el éxito de este sistema, es necesaria la participación activa de los agricultores, quienes pueden ir adaptando el sistema paulatinamente. Esto es lo que ha venido ocurriendo con los primeros proyectos que se están ejecutando. En las primeras semanas (como los señala Willem A. Stoop, un especialista del Centro Africano del Arroz), los resultados no son aparentemente muy buenos. Sin embargo, a partir del macollaje (primeros brotes de la planta) hasta la fase de la cosecha, los resultados son espectaculares.

El Perú tiene una experiencia de 10 años aplicando la SICA, específicamente en la Selva Alta, como señala Ángel Fernández García. Esta nueva tecnología puede ser aplicada por todos los arroceros del Perú, pero hay mucha resistencia a reconocer su potencial. Sus rendimientos puede ir de 7.5 TM/Ha en la selva, y de 10 en la costa, hasta 20 a 24 TM/Ha en no más de 10 años.

Tenemos pues a nuestra disposición una extraordinaria posibilidad de aumentar la productividad del arroz y de hacer un mejor uso de nuestros suelos. Además de mejorar los ingresos de los campesinos y el medio ambiente. Las investigaciones científicas sobre este sistema vienen proliferando, Erika Styger de la universidad de Cornell, que dirige el Centro de Redes y Recursos de SICA Internacional (SRI-Rice), manifiesta que antes de 2002 solo se publicaban 10 artículos sobre el SICA por año, ahora se publican más de 60. Lampadia