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Lo que el Perú enfrentará los próximos cinco años

Lo que el Perú enfrentará los próximos cinco años

EDITORIAL DE LAMPADIA

El Perú tiene dos grandes retos, uno viene del pasado y el otro define nuestro presente y futuro:

  • Superar las brechas sociales y económicas acumuladas por décadas de malas políticas públicas
  • Afrontar los cambios de la cuarta revolución industrial sin dejar incapacitados a nuestros ciudadanos más pobres

Pastoruri

Nuestro país es uno de los pocos en la tierra que tiene características extraordinarias, tales como:

  • País Milenario
  • Mega Diverso
  • Pleno de Recursos Naturales
  • Multicultural
  • Geografía Extraordinaria
  • Gastronomía Universal
  • Gente Creativa, Trabajadora y Resiliente

Por todo ello, estábamos llamados a ser una de las naciones más exitosas del planeta. Pero, a pulso, hemos labrado nuestro atraso  y pobreza relativa. Ésta solo se explica por la debilidad de nuestra clase dirigente, su falta de carácter cívico, que nos ha llevado, década tras década de nuestra vida republicana, a desaprovechar nuestras capacidades y oportunidades para ubicarnos en un lugar privilegiado en el concierto de las naciones y lograr el bienestar de todos nuestros hijos.

La coyuntura actual es única, nunca como ahora, hemos tenido que enfrentar dos agendas tan gruesas, la de un pasado que nos mantiene disminuidos y la de un presente y futuro que puede incapacitar estructuralmente a nuestros pobres.

El reto para superar el pasado

Del pasado arrastramos la pobreza que todavía no podemos superar. Esta se expresa en la falta de acceso y calidad a la educación y la salud, la falta de infraestructuras sociales y económicas y, en los niveles de pobreza, desigualdad, desnutrición y anemia infantil, que no se condicen con nuestro potencial productivo y económico.

El reto de afrontar la cuarta revolución industrial  

Mirando hacia delante, tenemos que reconocer y considerar, que los grandes cambios (disruptivos) que se están produciendo en la humanidad, nos alcanzan, lamentablemente, con los pantalones abajo. Pues las brechas sociales y económicas del pasado no nos permiten tener la mejor base para enfrentar con éxito el futuro. No para los que están mejor, que pueden siempre insertarse en el mundo global, sino para nuestros pobres,  que podrían quedar muy lejos de los estándares de vida de los pobladores menos ricos de los países más avanzados.

La necesidad de tener un gran gobierno los próximos cinco años

Por lo tanto, la combinación de estas dos realidades, los vacíos en los que estamos parados por nuestras debilidades del pasado y, el tremendo reto de tener que aprovechar las oportunidades del nuevo mundo y evitar la mayor parte de sus riesgos, configuran un espacio de dificultades extraordinarias para los próximos años. En el futuro enfrentaremos una aceleración exponencial de cambios de los que no podemos ser víctimas.

Para ello tenemos que buscar, como nunca antes lo hemos logrado, una gran convergencia nacional, el compromiso y unión de todos los peruanos para trabajar por el reto común de superar lo de atrás y triunfar en el futuro.

Del 5 de junio hacia el 2021

En las elecciones del 5 de junio próximo y lo que hagamos los siguientes días, meses y años, determinarán la suerte de todos los peruanos, especialmente la de los más pobres.

De el 5 de junio en adelante tenemos que ser más responsables, maduros, consecuentes, comprometidos, generosos y esforzados. Vayamos haciéndonos la idea.

¡Viva el Perú que podemos forjar!

Lampadia




La fuerza del migrante: emprendimiento y libre mercado

La fuerza del migrante: emprendimiento y libre mercado

La migración es una constante de la historia humana que ha producido muy importantes avances en el desarrollo de muchos países, sin embargo no se reconoce su naturaleza positiva y hasta las naciones que nacieron de la migración, hoy la combaten, la limitan y hasta la vilipendian.

Así sucede en EEUU, donde se llega a separar familias que deben dejar a sus hijos al cuidado de algún burócrata, o en las campañas políticas con gente tan despreciable como Donald Trump. También se manifiesta en Europa donde hace falta más sensibilidad humana con los pobres africanos que huyen del hambre y de la guerra. En el Perú, la migración del campo a la ciudad que empezó en los años cuarenta, ha sido finalmente, una fuerza telúrica que ha transformado de raíz la estructura de nuestra sociedad. Más recientemente, tenemos el vertiginoso crecimiento de la nueva clase media peruana, producido en los últimos 25 años, como una expresión del encuentro entre la migración y la liberación de nuestra economía (ver en Lampadia: El libro blanco de la nueva clase media). 

 

 

La migración interna del Perú, ese proceso de olas sucesivas de pobladores andinos a la costa del país, principalmente a Lima, es quizá el fenómeno más importante e integrador que ha sufrido el Perú. Como señalaba el gran historiador Jorge Basadre, es “la única revolución verdadera”. Hacia mediados de 1940, dos tercios de la población habitaban en la sierra, pero hoy el Perú Urbano concentra cerca del 80 % de la población. En el camino se produjo lo que José Matos Mar denominó “Perú criollo”, u “oficial”, como lo calificó Hernando de Soto, para fundar el Perú de hoy, heterogéneo, pujante, creativo y clase mediero, como lo describe Rolando Arellano. (Para otros, solo informal).

Simbólicamente este proceso (Matos Mar), empezó, en Lima cuando “La mañana del 24 de setiembre de 1946, el cerro San Cosme fue ocupado por un centenar de personas, en su mayoría provincianos comerciantes de La Parada, quienes arguyendo no tener dónde vivir, con banderas peruanas en mano, instalaron esteras y declararon que se constituían en una asociación de vivienda. El gobierno democrático de Bustamante y Rivero consintió el hecho y, con ello, dio nacimiento a la primera barriada del Perú. A partir de entonces, el fenómeno se expandiría y se haría explosivo”.

Como explica Matos Mar, el fenómeno continuó hasta bien entrado los años noventa. “En todo este lapso se identificaba barriada con pobreza extrema. Hoy la pobreza extrema casi ha desaparecido de Lima y ciertamente las barriadas que llegaron a 400 a fines del siglo XX lograron predominar en 29 distritos de los 49 que tiene la metrópoli Lima-Callao y se convirtieron en distritos; luego, esos distritos formaron conos. Hoy, por sus dimensiones demográficas y geográficas y por su peso social y político, esos espacios se han constituido en tres nuevas Lima”

No se puede dejar de asociar a este fenómeno, que se profundizó desde los años 60, el apagón productivo y de inversiones que duró hasta el año 90. No solo se inhibió la producción y la inversión; con el estallido del terrorismo asesino, el Estado se retiró paulatinamente de más de la mitad del territorio nacional. Sin empleo y sin Estado, solo quedaba más migración.

Hoy se puede decir que el resultado fue exitoso. Que es una historia con final feliz, pero este camino fue sumamente complicado. Como señala, Rolando Arellano, el estudioso que mide y caracteriza la nueva estructura social del país, la migración no fue un acto irracional, caprichoso o instintivo sino un acto puramente racional. Los campesinos estaban convencidos de que su situación iba a cambiar, que iban a mejorar. Su meta era superarse.

Como señala el ‘Otro Sendero’, los migrantes descubrieron que el sistema no estaba dispuesto a admitirlos, que los obstáculos eran cada vez más grandes y que las puertas se cerraban. Entonces hicieron lo único que les quedaba a fin de sobrevivir: se convirtieron en informales.

La informalidad, el desarrollo de mercados al margen del país oficial, fue la forma que hallaron para desarrollarse, para conseguir trabajo, vivienda, transporte y servicios que el Perú formal les negaba. Su tesón, emprendedurismo y capacidad de ahorro los llevó a crear una economía sumamente vigorosa en la que la creían firmemente y en la que imperaban las reglas del libre mercado, pues el Estado se hallaba ausente o, como ahora, imponía trabas para el desarrollo. Estos empresarios modernos entienden que para progresar es necesaria la libertad y ahora, comprenden también, que la democracia es el mejor sistema de gobierno.

El Perú [recién] empezó a reconocer a sus informales como potencial clase media tras enterarse de que representaban más del 60% de las horas-hombre trabajadas, que operaban el 85% de la flota de transporte limeña, que todas sus viviendas eran privadas”, se indica en el ‘Otro Sendero’.

Este reconocimiento por parte del Perú formal aún no ha concluido. Los migrantes no solo han cambiado “el paisaje urbano [Lima], sino también crean un vigoroso circuito económico de servicios, que amplía el mercado interno, constituyen una constelación policlasista formada por pequeños y medianos empresarios, autoempleados y trabajadores eventuales, y forjan una identidad propia que rescata su raigambre serrana y asimila la influencia cultural occidental”, sostiene Matos Mar (ver en Lampadia: La realidad del Perú informal y el retorno de la miopía). 

“Estas nuevas mayorías han crecido lejos de las clases altas. No han dependido de ellas como en Chile, donde la riqueza se ha creado de arriba abajo. Aquí la riqueza se creó abajo porque los de arriba no se metieron en esos sectores. Los conos fueron ignorados ¿Por qué van a aspirar a ser lo que no conocen?”, pregunta Arellano. Ver en Lampadia: No era chorreo, eran manantes.

Además de la migración interna, el Perú ha sufrido una sangría inmensa con el alejamiento del país del 10% de nuestra población. 3’000,000 de peruanos viven en el exterior y su buen comportamiento (en su gran mayoría) es un grito que muchos no quieren escuchar, los peruanos no somos seres despreciables que no respetan la ley y no tienen cultura. ¡Lo que está mal no es el hombre, es el sistema!

La recuperación económica y social del Perú, de los últimos 20 años, ha parado esta sangría, que en algún momento provocó que el 87% de nuestros jóvenes pensara migrar al exterior. Analizaremos este aspecto en un próximo artículo.

Esta auténtica revolución, parafraseando a Jorge Basadre, ha sido enormemente positiva para este país, desarrollo de una nueva clase empresarial enormemente competitiva que exige reglas claras, que cree en la libre competencia y las reglas de mercado. Ha incluido el país y generando un potente mercado interno. Pero sobre todo hoy el país está más integrado y socialmente unido. Lo que falta es redefinir la formalidad para que ese nuevo país se integre totalmente y salga de la informalidad. Lampadia

 




Aristóteles, robot esclavos, y un nuevo sistema económico

Aristóteles, robot esclavos, y un nuevo sistema económico

Por John G. Messerly, publicado en “Reason and Meaning” el 27 de mayo 2015

Traducido y comentado por Lampadia

John G. Messerly es un Académico Afiliado del ‘Institute for Ethics and Emerging Technologies’ (IEET). Recibió su doctorado en filosofía en la Universidad de St. Louis en 1992.

Comentario de Lampadia:

Recientemente, estamos siguiendo de cerca la llamada ‘tercera revolución industrial’ que está basada en un salto tecnológico exponencial. Esta tendrá muchísimos impactos en la vida de los seres humanos. Uno de los más angustiantes es el del empleo y otro, poco analizado aún, es el de los aspectos éticos.

En este artículo de Messerly, encontramos una excelente contribución a estos temas, que mientras más pronto podamos conocer, más pronto podremos prepararnos, y ojalá, ser parte del diseño del futuro que empieza a desenvolverse.

En Lampadia vamos a crear pronto un nuevo repositorio sobre la revolución tecnológica, sus impactos y nuestras capacidades para superarlos.

 

Aristóteles, robot esclavos, y un nuevo sistema económico – Messerly

El libro de Jaron Lanier “¿Quién posee el futuro?”, trata sobre el papel que juega la tecnología tanto en la eliminación de puestos de trabajo y el aumento de desigualdad de ingresos. Al inicio del libro, Lanier cita el libro ‘Política’ de Aristóteles:

“Si cada instrumento pudiera realizar su propio trabajo, obedeciendo o anticipándose a la voluntad de otros, como las estatuas de Dédalo, o los trípodes de Hefesto, que, dice el poeta, por su propio acuerdo entraron en la asamblea de los dioses; Si, de igual manera, el aparato tejiera y el plectro tocara la lira sin una mano que los guíe, los jefes de los obreros no querrían siervos, ni los amos esclavos.”

 

 

Aristóteles vio que la condición humana depende en gran medida de lo que las máquinas pueden y no pueden hacer; por otra parte, podemos imaginar que las máquinas van a hacer mucho más.

Si las máquinas hicieran más de nuestro trabajo, todo el mundo, incluso los esclavos, serían más libres. Entonces, ¿cómo respondería Aristóteles a la tecnología actual? ¿Abogaría por un nuevo sistema económico que responda a las necesidades básicas de todos, incluidos los que ya no tienen que trabajar; o trataría de eliminar a aquellos que no poseen las máquinas que dirigen la sociedad?

Seguramente esta pregunta es relevante en el mundo moderno. Si, como sugiere Lanier, sólo aquellos cerca de los equipos que ejecutan la sociedad tienen buenos ingresos, entonces que ocurre con el resto de nosotros? ¿Qué pasa con los trabajadores de la fábrica de acero y las fábricas de automóviles, los carniceros y cajeros de los bancos, y cada vez más, los contadores, profesores, abogados, ingenieros y médicos cuando la inteligencia artificial mejora? (Lanier analiza cómo va a suceder en su libro.)

A Lanier le preocupa que los autómatas, especialmente la Inteligencia Artificial (IA) y la robótica, crearan una situación en la que no tenemos que pagarles a otros. ¿Por qué pagar por un servicio de limpieza si se tiene una sirvienta robótica, o a los ingenieros de software si los equipos son auto-programables? Aristóteles utiliza la música para ilustrar su punto. Dijo que fue terrible esclavizar a la gente para que hagan música (tocar instrumentos en su tiempo era indeseable e involucraba mucha mano de obra), pero necesitamos la música, así que alguien debe ser esclavizado. Si tuviéramos máquinas para hacer música o pudiéramos vivir sin ella, eso sería mejor. La música es una opción interesante, porque en la actualidad muchos quieren utilizarla para ganarse la vida, pero casi nadie hace dinero por su música a través de la publicidad de Internet. Las personas pueden ser seguidas en línea por su música o su blog, pero rara vez se les paga por ello.

Así que, ¿qué hacemos? ¿Tenemos que eliminar a las personas aparentemente innecesarias, para ya no tener que lidiar con ellas? (Recuerde que casi todos nosotros serremos innecesarios en un futuro cercano) ¿Tendrán que retirarse del país o de la comunidad cerrada donde nuestra aparente seguridad es comprada por puestos militares del imperio y sus mercenarios pagados de todo el mundo? ¿Cuando las primeras víctimas de la sociedad duermen en las calles, pueblan nuestras prisiones, sufren desempleo, o involuntariamente se ven forzadas a unirse a nuestros ejércitos voluntarios? (Recuerde esto ustedes contadores, abogados, profesores e ingenieros de software, ¡que este mundo está viniendo para ustedes también!) ¿O deberíamos reconocer cómo nos beneficiamos de los demás, de nuestros diversos temperamentos y talentos, desde la seguridad y el sustento que logramos en números?

 

 

Así que la pregunta a la que nos enfrentamos ahora es la siguiente: ¿qué sucede con las personas ‘extra’, casi todos nosotros, cuando la tecnología hace todo el trabajo o uno es remunerado solo por el trabajo que las máquinas no pueden hacer? ¿Al resto de nosotros nos eliminan o morimos de hambre lentamente? Sorprendentemente Lanier piensa que estas preguntas están fuera de lugar. Después de todo, la inteligencia humana y los datos humanos son los que impulsan las máquinas. Más bien, la cuestión es cómo pensamos sobre la labor que las máquinas no pueden hacer.

Creo que Lanier está en lo cierto. Podemos pensar en el trabajo no automatizado desde algo escencial hasta algo frívolo. Si pensamos en ello como frívolo, entonces también lo son las personas que lo producen. Si no nos preocupamos por la expresión humana en el arte, la literatura, la música, el deporte o la filosofía, entonces ¿por qué preocuparnos por las personas que lo producen?

Pero incluso si las máquinas escriben mejor música o poesía o blogs sobre el significado de la vida, aún podríamos valorar el esfuerzo humano. Incluso si las máquinas hicieran todo el trabajo de la sociedad aún podríamos compartir la riqueza con la gente que quiere pensar y escribir y tocar música. Tal vez la gente simplemente quiere disfrutar de estas actividades. Ningún ser humano juega al ajedrez tan bien como las mejores supercomputadoras, pero la gente todavía disfruta jugando al ajedrez; yo no juego al golf tan bien como Tiger Woods, pero igual lo disfruto.

Voy a ir más lejos. Supongamos que alguien quiere sentarse en la playa, surfear, esquiar, jugar golf, fumar marihuana, ver la televisión, o coleccionar monedas. ¿Y a mí que me importa? Tal vez una sociedad compuesta por personas satisfechas haciendo lo que quieren es mejor que una informada por la ética protestante del trabajo. Una sociedad de fumones, que miran televisión, esquían, juegan golf y surfean, probablemente sería más feliz que en la que vivimos ahora. (La evidencia muestra que los países más felices son los que tienen las redes más fuertes de protección social, los que tienen las vacaciones pagadas y más generosas licencia políticas; los países europeos y escandinavos occidentales.) La gente todavía escribe música y libros, levantar pesas, hace voluntariado, y visita a sus nietos. ¡No necesariamente se convertirán en adictos a las drogas!

Esto es lo que yo imagino. Una sociedad donde las máquinas hacen todo el trabajo que los humanos no quieren hacer; y los seres humanos se expresarán de la manera que quieran, sin perjudicar a los demás. Una sociedad mucho más como Dinamarca y Noruega, y mucho menos como Alabama y Mississippi. Sí creo que todas las personas tienen el derecho, sí derecho, de vivir con la cantidad mínima que se necesita para vivir una vida humana decente. Todos nosotros nos beneficiaríamos de esta disposición, ya que todos tenemos mucho que aportarnos el uno al otro. Les dejo con algunas palabras inspiradoras del joven californiano auto-didáctico, Eliezer Yudkowsky:

No existe ningún mal que tenga que aceptar porque “no hay nada que pueda hacer al respecto”. No hay niño maltratado, ningún campesino oprimido, ningún mendigo hambriento, ningún joven adicto al crack, ningún paciente de cáncer, literalmente, no hay uno al que no pueda mirar a los ojos. Estoy trabajando para salvar a todo el mundo, sanar el planeta, resolver todos los problemas del mundo.

 




El 2021 está cerca

El 2021 está cerca

Por Gastón Acurio

(Perú 21 – Cheka, 15 de Enero de 2015)

Una de las grandes virtudes de las sociedades desarrolladas es su capacidad, a lo largo de la historia, para afrontar, sin temor ni vergüenza, los desafíos que la vida va colocándoles en el camino poniéndose de acuerdo en cómo enfrentarlos, resolviéndolos y, a partir de ahí, seguir para adelante. Son sociedades que están constantemente reinventándose, empujando sus talentos siempre hacia el límite, construyendo acción y conciencia cívica día tras día, avanzando y avanzando sin cesar.

Ojalá esta hubiera sido la actitud de nuestra sociedad durante el siglo XX. Todo un siglo entero en el que las idas y venidas políticas nos llevaron de forma incomprensible e inaceptable a ubicarnos a la zaga económica y social del planeta, a tal punto que, para muchos, el siglo XX para el Perú fue el siglo perdido. Sin embargo, el siglo XXI no lo hemos empezado mal.

A pesar del nefasto ruido político que día a día contamina nuestro ánimo, lo cierto es que, como sociedad, hemos logrado algunas cosas muy importantes. Lo primero es que nos miramos al espejo con dignidad y orgullo de ser peruanos. Nos aceptamos como un país multicultural que finalmente encuentra en su mestizaje maravilloso su gran arma, y no, como antes, su gran defecto.

Lo segundo es que creemos en el futuro del Perú. Ya no soñamos con emigrar; nuestros hijos quieren hacer sus sueños realidad en su patria. Lo tercero es que creemos en nuestra capacidad individual para salir adelante. Ya no le creemos al Estado papá que, durante todo el siglo XX, nos engañó con el cuento de que él dirigiría y controlaría nuestro destino con generosidad y sabiduría.

Hoy los peruanos creemos en nuestro trabajo como la gran fuerza motora de nuestros sueños y es así que en este siglo hemos ido construyendo el camino ascendente de nuestra economía. Y, por último, gracias a este enorme esfuerzo de toda la sociedad, hemos logrado sentar las bases de aquello que distingue por encima de todo a las sociedades más estables y desarrolladas del mundo: las bases para la creación de una gran clase media peruana.

En efecto, al comienzo de este siglo, los peruanos emprendedores nos pusimos a trabajar mirando con optimismo el futuro mientras aceptamos que las políticas públicas estuvieran orientadas al desarrollo de las grandes inversiones privadas, de manera que le dieran un impulso poderoso a la economía peruana.

Luego los peruanos hemos seguido trabajando sin desmayo, sacando adelante nuestros sueños, convirtiendo nuestras pequeñitas empresas en medianas y grandes, y una vez más aceptando que con nuestros impuestos se diera un nuevo impulso económico, esta vez orientado a los más desfavorecidos de la sociedad, con programas sociales importantes dirigidos a nuestros ancianos desprotegidos, a nuestros niños en sus escuelas, a nuestros jóvenes talentosos en su formación.

Y es así como llegamos a este 2015 que parece ruidoso, alborotado y más propio del siglo XX que a un 2015 coherente con todo lo acontecido y logrado en este siglo, pero que nos encuentra a los ciudadanos sin la menor intención de renunciar a lo avanzado. Hemos trabajado muy duro para salir adelante, hemos apostado por desarrollar la gran industria y luego por la inclusión social. Ahora toca el gran paso final: el apoyo decidido a esa gran clase media, que será la base de un siglo XXI marcado por la prosperidad y grandeza definitiva del Perú.

Dejemos que las grandes inversiones sigan su rumbo, dejemos que los programas sociales sigan incluyendo a más peruanos, pero ahora enfrentemos con la misma decisión de las sociedades más desarrolladas el gran desafío: la creación de una gran clase media. Crear las condiciones para que los millones de micro y pequeños empresarios prosperen rápidamente; para que nuestros jóvenes puedan llevar su talento a lo más alto, sea estudiando, entrenando o emprendiendo; para que nuestros científicos tengan todos los recursos necesarios para el desarrollo de tecnologías de última generación; para que nuestros artistas, intelectuales y deportistas nos deslumbren con su arte, su sabiduría, sus victorias.

El año 2021 está cerca y de ninguna manera podemos ni debemos permitir llegar al bicentenario de nuestra independencia sin tener algo más que celebrar que nuestra independencia política. De ninguna manera debemos resignarnos a lo logrado y al ritmo de lo ya alcanzado.

Tenemos que soñar en grande y aspirar a más. Mucho más. Si queremos que el año 2021 sea de verdad el punto de quiebre definitivo de un Perú que avanzará inexorablemente hacia la victoria, tenemos que mirarnos al espejo ahora y enfrentar nuestros desafíos individuales y colectivos con más coraje y fuerza que nunca.

Somos la generación elegida para cambiar un siglo perdido por un siglo ganado. Asumamos que toca a nosotros sacrificarnos para lograrlo, que somos nosotros los que tenemos que dejar atrás egos, apetitos, rencores, heridas, egoísmos, miedos. Hemos logrado avanzar, claro que sí, pero debemos avanzar mucho más. El 2021 está cerca. Dejemos de pelear. Es hora de trabajar.




“La educación se ha convertido en el leitmotiv del trabajo de las empresas”

“La educación se ha convertido en el leitmotiv del trabajo de las empresas”

Entrevista a Juan Incháustegui Vargas. Director del Grupo Hochschild

Glosado

Por Julio Lira y Vanessa Ochoa Fattorini

(Gestión, 08 de Enero de 2015)

(…)

De la mano de Hochschild

Su ingreso al grupo lo metió de lleno en la educación, desarrollando tres institutos y creando luego la UTEC, hasta llegar a ser presidente de la institución educativa.

Pero su relación no quedó ahí, en los años 90 ingresa como director en Cementos Pacasmayo, y hoy es el más antiguo en toda la compañía. Pero su labor se ha desarrollado además del área minera en la energética de la compañía, y la satisfacción que se lleva es haber acompañado a Luis Hoschschild en las decisiones importantes de la empresa (como la compra de cementera La Rioja) y en el caso de Tecsup él mismo tocó las puertas de muchos empresarios amigos para poder colocar a sus flamantes técnicos.

De cinco camiones viejos a millones de dólares

¿En ese paso por la actividad empresarial puede recordar a más de uno que dejó huella?

Hubieron relaciones crecientes y fructíferas, y tal vez olvide algunos, pero tengo presente un anécdota. Cuando comenzamos Southern no sabía lo que era Tecsup, pero a través del MEM hice amistad con Charles Preble, en ese entonces su CEO, y nos donó 5 camiones viejos; lo llamé y le dije que no se pasara, cómo nos iba a dar eso (teníamos amistad), le dije que los venda y nos done la plata…

Lo convenció…

Bueno, ese inicio dio lugar años más tarde a una donación de medio millón de dólares para el terreno de Tecsup Arequipa, y están también en UTEC con contribuciones de más de un millón. Es una demostración de que la educación hay que demostrarla y se recibirán técnicos de primera calidad.

Bajo su conocimiento del empresariado, ¿puede decirnos cómo ve que se ha transformado su mentalidad?

Especialmente en minería se ha desarrollado la responsabilidad social, todas las empresas están en programas de educación, obras por impuestos, etc. Son grandes hitos y algunos mineros hablan de valor compartido, que es valor para las comunidades, el empresariado y el país y es lo que hacen varias empresas.

¿Y cómo ve los siguientes años para la minería?

Sin duda complicado porque hay gobiernos regionales sin vocación prominera, pero soy optimista y creo que se van a realizar avances con un beneficio de valor compartido; y lo otro es que la educación se ha convertido en el leitmotiv del trabajo de las empresas, con capacitaciones a los maestros, creación de escuelas a lo largo y ancho del país.

Hay un vivo interés de hacer que la generación de valor vaya en buena parte con la educación y es un componente que falta en la política.

Pasó por la empresa pública y la privada. Con esa trayectoria ¿qué conclusiones puede sacar?

Que la empresa pública es sumamente difícil de manejar, no tiene uno la capacidad de aplicar las decisiones de manera concentrada porque hay resistencia, cuando no, la intromisión política. Por eso yo sostengo el principio de subsidiariedad famoso, debe haber lo menos posible de empresas estatales, tanto Estado como sea necesario pero tan poco como sea posible.

¿El concepto de empresa estratégica en el sector energía es válido aún?

Creo que ya no, me parece que eso tuvo validez en el tiempo que hubo bloques pero hoy el mercado está globalización; sin embargo, hay intereses que pueden generar dominio de mercado y puede ser válido bajo ese esquema lo mínimo posible alguna empresa como factor de regulación. Pero empresa estratégica en el concepto antiguo ya está pasado de moda.




Apuntes para la creación de empleo al 2034 (II)

Apuntes para la creación de empleo al 2034 (II)

Segunda parte

En la primera parte de este artículo explicamos que la tercera revolución industrial  tendrá efectos disruptivos en la vida de la humanidad, especialmente en el empleo, favoreciendo a los más preparados y ampliando la brecha con los países de menos ingresos. Señalamos que el paradigma de desarrollo basado en la industrialización y exportación de bienes físicos, estaría llegando a su fin. “La pérdida de industria a bajos niveles de ingresos, pone un tope a la contribución que esta puede hacer a los estándares domésticos de vida. Según Arvind Subramanian, asesor económico principal del nuevo gobierno hindú: “Este no es un problema pequeño, no hay una estrategia alternativa obvia, para convertir a los países pobres en ricos”. Ver en Lampadia (L): Apuntes para la creación de empleo al 2034 (I).

Enfatizamos que el principal objetivo de la economía es que se generen suficientes empleos adecuados o de calidad para toda la población en edad de trabajar. La nueva realidad tecnológica lo hará difícil con los cánones tradicionales. En esta segunda parte,  trataremos de evaluar las implicancias de esta tendencia en el Perú, así como las posibles acciones que deberemos emprender para superar este reto con éxito. 

  • Implicancias de la “Tercera Revolución Industrial” para el empleo en el Perú

Como muchos países del mundo, en el Perú se asume que la estrategia de desarrollo pasa por la industrialización (manufactura), dándole las espaldas a nuestros recursos naturales (RN). Esto ha llegado a tal punto que muchos académicos, economistas, políticos y periodistas, así como varias ONGs de países desarrollados, han venido sembrando un sentimiento negativos sobre la explotación de dichos recursos.

El caso más notorio es el de la minería, que se ha pretendido equipararla con la exportación de piedras, o con la explotación del guano y del caucho. Lo mismo ha sucedido con el petróleo y las hidroeléctricas. Bajo esta falaz prédica, base del programa original del actual gobierno y durante el premierato de Salomón Lerner, el gobierno oficializó el lenguaje anti-minero y, fundamentalmente, paró la mayoría de proyectos en marcha. Ver más información en Lampadia (L): Del gobierno al radicalismo subversivo – Siomi sin careta en Caretas y Perder Cajamarca es el fracaso de nuestra clase dirigente.

Hoy nuestra economía está frenada, dejando de crear empleo y de reducir la pobreza. Hace un año, el gobierno anunció un “Plan Nacional de Industrialización”. Luego, con el cambio del Ministro de la Producción, este se reenfocó con el “Plan Nacional de Diversificación Productiva” (PNDP), que enfatizó, su primer eje, el de la diversificación, manifestando que se había terminado el ciclo de exportación de bienes primarios, que teníamos que encontrar nuevos motores de crecimiento e insertarnos en las cadenas de valor agregado internacionales, como la estrategia básica para lograr un desarrollo de largo plazo.

Felizmente, el Ministro Piero Ghezzi, ha ido flexibilizando su mensaje. En CADE 2014, no  habló de cadenas internacionales de valor de productos industriales, explicó cómo se podía potenciar el sector maderero (primario inicialmente) y el proyecto de Olmos, facilitando mejoras portuarias y otras. Pero la prédica original, que llovió sobre mojado, sigue fijada en el imaginario nacional.

Por otro lado, nuestro nivel educativo es clamoroso, y por lo tanto, nuestros ciudadanos podrían quedar en el último escalón de la división del empleo.

Del análisis de la primera parte de este artículo, que muestra que la estrategia de industrialización manufacturera ya no podrá ser el camino para que un país pobre se desarrolle, tenemos que concluir que, hoy por hoy, los peruanos estamos apuntando al pasado, pensando que este es el camino del futuro. Si persistimos en buscar nuevos motores de desarrollo alejados de nuestros sectores primarios, o seguimos parando el desarrollo de los proyectos mineros, petroleros y energéticos, entre otros: ¡Nunca podremos ser un país desarrollado!

  • ¿Cómo podemos generar empleo adecuado en la tercera revolución industrial?

Cualquier propuesta sobre las estrategias para crear empleo para los próximos 20 años  tiene que engarzarse en una visión amplia del futuro y una perspectiva correcta de nuestra realidad, (ver en (L): El Perú no es igual a ningún otro país).

Por ejemplo: ¿En cuántos países la élite de su juventud universitaria dice, en un 93%, que quieren ser empresarios en no más de cinco años? ¿En qué país se apagaron las luces por tres décadas (60, 70 y 80s), se impidió la inversión privada en recursos naturales y se interrumpió el desarrollo económico y social? ¿Dónde se empobreció un país al grado de que sus maestros tengan ingresos reales (2014) equivalentes a un tercio de lo que tuvieron en los años 60? ¿Dónde se destruyeron las instituciones públicas y se devaluaron sus partidos políticos? ¿En qué país hubo que luchar en paralelo contra el  terrorismo y contra una de las más largas y altas hiperinflaciones de la historia mundial?

Estos acontecimientos determinaron atrasos y brechas anormales. De no haber tenido que vivir semejantes situaciones, seguramente, seríamos hoy, un país mucho más desarrollado, rico e institucionalizado, como Chile o más.

El reto de ponernos al día y, de prepararnos para un futuro tan exigente como el que se nos viene, debe incluir un conjunto de agendas que deben ser enfrentadas simultáneamente. En CADE 2014, IPAE revisó su propuesta de visión de futuro, ejercicio en el que se identificaron tres agendas: de gobierno, social y productiva. Ver el siguiente esquema:

Sobre la base de un buen liderazgo y sentimiento de ciudadanía y pertenencia, debemos trabajar en los tres frentes indicados en los triángulos externos. Todos están interconectados y dependen mutuamente.

Es obvio que necesitamos buena gobernanza y un excelente servicio civil, una muy mejor educación y salud, instituciones muy superiores e, infraestructuras que nos hagan competitivos y que pongan el mundo moderno al alcance de nuestros pobres. Pero nada de esto se podrá lograr sin crecimiento económico, sin inversión privada, sin multiplicar los ingresos de nuestra gente y sin darles la oportunidad de tener trabajos dignos y los niveles de vida de los mejores países emergentes del globo.

En cuanto a la mejora educativa, si queremos ser parte del nuevo mundo, no podemos eludir la necesidad de hacer una verdadera revolución o “Big Bang”. Ver en (L): Tenemos que emprender una revolución educativa.

Si tenemos que descartar la opción de desarrollarnos a través de la manufactura, debería estar muy claro que el Perú, “sub-explotado”, “con inmensos potenciales productivos dormidos”, puede lograr un aumento sustancial de su producción y su riqueza, multiplicando varias veces nuestros sectores: agroindustrial, minero, acuícola, energético, forestal, turístico y los que se basen en nuestra biodiversidad.

En minería, por cada empleo directo se crean nueve indirectos e inducidos (IPE), en la explotación racional de bosques y reforestación, podríamos crear empleos bien remunerados para todos los habitantes de la selva y buena parte de los de la vertiente oriental de los andes (Antonio Brack Egg). El creciente mundo emergente necesitará cada vez más alimentos, como los que podemos exportar.

Infinitas oportunidades que, dada la nueva realidad industrial del mundo, nos tienen que llevar a revalorar nuestros sectores naturales como la mejor base posible para un crecimiento duradero, que financie la agenda social y de gobierno y, que genere buen empleo y buenos ingresos para todos los peruanos.

Cada día será más difícil remontar nuestras brechas de desarrollo. ¡Es hora de adoptar la visión correcta, despolitizada y con un enfoque estratégico dirigido al desarrollo integral, sostenible y duradero, que hemos debido lograr hace rato! Lampadia




Las reformas que transformarán a la India en la tercera economía global

Las reformas que transformarán a la India en la tercera economía global

India es un país de enormes contrastes. En este nación coexiste un triple sistema de desigualdades: de clase, género y casta que impiden que 360 millones de indios salgan de pobreza, como señala el premio nobel de Economía, Amartya Sen. A la vez, acaba de poner un satélite en la órbita de Marte invirtiendo tan solo 60 millones de dólares (una cifra ínfima si se la compara con los presupuestos de la NASA). Este logro se entiende porque es el mayor exportador de conocimiento informático y el principal proveedor de Silicon Valley. Así de paradójico es el Estado que Nerendra Modi gobierna desde hace seis meses y al que empieza a transformar con una serie de medidas audaces, de apertura económica y libre mercado que empiezan a encender la admiración mundial. Bajo el lema “No red tape, only red carpet” para los inversionistas las cosas empiezan a cambiar (ver en Lampadia (L): El cambio de timón (pro mercado) en la India).

Modi llegó al poder de la democracia más grande del mundo prometiendo una revolución que modernice al país (MODIfied India) y lo lleve por la senda del crecimiento. Su PBI del 2012 era de 1.84 billones de dólares lo que lo convierte en la décima economía global. Con sus reformas, espera cumplir las proyecciones de la OECD y el 2050 ocupar el tercer puesto (por debajo de China y los Estado Unidos) elevando el producto a 25,000 billones de dólares. Ese es el reto y allí apunta. 

La nueva política

El primer cambio es en la forma de relacionarse con la población. Ha utilizado las nuevas tecnologías para acercarse a los ciudadanos. Modi cuenta con 25 millones de fans en Facebook y ocho millones de seguidores en Twitter. Pero también ha mostrado su enorme liderazgo con discursos y con la acción política.

Recientemente mostró toda su capacidad como gran comunicador de masas. Eligió el aniversario del nacimiento de Mahatma Gandhi para coger una escoba y relanzar el programa de saneamiento. Aunque para los occidentales este acto puede parecer trivial, en la India no lo es. El Primer Ministro asumió la causa de la limpieza de las ciudades (un problema de saneamiento gravísimo que afecta seriamente la salud de millones de personas) con una convicción y vigor nunca antes visto porque ataca a otro de los grandes males sociales: la intocabilidad y la recolección manual (recoger basura es una tarea que solo le competía a la casta de los intocables).Que un Primer Ministro coja una escoba y barra es más que un gesto político, es el inicio de una transformación social.

En la misma línea de mejorar la salubridad de esta nación, prometió la construcción de 600 millones de baños. En la India el 54% de la población carece de retretes, lo que genera graves problemas. “Nadie me puede reprochar hablar de retretes en el Fuerte Rojo [el histórico lugar donde pronunció su discurso]. Yo vengo de una familia pobre, he conocido la pobreza, la dignidad de los pobres comienza por ahí”, señaló Modi.

En otro gesto brillante, para decretar la desaparición de la Comisión de Planificación (la encargada de establecer las políticas económicas) y demostrar que las reglas del libre mercado empiezan a regir la economía, dio un discurso desde las murallas de la célebre fortaleza roja en las que anunció los cambios que espera.

Dentro de sus medidas económicas, como ya anunciamos anteriormente, están que los barcos solo necesitan sacar una licencia una vez (antes se hacía anualmente) y que ya no se necesita acudir a los notarios para realizar tramites en el Estado. (Ver en L: La visión de país y reformas que el Perú necesita). Aquí presentamos otras reformas:

La reforma laboral

Actualmente, el subcontinente tiene una población de 1,250 millones de habitantes, representa el segundo mayor mercado interno del mundo, solo superado por China (1,350 millones). Modi desea que su país deje de verse como un gran mercado y se convierta en un gran centro manufacturero. “La facilidad para hacer negocios es el requisito primero y principal para convertir a la India en un centro manufacturero mundial”, dijo Modi en Nueva Delhi. Y para ello ha aprobado un paquete que reforma las políticas laborales.

“Las leyes laborales, muchas de las cuales se remontan a la época en que la India era colonia británica, regulan estrictamente la contratación y despido de trabajadores y requieren un enorme papelerío que suele desalentar la contratación de personal nuevo. Con las nuevas normas, se les facilitaría a los trabajadores vincular sus ahorros en Provident Fund -un plan de ahorros del gobierno financiado con las nóminas- con sus cuentas bancarias y transferir los fondos al cambiar de empleo”, señala la prensa. De esta forma, también apoya su campaña que busca bancarizar la India.

Además, los informes de inspecciones de fábricas deberán entrar en un sitio de internet del gobierno a los tres días de ser elaborados, a diferencia de las verificaciones actuales, que según los empresarios son arbitrarias y permiten el acoso por parte de los inspectores.

Con estas reformas, lanzó “Make in India” (Fabrica en India). La idea de industrializar India es el camino escogido para crea empleo. Una urgencia dado que 13 millones de jóvenes se incorporan al mercado laboral cada año. Modi desea convertir a la India en la próxima potencia textil.

Más energía, nada de subsidios

Modi sabe que necesita más energía para conseguir industrializar el país, para ello ha puesto fin a los subsidios al diesel controlados por el gobierno y aumentó los precios del gas natural como parte de los intentos por reforzar la inversión en el sistema energético del país.

El gobierno de la India ha tratado siempre de proteger a los consumidores más pobres mediante el control del precio de los combustibles como el diesel  y el kerosene, pero acosta de un déficit fiscal considerable (US$ 23,000 millones solo el 2013), puesto que importa cerca de 80% de su petróleo. Asimismo ha subido el precio del gas para incentivar nuevas exploraciones.

Además, se está evaluando el ingreso de privados a la explotación de minas de carbón que era un monopolio privado. Modi ha puesto como una de las prioridades de su gobierno reducir los apagones, en su apuesta por revitalizar el crecimiento y para ello necesita energía barata.

Cerrar la brecha en infraestructuras

Modi ha conseguido de China y Japón compromisos de inversión multimillonarios (25 mil millones y 35 mil millones de dólares respectivamente) para construir trenes y carreteras que alivien el déficit de infraestructuras del país.

Digitalizar la india

El Primer Ministro quiero utilizar el potencial digital de su país para modernizar el país. En su primer discurso del Día de la Independencia, cautivó a la juventud al hablar de su sueño de una India digital en 2019. Eso es tener un gobierno electrónico eficiente y funcional, banda ancha para todos, educación por internet, telemedicina y otros. El plan digital de India está destinado a cubrir todo. Para empezar, el gobierno ya está prestando servicios públicos a través de un portal unificado.

Ahora en el portal makeinnidia.com, los empresarios pueden obtener licencias de funcionamiento de sus empresas en 72 horas.

Pero eso no acaba ahí, el gobierno está destinando ingentes recursos para contar con ciudades inteligentes. El plan es construir 100 ciudades inteligentes en la India en los próximos años. Las ciudades inteligentes se definen ampliamente como espacios urbanos que están integradas tecnológicamente, bien planificados y adaptados al medio ambiente. Es un proyecto a largo plazo y bien podrían extenderse durante 10 años o más, según las autoridades. Un modelo flexible APP (asociación público-privada) se está elaborando para concretarlo lo antes posible.

Aunque parezca pronto, las medidas están dando resultados y este año la India retomará el crecimiento, se esperan cifras cercanas al 7%. India surge como la nueva potencia mundial. Una buena noticia para la economía global y un excelente ejemplo de cómo tienen que hacerse las cosas. Lampadia




Sin flexibilidad laboral perdemos empleo y productividad

Sin flexibilidad laboral perdemos empleo y productividad

Hace unos años atrás, las encuestas indicaban que uno de los principales reclamos ciudadanos era el empleo. La gente pedía trabajo. Hoy, esta exigencia no aparece en las encuestas. ¿Por qué? Porque con el crecimiento económico el empleo ha aumentado. Incluso, hay regiones como Ica, por ejemplo, con pleno empleo. Y no mal remunerado, los ingresos se han incrementado en las últimas décadas. Ahora la discusión gira entorno a la informalidad.

Distintas circunstancias han puesto a la informalidad laboral en el centro del debate. La polémica sobre la obligatoriedad de los aportes de los independientes a los sistemas de pensiones, la necesidad de hacer más competitiva la economía ante la evidente desaceleración que viene sufriendo y así como la publicación de estudios sobre el empleo formal (Ministerio de Trabajo – MINTRA).

De acuerdo a un informe del MINTRA solo el 29,5% de las casi 16 millones de personas que conforman la PEA ocupada tiene un empleo formal. Es decir un 70% se halla en la  informalidad. Según Jorge Toyama: “El empleo formal se concentra en el Estado, en las empresas de 10 a más trabajadores y en los independientes con educación superior. El Estado comprende a 1,4 millones de trabajadores, la mediana y gran empresa (con más de 100 trabajadores) a 1,5 millones, la pequeña empresa a 1,6 millones, y los independientes a solo 260 mil personas. En total, hay 4,8 millones de trabajadores formales. El sector informal, siguiendo el estudio del MNTRA, comprendería a 11 millones de trabajadores. Este sector percibe bajos ingresos [en promedio], no accede a la formalidad y especialmente tiene escasa cobertura en seguridad social: solo el28% de los trabajadores tiene un aseguramiento contributivo (Essalud y EPS)”.

Las cifras son elocuentes. Muchos sugieren o señalan abierta y erradamente que esta situación es causada por el modelo económico, al que acusan de descuidar el empleo. Nada más falso, son justamente las regulaciones y la escasa flexibilidad laboral lo que alienta este indeseable fenómeno. El Perú es uno de los países con mayor rigidez en el mundo en contratación y despido de acuerdo al  World Economic Forum. Ocupamos el puesto 14 de 144 (donde el primero es el más rígido)

Otros indican que es un sobrecosto. En Lampadia, no creemos que las vacaciones y gratificaciones deban considerarse sobrecostos. Cuando se emplea a una personal se lo hace por un paquete anual. Allí no está el problema. Como se ha señalado líneas arriba los inconvenientes radican en los costos de despido, en el regreso de la estabilidad laboral que incluye reposiciones destructivas de la productividad y hasta de instituciones como la policía, que tiene que reponer a delincuentes separados de sus filas, por órdenes judiciales. Toyama indica que “en otro países no se entrega al trabajador un seguro de desempleo e indemnización al mismo tiempo”.

Para colmo de males en los últimos años, tanto el Tribunal Constitucional como el Poder Judicial han reinstaurado con sus sentencias la más estricta estabilidad laboral, obligando a las empresas y al Estado a reponer a trabajadores despedidos. Y esto no es todo. El cese colectivo por razones económicas es imposible. En los últimos 13 años, el Mintra no ha autorizado ninguna solicitud de este tipo. Por tal motivo, como señala el citado especialista, es menos oneroso y fácil liquidar una compañía que reducir la planilla. Un contrasentido que atenta contra las principales generadoras de empleo: las empresas privadas. A diario, firmas cierran las puertas agobiadas por las regulaciones laborales que imponen multas, moras y obligaciones estratosféricas que las llevan a la quiebra.

Apenas una empresa se formaliza, los fiscalizadores laborales se acercan, piden libros y ordenan cómo deben ser las planillas (montos y formas de pago), imponen multas por omisiones de los años previos a la formalización (un contrasentido), asfixiando financieramente a las empresas que no consiguen superar lo que Pedro Olaechea ha llamado “el valle de la muerte” (el imposible paso de micro y pequeña empresa a categorías de mayor tamaño y formalización). Por eso en el país no tenemos muchas empresas medianas.

Esta trampa anti desarrollo es algo similar a lo que ocurre en Francia, en el que el número maldito es el 50. Las empresas no contratan al empleado número 50. Se quedan con 49, porque de lo contrario desencadenan casi tres decenas de regulaciones laborales que elevan sus costos al punto de representar inmensas pérdidas.

El sueldo mínimo vital, también se consideraun factor limitante para la formalización. De acuerdo a un estudio de Macroconsult, el actual nivel de la Remuneración Mínima Vital es demasiado alto para la realidad de las micro y pequeñas empresas. Según este informe: “el 39% de los trabajadores informales del sector formal y un 63% de los trabajadores informales perciben menos del salario mínimo (S/. 750)”.

Tiene sentido, recientemente los suizos votaron en contra de que se fijara un salario mínimo en su país (su actual tasa de desempleo es de 3.3%). Prefirieron la libre negociación como es hoy. El estado del bienestar europeo con sus rigideces laborales explica en buena medida que en España el desempleo juvenil supere el 55% de los jóvenes en edad de trabajo. Alemania se salvó de esto, porque antes de la crisis  reformó su sistema flexibilizándolo.

En nuestro país, la formalidad es como un gueto inverso, hecho para que nadie entre. Además, la institucionalidad creada alrededor de nuestras regulaciones hace que, por ejemplo, los gremios sindicales terminen defendiendo el privilegio de minorías y evitando la protección del gran conjunto de trabajadores.

Está comprobado que la sobreregulación afecta el normal desenvolviendo de los mercados y el laboral no es una excepción. Por tanto es urgente realizar cambios que no sólo nos hagan más competitivos. Para ello, el gobierno debe crear una formalidad más accesible, explicar a empleadores y a la población los beneficios de un sistema más flexible y establecer procesos de transición no punitivos. Ojalá no tengamos que afrontar una crisis económica con rigidez laboral, como en España. Lampadia




“El Perú está yendo al desarrollo inconteniblemente”

“El Perú está yendo al desarrollo inconteniblemente”

Fernando de Szyszlo Valdelomar es un humanista, en el sentido renacentista del término.  Es un deslumbrante artista plástico. Pintor y escultor notable, pero también un hombre interesado en la arquitectura (carrera que estudió unos años en la UNI), las ciencias (su padre fue físico), la literatura (su madre era hermana de Abraham Valdelomar) y en la política (participó activamente en el Movimiento Libertad). Por su trayectoria, la lucidez de su pensamiento, desprendimiento y profundo amor por el Perú se ha convertido, sin proponérselo, en la reserva moral del país. Don Fernando, tuvo la gentileza de brindarnos esta entrevista en la que confiesa el enorme optimismo que le despierta el actual rumbo que vive el país y señala las preocupaciones que le causa el curso de nuestra política. A los jóvenes les deja un mensaje: fe en el destino del Perú y trabajo. “El trabajo es la prueba del talento”, señala.

Don Fernando, muchas gracias por recibirnos y conversar con nosotros.

¿Por qué hemos retrocedido a esta guerra de todos contra todos? Parecemos un país en crisis cuando estamos en uno de los mejores momentos de nuestra historia. ¿Qué cree usted que está pasando?

Desgraciadamente lo que más se extraña es capacidades de gobierno. No hay gente preparada. Fuera de Nadine, la esposa del presidente, yo no veo ahí [en Palacio] a nadie que esté realmente en capacidad de gobernar. Unos son demasiado violentos y otros son demasiado adulones, pero no hay, en realidad, no hay capacidad de gobernar ahí. Eso falta y la gente lo siente, seguramente.

Y eso se extiende al Congreso, ¿no?

Bueno, el Congreso es una tragedia. Realmente aquí el Congreso, seguramente tiene que ver el que no haya cámara de senadores, (…) [es] tan liviano… La mayoría de los congresistas dan la impresión que han comprado las sillas para hacer su propio programa.

¿Cómo compara usted a los políticos de hoy con los políticos de ayer? ¿Hay algunos modelos que debemos rescatar?

Sin duda, tantos. Yo creo que había personas tan decentes… No actuaban por interés sino por convicción y, eso es lo que más siento que falta: El doctor [Raúl] Porras o, ¿cómo se llamaba del PPC? El doctor [Luis] Alayza era formidable, Mario Polar era formidable. [Roberto] Ramírez del Villar. Eran gente de primera clase. Aún Javier Diez Canseco era una persona decente. Él no estaba por interés, actuaba por convicción y siempre fue derecho en lo que él creía. Eso extrañamos, realmente… en esta época. ¿No?

Exactamente, ¿por qué tantos dirigentes políticos peruanos, siguen vendiéndonos lo que Moisés Naím llama, “las ideas muertas”?

(…) Bueno… eso es [por] falta de cultura, falta de educación… Es falta de cultura. El historiador mexicano [Enrique] Krause que publica “Letras Libres”, una revista… dice que: “el último marxista en el planeta, seguramente va a ser alumno de una universidad latinoamericana”. Porque, realmente, están fuera de contexto… Cuando usted oye a esa gente de extrema izquierda, realmente se da cuenta que no tiene ninguna relación con la realidad, que viven en un mundo de ideas muertas, de ideas obsoletas.

No hemos logrado consensos sociales sobre las políticas fundamentales de desarrollo del país, porque esta discusión mantiene abierto todo.

Exacto y, en realidad, vivimos un momento importante. Vivimos un momento en el que vamos a dar ya el salto definitivo al desarrollo y todavía hay unos idiotas que nos siguen tratando de jalar hacia atrás (realiza un gesto con las manos como si estuviera jalando una cuerda), de crear disensión, de crear pequeñas dificultades, de crear trabas, de crear burocracias absurdas.

Claro, ni siquiera hemos logrado de alguna manera, decía alguien el otro día, en el seminario que hizo la Fundación de la Libertad (…) que en España habían logrado un consenso sobre el valor de la empresa en el país [legitimación social de la empresa]. Aquí con esta discusión política, de estas ideas de antaño, ni siquiera eso se puede consensuar. ¿Qué debemos hacer? ¿En qué debemos invertir?

Es que lo que falta es amor al destino de este grupo humano [de los peruanos], ¿no es cierto? Porque todo el mundo… [actúa para] sacar ventajas… Todo el mundo habla, pero nadie hace nada [contra] la corrupción. [La corrupción] está ahí alrededor nuestro. Que los diputados… [sean] los reyes de la corrupción, no puede ser.

¿Y qué podemos hacer para llamar de nuevo a la mejor gente a la política?

Difícil decirlo… encontrar gente ideal… Hay, porque la gente que estaba en el Movimiento Libertad era una gente bien intencionada. Lo que querían era hacer progresar a este país y eso fue un sueño. Un sueño que quisimos soñar todos nosotros junto a Mario Vargas Llosa. Sin duda, la campaña de Mario cambió este país. Fujimori no hizo nada. Fujimori lo único que hizo es robarse ideas, meterlas en un paquete y después comenzar a robar como loco. Pero lo que cambió a este país fue la campaña de Mario, que volvió a dar la batalla contra las nacionalizaciones, contra lo absurdo de [pensar al] Estado [como] creador de empresas, etc. Yo creo que fue un momento gravísimo para el Perú [comienzos de los noventa]…

Claro, fue una especie de prueba de la fuerza de las ideas para generar cambios.

Sin duda, sin duda.

Por eso es importante pelear por las ideas. Dar una batalla de ideas. ¿Cree usted que en el Perú se está dando una batalla de ideas ¿Cómo debiera darse?

No se está dando, desgraciadamente… Yo creo que la gente se mueve por intereses, no por convicciones, no por ideas.  Esa es una tara que tenemos que vencer si queremos llegar al desarrollo. Tenemos que vencer esa tara.

Usted ya ha reconocido la existencia de esta nueva clase media peruana. ¿Cree que pueda ayudar a contrarrestar la debilidad de la política en el país?

Yo creo que va a cambiar completamente la política en el país. Porque esa gente que ha descubierto las posibilidades de la pequeña empresa, de la mediana empresa, nunca va a votar por Fujimori o por los corruptos o por los marxistas que quieren ordenarnos la vida de una manera totalmente irreal. Está demostrado que los secretarios comunistas en Rusia no cambiaron un ápice a su sociedad.

Si pues, en Lampadia propusimos, cuando estuvo acá [en Lima], [la congresista venezolana] María Corina Machado, que la nombráramos: “Diputada honoraria de América Latina.”

Linda

¿Qué le parece esa idea?

Linda. Me parece buenísima [la idea] porque ha demostrado un coraje, una convicción y una fuerza espiritual para haber regresado [a Venezuela dónde fue desaforada y acusada de traición a la Patria]. Me parece muy bien que ese par de diputados respetables [peruanos] fueran con ella [a Venezuela].

Sí.

Porque [la] apoyaron realmente.

¿Hacia dónde cree que está yendo el Perú, don Fernando?

Yo creo que está yendo al desarrollo inconteniblemente. Que todos estos obstáculos son pasajeros y deleznables. Si alguien se pone ahora hacer las cosas bien desaparece todos esos obstáculos. Ahora, me da mucha pena que la oportunidad [que tuvo] Humala se haya perdido. Yo no voté por Humala, pero me da pena. Había una oportunidad ahí. La hoja de ruta yo no creí que iba a seguirla y, sin duda, lo ha hecho. Creo que eso se le debemos agradecer a Nadine, a Nadine Heredia. Pero como hablábamos hace un instante, yo creo que Nadine Heredia es una de las pocas personas del entorno de gobierno que tiene cabeza, que tiene sensibilidad y que tiene agudeza mental. Claro, la adulación la ha ido cubriendo y cubriendo. Primero le han hecho pensar en que podía ser presidenta el 2016 y no han cesado en rebajarla, en bajarle el nivel. Ella es una mujer joven, se ha dejado un poco vencer por esa marea de adulación. Y como decíamos antes, es un gobierno muy difícil porque la izquierda se lo quiere tirar. Con el pretexto de tirarse al [Ministro de Economía, Luis Miguel] Castilla y hacer un paquete con Nadine, la izquierda extrema se quiere tirar la política económica del gobierno. Eso sí que sería un paso muy grave. Estoy seguro que no va a pasar, que el presidente Humala va a tener la fuerza para darse cuenta como están las cosas y cuáles son los riesgos.

Hay mucha gente que no se da cuenta que terminan actuando como tontos útiles en este proceso.

Sin duda. Quizás con buena voluntad, pero tirarse a Castilla es tirarse a la política económica del gobierno. En este momento no hay opción, tenemos que seguir apoyando ahí para que esto se mantenga.

Una observación de un tipo más filosófico, que débil es el ser humano cuando tiene poder.

Corrompe su capacidad de hacer cosas. Tener la seguridad de que uno es poderoso no lo hace mejor, lo hace trastabillar, lo hace enredarse en su propia vanidad.

¿Qué libros han influido más sobre usted don Fernando?

Son muchos…

Deben ser tantos, pero si nos puede mencionar algunos.

Qué tendría que decirle… mi autor, él que he leído toda mi vida, con el que he crecido leyendo es Proust… Una vez, Sebastián Salazar Bondy, hace mil años, entró a mi casa y entró al dormitorio y vio un tomo de “En Busca del Tiempo Perdido” y dijo: “¿Todavía estás leyendo a Proust?” Y no he cesado. Bueno, eso tiene que ver con mi manera de comprender al ser humano, no hay ideología ahí, sino simplemente la introspección, procesa el genio. Es decir, algún crítico decía… “a los personajes de Proust los conocemos mejor que a nuestros padres, que a nuestros hermanos, que a nuestras amantes”… [Otro, André] Malraux, no solamente como novelista, sino como ser humano, como historiador del arte… La poesía me ha influido mucho, me ha formado.

Es para felicitarlo, el optimismo que usted tiene comparado con la frustración que tuvo Stefan Zweig antes de suicidarse en Petrópolis.

Claro sin duda, yo siempre lo digo, ¿Qué pasó? ¿En qué momento, de repente, se abrió una luz al fondo del túnel y pasamos? No solamente yo [me digo esto]. Muchos peruanos de ser pesimistas, resignados a una condición, ¿cómo decirte?, como decir… de segunda clase, [pasamos] a tener optimismo y a pensar que sí se puede, que sí podemos hacer de esto el país que habíamos soñado. [El país] que [César] Vallejo había soñado.

Y sobre el Perú, ¿qué libros le han ayudado a conocer y a sentir el Perú?

¿Qué libros? los de [José María] Arguedas, a quien quería mucho y fue un amigo de toda la vida. Bueno… está la poesía. Y claro, Mario Vargas Llosa. Esos tres libros de Mario, del primer Mario que abren las ventanas hacia el Perú, ¿no es cierto? La Ciudad y los Perros, La Casa Verde y Conversaciones en la Catedral. No es que no haya escrito otros, [todos] son libros maravillosos, pero estos son fundamentales para un peruano… ¿Qué otros? La poesía. Soy un lector de poesía. De la poesía de [Emilio Adolfo] Westphalen, de Javier Sologuren, de [Jorge Eduardo] Eielson, de Blanca Varela. Todos ellos me han enriquecido, me han abierto puertas, me han dado ideas. Mi pintura siempre ha estado vinculada a esa [poesía], siempre.

¿Qué peruanos debiéramos reconocer?

Terrible pregunta porque hay muchos, muchos poetas, muchas personas que han hecho mucho por el Perú y que están relegadas. Es decir, se mueren y desaparecen. Westphalen, que era un poeta extraordinario. [Es autor] de las mejores poesías de amor que se han escrito para mi gusto. O Javier Sologuren. Pero hay tantos peruanos… El doctor [Jorge] Basadre… Se me ocurren tantas gentes. El doctor [Raúl] Porras, tantas personas valiosas…

¿Qué mensaje le daría usted a la juventud? Hay muchos jóvenes que siguen Lampadia, ¿qué le diría a los jóvenes peruanos?

Yo les diría primero que tengan fe en el destino de este grupo humano. Y, segundo, que para poder lograr [lo que se proponen] se necesita trabajar, no se necesita hablar. Yo cuando vivía en París, me di cuenta que seguramente para mi pintura lo mejor hubiera sido quedarme en París para siempre, ¿no es cierto? Pero siempre sentí ese reclamo, esa sensación de tener que hacer algo por este grupo. Y eso es lo que se necesita, que los jóvenes tengan fe, pero trabajo sobre todo. Yo creo en el trabajo. El trabajo es la prueba del talento. El trabajo es la vocación. Eso, se necesita: Vocación y amor a nuestro destino.