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¿Gobierno pro-empresa? ¡No le quiten el p… a la jeringa!

¿Gobierno pro-empresa? ¡No le quiten el p… a la jeringa!

En la vida y, como no, en la política, se colocan calificativos, se ponen apelativos, chapas que de una u otra manera se convierten en un destino, o por lo contrario resultan ser todo lo opuesto a lo que realmente representa o hace el bautizado. “Es la candidata de los ricos” [Alan a Lourdes Flores]; “Este es el gobierno de los empresarios, de la Confiep” [la izquierda a Ollanta Humala]. Con estas “definiciones” se intenta calificar al oponente como alejado del pueblo, de vincularlo con un sector “privilegiado” que es o sería apoyado en detrimento de los intereses de las grandes mayorías. En el Perú de los últimos años, este señalamiento está asociado al intento dedesacreditar el libre mercado.

Una apuesta que nos ha permitido crecer a lo largo de 25 años incrementando el empleo, desapareciendo el analfabetismo, casi eliminando la pobreza extrema y ampliando la clase media. Es decir, creando un inmenso desarrollo integral que se ha traducido en bienestar social para las grandes mayorías (Ver en Lampadia: ¡Qué calato… ni que ocho cuartos!). Este mismo proceso ha llenado las antes escuálidas arcas fiscales (no nos olvidemos de los setentas y ochentas), lo que ha permitido a los Gobiernos mejorar las infraestructuras y los servicios estatales, así como quedestinar recursos ingentes  a departamentos, provincias y distritos, no siempre bien invertidos. 

Este desarrollo, este bienestar que hoy gozamos y, que ha empezado a detenerse (justamente por el gobierno anti-inversión de Ollanta Humala), ha sido posible por que empresarios (grandes, medianos y chicos), encontraron las condiciones para crecer. Eso es algo, que quienes realizan este tipo de calificativos, no quieren reconocer. Sin inversión privada, sin facilidades (no confundir con prebendas) para que los empresarios puedan dar rienda suelta a su potencial creativo y a la generación de empleo,todo se detiene y se inhibe la reducción de la pobreza. Aún después de las lecciones que hemos vivido los peruanos, se persiste en la demagogia y el populismo.

Últimamente, las críticas de la izquierda al Gobierno de Ollanta Humala lo sindican de haber gobernado para los grandes empresarios, para la manida Confiep, es decir habría hecho lo que los empresarios le pedían. Nada más evidentemente falso. Justamente la economía se ha detenido porque Humala no ha hecho lo que los empresarios anhelaban, (ver en Lampadia: Otra vez la parada (esta vez en la inversión)). Si bien no se puede decir tampoco que se ha alejado completamente de un manejo racional de la economía, ha cometido una serie de desaciertos. Como dijo hace unas semanas,en la Hora N de Jaime de Althaus, Mateo Balarín, vicepresidente de la SNI: “Este gobierno no nos ha matado de un bombazo, pero lo ha hecho por el ataque de millones de mosquitos”.

Como hemos señalado repetidas veces en Lampadia, Humala, debutó en su administración con el equipo de la llamada “Gran Transformación”, liderado por Lerner Ghitis, se oficializó el credo anti-minero que terminó afectando a toda la economía. El primer traspiés fue, sin duda, Conga. Veamos:

  • ¿Los empresarios querían que aborte Conga?   NO.
  • ¿Los empresarios querían que se paralice Tía María?   NO.
  • ¿Los empresarios querían que se entregue el Lote 192 a dedo a Petroperú?   NO.   (Ver en Lampadia: Del arequipazo a Pichanaki. Un Estado que retrocede).
  • ¿Los empresarios querían que se demore Majes-Siguas?   NO.
  • ¿Los empresarios querían que se cambie el aporte minero voluntario por el impuesto a las sobre ganancias?   NO.
  • ¿Los empresarios querían que se mantengan límites absurdos para las emisiones de Dióxido de Azufre?   NO.
  • ¿Los empresarios querían que Sunafil se convirtiera en una suerte de ‘extorsionador’?   NO.   (Ver en Lampadia: Papi, te busca la Sunafil).
  • ¿Los empresarios querían que se establezca la norma anti-elusión para empoderar abusivamente a la Sunat?   NO.
  • ¿Los empresarios querían se promulgue una Ley Universitaria de fuerte tufo anti inversión privada?  NO.   (Ver en Lampadia: Retroceso que nos alejará del futuro que viene).
  • ¿Los empresarios querían que se promulgue la llamada Ley Chatarra?   NO.
  • ¿Los empresarios querían que se destroce el sector pesquero con el D.S. 005-Produce?   NO.   (Ver en Lampadia: El fracaso del Decreto 005-Produce).
  • ¿Los empresarios querían que el Estado comprara La Pampilla?   NO.
  • ¿Los empresarios querían que se exacerben las regulaciones estatales al punto de inhibir las inversiones?   NO.
  • ¿Los empresarios querían que se profundice la desconfianza con el sector privado y el desdén por la inversión privada?   NO.

Como vemos, el gobierno del nacionalismo ha sido cualquier cosa menos “un gobierno de los grandes empresarios”, por el contrario, se acerca más a uno anti-empresa y anti-inversión. Eso explica el afán de llevar al Estado nuevamente a la actividad empresarial con Petroperú, el Banco de la Nación y otros. Por todos estos desaciertos y ‘millones de picaduras más’, hemos paralizado el ciclo virtuoso de crecimiento y desarrollo más importante de nuestra historia. Las responsabilidades del Presidente Ollanta Humala están claras, pero, ¡ALTO!, que la izquierda retrógrada no nos venga ahora con el cuentito de que este fue el gobierno de los empresarios y que la economía de mercado a fracasado. Lampadia




El mito del modelo primario exportador

El mito del modelo primario exportador

Algunos economistas y líderes de opinión que se resisten a aprender de los procesos económicos y sociales que han dado lugar a la reducción de la pobreza y a la creación de una nueva clase media -tanto a nivel global como en el Perú- siguen alimentando mitos sobre las características del proceso de desarrollo peruano de los últimos años.

“Exportamos piedras”, dice Waldo Mendoza (1); ” el neoliberalismo nos ha llevado de regreso al modelo primario-exportador, que -como en los 50s- genera enclaves de grandes empresas mineras”, señala Pedro Francke (2), “es un modelo primario exportador, extractivista y desindustrializador”, asevera Félix Jiménez (3); “su desarrollo intenso genera divisas y utilidades pero poco empleo y articulaciones con el resto de la sociedad”, afirma Germán Alarco (4); “el desarrollo económico basado en vender piedras  tiene sus límites”, agrega León Trahtemberg (5).

“El problema es que la exportación primaria minera o petrolera no genera eslabonamientos internos, en consecuencia sus efectos multiplicadores de empleo e inversión van más bien al exterior”, sostiene Efraín Gonzales de Olarte (6).

Efectivamente  el 78% de los ingresos monetarios de nuestras exportaciones corresponden a productos tradicionales (sobre todo minerales),  pero lo riguroso es distinguir entre precios y volumen. En volumen (toneladas), entre el 2002 y el 2011, nuestras exportaciones no tradicionales han crecido en 222% mientras que las tradicionales solo aumentaron en 90%. (Ver Cuadro 1).

Cuadro 1

Hablando de precios, no se atreverían a afirmar lo mismo de Noruega con su 84% de exportaciones tradicionales, Australia con 77%, Nueva Zelanda con 73%, y Canadá con 44%, países muy exitosos que han sabido sacar provecho de sus recursos naturales y donde nadie se atreve a menospreciar una de las bases más importantes de  su éxito económico.

Además, nuestras exportaciones tradicionales incorporan un alto valor agregado. Por ejemplo, si en el 2010 hubiéramos exportado cobre refinado en vez de concentrados, solo hubiéramos obtenido 3.3% más de valor y en el caso de alambrón 8.2%.  (Ver Cuadro 2).

Cuadro 2

Abundando en rigurosidad podemos ver que según la Tabla Insumo Producto (TIP –  base 2007) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) y publicada por el IPE (Efecto de la minería sobre el empleo, el producto y recaudación en el Perú), la minería aporta solo el 13.2% del PBI, mientras que nuestro renovado sector manufacturero contribuye con el 16.5%, siendo ahora una industria más grande, exportadora y competitiva a nivel global.

Asimismo, a semejanza de los países más desarrollados, nuestro sector servicios es el de mayor contribución al producto con un 49% de participación. ¿Somos entonces un país primario exportador?

Nuestro sector industrial produce ahora maquinaria y equipo,  alimentos y bebidas,  confecciones, productos químicos, caucho y plásticos e industria del papel e imprenta. Pedro Olaechea, ex presidente de la Sociedad Nacional de Industrias, destaca por ejemplo la enorme importancia del clúster minero-industrial que genera más de 300,000 empleos formales. A su vez, como explica el IPE, éste demanda el 10% de la producción industrial y genera nueve empleos en otros sectores por cada puesto de trabajo minero.  

Una mirada desapasionada a la economía debería llevarnos a encontrar en la explotación racional de nuestros recursos naturales una gran palanca de desarrollo.

Lamentablemente en el Perú, en las décadas de los 60, 70 y 80 paralizamos la inversión privada, especialmente la vinculada a los recursos naturales. El consiguiente empobrecimiento de nuestra economía generó brechas económicas y sociales que hasta ahora no podemos cerrar. Así tenemos que entre otras falencias, las remuneraciones de los maestros, enfermeras y policías no alcanzan aún un buen nivel adquisitivo.

La explotación racional de nuestros recursos naturales debe ayudarnos a cerrar dichas brechas. Si desarrolláramos la cartera de proyectos mineros, que suma  US$53,000 millones,  se generarían 2.4 millones de empleos estables, el PBI crecería adicionalmente en US$44,505 millones, las exportaciones en US$30,276 millones anuales y los ingresos fiscales en S/. 25,727 millones cada año. Es evidente que con estos recursos podríamos construir muchos hospitales, postas, escuelas y  carreteras, así como aumentar las remuneraciones de los servidores públicos.

¡Basta de mitos y más respeto por la ciudadanía!

1/ Diario Gestión, 18 de octubre, 2012
2/ Coordinadora Nacional de Radio, 13 de marzo, 2010
3/ La República, 14 de febrero, 2010
4/ La Primera, 27 de octubre, 2012
5/ Programa Chema a las 10, Canal 10 RPP, 10 de setiembre, 2012
6/ Blog.pucp.edu.pe, 03 de diciembre, 2009