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Oxfam debe ser liquidado

El reciente escándalo de Oxfam es un aviso urgente para apreciar las limitaciones de muchas organizaciones benéficas, que por sus ‘fines altruistas’, se asumen poseedoras de la verdad absoluta y, en nombre de ella, pretenden imponer sus ideas de cualquier manera, incluso manipulando y mintiendo.

Muchas de estas ONG, como es el caso de Oxfam, tienen planteamientos ideológicos, de las ideas de las izquierdas que hace rato fueron superadas en sus países de origen, pero pretenden imponer en los países menos desarrollados. Por otro lado, como buena parte de sus soportes financieros vienen de entidades que representan la antítesis de esas ideas, se incrementa, aún más, esa falsa autoridad moral que detentan, que los lleva a caer en esa trampa moral de ‘el fin justifica los medios’.

En esta ocasión el comportamiento de personal de mando de Oxfam en Haití, y los intentos de ocultamiento de sus líderes, ha dejado a Oxfam completamente desnuda. Sus líderes han destruido sus halos morales, al ser acusados de tratar de ocultar el comportamiento de algunos de sus altos funcionarios desplegados en Haití después del devastador terremoto de 2010 que causó la muerte de entre 200,000 y 300,000 personas.

Sus trabajadores humanitarios, incluido el director nacional de Oxfam en ese momento, Roland van Hauwermeiren, fueron acusados de convertir una villa (utilizada por la organización) en un prostíbulo improvisado, con prostitutas que solo usaban polos de Oxfam, intimidar a los conductores que colaboraban con Oxfam a conseguir sexoservidoras y realizar “fiestas sexuales” en las casas donde se hospedaban los trabajadores del grupo.

Ahora, el escándalo sexual que envuelve las operaciones de Oxfam parece haberse extendido a sus tiendas benéficas en el Reino Unido. Una empleada, Helen Evans, dijo a Channel 4 News (del Reino Unido) que en el lapso de un mes su equipo recibió tres denuncias de abuso infantil en sus tiendas de retail. Luego salió también a la luz que había sucedido lo mismo en Chad en 2006 y que el mismo director, Roland van Hauwermeiren, estuvo a cargo de la misión en ambos países.

“Altos funcionarios de Oxfam pagaron por sexo, a los sobrevivientes de Haití”, The Times

Quizás lo más triste es que ésta no sea la única agencia benéfica donde sucede esto. En tan solo unos días, la noticia sobre Oxfam se ha convertido en un escándalo mucho mayor respecto a la explotación por parte de trabajadores humanitarios en muchas partes del mundo y de las organizaciones civiles y de gobierno que los han protegido. En el fin de semana, el Sunday Times de Londres también reportó que otros grupos humanitarios británicos habían hecho auditorías internas que mostraban que más de 120 trabajadores fueron acusados de abuso sexual en un solo año.

¿Qué pasará ahora?

La Secretaria de Desarrollo Internacional, Penny Mordaunt, advirtió que Oxfam podría perder millones de libras en fondos públicos debido al escándalo. Oxfam recibió aproximadamente £ 32 millones (alrededor de US$ 44 millones) del gobierno británico el año pasado, según los registros públicos. En un comunicado, Mordaunt dijo que la organización se disculpó por “el comportamiento espantoso de algunos de sus empleados en Haití en 2011”. Por su lado, la vicepresidenta ejecutiva de Oxfam, Penny Lawrence, renunció admitiendo que está “avergonzada” de que sucediera el escándalo de la prostitución bajo su supervisión.

Estas acciones punitivas no son suficientes. Recordemos quién es Oxfam. Es una de las organizaciones de ayuda más grandes y destacadas del Reino Unido, que opera programas de desarrollo en más de 90 países de todo el mundo. La agencia también ofrece asistencia a personas en todo el mundo después de emergencias y desastres.

Por lo tanto, el poder de Oxfam se basa en su capacidad para recaudar dinero mediante un vínculo de confianza, un vínculo respaldado por la suposición de que su personal está guiado por el altruismo.

Ya en anteriores ocasiones hemos demostrado que Oxfam (y sus aliados ambientalistas en el Perú), no actúan por principios o bajo criterios técnicos. Lo hacen movidos por mera y pura ideología y como asalariados de estas cadres internacionales. Están en contra de nuestro modelo de desarrollo, de las actividades extractivas y del crecimiento, sin conocer el Perú y nuestras particularidades y necesidades.

Lo mismo dijimos en 2016 con respecto a la alarmante noticia de Oxfam que afirmaba que el 1% de la población tenía tanta riqueza como el restante 99%. Nuevamente, buscaban simplemente una manipulación embustera y que desmentimos tajantemente en: La gran farsa de Oxfam sobre la desigualdad. Tiempo antes, en Lampadia hemos venido reportado su mal comportamiento, ver: Oxfam no tiene autoridad moral,  publicado el 25 de julio 2014.

Las ONG globales deben proporcionar liderazgo moral tanto dentro de sus organizaciones, como con la gente que dicen apoyar, deben ser ejemplos y modelos a seguir para los países en los que trabajan. Los políticos británicos y los representantes de Oxfam se han apresurado a disculparse, pero las disculpas no son suficientes. Este evento ha desnudado la verdadera naturaleza de una organización que se autoproclamaba como representante del bien.

Aldo Mariátegui en su columna de opinión afirma que Oxfam “ha quedado absolutamente descalificada”, y que “corresponde a la APCI cancelar su inscripción en nuestro país”. En Lampadia nos sumamos a esa sugerencia. Pero, además, creemos que una organización que ha mantenido ese tipo de comportamientos, durante largo tiempo y en muchos lugares, en ocasiones de terribles tragedias humanas, no debe seguir existiendo. ¡Oxfam debe ser liquidado desde el Reino Unido!   

Muchas ONG internacionales, y agencias de cooperación desarrollan actividades en el Perú, que contradicen la declaración de sus fines, se alían con grupos de presión locales de orientación antisistema, y pretenden defender a los pobres, manteniéndolos en un país sin inversión ni empleo. No sigamos siendo tan complacientes con estos vehículos disfuncionales. Lampadia