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Ser emprendedor: no es fácil

Álvaro Díaz Castro
Abogado en derecho empresarial y de la minería
Para Lampadia

“Tu enemigo eres tú mismo. El desconocimiento de tu propio desconocimiento es la fuente de todos los fracasos”
(El libro negro del emprendedor).

En Perú la palabra “emprendedor” ha adquirido tantos matices como quienes quieren aprovechar del buen semblante que representa.

En este sentido, te consideran emprendedor si abres una tienda en la esquina, si pones la cabina de internet, si reparas techos, si montas un café, etc. Esos son negocios, trabajos dignos, necesarios, pero no necesariamente emprendimientos.

Jim Clifton (Presidente y CEO de Gallup, en su libro “Descubra sus fortalezas de emprendedor”) dice “Sólo cerca de cinco de cada 1,000 personas tienen la capacidad de iniciar y hacer crecer un gran negocio.  En comparación, 20 de cada 1,000 personas tiene un coeficiente intelectual lo suficientemente alto para ser aceptados en la organización americana que busca la excelencia en la inteligencia humana (MENSA)”.   Por ello los bonitos mensajes de que todos somos emprendedores no tienen una base en que fundarse; y, por el contrario, pueden generar no sólo frustraciones sino fracasos económicos reales.

Dice la teoría que emprender significa “tener decisión e iniciativa para realizar acciones que son difíciles o entrañan algún nivel importante de riesgo”, y emprendedor es el “individuo que organiza y opera una o varias empresas, asumiendo cierto riesgo financiero en tal acción; comienza algo”.

Revisado ello, empresario resulta igual o muy similar a emprendedor. Dice la teoría que se entiende más por empresario al que toma decisiones.  Resulta que el emprendedor es considerado como tal justo porque toma decisiones.

De algún modo, por estos lares, se ha buscado envilecer la palabra empresario y realzar la de emprendedor como una categoría más benévola, casi beatificada, en un intento para separarla de la mediana y gran empresa. Si tienes éxito con tu emprendimiento y creces, dejarías de ser emprendedor, y te vuelves un vil empresario.

La imagen del inconsciente colectivo que tenemos de un emprendedor (pidiendo disculpas a Carl Jung por utilizar de este modo su concepto) es la de aquel que ha creado o innovado algo y ha dejado de lado un cómodo status quo, o ha dado un paso comprometido para poner a luz su creación que funcione y cambie (mejorando) la forma de hacer tal o cual cosa en beneficio de la sociedad.

Por esa imagen se suele relacionar a emprendedor con innovación y desarrollo, con creatividad y aventura, con construir sueños y probablemente por ello es que termina siendo tan bien visto el ser denominado emprendedor.

En las ideas “per se” no hay emprendimiento (ni empresario), sólo imaginación y bonitas propuestas. En ejecutar, plasmar, hacer realidad tales ideas distintas, creativas, motivadas, es cuando comienza a forjarse el emprendedor.

Crear un trabajo conforme al estándar no encajaría plenamente con el concepto que se quiere entender por emprendedor (igual pasó con los “clusters” como los concibió Michael Porter y como se tergiversó en los discursos políticos, pero ello es otra historia).

El abrir negocios y fuentes de trabajo en función de la demanda del mercado es necesario, indispensable y loable, pero eso no necesariamente es emprendimiento.

El nivel de fracaso de quienes quieren asumir un emprendimiento es altísimo, e implica arriesgar y muchas veces perder patrimonios personales, familiares, de amigos y/o del Estado (que, con buena intención, pero no necesariamente buenos resultados, tiene políticas para subvencionar todo aquello que llegue bajo el nombre de emprendimiento, en lugar de lo que genere innovación y desarrollo).

De hecho, en Perú, el 90% de las start-ups no sobreviven más de un año (diario Gestión 10/enero/2017 entrevista al Dr.  Alejandro Morales, de Torres y Torres Lara, Abogados).

El emprender va más con volver útil el conocimiento innovador existente, ese que promueve Endeavor “formas de hacer las cosas que resultan disruptivas y con potencial de escalamiento exponencial”. Ello sí fortalece de modo sólido y rápido la generación de empleo, el dinamismo económico, bajos costos, mejora de servicios. En resumen, todo lo que esté más cerca de los llamados “océanos azules” (como lo describe Reneé Mauborgne y Chang Kim).

Como es usual, el no tener claro los conceptos y manosearlos, estirarlos o fraccionarlos lleva a que se cometan graves errores, se dilapiden recursos, se mal oriente al ciudadano, se alimenten falsas expectativas.

Se debe tener políticas que apoyen la generación de negocios y empleos tal cual se usan y necesitan en el quehacer diario y otras distintas para promover el emprendimiento.   Llamar a todo esfuerzo emprendimiento hace que se desvíe la atención y los recursos. El “chocolatear” esos ingredientes no te da ni torta ni pan, ni chicha ni limonada.

Permítanme, en un siguiente artículo, resumir lo que nos cuenta el “Libro negro del emprendedor”, que el asunto no es tan fácil, pero hay que recorrerlo. Les dejo unas ideas de dicho libro para adelantar el tema:

El emprendedor no se desconecta jamás. Es como un contrato laboral draconiano de 24 horas al día durante 365 al año”. Lampadia

La inocencia debe practicarse en una tómbola. No se puede romper las reglas sin conocerlas, es algo que no suele suceder. Es mejor apostar conociendo los riesgos que hacerlo confiando en la fortuna pasajera”.
Animar a emprender a personas que no están preparadas no es fomentar el espíritu emprendedor, es un ejercicio de responsabilidad”.




¿Start-ups en búsqueda de nuevos horizontes?

¿Start-ups en búsqueda de nuevos horizontes?

Cuando uno piensa en Silicon Valley en California, vienen imágenes de muchos de los pesos pesados globales en la industria de la tecnología. Gigantes como Google, Apple y Facebook han cambiado el mundo con sus modelos de tecnología y negocios, y todos ellos dicen que Silicon Valley su hogar.

No es de extrañar que cientos de nuevas empresas se hayan congregado en Silicon Valley a lo largo de los años, deseosas de estar donde todo comienza y convertirse en la próxima gran novedad.

The Economist recientemente analizó por qué Silicon Valley estaría perdiendo su atractivo ante los ojos de muchas nuevas empresas y hacia dónde se dirigen. ¿Por qué se van? No hay una sola razón por la cual algunas compañías están dejando Silicon Valley; sino más bien una colección de cosas que los hacen creer que pueden hacerlo mejor en otros lugares:

  • Es demasiado caro: El costo de vida en Palo Alto y sus alrededores se encuentra entre los más altos del país.
  • Está muy congestionado: todas esas start-ups necesitan talento de alta calidad, y a medida que más y más personas acuden a Silicon Valley en busca de una carrera prominente, el tráfico y la congestión en general seguramente aumentarán.
  • Es demasiado competitivo: una de las claves para convertirse en la próxima gran start-up tecnológica es destacar entre la multitud. Y es fácil perderse en Silicon Valley.
  • Una actitud de mente cerrada: aunque es más una opinión que un hecho, algunos empresarios se han cansado de lo que perciben como una mentalidad cerrada.
  • Políticas conflictivas: El miedo basado en posibles cambios de inmigración o nueva legislación que podría afectar muchas start-ups y algunas preferirían simplemente hacerlo en otro lugar.

¿A dónde van? La tendencia parece que se van a todo el mundo, diversificando la innovación de manera interna en EEUU y en todo el mundo, lo cual traerá beneficios para una mayor cantidad de personas:

  • Austin, Texas, parece todo menos un centro tecnológico, pero se ha convertido en uno de los lugares más codiciados de las nuevas empresas estadounidenses.
  • Singapur se ha convertido en un nuevo centro de start-ups debido a razones como el costo de la vida, procesos eficientes y una actitud acogedora hacia la cultura de las start-ups.
  • Estonia tiene un marco legal actual muy propenso a la inversión, es totalmente virtual, los reguladores son confiables y tienen una política fiscal favorable, lo que lo convierten en un excelente lugar para hacer negocios relacionados con tecnología.
  • Toronto se está convirtiendo rápidamente en una alternativa viable. Cuenta con empresarios, inversionistas y una abundante oferta de nuevas empresas.
  • Berlín es un destino europeo con una creciente escena de start-ups, con facilidades de visas, alta calidad de vida y una gama de ciudadanos globales.
  • Florida en EEUU.

Si Silicon Valley está realmente perdiendo su atractivo, se puede ver que hay una multitud de alternativas listas y capaces de tomar el relevo. En Lampadia consideramos que es necesario crear incentivos para acelerar la innovación. Las mayores innovaciones son el resultado tanto de la inversión de gobiernos en investigación básica como de la creatividad e inversión del sector privado. Sin embargo, uno de los principales frenos a una mayor innovación en el Perú son las barreras que el mismo gobierno le impone a las empresas, reduciendo su productividad y yendo en contra del crecimiento. Las barreras de entrada y los altos costos de operación y expansión reducen el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas.

Entonces, ¿qué espera el Perú para crear su propio hub tecnológico? En el Perú ya tenemos a grandes innovadores (ver en Lampadia: Arequipa incuba desarrollo de industria tecnológica y Blogs desde Singularity University) y personas capacitadas para poder empezar esta hazaña. Aprovechemos a nuestros talentosos jóvenes y démosles las herramientas para innovar y seguir creciendo. Lampadia

La nueva geografía de la innovación
Porqué las start-ups están abandonando Silicon Valley

Su predominio como hub tecnológico está en declive. Eso es motivo de preocupación.

The Economist
30 de agosto, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

“Como Florencia en el Renacimiento”. Esa es una descripción común de lo que es vivir en Silicon Valley. El capital tecnológico de Estados Unidos tiene una gran influencia en la economía mundial, los mercados de valores y la cultura. Esta pequeña porción de tierra que se extiende desde San José hasta San Francisco es el hogar de tres de las cinco compañías más valiosas del mundo. Gigantes como Apple, Facebook, Google y Netflix nombran a Silicon Valley como su lugar de nacimiento y su hogar, al igual que start-ups pioneras como Airbnb, Tesla y Uber. El Bay Area tiene la decimonovena economía más grande del mundo, clasificándose por encima de Suiza y Arabia Saudita.

‘The Valley’ (como se le conoce) no es solo un lugar. También es una idea. Desde que Bill Hewlett y David Packard se instalaron en un garaje de ese lugar hace casi 80 años, ha sido sinónimo de innovación e ingenio. Ha estado en el centro de varios ciclos Schumpeterianos de destrucción y regeneración, en los chips de silicio, computadoras, software y servicios de Internet. Algunos de sus inventos han sido ridículos: teteras conectadas a Internet, o una aplicación que vendía monedas para que las personas las puedan utilizar en lavanderías. Pero otros son campeones mundiales: los microprocesadores, las bases de datos y los smartphones trazan su linaje hasta ‘The Valley’.

Su combinación de experiencia en ingeniería, networking, grandes fondos de capital, universidades sólidas y una cultura de riesgo han hecho que ‘The Valley’ sea imposible de clonar, a pesar de muchos intentos de hacerlo. No existe un rival creíble por su posición como centro de innovación preeminente en el mundo. Pero hay indicios de que la influencia de ‘The Valley’ está llegando a su tope. Si eso fuera simplemente un síntoma de una innovación mucho mayor en otros lugares, sería motivo de alegría. La verdad es menos feliz.

La meseta de Silicio

Primero, hay evidencia de que algo está cambiando. El año pasado, más estadounidenses abandonaron el condado de San Francisco que los que llegaron. Según una encuesta reciente, el 46% de los encuestados dice que planea abandonar el Bay Area en los próximos años, un aumento del 34% con respecto al 2016. Muchas start-ups se están expandiendo a nuevos lugares en una tendencia que ya tiene un nombre: “Off Silicon Valleying “. Peter Thiel, tal vez el capitalista de riesgo más destacado de ‘The Valley’, se encuentra entre aquellos que se van. Los que se quedan tienen horizontes más amplios: en 2013 los inversionistas de Silicon Valley invirtieron la mitad de su dinero en nuevas empresas fuera del Bay Area; ahora esta cifra es más cerca a los dos tercios.

Las razones de este cambio son múltiples, pero la principal es el nivel de costos de operar en ‘The Valley’. El costo de vida se encuentra entre los más altos del mundo. Un fundador reconoce que las nuevas empresas pagan al menos cuatro veces más para operar en el Bay Area que en la mayoría de las otras ciudades de Estados Unidos. Las nuevas tecnologías, desde la computación cuántica hasta la biología sintética, ofrecen márgenes más bajos que los servicios de Internet, lo que hace que sea aún más importante para las nuevas empresas administrar bien su efectivo en estos campos emergentes. Todo esto es antes de tener en cuenta las características más desagradables de la vida del Bay Area: el excesivo tráfico, las jeringas desechadas y la impactante desigualdad.

Como resultado, otras ciudades están aumentando en importancia relativa. El Kauffman Foundation, un grupo sin fines de lucro que rastrea el espíritu empresarial, ahora clasifica el área de Miami-Fort Lauderdale como el primero para la actividad de start-ups en Estados Unidos, con base en la densidad de las start-ups y nuevos empresarios. Thiel se mudará a Los Ángeles, que tiene una vibrante escena tecnológica. Phoenix y Pittsburgh se han convertido en centros de vehículos autónomos; Nueva York para nuevas empresas de medios; Londres para fintech; Shenzhen para hardware. Ninguno de estos lugares puede igualar a ‘The Valley’ por sí mismo; pero entre ellos, apuntan a un mundo en el que la innovación está más distribuida.

Si las grandes ideas pueden surgir en más lugares, eso debe ser bienvenido. Hay algunas razones para pensar que el campo de juego para la innovación se está nivelando. El capital se está volviendo más ampliamente disponible para las ideas brillantes en todas partes: los inversionistas en tecnología navegan cada vez más por el mundo, no solo por California, para obtener ideas interesantes. Hay menos razones que nunca para que una sola región sea el epicentro de la tecnología. Gracias a las herramientas que han producido las propias firmas de ‘The valley’, desde teléfonos inteligentes hasta video-llamadas y aplicaciones de mensajería, los equipos pueden trabajar eficazmente desde diferentes oficinas y lugares. Un posible resultado puede ser la distribución más equitativa de la riqueza y una mayor diversidad de pensamiento. ‘The Valley’ hace muchas cosas notablemente bien, pero se acerca peligrosamente a ser un monocultivo de empresarios masculinos nerds blancos. Las empresas fundadas por mujeres recibieron apenas el 2% de los fondos otorgados por capitalistas de riesgo el año pasado.

Las sombras de los colosos

Uno de los problemas es que el campo de juego para la innovación también se está nivelando. Un aspecto es el dominio de los gigantes tecnológicos. Las start-ups, en particular las que se dedican al negocio de Internet para el consumidor, luchan cada vez más por atraer capital a la sombra de Alphabet, Apple, Facebook et al. En 2017, el número de primeras rondas de financiamiento en Estados Unidos disminuyó alrededor de un 22% desde 2012. Alphabet y Facebook pagan a sus empleados con tanta generosidad que las nuevas empresas luchan para atraer talento (el salario promedio en Facebook es de US$ 240,000 al año). Cuando las posibilidades de éxito inicial son aún menos ciertas y las ganancias no son muy diferentes a la de un trabajo estable en una de las empresas gigantes, el dinamismo sufre, y no solo en ‘The Valley’. Es una historia similar en China, donde Alibaba, Baidu y Tencent son responsables de casi la mitad de todas las inversiones locales de capital de riesgo, dando a los gigantes una gran voz en el futuro de los posibles rivales.

La segunda forma en que la innovación se está nivelando es por las crecientes poco amistosas políticas públicas en Occidente. El creciente sentimiento antiinmigrante y los regímenes más estrictos de visado introducidos por el presidente Donald Trump tienen efectos en toda la economía: los entrepreneurs extranjeros crean alrededor del 25% de las nuevas empresas en Estados Unidos. Silicon Valley floreció primero en gran parte, debido a la generosidad del gobierno. Pero el gasto estatal en universidades públicas en EEUU y Europa ha caído desde la crisis financiera de 2007-08. El financiamiento para la investigación es inadecuado: el gasto del gobierno federal de Estados Unidos en I + D fue del 0.6% del PBI en 2015, un tercio de lo que era en 1964 y va en la dirección equivocada.  

Si el declive relativo de Silicon Valley anunciara el surgimiento de una red mundial de centros tecnológicos rivales y prósperos, sería digno de celebración. Desafortunadamente, su pico parece más una advertencia de que la innovación en todas partes se está volviendo más dura. Lampadia




“Enamórate del problema, no de la solución”

“Enamórate del problema, no de la solución”

El pasado miércoles y jueves (1 y 2 de junio) se llevó a cabo el cuarto Foro de Emprendimiento e Innovación de la Alianza del Pacífico (AdP), LAB4+ en Lima, Perú. Es el evento de emprendimiento e innovación más grande de Latinoamérica y, en conjunto, los países involucrados (Chile, Colombia, México y Perú) representan la 8va economía más grande del mundo. Su objetivo del LAB4+ es conectar y fortalecer al ecosistema emprendedor e innovador de la región.

La Ministra de Comercio Exterior y Turismo y Presidenta del Consejo Directivo de PROMPERÚ, Magali Silva Velarde Álvarez, manifestó que LAB4+ tiene como finalidad impulsar el proceso de internacionalización de las empresas, así como de construir y fortalecer el ecosistema de innovación en la AdP. 

Lab4
Fuente: Alianza del Pacífico/Pacific Alliance

El Foro reunió a varios ponentes internacionales, siendo el más notable el fundador del famoso y tan utilizado App ‘Waze’: Uri Levine (De Israel). Hace dos años, Uri vendió Waze, una aplicación de mapeo del tráfico alimentado por los usuarios, en un contrato de US$ 1,000 millones a Google. Pero en lugar de conformarse con sus ganancias, Levine procedió a fundar otra App, FEEX, una aplicación para reducir las tasas de los servicios financieros que promete ser igualmente revolucionaria.

Waze

Y es que el empresario crea entre 2 y 3 start-ups al año, varias de las cuales ya son muy usadas en otros países. En el foro, aprovechó para compartir sus consejos para los jóvenes empresarios e innovadores latinoamericanos que buscan hacer crecer sus start-ups.  Instó a los jóvenes a seguir su pasión sin importar las dificultades que encuentren en el camino.

Lo primero que hay que hacer, afirmó el creador de Waze, es conocer el problema que se intenta resolver por adentro y por fuera. “Si eres constante y consistente en la solución del problema, se convertirá en un éxito”, dijo. Ese es su consejo principal: mantén la concentración en el problema y en quién sufre este problema. Tienes que resolverlo y si eres persistente y constante, el éxito vendrá por sí solo.

La frase más memorable de su charla fue: “Enamórate del problema, no de la solución”, la cual repitió en varias ocasiones y se ha convertido en una especie de lema para Levine. La mayoría de startups, dice, se concentran mucho en su solución y no en el asunto que están intentando resolver. Y muchas soluciones son imperfectas y realmente no le atinan al blanco. Por eso, estar tan enfocado en ellas “hace que las empresas progresen en la dirección equivocada”. El concepto es que al entusiasmarte con una solución, puedes cerrar tu capacidad de juzgarla.

Estar “enamorado” del problema, en cambio, permite conocerlo al detalle y tener la sensibilidad correcta, lo que es crucial para entender realmente qué se requiere para solucionarlo. El mejor argumento de Levine es su propia experiencia: “Waze no progresó hasta que solucionamos el problema inicial”.

Por otro lado, Feex nació a partir de la consideración de que los inversores comunes pagan comisiones e intereses excesivos a quienes manejan sus ahorros. Durante todo el proceso hasta que una persona se retire, se pierden decenas de miles de dólares; según él, un tercio de las pensiones de los estadounidenses se van en intereses. Parafraseando a Einstein, Uri afirmó que “El uno por ciento al año suena pequeño, ¿verdad? Pero hay que tomar en consideración el efecto compuesto: Einstein solía decir que el interés compuesto es la octava fuerza del universo. Quienes entienden esto están ganando y los que no, lo están pagando. Y nosotros, la mayoría de las personas, simplemente lo estamos pagando”.

Otro de sus grandes consejos es que el fracaso es parte del éxito. Esto, nuevamente lo grafica con una cita memorable: “Si tienes miedo a fracasar, ya fracasaste”. Waze no surgió de la noche a la mañana, pero a pesar de que Levine no entró en detalles acerca de los errores que cometió durante el proceso de Waze, afirma que los empresarios no deben tener miedo de fracasar: “Cuanto más rápido nos equivoquemos, más rápido encontraremos una solución. Así, nos convertimos en una empresa de rápido movimiento”.

Startup
Fuente: PPT de Uri Levine

Este proceso es igual sin importar qué tipo de start up empieces. Levine ya ha fundado otras como Fairfly, que monitorea los precios de los pasajes de avión después de que la gente compra sus boletos y, si encuentra uno de un precio inferior (incluyendo los gastos de anulación) compra el nuevo boleto. “Las personas puede llegar a pagar hasta US$ 100 mil millones al año por no comprobar los precios después de reservar un boleto,” dice. Así que, a su modo de pensar, Fairfly está mirando a una oportunidad de mercado de US$ 100 mil millones.

Luego está FairSale, una aplicación parecida que envía alertas a los consumidores cuando baja el precio de un producto ya comprado, para que puedan obtener crédito o reembolso parcial en las tiendas.

Su último, y probablemente mejor consejo: se disruptivo. Ese término, que ni siquiera tiene una traducción precisa al español  (en inglés es: disruptive), se ha convertido en el adjetivo clave para describir el mundo del emprendimiento, pero pocos tienen tan claro como Levine qué significa: “sacar gente del mercado, cambiar su equilibrio”.

Y tiene mucho sentido. Las grandes startups tecnológicas siempre han tenido víctimas, desde los servicios de correos hasta los taxis. Por eso, el consejo de Levine a los emprendedores es que tengan muy claro quién va a salir del mercado (o al menos, a quién se le va a dañar el negocio) si tienen éxito. Quienes saben eso y toman los riesgos correctos, dice, “son los que se van a tomar el mundo”.

La cátedra de Uri Levine se enfocó en cómo empezar un negocio en el mundo de hoy, el rol de la disrupción y sus consejos sobre como afrontar el proceso de innovación basado en su experiencia con Waze y otras aplicaciones. “Todas mis startups buscan crear un mundo mejor”, afirma Levine. Una excelente inspiración para nuestros innovadores

Lampadia




El espíritu emprendedor en el Perú y Latinoamérica

El espíritu emprendedor en el Perú y Latinoamérica

Actualmente, una gran mayoría de los jóvenes optan por convertirse en empresarios por una variedad de razones. De acuerdo con el Global Entrepreneurship Monitor, casi dos de cada tres empresarios latinoamericanos son impulsados por oportunidad y no por necesidad.

En el CADE Universitario 2014, más del 90% de los jóvenes afirmaron su deseo de ser empresarios. Sin embargo, la mayoría de los candidatos solo hablan de lo que puede o debe hacer el Estado. Sin privilegiar la consolidación de una economía de mercado y promover la inversión privada, los jóvenes no encontrarán el espacio para luchar por sus sueños. Por esa razón el voto debe ser una elección consiente y responsable más que una reacción emotiva a las propuestas populistas de candidatos que no entienden el Perú.

Desde hace muchos años, los peruanos han desarrollado actividades emprendedoras, probablemente como un refugio a la falta de empleo tradicional en el sector privado y en el sector público. El sector privado, minimizado y el sector público quebrado, desde los años 60 hasta inicios de los años 90, por el torpe estatismo socialista de la dictadura.

Así se consolidó el sector emergente, que alberga mucha informalidad y desarrolla sus actividades con una productividad muy baja. Por estas razones, mucho de su realidad no aparece en las estadísticas oficiales y no se incluye en las encuestas como la que comentamos líneas abajo.

Por ejemplo, la empresa Silicon Technology del clúster de ATEM en Los Olivos, desarrolló un simulador del rayo atmosférico para probar la resistencia de aisladores de alta tensión y transformadores que se producen en dicho clúster. este desarrollo acaba de ser reconocido por el establishment peruano y hace pocos días se ha anunciado la certificación de Silicon Technology como CITE de Energía.

La región de América Latina y el Caribe está evolucionando y tomando un papel más protagónico en las nuevas empresas lideradas por jóvenes. Ahora es la segunda región más emprendedora en el mundo. Cuatro de cada 10 jóvenes de América Latina tienen el deseo de convertirse en un empresario.

En toda América Latina hay un esfuerzo concertado para crear este tipo de cultura de emprendimiento. Endeavor Global, una iniciativa empresarial privada, ha estado tratando de establecer las bases para esto. Se ha reunido los líderes de negocios en conjunto de toda América Latina para formar una red de apoyo que ayude a las empresas a crecer y luego se hace un intercambio en el cual estas empresas ofrecen la misma ayuda a los nuevos emprendedores que comienzan sus propias empresas o start ups.

Según una reciente encuesta del Global Entrepreneurship Monitor, el 69.4% de los peruanos dicen tener las habilidades y experiencia para iniciar un negocio. Aún así, el 29.1% no emprenden una iniciativa de negocio por miedo a fracasar, a pesar de que el 62.3% de la población ve buenas oportunidades para iniciar un negocio en el lugar donde viven.

Las actitudes y percepciones hacia la iniciativa empresarial en el Perú se han incrementado y más del 80% lo ven como una buena elección de carrera. Sin embargo, a pesar de tener objetivos ambiciosos, los indicadores han sido bajos. Sólo el 7.3% de los empresarios tienen expectativas de crecimiento del empleo, el 14.5% propone una nueva combinación de producto / mercado y sólo el 0.49% planea invertir en los sectores de alta tecnología.

Intenciones Emprendedoras- Encuesta de 2015

Fuente: Global Entrepreneurship Monitor

Según los expertos entrevistados por GEM, los tres factores más importantes que influyen positivamente la iniciativa empresarial en el Perú son el clima económico, las normas culturales y sociales y el apoyo financiero.

El buen clima económico ha sido percibido como el principal impulsor de la iniciativa empresarial en el Perú. “Esto converge con una mayor difusión de la cultura empresarial en los medios de comunicación y espacios sociales. A su vez, la afluencia de fuentes más grandes y diversas de la financiación para los empresarios ha permitido la creación de nuevas empresas.”

Por otro lado, los factores principales que limitan el espíritu empresarial son las trabas políticas-burocráticas del gobierno, la falta de apoyo financiero por parte del gobierno y la falta de educación empresarial.

Durante 2014, los expertos señalaron que las políticas públicas, especialmente las relacionadas con la obtención de licencias y los impuestos siguen siendo los principales obstáculos para el dinamismo empresarial. Además, las fuentes de financiación suficientes para el capital inicial y las deficiencias en la educación básica no sólo impiden que las personas inicien negocios, sino también crean un impacto negativo en la performance de este tipo de empresas.

Según un blog del BID, En búsqueda del tesoro escondido: el potencial de las startups en América Latina, “el foco de una política pública orientada al modelo startup debe dirigirse a generar un espacio, un ecosistema de innovación y emprendimiento, en el que se encuentren las ideas, los inversores, los técnicos, y el mercado. A nivel mundial, Silicon Valley fue eso: un espacio geográfico de encuentro. A nivel regional el ejemplo más avanzado es el chileno, con el proyecto Startup Chile.”

En el Perú, las iniciativas recién están empezando. En 2014, el Ministerio de Educación puso en marcha el nuevo plan nacional de educación básica e incorporó la actividad empresarial como un tema fundamental. Esto permitirá que los niños de 3 años puedan empezar de manera temprana a desarrollar habilidades empresariales.

En julio de 2014, el gobierno emitió una ley que establece medidas fiscales, la simplificación de los procedimientos y permisos para la promoción y revitalización de la inversión en el país, fomentando la creación y crecimiento de nuevas empresas.

Además, noviembre fue declarado el “mes de la iniciativa empresarial” y con la participación de 53 instituciones del gobierno, se puso en marcha la iniciativa Emprende Perú, un calendario de actividades y eventos para crear conciencia y promover la cultura empresarial en la población, con más de 100 eventos en todo el país.

Todavía hay mucho por hacer en términos de aliviar la carga burocrática de los que empiezan un negocio. Hay un renovado impulso a la mejora de la calidad de la educación, pero todavía es insuficiente. El modelo educativo debe fomentar la creatividad y la innovación, pero sobre todo, promover el desarrollo de una mentalidad empresarial.

Según The Entrepreneurship Ecosystem Strategy as a New Paradigm for Economic Policy: Principles for Cultivating Entrepreneurship, la estrategia de fomento al emprendimiento innovador debe contar con dos ingredientes: responder y ajustarse a la forma cómo piensan y trabajan los emprendedores innovadores y apoyar el desarrollo del marco institucional público y privado requerido para ello.

A nivel regional, todavía estamos atrasados. Un Índice de Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento Dinámico (ICSEd) realizado por el Programa de Desarrollo Emprendedor (Prodem, programa pionero sobre desarrollo emprendedor e innovación en América Latina) afirma que la ´Copa América’ del emprendimiento se la lleva Chile y que el podio de los Top 5 lo completan Costa Rica, Brasil, Argentina y Colombia. Pero, en palabras del Prodem, “ningún país de la región clasifica a la Copa del Mundo, porque se ubican de mitad de tabla para abajo.”

El panorama de condiciones sistémicas en la región ofrece contrapuntos. El desafío consiste en generar el momentum redoblando la apuesta por el emprendimiento y la innovación para dar un salto de calidad. Hay que tener en cuenta la realidad de cada país, dado que existen ecosistemas nacientes, infantes y adolescentes, así como otros que deben retomar su proceso madurativo. El ICSEd-Prodem es una herramienta que, además de identificar las grandes tendencias regionales, puede ser muy valiosa para trabajar en la construcción de hojas de ruta en cada país.

A medida que las economías basadas en recursos se vuelvan competitivas y avanzan en su desarrollo, y la productividad y los salarios se incrementan, transitarán hacia la eficiencia, mientras que las economías  basadas en eficiencia deben potenciar el emprendimiento por oportunidad para poder llegar a la fase de innovación.

Como hemos indicado líneas arriba, en el Perú tenemos muchos ciudadanos en el mundo emprendedor que no llegan a niveles de productividad que les permita acumular capital. Uno de los grandes retos vinculados a esta situación, es formalizar el empleo y el trabajo. Tenemos que tomar decisiones efectivas para ayudarlos a salir adelante. Lampadia




“Y Combinador”, el factor X de la tecnología

“Y Combinador”, el factor X de la tecnología

El siguiente artículo ha sido publicado en nuestra sección Revolución Tecnológica, con el fin de enriquecernos con este tema tan importante. Acá depositaremos distintos análisis de la revolución tecnológica en los sectores económicos, sociales y políticos del mundo, además de su impacto en el Perú y cómo debemos prepararnos para aprovecharla al máximo.

 

El mundo sigue su camino con la aceleración de los procesos de innovación. En Silicon Valley, el centro de innovación de los EEUU, en California, una gran ‘Incubadora de Unicornios’, Y Combinator ha tomado un lugar privilegiado en la capacitación y facilitación de las aventuras innovadoras de los nuevos pioneros de ideas creativas con aptitud comercial.

La siguiente nota de The Economist hace una muy interesante de este proceso:  

Publicado por The Economist el 7 de noviembre de 2015.

Traducido y glosado por Lampadia

 

El cazatalentos tecnológico está dominando las start-ups de Silicon Valley

Sonaba como una idea rara, pero así es como empiezan muchos de los avances en Silicon Valley. A finales de 2008, tres jóvenes aplicaron a Y Combinator (YC), una escuela para start-ups, en busca de ayuda con su pequeña empresa, AirBed & Breakfast, un sitio web que ayudaba a personas a alquilar colchones inflables en sus salas durante las conferencias. Paul Graham, uno de los fundadores de YC, no pensó que era una gran idea, pero le gustó su coraje. Al no tener dinero, los tres habían vendido cereales creativos durante la elección presidencial (Obama O’s y Captain McCain) para ganar suficiente dinero para mantener en marcha su start-up. Graham y sus socios en YC los ayudaron a refinar su idea y conocer a los primeros inversores. Hoy Airbnb, como se le conoce a la firma ahora, alquila apartamentos enteros en 190 países y es una de las startups más conocidas y exitosas, valorizadas en US$ 25,500 millones.

Desde el 2005, YC ha tomado a muchos pioneros prometedores y este mes celebrará la financiación de su start-up número 1,000. Aunque cerca de la mitad de sus start-ups han fracasado, que es típico en las primeras etapas de inversión, ha tenido un récord de éxito. Además de Airbnb, YC ha apoyado a Dropbox, una empresa de almacenamiento en nube y Stripe, una compañía de pagos (ver tabla). Ocho de sus empresas se han convertido en lo que la gente del valle llama “unicornios”, empresas nuevas valoradas en US$ 1 mil millones o más. En conjunto, las empresas ha invertido alrededor de US$ 65 mil millones (basado en su más reciente ronda de financiación), aunque la cuota de YC es sólo una pequeña fracción de ese total, quizás alrededor de US$ 1 o US$ 2 mil millones.

Debido a este récord es que YC se ha convertido en un gigante de Silicon Valley. Actualmente, startups de rápido crecimiento, no grandes titulares como HP, son conocidos como los centros de innovación e influencia de la tecnología. Al proporcionar capacitación y producir un grupo de ex alumnos exitosos, YC ha ayudado a popularizar la idea de que las start-ups son una carrera viable.

Aspirantes a empresarios claman asistir al programa de tres meses de YC, tanto por lo que aprenden como para recibir el sello de aprobación y la red de contactos. Así como un título de una Ivy League abre puertas en ciertas profesiones, graduarse de YC es un activo de valor incalculable en la industria tecnológica. En su ciclo de primavera del 2015, YC recibió más de 6,700 solicitudes y aceptó alrededor a 1.6% de ellos. Por el contrario, el proceso de admisiones de la Universidad de Harvard de este año fue el más competitivo de su historia, sin embargo, su tasa de ingresos fue de 5.3%.

Inversor, profesor, juez de talentos

Paul Graham, un empresario que vendió su start-up, Viaweb, a Yahoo en 1998, comenzó YC con Jessica Livingston, una banquera, y dos colegas de Viaweb, Trevor Blackwell y Robert Morris, hace diez años. Tenían la esperanza de encontrar una manera más eficiente de invertir en start-ups, pero nunca esperaron hacer una fortuna. Se toparon con una fórmula que combina lo mejor de una empresa de inversión y una universidad, que en algunos aspectos también se asemeja a un programa de talentos de televisión como “The X Factor”. YC admite grupos de start-ups en sus clases y cada uno recibe el coaching sobre cómo perfeccionar su producto, aunque por lo general no son tan duros como Simon Cowell.

El pequeño campus de YC en Mountain View, a una corta distancia por la autopista desde el Googleplex, tiene largas mesas que recuerdan a un comedor antiguo. El salón de clases crea una sensación de paranoia y de competencia, incentivando a los empresarios a lograr en unos pocos meses lo que de otro modo podría tomar mucho más tiempo. El programa le enseña a los ingenieros (algunos de ellos con ideas de que un discurso bien dado es lograr mirar adelante en vez de a sus zapatos) cómo vender sus ideas a los inversores.

Al final de tres meses se gradúan en “Demo Day”, cuando entregan una presentación acerca de su negocio a un grupo de los mejores inversores del Valle, que organizan sus horarios como los aficionados al tenis que reserven sitios para ver la final de Wimbledon. “Demo Day” fomenta un sentido de urgencia, porque los inversores sólo tienen una oportunidad limitada para ver un negocio y decidir si la quieren financiar. Los capitalistas de riesgo se quejan de que YC ha alzados los precios para las start-ups, que es probablemente cierto. YC normalmente le paga a todos aquellos admitidos US$ 120,000 a cambio de una participación del 7%, la valoración de cada uno de ellos inicialmente en más de US$ 1 millón. Sam Altman, presidente de YC, dice que “no hay duda que YC ha alzado los precios de las primeras etapas de la inversión… pero creo que en el largo plazo va a ser del interés de los inversores, ya que habrán mejores empresas.”

YC también les ha brindado a los fundadores de startups más armas cuando negocian con los inversores, actuando como una especie de sindicato para proteger sus derechos. “Si un inversionista es abusivo hacia uno de los fundadores de YC, nos vamos a recordar y se lo vamos a decir a los otros fundadores de YC “, dice Paul Buchheit, un partner que fue el creador de Gmail, el correo electrónico de Google.

YC se ha cuidado de evitar caer en una de las trampas en que muchas empresas tecnológicas de inversión y otras industrias sufren: la sucesión. El año pasado, Graham, quien estaba dirigiendo YC, eligió a Altman como su reemplazo. Él había participado del primer grupo de start-ups de YC y vendió su empresa, Loopt, en 2012, por alrededor de US$ 43 millones (no se sabe cuán rentable fue este proyecto para los inversores). El enérgico y ambicioso Altman, de 30 años, quiere hacer de YC una compañía aún más influyente de los que es ahora. El mes pasado, YC planteó un fondo de US$ 700 millones para invertir en startups de YC en etapas posteriores de financiación. Este tipo de inversión requiere diferentes habilidades y corre el riesgo de incomodar a los capitalistas de riesgo con los que YC trabaja, ya que estarían invadiendo su “terreno”.

Las fortunas de las empresas Tech pueden voltearse rápidamente y esto nadie lo sabe mejor que una fábrica de startups. La mayor parte de las ganancias de YC todavía están en papel. Con la excepción de Twitch, una empresa que transmite videos de personas jugando videojuegos a tiempo real (adquirida por Amazon por casi US$ 1,000 millones el año pasado), ninguno de sus mayores éxitos se han vuelto empresas de capital abierto o han sido compradas. Sus valoraciones simplemente podrían caer tan fácilmente como aumentaron. Algunos se preguntan, por ejemplo, si Dropbox será valorizada tan altamente una vez que se vuelva de capital abierto. Si las valoraciones de algunas de sus estrellas caen, esto podría afectar la percepción del ‘toque de Midas’ de YC.

Los socios de YC parecen sorprendentemente poco interesados en el dinero o en amenazas de la competencia. Hay cientos de otros “aceleradores” en todo el mundo que han replicado la filosofía de inversión y formación de YC, pero ninguno con su marca o su registro. El mayor riesgo no es que los fundadores decidan irse con un rival, dice Altman, sino que ellos decidan que pueden hacerlo sin la aprobación de ningún “acelerador”. Esa sería otra señal que mostraría que YC habría cambiado el entorno de los empresarios para mejor. Pero ninguna empresa quiere salirse del negocio. L

 




El rol de los gobiernos en la creación de clusters para el crecimiento

El rol de los gobiernos en la creación de clusters para el crecimiento

McKinsey & Company, en su publicación Insights & Publications (julio 2014), describe las últimas iniciativas para promover ecosistemas (ambientes) propicios al desarrollo de los emprendedores en start-ups.

En el Perú, el gobierno acaba de aprobar el Plan Nacional de Diversificación Productiva (PNDP). Allí se señala que se creará la ´Comisión Nacional de Diversificación Productiva´ en el Ministerio de la Producción. Esta comisión (contará con la participación del sector privado – una forma de corporativismo), identificará los sectores que tienen mayor potencial de desarrollo. Según,  el ministro del sector esta medida nos permitirá recuperar un crecimiento de 7 a 8% anual, agregándole nuevos motores productivos que sustituirían lo que nos dio la minería antes de la reducción de precios de los metales (ver publicaciones del martes 29 de julio último en El Comercio, La República, Correo, Expreso y otros).

En Lampadia hemos señalado varias veces que esto es un tremendo error puesto que el Perú tiene una ´Reserva Productiva´ inmensa, sustentada en recursos naturales abundantes y diversos aún no explotados. Estos recursos pueden compensar cualquier caída de precios y generar riqueza sin mayor demora para enfrentar los déficits sociales y económicos que cada día son más injustos, innecesarios y absurdos y, más aún, en un país que “tiene un Gigantesco Potencial de Desarrollo”, como ha indicado Julio Velarde, Presidente del Banco Central de Reserva.

A continuación, presentamos una traducción adaptación y compendio del artículo indicado realizado por Lampadia. En él se plantea criterios para realizar desarrollos productivos, que ojalá permitan una reflexión adecuada sobre la capacidad de los gobiernos, especialmente los centrales, para tener éxito en el intento:

Adaptación, compendio y traducción del artículo de McKinsey:

“Muchos gobiernos de países industrializados tratan de impulsar la actividad en emprendimientos y start-ups que creen trabajo y crecimiento económico. Hasta qué punto pueden hacerlo los gobiernos, es incierto. (…) “La innovación en la forma de start-ups tiende a ocurrir, mayormente, en grandes áreas metropolitanas.

“(…) Para florecer, la actividad emprendedora requiere una cierta concentración de: talento, infraestructuras, capital y redes, que son los factores de éxito de los ecosistemas para start-ups. (…) [El foco de los gobiernos municipales] puede estar en resolver los cuellos de botella y restricciones que inhiben un vibrante ecosistema de start-ups, en lugar de elegir a los ganadores apoyando investigación en sectores de negocios específicos.

“(…) Los tomadores de decisiones de los gobiernos municipales deben identificar y enfrentar los cuellos de botella de los ecosistemas de start-ups. (…) Un método usado recientemente por el alcalde y el gobierno municipal de Berlín.

“Las ciudades que más destacan por sus vibrantes ecosistemas para start-ups son Berlín, Londres, Nueva York y Tel Aviv. (…) Estas ciudades enfrentan retos similares (…). Las políticas exitosas tienen que cumplir dos requisitos:

· La habilidad de mantener el ritmo del ambiente de los start ups, que es muy volátil.

· La habilidad para tener éxito en un entorno de múltiples ´stakeholders´ o el involucramiento de varios estamentos e intereses.

“(…) Hemos encontrado [McKinsey], que las unidades que están ubicadas en las oficinas de los propios alcaldes  son una forma efectiva y práctica de lograr estos dos requerimientos.

“(…) Los gobiernos pueden identificar los obstáculos oportunamente, resolver los problemas y corregir el curso. (…) Los más exitosos comparten varias características importantes: un destacado líder con un probado récord de haber producido resultados, acceso directo a los niveles superiores de liderazgo, personal talentoso con excelentes capacidades de comunicación y de resolución de problemas, y la habilidad para usar poderes sutiles para influenciar en los ministerios.

Cómo formar una unidad para la formación de start-ups [según McKinsey]

– Contratando el talento correcto

– Conduciendo ´laboratorios de entrega´ [de start-ups]
que inyecten ideas y que traduzcan las estrategias de alto nivel en planes detallados de implementación.

– Enfocándose en la obtención de éxitos tempranos y corrigiendo sus acciones frecuentemente

La presión por resultados es muy fuerte, dado el volátil ambiente de los start-ups y la impaciencia de los involucrados [stakeholders]. (…)  Berlín realizó una competencia de start-ups entre los estudiantes universitarios para promover el espíritu emprendedor entre los graduados.
(…) Pero los encargados de fijar las políticas deben ser realistas. Los start-ups son un blanco móvil, por lo tanto, las ciudades no alcanzarán los resultados esperados al primer intento.

(…) Un buen ejemplo es la iniciativa de ´Open Data´ de la ciudad de Nueva York.

[McKinsey concluye que:] “mientras la competencia por inversiones y por  talento emprendedor alcanza proporciones globales, el apoyo municipal para los nacientes clusters de emprendedores se hace indispensable, especialmente, en las áreas metropolitanas más grandes (…).”

Los autores Julian Kirchherr y Gundbert Scherf, son consultores de la oficina de McKinsey en Berlín, dirigida por Katrin Suder.