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2021: No podemos dejar de ser libres e independientes

2021: No podemos dejar de ser libres e independientes

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

Ha llegado el año del Bicentenario. Ya van a ser 200 años desde que San Martín proclamará que nuestro país es “libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende.”

¿Que implica esa frase tan importante que está en el acta fundacional de nuestra República?  

  • La libertad es la pieza fundante, esencial, imprescindible de nuestra República. Es la roca sobre la cual se ha edificado nuestra nación.
  • No dependemos de un imperio, ni de otra nación o ideología.
  • Ha sido la voluntad general la que ha gestado nuestra libertad e independencia.
  • Hay un sustento moral adicional en los cimientos de nuestra República. No somos una república amoral.

¿Como está nuestra República 200 años después?

  • Aun somos libres. Pero cada vez menos. Ideas ajenas a nuestro momento fundacional, que llegaron un siglo después, han mermado nuestras libertades en pro de la igualdad, la justicia, pero sobre todo para beneficio de un monstruo que no existía hace 200 años: el Estado. Un Estado que nos asfixia y que ha demostrado en el 2020 ser más inútil e incapaz que nunca.
  • Seguimos siendo independientes. No somos ni colonia, ni enclave. Sin embargo, sigue habiendo hermanos nuestros que nos quieren entregar al yugo de otras naciones y de otras ideologías.
  • La voluntad general impera, pero no sabe a donde va.
  • El sustento moral de nuestra República ha sido ignorado. La propia voluntad general conspira contra él, como si pudiera sustituirlo, cambiarlo o desecharlo cuando quiera y reemplazarlo por valores contingentes.

¿Qué riegos tiene nuestra República 200 años después?

  • Hay quienes creen que podemos ser una república sin libertad. Que pueden sustituir fácilmente nuestra libertad por otros valores, muchos de ellos falsos y contingentes (efímeros, circunstanciales). Olvidan (o nos esconden) que todas las naciones que tomaron ese camino se quedaron sin libertad, sin justicia, sin igualdad y sin pan.
  • Hay quienes quieren que el Perú vuelva a ser colonia. Esta vez de Cuba, Caracas, Beijin o del Foro de Puebla y sus tóxicas consignas. Lo hacen para sacarnos de la supuesta hegemonía del “imperialismo norteamericano”, como si a este le hubiera importado América Latina en los últimos 30 años.
  • Nuestra voluntad general debe dejar de ser una oclocracia: el gobierno del tumulto, la muchedumbre y la turba que no sabe lo que quiere, para que lo quiere ni las consecuencias de lo que pide. Nuestra voluntad general debe ser encausada, debe asumir la responsabilidad de su poder democrático y las consecuencias de su decisión.
  • El sustento moral de nuestra República donde la libertad es pieza esencial debe ser rescatado. Debe seguir siendo la camisa de fuerza que impida que la propia voluntad popular o cualquier otra fuerza ajena, destruya nuestra Nación.

200 años después podemos buscar nuevos rumbos, enmendar errores, mejorar, cambiar lo que este mal, pero no podemos dejar de ser lo que somos: libres e independientes. Lampadia




Propuesta para mejorar la producción del Arroz

El Arroz es un producto alimenticio muy importante para los peruanos, y su cultivo se ha asentado en zonas donde no necesariamente se dan las mejores condiciones naturales para su desarrollo, empezando por la demanda de agua del cultivo.

Desde el descalabro agrícola que produjo la reforma agraria del gobierno dictatorial y estatista de Velasco, se multiplicaron los sembríos de Arroz en la costa norte del país, demandando mucha agua y por su uso mediante inundación de los terrenos, saliniza y degrada los suelos. De igual manera, en la costa de Arequipa, en Majes, donde otrora se producían las mejores frutas del Perú, la reforma agraria cambió los sembríos hacia el Arroz y la Alfalfa.

La zona de la selva, que es más propicia para la demanda de agua, no logra tener aún los rendimientos de Arequipa y la costa norte.

Líneas abajo presentamos una propuesta de Alejandro Camino, para la mejora de los sembríos de Arroz, en base a ‘terrazas inundables’, una técnica asiática adecuada a la estructura de propiedad de la tierra agrícola del país, con gran presencia de minifundios.

Para facilitar una mejor compresión de la propuesta, presentamos adicionalmente, algunos cuadros sobre la siembra, producción, rendimientos y consumo  del Arroz en el Perú.

Fuente de los cuadros: Boletín Informe del Arroz, Ministerio de Agricultura y Riego, mayo 2017.

Terrazas inundables: opción para arroceros de San Martín
Menos Agua, Más Arroz

Alejandro Camino D.C.
Antropólogo. Ex Director Ejecutivo del Foro Mundial de Montañas en Nepal y presidente de la Iniciativa HimalAndes.
Caretas
26 de abril de 2018

Los cultivadores de arroz en el Perú vivieron una crisis por la competencia con el arroz importado a arancel cero, logrando —tras una huelga en diciembre del 2017— que el Estado excluya al arroz del sistema de franja de precios de una tasa arancelaria fija a este producto. Ni a uno ni a otro le vinieron a la mente estrategias alternativas para elevar la productividad peruana en el cultivo de arroz.

Sorprende que la controversia con respecto a la conveniencia de un cultivo altamente demandante de agua como el arroz en nuestra árida costa no haya resurgido con la misma intensidad que la confrontación arancelaria a fines del año pasado. Y la poca atención a la expansión del arroz en los valles de la selva alta en las últimas décadas, arrasando con bosques de incalculable valor forestal y genético, con niveles mediocres de productividad. En contraste, en Tailandia o Vietnam, en donde la producción masiva de arroz está en manos de pequeños agricultores, producen hasta tres campañas anuales y mucho más.

ARROCEROS DEL MAYO

Para aquellos que migraron de la sierra cajamarquina en búsqueda de mejores horizontes, horticultores milenarios de papa, el cultivo del arroz fue un aprendizaje total. Los primeros que llegaron a las mejores tierras del valle del Mayo, departamento de San Martín, hicieron buena plata con extensiones de arroz bajo inundación por encima de las veinte hectáreas. En estas se han logrado niveles de producción más competitivos, a alto costo por el intenso y creciente uso de agroquímicos. Su cultivo ha sido fuente de modestas bonanzas cíclicas y estacionales.

Terraza inundable: fórmula asiática para cultivos de dos o tres hectáreas.

Sin embargo, la mayor parte de estos migrantes cajamarquinos que llegaron tarde, subsisten con escasamente dos o tres hectáreas. Estos últimos nunca viven bonanza alguna, en especial cuando su ínfima producción los pone en condiciones no competitivas y marginales. Para estas familias el arroz es base de la alimentación, la que se complementa con otros carbohidratos: yuca, plátano. Una dieta casi sin proteínas. La proteína, vital a la subsistencia, que los antiguos aguarunas obtenían cazando y recolectando en los bosques hoy desaparecido es casi leyenda.

Por otro lado, el apreciado monocultivo del grano asiático ha incrementado geométricamente las poblaciones de ratas, así como innumerables pestes y plagas, todas intensificadas en el ambiente cálido y húmedo. El uso de agroquímicos crece exponencialmente, sube el costo de producción y va contribuyendo a envenenarnos a todos.

En cambio, en el contexto del trópico húmedo asiático, el arroz viene evolucionando desde hace 5,000 años, sembrado en terrazas inundables cuyos bordes se consolidan cultivando en estos a la soya, cuyas raíces amarran el suelo afianzando a las terrazas y conteniendo la erosión.

POZAS MILAGROSAS

La crianza de peces, camarón o anguila se efectúa simultáneamente en la terraza inundada, así como la crianza de patos con un manejo cuidadoso. Primero pasan los alevinos tras la siembra del arroz. Cuando estos han logrado buen tamaño –antes de la formación de la espiga de arroz– entran los patos. Cuando granea se sacan los patos y se pesca. Antes de la cosecha se regresa al pescado a una zanja adyacente, donde se reproducirán los nuevos alevinos para la siguiente campaña. Tras la cosecha del arroz, el “paddy” o poza arrocera, ya desecada, es festín de cerdos.

En tan sólo dos o tres hectáreas este pequeño agricultor obtiene, además de dos o tres campañas de arroz para el mercado y su consumo, hortalizas, soya (sillao) y proteína animal diversa. Estrategia toda basada en prácticas milenarias de conocimiento popular. Sin ingenieros ni biólogos. 

Hoy en Asia el manejo de estos cultivos asociados a la acuicultura es nuevamente tecnología de punta. La relación simbiótica arroz-pescado incrementa los niveles de producción de arroz hasta en 10%, y una hectárea de terraza arrocera puede producir 400 a 1,300 kilogramos de pescado al año, y de 200 a 450 kilogramos de camarón. Peces y otros consumen a los insectos depredadores del arroz y abonan los suelos. De paso nos libran de los impactos de los peligrosos agroquímicos.

La terraza inundable es pues la cornucopia agrícola asiática. Da carbohidratos (arroz), vitaminas (verduras), y proteína, generando ingresos que hace más competitiva la producción de arroz.

El arroz bajo riego no es parte de la rica tradición agrícola andina, tanto como ocurre con la papa en los Himalayas. El arroz chaufa, nuestro cuasi plato nacional, desconoce el origen popular de este antipasto que se prepara a partir de todo lo que produce la terraza arrocera. La asociación del arroz con otros cultivos y con crianza de peces, anguilas, camarón o crustáceos, es algo que intensifica el uso del suelo, lo que ayudaría a evitar el avance del hambre andino sobre los remanentes de bosques tropicales.

Esta agro-tecnología, como toda obra de arte, requiere de maestros que la practiquen, es decir, una transferencia de agricultor a agricultor, más que de técnico a agricultor.

Peces y arroz

En partes de Nepal y en África se ha introducido esta práctica milenaria del Asia del Este, ajena a la tradición local, y empieza a resolver problemas de deficiencia de proteínas y de generación de ingreso.

En la región de Tarapoto la exitosa crianza del camarón de Malasia en pozas –independientes del arroz-trae ya beneficios a unos pocos, pero se pierde la opción de mejorar el aprovechamiento del suelo. Para gente emprendedora y tesonera, como lo es el agricultor de origen andino cuando enfrenta un desafío, el éxito de esta propuesta estaría más que asegurada. Lampadia

 




El ejemplo de Pisco… y sus empresas

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 30 de marzo de 2016
Para Correo Ica y Lampadia

Se abrió el tramo Pisco – San Andrés de la Autopista Chincha – Ica. Se iniciaron las obras para la modernización del Puerto General San Martín en Punta Pejerrey en Paracas. En junio próximo se inician los vuelos comerciales – ida y vuelta – entre Cusco y Pisco. El Tren de Cercanías entre Barranca e Ica – cuya ingeniería está en curso – tendrá un ramal al Puerto de Pisco.

La autopista Chincha-Pisco se inicia en el intercambio vial Chincha Alta (km. 185 de la Panamericana Sur) y concluye en el intercambio vial San Andrés. | Fuente: MTC – RPP

 

El mes pasado, el valle de Pisco fue integrado al proyecto “Agua Grande” a través de la incorporación de la presa Suytupampa, en las nacientes del río Pisco. El alcance final del proyecto más importante de la región ha quedado así: “Sistema de afianzamiento hídrico en los valles de Ica y Pisco y áreas irrigables de las provincias de Huaytará y Castrovirreyna en Huancavelica.” ¡Pisco va a tener agua todo el año!

El Alcalde Provincial de Pisco es una excelente persona. Con menos presupuesto – en apenas 3 años – ha hecho mucho más que lo que hicieron sus antecesores en 30 años. Obras de alcantarillado, pistas y veredas, serenazgo, limpieza pública, recreación cultural y deportiva… Pisco ha dado pasos gigantes bajo el liderazgo de Tomás Andía y su equipo de colaboradores.

Los pisqueños le pararon el macho al Congresista Oliva y a la ex Ministra Choquehuanca, quienes estaban promoviendo el desalojo del Centro de Salud de Pisco. Los chicharrones estaban detrás de un turbio negocio inmobiliario que – sabiamente – la población rechazó con firmeza. El Ministerio de Salud, la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía, el Poder Judicial, y – por supuesto – el Gobierno Regional… todos respaldamos al pueblo pisqueño en su afán de mantener los servicios de su legendario nosocomio.

Pero hay más. También vienen… el nuevo Instituto Superior Tecnológico en Pampas de Oca; los desembarcaderos pesqueros de San Andrés, Laguna Grande, y Lagunillas; el Hatchery – o incubadora – de Conchas de Abanico en la Facultad de Pesquería de la Universidad San Luis Gonzaga; el Malecón de San Andrés; el nuevo Palacio Municipal; y las rehabilitaciones de la Plaza de Armas y la Plazuela Bolognesi. El progreso de Pisco es muy evidente y motivador.

Sin embargo, lo más-más está por el lado deportivo. Se viene el Irma Cordero, el súper anhelado Coliseo Cerrado para Vóley y Básquet. Y – lo que más pedían los pisqueños – se viene la reconstrucción del Teobaldo Pinillos Olaechea, el – también – súper esperado Estadio Municipal de Pisco para la práctica del fútbol, fulbito, y todas las disciplinas atléticas.

Ambos recintos deportivos colapsaron en el aciago terremoto del 2007. A ese respecto, todos los Gobernadores Regionales y alcaldes que ocuparon cargos durante y después de la catástrofe ofrecieron su reconstrucción… pero de la boca para afuera. En realidad, no hicieron ni los perfiles. Y menos, los expedientes técnicos. ¡Puro floro! ¡Cero efectividad! ¡Un engaño… de aquellos!

Ahora en cambio, ambas obras – el coliseo y el estadio – estarán reconstruidos y operativos antes de fin de año. Y los pisqueños… felices.

La pregunta es ¿cómo así Pisco progresa tanto? ¿Por qué Pisco sí progresa, y otras ciudades no? Obviamente, el alcalde y su equipo tienen mucho que ver en el tema. Pero hay algo más que merece ser destacado. En todas las obras antes indicadas hay empresas privadas de por medio. Empezando por la pura inversión y su efecto dinamizador en el mercado de bienes y servicios; y en la generación de empleo, producción, exportaciones, tributación, riqueza, tecnología… y todo lo demás.

Sin embargo, las empresas pisqueñas han ido mucho más allá de su mero rol empresarial. A través de Obras por Impuestos, Aportes Voluntarios, Fondos Sociales, Programas de Relaciones Comunitarias, Donaciones de Terrenos, etc. han colaborado mucho con las autoridades locales. Y – por ende – con el bienestar de la población.

En Pisco – a diferencia de otras regiones del país – la cordialidad es el común denominador entre autoridades públicas, empresas privadas, y población. En vez de quejarse de las empresas locales – y confrontarlas como si fueran el demonio, o esquilmarlas hasta dejarlas languidecientes – los pisqueños las acogen con cordialidad, y – juntos – construyen el progreso y bienestar de la población.

¡He ahí el detalle! Ojalá todos sigamos el ejemplo de Pisco… y sus empresas Si todos los peruanos fuéramos como los pisqueños, el Perú sería mejor. Lampadia