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¡Cuando te jubiles, yo ya no estaré por acá!

Ya todos sabemos que en el Perú, el anterior Congreso de la República, presidido por Luis Iberico, empezó la demolición del Sistema Privado de Pensiones (SPP) permitiendo el retiro de los fondos a la edad de 65 años y adelantos del 25% para equis fines. Todo esto se respaldó por supuesto en propuestas populistas que se apoyaron en la natural propensión del ser humano a preferir dinero en el corto plazo antes que en el largo. Además, las irresponsables normas fueron aderezadas por gran parte de los medios de comunicación, algunos por purismo liberal y otros por ignorancia y oportunismo.

Contrario a lo que pronosticaban los promotores de las nuevas normas, incluyendo economistas como Mendoza de la UP, la tendencia al retiro de los fondos es masiva. Por ejemplo, Jorge Ramos, CEO de SURA (AFP Integra), hizo los siguientes comentarios en Gestión (ver en Lampadia):

  • Las estadísticas demuestran que ahora solo el 1% de las personas que se jubilan destinan el 100% de su ahorro previsional para una pensión.
  • Un 8% retira una parte de su fondo, en promedio dos tercios de su ahorro. Estos, en promedio, tienen un fondo de S/ 350,000.
  • Pero estos retiros se vuelven una fiesta para los que tienen fondos más pequeños, de S/ 80,000 a S/ 90,000. Ellos retiran todo. En este segmento, el efecto riqueza se vuelve más potente, es decir, la gran mayoría de personas que tiene en su cuenta hasta S/ 100,000 jamás han tenido acceso a ese monto de dinero; es como si ganaran un premio.
  • El 50% usa los fondos que retira para poner un negocio propio, 20% lo destina a inversiones y el 30% a consumo.
  • Lo más riesgoso de todo es el 50% de jubilados que retiran su fondo para abrir un negocio propio, porque en el Perú solo uno de cada ocho emprendimientos tiene éxito.
  • Lo peor de todo es que casi la mitad de las personas que solicitan retirar el 95.5% de sus fondos tiene menos de 65 años. Por la jubilación anticipada por desempleo, quienes tienen 50 o 55 años, dependiendo de si son mujeres u hombres, pueden retirar todo su fondo. Lo cual es más grave aún, porque pueden quedarse sin nada a los 60 años.

Queda pues muy claro que muchos peruanos que pudieron llegar a tener un respaldo previsional, lo están perdiendo. En consecuencia, además de no haber logrado incorporar al sistema a los trabajadores independientes, estamos sembrando el desamparo en la vejez de más peruanos.

Por increíble que pueda parecer, ahora en Chile (el país que creó el sistema de capitalización individual), se ha desatado una campaña callejera, para desbaratar el sistema privado y el gobierno de Bachelet ha planteado una serie de reformas regresivas (ver en Lampadia: “Para mejorar las pensiones, todos deben esforzarse”). Sin embargo, no debiera sorprendernos que Bachelet pretenda también arrasar con el sistema privado de pensiones, tal como está haciendo con prácticamente todos los espectaculares avances de los últimos 40 años. Como dijo el historiador británico Niall Ferguson en Santiago, “Chile que ha sido el país más inteligente de la región, está ahora ejerciendo su derecho a ser estúpido”.

Lamentablemente, temas tan importantes como las pensiones, están expuestas al quehacer de los políticos cortoplacistas que aprovechan cualquier oportunidad para obtener réditos políticos a costa de desarrollos de largo plazo, cuyos resultados finales no podrán evidenciarse durante sus mandatos de servicio público.

Ahora queremos compartir con nuestros lectores una entrevista en profundidad a José Piñera, el diseñador de las AFP en Chile y difusor del modelo en todo el mundo, donde 35 países lo han adoptado con más o menos los mismos ingredientes. La entrevista a Piñera se hizo el 3 de agosto pasado, en el contexto del proceso de reclamos y reformas en curso. La entrevistadora, Soledad Onetto de ‘Ahora Noticias, Edición Central de MEGA’ (la Sol Carreño de Chile), se muestra malcriada, desinformada y agresiva.

El diálogo dura unos 20 minutos, a diferencia de los que usualmente publicamos en Lampadia, es posible que muchos no puedan verlo integramente, pero, las personas vinculadas al tema pensionario, no pueden dejar de hacerlo. Piñera nos dice:

  • El sistema tiene 35 años y muestra dos indicadores de éxito claro:
    – Nunca ha habido una pérdida, nadie ha tocado un peso de los fondos de los trabajadores.

– De los fondos acumulados, el 70% corresponde a la rentabilidad y solo el 30% a los aportes.

  • Nunca hubo una promesa sobre el nivel de las pensiones, éstas dependen del volumen de ahorro, la rentabilidad y la expectativa de vida.
  • Si no se ahorra suficiente, no habrán buenas pensiones.
  • Una de las AFP chilenas, Habitat, ha publicado un informe en el que afirma que los trabajadores que han aportado 30 o más años, tienen una pensión promedio de 650,000 pesos al mes (US$ 1,005 mensuales).
  • Desde que nació el sistema, se estableció un pilar solidario.
  • Con el aumento de la expectativa de vida hay que ajustar algunos parámetros como, aumentar la tasa de las cotizaciones e igualar la edad de jubilación de hombres y mujeres.

Ver la importante entrevista a Piñera: 

En el Perú tenemos que volver a analizar el tema de las pensiones. El gobierno apuesta por reducir sustancialmente la informalidad laboral y además bajar la tasa del IGV.

Según Lampadia, estos tres temas se intersectan y por lo tanto deberían tratarse los tres juntos, sin apurar decisiones independientes sobre cada uno. (Ver: Sobre formalización, pensiones e IGV). Lamentablemente, no hemos tenido oportunidad de sustentar estas ideas con los miembros del nuevo gobierno.

Nuestra propuesta básica es que para la formalización laboral, la incorporación de los independientes a los sistemas de pensiones y, el mejor destino del IGV; habría que cambiar la fuente de fondos para la formación de los ahorros pensionarios, usando una fracción de los pagos de IGV. De esa manera, todos los ciudadanos, podrían acumular fondos desde los 18 años. En la publicación indicada mostramos que un aporte de S/. 10, hecho a los 18 años, se convierte en un monto de S/. 240 a los 65 años.   

Reiteramos nuestra propuesta al gobierno de PPK, para que los tres temas sean tratados en conjunto en diferentes instancias técnicas y políticas, para lograr profundidad de análisis, consensos e incentivos que permitan un positivo avance social de todos los peruanos

Lampadia             




Sobre formalización, pensiones e IGV

Sobre formalización, pensiones e IGV

Estos tres temas, la formalización del empleo, las pensiones de jubilación y el manejo futuro del IGV han terminado, curiosamente, en una intersección que puede ser una ayudadita del Ángel de la Guarda, después de tanto mamarracho que hemos hecho, por separado, con los tres temas.

El Caballo de Troya, ejemplo clásico de un disparate (folly en ingles)

La informalidad laboral es una trampa de la que aún no logramos salir. Esta se originó desde las primeras migraciones de la sierra a Lima, hasta la formación de la nueva clase media con la emergencia de nuestra incipiente economía de mercado. Una clara expresión de resiliencia social que permitió, de alguna manera, convertir la tragedia del abandono y el desempleo en una bullente propagación del emprendedurismo. Ver: La fuerza del migrante: emprendimiento y libre mercado.

En cuanto a las pensiones hemos producido una suerte de ‘suicidio social previsional’ al haber desbaratado el Sistema Privado de Pensiones con las normas que permiten el retiro del 95.5% de los fondos individuales a los 65 años de edad y, con el retiro optativo del 25% del mismo para el financiamiento de vivienda. Ambas medidas se sacaron apuradamente en uno de los peores Congresos de nuestra historia (sino el peor a secas). Toda la sociedad fue manipulada o acobardada por unos cuantos activistas que ante el vacío de buena parte de la clase dirigente, llenaron los titulares de los periódicos y las preguntas de las encuestas de opinión.

En este tema se llegó al colmo de tener a un diretor de maestría en economía de una importante universidad, haciendo una campaña mediática para promover la absurda legislación. El mismo afirmaba que la gente que retirara su dinero, lo iba a cuidar para mantener el sustento en la vejez. 

Sintomáticamente, en Lampadia publicamos un informe sobre como los jubilados de uno de los países más ricos del mundo, Japón, robaban en las tiendas de departamentos para ser arrestados, pues vivían mejor en la cárcel por la calidad de la comida, alojamiento y cuidado de la salud, en comparación con lo que podían lograr con sus pensiones.

En el resto del sistema pensionario, la ONP, que paga pensiones de miseria apropiándose de los aportes de un 65% de sus afiliados que no llegan a acumular 20 años de aportaciones. Un sistema quebrado, que representa un forado de la caja fiscal que nos acompañará muchos años. Finalmente, tenemos también Pensión 65, un programa social del gobierno de Humala, basado en la filosofía del fracasado asistencialismo de Chávez en Venezuela y Lula en Brasil.

Por el lado del IGV tenemos la propuesta del gobierno de PPK para reducirlo el IGV hasta en tres puntos. Su aplicación sería paulatina, empezando con un 1% y graduándose según la respuesta fiscal.

¿Cuál es la intersección? ¿Cómo conectamos los tres temas?

Usando parte de los pagos de IGV como aportes individuales a fondos privados de pensiones de todos los peruanos sin excepción.

Este mecanismo permitiría formalizar el empleo y dar acceso a pensiones privadas al 100% de los trabajadores.

Esta idea fue propuesta por Lampadia en enero del 2014, ver El IGV como aporte al Fondo de Pensiones y formalización del empleo. Esta es diferente a la de Santiago Levi del BID que concibió que los aportes fueran a un pozo común para pensiones de reparto.

Con el aporte de una parte de los pagos por IGV a cuentas individuales se podrían obtener los siguientes resultados:

  • Registrar y formalizar a toda la clase trabajadora, pues sería muy extraño que alguien dejara de canjear su IGV por ahorro previsional privado bien remunerado.
  • Establecer un sistema universal de pensiones al que se podría aportar desde los 18 años y que podría permitir acumular un fondo adecuado, por lo menos para una pensión base o mínima de buen nivel, dado el período de aportes de 47 años (18 a 65) con el efecto de la tasa de interés compuesta. Por ejemplo, un aporte de 10 soles después de 47 años con un rendimiento de 7% anual generaría 240 soles, y en 24 años, el promedio del período sugerido de aportes, 51 soles por cada 10.
  • Se podría disminuir la evasión de pagos del IGV.
  • Se podría cerrar la ONP y poner coto al forado fiscal que hoy representa.
  • Se podría ir eliminando las inafectaciones al IGV y tener un sistema plano y universal.
  • Aumentaría la recaudación de IGV, lo que podría compensar (total o parcial) los puntos que se usen en los canjes.

En Lampadia asumimos que el nivel de canje debería estar entre 3 a 5 puntos de los actuales 18 puntos del IGV. Sin embargo, es evidente que habría que hacer los cálculos adecuados en función de los períodos de aporte y demás factores vinculados. 

También será necesario ver como se establece un objetivo de pensión mínima que podría lograrse mediante aportes del Estado que complementen lo que el trabajador pueda haber acumulado por su cuenta.

Esta propuesta no fue nunca recogida por la Asociación de AFPs ni por las empresas individualmente. La verdad es que nunca manifestaron ningún interés en siquiera conversar del tema. En Lampadia hemos defendido el sistema privado y no a las AFPs.

A diefrencia de las AFPs, nuestra propuesta ha sido recogida por importantes analistas económicos y políticos independientes como:

  • Elmer Cuba[1]
  • Eduardo Ferreyros[2]
  • Pablo Secada[3] (confundiendo la propuesta con la de Levi) 
  • Farik Matuk[4]
  • Luis Galarreta[5]

Con el mayor de los respetos, invocamos al gobierno del Partido de Peruanos por el Kambio y a su futuro Ministro de Economía, Alfredo Thorne, a convocar un debate técnico sobre estos tres temas antes de proceder a ejecutar decisiones parciales que puedan debilitar la eventual acción conjunta sobre los mismos. Esperamos, de igual manera, que la bancada de Fuerza Popular se sume a este debate.

Nuestra propuesta puede sonar disruptiva para algunos, pero no debemos olvidar que muchas veces los problemas que no tienen solución, como la persistente informalidad, la falta de acceso a un sistema de pensiones de los trabajadores independientes y, el alto nivel de evasión del IGV, solo pueden enfrentarse ‘saliendo del cuadrado’.

Por el lado de Lampadia hemos tenido que multiplicar nuestra publicaciones sobre el tema, para compartir nuestras ideas y también para llenar el vacío que debió ser llenado por gremios empresariales, analistas, académicos y en general, líderes de opinión, que prefirieron pasar al lado de los observadores. Ver nuestras publicaciones:

¿Quieres que tu papá tenga una pensión?

Ancianos japoneses prefieren la cárcel a pobres pensiones

Legisladores parecer ir más allá de la razón

AFPs: La voz del gremio

Un debate técnico sobre el futuro de las pensiones

¡Juguemos a la Ronda! Todos a Pensión 65

Futuro de los jubilados en la picota

Réquiem por las pensiones decentes y seguras

En el país de los mitos, los falsarios son reyes

Una pensión para todos como se debe

Propuestas para mejorar el sistema

Cuidado, no destruyamos las AFP, mejoremos el Sistema

Enfoquemos adecuadamente el debate 

Lampadia

 

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[1] Gestión, 12 de mayo de 2016

[2] Perú21, 15 de marzo de 2016

[3] Entrevistas con Jaime de Althaus

[4] La República, 30 de junio de 2016

[5] La República, 17 de noviembre de 2015




Futuro de los jubilados en la picota

Futuro de los jubilados en la picota

Como informamos el 12 de noviembre pasado, ver en Lampadia: Réquiem por las pensiones decentes y seguras, el Congreso de la República votó ‘unánimemente’ por eliminar, en la práctica, el sistema privado de pensiones.

Como debiéramos recordar, antes de la creación del sistema privado, los peruanos no teníamos la opción de tener una pensión decente. El sistema estatal estaba quebrado, el dinero de los descuentos de los trabajadores se usaba en cualquier cosa y la cobertura era mínima.

Con el Sistema Privado de Pensiones (SPP), que se basa en un sistema de acumulación individual, se ha logrado que la gran mayoría de sus afiliados tenga mejores pensiones. A diferencia del sistema público de la ONP, en que el 30% de los afiliados no recibirá ni un Sol de pensión (por no aportar un mínimo de 20 años), el SPP, devuelve el íntegro de lo aportado al 100% de sus afiliados.

Más allá de varios temas menores que debieran evaluarse y mejorarse, el SPP tiene un gran problema estructural: la baja cobertura de la población trabajadora. Efectivamente, el mayoritario segmento de los trabajadores independientes, del llamado sector informal, no se afilian voluntariamente, como se estableció desde el primer día, pues sus evaluaciones individuales de ahorro actual (para pensión futura) versus gasto y o inversión corriente, los lleva a preferir lo último.

La eventual facultad de retirar el 95.5% de los fondos acumulados en el SPP al llegar a la edad de jubilación, hará que la gran mayoría de los afiliados opte por retirar sus fondos. Eso quitará todo sentido al ahorro forzoso para pensiones que ya no se darían como tales. Por lo tanto, muchos peruanos podríamos carecer de algún sistema pensionario, a no ser que sea algo como Pensión 65, que a todas luces sería largamente insatisfactorio.

Lo más increíble de la norma del Congreso es que no se ha pensado sobre las consecuencias futuras de esta medida, ni se han evaluado opciones de mejora, como, por ejemplo, la planteada por Lampadia, de usar parte de los pagos de IGV como aportes individuales al sistema de pensiones. Ver las distintas publicaciones que hemos hecho al respecto:

En el país de los mitos, los falsarios son reyes

Una pensión para todos, como se debe,

Propuestas para mejorar el sistema,

El IGV como aporte al Fondo de Pensiones y formalización del empleo.

Por otro lado hay que recordar que el origen de la falta de cobertura se da por la naturaleza del sistema laboral peruano que nos ha llevado a un altísimo nivel de informalidad, que es muy difícil de superar con medidas tradicionales y timoratas. Por ejemplo, ver las declaraciones de Pablo Secada, sobre la posibilidad de usar el IGV para formalizar el empleo.

Esperamos que el gobierno observe la ley por el bien de largo plazo de todos los peruanos. El camino sensato hacia delante, debe ser el que el Congreso de la República convoque a un gran debate nacional, en distintos estamentos de la sociedad y ojalá, luego, forme un grupo de expertos para que evalúen todas las opciones, le expliquen a los ciudadanos sus implicancias y asesoren al Estado en el diseño de una solución final.

Es sorprendente la irresponsabilidad con la que algunos analistas apoyan la ley del Congreso, como por ejemplo, Juan Mendoza de la Universidad del Pacífico, quien se multiplica en los medios con argumentos pobres. Por un lado dice que lo de antes era muy malo, pero como no le gusta el sistema, justifica su apoyo a la norma congresal diciendo que no cree que la gente retirará sus fondos. Peor aún, no plantea ninguna solución a la futura demanda de pensiones que tarde o temprano tendremos que enfrentar. Este tipo de opiniones y las de los puristas que no consideran que se debe establecer un sistema de ahorro forzoso, deberían contemplar la posibilidad de desarrollar un debate nacional, antes de aplaudir una decisión más política que técnica.

Para ilustrar a nuestros lectores de un diálogo alturado al respecto, presentamos líneas abajo la entrevista de Jaime de Althaus a David Tuesta, Jefe de la Unidad de Inclusión Financiera del BBVA Research.

Luchemos por nuestra ideas, pero sometámonos a un debate serio. Lampadia