1

Absurda y destructiva propuesta de reforma

Absurda y destructiva propuesta de reforma

EDITORIAL DE LAMPADIA

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

La gran limitación de los sistemas de pensiones en el Perú es la falta de cobertura, pues más del 70% de los peruanos no tienen acceso efectivo a un régimen pensionario.

Por lo tanto, la obligación del Estado es facilitar el acceso de todos los peruanos a un sistema de pensiones, obligación que ha sido ignorada olímpicamente por la comisión del Congreso. La comisión Omonte, se dedicó más bien a malograr el único componente pensionario que funciona bastante bien, el Sistema Privado de Pensiones (SPP), sistema que ha sabido cautelar los ahorros de los ciudadanos, multiplicar sus aportes y mejorar sustancialmente nuestras experiencias con los sistemas de reparto.

Lo que propone la malograda comisión es que el Estado tome el control del sistema de pensiones, estatizar su manejo y poner, en manos de la política de turno, el destino de los ahorros pensionarios. Una propuesta absolutamente desenfocada que no resuelve ningún problema, solo destruye.

El nuevo monstruo estatal estaría a cargo de

  • recaudar los aportes de los ciudadanos,
  • de acreditarlos a algún operador financiero,
  • de determinar el destino de las inversiones de los fondos de pensiones y
  • de licitar las empresas financieras que administrarían los fondos. Un sistema claramente ineficiente y vulnerable a la mala política.

Ver en Lampadia: El asalto ha llegado. Estatizan las pensiones.

El ciudadano perdería su capacidad de elegir donde cautelar su ahorro previsional. Además, se propone que el Estado capture parte de los ahorros individuales para alimentar un sistema solidario de reparto, una función que debiera recaer en el erario nacional.

Este es el producto de una comisión que escucha, pero no entiende. Ha hecho caso omiso de las advertencias del BCR, de la SBS, del MEF, y de cuanto experto desfiló por el espacio congresal, para solo calentar asientos.

¿Torpeza? ¿Mala leche? ¿Politiquería? ¿Agendas políticas escondidas? Juzgue usted estimado lector.

Hasta ahora, la única propuesta que permitiría universalizar las pensiones y hacerlas sostenibles, es humildemente, la propuesta de Lampadia, que se basa en usar parte de los pagos por IGV que hacen los ciudadanos desde los 18 años, a cuentas individuales.

Para facilitar el análisis de este importante tema, líneas abajo presentamos los antecedentes del SPP, la situación actual y el detalle de nuestra propuesta de solución. 

Antecedentes

El Perú fue uno de los primeros países en el mundo, en adoptar un sistema previsional de capitalización individual, que permite superar la trampa de los quiebres de financiamiento que han perseguido a todos los países desde la instauración de los sistemas de pensiones estatales en 1883, por iniciativa de Otto von Bismark, el ‘Canciller de Hierro’ de Prusia y unificador de Alemania.

En 1980, José Piñera ideó un sistema de pensiones contributivo de capitalización individual. Desde entonces, el Sistema Privado de Pensiones (SPP) ha sido adoptado por muchos países, que han encontrado en él, la posibilidad de ofrecer pensiones sostenibles que no absorban parte importante de los siempre escasos recursos públicos.

Como toda creación humana, este sistema tiene que irse adaptando en el tiempo a cambios estructurales, como, por ejemplo, el incremento de la esperanza de vida. Una realidad demográfica que afecta todos los esquemas pensionarios, que eventualmente debería llevar a incrementar los años de trabajo. Sin embargo, las políticas populistas propician jubilaciones más tempranas.

Más allá de las necesidades de hacer ajustes, el SPP es una clara expresión de capitalismo popular, que liberó a los jubilados del Estado, de su condición de rehenes de la politiquería de las izquierdas de las ‘ideas muertas’. Razón por la cual, el sistema fue víctima de largas campañas de desprestigio y formación de mitos, que, en el caso del Perú, terminaron por desdibujarlo ante la opinión pública.

Veamos donde estamos

En el Perú, el talón de Aquiles de los sistemas pensionarios, tanto del SPP, como del Sistema Nacional de Pensiones (SNP), administrado por la ONP, es que su cobertura solo alcanza a los trabajadores del sector formal. Esto deja fuera de los beneficios previsionales al 75% de la PEA. 

Nuestra propuesta

La verdad es que el sistema de pensiones sí necesita una reforma de raíz. No pensamos que este sea el mejor momento para emprenderla, pero ante la soltura de huesos de los congresistas para abocarse al tema, reiteramos nuestras propuestas al respecto.

Actualmente, el 70% de los trabajadores están excluidos de la cobertura de un sistema mínimo de pensiones. El 40% pertenece el SPP, pero menos de la mitad cotiza; el 27% pertenece el Sistema Nacional de Pensiones (SNP), pero solo el 7% tiene beneficios. Además, un 1% pertenece a otros regímenes.

La cobertura de pensiones es largamente insuficiente. En buena medida porque el sistema está basado en los asalariados, los formales que deben aportar parte de su renta, cuando el 70% de los trabajadores son informales y no tienen obligación de cotizar.

Todos los intentos de llevar a los informales a afiliarse a un sistema de pensiones, han fracasado. Por esta razón, en Lampadia, en enero del 2014, propusimos un modelo de generación de pensiones que no se basara en recaudar parte de la renta, como actualmente, sino en parte del gasto. La idea es usar los pagos individuales de IGV como fuente de aportes individuales para la formación de fondos previsionales.

El sistema establecería que todos los ciudadanos, desde la edad de 18 años, aporten a su fondo individual de pensiones una parte de lo que paguen por IGV cada vez que consuman. En otras palabras, cada vez que un ciudadano consuma, el Estado le devolvería para su fondo individual, digamos cinco puntos de los 18 pagados por IGV.

Veamos una simulación de rangos de aportes:

Estos cálculos están basados en que una persona con un ingreso mensual de S/. 1,500, que consume el 80% de su ingreso, podrá obtener, con sus consumos realizados entre los 20 y 65 años, destinando un punto de IGV de sus compras a su fondo individual, con una rentabilidad real anual de 7%, una renta vitalicia equivalente de S/. 181. Esto le daría una tasa de reemplazo (es decir la pensión obtenida como fracción del ingreso obtenido durante la etapa laboral) de 12.1%. Con 5 puntos de aporte, la pensión llegaría a 905 soles y la tasa de reemplazo sería del orden de 60.5%.

Este modelo previsional permitiría lograr un sistema de las siguientes característica:

  • Universal
  • Voluntario
  • Formalizador
  • Autofinanciado

Universal

Al definirse que los aportes se den mediante devoluciones de una parte de los pagos de IGV por parte de todos los ciudadanos desde los 18 años de edad, se supera la exclusión de los trabajadores independientes y se alargan los aportes al empezar a darse con anterioridad.

Voluntario

Algunos analistas criticaban que los aportes sobre la base de planillas de remuneraciones fueran obligatorios. Pues los aportes vía IGV no necesitan ser obligatorios, pues el incentivo del canje es más que suficiente para su adopción universal.

Formalizador

Una de las grandes ventajas del sistema propuesto es que propende a una acelerada formalización, puesto que, bastando el DNI, todos los ciudadanos mayores de 18 años pueden pasar a formar parte de los registros de aportantes y llevar la evasión del IGV hacia su eliminación. El canje de IGV por aportes individuales a fondos privados de pensiones, es muy atractivo para que se deje de hacer y, por lo tanto, que se deje de exigir comprobantes por todas las transacciones de los ciudadanos. Un aporte de 10 Soles a los 18 años, con un rendimiento promedio de 7% anual, representa 240 Soles a los 65 años.

Autofinanciado

Este es el tema que le cuesta más entender a la mayoría de economistas. Veamos:

  • Actualmente se evade IGV por aproximadamente 6.5 puntos (de 18), algo que disminuiría sensiblemente.
  • Con el sistema propuesto se puede cerrar el defectuoso sistema de la ONP que tiene un déficit fiscal de S/. 70,000 millones. Ver en LampadiaONP: Inclusión o Exclusión 
  • El nuevo sistema permite que se vayan eliminando las exoneraciones de IGV, generando otra fuente de compensación financiera.
  • Nuestro IGV nominal es muy alto, 18%. El IGV real no pasa de 8%, entre evasión e inafectaciones.
  • Si asumimos una recaudación neta de IGV de 10% como sostenible a largo plazo, tendríamos espacio para promover el canje por aportes pensionarios.

Por lo tanto, puede estimarse que, en el largo plazo, el canje de IGV por pensiones individuales puede ser de una buena parte de 18 puntos del IGV nominal, suficiente para establecer un incentivo poderoso y volúmenes adecuados de pensiones. Ver en LampadiaEl IGV y las Pensiones.

Esta propuesta tiene seis años, solo ha sido recogida por algunos economistas y ha sido descartada por las AFPs, que prefieren seguir con un sistema cojo como el actual, que ya nos ha llevado a reacciones y normas equivocadas, como la del 95.5% y las que se airean estos días.

La propuesta de Lampadia debe ser complementada con una pensión mínima que compense a quienes no lleguen a acumular suficientes aportes.

En su ámbito de vigencia, el SPP, para los afiliados aportantes, ha sido muy exitoso en rentabilidad y pensiones. Debemos pues rescatar lo bueno que se ha logrado y llevarlo de manera realista hacia una cobertura universal. Lampadia




El gobierno reacciona a las propuestas congresales

El gobierno reacciona a las propuestas congresales

Ante las disparatadas e inconstitucionales propuestas del Congreso para desarticular el Sistema Nacional de Pensiones de la ONP, que pretenden ‘devolver’ dineros que no existen, creando un grave problema fiscal y abandonando millones de ciudadanos a una vejez sin pensiones, el gobierno ha producido una apurada contrapropuesta que combina medidas estructurales y de coyuntura, que nos parecen sensatas.

El documento explica adecuadamente las diferencias entre el Sistema Privado de Pensiones, que acumula fondos individuales de propiedad de los aportantes; y el Sistema Nacional de Pensiones, un sistema de reparto que se basa en flujos intergeneracionales, en el que los más jóvenes pagan indirectamente las pensiones de los jubilados, aunque con un déficit de un tercio que debe ser cubierto por el Estado.

Como han explicado el BCR, el MEF, la SBS, y una cantidad abrumadora de economistas y analistas, el proyecto del Congreso solo crea más problemas que soluciones a la necesidad de dar alivios a la población.

El ejecutivo propone combinar un bono para generar alivios de corto plazo, con una flexibilización de las reglas de la ONP, permitiendo ampliar el ámbito de cobertura del sistema.

De todas maneras, la propuesta tiene un costo importante, según podemos apreciar en la siguiente lámina.

En el siguiente enlace se incluye la propuesta del gobierno:

https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/a6173-ppt_onp_consejoministros_vf2.pdf

Lampadia




Contribuciones y cargas fiscales del sector pesquero

La pesca es una actividad productiva muy significativa para el Perú y un sector importante de exportación. En esta ocasión, queremos entrar al debate de los aportes de la pesca a nuestra economía. Para esto, hemos utilizado el análisis de las Cargas tributarias y obligaciones legales de EY Perú (Ernst & Young), titulado “Comparación de cargas tributarias y algunas obligaciones legales del sector pesquero”.

Este informe, realizado por encargo de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) realizó “un análisis comparativo de las cargas de carácter tributario que asume una empresa pesquera que hipotéticamente representa los resultados totales del sector pesca – solamente respecto de consumo humano indirecto relacionado a la venta de harina y aceite de pescado –, y los que en similares condiciones de ingresos y costos asumiría esa empresa si le fuese aplicable el régimen impositivo general del sector minero.”

EY Perú concluyó que en un escenario de 4 millones de toneladas métricas (TM) de captura anual de anchoveta, las empresas pesqueras llegan a pagar contribuciones por el 50.4% de su utilidad operativa. Se trata de un análisis sobre los distintos pagos, incluidos impuestos, que realizan las empresas productoras de ingredientes marinos con relación a su utilidad operativa (utilidad bruta menos costos y gastos de operación).

Primero, recordemos cuáles son las cargas tributarias y obligaciones legales del sector pesquero:

Además del Impuesto a la Renta y del denominado derecho de pesca, que representa el 27% de todos los pagos, también existen pagos obligatorios al fondo de jubilación, al Fondo de Compensación para el Ordenamiento Pesquero y todo lo relacionado con la fiscalización pesquera.

En su análisis, EY Perú consideró dos escenarios de volúmenes de captura de anchoveta, para evaluar el peso de las cargas impuestas al sector:

Escenario 1: Captura de anchoveta por 6 millones (en adelante “MM”) de toneladas métricas (en adelante “TM”) en un año.

Escenario 2: Captura de anchoveta por 4 MM de TM en un año.

En el caso del primer escenario, que es un escenario poco probable de captura de anchoveta de 6 TM por año, las empresas pesqueras pagan el 46.6% de su utilidad operativa. Al disminuir el volumen de extracción, las obligaciones aumentan su incidencia porcentual.

Cabe recalcar que este escenario es tan solo una referencia ya que, en los últimos años, la industria pesquera extrajo por debajo de ese umbral. En 2014, la extracción de anchoveta alcanzó los 2.3 millones de TM, en 2015 fue de 3.7 TM; en 2016 se extrajo 2.7 TM y en 2017, 3.2 TM.

Según la SNP: “En el periodo 2008 a 2016, los pagos realizados por la industria de ingredientes marinos se multiplicaron casi por cuatro, al pasar de US$ 4 a US$ 15 por TM de anchoveta. Además, como empresas formales, pagan el Impuesto a la Renta (29.5%) y la repartición de utilidades a los trabajadores (10%)”.

EY Perú acentúa que: “Las cargas de naturaleza tributaria y obligaciones legales se han calculado como un porcentaje de la utilidad operativa, antes de las cargas de naturaleza tributaria y obligaciones legales, para establecer la carga de cada sector y hacer la comparación, según se indica en la lámina 10. Además, se han calculado en un segundo escenario como un porcentaje de las ventas.”

Por su lado, la presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), Elena Conterno, afirmó que: “En los últimos cuatro años, a raíz de la caída de los desembarques del recurso anchoveta, las principales empresas y, en general, el sector ha reportado pérdidas. A pesar de ello, las empresas han cumplido con el pago de los distintos aportes”, comentó.

Comparación con el minero

Luego, EY Perú hizo un análisis comparativo de cargas tributarias y obligaciones legales sobre utilidad operativa y sobre las ventas entre el sector pesquero y el sector minero, un sector acusado de no pagar impuestos, pero que soporta cargas totasles muy pesadas.Como se puede observar, los aportes del sector pesquero son incluso mayores que los de la minería, sobre su utilidad operativa (46.6%), que de hecho ya paga más que  la mayoría de las empresas mineras de los países mineros:

Ojalá esto ayude a desmentir la falsa creencia de que la industria pesquera solo paga los denominados derechos de pesca, ya que lo cierto es que este aporte solo representa el 27% de todos los pagos que deben realizar las empresas pesqueras. Además de los derechos de pesca, se paga obligatoriamente aportes extraordinarios al fondo de jubilación, al Fondo de Compensación para el Ordenamiento Pesquero y todo lo relacionado con la fiscalización pesquera. Lampadia




De cómo arruinar las pensiones de los peruanos

De cómo arruinar las pensiones de los peruanos

Las pensiones son uno de los temas más importantes para el otoño de los ciudadanos, empezando porque los mismos ciudadanos, no son conscientes de su importancia hasta los albores de su retiro de la vida productiva.

Razón de sobra, para que cuando se legisle sobre los temas previsionales, se haga con la mayor transparencia posible y, con una amplia participación de todos los estamentos de la sociedad, y por supuesto, de los propios ciudadanos.

Pues el gobierno peruano, suele hacer todo lo contrario. La semana pasada, recién se hizo público el informe de la Comisión de Protección Social (CPS), que estuvo guardado bajo siete llaves:

No es la primera vez que el tema previsional se maneja a puertas cerradas. Antes del desastroso cambio populachero que entronizó el retiro del 95.5% de los fondos individuales del Sistema Privado de Funciones (SPP), durante la permanencia de Luis Miguel Castilla, en el MEF, el presidente de la Asociación de AFPs, Luis Valdivieso, negoció ajustes del sistema con Castilla sin involucrar a los afiliados ni a la opinión pública, como si las AFPs fueran propietarias de los fondos, y no los ciudadanos individualmente.

Como para toda norma y proceso, con el tiempo se necesita hacer revisiones y ajustes, para mejorar, nunca para empeorar. Pues, la comisión ha producido propuestas tan malas como las que anticipamos en Lampadia. (Ver ONP: Inclusión o Exclusión, Gobierno se apresta a destruir el SPP ).

Diagnóstico de la CPS

  • Modelo altamente fragmentado: (SNP), (SPP) y (Pensión 65).
  • Un nivel de cobertura bajo y decreciente, enfocado fundamentalmente en el mercado laboral formal.
  • Pensiones insuficientes e inequitativas.
  • Desaprovechamiento del SPP, de economías de escala (mercado oligopólico que impide la reducción de costos).
  • Gestión de portafolios cortoplacista por parte de las (AFP).
  • Dificultades para acceder a esquemas de retiro simples.
  • Desacertados cambios legales (95.5%), han desnaturalizado la razón de ser del sistema.
  • Ausencia de información y asesoría financiera adecuada.

Error del diagnóstico

Grave desenfoque, pues, sin discusión alguna, la mayor deficiencia del esquema previsional peruano es la falta de cobertura. Exclusión del 75% de la PEA.

Un nuevo esfuerzo regulatorio de las pensiones, no puede dejar de abordar este principalísimo problema, y menos plantear soluciones nominales que no tienen ninguna posibilidad de resolverlo.

Mal diagnóstico, mala solución

La CPS propone un sistema conformado por tres pilares complementarios:

  • Un primer pilar antipobreza que vaya hacia una pensión básica universal.
  • Inicialmente se fijaría una pensión mínima subsidiaria, subsidiada, para los afiliados de menores ingresos. Conforme.
  • Un segundo pilar de ahorro con verdaderos fines previsionales.
  • Todos los ciudadanos en edad de trabajar (formales e informales) tendrían una cuenta de capitalización individual en la se irían acumulando sus ahorros.

Cuentas que la gran mayoría de trabajadores independientes, mantendrían sin aportes, pues ya sabemos que la propensión al ahorro previsional es muy baja. En Lampadia propusimos que todos los ciudadanos, desde los 18 años, tengan una cuenta que reciba los aportes por canjes de sus pagos de IGV. Así, no solo se universalizarían las pensiones, también se formalizaría el empleo(Ver: Sobre formalización, pensiones e IGV)

  • Se crearía una entidad centralizadora que “capturaría economías de escala en favor del afiliado, eliminaría costos que no traen claros beneficios sociales, representaría el interés colectivo de los afiliados”.

Sobre la base de la actual ONP, se crearía un monopolio estatal (libre de la más mínima supervisión), que recaudaría todos los aportes, los organizaría con algoritmos académicos, y siguiendo los consejos de un “Comité de Notables”, los entregaría a las “Gestoras de Cartera de Inversión” (GCI), los eventuales sustitutos de las AFPs, que operarían en ‘sótanos’, sin vinculación con los propietarios de los fondos, los afiliados.
Increíblemente, Augusto de la Torre, el prestigiado economista del Banco Mundial, y miembro de la comisión (CPS), justificó la existencia de la Centralizadora porque “nadie representa a los afiliados en el Estado”. – ¿Y la presencia de la SBS en el tema de pensiones? (Cargo que no levantó luego Javier Poggi, Superintendente Adjunto de Estudios Económicos de la SBS).

  • La inversión del ahorro previsional se gestionaría con comisiones bajas (en promedio menores al 0.6% del saldo), con horizontes de largo plazo y de manera consistente con la edad del afiliado.
  • Incentivos estatales que ‘fomenten la cultura de ahorro’: 
  1. Subsidio a las contribuciones de los peruanos jóvenes de menores ingresos, de forma que el porcentaje de aporte no les signifique a ellos una carga excesiva al inicio de su etapa laboral. Conforme.
  2. Contribuciones estatales complementarias (o aparejadas o matching contributions). Ya hemos explicado en Lampadia, que las matching contributions solo tienen efecto en pocos casos, y no resuelven el problema de cobertura.
  3. Facilitación de aportes a las cuentas de capitalización individual, vía de facturas de gasto (por ejemplo, facturas de pago por servicios de telefonía celular). Otra vez, una propuesta para inocentes, que no tendrá efecto en aportes efectivos. El problema de los trabajadores independientes no es la falta de facilidades para hacer aportes, sino la decisión o capacidad de disponer de ingresos actuales para pensiones futuras.
  • Un tercer pilar de des-acumulación, que facilite estabilidad de ingresos durante la jubilación mediante el desarrollo de un mercado de rentas vitalicias simple. El Estado jugaría un papel rector más activo en este pilar.

Comité de Notables y Gestoras de Carteras de Activos (Inversiones)

“Se establecerían carteras de inversión de referencia de ciclo de vida, que de aquí en adelante llamaremos Carteras Benchmark de Ciclo de Vida. Un Comité de Notables (conformado por expertos nacionales e internacionales de reconocido prestigio, y seleccionados y convocados por el MEF) establecería una Cartera Benchmark de Ciclo de Vida para cada generación (o cohorte) de trabajadores, cada 5 o 10 años”. Sin comentarios.

“La Centralizadora en representación de los afiliados ante los Gestores de Carteras de Inversión, que de aquí en adelante denominaremos GCI. Las GCI reemplazarían a las actuales AFP.(…) las GCI se concentrarían únicamente en la gestión de activos”.

Un sistema con un nuevo tipo de fraccionamiento, esta vez por actividad. Un esquema ideal para el manejo de las burocracias estatales y para distribuir responsabilidades, que sería muy difícil de entender y controlar por parte de los afiliados.

Algunas conclusiones de la CPS

  • Construir un sistema de pensiones único e integrado. Conforme.
  • Ampliar sustancialmente la cobertura del sistema pensional. Solo buenos deseos.
  • Reducir los costos del sistema, con un despliegue más efectivo del papel rector del Estado (aglomeración ‘eficiente’ de los servicios de administración de cuentas). ¿Mediante un monopolio estatal?
  • Reducir las comisiones. >Buenos deseos.
  • Incorporar un verdadero representante de la demanda (del afiliado). Ello se lograría a través de un organismo centralizador. El monopolio estatal.
  • Rediseñar las normativas que permiten el retiro del 25% de los ahorros para la compra de vivienda y el 95.5% de los fondos al momento de la jubilación. Creemos que la presencia de la pensión básica ayudaría a encontrar soluciones más razonables a los problemas que originaron estas desacertadas alternativas. ¡Vaya!

Como se dice, muchas veces los comités y comisiones, en vez de diseñar un caballo, terminan diseñando un camello. Así vemos la propuesta, hasta hace pocos días secreta, de la CPS. Ver diagrama del Camello Previsional:

Propuesta de la CPS sobre Salud

Este informe está dirigido a evaluar el tema previsional, pero no podemos dejar de llamar la atención sobre la propuesta de la comisión (de vocación estatista) sobre el tema de salud. Otro tema crucial para la sociedad, que no puede tratarse a puerta cerrada.

La propuesta habla de la creación de un ‘asegurador único y universal’ (monopsonio). En otras palabras, plantean un esquema tipo URSS:

Único
Régimen
Social de
Salud

Esto, en vez de plantear ‘una primera capa de seguridad social’.

En resumen, debemos solicitar al MEF, que no se comprometa con las propuestas de la comisión, y que, promueva un análisis abierto y transparente, sobre estos temas tan importantes. ¡Despacio, que estamos apurados! Lampadia




Las pensiones como ciclo virtuoso

Las pensiones como ciclo virtuoso

Todas los sistemas previsionales de reparto públicos, se basan en los ingresos de una generación futura, para cubrir las pensiones de los jubilados actuales. Una suerte de esquema Ponzi, o pirámide del tipo de las grandes estafas como ‘Clae’.

Un esquema de Ponzi se define como “una estafa de inversión en la cual algunos primeros inversionistas son pagados con el dinero puesto por los posteriores inversionistas con el fin de alentar más y mayores riesgos”. El modelo es insostenible porque para mantenerse requiere un universo infinito de nuevos participantes.

En el caso de las pensiones de reparto, además de las tradicionales ineficiencias de los sistemas administrados por los estados, con la evolución de la demografía, en la que la tasa de reproducción ha bajado sensiblemente, no es posible evitar un déficit estructural de los modelos previsionales de reparto.

Por ello, los beneficios del sistema de aportes individuales a cuentas privadas, en las que cada trabajador construye la base de su propia jubilación, han probado largamente ser una de las reformas más importante de la seguridad social en el mundo. Esto no significa que no sea necesario hacer ajustes, como los que debería conllevar la mayor esperanza de vida.

Lamentablemente, cuando se enfrenta la necesidad de hacer ajustes, se corre el riesgo que los políticos desandados en cuanto a los beneficios de los ciudadanos, se vayan por la tangente.  Como en Chile, donde se hizo evidente que la mayor esperanza de vida requería más años de aportes, y el descalabro del modelo.

En el caso del Perú, evidentemente, la mayor debilidad del sistema es la cobertura de los sistemas pensinarios que solo cubren al 25% de la población. Sin embargo, ni el Estado, ni los operadores del sistema privado de pensiones, muestran el más mínimo interés de enfrentar esta deficiencia estructural.

Por ello, en Lampadia insistimos en nuestra propuesta de pasar el esquema a uno basado en el canje, voluntario, de pagos por IGV, a cuentas individuales. Ver: El IGV como aporte al Fondo de Pensiones y UNIVERSALICEMOS LA CAPITALIZACIÓN INDIVIDUAL – ONP: INCLUSIÓN O EXCLUSIÓN. Lampadia 

Generaciones superpuestas

Pateandola lata por un camino sin fin

El resumen final de nuestra serie sobre grandes ideas económicas examina los costos (y beneficios) de pasar el proyecto de ley a la próxima generación

The Economist
31 de agosto, 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

En la primavera de 1899, William Miller persuadió a tres miembros de su grupo de oración de Brooklyn a que invirtieran su dinero con él, prometiéndoles retornos sobrenaturales. Pagaría un dividendo del 10% por semana, más una comisión por cada nuevo inversionista que pudieran contratar. Pronto, William “520%” Miller estaba atrayendo a multitudes de depositantes a su puerta.Tan “grande fue el agolpamiento”, dicen por ahí, que su escalera finalmente se desplomó. Miller atribuyó su éxito a “información privilegiada”. Pero su método real lo hizo famoso 20 años más tarde el hombre que lo perfeccionó, Charles Ponzi.

Los esquemas Ponzi, como el de Miller, pagan un retorno a los primeros inversionistas con el dinero recaudado de los posteriores. Cuando se quedan sin nuevas contribuciones, se derrumban. Un plan tan generoso como el de Miller no puede durar mucho tiempo. Pero, ¿qué pasaría si las promesas fueran menos extravagantes y los intervalos de reembolso menos estrictos? ¿Y si, por ejemplo, un plan pidiera dinero a los inversores en sus años más jóvenes a cambio de un pago en su vejez? Sobre esa escala del tiempo, un esquema de Ponzi no necesita limitar sus esfuerzos del reclutamiento a la gente viva cuando comienza. Puede reembolsar a los contribuyentes de hoy con dinero de futuros participantes que aún no han nacido. Y puesto que la próxima generación nunca es probable que sea la última, la cadena podría, en principio, continuar indefinidamente. Salvo una catástrofe, nacen nuevos posibles clientes cada día.

Esta lógica intergeneracional está detrás de las pensiones de “reparto” (PAYG, por sus siglas en inglés) comunes en muchos países. Las personas contribuyen al plan durante su vida laboral, y reciben un pago en la jubilación. Muchas personas imaginan que sus contribuciones se guardan o se invierten en su nombre, hasta que alcancen la edad de jubilación. Pero ese no es el caso. Las contribuciones de los trabajadores de hoy pagan las pensiones de los jubilados de hoy. El dinero se transfiere entre generaciones, no a través del tiempo.

El Seguro Social de los Estados Unidos, por ejemplo, es en gran parte por reparto. Por esta razón, sus críticos a menudo lo comparan con un esquema Ponzi para desacreditarlo. Pero la comparación también puede funcionar de otra manera. Si el Seguro Social (un venerable derecho que ha ahorrado a millones de personas de la penuria) tiene algún parecido con un esquema de Ponzi, entonces tal vez los principios de Ponzi no siempre son tan diabólicos como su nombre lo sugiere.

En algunos casos, esos principios podrían redundar en beneficio de todos. Uno de esos escenarios fue bosquejado por Paul Samuelson del Instituto de Tecnología de Massachusetts en 1958. Su experimento de pensamiento es más fácil de entender cuando se da el ejemplode una isla (a lo largo de líneas sugeridas por Laurence Kotlikoff de la Universidad de Boston). La isla de esta parábola alberga árboles de cacao inusualmente altos, personas hambrientas y casi nada más. Sólo los jóvenes pueden trepar a los árboles y recoger la fruta, que se debe comer rápidamente antes de que se estropee en el sol. Y sólo dos generaciones (jóvenes y viejas) están vivas al mismo tiempo.

En esta isla, los ancianos no tienen forma de protegerse. Son físicamente incapaces de recoger fruta. No pueden comprar fruta de los jóvenes, porque no tienen nada que ofrecer a cambio. Tampoco pueden vivir de las vainas de cacao salvadas de su juventud, porque su reserva se habrá podrido cuando sean mayores. No hay activos duraderos, imperecederos que puedan servir como un vehículo para su ahorro.

La solución, por supuesto, es un esquema intergeneracional de Ponzi. Los jóvenes dan fruto a los viejos en el entendimiento de que la próxima generación hará lo mismo para ellos cuando crezcan frágiles. En efecto, los jóvenes prestan a sus padres y cobran el reembolso de sus hijos. Al hacerlo, sirven como un vínculo entre dos generaciones que no coexistirían de otro modo.

Las grandes mentes se superponen

El esquema funciona, señaló Samuelson, sólo porque “siempre están llegando nuevas generaciones”. Si la reproducción hubiese dejado de existir, la última generación no obtendría nada del esquema. Sabiendo esto, no pondrían nada. Pero su falta de contribución también privaría a la penúltima generación de un pago, no dejándoles ninguna razón para participar. Cualquier ruptura anticipada en la cadena provoca que todo se desacople. Si el esquema no puede terminar nunca, no puede incluso comenzar.

El trabajo de Samuelson fue seminal, pero no totalmente original. Un modelo similar fue descrito en 1947 por Maurice Allais, que entonces trabajaba en una oficina de estadísticas mineras en París, pero su contribución tuvo la “desgracia de ser escrita en francés”, como ha señalado un erudito. La ‘interminabilidad’ de estos modelos juega estragos con gran parte del sentido común económico. Los economistas saben que las limitaciones presupuestarias eventualmente se unen y que las cuentas deben ser resueltas al final del día. Pero, ¿y si el final nunca llega?

Tales parábolas pueden parecer demasiado artificiosas para ser iluminadoras. Seguramente los isleños se benefician de un esquema de Ponzi sólo porque la historia les niega arbitrariamente cualquier manera de ahorrar para su futuro. Si los jóvenes pudieran adquirir un activo duradero, podrían cuidar de sí mismos en su vejez vendiéndolo para las cosas que necesitan. En lugar de comer fruta de cacao, los isleños podían plantarla para cultivar un nuevo árbol, que luego podrían alquilar o vender a los jóvenes escaladores cuando se retiraran.

En la mayoría de los casos, este tipo de ahorro e inversión realmente sirve mucho mejor a la gente. La acumulación de capital amplía la capacidad productiva de la economía, creando así riqueza, a diferencia de los esquemas de Ponzi, que simplemente lo difunden. Ahorrar e invertir el valor de la tienda y añadir a ella, convirtiendo una fruta de cacao en un árbol entero. Por lo tanto, los jubilados pueden esperar obtener más de su inversión de lo que ponen inicialmente.

En algunos casos inusuales, sin embargo, otros factores pueden pesar en favor del esquema de Ponzi. En primer lugar, el ahorro y la inversión pueden producir rendimientos que disminuyen drásticamente. Si una sociedad está deseosa de transferir recursos al futuro, acumulará un gran stock de capital, lo que puede reducir el retorno de más inversiones. Pienseen un huerto con demasiados árboles, cada uno toando parte de la luz de otro y absorbiendo su suelo.

Una segunda consideración es la demografía. Una población creciente crea un esquema de pirámide natural. Cada cohorte de participantes recibirá el dinero aportado por una generación posterior, mayor. Por lo tanto, ellos también pueden sacar más provecho de lo que ponen. Las generaciones futuras también pueden estar mejor que sus predecesores. Pueden beneficiarse de fuentes de avances económicos (como la mejora de la tecnología), más allá de la simple acumulación de capital. Esta marcha del progreso debería permitir que un esquema de Ponzi pague un retorno positivo a los inversionistas incluso si el esquema toma solamente un porcentaje constante de los ingresos de cada generación. Gracias al crecimiento económico, el 10% recaudado de los ingresos de los jóvenes de hoy valdrá más que el 10% recaudado en el pasado de la generación más pobre de sus padres.

Para hacer las cosas concretas, supongamos que la población de un país crece un 1% al año y los ingresos por persona crecen un 4%. En este caso, un esquema Ponzi puede ofrecer un rendimiento anual de aproximadamente 5% indefinidamente, simplemente tomando una proporción constante de los ingresos de cada generación. Si la economía ya tiene un gran stock de capital, el rendimiento del ahorro y la inversión podría ser menor que eso, especialmente teniendo en cuenta el riesgo involucrado. Tal economía sufriría lo que los economistas llaman “ineficiencia dinámica”. En estas circunstancias, un esquema intergeneracional de Ponzi puede ser sostenible y deseable.

Una pensión de reparto es sólo el ejemplo más obvio de tal esquema. La deuda del gobierno puede desempeñar un papel similar (una posibilidad que entretenía Peter Diamond del MIT en un artículo de 1965 sobre las ideas de Samuelson). Si el gobierno no quiere extraer contribuciones de la seguridad social de los jóvenes, puede vender bonos a largo plazo. Cuando estos bonos maduran, el gobierno puede pagarlos vendiendo una nueva ronda de bonos a la siguiente generación, más rica.

Una tercera forma más anárquica de transferir recursos de los jóvenes a los viejos es una burbuja especulativa. En una burbuja, la gente paga sobre las probabilidades de un activo, como una casa, en la creencia de que los inversores posteriores pagarán un precio más alto todavía. El sobrepago equivale a una contribución a un esquema de Ponzi, reembolsado no por las ganancias del activo subyacente, sino por sobrepagos de inversores posteriores. Si cada generación es colectivamente más rica que la anterior, entonces el precio del activo puede seguir aumentando incluso si cada comprador absorbe sólo el mismo porcentaje de sus ingresos (ascendentes).

La teoría del joven-tonto

Todos estos mecanismos tienen efectos secundarios. La deuda del gobierno puede eliminar la inversión productiva. Las burbujas pueden hacer lo mismo. Pero en una economía que sufre de ineficiencia dinámica, este desplazamiento es algo bueno. Esta economía ha acumulado demasiado capital. Requiere grandes inversiones para mantener este gran stock de maquinaria, equipos, edificios e infraestructuras en línea con la economía. Los jóvenes se sienten tentados a añadir aún más capital en un esfuerzo por transferir recursos a su futuro, los seres viejos. Sin embargo, debido a que los rendimientos son tan bajos, es más eficiente para ellos transferir recursos directamente a las personas de edad avanzada (contribuyendo a la seguridad social, comprando bonos del gobierno o pagando demasiado por los activos de los ancianos), entendiendo que los jóvenes de mañana harán lo mismo para ellos.

Bajo ciertas condiciones, entonces, los principios de Ponzi son eficientes y no son maléficos. Pero, ¿se encuentran esas condiciones en el mundo real? Una manera de buscarlos es comparar las tasas de interés (que representan la rentabilidad del capital) y las tasas de crecimiento del PBI (que reflejan tanto el crecimiento de la población como el aumento del ingreso por persona). Una prueba alternativa, más rígida (que funciona bien bajo ciertas suposiciones) es comparar la inversión y los beneficios. Si la inversión nacional es mayor que las ganancias, un país está arando más en su capital que lo que gana. Es como si los isleños estuvieran replantando toda la fruta que recolectan de los árboles adicionales que han cultivado (menos cualquier fruta que necesiten para compensarse por su trabajo) además de unos cuantos más. Los esfuerzos de la economía para ahorrar e invertir para el futuro están sobrecargando las herramientas disponibles para ahorrar.

Los economistas solían confiar en que la mayoría de las economías estaban en el lado correcto de esta prueba, ganando mucho más en ingresos de lo que invirtieron. La investigación reciente es menos definitiva. François Geerolf de la Universidad de California en Los Ángeles cree que Japón sufre de ineficiencia dinámica. Y no puede descartar la posibilidad de que todos los países del G7 (y otros nueve) sufren de manera similar. Si es así, las implicaciones son provocativas. Ellos asumen que la deuda pública del G7 está absorbiendo dinero que de otro modo se gastaría en aumentar aún más el stock de capital sobrecargado. En la medida en que los ingresos de este préstamo del gobierno se destinan a la atención médica y pensiones, los ancianos se benefician de manera desproporcionada. Tal vez, entonces, la deuda pública del G7 está desviando esfuerzos infructuosos para proveer para el futuro en proveer para los ancianos en su lugar.

Varios estudiosos, entre ellos Qian Liangxin de la Universidad de Anhui, también señalan que China a menudo se dedica más a su capital que lo que gana. En la etapa de desarrollo de China, esto no puede ser algo malo, porque la relación capital-intensidad de la economía está todavía en flujo. Pero la combinación de crecimiento rápido y retornos reprimidos sobre el ahorro puede ayudar a explicar por qué China es tan propensa a las burbujas especulativas, especialmente en la propiedad. Los chinos en edad de trabajar pagan en exceso por casas, muchas de las cuales están vacías, suponiendo que las venderán a precios más altos, no a un mayor tonto necesariamente, sino a uno más joven, más rico.

El esquema proto-ponzi de William Miller duró menos de un año. Sus bancos (incluyendo el Hide and Leather National Bank of Nueva York) cerraron sus cuentas y los periódicos lo persiguieron. Él huyó a Canadá antes de que la policía lo alcanzara. Pero nunca se le acabaron los inversionistas. Aun cuando escapaba del país, muchos sobres dirigidos a su sindicato se amontonaban en la oficina de correos, llenos de contribuciones de la siguiente generación de creyentesLampadia

 




ONP: Inclusión o Exclusión

ONP: Inclusión o Exclusión

Presentación de Pablo Bustamante Pardo, Director de Lampadia, en el evento: “Hacia un Sistema de Pensiones Inclusivo”, organizado por la y UPC, el lunes pasado.

El Perú fue uno de los primeros países en el mundo, en adoptar un sistema previsional de capitalización individual, que permite superar la trampa de los quiebres de financiamiento que han perseguido a todos los países desde la instauración de los sistemas de pensiones estatales en 1883, por iniciativa de Otto von Bismark, el ‘Canciller de Hierro’ de Prusia y unificador de Alemania.

En 1980, José Piñera ideó un sistema de pensiones contributivo de capitalización individual. Desde entonces, el Sistema Privado de Pensiones (SPP) ha sido adoptado por muchos países, que han encontrado en él, la posibilidad de ofrecer pensiones sostenibles que no absorban parte importante de los siempre escasos recursos públicos.

Como toda creación humana, este sistema tiene que irse adaptando en el tiempo a cambios estructurales, como, por ejemplo, el incremento de la esperanza de vida. Una realidad demográfica que afecta todos los esquemas pensionarios, que eventualmente debería llevar a incrementar los años de trabajo. Sin embargo, las políticas populistas propician jubilaciones más tempranas.

Más allá de las necesidades de hacer ajustes, el SPP es una clara expresión de capitalismo popular, que liberó a los jubilados del Estado, de su condición de rehenes de la politiquería de las izquierdas de las ‘ideas muertas’. Razón por la cual, el sistema fue víctima de largas campañas de desprestigio y formación de mitos, que, en el caso del Perú, terminaron por desdibujarlo ante la opinión pública.

Veamos donde estamos:

En el Perú, el talón de Aquiles de los sistemas pensionarios, tanto del SPP, como del Sistema Nacional de Pensiones (SNP), administrado por la ONP, es que su cobertura solo alcanza a los trabajadores del sector formal. Esto deja fuera de los beneficios previsionales al 75% de la PEA.  

Una buena solución a esta deficiencia es el canje parcial de pagos por IGV, por aportes individuales al SPP. Veamos:

Propuesta para el canje de IGV por aportes individuales

En enero del 2014 Lampadia propuso usar parte de los pagos de IGV como aportes individuales a fondos privados de pensiones de todos los peruanos sin excepción.

Este mecanismo permitiría formalizar el empleo y dar acceso a pensiones privadas al 100% de los trabajadores. Ver en LampadiaEl IGV como aporte al Fondo de Pensiones y formalización del empleo.

Con el aporte de una parte de los pagos por IGV a cuentas individuales se podrían obtener los siguientes resultados:

  • Registrar y formalizar a toda la clase trabajadora, pues sería muy extraño que alguien dejara de canjear su IGV por ahorro previsional privado bien remunerado.
  • Establecer un sistema universal de pensiones al que se podría aportar desde los 18 años y que podría permitir acumular un fondo adecuado, por lo menos para una pensión base o mínima de buen nivel, dado el período de aportes de 47 años (18 a 65) con el efecto de la tasa de interés compuesta. Por ejemplo, un aporte de 10 soles después de 47 años con un rendimiento de 7% anual generaría 240 soles, y en 24 años, el promedio del período sugerido de aportes, 51 soles por cada 10.
  • Se podría disminuir la evasión de pagos del IGV.
  • Se podría cerrar la ONP y poner coto al forado fiscal que hoy representa.
  • Se podría ir eliminando las inafectaciones al IGV y tener un sistema plano y universal.
  • Aumentaría la recaudación de IGV, lo que podría compensar (total o parcial) los puntos que se usen en los canjes.

En Lampadia asumimos que el nivel de canje debería estar entre 3 a 5 puntos de los actuales 18 puntos del IGV. Sin embargo, es evidente que habría que hacer los cálculos adecuados en función de los períodos de aporte y demás factores vinculados. También será necesario ver como se establece una pensión mínima que podría lograrse mediante aportes complementarios del Estado, adicionales a lo que el trabajador pueda haber acumulado por su cuenta.

Lamentablemente, esta propuesta no fue nunca recogida por la Asociación de AFPs ni por las empresas individualmente. La verdad es que nunca manifestaron ningún interés en siquiera conversar del tema. El gobierno de PPK tampoco se allanó a analizar la propuesta. Ver en Lampadia: Agarremos el toro por las astas – Sobre formalización, pensiones e IGV. (Julio, 2016).

Pero, además de la gran exclusión, se generó una dolorosa discriminación con quienes se propició se mantuvieran en un sistema contributivo de reparto estatal, el SNP, que los castigó con una serie de maleficios. Veamos:

Uno de los castigos más importantes a los afiliados de la ONP es el requerimiento de mantener aportes de más de 20 años para poder recibir una pensión, que como veremos más adelante, afecta a muchos trabajadores.

Desde un punto de vista social y económico, el SNP, es cada vez más insostenible, pues con el aumento de la esperanza de vida de nuestra población, habría que cubrir pensiones durante más años, con un sistema que ya arrastra un importante déficit de financiamiento. Ello determina que un país pobre como el Perú, con mil necesidades insatisfechas, con brechas económicas y sociales que no alcanzamos a cubrir (en educación, salud, e infraestructuras, entre otras), tenga que dedicar recursos fiscales crecientes para sustentar el pago de pensiones. Algo que, de no corregirse, incapacitará al Estado para solventar sus necesidades y determinará continuos retrasos en los ajustes de los montos de pensiones, o, en otras palabras, menores pensiones.

Otro castigo del sistema de reparto del Estado, es que genera menor rentabilidad con los aportes de sus afiliados, en comparación con la que obtiene el SPP, que duplica el rendimiento de sus inversiones.

A julio del presente año, las pensiones de jubilación, de invalidez y de sobrevivencia que ofrece el sistema privado son también, claramente mejores de las que aporta el sistema estatal.

Como indicamos líneas arriba, si un afiliado al sistema estatal no acumula 20 años de aportes, no solo se queda sin pensión, además, pierde todos los fondos que haya aportado. No se le devuelve ni un Sol. Según el IPE, dos tercios de los afiliados a la ONP, no recibirán pensiones y perderán todo lo aportado. Algo abusivo e inaceptable, que se sigue fomentando, al promover las afiliaciones al SNP de la ONP.

Pero, por otro lado, la situación actual, de debilidad de la imagen del SPP, de pensiones, no es gratuita. En ello han confluido varios elementos: 

  • Falta de cobertura

75% de la PEA, los trabajadores que no son parte de la formalidad, están excluidos de ambos sistemas pensionarios, y eso determina una falla estructural.

Como se explica líneas arriba, una buena solución a esta deficiencia es el canje parcial de pagos por IGV, por aportes individuales al SPP.

  • La publicidad de las AFPs y su relacionamiento con los afiliados

Es muy lamentable que los operadores del sistema, hayan privilegiado una competencia de atributos patrimoniales, accionarios, y hasta inmobiliarios, antes que difundir los beneficios del sistema de capitalización individual.

  • Falta de transparencia

No se logró tangibilizar y hacer más cercano a los afiliados, el SPP.

  • Políticos irresponsables

Lamentablemente, las debilidades y falencias del sistema, como la insuficiente cobertura, fueron aprovechadas por políticos irresponsables, que se permitieron jugar partidos de conveniencia política individuales de corto plazo, a costa de los beneficios de largo plazo del conjunto de la sociedad.

La aprobación del retiro del 95.5%, contó con la anuencia de Keiko Fujimori, por un cálculo político muy equivocado. Así mismo, más allá de los impulsores de la norma, retratados en la imagen anterior, debe singularizarse la vergonzosa actuación del entonces presidente del Congreso de la República,  Luis Iberico, que promulgó la ley por insistencia, sin haber buscado previamente, espacios serios de debate.  

Pero, el puntillazo al SPP fue la absurda norma promulgada durante el gobierno del nacionalismo, que permite que los pensionistas de SPP, al cumplir 65 años, puedan retirar hasta el 95.5% de su fondo individual. Algo, que tal como se advirtió, dejará sin acceso a pensiones a la gran mayoría de afiliados del sistema, pues, como ya se ha comprobado desde la incepción de la ley, los fondos que se retiran (por la gran mayoría de afiliados), no se reservan para sustentos pensionarios.

Factualmente, se puede afirmar, que, con esta medida, el 75% de los peruanos no está cubierto por los sistemas pensionarios (SPP y SNP), y los afiliados al SPP, en más de 90%, tampoco tendrán pensiones. Esto genera una tremenda amenaza para la salud fiscal del Estado, pues, ante la carencia de pensiones y el consiguiente drama social que se generaría, el Estado se verá, eventualmente, compelido a universalizar algún sistema, como Pensión 65, a todos los peruanos. Algo inmanejable desde el punto de vista fiscal, y que condenaría a los peruanos a tener pensiones miserables.

Los argumentos de los políticos populistas que forzaron el tema del 95.5%, se caen por su inconsistencia. Ver en Lampadia: La reforma de las pensiones. Uno muy llamativo es el caso de los jubilados viudos en Japón, que prefieren ir a la cárcel, que vivir con sus pensiones de reparto. Ver: Ancianos japoneses prefieren la cárcel a pobres pensiones.

En resumen:

  • El SNP es una suerte de estafa a los peruanos que se ha propiciado, se mantengan en el sistema de reparto estatal, y se debe propiciar su traslado al SPP.
  • El SPP debe ser reparado de inmediato para corregir los perniciosos impactos del retiro del 95.5% de los fondos individuales a los 65 años de edad.
  • Debe desecharse el absurdo (y secreto) proyecto del gobierno de PPK, basado en la creación de un monopolio estatal para manejar buena parte del sistema de pensiones.
  • El SPP debe ser universalizado, cambiando la base de contribuciones de todos los ciudadanos, a un mecanismo de canje parcial de pagos por IGV, por aportes individuales al SPP.  

Lampadia

 




Cuidado, no destruyamos las AFP, mejoremos el Sistema

Cuidado, no destruyamos las AFP, mejoremos el Sistema

Un reciente debate en redes sociales entre el reconocido economista y catedrático de la Universidad de Columbia, Xavier Sala í Martín (XSM) y el periodista encargado de la sección catalana de El País de España, Oriol Güell, nos permite:

–        Entender mejor la naturaleza de los sistemas de seguridad social de reparto o solidaria, en la que se basan los esquemas pensionarios estatales, tal y como funciona el sistema público en el Perú (ONP).

–        Enriquecer el debate sobre el tema de las pensiones y promover la participación de los afiliados al sistema y de la ciudadanía en general. Hay que ilustrar a la población a qué se enfrentan, especialmente a los más jóvenes, y analizar el tema con seriedad y sin facilismos populistas.

–        Dejar en evidencia la pobreza de la argumentación de la izquierda tradicional, sus prejuicios, la carga de su ideología y el escaso compromiso con la realidad.

 

Lampadia contribuirá al debate sobre el sistema pensionario porque considera que es un tema crucial para el presente y futuro de los peruanos. En especial, ahora que en el Congreso se discuten varios proyectos de Ley para modificar el Sistema Privado de Pensiones (AFPs).

Líneas abajo, Lampadia traduce, compendia, resume y adapta lo más significativo del debate entre Xavier Sala i Martín y Oriol Güell:

Oriol Güell ha escrito un tweet irritado por una afirmación mía que aparece en el tráiler de la nueva película de Isona Passola. En esta frase digo que en la actual seguridad social española, las pensiones de los jubilados no se pagan con los ahorros que los contribuyentes hicieron cuando eran jóvenes, sino con las contribuciones que hoy hacen los más jóvenes. Es decir, que en el sistema de reparto como el que hay en España [como en la ONP en el Perú], las pensiones de una generación se pagan con las contribuciones de la siguiente generación, y los de la siguiente generación se pagan con las de la siguiente y así hasta el infinito.

Tras escuchar esta afirmación, Güell ha buscado un videoblog mío donde hablo de los negocios piramidales (o esquemas Ponzi, por el nombre del estafador italiano que los hizo famosos a principios del siglo XX: Carlo Ponzi. [El caso más notorio de aplicación de este sistema fraudulento en el Perú fue el de CLAE]). Los negocios piramidales consisten en pagar a los primeros inversores del negocio con el dinero que aporta la segunda ronda de inversores y éstos, a su vez, son pagados con el dinero de la tercera ronda y así sucesivamente hasta el infinito. Al final del videoblog, digo que la seguridad social hecha por el Estado, es un sistema piramidal, porque tiene exactamente esta característica: cada ronda de pensiones es pagada con el dinero de la siguiente ronda. Nunca me refiero a la seguridad social como una “estafa”. Esto no impidió que Oriol Güell (que como periodista tiene un compromiso con la verdad) haya twitteado varias veces que yo digo que la seguridad social es una estafa piramidal y sugiere que es una vergüenza que este tipo de afirmaciones se hagan a una película del Isona Passola “sin que haya el contrapunto de un economista comunista” (¡Sic!).

En lugar de debatir por qué [la seguridad social española] no es un esquema piramidal o esquema Ponzi, Oriol Güell se dedica a descalificarme histéricamente. También me acusa de defender sistemas de seguridad social privados y de capitalización [tipo AFPs].

Finalmente, Oriol me hace un reto: que encuentre dos catedráticos “que no estén untados” [pagados] que digan que el sistema de seguridad social es una estafa piramidal.

“Yo no he utilizado la palabra estafa piramidal para describir la seguridad social y que en la película de la Isona Passola NO HABLO de negocios piramidales ni nada por el estilo. Es cierto que en el videoblog (no en la película) utilizo la expresión ´negocio piramidal´ o ´esquema piramidal´ o ´esquema Ponzi´. ¡Pero no digo nunca que la Seguridad Social sea una estafa! He utilizado esta expresión porque eso es exactamente lo que es un ´esquema Ponzi´: se paga a unos con el dinero de los demás y se paga a los otros con el dinero de terceros. Esto es lo que son los esquemas Ponzi y la seguridad social. Y si no lo es, estaría bien que Oriol Güell nos lo explicara. Es más, he dicho (lo digo al vídeoblog y lo he dicho en otros lugares) que como la seguridad social necesita de las nuevas generaciones para pagar las anteriores, en situaciones de generaciones pequeñas acabará pasando lo mismo que ocurre con las estafas piramidales: que la última generación NO recupera el dinero que aportó”.

Citaré a dos catedráticos. Ya sé que Oriol Guell dirá que son neocons untados por las multinacionales y que tienen intereses. La gente de izquierda que no tiene argumentos siempre dice que los que no están de acuerdo con ellos están “untados”. Ellos hablan desde una supuesta superioridad moral y quien no está de acuerdo con ellos es un inmoral, insolidario y cobra de lobbies multinacionales. Ellos nunca están “untados”. Por ejemplo, él no está untado por el grupo mediático que le paga el salario. ¡No! Él es puro e intelectualmente neutral. ¡Son los demás los que cobran por escribir! Pero aunque ya sé que los dos ejemplos que le daré son untados e indignos, se los daré igualmente.

El primero es el del padre intelectual de las teorías de generaciones solapadas (modelo que se utiliza para estudiar la seguridad social desde el 1958) y premio Nobel de Economía Paul Samuelson en un artículo de [la revista] Newsweek de 1967.

“La belleza de la seguridad social es que no tiene fundamentos actuariales. Todos los que llegan a la edad de jubilación reciben beneficios que exceden largamente lo que han contribuido – exceden sus contribuciones en más de diez veces (o cinco veces, contando los pagos del empleador). ¿Cómo es posible? Viene del hecho que el producto nacional crece a una tasa de interés compuesto y puede esperarse que lo haga más allá de lo que ve el ojo. Siempre hay más jóvenes que viejos en una población creciente. Más importante, con el ingreso real creciendo hasta 3% al año, la base imponible sobre la cual se cargan los beneficios siempre será mayor que los impuestos que pagó históricamente la generación ya jubilada. …Una nación creciente es el esquema Ponzi más grande jamás diseñado”

Resumiendo, Paul Samuelson dice que, gracias a que la población aumenta y la renta per cápita crece, cada generación tiene más dinero que la anterior y esto convierte a la seguridad social en el “sistema Ponzi más grande jamás concebido”. Lo que Samuelson no sabía en 1967 es que la población estaba a punto de empezar a decrecer y que las tasas de crecimiento del 3% estaban a punto de desaparecer para siempre. Y eso acabaría, dando los problemas de los que hablo al final de mi videoblog.

La segunda cita es de otro “neocon radical ultraliberal salvaje” (no se olvide nunca esto de salvaje), de extrema derecha y seguramente untado por el Tea Party y alguna multinacional de los seguros privados, aunque también tiene el premio Nobel. Se llama Paul Krugman quien [publicó] en el Boston Review de 1996:

“La Seguridad Social está estructurada desde el punto de vista de los beneficiarios como si fuera un plan de jubilación ordinario: lo que sacas depende de lo que pones. Así no parece un esquema redistribucionista. En la práctica ha resultado ser fuertemente redistribucionista, pero solo por su aspecto de juego Ponzi, en el que cada generación saca más de lo que puso. Bueno, el juego Ponzi pronto se acabará gracias a cambios demográficos, de tal forma que el beneficiario típico solo recibirá, de hoy en adelante, tanto como lo que haya puesto (y los jóvenes de hoy en día puede que reciban menos de lo que contribuyeron)”.

Naturalmente, cuando digo que Samuelson y Krugman son “neocons ultraliberales de extrema derecha” es sarcasmo: todo el mundo sabe que son los economistas más de izquierda de los Estados Unidos. Sin embargo, esto no les impide reconocer que, tal y como está montada la seguridad social, parece un esquema piramidal o Ponzi.

La conclusión a la que llegan tanto Samuelson como Krugman (y a la que llego yo también) es que cuando la demografía no acompaña, este esquema de pagar a cada generación con el dinero de la siguiente, la seguridad social puede terminar colapsando en el sentido de que habrá generaciones que cobrarán menos de lo que aportaron al sistema. ¡Al igual que la última ronda de inversores de un negocio piramidal! Cuando vienen generaciones pequeñas con pocos contribuyentes que deben pagar pensiones a generaciones enormes que ya se han jubilado.

Si [Oriol] quiere, puedo citar otros premios Nobel: Milton Friedman, Bob Lucas o incluso el último, Bob Shiller, que se han referido a la seguridad social en términos de equema Ponzi o esquema piramidal. Si tiene que haber una discusión, debe ser seria. Las discusiones intelectuales me interesan todas. Las peleas de bar no me interesan lo más mínimo.

Como señala, el economista catalán Albert Bertran, en su Facebook, sobre esta polémica: “Oriol Güell es una muestra de porque no lograremos nunca que España sea como Dinamarca, Suecia o Finlandia. Porque en lugar de preocuparles [a la izquierda] la productividad, la eficiencia y la competitividad, lo único que les preocupa, es si los servicios los presta el sector privado o el público. A diferencia de los liberales, [a los] que sólo nos preocupa la productividad, la eficiencia y la competitividad y no nos importa que sean prestados por el sector público si los presta más eficientemente que el privado. A ellos sólo les preocupa que sean prestados por el sector público, aunque supongan unos servicios más caros para los contribuyentes y de menor calidad para los usuarios. Y además utilizan malas artes para defender sus objetivos, como decir que lo hacemos para favorecer determinados intereses económicos, cuando es mentira. A nosotros, como los daneses, suecos o finlandeses, lo único que nos interesa, es que los ciudadanos puedan disponer de servicios públicos de más calidad y a costos inferiores”.

Bertran termina su comentario con la siguiente afirmación. “Nota: en Suecia se está privatizando la enseñanza y, nadie tiene la mente tan retorcida, como para pensar que se hace para beneficiar intereses económicos privados”.  La cita cae como anillo al dedo para el otro debate ideologizado que se vive en país: la reforma de la Ley Universitaria. Lampadia