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El Perú desbarajusta su sistema de pensiones

El Perú desbarajusta su sistema de pensiones

En el Perú se está jugando con muchas políticas públicas como si fueran las reglas de los festejos de carnaval del próximo año. Lo peor es que este comportamiento disfuncional de muchos miembros de las distintas instancias de gobierno son el pan de cada día. En los últimos días hemos entrado con todo a la feria quinquenal de populismo e irresponsabilidad que acompañan a nuestros procesos electorales.

Una de las políticas públicas que ha caído en esta perversión es la de las pensiones de jubilación. Empezó con la reforma del ex Ministro de Economía y Finanzas, Miguel Castilla que se hizo a puertas cerradas, sin haber involucrado a los afiliados a los sistemas de pensiones, error que compartió el gremio empresarial.

Luego enfrentamos el papelón del intento de afiliación de los independientes y su desastroso manejo.

Y finalmente, ya en el ciclo electoral, la Comisión de Economía del Congreso sacó su proyecto para desnaturalizar el sistema privado. Ver en Lampadia: Réquiem por las pensiones decentes y seguras.

En contraste con este triste cuadro, veremos en el siguiente reporte del Financial Times, como se analizan, evalúan y debaten las normas de pensiones en el Reino Unido. Envidia sana.

Compartimos la invocación de Elmer Cuba (Pensiones en Debate), “Como se trata del bienestar de millones de familias, el tema debe discutirse ampliamente entre diversos actores y sacarlo de la discusión electoral. El ejecutivo puede convocar una comisión de reforma y entregar las primeras conclusiones al gobierno entrante. Ojalá el Congreso no destruya las pensiones”.¡OJALÁ! Lampadia

¿De qué manera se compara la provisión de pensiones del Reino Unido con el resto del mundo?

Por Josephine Cumbo, Corresponsal de pensiones.
Publicado por Financial Times el 23 de junio de 2015. Traducido y glosado por Lampadia

 

Dinamarca: El mejor sistema de pensiones del mundo

 

¿Qué tienen en común Chile, Finlandia, Australia, Dinamarca y Holanda?

La respuesta es que se considera que todos estos países tienen mejores sistemas de pensiones que el del Reino Unido.

Un reciente estudio que compara 25 sistemas de jubilación internacionales colocó al Reino Unido (RU) en noveno lugar – una mejora respecto a años anteriores, pero todavía muy por debajo de Dinamarca, el mejor sistema del mundo.

¿Cuáles son las mejores y peores características de los otros sistemas globales y qué puede aprender el Reino Unido de ellos?

Las mejores características:

 

En 2014, el estudio publicado por Melbourne Mercer y el Centro Australiano de Estudios Financieros, encontró que un puñado de países se fue alejando del grupo en cuanto a la adecuación, la sostenibilidad y la integridad de sus sistemas de pensiones.

Dinamarca fue el único país de los 25 analizados que obtuvo una calificación “A” debido a su sistema de pensionesbien financiado que además cuenta con buena cobertura, alto nivel de activos y contribuciones.También se resaltó la provisión de prestaciones adecuadas y un sistema privado de pensiones con las normas bien desarrolladas.

La encuesta, que examinó los sistemas de pensiones que cubren al 58 % de la población mundial, clasificó en segundo lugar a los australianos y a los holandeses con una calificación de “B+”, lo que significa que sus sistemas tienen una estructura sólida, con muchas buenas características, pero podrían mejorarse.

Los australianos no sólo son conocidos por su clima soleado, sino también por su “sistema de jubilación” obligatorio, el cual exige a los empleadores quepaguen un 9.5% del salario de sus  empleados en un “súper depósito”.

Una de las características es la “Age Pension”, para la cual la elegibilidad está sujeta a una prueba de activos. Además, los empleados pueden aumentar sus “súperdepósitos” con contribuciones voluntarias.

“Australia es claramente un país que hace bien algunas cosas”, dice Joanne Segars, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Fondos de Pensiones, que representa a los planes de pensiones laborales en el Reino Unido.”Hay cosas que podemos aprender de Australia, por ejemplo, sobre lasdefiniciones de las inversiones de los fondos de contribuciones.”

Los holandeses tienen una “tarifa plana” de pensiones públicas, clasificada entre los mejores sistemas a nivel mundial en términos de generosidad, pero también es fuerte en la provisión de pensiones en el lugar de trabajo.

Una característica común es que estos países también obtuvieron un buen puntaje en la clasificación de ‘adecuación’, que tiene en cuenta la pensión básica proporcionada a los más pobres. En esta medida, Dinamarca fue calificada con más de 35% de adecuación y Australia alrededor de 28%, mientras que el Reino Unido y los Estados Unidos fueron menos de 20%.

Para ser sostenible, Mercer considera que un país debe tener por lo menos 70% de la población económicamente activa (PEA) como afiliados de los planes de pensión privados. Chile, Dinamarca, Holanda y Suecia tienen más del 75% de cobertura, mientras que Australia tiene poco menos del 70%.

En 2014, el Reino Unido ocupó el penúltimo puesto de los 25 países en sostenibilidad, solamente por delante de los EE.UU., pero esto fue antes de que las nuevas medidas para mejorar las pensiones de las empresas entraran en vigor.

Fortalezas y debilidades del Reino Unido

El RU ha tenido grandes avances en los últimos años para mejorar los puntos débiles de su sistema de pensiones.

La pensión estatal, dela cual dependen gran parte de los pobres para mantenerse por encima de la línea de pobreza una vez jubilados, será sustituida por una pensión estatal más simple a partir de 2016.

La cobertura también ha aumentado significativamente, con más de 5 millones de inscritos automáticamente en un ahorro previsional desde 2012.”Uno de los puntos fuertes del sistema del Reino Unido es la inscripción automática, que ha sido un gran éxito, con millones matriculados en las pensiones de sus locales de trabajo, pero tenemos un largo camino por recorrer con esta política”, añade Segars.

Malcolm McLean, consultor sénior de Barnett Waddingham, cree que una de las principales ventajas del sistema del Reino Unido son los niveles de ahorro previsionales comparativamente más altos. La cantidad de dinero invertido en los planes de pensiones privados “solía, y posiblemente aún lo sea, ser mayor que lo invertido en el conjunto de Europa occidental”, dice.

Desafíos para el Reino Unido

David Knox, quien escribió el informe de Mercer, dice que la inscripción automática “mejorará” el sistema del RU, ya que aumentará la cobertura y esto significará más contribuciones al  sistema para más personas y proporcionará mejores prestaciones y una mayor sostenibilidad.

Sin embargo, advirtió que las reformas del 2015, en las que se les permite a millones de ahorradores de pensiones una plena libertad de gastar sus ahorros como deseen, sin necesidad de comprar una anualidad, podrían socavar los esfuerzos para mejorar la adecuación.

“Podemos aprender de la inversión de fondos de contribución definida de Australia”

– Joanne Segars, Asociación Nacional de Fondos de Pensiones:

“Es demasiado pronto para decir cuáles serán los resultados reales [de las reformas en el Reino Unido] pero me gustaría señalar que los jubilados necesitan cierta flexibilidad en el uso de sus recursos financieros, aunque los jubilados también necesitan cierta protección para su longevidad [que las anualidades sí ofrecen],” dice Knox.

“Se espera que el mercado tenga innovaciones que desarrollen una gama más amplia de productos adecuados para satisfacer las necesidades de los jubilados”.

McLean cree que la “creciente complejidad” de sistema privado de pensiones del Reino Unido es una debilidad.

“El Reino Unido podría aprender de las reformas en otros países; los suecos, por ejemplo, están escalando la edad de jubilación con las estadísticas nacionales de longevidad, por lo que nadie tendría derecho a más de 15 o 20 años de pensión “, añade.

“Pero no todas las cosas están cambiando para mejor en otros países y muchos están bastante  peor que nosotros.”L

 

El truco para una pensión sólida
Financial Times World

Video publicado por Financial Times el 24 de noviembre de 2015.
Transcrito, traducido y glosado por Lampadia

Periodista: ¿Ya sabes cuánto necesitas ahorrar para tener una jubilación decente?

Hombre 1: No tengo ni idea.

Hombre 2: No, en realidad, no estoy del todo seguro.

Hombre 3: No estoy seguro. No he hecho ningún cálculo al respecto.

Hombre 4: Bueno, si te digo que necesitas ahorrar al menos 200,000 libras esterlinas… ¿crees que podrías hacerlo?

Mujer1: Uhh… no.

Hombre 5: Da un poco de miedo.

Mujer2: Uhh….

Periodista: Los jóvenes no están planificando su futuro. No es una gran sorpresa.

Las pensiones del Reino Unido están sufriendo tal conmoción que resulta bastante complicada y confusa para aquellos que recién están planeando su jubilación. Las reglas de pensiones laborales están cambiando. Lo que deben hacer con su pensión cuando se jubilen y todo lo que hay que decidir antes de llegar a los SIBs (Bonos de Impacto Social) y SSAS (Esquema Auto Administrado) y toda la gama de las pensiones personales disponibles.

 Y qué decir de lo confuso que debe ser para los que recién van a entrar a la fuerza de trabajo o simplemente recién están empezado sus carreras. Podría decirse que este es el momento de sus vidas en el que podrían hacer la mayor diferencia en sus futuras pensiones.

Así que, ¿cómo se descompone? La mayoría de la gente en el Reino Unido afirma que les gustaría recibir alrededor de dos tercios de su salario final cuando se jubilen. Ahora, si el salario medio en el Reino Unido es de 25,000 libras; entonces, eso significa unas 17,000 mil libras. Al jubilarse, 7,000 libras de ese monto son entregados por el Estado, dejando un déficit de 10,000 mil libras.

Alistair McQueen:Para entregar un ingreso, un ingreso privado, de 10,000 libras al año, lo que necesita un fondo de pensiones es alrededor de 200,000 mil libras, y eso es mucho dinero. Pero, cuanto antes se empiece, más fácil será lograrlo.

Pongamos un ejemplo. Si tienes 20 años hoy y gastas dos libras en una taza de café… si sacrificas el café y ahorras esas dos libras en tu pensión, y tu empleador aporta ese mismo monto (que probablemente va a pasar), luego de aportar esas dos libras y dos libras más de tu empleador, podrás construir una masa increíblemente grande, cerca de 200,000 libras para el momento en que te jubiles.

Periodista: ¿Pensiones o café?

Hombre: Café, sin siquiera pensarlo.

Mujer: Vaya… Creo que definitivamente se debería incentivar.

Hombre: Sí… bueno, sí. Pero me gusta el café.

Periodista: Los jóvenes de hoy vivirán más tiempo y tendrán jubilaciones más largas que sus padres. Algunos veinte o treinta años más de la edad normal de jubilación. Ellos tendrían que ahorrar más que cualquier otra generación y el potencial de que esto cause problemas parece grave.

El Ministro de Pensiones, Ros Altmann, dice que el sector privado debería estar haciendo más para involucrar a los jóvenes.

Ros Altmann: La oportunidad para la industria está ahí. El gobierno les está entregando millones de clientes en un plato servido, para su inscripción. Están empezando a ahorrar una pensión. Si podemos hacer que esto sea atractivo para ellos, si podemos ayudar a la gente a no tenerle miedo, entonces creo que vamos a estar en un mejor camino para que las personas cuiden de sí mismos y confíen en la industria. Para darles buenos productos y buenos servicios que van a querer utilizar.

Periodista: Pero ¿qué pasa con el rol del gobierno? ¿Se está haciendo lo suficiente para crear conciencia y educar a la gente desde una edad temprana?

Mujer: No siento como si hubiera tenido acceso a una enorme cantidad de información o no se siente como si estuviera muy bien educadasobre las pensiones. Sentí como que yo tuve que hacer mi propia investigaciónpor mí misma. En parte hablé con mis padres y traté de entender por mi cuenta lo que significaba todo. Quiero decir… cuando era más joven, me costó entender palabras como hipotecas y planes de pensiones y lo que significaban para mí. Siento que esto debería estar sucediendo en una edad más temprana, en realidad. Al mismo tiempo que uno empieza a entender lo que es un salario.

Ros Altmann: La educación financiera es realmente importante y, de hecho, ya se puso la educación financiera en el currículo nacional en las escuelas. El gobierno está haciendo mucho en este momento en términos de tratar de crear conciencia sobre el valor del ahorro previsional. El hecho de que de forma automática se incluya a las personas en una pensión en el trabajo y que también se les permita a las personas tener la libertad y la elección para decidir qué hacer con su pensión en el futuro. Y estas cosas son parte fundamental de ayudar a las personas a que quieran y tomen responsabilidad de su propia planificación financiera.

Periodista: Una encuesta reciente de la Oficina Nacional de Estadísticas mostró que el 50 % de las personas luchan para empezar a ahorrar para su pensión. Ya sea porque están desempleados, son estudiantes o simplemente no tienen dinero. El esquema de matriculación automática del gobierno todavía tiene dos años por delante antes de que esté completamente desplegado, pero el riesgo es que las personas no sepan cuánto necesitan ahorrar, entonces el Reino Unido se enfrenta a una generación de pensionistas que dependerá de un estado que no pueden solventarlos. 

Hugo Greenhagh
Financial Times
Londres
. L

 




Tres hurras por Escocia

Tres hurras por Escocia

Por Mario Vargas Llosa

(La República, 21 de Septiembre del 2014)

Me pasé casi toda la noche entre el 18 y el 19 de septiembre prendido del televisor y, raspando las seis de la mañana, cuando la BBC pronosticó que el “no” a la independencia ganaría el referéndum por más del 10% de los votos, me puse de pie y, en la soledad de mi escritorio, lancé tres estentóreas hurras por Escocia.

Viví muchos años en Gran Bretaña, que me sigue pareciendo el país más civilizado y democrático del mundo, y estaba convencido de que la desaparición de esa nación de cuatro naciones que es el Reino Unido hubiera sido una catástrofe no sólo para Inglaterra y para Escocia, sino para Europa, donde aquella secesión hubiera alentado los movimientos separatistas e independentistas que pululan por toda la geografía europea –en España, Italia, Bélgica, Francia, Polonia, Letonia y varios más– y que, de prevalecer, darían un golpe de muerte a la Unión Europea y retrocederían al continente que inventó los derechos humanos, la democracia y la libertad a la prehistoria de las tribus, las fronteras y el ensimismamiento cultural. La sensatez con que han votado los escoceses en este referéndum debería servir para contrarrestar en algo esa movilización irracional que, en el siglo de la globalización y la lenta desaparición de las fronteras, se empeña en desandar la historia y enjaular a los ciudadanos en prisiones artificialmente fabricadas por el victimismo, la falsificación histórica, la demagogia y el fanatismo ideológico.

Se pensaba que, como en esta consulta votaban por primera vez los jóvenes de 16 años, y los adolescentes suelen ser proclives a la novedad y la aventura, el independentismo atraería mucho voto juvenil. No ha sido así; los sondeos son bastante explícitos: en casi todas las edades la inclinación por una y otra opción ha sido muy semejante, lo que significa que el realismo y su contrario –la sensatez y la insensatez- están parejamente repartidos en el mundo de los filósofos que trajeron la Ilustración a la tierra de Shakespeare. La voluntaria integración de Escocia en Gran Bretaña hace más de tres siglos no la ha privado de fuego creativo propio –intelectual y artístico– y su contribución en este campo a la cultura de lengua inglesa ha sido enorme. Y sin duda lo será más todavía ahora que, como resultado de esta confrontación electoral, gane mayor autonomía y manejo de sus propios recursos (aunque, digamos de paso, lejos todavía de los que disponen en España las regiones y culturas locales).

He estado varias veces en Escocia, pero la que recuerdo con mayor gratitud y nostalgia, fue la del año 1986, cuando recibí la más original invitación que pueda recibir un escritor. El Scottish Arts Council me proponía un Fellowship, creado en homenaje a Neil M. Gunn, que me obligaba a dar dos charlas, una en Glasgow y otra en Edimburgo, y algunas entrevistas. Pero luego, el mes siguiente, me alquilaron un coche y me dejaron solo por cuatro semanas, vagabundeando por las tierras altas (Highlands), islas y aldeas pesqueras, bosques, castillos, albergues que parecían fuera del tiempo y de la historia, encajados en la literatura y la fantasía más febril, un mes que me pasé leyendo las novelas del simpático Neil M. Gunn, como The Silver Darlings y The Silver Bough, que me recordaban mucho la literatura regionalista latinoamericana, en la que el paisaje estaba a veces más vivo que los seres humanos y cuyas páginas transpiraban una pasión ardiente por las costumbres y ritos ancestrales.

Mi memoria conserva muy fresca esa maravillosa experiencia, sobre todo las pensiones familiares a la orilla de los lagos o en el fondo de los bosques, y sus desayunos opíparos con pescaditos frescos, panes recién horneados y mermeladas hechas por la dueña de casa. Era octubre, el otoño doraba los árboles y las hierbas de las despobladas planicies, y, como al anochecer comenzaba a hacer frío, la matrona de uno de esos albergues me entregó con la llave de la habitación una botella de agua hirviendo para calentar la cama. Nunca había sido muy afecto a los pubs londinenses, pero en esa excursión por la Escocia profunda visité muchos, por la fantástica atmósfera que reinaba en ellos y sus parroquianos que parecían escapados de novelas góticas y que, sentados junto a chisporroteantes chimeneas, fumaban en pipas de mar y se emborrachaban con cerveza ácida o whisky tibio y cantaban canciones en un inglés que parecía (o era) gaélico.

En ese viaje pude visitar, en Edimburgo, la casa natal de Robert Louis Stevenson. Era una casa privada, no un museo,  pero la dueña, una señora muy literaria y muy amable, me la mostró acompañada de mil anécdotas, me invitó una tacita de té con galletitas y, al despedirnos, me puso en la mano un regalo que resultó nada menos que una edición antigua de las poesías completas de Stevenson.

Tuve menos suerte con Adam Smith. Yo quería llevar unas flores a su tumba y la oficina de turismo, en Edimburgo, me aseguró que estaba enterrado en Greyfriars Kirkyard, cementerio en el que reposan toda clase de personalidades eminentes, además de Bobby, un perro famosísimo porque, al parecer, no se apartó ni un solo día, durante catorce años, de la tumba de su dueño. Me pasé toda una mañana buscando la lápida de Adam Smith, y, por supuesto, nunca la encontré, porque los huesos del ilustre pensador (a quien hubiera horrorizado imaginar que la posteridad lo llamaría un “economista”) reposan en realidad en el cementerio de Canongate, junto a la iglesita de la entrada.

Viajé también a Kirkcaldy, donde Adam Smith nació y donde, a lo largo de siete años, junto a su madre, escribió Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones  (1776), un período que recordaría luego como el más feliz de su vida. El trencito que me llevó de Edimburgo a Kirkcaldy serpenteaba a orillas de un mar bravo, pero hacía sol y cuando llegué a su ciudad natal no parecía otoño sino un alegre y luminoso día de verano. Smith era un solterón muy distraído, propenso a ensimismarse, y, alguna vez, una diligencia tuvo que recogerlo en medio del camino porque, absorbido por sus especulaciones intelectuales, se había ido alejando insensiblemente varias millas de la ciudad. Esta visita fue más bien decepcionante, porque la casa de Adam Smith había desaparecido hacía tiempo y sólo quedaba de ella un pedazo de pared con una inscripción alusiva. Y en el museo de Kirkcaldy  –hasta donde recuerdo– sólo encontré del más ilustre nativo de esta ciudad una pipa, una pluma de ganso, unas gafas y un tintero.

Varias veces he vuelto a Escocia desde entonces, al Festival de Edimburgo, por ejemplo, a ver teatro o a hacer lecturas, y a su bella universidad, donde conocí a un gran hispanista, escocés y pelirrojo, con el que hablamos de Tirant lo Blanc, y que, en el curso de una cena, me hizo esta confesión extraordinaria: “Cada vez que explico a Góngora, me pongo cachondo”.

En esta larga noche del referéndum, estos y otros recuerdos se han actualizado en mi memoria, acompañados de un sentimiento de congratulación. Si, seducidos por la simpatía innegable y los argumentos en apariencia inofensivos de Alex Salmond, el Ministro Principal de Escocia y paladín de la independencia, los escoceses hubieran votado por el “sí”, hubieran precipitado una crisis de tremendas consecuencias. Habrían dado un golpe de muerte a Gran Bretaña, reduciendo en poderío e influencia internacional a uno de los países más firmemente comprometidos con la causa de la libertad en el mundo, y atizado de manera decisiva las expectativas soberanistas de galeses y norirlandeses, además, por supuesto, de dar impulso y aliento a quienes, en Cataluña, en el País Vasco, en Flandes, en la fantasiosa Padania, en Córcega, etcétera, aspiran a ser cabezas de ratón y, queriéndolo o no, acabarían con la construcción de la Unión Europea y regresarían a ésta a su pasado fragmentario de rencillas, enconos y guerras sanguinarias. Nada de esto ha sucedido y por eso esta mañana un gran suspiro de alivio ha levantado el ánimo, en toda Europa y buena parte del mundo, a los amantes de la libertad.