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La política clientelista y antisocial

La política clientelista y antisocial

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

En los últimos años se ha ido afirmando un comportamiento perverso en la política peruana, se han confundido las prioridades y hoy prevalece la búsqueda del bienestar de los servidores públicos sobre los ciudadanos, de los agentes intermediarios sobre los usuarios finales.

Esto se ve con claridad en el caso de los maestros (agremiados) versus los alumnos, o en el caso de los transportistas (agremiados) versus los pasajeros, o en el caso de los trabajadores de Sedapal y de las EPSs versus los usuarios del agua.

La diferencia entre unos y otros, entre los servidores públicos y los ciudadanos, es que unos, los primeros, están de alguna manera agrupados o agremiados, el político puede dirigirse a ellos y otorgarles prebendas; en cambio, los ciudadanos y usuarios de los servicios, son una entelequia, son una abstracción de individuos desconectados entre sí.

La consecuencia de esta terrible trampa, que no permite la mejora de los servicios públicos en la educación, la salud, el transporte, etc., es que las normas producidas por las autoridades tienen focos gremiales que muchas veces son absolutamente contrarios a los intereses del ciudadano común.

El caso de la educación

Los maestros de la educación pública están forzosamente afiliados a un sindicato único, cuyo estatuto habla de la lucha de clases, de una opción ideológica y no de un compromiso educativo.

Todos los intentos por mejorar la calidad de la educación pública fracasan por la incapacidad del gobierno de privilegiar a los alumnos sobre las dirigencias magisteriales. No se puede implantar la meritocracia y los sustanciales aumentos de remuneraciones que se vienen haciendo no conllevan compromisos de mejora de la calidad educativa.

Por esta situación es que gran parte de los ciudadanos retiraron a sus hijos de las escuelas públicas y los llevaros a colegios privados, que según las últimas pruebas Pisa tienen mucho mejor calidad. Ver la evidencia en Lampadia: Públicos y privados aliados por la educación.

Lamentablemente la pandemia ha desorganizado dramáticamente la educación en el país, y el Estado ha aprovechado para debilitar la educación privada.

El caso de la salud

Hoy día, todos tenemos muy claro el pobrísimo nivel de servicio de la salud brindada por el Estado, ya sea en los hospitales del Minsa como en Essalud, indebidamente manejada por el Estado, puesto que se sustenta en los aportes de los trabajadores y sus empleadores.

En salud, la excepción confirma la regla, hay dos hospitales de Essalud que están manejados por asociaciones público privadas en la modalidad de bata blanca. O sea, el concesionario: diseña, invierte, construye, equipa, contrata a los médicos, enfermeras, técnicos y administradores y presta el servicio. Todo ello con compromisos minuciosos de estándares de servicio, ya sean costos debidamente acotados, días para la atención o para intervenciones quirúrgicas, etc.

Este es el caso de los hospitales Alberto Leopoldo Barton Thompson en el Callao y del hospital Guillermo Kaelin de la Fuente en Villa María del Triunfo. Ver información al respecto en Lampadia: Las APP han generado servicios de salud de alta calidad.

Pero este modelo de gestión que ha probado ser muy eficiente desde hace seis años, no ha podido ser replicado por el Estado o Essalud, por la oposición de los sindicatos y gremios de los servidores públicos y de los políticos que se prestan para defender los intereses gremiales.

El caso del agua potable

El caso de Sedapal en Lima y de las EPSs en las regiones es clamoroso. Se desperdicia entre el 40 y 50% del recurso, no se factura todo lo producido, abunda la corrupción y se proteje a los servidores públicos que hasta heredan sus puestos a sus hijos, como en Sedapal.

La cobertura del servicio es insuficiente, el servicio no siempre se da las 24 horas, con los riesgos que ello conlleva. Y muchos ciudadanos tienen que subir los cerros cargando baldes de agua por los que tienen que pagar diez veces más que los ciudadanos de los mejores barrios de Lima y provincias.

La evidencia del desastre de gestión es clarísima, los diagnósticos son claros, pero está prohibido políticamente hablar de servicios privados, de asociaciones público privadas, o de otras formas de intervención del sector privado.

Un episodio oprobioso relativamente reciente, fue el que protagonizó el presidente PPK, cuyo lema era agua para todos, que claudicó ante un sindicato de Sedapal y condenó a Lima a mantener un servicio público clamoroso.

Conclusión

Como vemos pues, esta trampa de privilegiar a los intermediarios de los servicios públicos a costa de condenar a servicios paupérrimos a los ciudadanos, debe terminar.

Esperamos que en el proceso electoral en ciernes, algunos candidatos valientes y sensatos, pongan el tema encima de la mesa; y que los medios de comunicación hagan un esfuerzo de buena prensa, dejando de servir de caja de resonancia de la mala política.

Condenar a los ciudadanos a malos servicios, pudiendo tenerlos mejor, es absolutamente inmoral. Es hora de que los ciudadanos (no agremiados), elijamos con nuestro voto la defensa de nuestra calidad de vida. Lampadia




Organismos Constitucionales Autónomos

Organismos Constitucionales Autónomos

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 3 de julio de 2020
Para Lampadia

Como les consta a muchos de mis lectores en Lampadia – y a mis seguidores en las redes sociales – estoy obsesionado con el fracaso del Estado peruano. Me refiero – por ejemplo – al fracaso de los servicios públicos de salud y educación. Al fracaso de la seguridad ciudadana y la seguridad jurídica. Nadie está seguro… ni siquiera en su casa. Y en el ámbito jurídico o judicial… peor. Poderoso caballero es don dinero. Pregúntenles – si no – a los litigantes y / o a los millones de microempresarios y vendedores ambulantes. ¿Cómo los tratan los inspectores municipales o la policía? O peor aún ¿cómo los tratan los jueces y fiscales?

¿Cómo no obsesionarse con el fracaso estrepitoso de las empresas municipales de agua y saneamiento, y de limpieza pública? ¿Y qué decir de los alcaldes – y regidores – mafiosos que promueven las invasiones y el tráfico de tierras, para lucrar luego con negocios tan soterrados como la venta de esteras y agua en cisternas… ciertamente no aptas para el consumo humano? ¿Y la lucha contra la corrupción? ¿Acaso no vamos de mal en peor en este asunto?

La pregunta es ¿por qué tantos fracasos estatales? ¿Por qué tanto maltrato a la población y tanta corrupción en el Estado? ¿Por qué? Pues bien – en mi opinión – el clientelismo político es la madre del cordero. Eso de que cada autoridad estatal – presidente, ministro, congresista, gobernador, alcalde, o magistrado – cambie a los funcionarios de sus instituciones cada vez que entra a trabajar para el Estado… ¡he ahí el problema! El nulo valor de la carrera pública en el sector público. La ausencia total de la meritocracia a la hora de contratar a servidores públicos. ¡Esa es la causa del fracaso del Estado!

Sin embargo, aparece la interrogante: ¿porqué el Banco Central de Reserva (BCR) es tan buena institución? ¿Acaso no es tan estatal como las demás instituciones públicas? Claro que sí. Entonces ¿qué diferencia al BCR de los hospitales del Ministerio de Salud, o de las empresas municipales de agua y saneamiento? ¿Por qué los Richard Swings no están en el BCR y sí – cual cardúmenes de gente corrupta e inoperante – atiborran a las demás instituciones estatales?

La respuesta a esta interrogante está en los denominados Organismos Constitucionales Autónomos. ¿Qué dice la plataforma digital del Estado a ese respecto? (https://www.gob.pe/estado/organismos-autonomos) Cito entre comillas: “La Constitución política, para la salvaguardia del estado de derecho y la mayor eficiencia en la ejecución de algunas labores, ha constituido algunos organismos autónomos, que no dependen de ninguno de los poderes del Estado. ¡Bingo! ¡La Constitución lo dice! ¡Sí se puede!

Me refiero a que sí se podrían constituir Organismos Constitucionales Autónomos para mejorar – por ejemplo – la salud pública. Y la educación. Y lo mismo se podría aplicar para el agua potable… que es un fracaso estrepitoso a nivel nacional. Y para la infraestructura pública… que es un caos. Y para el deporte. Organismos especializados en diversas funciones que no dependan de ningún poder del Estado. Es decir, que no dependan de los caprichos de los políticos de turno. Y que rindan cuenta a la ciudadanía… tal como ocurre en el caso del BCR.

Por ahí va la solución al pernicioso clientelismo político en la mayoría de las instituciones estatales peruanas. Los peruanos deberíamos exigir una verdadera revolución institucional estatal, y replicar el modelo del BCR en las demás instituciones públicas. Despolitizar todas las instituciones estatales fracasadas… y autonomizarlas – si cabe el término – de acuerdo con lo que establece la Constitución. Imponer la meritocracia, el profesionalismo, la carrera pública, y la permanencia de los buenos funcionarios públicos… independientemente de la alternancia política en el Estado.

Organismos Constitucionales Autónomos. Grabemos en nuestras memorias esas tres palabras. Organismos Constitucionales Autónomos. O como hacían nuestros maestros cuando nos portábamos mal, y – de paso – para que aprendamos machaconamente la lección. Escribamos 100 veces Organismos Constitucionales Autónomos. ¡Y sin ningún error ortográfico ni ninguna tachadura! Lampadia




El valor de los buenos servidores públicos

El valor de los buenos servidores públicos

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 8 de noviembre de 2019
Para Lampadia

Mucho se ha hablado – y se seguirá hablando – de la corrupción en el Estado. Y está bien que sea así. El Estado está plagado de gente corrupta. Desde presidentes hasta conserjes – pasando por ministros, congresistas, jueces y fiscales, policías y militares, gobernadores y alcaldes, consejeros y regidores, médicos y maestros… – el Estado está lleno de gente corrupta. Y ¡vaya que tenemos audios y videos que corroboran tal afirmación! Además ¿quién no se ha topado con muchos de ellos a lo largo de nuestras vidas?

Sin embargo, el Estado tiene también gente honesta y capaz. Y mucha. El problema es que de ellos casi no se habla. “Lo bueno no es noticia” se dice por ahí. Y sí… pareciera que el Dios rating ha tomado el control de muchas televisoras, radios, y periódicos.

Aunque – seamos sinceros – todos tenemos vela en este entierro. El rating lo hacemos los ciudadanos. Entonces, no nos quejemos. Por culpa nuestra, los noticieros suelen transmitir – casi exclusivamente – hechos de sangre, crímenes, y escándalos de corrupción. Y muy pocas veces dan cuenta de los buenos servidores públicos, u otras noticias por el estilo.

Bueno pues… más vale tarde que nunca. Los buenos servidores públicos son tan valiosos que los peruanos deberíamos reconocerlos y premiarlos por todo lo alto. Por otro lado ¡qué injusto resulta que pasen inadvertidos! La motivación humana es muy importante. Y – en estos casos – no hay nada peor que el olvido y la indiferencia.

En el Gobierno Regional de Ica – durante la gestión anterior – reconocimos y premiamos a muchos buenos servidores de la institución. Y las expresiones de gratitud – y satisfacción – de los beneficiarios no pudieron ser más emotivas y enternecedoras. El orgullo y alegría de sus familiares fue total. Y – por supuesto – la entrega y compromiso para servir mejor a la ciudadanía se reforzó.

En ese sentido ¡qué mal que los salarios en el Estado sean tan bajos! Y – peor aún – que existan topes salariales. Por ejemplo, eso de que nadie pueda ganar más que el presidente o gobernador en las diversas dependencias del Estado, es una aberración administrativa. Los buenos servidores públicos deberían ganar mucho más que sus pares del sector privado. Incluso, que sus autoridades políticas. No hay nada más valioso – para el país – que los buenos servidores públicos.

Pensemos. Las autoridades políticas son – en esencia – pasajeras. Mientras que los servidores públicos son estables. Al menos, deberían serlo. Y si queremos que el Estado sirva bien a la ciudadanía, pues deberían ganar bien. Obviamente, me refiero a los buenos servidores públicos.

Y viceversa, los malos servidores públicos – los que maltratan a los ciudadanos y los corruptos – deben salir del Estado. No hay nada más dañino – para el país – que los servidores públicos corruptos e indolentes.

Por eso, a las autoridades políticas les aconsejo. Reconozcan y premien a los buenos servidores. Ese gesto los motivará y el servicio público mejorará.

Y a mis lectores les digo. Cuando sean bien atendidos por un servidor público, abrácenlo. Díganle gracias. Háganle saber que lo valoran mucho. Les aseguro que el buen servidor se los va a agradecer.

Los peruanos estamos en deuda con los – muchísimos – buenos servidores del Estado. Ojalá – algún día – sepamos reconocerlos y valorarlos. Lampadia




Salud y corrupción

Salud y corrupción

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 13 de setiembre de 2019
Para Lampadia

Para los que no conocen del tema, el Juramento Hipocrático es un pronunciamiento público – de carácter ético – que hacen los jóvenes que se gradúan en carreras de medicina humana. Y – entre otras expresiones – el juramento dice así: “Me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad… Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad… La salud y la vida de mi enfermo será la primera de mis preocupaciones… Tendré absoluto respeto por la vida humana, desde su concepción… Hago estas promesas solemnemente, libremente, por mi honor”.

Entonces – uno se pregunta:

  • ¿Dónde quedó el Juramento Hipocrático de los médicos que cobran indebidamente a pacientes pobres, cuyas atenciones están cubiertas por el SIS… el Seguro Integral de Salud?
  • ¿Qué diría el viejo Hipócrates respecto a los médicos y enfermeras que trafican con las medicinas de los hospitales públicos?
  • ¿Qué me dicen de los médicos que marcan asistencia, luego abandonan el hospital… y encima cobran como si hubieran trabajado normalmente?
  • ¿Qué juramento hicieron los médicos y enfermeras que – por acción u omisión – malogran los equipos de los hospitales públicos para derivar a sus pacientes a sus clínicas privadas?

Está claro… el gremio médico tiene de cal y de arena. No podemos tapar el sol con un dedo. Tenemos médicos muy corruptos e indolentes, y enfermeras de baja estofa que maltratan descaradamente a los pacientes y sus familiares. A ese respecto – ante la clamorosa inoperancia de los órganos de control del Estado – la ciudadanía debe identificar a esas lacras de la salud pública, y desenmascararlas públicamente como corresponde.

No obstante, hay felizmente – en Ica y en todo el Perú – muchos excelentes profesionales de la salud que hacen honor a sus juramentos hipocráticos, y que son el orgullo de todos los peruanos. A ellos se deben muchas curaciones extraordinarias que han salvado miles de vidas humanas. Gracias a ellos – precisamente – mejoramos mucho la salud pública en Ica… en la gestión regional anterior.

Aulas hospitalarias para niños internados, para que no pierdan sus clases escolares. Reducción de tiempos de espera, y disminución de colas para consultas externas. Encuestas de valoración de las atenciones recibidas. Y por supuesto, sanción – de acuerdo a ley – para quienes cometieron faltas graves. He ahí algunos logros tangibles de nuestra gestión 2015 – 2018 para mejorar la salud pública en Ica.

Por obvias razones, fuimos objeto de muchas denuncias. Los médicos corruptos – y sus defensores – jamás dieron su brazo a torcer. Sin embargo, fue toda una experiencia luchar contra la corrupción y la indolencia en los hospitales de la región. Con decir que los directivos del Colegio Médico de Ica – y hasta los congresistas de la región – salieron en defensa de lo indefendible.

Contra viento y marea sancionamos muchos actos de indisciplina laboral, por más respaldo cómplice – político y periodístico – que tenían estos malos servidores públicos. Pero no se salieron con la suya. La ciudadanía – sobre todo, los pacientes y sus familiares – eran la razón de ser de nuestro trabajo.

Para eso estábamos… para erradicar la corrupción y el maltrato en nuestro sistema de salud. Había que luchar contra el clientelismo político… ¡y lo logramos! Había que erradicar la anarquía en salud… ¡y también lo logramos!

¡Sí se puede mejorar la salud pública en nuestro país! Lampadia




¿Ciudadanía o burocracia… para quién trabaja el Estado?

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Lima, 30 de noviembre de 2018
Para Correo Ica y Lampadia

La burocracia estatal está atiborrada de “servidores públicos” indolentes e ineptos. El entrecomillado es adrede porque muchos “servidores” – ni remotamente – son serviciales de cara a la ciudadanía. Ciertamente hay burócratas honestos y eficientes… pero ellos no son el problema. El problema son los burócratas que todo lo traban. Aquellos que maltratan a la ciudadanía a más no poder. Aquellos corruptos que le brindan pleitesía al dios soborno. Aquellos que – en vez de servir a la ciudadanía – más se sirven a sí mismos.

Por ellos – por los malos burócratas – los servicios públicos como salud, educación, seguridad ciudadana, justicia, etc. están muy venidos a menos. Por ellos, las inversiones – públicas y privadas – avanzan a paso de tortuga. Y para colmo de males… por ese cardumen burocrático, las cuentas fiscales están en déficit. Muchos peruanos no están conscientes de que gran parte del presupuesto público se destina al pago de remuneraciones de esa burocracia parasitaria… que crece día a día. Y que – como consecuencia de ello – queda muy poco presupuesto para mejorar los servicios públicos que merecemos los peruanos.

El problema se ha agravado por la proliferación de instituciones públicas. Básicamente… ministerios y municipios distritales.

  • Tenemos 19 ministerios y
  • 1,874 municipios distritales en el país.

Pero eso no es todo:

  • Hay en proceso de creación ¡120 nuevos distritos a nivel nacional!

¿Qué sentido tiene que tengamos – por un lado – un Ministerio de la Producción, y – al mismo tiempo – un Ministerio de Energía y Minas, un Ministerio de Agricultura y Riego, ¿y un Ministerio de Comercio Exterior y Turismo? ¿Acaso no todo es “Producción”? En vez de cuatro, podríamos tener un solo ministerio que agrupe a todos.

¿Para qué tenemos Ministerio de la Mujer? ¿Y qué decir del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social? Un solo ministerio debería cubrir – con mayor eficiencia – todos los programas sociales. La verdad que tenemos ministerios por las puras. Y como se sabe, a más ministerios… más burocracia. Y a más burocracia… más corrupción. Así es la nuez.

Algo parecido pasa con los distritos. Colombia tiene 50 millones de habitantes y 1,000 distritos en todo el país. Nosotros somos 33 millones de peruanos, pero tenemos más distritos que Colombia. ¡Casi el doble!

Bogotá – y Lima – tienen alrededor de 10 millones de habitantes… cada una. Son ciudades enormes. Sin embargo, Bogotá tiene un Alcalde y un Consejo Municipal para todo el territorio metropolitano. Mientras que Lima cuenta con un Alcalde Provincial Metropolitano y su Consejo Municipal… más 43 Alcaldes Distritales con sus respectivos Concejos Distritales. ¡Y lo mismo se repite en TODAS las provincias del interior del país! O sea… burocracias por las puras.

¿Se imaginan cuánto dinero habría para pagar mejor a maestros, médicos, policías y jueces; y para invertir más en carreteras, escuelas, ¿y hospitales… si elimináramos toda esa burocracia?

¡Disolver! ¡Eliminar! ¡Reducir! ¡Desaparecer! ¡Fusionar! Llamémosle como queramos. Pero para salir del caos burocrático – y presupuestal – en el que nos encontramos, tenemos que reducir el número de ministerios y distritos. ¡No a la proliferación de instituciones públicas – inoperantes y costosas – a lo largo y ancho del país!

¿Para quién debe trabajar el Estado? ¿Para la burocracia parasitaria o para la ciudadanía? Obviamente… para la ciudadanía. Lampadia




Vino el Papa… y puso el dedo en la llaga

Vino el Papa… y puso el dedo en la llaga

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 2 de febrero de 2018
Para Correo Ica y Lampadia

A más trámites… más corrupción. A más requisitos… también. A más tiempos de espera… peor. Y a menores remuneraciones… ¿cuánto es? He ahí la cuadriga enfermiza enquistada en muchas instituciones públicas iqueñas. Una cuadriga que conduce – inexorablemente – al inmundo mundo de la corrupción.

Y si – encima – existe discrecionalidad para aplicar multas… ¡tate! La multa se convierte en coima. El funcionario se enriquece… pero el ciudadano se empobrece. Así es la nuez.

Nuestra región está plagada de corrupción… “ese virus social que lo infecta todo”. (Palabras del Papa Francisco). Tanto que trabajar en el Estado es una carísima aspiración de muchos iqueños. ¿Porqué? ¿Acaso las remuneraciones son tan altas? ¡Nada que ver! Hay gente que trabaja en el Estado – única y exclusivamente – por la cutra.

¿Qué hacer para solucionar el problema? Simplificación administrativa. Menos trámites. Menos requisitos. Menos tiempos de espera. Y mejores remuneraciones… a los servidores eficientes. No a los vagos e incompetentes. En otras palabras… Gobierno Digital. Nada de colas. Nada de papeleos, ni sellos, ni vistos buenos. Todo digital… desde un Smartphone o una Laptop. Todo simple, rápido y correcto… como en nuestros hospitales.

Por otro lado, el Estado – salvo honrosas excepciones – está infestado de parásitos… gente que no hace nada. Gente que entró a trabajar al Estado… comprando su puesto, falsificando documentos, o – simplemente – a punta de tarjetazos. Gente perversa que todo lo traban… ya sea para cobrar una coima, o – simplemente – para boicotear a la autoridad. También puede ser por pura incapacidad, o por temor a ser sancionado. El hecho es que todo lo traban. Ciertamente, hay gente eficiente y honesta en el Estado. Pero que tenemos parásitos… tenemos. Gente improductiva que gana poco… pero coimea como loco. Lamentablemente.

Gestión por resultados. Cada vez más, nuestros servidores tienen metas – cuantificables y verificables – de su trabajo. Sobre todo, cuando se trata de servicios a la ciudadanía. Número de pacientes atendidos, en el caso de los médicos. Índice de comprensión lectora, en el caso de los maestros. Número de licencias o expedientes por día. Y así por el estilo. El servidor público debe estar sujeto a evaluaciones permanentes.

Obviamente, hay que capacitar y motivar a los servidores públicos. Pero también hay que advertirles. Sí a pesar de las capacitaciones y motivaciones no atienden bien a los ciudadanos… ¡a su casa, calabaza! 

Todo Gobierno debe propiciar la participación ciudadana. No tanto para la gestión propiamente dicha… porque muchas manos en un mismo plato causan arrebato. Pero sí para la evaluación del servicio público.

En nuestro caso, muchas atenciones ciudadanas terminan en una evaluación sencilla y objetiva: ¿Me maltrataron? Sí o no. ¿Me pidieron requisitos innecesarios? ¿Me hicieron esperar más de la cuenta?, o ¿Me pidieron plata por lo bajo? Si las respuestas son Sí, Sí, Sí, Sí… malo. Si son No, No, No, No… vamos bien.

La gestión pública debe ser honesta y transparente. Repito… honesta y transparente. Vuelvo a repetir… honesta y transparente. Pero de verdad. No de la boca para afuera… como pregonan – cínicamente – muchos políticos y periodistas corruptos. Y ¡qué me dicen de los médicos deshonestos! Esos son los peores.

Por otro lado, la lucha contra la corrupción tiene que reflejarse en sanciones disciplinarias… ratificadas por el Tribunal del Servicio Civil (SERVIR). Si no hay sanciones – como es el caso de TODAS las gestiones anteriores del Gobierno Regional – ampay. ¡Esos son los Gobiernos corruptos! El que permite la corrupción… es corrupto. Y el que la defiende… más aún.

Pues bien… en eso estamos en Ica. Simplificando procesos, mejorando servicios, evaluando y motivando al personal, y transparentando nuestros actos. Pero, sobre todo, sacándole la contumelia a la corrupción. El flagelo de los pobres. “Ese virus social que lo infecta todo”.

Gracias Papa Francisco por venir… y poner el dedo en la llaga. Lampadia




Hora ‘cero’ para un sector clave para los pobres

Ya hemos explicado cómo se produjo la destrucción de la dignidad de nuestros servidores públicos y el deterioro de sus servicios a los ciudadanos. Uno de los casos más clamorosos es el del cuidado de la salud, que no solo no llega a todos los peruanos, peor aún, la calidad de sus servicios y la falta de compromiso con los ciudadanos es patética e insoportable para una sociedad que se respete. Ver en Lampadia: La desgracia de nuestros servidores públicos.

Por enésima vez, los gremios de los médicos (Federación), incluyendo al Colegio Médico, optan por una confrontación política con el conjunto de la sociedad, a la que chantajean cortando servicios esenciales mediante huelgas (desde el 4 de julio) y otras acciones más aún más radicales. La disculpa, como siempre, es la mejora del prepuesto del sector, incrementos salariales, compra de insumos para los hospitales y la mejora de las infraestructuras. Pero la verdadera motivación de sus afrentas es evitar la reforma del sector salud y mantener sus privilegios a costa de los sufridos ciudadanos.

Los servicios de salud, tanto del MINSA como de Essalud (con la excepción de sus hospitales que operan mediante APPs de ‘bata blanca’), no cumplen con estándares mínimos de servicio para citas, operaciones quirúrgicas y procesos médicos. Buena parte de los médicos trabajan medio turno en los servicios públicos y el resto de sus jornadas lo hacen en prácticas privadas.

Es cierto que el sector está en crisis; tienen que trabajar en condiciones precarias, con gran parte de los equipos malogrados y con escasez de medicinas esenciales.

Fuente: larepublica.pe

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Fuente: larepublica.pe

¿Qué está pasando en el sector salud?

La calidad de los servicios de salud deja mucho que desear. Esto se traduce en que la demora y el maltrato en la atención sean los principales problemas reportados (como se puede ver en el gráfico inferior). Tanto los profesionales de salud como los usuarios recomiendan un mayor número de médicos.

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Por otro lado, según el informe del IPE del sector salud, la brecha en infraestructuras sigue siendo muy amplia, “Se ha avanzado poco en reducir el déficit de hospitales, tan solo 484 menos personas por hospital en casi 20 años (…) Actualmente la demanda excede la oferta de servicios de salud. Es necesario ampliar y mejorar la infraestructura del sector. Se recomienda la creación de hospitales estratégicos provinciales, puestos y centros de salud dirigidos a ciudades pequeñas con el fin de aumentar la cobertura y evitar el abarrotamiento en grandes hospitales.”

En Essalud, un operación quirúrgica puede demorarse en practicarse, más de un año. Una vez que el paciente se admite en el hospital, tiene que cuidar su cama por largos días para no perder el turno de la sala de operaciones. Más allá de la información oficial, es necesario ver las denuncias de pacientes maltratados que se multiplican todos los días en las redes sociales. 

El verdadero enfoque del MINSA debería incluir APPs, los cuales son más efectivos. Lamentablemente el sector público sigue siendo muy resistente a promover la participación del sector privado en los servicios de salud. Por ejemplo, habiendo tenido ESSALUD un tremendo éxito en sus dos hospitales de ‘bata blanca’ (modelos de concesión de salud, que incluye construcción, equipamiento de las infraestructuras y servicios médicos), ha descontinuado el proceso y está retrocediendo a esquemas de ‘bata gris’ (Consiste en la construcción de la infraestructura de salud a cambio de la gestión de los servicios no médicos como limpieza, lavandería, mantenimiento, seguridad, restauración, etc).  Este cambio de enfoque es para aceptar las presiones de los gremios de médicos y enfermeras que mantienen bajo su control sus servicios médicos. Ver en Lampadia: Asociaciones Público Privadas: Una solución efectiva ‘HOY’.

Fuente: Quincenario de AFIN N° 206

Actualmente ya existen dos complejos hospitalarios gestionados bajo el modelo de APP por EsSalud que están generando muy buenos resultados en la prestación de salud en el Perú. Son los complejos son el hospital especializado Alberto Leopoldo Barton Thompson en el Callao y el hospital Guillermo Kaelin de la Fuente en Villa María del Triunfo, junto con sus respectivos Policlínicos.

Fuente: Quincenario de AFIN N° 206

Sus niveles de satisfacción (según sus pacientes) superan el 90%, algo difícil de imaginar en los hospitales nacionales y en muchas clínicas privadas. “Ocupan el 3° y 4° lugar del Ranking de Establecimientos de EsSalud con mayor número de consultas atendidas en 2016 a nivel nacional, y sus respectivos policlínicos ocupan las posiciones 8° y 11°. En conjunto representan 33 % de las consultas atendidas por los primeros 12 establecimientos en el país. El Ranking considera a los más de 400 establecimientos con los que cuenta actualmente ESSALUD”.

Fuente: Quincenario de AFIN N° 206

El concepto bajo el cual se han desarrollado estas APP crea incentivos muy positivos que determinan un modelo “Ganar-Ganar”. El contrato establece una asignación o pago fijo al operador por cada asegurado sin importar el número o tipo de atenciones. De esta manera se crea la necesidad de que el operador promueva que su población (de clientes) sea lo más sana posible, pues a mejor salud de su población, habrán menos asistencias y por lo tanto mayores ingresos para el operador. Un esquema brillante: muy positivo para la población, pues recibirán atención de salud preventiva y de buena calidad; positiva para el operador, pues podrá generar mayores márgenes con una mejor salud y satisfacción de sus clientes; y muy positivo para ESSALUD (que se debate en una gravísima crisis de servicio), pues con un costo fijo puede generar una gran calidad de servicio sin correr el riesgo de los sobrecostos que generan la imprevisión, la ineficiencia y/o la corrupción. Ver en Lampadia: Las APP han generado servicios de salud de alta calidad y APPs en salud: Poniendo a la población por delante.

Cabe recalcar que los Hospitales Kaelin y Barton son los que lideran la encuesta de satisfacción con mayor porcentaje de mejoras percibidas por los asegurados. De acuerdo al cuadro líneas abajo, el Hospital Kaelin ocupó el primer puesto de Implementación de estándares para mejorar la atención de los asegurados.

Según AFIN: “Las estadísticas mostradas evidencian la mejora en el acceso a servicios, eficiencia y calidad que ofrece la incorporación del modelo APP de bata blanca en el Sector Salud, sin que se pierda el carácter de servicio público, dada la modernidad y calidad en instalaciones, equipos y atención a los pacientes que brindan”.

Críticas al modelo de ‘bata blanca’

El pasado 20 de julio, EsSalud promulgó una norma que aprueba la creación del ‘Comité de Promoción de la Inversión Privada’, un grupo de trabajo que buscará alianzas público–privadas para brindar servicios de salud a miles de asegurados a nivel nacional. 

Lamentablemente, esta iniciativa ha desatado la tradicional resistencia: El Sindicato Nacional de Médicos afirmó que “los hospitales APP de Villa María del Triunfo y Barton del Callao nos cuestan S/. 300 millones al año y no han solucionado problemas de pacientes.” Esto es una mentira ya que, según cálculos realizados por Essalud en el año 2015, el costo operativo de los Hospitales APP es menor al costo que asumiría la Institución de gestionar y administrar un modelo similar. Esto genera ahorros para Essalud:

Fuente: Quincenario de AFIN N° 206

Conclusiones

Es lamentable que, a pesar de las indudables ventajas del modelo, aún existen fuertes resistencias al uso de APPs para la atención de salud que, en realidad, son una alternativa efectiva para proveer infraestructura, equipamiento y servicios de calidad en el sector salud. Se debiera estar multiplicando el esquema. 

El sector salud (MINSA, EsSalud y el SIS) debe ser declarado en emergencia para ser reestructurado integralmente. Esta labor debería ser conducida por la actual ministra Patricia García, pues tiene las capacidades necesarias para hacerlo y ya se ha compenetrado con la realidad del sector.

Los peruanos no podemos seguir aceptando malos servicios de salud, teniendo la posibilidad de mejorarlos sustancialmente con la colaboración de esquemas más efectivos que puede ofrecer el sector privado, al que se le pueden fijar metas de cobertura, calidad, tiempos de atención y todos los indicadores de servicio, que son imposibles de lograr con los servicios estatales, penetrados por mafias que debemos desterrar a la brevedad. Lampadia




La Reforma Policial (II)

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