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El nuevo juego del ‘libre comercio’

El TLCAN, que en su momento marcó la agenda del libre comercio, promoviendo los tratados bilaterales versus la agenda global de comercio de la OMC y solidificó el camino de la promoción de la globalización económica, está sufriendo hoy día una oleada de populismo y nacionalismo liderada por Trump.

El líder estadounidense populista cuestiona el orden económico internacional pro comercio en aras de una supuesta recuperación de la salud interna de su economía. Pero, al final, parece que la tan cacareada renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) solo tiene como objetivo “transferir los beneficios altamente específicos que provienen del proteccionismo de un grupo a otro.”

Detrás de todos estos enfrentamientos, lo que hay es puramente malabarismo para beneficiar a grupos de interés específicos, vinculados al espacio industrial tradicional estadounidense.

Lamentablemente, los efectos colaterales de esta ruptura de los sacrosantos contratos comerciales destruyen del orden internacional y hacen ver que, con el único expediente de un simple putsch populista, se pueden alterar y desvirtuar las estructuras de un mundo que costo mucho esfuerzo construir y que, en las últimas décadas, produjo una gran disminución de la desigualdad global y la mayor reducción de la pobreza de la historia.

Este es un antecedente muy perjudicial para el futuro del libre comercio en el mundo y para la impostergable necesidad de perseverar en la superación de la pobreza, especialmente, en los países emergentes.

Líneas abajo, compartimos un análisis sobre los daños y posibles impactos del nuevo TLCAN:

El nuevo TLCAN es solo antiguo proteccionismo y mala economía

MISES WIRE
Setiembre, 2018
Carmen Elena Dorobăț, PhD in economics from the University of Angers, and is Assistant Professor of Business at Leeds Trinity University
Glosado por Lampadia

Un nuevo acuerdo comercial de América del Norte está en proceso entre los Estados Unidos y Canadá, luego de que se llegó a un acuerdo tentativo con México la semana pasada. El acuerdo reemplazaría el acuerdo del TLCAN de casi 25 años entre los tres países. Tanto los medios como la industria están sufriendo de “fiebre de negociación”, ya que esperan ansiosamente los resultados de las negociaciones.

No se sabe mucho acerca de qué implicará este nuevo acuerdo exactamente. Sin embargo, las pocas cosas que sabemos indican que no hay necesidad de ninguna emoción. El nuevo acuerdo comercial será simplemente una amalgama del antiguo TLCAN, el TPP previamente rechazado y algunas medidas proteccionistas nuevas.

¿Es probable que sea una victoria para el libre comercio? Ni por una milla.

Primero, el acuerdo con México especifica que dos tercios del valor de un automóvil (en comparación con el 62% del TLCAN) deben ser fabricados en América del Norte, y casi la mitad debe ser fabricado por trabajadores que ganen un mínimo de $ 16 por hora. Solo los fabricantes de autos que cumplan con estos nuevos requisitos podrán enviar vehículos a través de la frontera con ningún arancel; otros pagarán un impuesto de aduana de 2.5%. Esto es una gran noticia para los sindicatos industriales en los EE UU y también será beneficioso para los sindicatos canadienses en caso de un acuerdo. Pero México también espera que esto obligue a los fabricantes de automóviles a aumentar los salarios. Sin embargo, estas reglas de origen y requisitos de salario y contenido solo aumentan los costos de fabricación. Esto puede eventualmente reflejarse en precios de automóviles más altos, y puede provocar la reubicación de las industrias automotrices de América del Norte a jurisdicciones de menor costo en el largo plazo.

En segundo lugar, las importaciones de acero y aluminio, actualmente sujetas a aranceles después de los últimos intentos de política de Trump para reconstruir las industrias metálicas de EE UU es probable que estas restricciones se mantengan en forma de un plan de cuotas. Los impactos de las cuotas y los aranceles son similares y provocarán aumentos y pérdidas de precios para los consumidores y las industrias adyacentes.

Otras medidas incluyen la extensión de los derechos de autor a un término de 75 años después de la muerte del creador y la eliminación del Capítulo 19 del TLCAN, según el cual las empresas podrían demandar por derechos antidumping o compensatorios ilícitos. Estas medidas aumentan la influencia de los gobiernos en las transacciones comerciales y la intervención en los precios y es probable que reduzcan la innovación a largo plazo. Lo irónico es que la extensión de los términos de copyright existía en la Asociación Transpacífico que Trump se negó a firmar a principios de 2017.

Canadá se ha opuesto a estos dos cambios, pero puede aceptarlos si se le da algo más a cambio. Puede, por ejemplo, negociar para mantener su umbral de minimis muy bajo para bienes libres de impuestos de $ 20, en comparación con $ 800 en los EE UU y ahora $ 100 en México. O puede luchar para continuar la protección, de una forma u otra, para sus ricos ganaderos de Ontario y Quebec, cuya gran influencia sobre la política canadiense los convierte en un poderoso grupo de interés.

Si le parece que el “mucho más justo, realmente buen trato” con México (y posiblemente con Canadá) es simplemente cambiar las regulaciones comerciales de un área a otra en lugar de reducirlas, sus ojos no lo están engañando. La razón de estos cambios es transferir los beneficios altamente específicos que provienen del proteccionismo de un grupo a otro. Incluso estos son bastante efímeros, porque cuando las importaciones disminuyen, también lo hacen las exportaciones. Si los consumidores gastan más en bienes nacionales, los precios internos aumentan, y cuanto más aumentan, más se reducen las exportaciones.

El nuevo acuerdo comercial se trata simplemente de hacer nuevos negocios para nuevos intereses especiales. El libre comercio o los intereses del consumidor nunca entran realmente en la ecuación. Las donaciones de campaña sí.

La opinión de Mises sobre esto fue muy directa y práctica. En Gobierno Omnipotente, demostró que los acuerdos comerciales modernos no guardaban ningún parecido con los tratados comerciales de Cobden y Chevalier:

En la era del laissez faire, los tratados comerciales se consideraron un medio para abolir, paso a paso, las barreras comerciales y todas las demás medidas de discriminación contra los extranjeros … Entonces cambió la situación. El significado de los tratados comerciales cambió radicalmente. Los gobiernos se entusiasmaron por sobrepasarse mutuamente en las negociaciones. Un tratado se valoraba en proporción, ya que obstaculizaba el comercio de exportación de la otra nación y parecía alentarlo a uno.

Es vano esperar algo de cambios puramente técnicos en los métodos aplicados en las negociaciones internacionales sobre asuntos de comercio exterior.

Si también le parece que el inevitable impacto perjudicial del nuevo acuerdo comercial sobre los precios internos y el nivel de vida es contrario a los objetivos declarados de otras políticas gubernamentales, tiene razón de nuevo. Mises explicó en Burocracia cómo los intereses de los grupos poderosos a menudo entran en conflicto, y las administraciones estatales se encargan de ellos de manera fortuita:

El departamento de trabajo apunta a mayores tasas salariales y a menores costos de vida. Pero el departamento de agricultura de la misma administración apunta a un aumento en los precios de los alimentos, y el departamento de comercio intenta aumentar los precios internos de los productos básicos por tarifas. Un departamento lucha contra el monopolio, pero otros departamentos están ansiosos por lograr -a través de aranceles, patentes y otros medios- las condiciones requeridas para construir la restricción monopólica.

A medida que varios acuerdos comerciales cambian nombres, cláusulas y proponentes, con la vieja táctica de cebo y cambio, el proteccionismo solo cambia su disfraz poco convincente. “El nuevo acuerdo sin sentido para el consumidor” sería un nombre más apropiado. Lampadia




Trump lanza ataque comercial

La semana pasada, el presidente Trump dijo que impondría un arancel de 25% sobre las importaciones de acero y un 10% sobre el aluminio, provocando una gran ola de ventas de acciones que reflejó una mayor preocupación: una posible “guerra comercial”. Si los países golpeados por los aranceles imponen represalias, se provocaría un ir y venir de crecientes imposiciones que dañarían el crecimiento global y el comercio internacional, el espacio indispensable para el avance de las economías emergentes.

El lunes, sin embargo, en relación a Canadá y México, el presidente Trump vinculó su amenaza a la renegociación forzada del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TCLAN), explicando que los eximiría de los aranceles sobre el acero y el aluminio, si aceptan las demandas de la Casa Blanca en la renegociación del TLCAN. Un estilo de negociación que está destruyendo todos los códigos del comercio internacional.

¿Por qué Trump amenaza con imponer aranceles?

Durante años, China ha sido acusada de vender acero y aluminio en EEUU a precios que están por debajo del costo de producción, en parte porque China tiene un gran excedente de capacidad productiva. Trump dice que la práctica le ha costado a la industria siderúrgica estadounidense cientos de miles de empleos. Trump ganó las elecciones prometiendo a los votantes de ‘blue collar’ en los estados productores de acero que se pondría duro con las importaciones. Ahora, está cumpliendo su promesa.

¿Qué es una guerra comercial?

Una guerra comercial ocurre cuando otros países afectados por los aranceles imponen sus propios aranceles en represalia, lo que podría desencadenar una batalla de aranceles en aumento, reversar el libre comercio y obstaculizar el crecimiento económico. La Unión Europea, Canadá y China ya han amenazado con aranceles en respuesta a las acciones de EEUU. Eso perjudicaría a los fabricantes de una amplia variedad de exportaciones de EEUU, incluyendo carne de res, maíz, automóviles y motocicletas. Trump, a su vez, dijo que luego impondría los automóviles europeos con aranceles.

¿Cómo afectan las tarifas a las negociaciones del TLCAN?

Trump parece estar utilizando las tarifas como método de negociación con Canadá y México en las conversaciones del TLCAN. En un tuit, Trump dijo: ” Los aranceles sobre acero y aluminio solo se levantarán si se llega a un nuevo acuerdo”.

Su tweet sugiere que la administración puede estar abierta a modificar las aranceles para eximir a ciertos países. Pero, también pone a los gobiernos de Canadá y México en una posición incómoda. Antes de la amenaza de los aranceles, los tres países podían al menos fingir que estaban tratando de negociar algún tipo de compromiso de beneficio mutuo. Ahora parecerá que están cediendo a las tácticas intimidatorias de Washington.

Tal vez esa es la intención de Trump; quizás está buscando otra excusa para finalmente acabar con el TCLAN. O tal vez está pensando todo lo contrario; es posible que esté preocupado por las duras críticas que ha recibido a nivel global con respecto a sus medidas. Con Trump nada se sabe.

¿Qué implica esto para América Latina y para el Perú?

En general, la decisión de Trump podría impactar todo América Latina, especialmente en Brasil y México, que representan respectivamente el 13% y el 9% del mercado estadounidense. En una región como América Latina, con varias elecciones presidenciales previstas en los próximos meses, el fantasma de una guerra comercial global puede dar impulso a quienes no entienden los beneficios del libre comercio y rechazan la apertura de mercados.

Brasil, segundo mayor exportador de acero a EEUU después de Canadá, reaccionó rápidamente al anuncio sobre aranceles a ese metal y al aluminio. “El gobierno de Brasil recibe con enorme preocupación la información”, indicó un comunicado del ministerio brasileño de Industria y Comercio Exterior el jueves.

El texto advirtió que Brasil espera “trabajar constructivamente” con EEUU para evitar la aplicación de los gravámenes, pero “no descarta eventuales acciones complementarias, en el ámbito multilateral y bilateral, para preservar sus intereses”.

México espera ser excluido de las medidas arancelarias de EEUU, porque de lo contrario el país debería responder con acciones recíprocas. Otros países y bloques como la Unión Europea también han advertido que tomarán medidas de represalia contra EEUU. si se aplican los aranceles anunciados por Trump, alimentando los temores a una guerra comercial que ya causan pérdidas en bolsas de valores.

En el caso del Perú, una guerra comercial tendría un impacto muy negativo en nuestra economía, ya que debilitaría sustancialmente el eco-sistema de libre comercio, indispensable para traer más riqueza del exterior a nuestro país y reducir la pobreza. Además, generaría una caída en el precio de los metales que afectaría las proyecciones de la economía.

Un impacto negativo adicional, se daría por el por el desvío de comercio de las exportaciones de acero de México, que ya es superavitario, y podría invadir nuestro mercado interno, haciendo un daño estructural a nuestra industria siderúrgica. Esto, como consecuencia de medidas que, como la de EEUU, esperamos se puedan corregirse pronto. Evidentemente, el Perú debe ver, en el corto plazo, cómo protegerse de daños de esta naturaleza.

En cuanto al impacto de una guerra comercial y la reversión del libre comercio, el gobierno tendría que convocar a los peruanos más conocedores de estos temas, para repensar nuestras estrategias comerciales, procurando no abundar en la destrucción del eco-sistema comercial global. Lampadia




Los 10 riesgos globales del 2018

Como lo hicimos en años anteriores, en esta ocasión compartimos el análisis de riesgos del Economist Intelligence Unit (EIU), sobre su insidencia en el 2018.

En su análisis, el EIU, no incluye uno que destacó The Economist hace pocos días, el riesgo de una guerra entre grandes potencias, concretamente, la posibilidad de un enfrentamiento de EEUU con Rusia (ver en Lampadia: El peligro de una guerra entre grandes potencias. En esa línea, esta semana, Putin a soltado un mensaje muy preocupante, ufanándose, al estilo del tirano norcoreano, de la capacidad de sus nuevas armas nucleares. Tema que analizaremos próximamente.  

Según las previsiones de crecimiento, este es un buen momento para la economía mundial. Sin embargo, un nuevo informe del EIU advierte de los grandes riesgos, algunos de los cuales ya se están viendo a través de la política comercial de los EEUU y el nerviosismo del mercado bursátil.

Las proyecciones de crecimiento mundial más recientes, del FMI, el Banco Mundial, el Foro Económico Mundial, etc., hablan de un “empuje” y “repuntes sostenidos”, de “recuperación cíclica” y “aumento de confianza”. La tasa de crecimiento global oscila entre 3% y 4%, aumentando en 2018 y 2019. Entonces, ¿todo va bien?

No necesariamente, afirma el Economist Intelligence Unit (EIU), un grupo global de investigación y análisis de inteligencia empresarial que evalúa regularmente los principales riesgos para la salud económica mundial.

La unidad ha publicado lo que determina serán los 10 principales riesgos para la economía global en los próximos dos años. El EIU afirma que “A pesar de las cifras alentadoras de crecimiento, la economía mundial se enfrenta al mayor nivel de riesgo en años. De hecho, este panorama económico favorable parece provenir de un mundo completamente diferente a aquel en el que los titulares están dominados por la retórica proteccionista, las principales disputas territoriales, el terrorismo, el creciente ciber-crímenes e incluso la amenaza de una guerra nuclear.”

Usando una métrica que combina la probabilidad de un evento dado con la severidad de su impacto, el informe dice que las dos amenazas más graves para la salud económica mundial en los próximos dos años provienen de Estados Unidos.

Esta tabla destaca los 10 principales riesgos mundiales de The Economist Intelligence Unit, clasificados en orden de intensidad. La intensidad del riesgo aquí se mide en una escala de 25 puntos, y es un producto de la probabilidad de que ese riesgo tenga lugar y el impacto potencial que tendría en la economía global.

1. La caída prolongada en las principales bolsas de valores desestabiliza la economía mundial

Se considera que un colapso prolongado en los mercados bursátiles mundiales, tiene el mismo nivel de riesgo que una guerra comercial global precipitada por las políticas proteccionistas de EEUU. Algo que parece aumentar después de que el presidente estadounidense Donald Trump anunciara nuevos aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio.

“Ambos son riesgos que creemos que tienen una oportunidad no desdeñable de ocurrir, tal vez un 20 o 30 por ciento de posibilidades”, dijo Philip Walker, el editor del informe. “Tendrían un impacto muy perjudicial en la economía mundial y reducirían significativamente el PBI mundial”.

El EIU afirma que un período de “gran incertidumbre” está por venir en los próximos meses, particularmente debido a la creciente expectativa de que la Reserva Federal de la EEUU normalice su política monetaria y aumente las tasas de interés, con otros tesoros importantes en todo el mundo.

2. El comercio mundial se desploma a medida que Estados Unidos intensifica las políticas proteccionistas

La probabilidad de una guerra comercial global, calificada en alrededor del 30 % por la EIU, seguramente ha aumentado en los últimos días. El anuncio de que EEUU cobrará aranceles del 25 % sobre las importaciones de acero y del 10 % sobre el aluminio ha provocado la indignación de varios socios comerciales clave de EEUU.

La respuesta de Trump, a través de un tweet, fue que “las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”. Sin embargo, el informe describe dos riesgos distintos a corto plazo con respecto al comercio mundial. Una es que la retórica de Trump de 2016 y 2017 (en gran medida dirigida a China) sucederá en 2018, como parece.  El segundo es la posibilidad de que Estados Unidos se retire del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), algo que tendría un profundo impacto global.

“Estamos en una situación en la que las cadenas de suministro mundiales están tan interconectadas, esta amenaza del TCLAN no es solo un problema de Norte América, o una cuestión entre Estados Unidos y China, es global”, dice EIU.

Lo que está claro, de acuerdo con este informe, es que el riesgo principal en el comercio global se relaciona con la forma en que China reaccionará ante las políticas proteccionistas de Estados Unidos. Hasta ahora, la reacción de la segunda economía más grande del mundo a los cambios de política de Estados Unidos en 2018 ha sido relativamente medida.

En la decisión de enero de imponer aranceles a las lavadoras y paneles solares, el Ministerio de Comercio de Pekín dijo que colaboraría con la OMC para defender sus intereses. “Si China reacciona desproporcionadamente”, advierte el EIU, “o si Estados Unidos reaccionara de una manera desproporcionada, se podría ver cómo esto se magnifica rápidamente en un problema comercial global”.

3. Las disputas territoriales en el Mar del Sur de China conducen a un estallido de hostilidades

Muchos de los riesgos se relacionan con una guerra abierta. El tercer riesgo más alto se relaciona con la posibilidad de que estallen hostilidades en el Mar del Sur de China por disputas territoriales, y China reclame aguas territoriales tanto al sur como en la costa de Malasia.

Luego está la posibilidad de que algo dramático ocurra en la Península Coreana, donde el programa nuclear de Corea del Norte continúa avivando las tensiones. El EIU ve esto como un evento de baja probabilidad, con las hostilidades en el Mar Meridional de China consideradas significativamente más probables.

Luego hay temores sobre la posibilidad de una guerra abierta entre los rivales de Medio Oriente, Arabia Saudita e Irán, cuya prolongada disputa geopolítica ha provocado varias guerras de poder en la región y una creciente polarización sobre dónde se encuentran las lealtades de los diferentes países.

4. El crecimiento global sobrepase el 4%

El aumento del crecimiento global es un riesgo en el sentido de que es poco probable que eso suceda, pero no necesariamente será negativo.

“Una aceleración amplia en el crecimiento no solo proporcionaría un alivio bienvenido a los países de crecimiento lento en otros lugares, sino que también podría ayudar en cualquier reequilibrio económico a largo plazo en China, haciendo que todo el proceso sea menos doloroso. (…) Una mejora en la demanda mundial proporcionaría un mayor apoyo para los precios de los commodities, lo que se sumaría a un círculo económicamente virtuoso para los exportadores de productos básicos en América Latina, Oriente Medio y el África subsahariana”.

5. Un ciberataque paralice las actividades corporativas y gubernamentales

A medida que continúan las discusiones sobre la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses en 2016, los ciberataques globales siguen siendo una gran amenaza.

Sin embargo, existe el riesgo de que la frecuencia y la gravedad de los ataques aumenten. Muchos de los recientes ataques se han centrado en el uso de ransomware, que busca obtener ganancias financieras mediante la explotación de las vulnerabilidades de la red.

Estos ataques bien podrían formar parte de los esfuerzos más amplios de los actores para paralizar gobiernos y economías rivales e incluir esfuerzos para dañar la infraestructura física mediante ciberataques u obtener acceso a información importante.

6. China sufre una recesión económica desordenada y prolongada

Lejos de sus crecientes ambiciones políticas, China ya es una potencia económica, siendo la segunda economía más grande del mundo (la primera según algunas medidas). Sin embargo, persisten los temores de que el crecimiento económico podría estancarse a medida que el país se moderniza.

“Si el gobierno chino es incapaz de evitar una espiral económico descendente, esto llevaría a precios mucho más bajos de los commodities, particularmente en metales”, según la EIU. “Esto, a su vez, tendría un efecto perjudicial en las economías de América Latina, Medio Oriente y África Subsahariana que se habían beneficiado del anterior auge de los precios de los commodities impulsados por China”.

7. Una gran confrontación militar en la Península Coreana

Aumentando aún más el riesgo, Trump ha adoptado una postura más dura que su predecesor hacia Corea del Norte. La combinación de una postura más agresiva por parte de EEUU y la posibilidad de que Corea del Norte se convierta en un estado nuclear capaz de llegar a Estados Unidos en 2018 o principios de 2019 podrían provocar una escalada hacia un conflicto armado importante.

8. Los conflictos en Medio Oriente se convierten en enfrentamientos directos que paralizan los mercados mundiales de energía

Arabia Saudita e Irán han tenido una relación tensa durante décadas, pero se ha intensificado recientemente y ahora tiene el potencial de presentar un desafío económico global.

Como señala la EIU: “En el peor de los casos, estas batallas por poder podrían llevar a un conflicto más amplio en la región del Golfo, potencialmente enfrentando directamente a Arabia Saudita e Irán, cerrando el Estrecho de Hormuz y paralizando los mercados mundiales de energía”.

“En un período en el que ya esperamos que las reservas mundiales de petróleo caigan, cualquier interrupción en el suministro del Golfo se traduciría rápidamente en un aumento de los precios y, en consecuencia, afectaría severamente las perspectivas de crecimiento económico mundial”.

9. Los precios del petróleo caen significativamente después del acuerdo de la OPEP para frenar la producción

Los precios del petróleo se recuperaron durante el año pasado, pero se mantienen muy por debajo de los niveles previos a 2014. Las tensiones aún permanecen dentro de la OPEP, el cártel de los productores de petróleo, y cualquier escalada podría hacer que los precios bajen, con un impacto económico mundial generalizado. Arabia Saudita, por ejemplo, podría decidir aumentar la producción, creando un nuevo exceso de oferta.

“Habiendo comenzado recientemente a recuperarse de la recesión de 2014-16, los precios del petróleo se verían afectados por un repentino y gran aumento en la producción de crudo, y algunos países enfrentarían serias crisis de balanza de pagos”, dice la EIU.

10. Múltiples países se retiran de la zona euro

El EIU considera probable que Grecia deje la eurozona en el mediano plazo. No considera que otros países lo seguirán, pero si lo hicieran, sería altamente perjudicial tanto para la economía europea como para la mundial.

Si más países dejaran la zona del euro, la economía mundial se desestabilizaría. Los países que salgan de la zona bajo coacción sufrirían grandes devaluaciones monetarias y no podrían pagar las deudas denominadas en euros. A su vez, los bancos sufrirían grandes pérdidas en sus carteras de bonos soberanos y la economía mundial podría verse sumida en una recesión. Lampadia




Trump es una amenaza para la humanidad

La mayor amenaza para los Estados Unidos en este momento no es el terrorismo o la economía. La mayor amenaza es Donald Trump, el candidato del Partido Republicano a la presidencia. Este ex promotor inmobiliario que se convirtió en una estrella de televisión ha manipulado los miedos y las ansiedades de la población estadounidense hasta convertirse en candidato para las elecciones de noviembre próximo.

Trump ha sido sin duda la figura más mediática de este ciclo electoral en EEUU y, en parte, la media tiene parte de culpa de su popularidad. Las agencias de noticias le han dado una enorme atención, lo cual solo ha alimentado su ascenso y presencia. Este candidato ha preocupado a personas de todo tipo de inclinaciones políticas con sus comentarios prepotentes, ignorantes y descuidados, por lo que su popularidad es alarmante.

La atención de los medios se centró inicialmente en la vulgaridad del planteamiento de su reforma migratoria, afirmando que los mexicanos “son violadores; y algunos, supongo, son buenas personas” y amenazando construir un muro en la frontera con México (el cual tendría alrededor de 3,200 kilómetros de largo, seis metros de alto y un costo de US$ 15 a US$ 25 mil millones, que ‘obligaría’ pagar a México a través de una combinación de derechos  aduaneros, capturas de las remesas de los trabajadores y tarifas más altas en visados).

Desde entonces, Trump ha desplegado otras políticas y posiciones: la derogación y sustitución del Obamacare; la renegociación del TLCAN; la reforma de la Administración de Veteranos; imponer aranceles a la importación de bienes de empresas estadounidenses fabricados en otros países de hasta 35%; el retiro de EEUU de la OMC (Organización Mundial del Comercio); no proteger a Europa de un eventual ataque de Rusia; el alejamiento de la OTAN y su participación en conflictos internacionales a no ser que EEUU les cobre a los países involucrados: etc., etc. Todo esto manteniendo un déficit fiscal similar al actual, un crecimiento sostenido de la economía y sin modificar los programas Medicare y Seguridad Social. Ver un análisis integral de sus demás propuestas en Lampadia: Una lucha de extremos que solo trae inquietud al mundo.

En concreto, una eventual presidencia del agresivo magnate inmobiliario estaría al mismo nivel de peligrosidad que el terrorismo de ISIS, como lo afirmó The Econonmist Intelligence Unit (EIU) hace unos meses. Y es que el ascenso de Trump ha fomentado un sentimiento anti globalización y anti libre comercio, a través de un discurso que promete proteger a los trabajadores de EEUU y a la industria nacional e impedir el ingreso de bienes que fabrican las empresas de EEUU en el extranjero.

Esto podría escalar rápidamente hacia una guerra comercial. En palabras del EIU, “sus tendencias militares hacia Oriente Medio y su prohibición a todos los musulmanes de viajar a EEUU sería un potente instrumento de reclutamiento para grupos yihadistas, aumentando su amenaza tanto dentro de la región como más allá“.

Esta amenaza de una guerra comercial tendría como principal víctima a México. Según Trump, “México actúa de forma injusta al promover sus propios productos, retiró sus tarifas arancelarias para ser miembro del TLCAN pero impuso una tasa al valor añadido de las importaciones para seguir siendo competitivo” (un comentario maniqueo). Además, recientemente comparó la situación de EEUU con la del Brexit, para plantear que Estados Unidos también “se independice” en materia económica, lo que incluye bloquear también el nuevo Tratado Comercial Transpacífico (TPP).

La invocación del Artículo 2205 del TLCAN para retirar a EEUU del pacto, según expertos en política comercial, provocaría con seguridad la imposición de tarifas a las exportaciones estadounidenses y las importaciones de México. Varias organizaciones empresariales, como la Cámara de Comercio de EEUU (USCC) y la Asociación Nacional de Manufactureros (NAM), han dejado en claro su rechazo a las ideas de Trump, advertiendo de que éstas disminuirán las exportaciones y causarán un alza de precios y la pérdida de al menos 3.5 millones de empleos.

Enrique Krauze, el afamado escritor mexicano, escribió recientemente en un artículo títulado “La urgencia de parar a Trump” publicado en El País de España que, de ocurrir la pesadilla de que Trump sea presidente, habría una nueva guerra entre México y EEUU. “Esta guerra no será militar: será una guerra comercial, económica, social, étnica, ecológica, estratégica, diplomática y jurídica”:

“Comercial, por la amenaza creíble de que EEUU abandone el Tratado de Libre Comercio e imponga aranceles a nuestras exportaciones. Económica, por el secuestro anunciado de las remesas que son la principal fuente de divisas para México. Social, por las deportaciones masivas de mexicanos indocumentados que recordarían episodios vergonzosos de confinamiento y persecución contra los japoneses residentes durante la II Guerra Mundial. Étnica, por el previsible encono que desataría esa política de deportación no solo en Estados Unidos (donde las tensiones raciales son cada día más graves) sino en México, donde viven pacíficamente más de un millón de norteamericanos. Ecológica, por la posible renuencia mexicana a cumplir con convenios en materia de agua en la frontera texana como respuesta a las agresiones estadounidenses. Estratégica, por la nueva disrupción de la vida en la frontera (ya de por sí frágil y violenta) y la cancelación potencial de los convenios de cooperación en materia de narcotráfico. Diplomática, por las inevitables consecuencias que la aplicación de la doctrina nativista y discriminatoria de Trump tendría en todos los niveles y órdenes de gobierno en los dos países, estatales y federales, ejecutivos y legislativos. Jurídica, por el alud de demandas que someterían a las cortes individuas, grupos y empresas mexicanas, públicas y privadas, para defender sus intereses.”

Además, Krauze afirmó que el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, estaría adoptando “una política de avestruz frente a Donald Trump”, en la que actuar con cautela frente al candidato republicano para “no atizar más la animosidad”. Esto, claramente, sería un error dado que estaría perdiendo la oportunidad de incidir en la eleeción del próximo presidente de EEUU y mostrar “valentía y dignidad” al enfrentarse a un candidato facista. 

Cabe señalar que las declaraciones que ha hecho Trump en relación al proteccionismo que piensa instaurar en Estados Unidos no han sido sólo en contra de México, y ha tenido opiniones negativas también de las relaciones comerciales con Japón, China y básicamente cualquier nación con la que EEUU mantenga un déficit comercial crónico.

Según el Presidente Barak Obama, Trump es “Unfit for President” (no apto, incompetente, incapaz, indigno para la presidencia). Veamos como lo ilustra The Economist con la caricatura de Kal:

Por su lado El País de España tituló ayer una nota: “La afinidad de Trump con Putin rompe con la política exterior de EEUU”. 

De llevarse a cabo lo que amenaza con hacer Trump, el mundo entero podría entrar en una crisis de pronóstico reservado y la paz global estaría amenazada gravemente, considerando además que al otro lado del tablero ya tenemos a otro líder desquiciado, Vladimir Putin.

Como hemos comentado anteriormente, el mundo necesita buenos líderes. La tragedia de nuestro tiempo es que los mejores hombres y mujeres no están en la política. Hay que hacer de la política un mejor espacio de desarrollo personal. 

Lampadia




Alianza del Pacífico y Mercosur, dos historias contrapuestas

Alianza del Pacífico y Mercosur, dos historias contrapuestas

Ambos bloques comerciales nacieron con objetivos de integración comercial, sin embargo el Mercosur se desdibujó desde que optó por el llamado ‘socialismo del siglo XXI’ impulsado por Hugo Chávez de Venezuela con el padrinazgo de Lula del Brasil.

No solo eso, durante los últimos quince años los miembros del Mercosur han regresionado comercialmente, tanto al interior del bloque, como fuera de él, implantando cada vez más cortapisas al comercio hasta convertirse más en un bloque político que comercial.

En la Alianza del Pacífico se agrupan las economías más dinámicas y abiertas al comercio de la región y entre sus metas, que se están estableciendo aceleradamente, están además de las comerciales, el libre flujo de servicios, inversiones y personas.

Históricamente América Latina ha sido una región bastante cerrada al comercio. Mientras el Ásia apostó desde los años 60 por la apertura, en nuestra región se enseñorearon las desastrosas teorías de la Cepal y de Getulio Vargas, que hicieron de la región, a pesar de sus importantes capacidades, una zona caracterizada por su pobreza y estancamiento económico.

La Alianza del Pacífico es una apuesta por recuperar el tiempo perdido y por llevar a la región al desarrollo que ostentan los países que no equivocaron el camino. Increíblemente, en el Perú toda la izquierda, buena parte de los académicos, intelectuales y centros de estudios abogan ahora por el pos-extractivismo, que pretende aislarnos del resto del mundo y llevarnos a un feudo de la Edad Media. Ver en Lampadia: Complot anti-desarrollo al descubierto.

Líneas abajo compartimos una descripción de ambos bloques, publicado en un blog del Banco Mundial:

¿Cuáles son los bloques comerciales y cómo se comparan dos de los más grandes de América Latina?

Por Saulo Teodoro Ferreira. Publicado por Open Data, Blog del Banco Mundial, el 27 de julio de 2015.Traducido y glosado por Lampadia

Los bloques comerciales son acuerdos intergubernamentales, que tienen como propósito brindar beneficios económicos a sus miembros mediante la integración  comercial.

Entre los bloques comerciales ampliamente conocidos están la Unión Europea, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA o TLCAN), [ASEAN] y la Unión Africana. Estos pueden tener numerosos beneficios para sus integrantes al alentar la inversión extranjera directa, aumentar la competencia e impulsar las exportaciones.

En América Latina, los bloques del Mercosur y la recientemente formada Alianza del Pacífico representan en conjunto aproximadamente el 93 % del producto bruto interno (PBI) de la región a precios de mercado de 2014. ¿Quiénes participan en estos bloques comerciales y cómo se comparan entre ellos?

Tamaño, miembros y desempeño del Mercosur y la Alianza del Pacífico

 

​La Alianza del Pacífico es un bloque comercial latinoamericano formado en 2011 por Chile, Colombia, México y Perú. Los cuatro países en conjunto tienen una población de alrededor de 221.3 millones de personas y un PBI de US$2’100 millones. El Mercado Común del Sur (Mercosur), creado en 1991, incluye a Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Los cinco países suman 285 millones de habitantes y un PBI de US$3’500 millones.

El comercio dentro de los bloques —una de las áreas que debería beneficiarse a partir de estos acuerdos—, representa aproximadamente el 4 % del comercio total en la nueva Alianza del Pacífico y alrededor del 14 % en el Mercosur.

En términos del comercio efectuado con países afuera de los bloques comerciales, Estados Unidos representa aproximadamente el 50 % del comercio de bienes en la Alianza del Pacífico (esto se debe en gran medida a los sólidos vínculos entre México y EEUU) frente al 11 % en el caso del Mercosur. En tanto, China representa entre el 12 % y el 14 % del comercio total de ambos bloques respectivamente.

Escaso crecimiento del comercio entre los miembros en ambos bloques

El crecimiento de la actividad al interior de los bloques comerciales de América Latina ha sido escaso, especialmente en el Mercosur, donde el comercio interno bajó en 3 %, por debajo de los niveles previos a la crisis de 2008. De manera similar, si bien ha resistido mejor, las tendencias también muestran un descenso en el comercio dentro de la Alianza del Pacífico, a pesar del crecimiento registrado en 2011 cuando se firmó el acuerdo.

Modesto crecimiento económico de los miembros de los bloques, después de la crisis financiera

Uno de los objetivos fundamentales de un bloque comercial es ayudar al crecimiento económico de sus miembros. Luego de la crisis financiera de 2008, entre 2011 y 2014, los países de la Alianza del Pacífico registraron tasas medias anuales de crecimiento del PBI real del 3.1 % frente al 1.5 % en el caso del Mercosur. Sin embargo, ninguna de las dos regiones ha retornado a las aceleradas tasas de crecimiento (en torno al 5 %), que se observaron antes de la crisis financiera.

Nuevos miembros en ambos bloques, pero exportaciones e importaciones registran crecimientos distintos

En general, entre 2011 y 2014, las exportaciones de los miembros de la Alianza del Pacífico aumentaron un promedio de 4.2 %, mientras que las exportaciones de los países del Mercosur bajaron en 1.2 %. Al mismo tiempo, el crecimiento de las importaciones del Mercosur ha venido declinando desde 2011, y se contrajo en 5.3 % en 2014. Por otro lado, luego de una pronunciada disminución entre 2008 y 2009 y una rápida recuperación en 2010, el crecimiento de las importaciones de la Alianza del Pacífico ha permanecido positivo.

Ambos bloques están en proceso de agregar más países a los acuerdos comerciales: los primeros en la fila son Bolivia (en el Mercosur) y Costa Rica (en la Alianza del Pacífico). Esto representará un aumento de 3.8 % de la población del Mercosur, llegando a 295.9 millones de personas. En el caso de la Alianza del Pacífico, la población se incrementará en 2.2 %, totalizando aproximadamente 226.2 millones de habitantes. El PBI nominal total aumentará alrededor de 1 % en el Mercosur y de 2 % en la Alianza del Pacífico.

[En el caso de la Alianza del Pacífico, Chile, desde el gobierno de Michele Bachelet está abogando por una integración antinatura con el Mercosur.]

Indicadores usados en esta publicación:

PBI (US$ corrientes)

Población

PBI (US$ constantes de 2005)

Exportaciones de bienes y servicios (US$ constantes de 2005)

Importaciones de bienes y servicios (US$ constantes de 2005)

​Otras fuentes de datos: Solución Comercial Integrada Mundial (WITS) (i) y Perspectivas de la economía mundial (WEO) (i).L