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Informalidad y Productividad

Informalidad y Productividad

El 73% de la Población Económicamente Activa (PEA) empleada en el Perú es informal, afirma la última entrega del Instituto Peruano de Economía (IPE) sobre Empleo: Informalidad Y Productividad. Esto se debería en gran medida a la rigidez laboral del país, por lo que se deberían implementar reformas que permitan reducir los niveles de informalidad que además afectan la productividad de una buena parte de las empresas que operan en ese ambiente societario.

De acuerdo al Informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, la rigidez laboral es la segunda barrera más alta para hacer negocios en el Perú y que nos resta competitividad. Este reporte ubicó a Perú en el puesto 133 de 140 países en la facilidad de las empresas para contratar y despedir trabajadores. Aunque la organización alabó al Perú en la flexibilidad para  la determinación de los salarios por parte de los empleadores, considera que las prácticas de contratación y despido de los empleados, así como el régimen de impuestos, reducen el incentivo para generar empleo.

De acuerdo con la legislación peruana, un trabajador sólo puede ser despedido por razones específicas señaladas en la legislación laboral. Si un trabajador demuestra que su empleador lo despidió arbitrariamente, tiene derecho a una indemnización equivalente a la paga de un salario y medio del mes por cada año trabajado para la empresa, con un mínimo de tres meses y un máximo de doce, o el derecho que ser trasladado a una posición diferente dentro de la empresa.

Los trabajadores formales en el Perú también tienen derecho a 30 días de vacaciones al año (13 de los cuales son pagados), dos gratificaciones anuales equivalentes a un mes de salario, seguro médico, seguro de vida, seguro de desempleo y una pequeña remuneración adicional para aquellos que tienen hijos.

Agravando esta situación, durante los primeros años del siglo XXI, los tribunales, especialmente el Tribunal Constitucional, ha generado precedentes que están determinando paulatinamente la estabilidad absoluta de empleo. Peor aun, hay regímenes especiales ‘secretos’ como el que acaba de denunciar el Primer Ministro Pedro Cateriano, que explicó que en la desastrosa empresa pública de servicios de agua y desagüe, Sedapal, hay una planilla dorada por la cual los trabajadores en un número de dos mil, tienen derecho a dar sus trabajos en herencia a sus familiares. El colmo de los colmos, los trabajadores son dueños de sus empleos y además, algunos venden el agua como negocio personal, según denunció otro ministro hace unos meses.

Como se puede observar en el gráfico inferior, en los últimos 5 años hemos retrocedido en casi todos los indicadores de eficiencia del mercado laboral con respecto al 2011. Además, en los últimos años, hubo un deterioro considerable en las prácticas de contratación y despido. Nos encontramos entre los países con peores prácticas de contratación y despido en América Latina (puesto 133 de 140 según el WEF).

Son justamente estos costos extra-salariales y la rigidez laboral, además de la Sunat, los causantes de la informalidad laboral, ya que terminan encareciendo la contratación a través de la vía formal. Según Carlos Casas, “se estima que en el Perú estos [costos extrasalariales] son equivalentes a 70% de la remuneración mensual de una persona, mientras que en países como Chile estos costos son del 30%. Este diferencial tiene diversos efectos. El principal de ellos es que en Chile más del 80 % de los trabajadores tiene un contrato laboral, acceso a un sistema de pensiones  y seguro de salud. En el Perú, la cobertura en dichos rubros está entre 30%  y 40%.”

Por ejemplo, en Francia ya se ha propuesto una reforma laboral que incluiría más horas de trabajo y  despidos colectivos, con indemnizaciones rebajadas, por dificultades económicas de las empresas. Francia estaría en la búsqueda de superar el desempleo y alcanzar mayor competitividad. Esta revolución que ha planteado el gobierno socialista nos debería hacer reaccionar sobre nuestras políticas laborales, para que permitan facilitar la creación de empleo de calidad y empezar a superar la perniciosa informalidad a la que hemos condenado, sin protección laboral efectiva, a la gran mayoría de nuestros trabajadores. Ver en LampadiaEl altar del laboralismo se rinde a la ‘dura prueba de la realidad’

Según el IPE, dado nuestro nivel de desarrollo económico (y de ingresos), tenemos aproximadamente 20 puntos porcentuales más de informalidad de lo que nos corresponde. 

Por lo tanto, en aras promover mayor propensión a la creación de empleo, el Perú debería flexibilizar su regulación laboral. 

Perú tiene una de las regulaciones laborales más restrictivas del mundo”, afirmó un funcionario del Banco Mundial, John Panzer, en una conferencia en la Reunión Anual (2015) entre el Banco Mundial y el FMI. “Para que Perú pueda sostener su crecimiento, tiene que aumentar la productividad. Una mayor flexibilidad para las empresas obligará al sector informal unirse al sector formal, ya que le permitirá un mayor acceso al crédito, los recursos y el apoyo del Estado. Las leyes restrictivas, en lo que respecta a despedir a los trabajadores, impide a los empleadores contratar nuevos empleados. Como resultado, esto promueve la informalidad y reduce la productividad”.

Según el IPE, el sector agropecuario concentra el porcentaje más alto de la población ocupada y es de lejos el menos productivo, concentra la cuarta parte de los trabajadores del país y es uno muy informal (con datos del INEI solo el 3% es formal). Esta baja productividad del agro se relaciona estrechamente con el mayor empleo informal. Otros sectores con alta informalidad son el sector de Transportes (solo el 20% es formal), de Restaurantes y Alojamiento (solo el 14% es formal). 

La investigación también muestra que a menor tamaño de la empresa, la productividad cae de manera drástica. Solo el 9% de empresas de 1 a 5 trabajadores son productivas, solo el 16% de empresas de 6 a 10 personas, en contraste a compañías con más de 31 trabajadores, donde la productividad es de 73%.

A diario, firmas cierran las puertas agobiadas por las regulaciones laborales que imponen multas, moras y obligaciones estratosféricas que las llevan a la quiebra. Apenas una empresa se formaliza, los fiscalizadores laborales se acercan, piden libros y ordenan cómo deben ser las planillas (montos y formas de pago), imponen multas por omisiones de los años previos a la formalización (un contrasentido), asfixiando financieramente a las empresas que no consiguen superar lo que Pedro Olaechea ha llamado “el valle de la muerte” (el imposible paso de micro y pequeña empresa a categorías de mayor tamaño y formalización). Por eso en el país no tenemos muchas empresas medianas.

Está comprobado que la sobre regulación afecta el normal desenvolviendo de los mercados y el laboral no es una excepción. Por tanto es urgente realizar cambios que no sólo nos hagan más competitivos. Para ello, el gobierno debe crear una formalidad más accesible, explicar a empleadores y a la población los beneficios de un sistema más flexible y establecer procesos de transición no punitivos.

En Lampadia hemos hecho una propuesta “disruptiva” para incluir a los informales en el sistema mediante la implementación de una medida que permita alos trabajadores efectivizar parte de sus aportes a sus fondos individuales canjeando una parte de sus gastos en IGV (interno). Así todos entrarían, además, alabase tributaria. La idea es que parte del IGV que hoy se evade, se convierta en aporte a los fondos de pensiones de los trabajadores. Así se crearía un gran incentivo de formalización, se combatiría  la informalidad y se estimularía una mayor recaudación. El Estado “devolvería” parte delos pagos por IGV efectuados por los trabajadores mediante depósitosenlas cuentasque cada nuevo afiliado mantenga en la AFP de su elección. Ver en LampadiaEl IGV como aporte al Fondo de Pensiones y formalización del empleo y Enfrentar la informalidad con beneficios

Actualmente, el Estado ya asume grandes costos por el tema previsional y por la evasión del IGV, el uso de parte de este tendría un costo nominal, pero el efectivo podría ser menor que el actual, con una mayor cobertura del sistema yla consiguiente formalización del trabajo. Esperamos que los candidatos a la presidencia tomen estas sugerencias en sus propuestas para mejorar el desarrollo y la productividad del país. Lampadia

 

 

 

 




Argentina: La dura y larga salida del abismo populista

Argentina: La dura y larga salida del abismo populista

El nuevo presidente de Argentina, Mauricio Macri, se ha movido a un ritmo acelerado para recuperar al país de los doce años de políticas económicas y sociales equivocadas que implantaron los gobiernos de los Kirchner, los acólitos del socialismo del siglo XXI y amigos del ALBA, del nefasto Hugo Chávez. Argentina, fiel a su larga maldición del populismo ‘institucionalizado’ hace 64 años por Perón (su primer gobierno fue del 1952 al 1955), volvió a caer en manos de irresponsables que continuaron llevando al país desde una situación expectante, con un PBI pc equivalente al 71.6% del de EEUU en 1913, a uno que solo equivaldría al 19.3% en el 2010.

De entrada, Macri eliminó los impuestos a la exportación (que llevaron a que Uruguay exportara más carne que Argentina) y devaluó el peso en un 30% con respecto al dólar (el nivel del mercado negro). El objetivo es claro: devolverle la confianza a los inversores extranjeros y promover que los argentinos traigan de vuelta los fondos que mantienen fuera del país.

Si bien se espera que las reformas fiscales y una moneda más débil beneficien las exportaciones del país, también traerá ciertos problemas, consecuencia inevitable de los indispensables ajustes. La depreciación de la moneda está aumentando la inflación, la cual cerró el año pasado en 27% según el FMI. Standard & Poor’s estima una inflación de 35% para fines de este año

Si los salarios reales no se mantienen al día con el aumento de los precios al consumidor, un peso más débil dañará el consumo privado, el cual, a su vez, afectará negativamente el crecimiento. Bajo la administración de Kirchner, el crecimiento fue impulsado artificialmente por el gasto público y políticas populistas, tales como subsidios generalizados al consumo de  energía. Macri está intentando cambiar los motores del crecimiento económico mediante la atracción de más inversión. También está avanzando con la revisión de los subsidios a los servicios públicos, tratando de mantenerlos para los más pobres, con el fin de reducir el déficit presupuestario. Los analistas de JP Morgan comentan que:

“Para reequilibrar el equilibrio monetario y fiscal y apoyar el crecimiento en el mediano plazo, será necesario que la economía sufra una severa devaluación que empujará a la economía de vuelta a la recesión en el corto plazo. La resolución de estos problemas se destaca como fundamental para aumentar la inversión y poner en marcha el crecimiento”. 

Por otra parte, el gobierno espera llegar a un acuerdo con los fondos especulativos por la restructuración (quita) de la deuda pública. Macri envió a sus negociadores a EEUU para proponer un pago de US$ 6,500 millones de los US$ 9,000 que reclaman. Dos de los seis acreedores principales han aceptado. Ese dinero saldrá de la emisión de nuevos bonos.

La lógica de la propuesta es contundente: Actualmente Argentina no tiene acceso a los mercados de deuda tradicionales y debe financiarse a tasas muy costosas. Una vez hecho el arreglo con los acreedores belicosos, podrán bajar el costo del financiamiento a tal punto que el menor pago de intereses compense el costo del arreglo. Los anuncios de Macri en el Foro Económico Mundial en Davos (evento al que nunca asistieron los Kirchner), ofreciendo volver a auditar las cuentas públicas, ha permitido que EEUU de su consentimiento para que Argentina reciba créditos multilaterales de instituciones como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Además, Macri ha disminuido o eliminado la mayoría de las barreras a la agroexportación, recurso clave de la economía del país. Este fue el caso de los cereales como el trigo o carne de res. Los productores de soja, los principales exportadores del país, han visto una reducción de las tarifas fiscales de 30 a 35% en dos semanas: una gran ayuda para una economía en desaceleración.

Luego de más de una década de dominio de los Kirchner, la agenda de reforma de Macri es una gran ayuda para la economía argentina que, como Venezuela, desperdició los mejores años del súper ciclo de precios de los commodities, al punto que en vez de haberse enriquecido, terminó empobrecido, endeudado y con la imperiosa necesidad de llevar a cabo dolorosos ajustes.

Además, Argentina ha estado sumida en un clima de corrupción generalizada y represión económica. Esto produjo disminuciones muy pronunciadas de los 10 indicadores de libertad económica del país, incluyendo el control del gasto público, la libertad laboral y la libertad de empresa. Gravemente obstaculizada por la interferencia del Estado, la economía formal se estancó, mientras crecía la actividad de la economía negra. 

A finales de 2015, las políticas imprudentes de los Kirchner ya habían afectado gravemente el crecimiento económico del país. Las cifras oficiales del PBI no se publican, pero el FMI indica que su economía se está contrayendo.

Si Mauricio Macri promueve el crecimiento económico a largo plazo, desmantela las políticas populistas de los Kirchner, fomenta la estabilidad, la inversión extranjera y la competencia, podrá aspirar a cambiar la suerte de Argentina y corregir un descalabro de más de cien años que ha hecho que los argentinos pierdan la disciplina y estamina necesarias para tomar el espacio del país exitoso que les robó el populismo. Esperemos que siga así y que logre corregir el curso de una de las economías más grandes de Latinoamérica. Lampadia

 

 

 




Angus Deaton: El nuevo Premio Nobel de Economía

Angus Deaton: El nuevo Premio Nobel de Economía

El lunes, la Real Academia Sueca de las Ciencias concedió el Premio Nobel de Economía al economista británico-estadounidense Angus Deaton, profesor de la Universidad de Princeton, “por su análisis del consumo, la pobreza y el bienestar”.

¿Quién es Angus Deaton? El economista, que está a una semana de cumplir 70 años, nació en Escocia y es un ciudadano con doble nacionalidad del Reino Unido y los Estados Unidos. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Cambridge y se trasladó a los EE.UU. en 1983 para dar clases en la Universidad de Princeton.

En los últimos años, ha centrado más su atención en la medición y la reducción de la pobreza mundial, junto con la desigualdad de ingresos, proporcionando un énfasis particular en la India y África.

Deaton hizo un exhaustivo análisis sobre el consumo de las familias y su trabajo ha tenido una gran influencia, sobre todo en las políticas públicas, donde ha ayudado a los gobiernos a determinar cómo los diferentes grupos sociales reaccionan a los cambios fiscales específicos.

En sus primeros trabajos en torno a 1980, Deaton desarrolló el “Sistema de Demanda Casi Ideal” – una forma flexible, pero sencilla, de estimar cómo la demanda de cada bien depende de los precios de todos los bienes y de los ingresos individuales.

El académico de Princeton cree que el exceso de desigualdad puede producir algunos efectos secundarios negativos, que van desde la desaparición de los servicios públicos a la erosión de la democracia. Pero al mismo tiempo, las desigualdades también pueden ser producto de un emprendimiento exitoso, por ejemplo, cuando es el resultado de una iniciativa empresarial.

En su más reciente libro, ‘El Gran Escape: Salud, Riqueza y los Orígenes de la Desigualdad’, Deaton sostiene: En los años transcurridos desde la Segunda Guerra Mundial, el mundo moderno ha visto el mayor escape de todos. El rápido crecimiento económico en muchos países ha sacado a cientos de millones de personas de la pobreza. El bienestar material se ha elevado mientras que las tasas de mortalidad han disminuido y la gente está viviendo vidas más largas y más ricas.

Además, plantea preguntas prácticas sobre la desigualdad dirigidas a las políticas de reducción de la pobreza: “¿Qué pasa con la desigualdad entre los países? Muchos países pobres han aprovechado la “ventaja del atraso”: la oportunidad de adoptar (y  mejorar aún más) el conocimiento y las tecnologías que ya se utilizan en los países ricos. Los países que se encuentran atrasados pueden ponerse al día evitándose el  largo proceso de prueba y error que limitó el crecimiento en el pasado.” Esto ya fue planteado en Lampadia: Polonia la nueva estrella europea.

Sobre la medición de la pobreza y los errores cometidos por muchas instituciones internacionales, afirma que: Espero que la mayoría de ciudadanos y responsables políticos verán las líneas de pobreza nacionales como cifras razonables que dividen a los que les están yendo biende aquellos que no. El Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, por ejemplo,cometió este error durante muchos años, exagerando deliberadamente la miseria en los países pobres. Los salarios son ciertamente más bajos en los países pobres-simplemente otra manera de decir que estos países son pobres- pero de nada sirve exagerar lo pobre que son en relación con los países ricos del mundo.” Ver en Lampadia: No nos equivoquemos sobre cómo medir la pobreza.

Sin embargo, lo más importante que menciona en su libro es sobre el crecimiento global y la importancia de la tecnología y convergencia de ideas e innovación para seguir creciendo sostenidamente. “En un mundo interconectado, la innovación a menudo puede propagarse de un país a otro, sobre todo en países similares, de modo que la carga de la invención se distribuye. Esta interconexión, por sí misma, tenderá a acelerar el crecimiento.

La globalización reduce los costos de los bienes y la información se desplaza de un lugar a otro. Permite que los bienes y, cada vez más, los servicios que se realicen sean más eficientes y más baratos, y permite que los descubrimientos sean adoptados rápidamente en otros lugares.

La convergencia de los ingresos promedio entre los países es justo lo que esperaríamos que suceda cuando el crecimiento es impulsado por nuevas ideas y nuevas tecnologías y si la innovación se extiende rápidamente por todo el mundo. Lo que es más desconcertante es el fracaso de los países pobres para ponerse al día. Ver en Lampadia: Innovando para el crecimiento y el bienestar general y 10 razones que explican el éxito de Singapur.

Tal vez la mejor respuesta es que los países pobres carecen de una buena capacidad institucional- gobernanza, un sistema legal, el Estado de Derecho, un buen sistema tributario, la seguridad de los derechos de propiedad, y la confianza en dichas instituciones, que son una base necesaria para el crecimiento.” Ver en Lampadia: El Mundo carece de una Gobernanza Global para el Siglo XXI.

Además expresó su escepticismo sobre la eficacia de la ayuda internacional. Señaló, por ejemplo, que China y la India han logrado sacar a decenas de millones de personas de la pobreza a pesar de recibir relativamente poco dinero de ayuda. Al mismo tiempo, muchos países africanos han permanecido sumidos en la pobreza a pesar de recibir una ayuda sustancial.

Ingvild Almas, profesor asociado en la Escuela Noruega de Economía, dijo que el gobierno de la India ha cambiado su metodología de medición de la pobreza gracias a la investigación de Deaton y que ha mejorado sus políticas de reducción de la pobreza.

“Por ejemplo, Deaton encontró que había muchas más personas pobres de las zonas rurales de la India de las que se pensaba”, dijo. “En la práctica, esto ha afectado al sistema de subsidios de la India, lo que les permite comprar artículos de primera necesidad. Los hogares que no fueron definidos como pobres antes, ahora sí tienen un alcance con estas políticas, y eso es un resultado directo de la investigación de Deaton”.

Sin embargo, no todos están felices con el reciente Nobel de Economía. Un crítico importante de la teoría de Deaton es Bill Gates, el multimillonario fundador de Microsoft y filántropo. Él ha dicho que admira a Deaton pero encuentra su argumento de la ayuda “muy débil” y “extraño”.

Entendemos el punto de vista de Deaton, pero la labor de Bill Gates y de los demás multimillonarios que está dedicando sus fortunas para ayudar a los pobres es muy importante y efectiva, como lo reporta Gates en sus cartas anuales, ver en Lampadia: Las buenas noticias de Bill Gates. En nuestra opinión las conclusiones de Deaton sobre este tema, deben estar referidas al apoyo que tradicionalmente se daba a los gobiernos y que efectivamente, era, muchas veces, desperdiciado por incapacidad y corrupción. Ver en Lampadia: Una visión práctica para la superación de la pobreza.

Más allá de la discusión entre estos dos ‘moguls’, la humanidad tiene mucho que agradecer por estos emprendimientos, el académico y el empresarial (Bill Gates) que está cerrando el circuito virtuoso del capitalismo con una filantropía que va más allá del dinero, compromete su tiempo. Lampadia 

 




Viviremos peligrosamente

Viviremos peligrosamente

Por Carlos Alberto Montaner. Periodista y escritor cubano

(El Comercio, 04 de Enero de 2015)

El 2015 será un año extremadamente inestable en el Mediterráneo, pero la onda expansiva alcanzará a todo el planeta. La globalización también es eso.

La sacudida comenzará en Grecia con la probable elección del partido Syriza. La palabra es un acrónimo en griego que puede traducirse como Coalición de la Izquierda Radical. 

Y bien que lo es. Se trata de una amalgama antisistema, dominada por los marxistas, presidida por Alexis Tsipras, ingeniero de 40 años, líder estudiantil comunista en su juventud.

En Syriza se juntan estalinistas nostálgicos, trotskistas, anarquistas, anticapitalistas, antiglobalizadores, verdes que odian los transgénicos, antiamericanos, eurófobos, antieuros, y, por supuesto, propalestinos-anti Israel.

Esta montonera comenzó a gestarse hace unos años en las protestas contra las reuniones internacionales del Fondo Monetario Internacional o del Banco Mundial.

Los participantes acamparon en diversas plazas emblemáticas, desde Wall Street en NY hasta la madrileña Puerta del Sol, o se pelearon a pedradas contra las fuerzas del orden en media docena de ciudades, y hasta contaron con un manifiesto elemental, ¡Indignaos!

El programa de Syriza es perfecto para cautivar a un porcentaje elevado de los electores y, simultáneamente, hundir aun más al país. Le habla a una sociedad que tiene un 28% de desempleados y una deuda exterior del 200% de su PBI. Le propone a los votantes salir de la crisis con más Estado –aunque ya le entregan al sector público el 44% de toda la riqueza que se produce–,  gastando más y manteniendo el mítico “estado de bienestar”, con servicios buenos y “gratis” para todos.

Tsipras habla de derechos y no de responsabilidades. Rechaza la austeridad de la señora Merkel, tan ridículamente preocupada por el dinero que le entregan los laboriosos alemanes para que lo custodie, y la insolencia de los bancos y tenedores de bonos que pretenden cobrar los intereses pactados o los que se derivan del creciente riesgo-país.

Naturalmente, Tsipras combate la corrupción de los políticos y empresarios, que es mucha, pero no menciona la del “pueblo”, que defrauda a la Hacienda, simula enfermedades para recibir pensiones –es el país desarrollado con más “ciegos legales” del planeta–, cobra empleos en los que no trabaja, cuenta con centenares de profesionales sufridos, que pueden jubilarse a los 50 o 55 años con un 96% del salario, y, pese a tener un desastroso sistema público de enseñanza, posee cuatro veces más profesores per cápita que Finlandia, el país que mejor transmite los conocimientos, de acuerdo con las pruebas PISA.

El predecible triunfo de Syriza posiblemente impulse el de “Podemos” en España, una formación similar, dirigida por el joven profesor comunista-chavista Pablo Iglesias, con el agravante de que este viene de contribuir decisiva y alegremente a la destrucción de Venezuela, mediante diversos tipos de asesorías dados por una fundación afín a su grupo.

Iglesias y Tsipras, además de la ideología comunista, comparten un dato biográfico elocuente. Ambos han vivido siempre dentro del ámbito público, subsidiados o becados por el conjunto de los ciudadanos por medio de impuestos.

Quizás ello explica que ninguno de los dos advierta que los problemas de España y Grecia no derivan del mercado o de la distribución de ingresos, sino de la debilidad del tejido productivo. Ambos países, por cierto, exhiben un bajo coeficiente GINI (32 y 34,3 respectivamente. Mejores que Canadá y Nueva Zelanda).

Lo que España y Grecia necesitan es más capitalismo, pero del bueno, el que se funda en la competencia y la meritocracia y no en el compadreo y la coima. Requieren muchas más empresas exitosas y competitivas en la esfera privada, porque ya sabemos a qué círculo del infierno nos conducen las empresas públicas. Lo que también necesitan, son estados eficientes y honrados que ahorren y administren escrupulosa y transparentemente el dinero de los contribuyentes.

Ninguna persona sensata tiene nada en contra del estado de bienestar, siempre que la sociedad que lo disfruta lo haya elegido democráticamente y trabaje para costearlo. Como hacen, por ejemplo, los daneses o los austriacos.

Lo que resulta un disparate injustificable –la frase es de Ricardo López Murphy con relación a Argentina, tan parecida a Grecia y España–, es “trabajar como en Sicilia y querer vivir como en Suecia, pero culpando a Estados Unidos o a Alemania cuando, lógicamente, no se consigue”.




Apuntes para la creación de empleo al 2034 (I)

Apuntes para la creación de empleo al 2034 (I)

Primera parte

El objetivo final del desarrollo y del manejo económico de un país tiene que ser la creación de empleo adecuado o empleo de calidad para toda la población en edad de trabajar. Lograrlo conlleva haber superado la pobreza, alcanzar niveles de educación y salud del mejor nivel internacional, disminuir la desigualdad y superar todos los indicadores sociales. Para ello, se necesita un buen nivel de gobernanza, buenos servidores públicos, alta inversión, crecimiento e incremento de la productividad que establezcan una base duradera de buenos ingresos y bienestar general.

Todo esto tiene que estar enmarcado en la realidad del mundo en que  viviremos en las próximas décadas. Tenemos que ser exitosos en un mundo que no gobernamos y que estamos lejos de entender. Tenemos que  asimilar que cada día el tiempo transcurre más rápido, los cambios tecnológicos se aceleran exponencialmente y las oportunidades de hoy dejarán de serlo mañana.

En ese contexto tenemos que preguntarnos: ¿Cómo puede el Perú, establecer una visión y estrategias de desarrollo que nos permitan generar empleo adecuado e ingresos que le den a nuestros ciudadanos el mismo nivel de vida que tendrán los habitantes de los países más desarrollados?

Este artículo pretende analizar la evolución del entorno global, para sobre esa base, hacer unos apuntes que nos indiquen la dirección de las políticas públicas necesarias para lograr esos objetivos en el difícil e incierto mundo de mañana. Para este efecto hemos traducido y glosado varios elementos del especial de The Economist, The third great wave (La tercera gran ola), de octubre 2014. Dada la importancia y novedad de este tema, lo presentaremos en dos partes.

Análisis

El mundo está en los albores de la tercera revolución industrial. Esta cambiará los paradigmas productivos y la forma de vida de la humanidad, como lo hicieron las dos revoluciones anteriores. “La tercera gran ola de invención y disrupción económica, traída por los avances en computación e información y tecnología de comunicaciones (ICT) desde fines del siglo XX, amenaza con generar una mezcla similar de tensión social y transformación económica, [a la producida por las revoluciones anteriores]”. The Economist.

Las primeras revoluciones, basadas en el uso del carbón, el vapor, los ferrocarriles, los buques a vapor, la electricidad y los motores de combustión, trajeron muchos beneficios, pero en su momento crearon problemas graves de adaptación y desplazamiento del empleo. La nueva revolución con máquinas inteligentes, internet, robótica, vehículos sin conductor, drones, impresoras 3D, computación en la nube, tecnología médica y educativa a distancia (a costos cada vez más reducidos); la “revolución digital”; puede traer, como dice The Economist, una creación o destrucción masiva del empleo que está por verse.

Como explica la misma fuente, la revolución digital está abriendo una gran división entre los trabajadores más preparados y pudientes con el resto de la sociedad. En el pasado, las tecnologías trajeronun aumento de los salarios incrementando la productividad, dividiendo las ganancias entre trabajadores capacitados y no capacitados, entre el capital y los trabajadores y consumidores. Ahora, las nuevas tecnologías estarían empoderando a los individuos talentosos y abriendo brechas entre los más y menos capacitados, así como entre los dueños del capital y los trabajadores. The Economist agrega, que los gobiernos ya no podrán contar con que el sector industrial pueda absorber a los trabajadores no capacitados del área rural. En otras palabras, el sector industrial ya no será generador de empleo por excelencia. Seguramente, el sector de servicios, liderado por la educación y la salud en línea, ofrecerán una “bonanza” de productividad.

“El modelo de desarrollo a través de la industrialización está de salida”. La industrialización de China atrajo un continuo flujo de migrantes desde el campo. Sus ciudades industriales fueron escaleras para el desarrollo conectando su economía con el mundo y permitiendo importantes aumentos de los ingresos de los trabajadores. Los gobiernos del mundo emergente sueñan con repetir el éxito chino, pero parece que la transformación tecnológica en marcha está cambiando permanentemente las ecuaciones del desarrollo. Según Dani Rodrik, del Institute for Advanced Study en Princeton, EEUU, muchos países emergentes están enfrentando un problema de “desindustrialización prematura” (premature deindustrialisation).

Durante la mayor parte de la reciente historia económica, ser industrializado era sinónimo de ser rico, pero ahora, esta relación se ha roto. Arvind Subramanian, asesor económico principal del gobierno de India, dice “que los países, a cualquier nivel de ingresos, son hoy menos dependientes de la manufactura, tanto en términos de producción como de empleo. Y que el nivel de ingreso por persona, basado en la manufactura, llega a su pico cada vez a niveles más bajos”. Ver el siguiente cuadro:

 

La temprana pérdida de industria, o lo que Subramanian llama “prematura no-industralización”, es una preocupante tendencia dado el rol que la exportación de bienes ha jugado, históricamente, en el desarrollo económico. La productividad en las industrias de exportación tiene que ser alta, de otra manera no se puede competir en los mercados globales. Las historias exitosas del desarrollo de los tigres de Asia, nos muestran como pasaron de operar con márgenes bajos y mano de obra intensiva, produciendo ropa y juguetes, al ensamblaje de productos electrónicos, luego a la manufactura de componentes y, en los casos de texto de Japón y Corea del Sur, a manufactura, diseño y gerencia avanzados.

La pérdida de industria a bajos niveles de ingresos, contrariamente, pone un tope a la contribución que la industria puede hacer a los estándares domésticos de vida.“Este no es un problema pequeño, no hay una estrategia alternativa obvia, para convertir a los países pobres en ricos”.

Richard Baldwin, especialista en desarrollo internacional, en Ginebra, dice que se ha producido un gran cambio en lo que puede industrializarse. La base industrial de Japón y Corea de Sur fue un proceso arduo, que solo pocos países podían lograr y alcanzar el beneficio de convertirse en una economía rica y diversificada. Al contrario, en la era del comercio de las cadenas productivas, la industrialización significa poco más que abrir los mercados laborales nacionales a los manufactureros globales. Pero lo que viene rápido, puede irse rápido. El eventual incremento de los salarios conducirá a los manufactureros a migrar a locaciones (países) más económicas.

Además, las nuevas tecnologías están desmaterializando la actividad económica. En todas partes, los consumidores gastan una mayor proporción de sus ingresos en servicios como salud, educación y telecomunicaciones. El comercio de bienes físicos, medido en términos de valor agregado cayó de 71% en 1980 a 57% en el 2008. Subramanian, piensa que la mayor esperanza de la India para satisfacer a sus millones de desempleados, es producir más trabajadores capacitados, en vez de apoyarse en la manufactura.

Dadas las debilidades de muchos países pobres en instituciones, infraestructuras y conocimiento, incluso los salarios muy bajos, pueden ser insuficientes para atraer a los manufactureros.

Un modelo de desarrollo en el que el crecimiento rápido de los ingresos se limita a los más capacitados, puede ser insostenible. Durante los últimos 10 a 20 años, la desigualdad ha crecido en muchas economías (desarrolladas), pero se ha reducido a nivel global por el rápido crecimiento de los países emergentes. Pero sin un nuevo modelo de desarrollo, esto puede reversarse.

The Economist destaca que la nueva revolución puede también traer una serie de oportunidades como la masificación de los mercados globales, artesanos globales, redes globales de apps en temas tan nuevos como alojamiento de turistas y viajes (economías compartidas), impresiones 3D de órganos humanos, educación informal en línea a bajísimos costos y con gran flexibilidad, disminución de los costos de comunicaciones, videos y música, hasta casi cero y servicios de salud remotos en línea. Y quién sabe qué otras oportunidades pueden aparecer, “como aumentar la productividad de los trabajadores menos capacitados mediante nuevos caminos, tal vez a través de exosqueletos o implantes cerebrales.

Existen tres maneras de enfrentar el eventual desbalance laboral, aumentar la productividad de los menos preparados, convertir a los menos preparados en más preparados y brindar un soporte de ingreso (subsidio) a aquellos que no puedan adaptarse. Más y mejor educación puede ser clave, un buen estándar en habilidades lectoras y matemáticas será crítico para lograr que la mayoría de trabajadores participe en el comercio de servicios globales. En los países desarrollados se está pensando en la posibilidad de generar subsidios individuales, si todo lo demás no es suficiente.

Esta nueva realidad tendrá enormes repercusiones en la vida de los seres humanos. Para entender sus impactos en el Perú y cómo podríamos proteger la creación de empleo, presentaremos la segunda parte en un próximo artículo.

Segunda parte: Implicancias para el Perú y Estrategias ad-hoc.

Lampadia




Esta huelga médica es inhumana

Esta huelga médica es inhumana

Hoy se cumplen 109 días de huelga médica. Indignante. Esta es la medida de fuerza sindical más larga en los últimos 25 años, casi la tercera parte del año. La tozudez y virulencia de una dirigencia médica ha llevado a esta situación en la que los que más pierden son millones de peruanos que quedan sin atención de salud. 

Esta mañana el presidente de la Comisión de Salud del Congreso José Luis Elías, denunció en RPP que se han dejado de atender a 2´000,000 (dos millones) de peruanos y que en el Hospital del Niño solo se atienden a 25 pacientes al día dejado sin atención a niños “de Puno”, varios de los cuales habrían fallecido.

Los dirigentes de la Federación Médica han llegado a niveles de intransigencia pocas veces vista. No solo eso, han salido a la calle y se han enfrentado a la policía degradando la imagen y el prestigio de una de las profesiones más respetables. Por actitudes como esta cada día pierden más legitimidad y representatividad. Hoy solo entre un 5% y 10% de médicos acatan sus mandatos, lo cual afecta la atención en los hospitales donde se atiende a los más pobres y es suficiente para causar inmenso sufrimiento.

El día de ayer, Jesús Bonilla, secretario de la Federación Médica rechazó los acuerdos a los que se habían llegado con el MINSA luego de la mediación de la Comisión de Salud del Congreso. Esta es la segunda negociación que rechazan. La anterior, en la que intermedió la iglesia através del padre Gastón Garatea y la Defensoría del Pueblo, también fue descartada.Este líder sindical está siguiendo la línea de César Palomino, que después de haber tenido el mismo comportamiento en situaciones anteriores, terminó siendo elegido como presidente del Colegio Médico, algo inentendible. Estos representantes de esta muy noble profesión, basada en la vocación y el compromiso de servicio, se parecen a los peores dirigentes de construcción civil o de gremios de camioneros.

Lo cierto es que se ha hecho un gran esfuerzo para nivelar los sueldos de los médicos. Como han explicado los funcionarios del MINSA y del Ministerio de Economía, se han dispuesto mil millones de soles para resolver las demandas salariales de este sector. Pero aún, así la Federación se niega a aceptar este hecho.

Los dirigentes se oponen a la meritocracia como base de sus compensaciones, por ello están en desacuerdo con la escala remunerativa que se ha establecido y que permitiría que los médicos hasta tripliquen sus sueldos si cumplen con ciertos objetivos y llegan a determinadas metas. Tampoco quieren reconocer que tienen mini jornadas laborales de 4 y 5 horas, lo que les permite realizar práctica privada (atender en sus consultorios), en los que eso sí, no hacen huelgan.

Esta intransigencia hace pensar que detrás de este desborde existe otro tipo de intereses. Parecieran no entender que el país ha sufrido un frenazo económico y que es hora de poner el hombro, llegar a acuerdos y pensar en la salud de los más pobres que son, finalmente, los que se perjudican con las huelgas médicas. Pero a los dirigentes les interesa seguir con el show mediático y la peliculina, ser entrevistados, quejarse de sus condiciones salariales, enfrentarse a la policía y bloquear calles, pero de aportes al país, nada.

Esta gente debiera ser separada definitivamente de sus empleos y la legislación debiera contemplar la posibilidad de anular  o suspender sus títulos de médicos, así como se retiran o suspenden los brevetes de los infractores de tránsito. Los peruanos no pueden tener confianza en los servicios médicos que brindan semejantes seres. Lampadia




Lecciones de Mandarín

Lecciones de Mandarín

[En su acepción de alto funcionario, como se usaba en la China]

Los gobiernos tienen que repensar cómo recompensar y motivar a los funcionarios públicos

Publicado por The Economist el 9 de agosto, 2014. Traducido por Lampadia.

Los franceses los llaman ‘hauts fonctionnaires’ [altos funcionarios], los alemanes ‘Beamte im höheren Dienst’ [funcionarios de los más altos oficios] y los británicos, un poco más económicos, los conocen como “mandarines”. Los niveles más altos de los servicios públicos son un poderoso brazo del estado. Implementan las reformas ideadas por los políticos, y diseñan los servicios públicos que van desde los sistemas de bienestar a las prisiones. En comparación a los jefes del sector privado, los burócratas que administran el sector público tienden a estar menos bien pagados, pero tienen vidas más tranquilas, con puestos de trabajo más seguros y menos presión para mejorar la productividad. Ahora los mandarines se enfrentan a cambios.

Ha habido gran furia por parte de los contribuyentes cuando los grandes proyectos no funcionaban. El nuevo aeropuerto de Berlín lleva tres años de retraso, y se prevé que costará € 6,000 millones (8,100 millones de dólares), tres veces el estimado original. En la actualidad, los votantes y, principalmente, los políticos son especialmente intolerantes a la ineficiencia de la función pública. Un remezón es la austeridad. Otro es la tecnología, que está cambiando no sólo en cómo se brindan los servicios públicos – como en educación, con “cursos en línea, masivos y abiertos” – sino también en la forma en que se pueden medir. Las redes sociales permiten a los usuarios quejarse de los tiempos de espera de hospitales y de los resultados de las matemáticas. Quizás la mayor presión es el paso del tiempo: los trabajadores del sector privado son incrédulos acerca de por qué los funcionarios públicos deben escapar a la destrucción creativa que ha cambiado otras operaciones alrededor del mundo.

La reforma del sector público es un proyecto enorme, pero el pueblo está en el centro de ella. El gobierno es una industria de servicios, y hay un problema de talento básico. Pocos servicios públicos -Singapur es el ejemplo más claro – compiten con el sector privado por los mejores graduados. Pero en otros lugares, incluso en los departamentos de élite, como el Tesoro de EE.UU. y la Oficina de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, hay problemas (o pierden a los más ambiciosos rápidamente). Los mandarines y sus jefes políticos tienen que cambiar de táctica.

Demasiados funcionarios públicos, sobre todo en la Europa continental, se arremolinan en torno a un Gormenghast burocrático [una especie de isla para del placer para los burócratas], pero rara vez salen de él. Casi cuatro quintas partes de los altos funcionarios alemanes han estado en la administración pública durante más de dos décadas. El Estado francés, dirigido por François Hollande, es gobernado por una casta de funcionarios imposibles de remover, resistentes a la reforma. Una de las razones por las que muchos funcionarios se quedan aferrados son sus generosas ofertas de pensiones (…). Pero las estructuras de carrera también deben adaptarse.

La mayoría de los servicios públicos aún tienden a ser gerontocracias, donde la edad y la antigüedad son sinónimos. Nueva Zelanda ha desmantelado el sistema de jerarquías rígidas y de grados de pago que engendraron los gustos del flemático Sir Humphrey en la comedia de la BBC “Yes Minister”. En su lugar, se nombra a los jefes de los departamentos ministeriales, que firman contratos para cubrir objetivos específicos y pueden ser despedidos si fallan. Los funcionarios de Singapur se envían con frecuencia a empleos en el sector privado. Gran Bretaña ha nombrado a un alto funcionario de la industria petrolera para dirigir la agencia que se ocupa de los proyectos estatales de gran escala. La idea es que la experiencia del sector privado, en áreas como la gestión de contratos y negociaciones puede ayudar a evitar desastres como el aeropuerto de Berlín.

Todo esto hace un llamado a los políticos. Pero el corolario de un mejor rendimiento es una paga más alta. El director de operaciones del gobierno británico anunció esta semana que está dejando un trabajo comercial lucrativo. Singapur, que tiene un gobierno mucho más pequeño que el de los Estados Unidos, paga a sus mejores funcionarios US$ 2 millones al año. Ningún congresista republicano toleraría eso, lo cual es absurdo. El costo de los salarios más altos se compensa con el ahorro de dinero en consultores costosos para absorber proyectos fallidos.

Hay una zona en la que menos cambio sería útil. Para planificar las carreras, se necesita una estrategia a largo plazo-y la democracia arroja cambios en cada elección. En Gran Bretaña, los funcionarios de salud hablan de sucesivas “re-desorganizaciones”. Una de las razones del éxito autoritario de Singapur es que sus votantes milagrosamente siempre han elegido el partido fundado por Lee Kuan Yew desde que asumió el mando en 1959.Los votantes de otros lugares son menos complacientes. Nueva Zelanda ha tratado de contrarrestar esto incrementando los poderes de un comisionado de servicios estatales, cuyos deberes incluyen uno de “administración” duradera. Eso podría ser un modelo útil para otros lugares, sobre todo en Estados Unidos, donde también muchos puestos de responsabilidad están ocupados por nombramientos políticos (que luego toman meses para conseguir su confirmación por el Congreso). Los mandarinatos tienen sus defectos, pero alguien tiene que seguir trabajando el Leviatán.