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Ucayali y las carencias de lo básico

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
4 de octubre de 2019
Para Lampadia

Recorrer el Perú es apasionante. Pasar del frío chalaco al bochorno pucallpino – después de un vuelo de unos cuantos minutos – es extraordinario. Igual de extraordinario es el contraste entre la aridez del desierto costero y la exuberancia de la selva amazónica. ¡Una maravilla!

El problema – ¡cuándo no! – está en el Estado. Mejor dicho… en los servicios que el Estado debería brindarnos a todos los peruanos. A pesar de estar rodeada de agua, mucha gente de Pucallpa – y alrededores – no tiene agua potable. Y tampoco, desagüe. Y menos, sistemas de tratamiento de aguas servidas.

Algo parecido pasa con la basura. La Municipalidad de Coronel Portillo – léase Pucallpa – hace bien su labor de recojo. Pero Pucallpa no tiene una planta de tratamiento de residuos sólidos. ¡Pobre Río Ucayali! ¡Pobre Yarinacocha! ¡Pobre flora y fauna ucayalina! ¡Pobres poblaciones ribereñas… aguas abajo de Pucallpa! Vivir en medio de la inmundicia es terrible.

La situación de la salud es también deplorable. Los ucayalinos dicen que el mejor hospital de la región es LATAM. O sea, el avión que los saque de Ucayali lo más rápido posible. Como se ve, los charapas tienen humor de sobra. Efectivamente, son encantadores.

Pero el problema es muy grave. El Gobierno está construyendo un hospital enorme en Pucallpa. La pregunta es ¿cómo van a operar semejante mastodonte? Si no pueden con el hospitalito que tienen actualmente ¿se justificaba un nuevo hospital tan enorme? Pero eso no es todo. El Gobierno Regional está construyendo un enorme edificio para el confort de su frondosa burocracia. ¡Oh dios soborno, cuánto daño nos haces a los peruanos!

Educar a niños en provincias tan distantes como Atalaya y Purús es misión imposible. Los maestros tardan días enteros para llegar a sus escuelitas. ¿Porqué no desarrollar sistemas de educación virtual… vía Internet? Eso se preguntan los ucayalinos. Lo cierto es que están en el fondo del ranking educativo a nivel nacional.

La Carretera Central – hace tiempo – colapsó. Los tiempos, las interrupciones, los accidentes, y los costos de transporte hacen poco competitivas a las empresas locales.

El Puerto de Pucallpa está inoperativo por el cambio del curso del río Ucayali. Se requiere un sistema de dragado que mantenga al río en su curso original. Sin embargo. el Expediente Técnico del diseño del servicio de dragado ha sido observado. O sea… “pasarán más de mil años, muchos más…”

Por último, está el tema de la inseguridad. La tala ilegal, el narcotráfico, la minería ilegal – entre otras plagas de la humanidad – han atraído a muchos malandrines a la región. Y eso – a su vez – ha propiciado una gran corrupción a todo nivel. El tema de conversación más recurrente en los cafés y plazas de Pucallpa es la carcelería de sus ex gobernadores regionales y alcaldes.

A lo que quiero llegar es que el Perú está en deuda con la Amazonía. Un plan nacional de desarrollo integral para la región. ¡Eso es lo que piden nuestros hermanos charapas! Un plan que incluya objetivos y metas concretas; financiamiento público y privado; nuevas leyes e instituciones, porque las actuales han fracasado. Un plan integral bien hecho. Pero que se traduzca en hechos… y no palabras.

¡Eso – y mucho más – es lo que merece nuestra Amazonía! Lampadia