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El país se sumerge en una crisis de gobernanza

El país se sumerge en una crisis de gobernanza

Pablo Bustamante Pardo
Director de
Lampadia

La situación del Perú continúa en un proceso regresivo que nos ha llevado a frenar el crecimiento económico y a sufrir por una escasa inversión, pérdida de empleo, estrechez fiscal, anomia social y una crisis de gobernanza por la falta de visión y sentido de dirección del gobierno.

Solo han pasado 25 años desde que el Perú se levantó como un ‘Ave Fénix’, para remontar décadas de oscuridad que nos alejaron de la historia moderna de progreso económico, social e institucional. Nuestra recuperación fue muy rápida, y en pocos años pasamos de ser un ‘Estado Fallido’ (1990), a una suerte de ‘Estrella Internacional’.

Evidentemente, en tan poco tiempo, no pudimos remontar todo nuestros atraso. El desarrollo integral solo había tomado vuelo. Pero las evidentes agendas pendientes, fueron la disculpa para que los personajes responsables, cómplices o tontos útiles, del gran apagón de 30 años, encontraran en la negación de nuestra creciente prosperidad, su espacio político, su figuración mediática, o su fuente de vida, muchas veces sustentada por ONGs extranjeras y agencias de cooperación.

La debilidad de los partidos políticos y la ausencia de nuestra clase dirigente en el debate nacional, permitieron que el ‘negacionismo’ fuera tomando fuerza en los procesos electorales nacionales y regionales.

Así, el 2011, con el apoyo de todas las izquierdas de las ‘ideas muertas’, de todos los negacionistas y el odio torpe de Mario Vargas Llosa, se llevó a Palacio de Gobierno al proponente de una nueva política nacionalista que traería inclusión. Pero el gobierno de Humala interrumpió el clima de inversión, llevo a la administración pública a desconfiar y hasta denigrar del sector privado, cortó el crecimiento y también la inclusión.

En las elecciones del 2016, los electores dijeron sin medias tintas, que debíamos recuperar el tiempo perdido, rechazar los cantos de sirenas de nuevas constituciones y refundaciones, volver a invertir y crecer. Pero lamentablemente, el ganador de un proceso electoral muy accidentado, PPK, desoyó el llamado de las urnas del 10 de abril, e impulsado por sus peores asesores, se empeñó en ganar como sea. Peor aún, una vez ganador, mantuvo su cercanía con los mismos asesores, con el gobierno de Humala y las izquierdas.

En vez de marcar la diferencia, su vicepresidenta condujo un proceso de transferencia vergonzoso, que solo un año después reconoce las falencias de los cinco años previos. No se les explicó a los ciudadanos los errores que nos habían llevado a interrumpir, el 2011, un proceso virtuoso de crecimiento que se sustentaba en la inversión privada y tenía aún mucho que aportar para el bienestar general. No se marcó la línea que permitiera hacer evidente la doble cara de los llamados conflictos sociales, y en el primero, vinculado a Las Bambas, el Ministro del Interior maltrató a la Policía Nacional, y el vicepresidente Vizcarra, desplegó su manejo político pro-su-candidatura para el 2021, encarnándose en una suerte de ‘Papá Noel’.

Como todos sabemos y resentimos estos días, el gobierno sigue debilitándose en cada ocasión que el destino le regala. En las últimas semanas estamos sufriendo los embates de un sindicalismo politizado y extremista, un gobierno desconcertado y un porvenir que se oscurece aceleradamente. El Presidente desperdició la oportunidad de refrescar su gobierno alrededor de Fiestas Patrias, mostrando un empecinamiento digno de mejores causas, que hace temer sobre su capacidad para medir la realidad.

Forzando un poco la figura, estaríamos en un gobierno que se dibuja como una amalgama de Belaunde III y un Humala II. Y, mientras tanto, como expresa el título de esta columna, lo más representativo de los programas políticos de la televisión nacional, en un momento delicado de nuestra vida nacional se devalúa y se desentiende de la naturaleza de la crisis de gobernanza que se profundiza.

Ejemplo #1: Nuevos referentes nacionales

Durante los meses de mayo, junio y julio, los programas políticos y de análisis de RPP y Canal N, han incrementado la presencia en sus ondas, de personajes como el congresista Arana, el que, junto con otros de perfiles similares, se está convirtiendo en un referente de la política nacional.

Hace dos años, en Perumin, tuve que desenmascarar al ex cura Arana, que se presentó disfrazado de monjita piadosa con respecto a la inversión minera. Ver: Ex cura Arana al descubierto en Perumin. Más adelante, se le acusó de intento de fraude en las elecciones partidarias que perdió ante Verónika Mendoza. Además, habría llegado al Congreso, superando misteriosamente un fraude contra su propio colega partidario, Juan Regalado. Ya en el Congreso, ha destruido su bancada, imponiendo su visión particular de las cosas, y si fuera poco, no tiene la valentía para repudiar a Maduro y el chavismo.

Yo me pregunto:

  • ¿Es este un buen referente nacional?
  • ¿Qué pasa en RPP y Canal N?
  • ¿Quién está a cargo?

Ejemplo #2: Canal N suspende La Hora N con Jaime de Althaus

Canal N, presumiblemente por gestión de la encargada de prensa en América Televisión y Canal N, Clara Elvira Ospina, retira de la pantalla el único programa de la televisión nacional plural y crítico que analizaba y planteaba soluciones para los problemas de fondo del Perú. ¿Qué puede explicar semejante iniciativa?

A mayor deterioro de la gobernanza y menor responsabilidad mediática, se espera una mayor reacción y acción de la clase dirigente. 

Como en la vida no hay casi nada completamente bueno o completamente malo, quiero cerrar este humilde llamado, rescatando de Belaúnde I, una de sus mejores frases, la de Punta del Este: ¡Acción Ahora!

Lampadia




El altar del laboralismo se rinde a la ‘dura prueba de la realidad’

El altar del laboralismo se rinde a la ‘dura prueba de la realidad’

El gobierno socialista de Francia decide seguir el camino de Alemania y España en la búsqueda de superar el desempleo y alcanzar mayor competitividad. Después de décadas de regulaciones laborales populistas y pro cúpulas del sindicalismo, el reino del socialismo de viejo cuño, se rinde a la ‘dura prueba de la realidad’ que había llevado al país a altísimos niveles de desempleo y una creciente pérdida de competitividad de sus empresas y de la economía en su conjunto.

La desocupación en Europa es una pesadilla, pero el desempleo juvenil empieza a convertirse en una auténtica tragedia humana. 
Foto: Cortesía – La Prensa, México

Es bueno recordar que Alemania, que adoptó políticas similares a las del proyecto del ejecutivo francés, antes de la última crisis financiera global de 2008/9, logró capear los graves problemas de desempleo que destruyeron el clima social en Francia y España. En ambos casos, además del de otros países de la comunidad europea, se tuvo que enfrentar niveles insoportables de desempleo, especialmente en el caso del empleo juvenil. Ambos llegaron a tener un desempleo general de alrededor de 25% y un desempleo juvenil de hasta 56%, en el caso de España y 26% en el de Francia.

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España ya pasó por una reforma similar, que le permitió salir, en buena medida, de la crisis financiera, antes de lo que todos estimaban. Es de suponer que la actual crisis política de España es consecuencia directa del descontento social producido por la poca flexibilidad de su economía, hasta antes de su reforma.

Como todos conocemos, el primer país desarrollado en salir de la crisis fue EEUU, que siempre se caracterizó por su flexibilidad laboral y gran competitividad. En Europa, el que tuvo similar capacidad de reacción fue, justamente, Alemania, imitada primero por España y ahora por Francia.

El Perú es uno de los países de mayor rigidez laboral del mundo. Lo que es más, durante los últimos 15 años hemos transitado de regreso a la estabilidad laboral absoluta, uno de los grandes frenos a la creación de empleo formal y de calidad.

Sintomáticamente, ninguno de los candidatos a la Presidencia de la República, está siquiera dispuesto a analizar y debatir el tema. Somos víctimas de una cobardía colectiva de la clase política, que lo que hace es ponerse de espaldas a las necesidades de trabajo de nuestra gente, especialmente, por supuesto, a las necesidades de nuestros jóvenes.

EEUU, ni Alemania, ni España, han sido nunca nuestro modelo político. Nuestra clase política y buena parte de nuestros periodistas, han sido y son, admiradores y seguidores de las políticas del socialismo francés. Es de esperarse que la revolución que ha planteado el gobierno socialista de Francia, nos haga reaccionar para hacer análisis causa-efecto de nuestras políticas laborales que permitan facilitar la creación de empleo de calidad y empezar a superar la perniciosa informalidad a la que hemos condenado, sin protección laboral efectiva, a la gran mayoría de nuestros trabajadores.

Veamos el planteamiento revolucionario del gobierno francés:   

La dura reforma laboral de Hollande agrava el cisma en la izquierda

Por Carlos Yárnoz

El País de España

29 de febrero de 2016

Glosado por Lampadia

 

La reforma laboral en Francia, exigida durante años por Bruselas o Berlín, está lanzada y ya ha originado un terremoto político y sindical antes de ser presentada oficialmente el 9 de marzo. El proyecto fulmina de facto principios sagrados de la izquierda, como el horario laboral legal de 35 horas semanales. Y admite los despidos colectivos, con indemnizaciones rebajadas, por dificultades económicas de las empresas. El ala izquierda del gubernamental partido socialista la rechaza frontalmente y los grandes sindicatos anuncian movilizaciones.

Más horas de trabajo, despidos más baratos

35 horas. Ahora se pueden superar por acuerdo en cada empresa para mantener el empleo. Con la reforma, podrá hacerse en caso de reestructuración, apertura de nuevos mercados o causas excepcionales.

Despidos. Podrán producirse por descenso de pedidos, deterioro de cifra de negocios, cambios tecnológicos o reorganizaciones.

Indemnización. Registran una rebaja general. De cuatro a tres meses de salario si la antigüedad es inferior a 2 años. De 27 a 15 si supera los 20 años.

Horas extra. Podrán pagarse por debajo del acuerdo sectorial si empresa y comité sindical lo aceptan. También podrán pactarse bajadas salariales. Los sindicatos minoritarios podrán convocar referendos en las empresas contra acuerdos de los mayoritarios.

Expansión – Datosmacro.com

Tras cinco derrotas electorales consecutivas en los dos últimos años y a solo 14 meses de las presidenciales, la ya dividida izquierda francesa afronta otra brutal batalla interna a cuenta de esa dura reforma laboral. Está “inspirada” en la actual norma española del Gobierno de Mariano Rajoy, como admite el primer ministro, Manuel Valls.

Algunos de sus dirigentes (de la patronal) se han sorprendido de que un Gobierno socialista plantee medidas que ni el conservador Nicolas Sarkozy se atrevió a poner en marcha en la anterior legislatura.

Aunque no suprime la ley de 35 horas, el Gobierno da amplias posibilidades a las empresas para saltarse el límite por reestructuraciones, apertura de nuevos mercados o “causas excepcionales”. O para bajadas salariales generalizadas para conquistar nuevos mercados. Las indemnizaciones máximas por despido injustificado pasan de 27 a 15 meses para trabajadores con más de 20 años de antigüedad.

La izquierda radical se ha levantado en armas. Los socialistas críticos dirigen sus dardos especialmente contra el primer ministro, Manuel Valls, al que consideran responsable de la “deriva socioliberal” del Ejecutivo que, auguran, les lleva a una derrota sin paliativos en las presidenciales del año que viene. Para los sindicatos, es “una vuelta al siglo XIX”, en palabras del líder de la mayoritaria CGT (Confederación General del Trabajo), Philippe Martinez.

Populismo

Para Valls, son sus críticos, los que están “anclados en el siglo XIX”, mientras que él o Emmanuel Macron, el titular de Economía también tachado de “liberal”, viven en este siglo porque saben, dice, que “la economía y el progreso social van de la mano”. La reforma laboral, añade, está inspirada en lo que funciona en países, como Alemania, Suiza o España”.

El Gobierno argumenta que, ante el estancamiento de la economía, la reforma mejorará la competitividad de las empresas y disminuirá el desempleo, que alcanza el 10.5%. En una apuesta por la flexiseguridad nacida en Centroeuropa hace dos décadas, el presidente François Hollande afirma que la reforma flexibilizará la contratación y reforzará la seguridad de los empleados. Lampadia