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El fracaso de las élites trae anomia y populismo

En Lampadia hemos criticado muchas veces a nuestra clase dirigente, a unos por acción, los políticos; y a otros por omisión, las dirigencias gremiales, académicas y sociales.

Hoy nos encontramos en medio de una grave crisis de liderazgo, con el desprestigio generalizado de todos los políticos, y el consecuente vacío de referentes que puedan prender las luces que nos permitan evitar el caos y mantener un sentido de futuro común.

Para reflexionar sobre este tema, hemos rescatado un artículo del 2014, del principal columnista del Financial Times, Martin Wolf, titulado: Las élites fallidas amenazan nuestro futuro.

Wolf sostiene que cuando las elites fracasan son reemplazadas. A diferencia de los estados despóticos en los que este proceso se efectúa de manera sangrienta, en las democracias, las elites políticas son cambiadas de forma “rápida y limpia”. Y a pesar de los controles y los equilibrios de poder, de la prensa libre y otras instituciones, las elites están expuestas a llevar al desastre a los países que conducen.

En el Perú, estamos ad-portas de un segundo voto de vacancia del presidente de la República. El vacío de poder es casi absoluto, y el espectáculo de los miembros del partido de gobierno, con la congresista y primera ministra, Mercedes Aráoz a la cabeza, procurando destruir la figura del primer vicepresidente, Martín Vizcarra, es, por decir lo menos, clamoroso. Con el presidente cuestionado, se ataca al vicepresidente y se profundiza el vacío y la incertidumbre.

En Lampadia hemos opinado que la vacancia es algo que debiera evitarse por traumática y riesgosa. Pero tenemos que reconocer, que como dice Juan de la Puente en una reciente entrevista: “Ya se ha producido una vacancia simbólica en la mente de la gente”. Para la salida de un presidente gravemente cuestionado y debilitado, como es el caso de PPK, sería mucho mejor la renuncia. Pero parece que, por todos los lados, se llevarán las cosas a los extremos.    

La gran debilidad histórica de nuestra sociedad, es la debilidad de nuestra clase dirigente. Algo que denunciaron, Víctor Andrés Belaunde Diez Canseco y Jorge Basadre. En general nuestras elites siempre han estado ausentes, carentes de visión, compromiso cívico y de fallas de liderazgo.

Hoy no hay liderazgo, los políticos se atacan entre sí, la economía está parada, el desprestigio de las instituciones del Estado ha llagado a niveles absurdamente peligrosos, y los ciudadanos están perdiendo su esperanza de un futuro mejor. Pareciera que las cosas ya no pueden empeorar, pero si quienes están en el escenario político, no rescatan mayor cordura, podríamos tener aún mayores costos.

Pero también, este debiera ser el momento en que deben ponerse de pie nuestros mejores ciudadanos, aquellos que están en las reservas, y que pueden compartir sus pensamientos y su visión, para no perder de mira las grandes posibilidades de desarrollo del Perú. Como hemos dicho varias veces, ‘el Perú es infinito’. No nos dejemos amilanar.

Líneas abajo, presentamos el artículo de Martin Wolf, que nos muestra el daño que pueden hacer las malas élites.

Es hora de salir al frente y rescatar nuestros caminos a la prosperidad.  Lampadia

Las élites fallidas amenazan nuestro futuro

No se puede confiar en líderes mediocres y ricamente recompensados cuando las cosas van mal

Martin Wolf
Financial Times
14 de enero, 2014
Traducido y glosado por Lampadia

En el 2014, los europeos conmemoraron el cien aniversario del inicio de la Primera Guerra Mundial. Esta calamidad dio inicio a tres décadas de barbarie y estupidez, y a la destrucción de la mayoría de los aspectos positivos de la civilización europea de principios del siglo XX. Al final, como Churchill predijo en junio de 1940, “el Nuevo Mundo, con todo su poder y fuerza”, tenía que intervenir “para rescatar y liberar al antiguo”.

Los fracasos de las élites políticas, económicas e intelectuales de Europa crearon el desastre que afligió a sus pueblos entre 1914 y 1945. Su ignorancia y prejuicios permitieron la catástrofe: las ideas falsas y los valores equivocados intervinieron. Estos incluían la creencia atávica, no solo de que los imperios eran magníficos y rentables, sino también de que la guerra era algo glorioso y controlable. Era como si una voluntad de suicidio colectivo se habría apoderado de los líderes de las grandes naciones.

Las sociedades complejas dependen de sus élites para guiarlas, y, aunque los resultados no son necesariamente siempre perfectos, por lo menos no serán grotescamente malos. Cuando las élites fracasan, es probable que colapse el orden político, como les sucedió a las potencias derrotadas después de la Primera Guerra Mundial. Los imperios rusos, alemanes y austriacos se desvanecieron, y dieron paso a sucesores débiles y después al despotismo. La Primera Guerra Mundial también destruyó los cimientos de la economía del siglo XIX: el libre comercio y el patrón oro. Los intentos por restaurarlos produjeron más caídas de las élites, esta vez de la estadounidense y de la europea. La Gran Depresión contribuyó en gran parte en la creación de las condiciones políticas que dieron como fruto la Segunda Guerra Mundial. La Guerra Fría, el conflicto de las democracias con una dictadura engendrada por la Primera Guerra Mundial, siguió.

Resultados terribles como consecuencia de los fracasos de las élites no son sorprendentes. Existe un acuerdo implícito entre las élites y el pueblo: los primeros obtienen los privilegios y prebendas del poder y la propiedad; los segundos, a cambio, obtienen seguridad y, en los tiempos modernos, un cierto grado de prosperidad. Si las élites fracasan, se exponen a su reemplazo. La sustitución de las élites fracasadas es siempre muy tensa. Pero en una democracia, la sustitución de las élites políticas, al menos, es un proceso rápido y limpio. En un entorno despótico, por lo general será lento y casi siempre sangriento.

Esto no es solo historia. Sigue siendo cierto hoy en día. Si buscamos las lecciones que dejó la Primera Guerra Mundial para nuestro mundo, las encontramos no en la Europa contemporánea, sino en el Oriente Medio, en las fronteras de India y Pakistán, y en las tóxicas relaciones entre una China creciente y sus vecinos. Existen las posibilidades de un error de cálculo letal en todos estos casos a pesar de que las ideologías del militarismo y del imperialismo son, afortunadamente, mucho menos prevalentes de lo que fueron hace un siglo. Hoy en día, los Estados poderosos aceptan la idea de que la paz es más conducente a la prosperidad que los botines ilusorios que deja la guerra. Sin embargo, esto no significa, por desgracia, que el Occidente es inmune a los fallos de sus élites. Por el contrario, vive con ellos. Pero sus fracasos son de una paz mal administrada, no la guerra.

Aquí hay tres fallas visibles.

En primer lugar, las élites económicas, financieras, intelectuales y políticas no comprendieron las consecuencias de la liberalización financiera en general. Arrulladas por fantasías de mercados financieros auto-estabilizantes, no solo permitieron, sino que estimularon una apuesta enorme y, para el sector financiero, sumamente rentable, por la expansión de la deuda. La élite diseñadora de políticas no valoró los incentivos que operaban y, sobre todo, los riesgos de un colapso sistémico. Cuando sucedieron, los frutos de esa ruptura fueron desastrosos en varias dimensiones: las economías se derrumbaron, el desempleo saltó y la deuda pública explotó. La élite hacedora de políticas públicas fue desacreditada por su fracaso en la prevención de desastres. La élite financiera fue desacreditada al necesitar ser rescatada. La élite política fue desacreditada por su voluntad de financiar el rescate. La élite intelectual (los economistas) fue desacreditada por no prever la crisis o ponerse de acuerdo con respecto a lo que debía hacerse cuando sucedió. El rescate era necesario. Pero la creencia de que las clases poderosas sacrificaron a los contribuyentes para ayudar los intereses de los culpables es correcta.

En segundo lugar, en las últimas tres décadas hemos visto el surgimiento de una élite económica y financiera global. Sus miembros se han separado cada vez más de los países que los vieron surgir. En el proceso, el pegamento que une a toda democracia (la noción de ciudadanía) se ha debilitado. La estrecha distribución de los beneficios del crecimiento económico aumenta en gran medida ese fenómeno. Esto, entonces, es cada vez más una plutocracia. Un cierto grado de la plutocracia es inevitable en las democracias construidas, como debe ser, sobre una economía de mercado. Pero siempre es una cuestión de grados. Si el pueblo ve su élite económica tan ricamente recompensada por un desempeño mediocre e interesada solo en sí misma, y esperando el rescate cuando las cosas le salen mal, los lazos se cortan. Podríamos encontrarnos justamente en el comienzo de esta decadencia a largo plazo.

En tercer lugar, al crear el euro, los europeos llevaron su proyecto más allá de lo práctico a algo mucho más importante para la gente: el destino de su dinero. Nada era más probable que las fricciones entre los europeos sobre cómo su dinero se estaba gestionando de manera adecuada o inadecuada. La probablemente inevitable crisis financiera ha dado ahora lugar a una serie de problemas aún no resueltos. Las dificultades económicas de las economías afectadas por la crisis son evidentes: grandes recesiones, una extraordinariamente alta tasa de desempleo, la emigración masiva y el sobreendeudamiento pesado. Todo esto es del saber general. Sin embargo, es el desorden constitucional de la Eurozona lo que menos se resalta. Dentro de la Eurozona, el poder se concentra en manos de los gobiernos de los países acreedores, principalmente Alemania, y de un trío de las burocracias no electas: la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Los pueblos de los países afectados negativamente no tienen ninguna influencia sobre ellos, y tampoco la tienen sus representantes políticos. Este divorcio entre la responsabilidad y el poder afecta directamente el seno de cualquier noción de gobernabilidad democrática. La crisis de la Eurozona no es solo económica. También es constitucional.

Ninguna de estas fallas coincide en modo alguno con las locuras de 1914. Pero son lo suficientemente grandes como para provocar dudas acerca de nuestras élites. El resultado es el nacimiento de un populismo iracundo por todo Occidente, sobre todo el populismo xenófobo de la derecha. Si las élites continúan decepcionando, veremos el surgimiento del populismo rabioso. Las élites tienen que hacer un mejor trabajo. Si no lo hacen, la rabia podría abrumarnos a todos. Lampadia




Evaluemos el turismo con los indicadores relevantes

En 2017, la industria del turismo continúa haciendo una verdadera diferencia en la vida de millones de personas impulsando el crecimiento, creando empleos, reduciendo la pobreza y fomentando el desarrollo. Con una proyección de 1,800 millones de turistas internacionales para 2030, el Foro Económico Mundial afirma que la industria tiene el potencial de “desempeñar un papel clave en la creación de oportunidades de empleo de alta calidad, actuar como un vehículo para proteger y restaurar la biodiversidad de nuestro planeta y ayudar a construir puentes entre las personas y las culturas”.

El reciente reporte titulado Índice de Competitividad de Viajes y Turismo del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) muestra que para cada 30 nuevos turistas en un destino se crea un nuevo trabajo y actualmente representa 1 de cada 10 empleos a nivel global. Además, la industria turística movió US$7,400 millones en el mundo y creó 292 millones de puestos de trabajo en 2016.

En el informe, los países son clasificados de acuerdo con los pilares del Índice de Competitividad en Viajes y Turismo (TTCI), con una calificación de 1 a 7, la cual refleja el desempeño de cada país para cada subíndice específico. La nota 7 es la máxima calificación posible. El Índice está compuesto por 14 variables (pilares) agrupadas en cuatro subíndices: entorno, condiciones de la política turística, infraestructura y dotación de recursos naturales y culturales. 

Este modelo analítico permite juzgar con objetividad y sin romanticismo, los determinantes del éxito en la industria del turismo.

En este ranking, España ha sido calificada como el país líder en competitividad de viajes y turismo por segundo año consecutivo, seguido por Francia y Alemania. “Los tres líderes del ranking han asegurado sus posiciones gracias a sus recursos naturales y culturales de clase mundial y sus sobresalientes infraestructuras y servicios de alojamiento”, especifica el informe.

A medida que la industria continúa creciendo, cada vez hay más turismo procedente de países emergentes. Mientras que, históricamente, la mayoría de los viajes eran de Norte a Norte, esta realidad está cambiando. Se espera que los viajes de África, América Latina y Asia-Pacífico crezcan exponencialmente en la próxima década.

De hecho, desde la crisis financiera mundial, los gastos de turismo de los países en desarrollo han crecido más rápido que el de los gastos de las economías avanzadas, tendencia que seguirá en los próximos años. Los mercados emergentes y en desarrollo no sólo se están convirtiendo en mercados más grandes, sino que también están mejorando su competitividad para posicionarse como destinos más atractivos para el desarrollo del turismo.

El informe revela que varias economías emergentes han mejorado significativamente su puntaje de rendimiento en comparación con los resultados del año anterior. De hecho, 12 de los 15 países que más han mejorado son países en desarrollo y emergentes. Entre ellos figura el Perú, en la posición 11.

Perú, además, figura en la lista de los diez países más competitivos en turismo en América Latina. Los diez principales destinos turísticos en la región son: México, Brasil, Panamá, Costa Rica, Chile, Argentina, Perú, Ecuador, Barbados, y Colombia. De acuerdo al ranking, nuestro país ocupa el puesto siete de 18 países de este grupo y se ubica en el puesto 51 a nivel mundial, resultado que refleja un avance de siete posiciones, respecto al estudio anterior del 2015, en el que se ubicó en el puesto 58 (luego de haber escalado 15 lugares con respecto al 2013). Pero no nos entusiasmemos con estas cifras, pues, para variar, están muy lejos de nuestro potencial.

Fuente: El viajar es un placer

Veamos: El informe precisa que el Perú recibe alrededor de 3.5 millones de turistas internacionales (un número que representa solo el 0.17% del turismo global), que generan divisas por US$ 3,319 millones con un gasto promedio por viajero de US$ 960. Entre el 2002 y el 2014 hemos triplicado las visitas internacionales llegando a 3.2 millones. En la misma línea, los ingresos por divisas del turismo también se triplicaron, pasando de US$ 1,270 millones en el 2002 a unos US$ 3,800 millones en el 2014.

Fuente: Queverenz.com

Según la mencionada investigación, la mayoría de naciones latinoamericanas confían en sus recursos naturales y la buena hospitalidad para atraer a los turistas. También cuentan con políticas de visas internacionales muy abiertas (algo en lo que el Perú se puso al día recientemente). Además, refiere que Latinoamérica es una de las macro-regiones más “amigables” para el turismo internacional y la segunda que más ha mejorado desde la última edición del informe, detrás de la región Asia-Pacífico.

Fuente: Super Blog

A pesar de los avances del Perú en los distintos pilares, le queda mucho por mejorar:

Los pilares más destacados

El Perú solo destaca en recursos naturales y culturales, ubicándose en la posición 4 y 24 del mundo, respectivamente.

Además, registra posiciones medias en apertura internacional (puesto 12), infraestructura de servicios turísticos (45), recursos humanos y mercado de trabajo (62) y priorización de viajes y turismo (69).

Los pilares más débiles

Por el contrario, en el ranking, nuestro país no tiene buenas calificaciones en temas como infraestructuras. Según el WEF, nos encontramos en el puesto 109 en Infraestructura terrestre y portuaria y 73 en Infraestructura aérea.

Además obtenemos bajos resultados en el pilar de precios competitivos (puesto 127), infraestructura portuaria y terrestre (109), seguridad (108), salud e higiene (91), ambiente de negocios (83) y sostenibilidad ambiental (73).

Estos indicadores establecen una notoria brecha entre nuestro potencial y nuestra performance actual. Es evidente que no es suficiente tener atractivos naturales y culturales para hacer del turismo una actividad exitosa.

Veamos la performance de España, el líder mundial de la industria del turismo

Como puede verse, si comparamos los indicadores del Perú y España, hay una tremenda diferencia en prácticamente, todos los pilares, especialmente en Infraestructuras, Seguridad y Salud e Higiene.

Hacía un sector más desarrollado

El desafío ahora es que el Perú aproveche el crecimiento del turismo y su importante fuente de empleo e ingreso de divisas, además de los beneficios  por el encadenamiento con el resto de la economía que brinda, como la creación de infraestructuras. Según el CEPLAN (2015), el Perú tiene el potencial de captar entre 10 a 15 millones de turistas al año.

Fuente: HuacachinaHostels.com

Para aprovechar esas potencialidades, tenemos que asegurarnos de no seguir con el mono-producto en que se ha convertido Machu Picchu, ni seguir evitando que nuestras riquezas se pongan en valor, inhibiendo el desarrollo de concesiones, APPs y otras formas de colaboración de la inversión privada. Nuestro potencial cubre todas las demandas del turismo global en áreas como naturaleza, aire libre y cultura. Nuestros atractivos incluyen lo arqueológico, cultural, gastronómico, de aventura, vivencial y ecoturismo, entre otros. Ver en Lampadia: El Turismo: Otro potencial desaprovechado.

Fuente: Limitless Duo

El desarrollo del Perú está por debajo de su potencial. El turismo es una de las actividades económicas más atractivas para el desarrollo de los pueblos. Genera mucho empleo directo,  indirecto e inducido. Es fundamentalmente una actividad limpia y ayuda a generar mejores condiciones de vida. Esto se puede apreciar en nuestro destino icónico, el Cusco, el departamento que durante los últimos 15 años es el que más ha crecido, incluso, en algunos momentos, por encima del crecimiento de la China. Hoy el 50% de la población del Cusco es de clase media. Este desarrollo tiene solo dos explicaciones, el turismo y el gas de Camisea.

Fuente: Peru Travel

Para salir de la pobreza necesitamos poner en valor nuestro potencial productivo. Para ello es indispensable que logremos una mejor gobernanza, mayor sentido de pertenencia y compromiso de la población y que recuperemos el crecimiento económico. Para ello se debe dejar de mirar al sector privado como una fuerza de ocupación extranjera. Algo promovido por el gobierno anterior y por todos sus socios de las izquierdas de las ‘ideas muertas’ que lo ayudaron a llegar al gobierno, pero que una vez expulsados del entorno gubernativo, siguieron sembrando mitos y mentiras.

Para contrastar todo esto se necesita un gobierno con visión de desarrollo y valentía para llevar a los ciudadanos, y a los medios, las ideas de la prosperidad, acariciada por tantos países,  que hasta en el turismo, nos superan por varios cuerpos. Lampadia




¿Dónde están los recursos para hacer lo ofrecido?

¿Dónde están los recursos para hacer lo ofrecido?

Hace muchas semanas estamos pensando en escribir sobre lo poco que hemos aprendido de la aritmética básica de la economía. Esto se ha hecho especialmente evidente durante la reciente campaña electoral, tanto en los pliegos interrogatorios de los medios, incluyendo a los periodistas más destacados, como en la boca de los propios candidatos.

“Hay que invertir 6% del PBI en educación”. “Se necesita 3% del PBI en infraestructuras”. “La salud requiere 4% del PBI”. Etc. Etc. Nadie repara que desde un punto de vista proporcional, solo tenemos 100% para gastar. Y los que lo hacen, empiezan a ver donde se puede gastar menos para financiar tal o cual cosa o, lo que es peor, se propone alegremente el uso de nuestras reservas, la posibilidad de recurrir al endeudamiento público y/o al aumento de las tasas nominales de impuestos.

Lo sorprendente, es que nadie repara en el único pozo inmenso en el que podemos encontrar prácticamente todos los recursos que necesitamos: EL CRECIMIENTO DE LA ECONOMÍA. Por ejemplo, si crecemos al 7% anual, duplicaremos el presupuesto del Estado en 10 años, sin tomar en cuenta una mejor recaudación. Así lo hemos hecho con cierta facilidad durante muchos de los últimos años y así lo posibilita nuestro potencial productivo y de mejora de la productividad.

Con un enfoque en el crecimiento como fuente de recursos para aumentar la inversión del Estado, tanto el uso de reservas como el del endeudamiento, cobran relevancia como puentes temporales para superar inflexiones o baches y, hasta para adelantar ciertos procesos de inversión comprometiendo recursos futuros específicos para, por ejemplo, ‘el adelanto social’ vinculado a los proyectos de inversión privados en el desarrollo de recursos naturales. El análisis del uso de los recursos del Estado no puede ser estático, tiene que ser dinámico en el tiempo.

Cuando alguien nos hable de que el Estado haga mayores inversiones en cualquier rubro, debemos pedirle que lo haga desde un enfoque de crecimiento, con la visión de un modelo ‘ganar-ganar’. De lo contrario, estaría pretendiendo que repartamos la ‘torta actual’, distribuir lo que tenemos, establecer decisiones arbitrarias en la asignación de gastos o hacer un mal uso de nuestras reservas y/o capacidad de endeudamiento.     

Como hemos explicado en Lampadia, durante los últimos 20 años nuestra economía ha crecido alto y sostenido. Esto permitió que los ingresos corrientes del Estado crezcan en 46 veces entre 1990 y el 2000 y, 167 veces hasta el 2015

El siguiente artículo de José Carlos Saavedra de Apoyo Consultoría nos permite abordar este tema tan importante aprovechando sus razonamientos y también, demostrando con tanta facilidad en análisis estáticos.

“No hay lonche gratis”

José Carlos Saavedra, Director de análisis macroeconómico de Apoyo Consultoría,

El Comercio, Domingo 26 de junio del 2016

Glosado por Lampadia

 

“El Estado (el sector público) solo dispone de los recursos que recauda a través de impuestos, más aquellos que puede conseguir endeudándose”.

Según una encuesta de Ipsos realizada en abril de este año, la población desearía que el próximo gobierno se concentre en mejorar la educación, la salud y la seguridad ciudadana. 

En línea con eso, Peruanos Por el Kambio ha propuesto incrementar el presupuesto público de educación a 6% del PBI, el de salud a 4% del PBI y el del Ministerio del Interior a 2% del PBI al 2021. Es decir, el plan es incrementar el presupuesto en esos tres rubros, de 8% hasta 12% del PBI en cinco años. Sin duda, esto permitiría financiar mejoras significativas.

Un incremento de 4% del PBI del presupuesto en cinco años, que representa unos US$ 6,900 millones, no es ningún problema si se relaciona con un crecimiento, incluso mediocre, de 4% anual, que daría un incremento acumulado del presupuesto de US$ 7,600 millones. O sea, aún sobraría algo más para otras inversiones. (Estos cálculos se basan en un PBI de US$ 173,000 millones al 2015 y en ingresos del Estado de 20% del PBI).

Si crecemos al 7% anual el incremento acumulado del presupuesto sería de US$ 14,600 millones. 

Para la inversión en educación también debe considerarse el aporte del setor privado, que ya contribuye con 3% del PBI. Lamentablemente, el ministro de educación actual no considera que el sector privado pueda dar aportes valiosos, ni siquiera validando experiencias exitosas que puedan adoptarse en el sector público. Grave error.

Sin embargo, como bien decía el Nobel de Economía Milton Friedman, “no existe tal cosa como un lonche gratis”. Es decir, estas propuestas implican una cuenta que todos deberemos pagar como sociedad. Entonces, cabe preguntarse si el Estado tendrá recursos suficientes para cumplir con las metas mencionadas.

Fijar las metas de gasto público como porcentaje del PBI puede generar confusión sobre la disponibilidad de dinero que realmente tiene el gobierno para gastar. El PBI representa el valor de la producción de toda la economía peruana, que incluye al sector público y al privado.

El Estado (el sector público) solo dispone de los recursos que recauda a través de impuestos, más aquellos que puede conseguir endeudándose. El monto que recauda el Estado Peruano equivale actualmente a solo el 20% del PBI total, un porcentaje bajo cuando se compara con otros países de la región. Este es el tamaño de la torta que el Estado debe asignar a diferentes rubros, como educación, salud, seguridad, infraestructura, programas sociales, justicia, etc.

Muy bueno el análisis de J.C. Saavedra, pero no repara en el crecimiento.  

Sumas y restas

Esta primera aclaración es muy importante, pues la meta de gasto al 2021 mencionada anteriormente (12% del PBI en educación, salud y seguridad) implicaría utilizar 60% de lo recaudado en estos tres rubros.

El restante 40% de los recursos recaudados, u 8% del PBI, debería alcanzar para todo lo demás. Actualmente, ‘todo lo demás’ (que incluye entre otras cosas el gasto en programas sociales, infraestructura de transporte) cuesta 15% del PBI, así que tendría que bajar a poco menos de la mitad. Imposible.

¿Qué quiere decir esto? ¿Qué no se debe gastar más en educación, salud o seguridad? No. Quiere decir que, si realmente queremos que el Estado gaste más en estos rubros, la recaudación como porcentaje del PBI debe aumentar. Al ser gastos permanentes, tienen que financiarse con ingresos permanentes, no con deuda.

El problema en el Perú no es que el gobierno dé poca importancia a estos tres rubros en la distribución del presupuesto, sino que el Estado dispone de recursos limitados. El presupuesto en educación es un ejemplo claro. Cuando este se compara con el de otros países de la región, como porcentaje del PBI es uno de los más bajos (3.7% del PBI). Pero cuando se lo compara como porcentaje del presupuesto (17% del presupuesto), el Perú ya no está en la cola. De hecho, bajo esta medición se puede decir que el Estado peruano gasta en educación una mayor porción de sus recursos que sus contrapartes en Argentina, Brasil, Colombia y Ecuador.

Algunas alternativas

Si realmente se quiere incrementar el presupuesto en educación, salud y seguridad como está planeado, tarde o temprano el nuevo gobierno deberá buscar nuevas fuentes de ingresos fiscales permanentes, y priorizar aquellas que distorsionen menos la economía.

En términos generales, hay tres alternativas: subir tasas impositivas, reducir la evasión tributaria y eliminar algunas exoneraciones. De ellas, reducir la evasión tributaria es la medida políticamente más viable y la manera más sana para incrementar la recaudación permanentemente.

Nuevamente, con una visión estática, pierde la oportunidad de explicar la importancia del crecimiento económico.

Reducir la evasión del IGV y del Impuesto a la Renta que pagan las empresas permitiría financiar buena parte del incremento del presupuesto planeado por el gobierno entrante. Esto requiere un esfuerzo enorme por parte del Estado, en términos de coordinación, fiscalización y focalización. Pero sobre todo, requiere que, como sociedad, estemos dispuestos a pagar la cuenta de las reformas y dejemos de evadir tanto.

Evidentemente, hay que privilegiar el crecimiento como base de la expansión sostenible del gasto y además, considerar una participación adicional del sector privado en el financiamiento de muchas de nuestras necesidades a través de APPs, OXI y otros mecanismos de apoyo.

Esperamos que nuestros trolls no digan ahora que solo hablamos de crecimiento económico. Ya hemos dicho cien veces que este no es el objetivo del desarrollo, pero sí es el medio para lograrlo. Cosa que deberíamos tener muy clara cuando hablemos de la acción del Estado.

Finalmente, queremos enfatizar que el 100% del presupuesto del estado es dinámico en una economía exitosa que crece y hace lo mejor de sí misma para beneficio de todos sus ciudadanos.

Lampadia




El Turismo: Otro potencial desaprovechado

El Turismo: Otro potencial desaprovechado

El turismo viene batiendo récords en el mundo. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), el año pasado 1,184 millones de personas viajaron por placer a otro país. Sin embargo, el Perú sólo atrae a 3.2 millones de visitantes, incluyendo el turismo de fronteras, viajes de negocios y otros. El número de visitantes por placer está más cerca de 2 millones, o sea el 0.17% del turismo global. Otro sector de la economía que está muy por debajo de nuestro potencial, al igual que el minero, energético, forestal y agro exportador

Fuente: CARTUC (Cámara Regional de Turismo del Cusco)

Con todo, en los últimos años hemos venido aumentando la captación de turistas. Entre el 2002 y el 2014 hemos triplicado las visitas internacionales llegando a 3.2 millones. En la misma línea, los ingresos por divisas del turismo también se triplicaron, pasando de US$ 1,270 millones en el 2002 a unos US$ 3,800 millones en el 2014. 

Fuente: CARTUC (Cámara Regional de Turismo del Cusco)

En el mundo, a pesar de los conflictos políticos, desastres naturales, ataques terroristas y crisis económica, el turismo ha crecido espectacularmente desde 1970. Solía ​​ser que sólo los países en desarrollo buscaban activamente las exportaciones (o divisas) del turismo como una estrategia para el desarrollo. Por ejemplo, Japón y Estados Unidos han mostrado históricamente poco interés en atraer turistas. Esto ya no es el caso. Recientemente, ambos han implementado cambios en sus políticas y regulaciones de visado para promover las visitas desde el exterior, crear empleos y estimular sus economías.

En las últimas décadas, el número de turistas ha crecido mucho, más aún en los países en desarrollo. La OMT prevé que el turismo internacional crecerá un 3.3 por ciento por año hasta el 2030 y que el número de llegadas totales llegará a 1,800 millones. Se espera que el crecimiento en los países emergentes sea el doble de rápido que en los más avanzados. 

El desafío ahora es que el Perú aproveche el crecimiento del turismo y su importante fuente de empleo e ingreso de divisas, además de los beneficios  por el encadenamiento con el resto de la economía que brinda, como la creación de infraestructuras. Según el CEPLAN (2015), el Perú tiene el potencial de captar entre 10 a 15 millones de turistas al año.

Para aprovechar esas potencialidades, tenemos que asegurarnos de no seguir con el monoproducto turístico en que se ha convertido Machu Picchu. Nuestro potencial cubre todas las demandas del turismo global en áreas como naturaleza, aire libre y cultura. Nuestros atractivos incluyen lo arqueológico, cultural, gastronómico, de aventura, vivencial y ecoturismo, entre otros.

Fuente: CARTUC (Cámara Regional de Turismo del Cusco)

Solo en lo arqueológico, el Perú tiene una amplia gama de destinos que muestran el impresionante patrimonio heredado de civilizaciones más antiguas que nos dan testimonios de su cultura, arte, costumbres y ritos, así como expresiones del desarrollo de civilizaciones de hace 5,000 años, como Caral y de sofisticadas culturas precolombinas como Chavín, Chimú, Mochica, Paracas, etc., hasta el desarrollo más integral y reciente del Imperio de los Incas y la simbiosis cultural europeo-americana del virreinato.

Geográficamente, existen tres grandes espacios que acogieron a las culturas prehispánicas: el norte fértil, el sur árido y una región intermedia dominada por la costa central del Perú.

En el norte se encuentran los restos Chavín; que tuvieron grandes avances en arquitectura e ingeniería; la civilización Moche, reconocida por su cerámica realista y sus templos piramidales; y la Chimú, cuyo legado más conocido es la ciudadela de Chan Chan. Luego en el centro del país tenemos las líneas de Nazca y a nuestra hermosa capital virreinal, una de las pocas capitales del mundo de cara al mar. Finalmente, en el sur, está Cusco, con el inolvidable Machu Picchu y los impresionantes Sacsayhuaman, Písac y el Koricancha, así como el fabuloso despliegue de Choquequirao. Además, por supuesto, de la fabulosa ciudad del Cusco.

Fuente: CARTUC (Cámara Regional de Turismo del Cusco)

Más allá de nuestro legado histórico, tenemos también un potencial único en ecoturismo. La asombrosa biodiversidad del Perú es razón suficiente para atraer a los amantes de la naturaleza a explorar el interior del país. Los visitantes pueden pasar semanas recorriendo el fascinante desierto costero, la sierra o la selva tropical, todas ellas con una asombrosa diversidad de especies animales y vegetales.

Explorando la reserva Pacaya Samiria

Y no debemos olvidar la gastronomía. Actualmente el turismo gastronómico está en auge y el Perú, como una de las capitales gastronómicas del mundo, tiene mucho que ofrecer. Más de 40,000 restaurantes en todo el país reflejan la diversidad de una nación que ha mezclado sus tradiciones nativas con la culinaria europea, árabe, china, africana y japonesa. El resultado: sabores únicos que convierten a la cocina peruana una de las mejores y más variadas del mundo.

Platos peruanos

También se viene desarrollando el turismo de aventura, ya que nuestra topografía natural la hace muy atractiva. Los picos de las montañas heladas de los Andes atraen excursionistas y escaladores, la costa salvaje del desierto está llena de excelentes olas para los surfistas y, para los más exploradores, tenemos el Amazonas: un vasto bosque tropical y selva llena de monos, guacamayos, peces y muchos otros animales exóticos. También se puede hacer sandboard en un oasis en medio del desierto (Huacachina) y observar cóndores y hasta descender a uno de los cañones más profundos del mundo, en el Cañón del Colca de Arequipa.

Sandboarding en Huacachina

Como en tantas otras actividades productivas y desarollos sociales, de infraestructuras e instituciones, “El Perú es un ‘underperformer'” (un país que todo lo hace por debajo de su potencial). El turismo es una de las actividades económicas más atractivas para el desarrollo de los pueblos. Genera mucho empleo directo e indirecto, es fundamentalmente una actividad limpia y ayuda a generar mejores condiciones de vida. Esto se puede apreciar en nuestro destino icónico, el Cusco, el departamento que durante los últimos 15 años es el que más ha crecido, incluso por encima del crecimiento de la China. Hoy el 50% de la población del Cusco es de clase media. Este desarrollo tiene solo dos explicaciones, el turismo y el gas de Camisea.

Para salir de la pobreza necesitamos poner en valor nuestro potencial productivo. Para ello es indispensable que logremos una mejor gobernanza, mayor sentido de pertenencia y comopromiso de la población y que recuperemos el crecimiento económico (Ver: Tres Caminos al Bienestar General). Lampadia

 




China: Un Gigante cambia de Piel

China: Un Gigante cambia de Piel

China, un gigante social y económicamente, está embarcada en una dramática transformación de sus estructuras sociales y económicas. Su economía está siendo llevada de una impulsada por las exportaciones y la inversión, a otra sustentada en el consumo. Además, China está abocada a una gran reforma de sus empresas públicas y en una campaña de largos brazos contra la corrupción.

Es imposible esperar que cualquiera de los tres procesos se pueda dar sin causar mucho ruido y varias humaredas. Los tres juntos, con mayor razón. Pero parece que la desconfianza y lejanía de occidente con la China, determina que nadie analice los eventos vinculados a esta especie de revolución pacífica en el contexto de su espacio-tiempo.

En el aspecto económico, muchos hablan del desplome de la economía y añoran su crecimiento de dos dígitos, cuando hace poco reclamaban que bajara el ritmo. La verdad es que cambiar los motores de crecimiento de un coloso como la China sin que crujan todas las estructuras es imposible. Más bien es sorprendente lo relativamente armónica que está siendo su transformación.

Hay mucha discusión sobre el verdadero ritmo de crecimiento de China. Carten Holz, profesor de economía de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong, dice que según los deflatores alternativos que puedan usarse, el crecimiento real promedio entre 1978 y el 2011 habría estado entre 9.1 y 11%, comparado con el dato oficial de 9.8%, lo que deja las cifras oficiales como el mejor estimado.

Por su lado Harry Wu, profesor de economía de la Universidad de Hitotsubashi en Tokio, encuentra que entre 1978 y 2014, el crecimiento real habría sido 2.5% menor al estimado oficial. Ver el siguiente cuadro: 

Después de más de treinta años de crecimiento de dos dígitos, China apunta ahora a un crecimiento de 7%. Esto ha redundado en una depresión de los precios de los commodities, por ejemplo, el del cobre, ya que China consume el 48% de la producción global de este mineral. Ver en el siguiente cuadro los consumos de commodities de China:

Sin embargo es importante ver el crecimiento de China desde la perspectiva peruana. Ver en el siguiente cuadro la relación del crecimiento chino vis-à-vis el tamaño de la economía del Perú:

Como puede verse, desde el punto de vista del Perú, un crecimiento de 7% de China nos da mucho espacio para mantener nuestra presencia en su mercado sin afectar los volúmenes de nuestras exportaciones.

Según Li Keqiang, primer ministro chino: “La economía china está creciendo a un ritmo ‘razonable’ y, pese a la creciente presión, el gobierno puede manejar bien los riesgos que enfrenta el país”. Li “defendió los esfuerzos de China por capear un volátil periodo desde mediados de junio, cuando el mercado bursátil se desplomó. (…) Los recientes recortes en el ratio de reservas, las tasas de interés, los impuestos y las medidas que apuntan a estabilizar el mercado ya están dando resultados. (…) China promulgaría más regulaciones macro receptivas y específicas para contrarrestar la presión económica bajista, una reforma sólida y esfuerzos de innovación para energizar al mercado”. (Expreso, 31 de agosto). Es claro que el gobierno chino está encima de todos los detalles y su capacidad de gestión es encomiable, como puede apreciarse de la siguiente ilustración de Reuters:

Otro problema de China es la calidad, solvencia y nivel de endeudamiento de sus empresas públicas. Estas se han multiplicado, prácticamente sin controles en varios miles. Pocas de ellas tiene gobiernos corporativos del nivel de las mejores empresas occidentales y muchas adolecen de grandes falencias que solo han podido soslayarse por el acelerado ritmo de crecimiento de todos los componentes de su economía.

La reforma de este sector público, que emplea cerca de 30 millones de personas y acumula activos por unos 15,000 millones de dólares, estaba prometida desde hace dos años y es, según los analistas, una de las más necesarias para permitir la transición de la economía china a un modelo sostenible. (…) Zhang Xiwu, vicepresidente de la Comisión para la Supervisión de Activos Estatales, informó que se crearán las condiciones para que las empresas estatales participen en el mercado como actores independientes en igualdad de condiciones”. (La República, 15 de setiembre).

“Una tarea complicada. En todo el país existen unas 155,000 empresas de propiedad pública, aunque la mayoría dependen de los gobiernos locales”. (El País de España, 15 de setiembre).

En cuanto a la lucha contra la corrupción, también se está dando un proceso muy serio. Ver en los siguientes párrafos un despacho de Sputnik Mundo:

China detuvo a cientos de funcionarios corruptos de forma diaria durante el año pasado, según el Documento Azul de la Academia China de Ciencias Sociales.

Unos 80 oficiales de nivel provincial y 30 altos cargos militares fueron investigados en 2014, lo que lo convierte en el año donde la campaña contra la corrupción alcanzó su nivel más alto, según el Diario del Pueblo.

El documento también subraya los éxitos contra los llamados “oficiales desnudos”, aquellos que han enviado a su familia al exterior.

Los familiares de más de 3.200 de funcionarios en esas circunstancias han visto cómo sus pasaportes chinos eran cancelados, mientras la tercera parte de oficiales han sido despedidos al oponerse a esa posibilidad.

El diario también recuerda que China ha establecido redes internacionales contra la corrupción a lo largo del continente con la declaración firmada en Pekín durante la pasada reunión de APEC (Cooperación Económica de Asia Pacífico) y en la cumbre G20.

Esos nuevos acuerdos han permitido que 680 fugitivos económicos fueran apresados durante los seis meses que duró la campaña “caza del zorro” con la que Pekín pretendía traer de vuelta a los funcionarios corruptos y recuperar lo robado”.

China ejecuta a magnate de la minería por corrupción y homicidio

China es el país donde más ejecuciones se hacen, más que las realizadas en todo el resto del mundo, la mayoría por actos de corrupción. Ver el siguiente cuadro: 

ZAICHINA.net – Noticias de verdad desde China

En conclusión tenemos que reconocer que China está en medio de una gran transformación en la dirección correcta de los acontecimientos. La turbulencia y las humaredas son lo menos que podemos esperar. Lampadia