1

Obras en proceso… las del estribo

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 5 de octubre de 2018
Para Correo Ica y Lampadia

A poco de finalizar nuestro mandato, vale la pena dar cuenta de las obras que estamos dejando para ser continuadas por el Gobierno Regional entrante.

La Doble Vía entre Ica y Guadalupe es – quizás – la obra más esperada. Los iqueños – hartos de la congestión vehicular – estamos ansiosos por ella. Pero también medio país que tiene que pasar por dicho tramo de la Carretera Panamericana… para llegar a su destino.

El hecho es que – después de mucho batallar – el concurso público para la ejecución de la obra fue convocado el 19 de setiembre pasado. El 25 de octubre se otorgará la buena pro… y – a partir de noviembre – ¡manos a la obra!

La restauración de la Catedral de Ica – también – está en marcha. Gracias a la Fundación Getty – y al Ministerio de Cultura – tenemos el Expediente Técnico del proyecto. Y en los próximos días se convocará el concurso público correspondiente. ¡Ica tendrá su catedral y el templo del Señor de Luren… reconstruidos!

El Estadio Municipal de Pisco está – también – en construcción. Cancha de fútbol de pasto natural, pistas sintéticas para atletismo, 6 mil butacas para espectadores, iluminación para competiciones nocturnas, canchas auxiliares de pasto sintético, camerinos para árbitros y para atletas… ¡los pisqueños están de buenas!

Palpa se lleva la porción más grande de la torta regional. Carretera Viscas – Saramarca. Canal Chantay – Santa Cruz. Canal Gramadal – Palpa – Viscas. Puente Macarencca. ¡Quién dijo que Palpa era la última rueda del coche!

Lamentablemente… los chinchanos se quedaron sin su estadio. Al menos, por ahora. En vez de proponer un recinto de S/. 15 millones – como el de Pisco – diseñaron un estadio de S/. 80 millones… ¡inviable! Felizmente, el tiempo permitió reasignar el presupuesto comprometido para el estadio, a la construcción de reservorios y bosques en la cabecera del río San Juan. Efectivamente… allá arriba están los reservorios y bosques que le están dando a Chincha cada vez más agua en los estiajes.

La Autoridad para la Reconstrucción con Cambios – a través de PROVÍAS – reconstruirá el puente Chamorro. Y – ¡sabe Dios cuándo! – ejecutará el Proyecto de Control de Desbordes e Inundaciones del Río Ica. ¡Paciencia!

Y cierro con Nasca… la misteriosa Nasca. Aparte del puente Aja que montará PROVÍAS en breve, el Instituto Luis Felipe de las Casas Grieve – de Marcona – pasará a mejor vida. Gracias al Grupo Breca, estamos invirtiendo cerca de S/. 30 millones – a través del mecanismo de Obras por Impuestos – para poner al instituto a la vanguardia – a nivel nacional – en materia de educación técnica superior.

Súmese a todo lo anterior, los 4 proyectos de Siembra y Cosecha de Agua – uno por cada cuenca – que estamos ejecutando dentro del marco de la Hermandad del Agua entre Ica y Huancavelica, e Ica y Ayacucho.

Eso… en cuanto a proyectos de inversión pública. Pero la fuerza de Ica está más por el lado privado.

  • Autopista Pisco – Ica.
  • Puerto General San Martín en Pisco.
  • Mina Justa en Nasca.
  • Parque eólico de Marcona.
  • Agua Grande para Ica y Huancavelica.
  • Nuevos proyectos frutícolas.
  • Nuevos hoteles y restaurantes.
  • Nuevos vuelos comerciales a Pisco.
  • Nuevas urbanizaciones y centros comerciales.

¡Ica está embalada! Y que unos cuantos amargados no lo quieran reconocer… ¡ese no es nuestro problema! Lampadia




Las falacias en torno al número de congresistas

Las falacias en torno al número de congresistas

Jaime de Althaus
Para Lampadia

La crítica principal que se ha hecho a la propuesta de establecimiento de la bicameralidad formulada por el Ejecutivo y remitida al Congreso para su discusión y aprobación, es que el número total de congresistas -130- es muy bajo, más aún considerando que habría dos cámaras, dejando a la de diputados con solo 100 representantes. Habría entonces “sub representación” de la población. Para representarla más adecuadamente, se necesitaría un número mayor de congresistas.

En realidad, esta crítica no pasa de ser una creencia, una prenoción, sin una base empírica o científica. El argumento que se da es que, con 130 congresistas, tenemos la relación congresista – población más alta de América Latina. Es decir, en los demás países, cada congresista representa a un número menor de ciudadanos que en el Perú.

Pero si nos comparamos con Estados Unidos, una democracia mucho más asentada y desarrollada que la nuestra, veremos que allí cada congresista representa a una cantidad de electores mucho mayor que en el Perú. La Cámara de Representantes, por ejemplo, tiene 435 parlamentarios y hay 231 millones de electores, lo que significa 531,000 electores por representante. En el Perú tenemos cerca de 23 millones de electores y 130 congresistas, lo que da una relación de 176,000 electores por congresista, mucho menos que en Estados Unidos.

Con un agregado, acaso más importante: que en Estados Unidos los distritos electorales para elegir la Cámara Baja son uninominales (se elige a un representante por distrito), lo que hace que la cantidad de personas representadas esté perfectamente acotada. Cuando decimos que un congresista norteamericano representa a 531,000 electores, representa realmente a esos 531,000 (en realidad esa cantidad es un promedio). En cambio, la afirmación de que en el Perú un congresista representa a 176,000 electores es, en verdad, una falacia, porque al ser los distritos electorales plurinominales, cada congresista en realidad representa a una cantidad mucho mayor. Si nos vamos al extremo, tendremos que un congresista por Lima (uno de los 37) representa a 9 millones de habitantes.

Entonces, pasar de un sistema electoral plurinominal a uno binominal para la futura cámara de diputados, como propone el proyecto del Ejecutivo, ayuda a mejorar la relación de representación, porque ayuda a acotar mejor, a reducir la cantidad efectiva de ciudadanos que cada congresista representa. Si, como se estaría pensando –porque esto no está en el proyecto de ley- Lima se divide en 6 o 7 distritos binominales, cada diputado representará de manera efectiva a un número que, en promedio, será la sexta o sétima parte de 9 millones. Y eso que, si nos atenemos a la proporción que representa la población de Lima respecto de la población nacional, Lima debería estar dividida, como veremos, en cuando menos 15 distritos binominales.

Pero a lo que vamos es que lo de la “subrepresentación” es una falacia porque con el nuevo sistema de distritos binominales –si se aprueba- habrá mucho menos “subrepresentación” que con los distritos plurinominales departamentales actuales, manteniendo el número de 130 congresistas. Es decir, la ratio de representación será más pequeña.     

Lima sub-representada desde el punto de vista demográfico

Ahora bien, como hemos adelantado, en la propuesta del Ejecutivo Lima-Callao estará sub representada desde el punto de vista de su peso poblacional. Según informó el viceministro de Gobernanza Raúl Molina en entrevista que le hiciera en El Comercio, para elegir 30 senadores el país se dividiría en 6 macro-distritos con 5 senadores por cada uno. Uno de esos macro-distritos sería Lima Callao. 5 senadores de 30 representan un 16.6%, muy lejos del 32.6% que representa la población de Lima y Callao respecto del total nacional.[1] Si agregáramos 5 senadores más para Lima-Callao, esta región tendría el 28.6%. Habría que subir el número de senadores a 35.

Y, según el mismo Molina, para elegir diputados, Lima-Callao se dividiría en 6 o 7 distritos binominales. Es decir, tendría 12 o 14 diputados de un total de 100, un porcentaje aún inferior al que tendría en la Cámara de Senadores. Lima – Callao tendría que tener cuando menos 15 o 16 distritos binominales, lo que incrementaría el número total de diputados a 116 cuando menos. Eso es lo que habría que hacer si queremos que Lima mantenga su proporcionalidad demográfica a fin de recuperar a la élite nacional para la política.

Criterio no es demográfico, sino económico

Pero el criterio que se ha usado para delimitar los macro y micro-distritos no es el de la equivalencia demográfica, sino el de la existencia de relaciones económicas y sociales reales. Es decir, que representen a una realidad económica, social o cultural existente.

Esa es la razón por la que no se sostiene la otra crítica que se ha formulado a los 50 distritos binominales, en el sentido de que habría departamentos (regiones) como Tacna, Moquegua y Madre de Dios que no alcanzarían representación, por su escasa población. En ese sentido, ya se aclaró que cada uno de esos departamentos será un distrito binominal. Así como habrá otros departamentos que se dividirán en dos distritos electorales, en función de sus conexiones internas. 

Lo mismo se puede decir del Senado. Se dijo que con 30 senadores, cada región (departamento) tendría un senador y, considerando Lima, quizá algunas no alcanzarían a tener ninguno. Pero el proyecto de ley es claro en plantear macro-distritos electorales, basados en 6 macro-regiones considerando Lima metropolitana.

Presupuesto

También se ha criticado que sea la cámara de Senadores la que apruebe el presupuesto de la República. Y esta no es una mala idea en la medida en que se trata de que el presupuesto tenga precisamente una lógica macro-regional y más agregada, para contender la tendencia a la atomización de los proyectos y hacer posible una planificación basada en el desarrollo territorial.

Voto preferencial

En ese sentido, no se puede admitir la crítica de que esta reforma, tal como está planteada, es un mamarracho o es improvisada. Es mejorable, por supuesto. Por ejemplo, no se entiende por qué se elimina el voto preferencial en los macro-distritos para elegir senadores, y se mantiene en los micro-distritos binominales para elegir diputados. Debería eliminarse en este caso también, porque solo serviría para instalar la competencia entre los dos candidatos del mismo partido. En términos generales, y más allá de eso, sin embargo, está bien pensada. De aplicarse, tendríamos más gobernabilidad y mejor representación. No solo porque una cámara de senadores permite moderar los ímpetus populistas de la Cámara Baja, y limita el poder absoluto que puede tener una cámara única si es contraria al Ejecutivo, sino porque distritos binominales ayudan a reconstruir los canales de representación para prevenir y manejar problemas, y sirven también para reducir a la larga el número de partidos políticos, dándole más estabilidad a nuestra democracia.

Habría que agregar, a las reformas planteadas, la elección del congreso luego de la segunda vuelta presidencial, para facilitar una mayoría congresal favorable al Ejecutivo, y no prohibir que los candidatos presidenciales postulen simultáneamente al Senado, a fin de convertir a esta Cámara en un foro político de alto nivel, que ayude a la discusión y concertación.

¿No reelección de congresistas?  

Lo que resultaría contraproducente para la consolidación institucional es el proyecto para prohibir la reelección de congresistas. Atentaría contra quienes de buena fe quisieran hacer una carrera política, y contra la formación de una clase política experimentada en el país.  

Hagamos, sin embargo, un esfuerzo de imaginación para explorar si hay manera de convertir a la no reelección de los congresistas en una buena idea, o por lo menos en una no tan mala. ¿Qué tendríamos que hacer?

Para comenzar, los partidos tendrían que tener incentivos para llamar a profesionales capacitados o personalidades. Por ejemplo, recibir mayor financiación en función de un índice de calidad de la lista de candidatos, establecida con criterios objetivos.

Las empresas podrían recibir devoluciones tributarias por profesionales o ejecutivos que, luego de un cierto número años de trabajar en la empresa o en el sector, sean cedidos a partidos políticos para que integren las listas congresales. Lo mismo podría hacerse con las universidades.

Podría haber financiación partidaria específica para foros o conversatorios, debidamente fiscalizados, con universidades, gremios empresariales, o para financiar estudios y propuestas de política que obliguen a los partidos a reclutar académicos o profesionales para su elaboración.  

Se podría aplicar la propuesta de Carlos Meléndez de “Impuestos X partidos”, pero circunscrita a financiar think tanks de los partidos políticos en los cuales se puedan reciclar los congresistas que han dejado de serlo, a la espera de la siguiente elección

En el Congreso podría haber una pequeña oficina de ex congresistas del período anterior encargados de asesorar a los nuevos congresistas. Lampadia

 

[1] Lima y Callao suman 9’569,468 habitantes según el censo de 2017. Y el Perú alcanza 29’381,884 millones de personas. Ver “Perú: Crecimiento y distribución de la población, 2017 Lima, junio 2018 Primeros Resultados”, INEI.




La India continúa su marcha a la modernidad

India sigue siendo la economía grande con mayor crecimiento en el mundo, logrando un crecimiento de 7 % anual, y encaminándose a convertirse en la tercera economía más grande del mundo para 2027. Esto ha convertido a la India en un destino favorito de las empresas más grandes del mundo, pero como explica The Economist, el mercado de eventuales consumidores es muy pequeño, y en esencia, a diferencia de China, adolece de la ausencia de una clase media.

Por lo que su desarrollo es una de los objetivos más importantes del gobierno. El enfoque del gobierno de Narendra Modi es expandir la clase media de la India, para lo cual busca que la economía del país continúe creciendo consistentemente durante las próximas dos décadas, como afirma el artículo de The Economist líneas abajo.

El ministro de Finanzas de la India, Arun Jaitley, en una reunión de líderes e inversionistas empresariales estadounidenses, dijo que “la India tiene una de las economías más abiertas del mundo. Estamos ascendiendo en la clasificación de facilidad de hacer negocios todos los años. Los permisos que solían tomar años ahora son rutinarios, y no es necesario presionarlos”. Jaitley agregó, “Pero también nos damos cuenta de que abrirles la puerta no es suficiente. Tenemos que crear una atmósfera acogedora y eso es lo que está haciendo el gobierno”.

Además, Modi está buscando incentivar a la gente a salir de la informalidad. En este propósito, la India ha tenido tremendos fracasos, como la desmonetización, y aciertos, como la bancarización y digitalización. “Un esquema del gobierno para proporcionar cuentas bancarias a todos los ciudadanos, y tenerlos vinculados a teléfonos móviles e identificaciones nacionales biométricas, y pagos digitales. Los trámites con las autoridades se realizan cada vez más en línea, donde es más difícil hacer sobornos. Eso hace que la perspectiva de ser un negocio formal sea menos aterradora”, según The Economist.

Muy buenas lecciones para el Perú, donde más allá de la retórica, no hemos avanzado ni un milímetro en el objetivo de formalizar la economía, una de las principales promesas de PPK.

En Lampadia seguimos a Narendra Modi desde su postulación a asumir uno de los gobiernos más difíciles y complejos de la tierra. Los mensajes de Modi, después de décadas de un socialismo improductivo, y una pérdida de desarrollo relativo con su inmenso vecino, la China, hacían prever un giro sustancial hacia la economía de mercado y el impulso de la inversión privada, el único sistema económico y político que ha probado crear riqueza y prosperidad. Bastaba ver su lema: “No red tape, only red carpet for investors” (nada de tramitología, solo alfombra roja para los inversionistas). Ver: La visión de país y reformas que el Perú necesita.

A medida que la India consolida el crecimiento de su economía, aumenta su importancia global y se constituye como un balance en el desarrollo geopolítico global.  Especialmente en días en que el escenario geopolítico global ha cambiado para peor, con “una China en dictadura”, Rusia en manos de Putin, y el estilo y acciones de Trump. Ver en Lampadia: Los albores de un nuevo mundo signado por divergencias. Tan es así, que uno de los líderes políticos más comprometidos con la globalización, Emmanuel Macron, de Francia, acaba de firmar un acuerdo de cooperación militar con la India, para cuidar la influencia de China en el océano Índico. 

Lo cierto es que en la India parece estar instalándose una nueva idea de cómo deben hacerse las cosas en el plano económico. Sus repercusiones se sentirán seguramente en todo el mundo, y esperamos que se aquilaten debidamente en el Perú. La aceleración de su ritmo de crecimiento puede ser enormemente favorable para nuestra economía, abriéndose un mercado prácticamente virgen para nuestras exportaciones. Miremos más de cerca de la India y a Modi, también llamado como el ‘modifier’ (modificador). Lampadia

El medio que falta en India

India tiene un vacío donde debería estar su clase media

Algo que debería preocupar al gobierno y a las empresas

The Economist
13 de enero, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

¿Dónde después de China? En las últimas dos décadas, el país más poblado del mundo se ha convertido en el objetivo de mercado de casi todas las empresas globales que buscan crecimiento. A medida que su economía se desacelera, las empresas buscan el siguiente grupo de consumidores para continuar su desarrollo.

Para muchos, India se siente como el aparente heredero. Y muchos piensan que su clase media se encuentra en las primeras etapas del camino hacia la prosperidad que creó cientos de millones de consumidores chinos.

Sin embargo, la clase media india apenas existe. Las empresas se dirigen a una parte minúscula de la población.

  • El 1% superior de los adultos de la India, un rico enclave de 8 millones de habitantes que gana al menos US$ 20,000 al año, equivale aproximadamente a Hong Kong en términos de población e ingreso promedio.
  • El siguiente 9% se asemeja a Europa central, en el medio de la riqueza global.
  • El siguiente 40% de la población vive en las condiciones de sus vecinos pobres del sur de Asia, Bangladesh y Pakistán.
  • Los quinientos millones restantes, están a la par de las zonas más pobres de África.

Alejándonos del centro

Peor aún, las posibilidades de que India desarrolle una clase media que coincida con la del Reino Medio (China), están cayendo debido a la creciente desigualdad. India ha hecho un buen trabajo al conseguir que los que ganan menos de US$ 2 por día (a paridad de poder adquisitivo) aumenten a US$ 3, pero no ha coincidido con los registros de otros países en conseguir que esos US$ 3 al día suban a US$ 5, y que los que ganan US$ 5 suban a US$ 10, y así sucesivamente. Las personas de ingresos medios en países en la etapa de desarrollo de la India normalmente obtienen más beneficios del crecimiento.

Las razones de este fracaso no son misteriosas. Décadas de intervención estatal significó que cuando algo de liberalización llegó a principios de la década de 1990, solo unos pocos pudieron beneficiarse. La mano de obra es lamentablemente improductiva, lo cual no es sorprendente dado el estado abismal del sistema educativo de la India, que genera millones de adultos equipados solo para el trabajo de mando bajo. Sus graduados continúan trabajando en pequeñas empresas o microempresas, que operan informalmente; estos “emplean” al 93% de todos los indios. El hecho de que apenas una cuarta parte de las mujeres trabaje, una participación que ha experimentado un precipitado declive en la última década, solo empeora las cosas.

Una buena política puede hacer mucho para mejorar las perspectivas. Sin embargo, la esperanza debe ser atemperada por el realismo. La India está bendecida con un sistema democrático profundamente arraigado, pero eso no es un escudo contra las malas decisiones. La repentina y brutal “desmonetización” de la economía en 2016 tenía como objetivo los peces gordos, pero terminó lastimando a todos. Y el camino hacia la prosperidad caminado por China, donde la manufactura produjo los empleos que aumentaron los ingresos, se está reduciendo a medida que la automatización limita las oportunidades para el trabajo en las fábricas.

Todo esto significa que las empresas deben lidiar con la India que existe hoy en lugar de la que desean que surja. Una estrategia es esperar a que los indios desarrollen el gusto por los productos que la clase media mundial disfruta -los automóviles, vacaciones en el extranjero- puede llevar a décadas de frustración.

Gran mercado, menores oportunidades

Las empresas harían mejor en “indianizar” sus negocios, por ejemplo, vendiendo mercancías utilizando los idiomas regionales preferidos por cientos de millones de indios. El precio importa. Los servicios ofrecidos al mismo precio en India que Indiana atraerán a millones, no a mil millones.

Las empresas más inteligentes entienden qué tipo de “habilitadores” permitirán a los indios obtener acceso a nuevos productos. La electrificación impulsa la demanda de refrigeradores. Los datos móviles baratos (India se encuentra en medio de una guerra de precios de datos que ha beneficiado enormemente a los consumidores) son una bendición para los servicios de transmisión. Un aumento en el financiamiento al consumo ha puesto los productos pequeños y deseables al alcance de más indios.

La tarea de crear una clase de consumidores es responsabilidad de los políticos, y los sucesivos gobiernos han fracasado en gran medida. Las empresas que esperan que la clase media de la India les brinde crecimiento no deben ilusionarse, tendrán que trabajar muy duro para convertir el potencial en ganancias.

Más allá de una formalidad

Las lecciones del intento de Modi por formalizar la economía india

La mejor manera de sacar a las empresas de la informalidad es promover el crecimiento económico

The Economist
1 de marzo de 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Para la descomunal burocracia, esto es un gesto reflexivo. Cada año, el presidente de la Junta Central de Impuestos Directos de la India envía un “Certificado de Agradecimiento” a cada residente que ha pagado más de 100,000 rupias (US$ 1,500) en impuestos. Incluso hay instrucciones útiles sobre la mejor manera de imprimir este “reconocimiento de su contribución a la construcción de nuestra gran nación”, en caso de que uno quiera enmarcarlo.

En un país de 1,300 millones de personas, menos de 400,000 de estos preciosos certificados fueron otorgados en la última entrega. No muchos indios ganan suficiente como para pagar ese tipo de impuesto y muchos de los que sí lo hacen, no lo pagan. Quizás la mitad de la actividad económica de la India implica eludir los impuestos. Es por eso que Narendra Modi, el primer ministro, se ha propuesto formalizar la economía.

Tener una economía más formal tiene sentido. Los impuestos pagan por los servicios públicos. La desenfrenada informalidad de la India es una de las razones por las cuales su relación entre impuestos y PBI se ha estancado en un mísero 15% durante décadas, lo que obstaculiza la educación y la atención médica. Los empleos formales pagan hasta 20 veces más que los informales, según un cálculo del gobierno, y las empresas formales tienen más probabilidades para innovar, crecer y exportar. Tener a personas y empresas operando al margen de las normas, es una afrenta a la idea de una sociedad justa. 

Pero es fácil equivocarse con la formalidad. Pero plantearlo como un fetiche puede confundir los medios con los fines. Los países tienden a volverse más formales a medida que se hacen más ricos porque las empresas formales se expanden para desplazar a las informales. De hecho, las políticas draconianas para expandir la recaudación de impuestos a menudo obstaculizan el crecimiento que las genera.

La principal política de formalización de Modi fue la “desmonetización” de la mayoría de los billetes en 2016. Su costo: varios trimestres de crecimiento por debajo del promedio. Causó tal dislocación que es difícil ver que otros lo emulen (incluso los planificadores centrales de la pantomima de Venezuela regresaron después de anunciar que eliminarían sus propios billetes). La mayoría de los indios trabajarían en el sector formal si pudieran, pero los empleos son escasos.

Un mejor enfoque es tentar a la gente a salir de la informalización. Un esquema del gobierno para proporcionar cuentas bancarias a todos los ciudadanos, y tenerlos vinculados a teléfonos móviles con identificaciones nacionales biométricas, a multiplicado los pagos digitales, que son más fáciles de rastrear e imponer. Los trámites con las autoridades se realizan cada vez más en línea, donde es más difícil hacer sobornos. Eso hace que la perspectiva de ser un negocio formal sea menos aterradora. Un nuevo impuesto sobre bienes y servicios da derecho a las empresas formales a reembolsos que no están disponibles en la economía informal. El número de empresas registradas ha aumentado en un 50%.

Incentivemos a las personas, no las coaccionemos

Los mejores resultados son aquellos que conducen a la formalización como un subproducto de la elaboración de reglas sensatas. Las pequeñas empresas no se convierten en grandes (generalmente formales) porque cientos de leyes laborales no reformadas hacen que hacer negocios sea legítimamente una pesadilla. Los tribunales en los que confían las empresas formales a menudo no ayudan. Modi tiene razón en que una economía más formal es algo bueno, pero ha pasado por alto las soluciones más efectivas.

Lampadia




Atentado contra la libertad de expresión y la calidad de la democracia

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Un acto más en la destrucción mutua. No sabemos si por venganza o por qué oscuras motivaciones, la comisión permanente del Congreso aprobó en primera votación la ley que prohíbe al Estado poner publicidad en los medios privados, exonerándola, además de la segunda votación.

Solo se exceptúa dicha limitación para el caso de desastres o emergencias nacionales y campañas de educación electoral. Y, aun en esos casos, se fija como tope máximo de la campaña el 10% de la facturación total del medio, y siempre y cuando no supere el 0.25% de la partida presupuestal de la entidad estatal anunciante.

En el contexto de una dinámica política y mediática que tiende a ser de por sí autodestructiva, campañas estatales motivadoras con mensajes constructivos, integradores y transformacionales son lo único que puede contrarrestar la tendencia natural al escándalo, a la pelea, a la mentira y a la disolución social.

Con una ley absurda como esta, el Estado no podrá llevar adelante campañas educativas orientadas a:

  • Reducir la anemia y otros males de salud pública
  • Motivar a las personas a denunciar los actos de abuso sexual y violencia familiar
  • Desarrollar valores de solidaridad, respeto cívico y cambiar conductas en diversos frentes, desde la manera de conducir hasta la forma de recibir a los turistas pasando por hacer respetar los derechos del ciudadano ante policías e instancias gubernamentales
  • Motivar una sana competencia entre los colegios y profesores por una mejora sustancial de la calidad educativa
  • Impulsar una corriente masiva de denuncias de actos de corrupción en todas las instituciones por parte de los ciudadanos
  • Promover reformas importantes que requieren respaldo social para luchar contra intereses creados tales como:

– El impulso a la meritocracia en todo el Estado con la difusión de la ley de servicio civil, mostrando ejemplos positivos de instituciones que ya han hecho el tránsito
– Una reforma laboral que permita la incorporación de las mayorías a la formalidad y rompa con la exclusión legal existente
– Una reforma del sistema judicial y policial que involucre a los ciudadanos y la sociedad civil

Parece que no hay conciencia de lo que está pasando. En circunstancias en las que, luego de las declaraciones de Barata, la clase política entera corre el riesgo de ser despedida y reemplazada por Dios sabe qué aventureros políticos, no se le ocurre mejor idea a esa clase política que eliminar una de los pocos instrumentos que puede tener el Estado para mantener niveles mínimos de credibilidad en las instituciones y en la acción colectiva.

¿Será que el hecho de que sean los periódicos y canales de televisión los que denuncian los actos de corrupción de los políticos, haya provocado, como reacción, una ley como esta? El tufillo a castigo es inocultable. Lo curioso es que el autor de la ley, Mauricio Mulder, es uno de los mayores beneficiarios de la transformación de los medios en escenarios del espectáculo de las denuncias y las confrontaciones.

Porque ese es el fenómeno que hay que entender. Aquí se da una relación simbiótica y perversa entre medios y políticos: ambos viven del rating, y entonces la tendencia en los medios es invitar a los políticos más grandilocuentes, agresivos o demagogos para levantar precisamente su audiencia y así captar más publicidad, lo que lleva a los políticos a acentuar las mencionadas características que garantizan el éxito mediático. Es un círculo vicioso que lleva no solo a la degradación de la política sino a la percepción por parte de la opinión pública de que hay mucha más corrupción, desorden e ineficiencia de la que realmente hay.     

Si esa es la tendencia natural en toda democracia en la que hay libertad irrestricta de prensa, ello en el Perú se agrava debido a que el Congreso está en manos distintas al Ejecutivo, de modo que lo que tenemos no es una relación de cooperación entre ambos Poderes, como ocurre en las democracias parlamentarias o en la mayor parte de las presidencialistas, sino una relación de confrontación sorda o abierta que no ofrece esperanzas para la construcción acordada de un destino común.

Si el sentido colectivo y la democracia misma son mellados permanentemente por las noticias de corrupción y de enfrentamientos políticos, la credibilidad de la población en la democracia y las instituciones –ya no solo en los políticos- se reduje a niveles que pueden volver insostenible el propio sistema democrático, incubando demandas por una propuesta autoritaria que ponga orden o cambie las cosas en el peor sentido posible.  

En medio de un escenario de descomposición social y política como ese, el único elemento que puede contrarrestar esa entropía negativa es el factor aglutinador que pueden significar campañas de comunicación en torno a los temas arriba señalados u otros similares. Y ese instrumento, que en realidad el gobierno ni siquiera explota en la medida en que debiera, queda impedido ahora con una ley insensata como esta.

Pero eso no se resuelve prohibiendo la publicidad estatal en los medios privados. Dichos gobiernos optarán entonces por contratar directamente a dichos periodistas o a dichos medios con otros disfraces. La regulación de la publicidad estatal está pendiente, pero debe hacerse bien, tomando en cuenta, entre otras cosas, el alcance del medio.    

Cooptación de periodistas y medios

Cierto es que hay entidades públicas y gobiernos regionales y locales que han mal utilizado presupuestos de publicidad sea para comprar el apoyo de determinados medios y de periodistas, sea para auto promocionarse encubriendo deficiencias de gestión. La cooptación de periodistas y medios que realizan los gobiernos sub-nacionales, en un mercado abierto de compra venta de apoyos, es escandalosa. Ver en Lampadia: Las relaciones del Estado con los medios de comunicación.

Pero eso no se resuelve prohibiendo la publicidad estatal en los medios privados. Dichos gobiernos optarán entonces por contratar directamente a dichos periodistas o a dichos medios con otros disfraces. La regulación de la publicidad estatal está pendiente, pero debe hacerse bien, tomando en cuenta, entre otras cosas, el alcance del medio.    

Las redes

La ley cree que las redes sociales pueden sustituir a los medios. Pero eso no es cierto, y lo ha explicado claramente Alfredo Torres (El Comercio, 25-2-18). No obstante, si dejamos de poner publicidad estatal en los medios y la colocamos en las redes, lo que sí vamos a lograr es acelerar el proceso por el que las redes, que son el escenario de la posverdad, de las verdades emocionales, de las noticias falsas, de los insultos anónimos y la difamación impune, van depredando la lectoría y la audiencia de los medios serios que sí verifican la información antes de publicarla. Juan Luis Cebrián, presidente ejecutivo del grupo Prisa y ex director del diario El país de España, explicaba que en España en los últimos 10 años 15 mil periodistas se han quedado sin trabajo. En la medida en que los medios serios tienen menos ventas y menos publicidad, ya no pueden pagar a sus buenos periodistas y entonces decae la calidad informativa de los únicos informativos y periódicos que contrastan las informaciones y las analizan con seriedad.

Es increíble que el Congreso de la República se sume a ese proceso de depredación. La libertad de expresión supone también responsabilidad. No es libertad para difamar, mentir, insultar, lanzar rumores o inventar hechos que no son ciertos. Debemos escapar de ese destino con todas nuestras fuerzas si queremos preservar la salud de nuestra democracia. Lampadia




Destrabemos nuestro crecimiento

Destrabemos nuestro crecimiento

El Perú sigue cayendo en el ranking del ‘Doing Business’ desde su pico en el puesto 34 hasta su el puesto 58 de este año. En el último año, Perú ha caído 2 puestos más en el ranking, lo que indica, como todos sabemos, que cada vez es más difícil hacer negocios en el país.

El Banco Mundial publica anualmente su informe sobre el clima de negocios. El informe ‘Doing Business 2017’ evalúa la facilidad para hacer negocios en 190 países considerando 11 factores: obtener electricidad (en términos de fiabilidad, precios y transparencia), manejo de permisos de construcción, comercio transfronterizo, pago de impuestos, protección de los inversionistas minoritarios, registro de propiedades, obtención de crédito, resolución de insolvencia, cumplimiento de contratos, regulación del mercado laboral y requisitos para comenzar un negocio.

La importancia de este indicador es que brinda luces sobre la economía informal, la importancia de los negocios y los derechos de propiedad; mostrando una realidad de nuestro país que también puede verse en el mundo como un obstáculo: el alto costo de montar un negocio, que implica perjudicar a los más pobres y que genera informalidad en la economía.

En el ranking total, Nueva Zelanda aparece en la primera posición, seguida por Singapur, Dinamarca, Corea del Sur, Hong Kong, EEUU, Reino Unido y Noruega. Completan el Top 10, Georgia y Suecia. Además, el informe alaba que economías en todas las regiones estén implementando reformas que facilitan hacer negocios. Europa y Asia Central continúan siendo las regiones con la mayor proporción de países donde se ha implementado al menos una reforma – el 79% de ellos ha implementado al menos una reforma regulatoria, seguido de Asia del Sur y el África Subsahariana.

A nivel de América Latina, el Perú se ubica en la tercera posición, por debajo de México y Chile, que se ubican el puesto 49 y 55, respectivamente, desplazando a Colombia (59) al cuarto lugar. México mantuvo el primer lugar en América Latina y subió cinco puestos (del 44 al 49).

Nota: Chile no está incluido en el cuadro (2ndo a nivel America Latina) porque será recalculado por el Banco Mundial tras escándalo por metodología.

Por lo tanto, el Perú todavía permanece en el tercio superior de las economías más atractivas para hacer negocios, a pesar de haber recibido choques severos, como el Fenómeno El Niño Costero, y el escándalo de corrupción originado desde Brasil.

Asimismo, respecto del 2017, Perú bajó dos posiciones en el ranking global. Esto se debe a que el Banco Mundial realizó un ajuste al ranking del 2017, de manera de hacerlo comparable con el del 2018.

Por subíndices, se observa que el Perú cayó sólo en uno: “obtención de crédito”. Además, mejoró en el resto de indicadores: “protección de los inversionistas minoritarios”, “registro de propiedades”, “cumplimiento de contratos”, “manejo de permisos de construcción”, “obtención de electricidad”, “resolución de la insolvencia”, “comercio fronterizo”, “apertura de un negocio” y “pago de impuestos”.

¿Qué se necesita para iniciar un negocio en el Perú? A nivel mundial, el Perú se sitúa en el puesto 58 en el ranking de 190 economías. Según los datos recogidos por Doing Business, iniciar un negocio requiere de 7 procedimientos, toma 26.5 días y cuesta 10% del ingreso per cápita.

Críticas al Indicador Doing Business

El mes pasado, el economista en jefe del Banco Mundial, Paul Romer, cuestionó la metodología detrás de la clasificación y acusó de motivos políticos. La controversia se centró en Chile, cuya clasificación cayó de 34 en 2014 a 57 en 2018, pero Romer sugirió que la caída se acentuó por los cambios en la metodología.

Romer dijo que sospechaba de manipulación política. La clasificación general de Chile ha oscilado entre 25 y 57 desde 2006, bajando en los períodos en que la presidenta del Partido Socialista, Michelle Bachelet, era presidenta, y ascendiendo cuando el líder conservador Sebastián Piñera estaba al mando. Posteriormente, sin embargo, Romer se retractó de sus comentarios y dijo que no tenía la intención de atribuir motivos políticos o sugerir que hubo manipulación.

El Banco Mundial recalculará los rankings de los últimos cuatro años para “ver cuáles habrían sido las clasificaciones sin los cambios en la metodología”. Esto también podría influir en las clasificaciones de otros países. Sin embargo, otros funcionarios del Banco Mundial han defendido los cambios en la metodología como fundamentalmente sólidos. En un comunicado oficial, el Banco dijo que solo revisaría el ranking de Chile.

¿Qué debemos hacer para mejorar?

En un comunicado, el MEF aseguró que su estrategia de crecimiento está orientada hacia una mayor formalización empresarial, a través de una reducción significativa de sobre costos y barreras a la entrada a la formalidad en el ámbito:

“(i) Financiero: reducción de costos de financiamiento y mayor oferta de fondos prestables para pequeñas empresas (FORPRO, factoring, entre otros);

(ii) Permisos y procedimientos para invertir; y,

(iii) Tributario: menor costo de cumplimiento, uso de factura electrónica, registro de transacciones y rentas no declaradas anteriormente, entre otros”.

“Justamente, éstas son las áreas en las que el Doing Business plantea los desafíos para la economía peruana, y se espera una mejora en estos indicadores, en la medida que se despliegue la estrategia de crecimiento”, agregó.

Lamentablemente, el gobierno de PPK, perdió la oportunidad de recuperar y marcar la línea de un gobierno pro inversión y crecimiento; de hacer y comunicar el balance negativo de los cinco años del gobierno anterior; de renovar los cuadros de gobierno (mantuvo hasta un 39% de los viceministros del régimen anterior); y, tal vez lo más importante, perdió la oportunidad de comunicar a la población las relaciones causa-efecto de las políticas públicas que nos empobrecieron, que frenaron la inversión, y que ideologizaron la gestión del Estado, versus aquellas que nos ofrecen mayor crecimiento, menor pobreza, menor desigualdad, mejores servicios públicos y mayor cohesión social.

El gobierno está teniendo tremendas dificultades para poder destrabar proyectos, las APP (Asociaciones Público Privadas) están prácticamente paralizadas así como Iniciativas Privadas. Ni el gobierno anterior, ni este, aprovecharon la sugerencia de Lampadia para armar equipos ad hoc que destrabaran los proyectos. Ver: Destrabemos megaproyectos para recuperar el crecimiento.

Esperamos que estas reflexiones sirvan para lograr el éxito de nuestra economía, destrabar la inversión y los proyectos y tomar medidas correctivas para lograr el impostergable crecimiento económico. Lampadia




Otro planteamiento para reformar la ciencia económica

Otro planteamiento para reformar la ciencia económica

A fines del año pasado (y coincidiendo con el 500 aniversario de las Tesis de Lutero en las que desacreditaba la doctrina papal), un grupo de estudiantes y profesores de Economía de la prestigiosa London School of Economics difundió, con un gran alarde, un listado de 33 ‘tesis’ para reformar la disciplina económica.

Al igual que hizo Lutero con su manifiesto, clavándolo, según cuenta la tradición, a las puertas de la iglesia del Palacio de Wittenberg; este grupo de académicos de economía clavaron sus tesis a las puertas de esa prestigiosa universidad, celebrando posteriormente un acto en el University College de Londres, en el que explicaron y debatieron el conjunto de sus propuestas. Parlamentarios y economistas, junto a un grupo de estudiantes que forman parte de Rethinking Economics, aportan una serie de clichés llamativos sobre distintos aspectos de la economía, que, en realidad, en su gran mayoría, no aportan nada nuevo, como:

  • La economía no puede separarse de las políticas públicas
  • La distribución de la riqueza y el ingreso son fundamentales
  • La economía no está libre de juicios de valor
  • La economía no puede sobrevivir sin acoger elementos del mundo natural
  • Los recursos no renovables no son infinitos
  • La economía no puede ignorar la ecología
  • Los mercados resultan de interacciones entre organizaciones públicas y privadas
  • Las instituciones modelan los mercados
  • Las políticas económicas no son de aplicación universal
  • Las decisiones de las personas no son ‘perfectamente racionales’
  • Pequeñas diferencias de suerte o circunstancias pueden producir resultados muy diferentes para personas similares

Y así continua con verdades de Perogrullo, y hasta generalizaciones temerarias, como que los mercados muestran una tendencia a incrementar la desigualdad. Critican los conflictos vinculados a juicios de valor, pero abundan en ellos.

Para complementar el análisis de esta propuesta, ver la crítica de Jorge Baca Campodónico (ex ministro de economía), publicada en Expreso bajo el título La Reformas del Modelo Económico Neoliberal.  

Este tipo de aportes oportunistas para la presencia mediática se multiplican todos los días, aprovechando la instantánea difusión de los medios y redes, adictos a la llamada ‘sociedad del espectáculo’.

En lo que sí tienen razón los imitadores de Lutero, es en la necesidad de promover el pensamiento crítico. Justo lo que necesitamos para no dejarnos llevar por aventureros. Lampadia

33 tesis para una reforma de la disciplina de la economía

EL MUNDO SE ENFRENTA A POBREZA, DESIGUALDAD, CRISIS ECOLÓGICA E INESTABILIDAD FINANCIERA…

Rethinking Economics & The New Weather Institute
Clavado en la puerta del London School of Economics (al estilo de Martín Lutero)
12 de diciembre, 2017
Glosado por Lampadia

Nos preocupa que la economía esté haciendo mucho menos de lo que podría para proporcionar intuiciones que ayuden a resolver estos problemas. Esto sucede por tres razones:

Primero, en el seno de la economía se ha desarrollado un insano monopolio intelectual. La perspectiva neoclásica domina de modo abrumador la enseñanza, la investigación, la asesoría política y el debate público. Muchas otras perspectivas que podrían proporcionar intuiciones valiosas se marginan y excluyen. Y esto no tiene que ver con que una teoría sea mejor que otra sino con la noción de que el progreso científico sólo avanza por medio del debate. En el seno de la economía, este debate ha fenecido.

Segundo, aunque la economía neoclásica ha realizado un aporte histórico y todavía es útil, hay enormes posibilidades de mejora, debate y aprendizaje desde otras disciplinas y perspectivas.

Tercero, la corriente principal de la economía parece haberse vuelto incapaz de autocorregirse, desarrollándose más como fe que como ciencia. Con excesiva frecuencia, cuando las teorías y la evidencia llegan a entrar en conflicto, son las teorías las que se han mantenido y la evidencia la que se ha descartado.

Proponemos estas Tesis como desafío al insano monopolio intelectual de la corriente principal de la economía. Son ejemplos éstos de las fallas en las teorías de la corriente principal, de las intuiciones que tienen que ofrecer las perspectivas alternativas y de las formas en que un enfoque más pluralista puede ayudar a la economía a hacerse más eficaz y democrática. Esta es una afirmación de que es posible una mejor economía y, una invitación al debate.

FINALIDAD DE LA ECONOMÍA

1. La finalidad de la economía la ha de decidir la sociedad. Ningún objetivo de la economía puede separarse de las políticas. Los indicadores de éxito representan elecciones de políticas.

2. La distribución de la riqueza y la renta son fundamentales para la realidad económica y así deberían serlo en la teoría económica.

3. La economía no está exenta de valores y los economistas deberían mostrarse transparentes acerca de los juicios de valor que hacen. Esto se aplica especialmente a esos juicios de valor que pueden no ser visibles para un ojo inexperto. 

4. Las políticas no ‘nivelan’ el campo de juego, pero lo inclinan en una dirección. Nos hace falta una discusión más explícita de qué género de economía queremos y cómo alcanzarla.

EL MUNDO NATURAL

5. La naturaleza de la economía es que se trata de un subconjunto de la naturaleza, y de las sociedades en que surge. No existe como entidad independiente. Las instituciones sociales y los sistemas ecológicos son, por tanto, centrales y no externos a su funcionamiento.

6. La economía no puede sobrevivir o prosperar sin insumos del mundo natural, o sin los muchos sistemas de soporte vital que proporciona la naturaleza. Depende de un flujo continuo de energía y material y actúa en el seno de una biosfera de delicado equilibrio. Una teoría económica que trate el mundo natural como algo externo a su modelo no puede comprender plenamente de qué modo la degradación del mundo natural puede dañar sus propias perspectivas.

7. La economía debe reconocer que la disponibilidad de energía y recursos no renovables, no es infinita, y el uso de estas reservas altera los equilibrios de energía agregada del planeta, ocasionando consecuencias tales como los trastornos climáticos.

8. No se puede ignorar la retroalimentación entre la economía y la ecología. Ignorarla hasta la fecha ha conducido a una economía global que opera ya fuera de los umbrales de viabilidad de la ecología que la alberga, pero requiere mayor crecimiento para funcionar. Pero la economía ha de anclarse en las constricciones objetivas de la ecología del planeta.

INSTITUCIONES Y MERCADOS

9. Todos los mercados están creados y configurados por las leyes, las costumbres y las culturas y se ven influidos por lo que hacen y por lo que no hacen los gobiernos.

10. Los mercados son resultado de las interacciones entre diferentes tipos de organismos públicos y privados (además de las del sector voluntario y la sociedad civil). Habría que dedicarle más estudio al modo en que se organizan en realidad estos organismos y a la manera en que funcionan y podrían funcionar las interrelaciones entre ellas.

11. Los mercados son también más complejos y menos previsibles de lo que puede implicarse de las simples relaciones de oferta y demanda. La economía necesita una comprensión más profunda de cómo se comportan los mercados, y podría aprender de la ciencia de sistemas complejos, tal como se emplea en la física, la biología y la informática. 

12. Las instituciones dan forma a los mercados e influyen en el comportamiento de los agentes económicos. La economía debe considerar por tanto las instituciones como parte central de su modelo.

13. Puesto que diferentes enfoques económicos tienen diferentes instituciones, una política que funciona bien en una economía puede funcionar mal en otra. Por esta razón, entre muchas otras, resulta improbable que sea de ayuda proponer un conjunto universalmente aplicable de políticas económicas que se base únicamente en la teoría económica abstracta.

TRABAJO Y CAPITAL

14. Se puede mostrar que salarios, beneficios y retornos sobre activos dependen de un amplio abanico de factores, entre ellos el poder relativo de trabajadores, empresas y propietarios de activos, y no simplemente de su aporte relativo a la producción. La economía necesita una comprensión más amplia de estos factores con el fin de informar mejor sobre aquellas elecciones que afectan a la porción de renta recibida por los distintos grupos de la sociedad.

NATURALEZA DE LA TOMA DE DECISIONES

15. Error, sesgo, reconocimiento de patrones, aprendizaje, interacción social y contexto son todas influencias importantes sobre el comportamiento que no están reconocidas en la teoría económica. La corriente principal de la economía necesita, así pues, una comprensión más amplia del comportamiento humano y puede aprender de la sociología, psicología, filosofía y otras escuelas de pensamiento. 

16. La gente no es perfecta y no es posible la toma de decisiones económicas ‘perfectamente racionales’. Toda decisión económica que tenga algo que ver con el futuro implica algún grado de incertidumbre no cuantificable y requiere, por tanto, tener juicio. La corriente principal de la teoría económica y la práctica han de reconocer el papel de la incertidumbre.

DESIGUALDAD

17. En una economía de mercado, la gente que dispone de las mismas capacidades, preferencias y dotes no tiende a acabar con el mismo nivel de riqueza, sujeta sólo a una variación aleatoria. Los efectos de pequeñas diferencias en la suerte o las circunstancias pueden llevar aparejados resultados enormemente diferentes para gente semejante.

18. Los mercados muestran a menudo una tendencia a una desigualdad creciente. A su vez, las sociedades desiguales se desempeñan peor en toda una serie de indicadores de bienestar social. La corriente principal de la teoría económica podría hacer mucho más por comprender de qué modo y por qué sucede esto, y de qué forma puede evitarse.

19. La proposición según la cual a medida que un país se hace más rico, la desigualdad debe inevitablemente aumentar antes de que caiga, se ha demostrado falsa. Cualquier combinación de crecimiento del PIB y desigualdad es posible.

CRECIMIENTO DEL PIB, INNOVACIÓN Y DEUDA

20. El crecimiento es una opción política, tanto como económica. Si elegimos perseguir el ‘crecimiento’, entonces las preguntas – ‘¿crecimiento de qué, por qué, para quién, durante cuánto tiempo y cuánto es suficiente?’ – deben responderse de modo explícito o implícito.

21. La innovación no es externa a la economía, es parte inherente de la actividad económica. Nuestra comprensión del crecimiento del PIB puede mejorar si contemplamos la innovación como algo que sucede en un ecosistema en desequilibrio en constante evolución, configurado por el diseño de los mercados y por las interacciones entre todos los agentes en su seno.

22. La innovación tiene a la vez un ritmo y un rumbo. El debate sobre el ‘rumbo’ de la innovación requiere comprender la ‘finalidad’ del diseño de políticas.

23. La deuda privada también influye profundamente en el ritmo con que crece la economía, y sin embargo queda excluida de la teoría económica. La creación de deuda se suma a la demanda financiada por el crédito, y afecta tanto a los mercados de bienes como al de activos. No se pueden separar las finanzas y la economía.

DINERO, BANCOS Y CRISIS

24. La mayoría de la nueva moneda que circula en la economía la crean los bancos comerciales cada vez que realizan un nuevo préstamo.

25. La forma en que se crea el dinero afecta a la distribución de la riqueza en el seno de la sociedad. Por consiguiente, el método de creación del dinero debería entenderse como una cuestión política, no simplemente técnica.

26. Puesto que los bancos crean dinero y deuda, son agentes importantes en la economía. Y se les debería incluir en los modelos macroeconómicos. Los modelos económicos que no incluyen a los bancos no podrán predecir las crisis bancarias. 

27. La economía necesita una comprensión mejor de cómo se pueden crear internamente la inestabilidad y las crisis en el seno de los mercados, en lugar de tratarlas como ‘shocks’ que afectan a los mercados desde fuera.

28. La financiación tiene dos dimensiones: las finanzas cortoplacistas y especulativas, y el financiamiento la economía real. Los dos problemas han de estudiarse conjuntamente.

ENSEÑANZA DE LA ECONOMÍA

29. Una buena formación en economía tiene que ofrecer una pluralidad de enfoques teóricos a sus estudiantes. Ello debería incluir no sólo la historia y filosofía del pensamiento económico sino también un amplio abanico de perspectivas actuales, tales como las institucionales, austriacas, marxistas, pos-keynesianas, feministas, ecologistas, y complejidad.

30. La economía misma no debería ser un monopolio. Los cursos interdisciplinarios son claves para comprender las realidades económicas de las crisis financieras, la pobreza y el cambio climático. La política, la sociología, la psicología y las ciencias ambientales deben integrarse, por tanto, en el programa académico, sin que se las trate como adiciones inferiores a la teoría económica existente.

31. No debería enseñarse economía como un estudio neutral en valores de modelos e individuos. Los economistas tienen que estar versados en ética y política, así como ser capaces de involucrarse de modo significativo con la opinión pública.

32. Concentrarse abrumadoramente en la estadística y los modelos cuantitativos puede acabar cegando a los economistas frente a otras formas de pensar. Habría que apoyar a los estudiantes para explorar otros enfoques metodológicos, entre ellos la investigación cualitativa, la entrevista, el trabajo de campo y la argumentación teórica.

33. Por encima de todo, la economía ha de hacer más por alentar el pensamiento crítico y no premiar simplemente la memorización de teorías y la aplicación práctica de modelos. Hay que animar a los estudiantes a comparar, contrastar y combinar teorías, y a aplicarlas críticamente a estudios en profundidad del mundo real. Lampadia




Países de mayor crecimiento y mayor contracción

Países de mayor crecimiento y mayor contracción

El 2018 se presenta como un año en que casi todos los países crecerán. Un caso notorio es la recuperación de los países más ricos, que después de la crisis de hace una década, se alinean para crecer. El perfil de crecimiento, como se aprecia en el gráfico.

Entre los países que más crecerán el 2018, está India con un 7.7%, bajo el liderazgo reformador de Narendra Modi. La China sigue creciendo alto, se estima un 5.8%. Por el lado de los países que decrecerán, destaca Venezuela, que caería un 11.9%. 

Un caso muy lamentable, es el del Perú, que viene desperdiciando condiciones muy favorables para crecer. Un mundo que demandará más de todos nuestros productos y un aumento sustancial de los precios del cobre y el zinc. Desafortunadamente, hemos pasado del gobierno de la parálisis de las inversiones (Humala y el nacionalismo), a un gobierno que no tiene ninguna capacidad de enrutar al país en la recuperación del crecimiento.

Más allá de la pésima gestión general del gobierno de PPK, ahora estamos atrapados en una crisis política que no termina. El presidente ha perdido casi toda capacidad de liderazgo, su repitente primera ministra, a cargo del gabinete de la ‘reconciliación, ha sido uno de los personajes más agresivos con Fuerza Popular, incluso desde el premierato durante los aciagos días de la vacancia y el indulto. ¿Qué se viene, reconciliación o más enfrentamientos suicidas?

Es pues difícil que, en esta situación, el gobierno de PPK pueda emprender reformas y recuperar el crecimiento que el Perú tiene capacidad de sustentar. Un tremendo pecado que será reclamado por nuestros ciudadanos y puede costarnos muy caro. Lampadia

Gráfico del día: Las economías de más rápido crecimiento y de mayor contracción en 2018

The Economist
5 de enero, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Desde que la economía mundial completó su repunte de la crisis financiera de 2008, ha crecido a un ritmo moderado pero constante. Es probable que esta tendencia continúe en 2018: según la Unidad de Inteligencia de The Economist (EIU), se espera que el PBI mundial aumente un 2.7% este año, apenas un poco menos que el 2.9% registrado en 2017.

Una vez más, el mayor contribuyente será China. La segunda economía más grande del mundo crecerá un 5.8% este año, lo que representa aproximadamente un tercio de la expansión mundial total. Sin embargo, esta tasa sigue siendo un punto porcentual menos que el crecimiento que obtuvo China el año pasado. Xi Jinping, el presidente de China, está tratando de frenar el crecimiento del crédito, desacelerando su economía. Eso deja a India como la economía grande de más rápido crecimiento del mundo, con un rápido aumento proyectado en el PBI del 7.8%. También se espera que el sudeste asiático tenga un buen desempeño: Vietnam, Camboya, Myanmar y Laos están programados para superar el 6%.

Los países más ricos no pueden esperar competir con tasas de crecimiento tan altas. Sin embargo, la mayoría de los países desarrollados deberían acercarse al menos a un saludable 2%, e incluso se prevé que la moribunda Italia alcanzará un respetable 1.4%. Quizás el indicador más alentador es la proyección de expansión. La EIU solo espera que cuatro economías se contraigan en 2018. Las heridas en Venezuela, que probablemente sean las de peor desempeño con una pérdida del 11.9%, se autoinfligieron, con una mala administración que ha llevado a la hiperinflación y a un incumplimiento de la deuda soberana, que se avecina rápidamente. Corea del Norte también está pagando el precio de sus políticas; se enfrenta a sanciones internacionales cada vez más estrictas en respuesta al crecimiento de su programa de armas nucleares. Y se pronostica que la economía de Puerto Rico, técnicamente un territorio de ultramar de los Estados Unidos, se reducirá en un 8%, como consecuencia de un devastador huracán que ha dejado a gran parte de la isla sin electricidad. Lampadia




Y ahora, ¿qué vamos a hacer?

El Perú llegó al Mundial. Parece un milagro, pero llegamos. Y gritamos y bailamos y celebramos todo el camino, apoyando a nuestra selección hasta el último minuto. Nos llenamos de esperanzas y pensamos que todo es posible. Esa actitud, propositiva y proactiva, llena de esperanza e ilusión, debería también retratarse en el resto de los sectores de nuestra economía y de nuestro país.

Los peruanos todavía no nos reconocemos como una sociedad en la que todos estamos dispuestos a enfrentar juntos la aventura del desarrollo y la búsqueda de la prosperidad. Nuestros líderes no han sabido transformar nuestras múltiples expresiones de diversidad en una fuente de riqueza. Aún no llegamos a entender que, al haber transitado de décadas de estancamiento a buenos años de crecimiento, podemos abandonar el modelo mental ‘ganar-perder’ y encarnarnos en el modelo ‘ganar-ganar’.

El haber clasificado para el mundial de Rusia 2018 es una ocasión especialmente importante para reflexionar sobre las cosas que nos hacen inspirarnos y darnos las fuerzas para mejorar como país, todos juntos. Aprovechemos estos días para hablar de lo que nos une y para acallar a los eternos negativistas, que solo critican pero no proponen.

Hace unos 35 años que el Perú no calificaba al mundial, pero cada cuatro años las personas apoyan a su selección con la misma ilusión de siempre, sin perder las esperanzas. Ahora, hemos logrado clasificar.

Lo mismo debemos hacer con nuestro país a nivel macro, hace 25 años emprendimos un proceso de transformación que nos permitió, en muy poco tiempo, alejarnos de la maldición de quedar como un ‘Estado Fallido’ y catapultarnos en la visión del mundo hacia el espacio de ‘una Estrella Internacional’. Ver en Lampadia: El Perú de los peruanos.

Últimamente, hemos perdido un poco el paso; pero nuestras capacidades para crecer, derrotar la pobreza, disminuir las desigualdades y crear oportunidades de vidas plenas para todos los peruanos, están intactas.

No olvidemos que el Perú es un país de grandes oportunidades y tenemos la capacidad de lograr todo lo que queramos.

Después de dos días de CADE en Paracas, luego de escuchar muchas presentaciones brillantes, “algunos de nosotros nos preguntamos: Con tanto gente extraordinaria, ¿cómo es que nos va tan mal?” Lampadia

La euforia de ver al Perú calificar al Mundial por primera vez en treinta y cinco años

Por Daniel Alarcón
The New Yorker
22 de noviembre de 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

 

Los miembros del equipo nacional de fútbol peruano celebran la clasificación para la
Copa del Mundo del próximo año. Fotografía de Ernesto Benavides / AFP / Getty

Junio ​​de 1986 fue un mes de maravillas, un mes de enamoramiento. Tenía nueve años. Para entonces, mi familia había vivido durante seis años en Birmingham, Alabama, donde ser de Perú y hablar español nos convertía en una especie de exóticos estadounidenses suburbanos. Ese verano, nuestra compañía de cable local agregó el canal en español Univisión y, como por magia, comenzó la Copa del Mundo en México. Era la primera vez, la primera que puedo recordar, y aunque narrado con un acento mexicano desconocido, era mucho más que un evento deportivo. Fue una oportunidad de aprender algo sobre el lugar que mis padres llamaban hogar. Las Copas del Mundo son una de las formas en que marcamos el paso del tiempo en América Latina.

Vi el primer juego (Italia, 1, Bulgaria, 1), el último (Argentina, 3, Alemania, 2) y casi todos los juegos intermedios. Al escuchar a mi padre y sus amigos hablar sobre los partidos, sobre el pasado de las Copas Mundiales, formé fuertes opiniones sobre jugadores que nunca había visto en acción. Pelé era un dios; Cruyff, un mago; Rossi, un oportunista. Tomé varias decisiones bastante arbitrarias: me gustaba el equipo francés, por ejemplo, no me gustaban los italianos, era indiferente a los ingleses. Estas son, en términos generales, puntos de vista que aún poseo. Un tío me dijo un día que los holandeses eran el mejor equipo que nunca había ganado una Copa del Mundo, un hecho que memoricé entonces y nunca lo he cuestionado realmente. Cuando Argentina prevaleció en la final, sentí que había ganado algo. En cierto sentido, lo hice.

México ’86 también fue el primero de ocho torneos consecutivos para los cuales Perú no calificaría. Estaba tan cautivado por el espectáculo que apenas me di cuenta. Antes de ese verano, no sabía lo que era una Copa del Mundo, no tenía ningún punto de comparación. Ni siquiera se me pasó por la mente que se suponía que debíamos estar allí.

Más tarde, aprendí sobre nuestro pedigrí, sobre los elegantes equipos peruanos de los años setenta, historias que mi padre y mis tíos compartían con orgullo, nostalgia y, cada vez más, con un toque de melancolía. Nuestros héroes deportivos tenían nombres como Cubillas, Chumpitáz, Sotil, Oblitas, pero ya eran viejos, desvanecidos con glorias que nunca habían sido reemplazadas. A medida que la sequía de la Copa del Mundo se extendía más y más tiempo, comenzó a sentirse como si nunca lo serían. Un buen jugador puede aparecer aquí y allá, un destello de talento o espíritu de lucha, pero no del tipo en que podrías formar un equipo, o ciertamente no un equipo lo suficientemente bueno para competir en Sudamérica, generalmente considerada como la región más difícil de calificar. Nos acercamos a Francia ’98, y solo necesitábamos un empate contra Chile en nuestro último juego. Viajamos a Santiago llenos de esperanza. Perdimos, 4-0.

En 2001, me mudé a Lima para estudiar literatura en una universidad local. Me enamoré de un grupo de estudiantes de arte (pintores, ilustradores, escultores) e incluso después de dejar de asistir a las clases, todavía los visitaba, pasando largas tardes en el piso de cemento de un pequeño estudio que dos de ellos compartían. Este grupo se convirtió en mis primeros amigos reales en Perú que no eran familiares, y su aprobación significó mucho para mí. Una tarde, casualmente mencioné que iba al estadio para ver jugar al equipo nacional. Fue un partido de clasificación para la Copa Mundial contra Uruguay y mi primo César nos había conseguido las entradas.

Todos se callaron.

¿Vas a hacer qué?

Recuerdo el coro de voces muy claramente: no vayas. Va a hacer frío. Es un estadio de mierda para un equipo de mierda. Te robarán en el camino a casa. Te prestaré mi cuchillo. Vamos a perder; ¿Lo sabes? Siempre perdemos. No vamos a calificar. ¿Estás loco?

Pude sentir que mi cara empezaba a sonrojarse, pero ahora no había nada que los detuviera. En poco tiempo, comenzaron a analizarme: mi conexión emocional con el equipo nacional fue un efecto secundario de haber sido criado en los Estados Unidos. Si hubieras crecido aquí, todos estaban de acuerdo, no te importaría. Si crecí aquí e insisto en ser un fanático de los deportes, tal vez me gustaría el baloncesto. No fútbol, ​​que es tan común. Estás sobre compensando. Probablemente hay un jodido tatuaje Inca en tu pecho que obtuviste como un adolescente para demostrarles a las chicas americanas que no eras blanco.

Todos rieron.

Tengo ese tatuaje, por supuesto. Me lo hice cuando tenía diecisiete años.

Fui al juego de todos modos. Perdimos, 2-0.

Mis amigos tenían razón. Algunos días, me siento inauténtico, no totalmente estadounidense, no del todo peruano. Estoy seguro de que no soy el único inmigrante que enfrenta una versión de esto. Sientes que hay una parte de ti que se escapa, que se embota por tu entorno. Tu lenguaje se oxida. Tus gustos son indistinguibles como los de sus amigos estadounidenses. Y, mientras tanto, tu país de origen es complicado, problemático, su política es opaca. Lo que uno sabe de su país ha sido formado por unas pocas visitas a casa, filtradas a través de sus padres y familiares, teñidas por su nostalgia o su decepción, ocasionalmente por su ira. Es una herencia que puede sentirse como un privilegio a veces, una ventana a otro mundo más interesante y un inconveniente para otros. Pero siempre está ahí, ocupando espacio en tu corazón, en tu cabeza. A veces desearía que fuera más simple explicar lo que sucede dentro de ti cuando escuchas la palabra Perú. Te aferras a esas cosas que se sienten simples, que se sienten como expresiones puras de un amor tan complejo y en capas, hiriente y profundo que no puedes expresarlo, ni siquiera a ti mismo. Uno busca una tensión festiva de nacionalismo.

Entonces, incluso cuando hubo, objetivamente hablando, muy poco para celebrar, el apoyo al equipo nacional peruano me pareció necesario, una manera de recordarme quién era.

Lo que nos trae a este año. Una talentosa generación de jugadores jóvenes, en su mayoría de la liga local, comenzó a combinar una serie de resultados inverosímiles (ecualizadores de último momento, actuaciones defensivas incondicionales, regresos épicos y una dosis no despreciable de buena fortuna) que nos dejaron en el quinto puesto. Después de dieciocho partidos, estábamos por delante de Chile por diferencia de goles. Los cuatro mejores equipos de Sudamérica calificaron directamente para el torneo del próximo verano, en Rusia. Tuvimos que jugar contra Nueva Zelanda en un desempate de ida y vuelta: un partido en Wellington, uno en Lima. Después de treinta y seis años de decepción, un lugar en la Copa del Mundo fue tentadoramente cerca. Después de un empate sin goles en Nueva Zelanda, los equipos viajaron a Lima para el juego decisivo, que se jugó, el miércoles pasado, en el Estadio Nacional.

Fue justo como esperaba, solo que más. Mi teléfono sonó unos minutos después de que aterrizó mi avión: fue mi amigo Julio, compartiendo la reconfortante noticia de que tres chamanes (chino, brasileño y peruano) habían consultado sus oráculos y predijeron que Perú ganaría esa noche. Normalmente no pongo mucha fe en los chamanes, pero en este caso me sentí aliviado. Todos los periódicos tenían el juego en la portada, por supuesto, con exclusión de casi todo lo demás. ¿Nuevos desarrollos en un escándalo de corrupción cada vez mayor que podría amenazar a la Presidencia? Hablemos en serio, página 4. Hay un puesto en la Copa del Mundo en la línea.

En las calles, parecía que todos llevaban en polo de la selección -niños del equipo nacional en la parada del autobús, bebés en cochecitos, abuelas comprando comestibles, vendedores de helados, una oficinista con pantalones y un blazer azul sobre el jersey blanco tradicional con la banda roja. Vi a varios perros paseados en camisetas rojas y blancas de bandera peruana. A unas pocas cuadras del departamento de mi familia, un hombre con muletas se maniobró delicadamente entre los autos que estaban detenidos en el semáforo. Había ido más allá que la mayoría de los fanáticos: no solo la camiseta, sino también una gorra roja brillante, pantalones cortos rojos y largos calcetines rojos, subidos sobre sus piernas delgadas y atrofiadas, pidiendo patrióticamente cambio extra, una taza de plástico roja en su mano extendida.

Temprano esa mañana, alrededor de las dos, los fanáticos peruanos se habían reunido afuera del hotel donde dormía el equipo de Nueva Zelanda y organizaron un espectáculo improvisado de fuegos artificiales. Más tarde, alrededor de las once, desperté de una siesta por el rugido ensordecedor de dos aviones de combate de la Fuerza Aérea que sobrevolaban Lima. Los vi cruzando el cielo desde la ventana de nuestro apartamento, zumbando en varios círculos alrededor del hotel donde los jugadores de Nueva Zelanda estaban tratando de descansar. Más tarde, un portavoz del gobierno dijo que no tenía la intención de intimidar a nuestros visitantes, sino que se trataba simplemente de las fuerzas armadas que ofrecían “apoyo supersónico” a la escuadra peruana. La parte inferior de las alas de los jets había sido pintada de rojo y blanco.

Toda la semana, había estado caminando en un estado de ansiedad francamente insostenible. De vuelta en Nueva York, no había podido dormir. Me despertaba pensando en el juego, en este momento que había soñado durante tantos años. En ese sentido, fue reconfortante estar en Lima, donde todos estaban sintiendo lo mismo. Me encontré con Julio para comprar una camiseta para vestir en el estadio, y mientras charlábamos con el joven que vendía la mercancía, nos desviamos rápidamente a los recuerdos de los juegos que habíamos visto, y de allí a algo más personal, recuerdos más significativos. De esos momentos que compartimos con nuestros padres, nuestros hermanos y hermanas, nuestras familias extendidas. Recordamos ciertas victorias, claro, pero más que eso invocamos la cercanía y la claridad de propósito que sentimos al celebrarlas. El comerciante se llamaba Marlon. Tenía treinta y dos años. Como veinte millones de peruanos, él no estaba vivo la última vez que nuestro país jugó en un Mundial. Su padre le regaló un póster del equipo nacional durante los clasificatorios de 1998, el año en que llegamos a un punto del Mundial. Su padre estaba muerto, nos dijo Marlon, y todo lo que había podido pensar en estos días era en ese póster. “No teníamos dinero para nada”, dijo, frotándose el pulgar y el índice juntos. “Solo comprar ese póster hubiera sido difícil para mis padres”.

Y ahora Marlon se preguntaba dónde estaba, cuándo lo había perdido. Qué pensaría su padre. Cuánto deseaba poder ver el partido de esta noche con su viejo. Todos nos quedamos en silencio. Nos vendió las camisetas y nos abrazamos, ferozmente, como si no nos hubiéramos conocido apenas diez minutos antes.

Esa noche, cuando los jugadores de Nueva Zelanda salieron a calentar, parecían un poco aturdidos, un poco abrumados. Muchos tenían sus teléfonos afuera, tomando fotos o filmando, cuarenta mil peruanos a plena voz, todo el estadio en rojo y blanco. Con la excepción de unos pocos que juegan profesionalmente en Europa, la mayoría nunca había visto algo como esto. El rugby es el deporte nacional allí, no el fútbol. La frase de un periódico Kiwi en Facebook había estado circulando en las redes sociales. Decía: “Honestamente, si a Perú le importa tanto, que lo tengan, es solo un deporte”, una incomprensión fundamental de lo que estaba en juego.

El canto en el estadio comenzó dos horas antes del primer silbato, y no se detuvo hasta más de una hora después de que el juego había terminado. Era una manera de alejar los nervios, y se sentía bien, pero aun así podía sentir la tensión acumulándose en mis hombros. Treinta y seis años es mucho tiempo. Afortunadamente, nuestros jugadores estaban menos nerviosos que yo: solo dos minutos después de la patada inicial, golpeamos el travesaño, y después de eso nuestro ataque no se detuvo hasta que marcamos. El primer gol llegó alrededor de la marca de los veintiséis minutos: un contraataque relámpago por el flanco izquierdo rematado por una bala derecha del delantero Jefferson Farfán. El balón hizo que la red se abulte y el estadio explotó. Farfán corrió hacia la línea lateral, donde se desplomó, abrumado por la emoción, llorando.

Mucha gente lloró.

Yo lloré.

Anotamos nuevamente en la segunda mitad, y luego acabó. El silbato final sonó a las 11:06 hora local, un triunfo, pero también un exorcismo. Más tarde, salí del estadio en una madrugada como ninguna antes, una tensión alegre y catártica de locura y euforia en el aire. En el parque junto al estadio, la gente cantaba, bailaba y escalaba estatuas de héroes peruanos olvidados, estirando camisetas de fútbol sobre sus torsos de piedra, atando pañuelos rojos alrededor de los cuellos de la estatua. Vi pasar un vagón de paddy policial, sus puertas laterales abiertas, fanáticos borrachos cantando desde dentro, retorciéndose y gritando como animales enjaulados. Arriba, en el techo, dos niños saltaban de un lado a otro mientras el camión avanzaba, guiando a la multitud con una canción:

O, lé lé
O, la la
¡Nos vamos al Mundial!
¿Qué chucha va pasar?

He esperado toda una vida para hacerme esa pregunta. Lampadia

 




No es la pena de muerte sino la reforma del sistema judicial

No es la pena de muerte sino la reforma del sistema judicial

Jaime de Althaus
Para
Lampadia

Durkheim y la conciencia colectiva

La bancada de Fuerza Popular presentó un proyecto de ley para modificar la Constitución a fin de condenar a pena de muerte a los que cometan el delito de “violación contra menores de edad de 7 años seguido de muerte”. Así, el artículo 140 de la Constitución quedaría como sigue:

“La pena de muerte solo puede aplicarse por el delito de traición a la patria en caso de guerra, terrorismo y por delito de violación de la libertad sexual cometido contra menores de siete años de edad seguido de muerte, conforme a las leyes y a los tratados de los que el Perú es parte obligado”.

Emile Durkheim, fundador de la sociología, argumentó en “La División del Trabajo Social”, que la función del castigo penal, más que disuadir a otros de cometer el mismo delito o de expiar el crimen, es reforzar la cohesión social, fortalecer las creencias y sentimientos que conforman la conciencia colectiva. La penalización “no sirve –o no sirve más que muy secundariamente– para corregir al culpable o para intimidar a quienes mañana puedan imitarlo. Desde esta óptica doble su eficacia es dudosa, y, en todo caso, mediocre. Su genuina función es conservar entera la cohesión social, preservando completa la vitalidad de la conciencia común”.

 

Lo social se explica por lo social

Desde esa óptica, el mencionado proyecto de ley es una reacción al imperativo sociológico de expresar la voluntad colectiva. En términos ordinarios, es un acto político, que algunos llamarían populista. La tendencia a regresar a la pena de muerte –erradicada en la mayor parte de Occidente- se explicaría por el hecho de que una pena -según Durkheim- “es una reacción pasional. Sucede que la pasión, que es el alma de la penalización, no se detiene más que una vez que se ha agotado… De allí la tendencia a superar en gravedad a la acción contra la que reacciona”. En las sociedades antiguas podían terminar castigados no solo el criminal, sino sus familiares, por ejemplo. La pena es un acto de venganza (social). En las sociedades modernas –precisa- sigue siendo una reacción pasional, pero de intensidad regulada, limitada, por los códigos.

Podría interpretarse, siguiendo a Durkheim, que, al castigar con la pena extrema la violación de un menor seguido de asesinato, cediendo a la naturaleza pasional de la pena, la sociedad reforzaría sus convicciones morales respecto de ese tema y fortalecería su conciencia colectiva en un asunto –el abuso sexual de menores- que ha permanecido escondido dentro de las paredes de las casas familiares. Castigando, la sociedad se refuerza a sí misma.

La impunidad es general

Nótese que, por eso mismo, lo que realmente debilita la cohesión social y ofende sin reparación la conciencia colectiva, es la impunidad, la ausencia de castigo. El castigo es necesario parta mantener la vitalidad de la sociedad, de las creencias comunes. Pero una ley como la que se pretende resolvería –acaso con exceso- la impunidad solo en el caso de un tipo criminal. Claro, en la medida en que este tipo es especialmente atroz, podría convertirse en simbólico. Pero el problema en nuestro país es que la impunidad es generalizada. Lo que realmente ofende de manera cotidiana la cohesión social y la conciencia colectiva, es la altísima victimización por delincuencia y la enorme corrupción, que no son castigadas. Es allí donde hay que apuntar.

El problema es que esa es una tarea más laboriosa y compleja, cuyos resultados no se concentran en un solo acto. No obstante, una buena estrategia de comunicación podría lograr un impacto social y simbólico importante. Como diría Durkheim, si el sistema de justicia no funciona, no castiga o está él mismo muy corrompido, esto afecta seriamente la cohesión social y debilita la conciencia colectiva.[1] Al final, la sociedad misma se vuelve permisiva o se corrompe o se desagrega en actos de venganza personales. Si el Congreso quiere tener un impacto verdadero y sustancial que pueda incluso capitalizar políticamente, debe dar las leyes y reformas constitucionales que ayuden a reformar profundamente el sistema de justicia.

Reformar la Corte Suprema

Para ello, lo lógico y determinante es comenzar por la cabeza: la Corte Suprema. Dar una ley que permita conformar una Corte Suprema de pocos miembros de muy alto nivel dedicada exclusivamente a resolver algunos pocos casos seleccionados que permitan sentar jurisprudencia. Esto no solo permitiría darle predictibilidad a la justicia, reduciendo los márgenes discrecionales vulnerables a la corrupción, sino que el hecho de tener una máxima instancia de muy alta calificación ética y profesional, ejercería un efecto de atracción para que abogados calificados y honestos se interesen en ingresar a la carrera judicial, a la que hoy solo se presentan, con excepciones, egresados relativamente poco calificados, como ocurre en el magisterio.

Si transformamos la cabeza, transformamos el cuerpo. Esta reforma fue planteada por la Comisión Especial para la Reforma Integral de la Administración de Justicia (CERIAJUS) el 2004, pero fue rechazada por la Corte Suprema de entonces. Proponía reducir el número de Supremos a 11 para dedicarse solo a sentar jurisprudencia a partir de casos ejemplares. En la en la actualidad la Corte Suprema resuelve casi 20,000 demandas de casación por año, y por lo tanto se ha convertido en la práctica en una tercera instancia, yendo contra la Constitución. Y está sobrepoblada: posee 18 supremos titulares y 27 provisionales. En total, ¡45 magistrados!

Implantar esta reforma requiere de un acuerdo político, no solo para afrontar la resistencia del sistema, sino porque lo ideal sería consagrarla constitucionalmente. Sobre todo, si damos un paso más y le damos a esa Corte Suprema de alto nivel profesional las funciones del control constitucional que hoy están en manos del Tribunal Constitucional, actualmente muy desacreditado.  Un informe de la “Comisión de profesores para impulsar el debate sobre la reforma de la justicia en el Perú” de la Universidad Católica (2014) señala lo siguiente:

“Dejamos constancia de que durante los últimos años en el debate público se ha planteado la posibilidad de que la Corte Suprema incorpore en sus funciones la competencia para procesos constitucionales, de modo tal que sea ella (y ya no el Tribunal Constitucional) el órgano encargado de tutelar los derechos fundamentales. Al respecto, la Comisión considera que esta propuesta requiere de un amplio debate y de una eventual reforma de la Constitución, además de suponer -necesariamente- un diseño orgánico de sala única en relación con la Corte Suprema”.

Evaluación permanente de magistrados y la reforma del CNM

La excusa que se da para justificar una Corte Suprema numerosa y convertida en una tercera instancia, es que con frecuencia debe corregir los defectos jurídicos de las decisiones de segunda instancia. Al final esto no sería problema en la medida en que mejores profesionales ingresen a la carrera judicial, pero mientras tanto se hace necesario implementar un “transparente y eficiente sistema de evaluación permanente de los magistrados, que propicie la meritocracia al interior del Poder Judicial y Ministerio Público”.[2] Este sistema debe ser organizado por ambas instituciones en el marco de una nueva ley de carrera judicial y fiscal que asegure la meritocracia precisamente, y estaría supervisado por un Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) cuya composición y funciones deben ser, a su vez, reformados. Este nuevo sistema debería permitir retirar a magistrados incompetentes sin necesidad de esperar la ratificación de los 7 años.Transparencia propuso incluso eliminar dicha ratificación septenal y reemplazarla por una evaluación permanente. A nuestro juicio, la propuesta de reforma del CNM de Transparencia sigue siendo la mejor:

Proponemos que los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura, autoridad que elige a los jueces en nuestro país, sean designados por el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía de la Nación, el Banco Central de Reserva y la Corte Suprema. Además, el Jurado Nacional de Elecciones, con el soporte operativo de Servir, seleccionaría a tres miembros adicionales por concurso público de méritos. Proponemos también que se elimine el mecanismo de ratificación de jueces. Queremos un Consejo Nacional de la Magistratura con mayor legitimidad y con representantes que elijan responsablemente a nuestros jueces.

Todo esto supone leyes y modificaciones constitucionales que deben ser procesadas en el Congreso.

Lucha contra la corrupción

Ahora bien, paralelamente a un proceso sostenido de depuración profesional en el sistema de justicia, debería acelerarse un proceso de depuración ética, retirando a jueces y fiscales venales o vinculados a organizaciones criminales. Al respecto, la CERIAJUS planteó que el propio CNM asuma las funciones de control disciplinario (“Investigar en forma permanente la conducta funcional e idoneidad de los jueces y fiscales de todos los niveles y aplicarles las sanciones a que haya lugar”). Es debatible. Hay varias alternativas, incluyendo un acuerdo entre el Poder Judicial y el Ministerio Público con el ministerio del Interior para designar un grupo policial de élite que descubra vinculaciones de magistrados con redes ilícitas, al mismo tiempo de identifica policías vinculados a esas organizaciones delictivas. Un enfoque territorial sería aquí conveniente: ir desmontando región por región redes ilícitas apoyadas por policías, fiscales y jueces.

Lo anterior tendría que complementarse con una campaña de denuncias y con la creación de mecanismos que permitan la participación ciudadana en la lucha contra la corrupción y la ineficiencia en el sistema de justicia. Y debe mejorarse el esquema de participación de la sociedad civil en la OCMA y en el Órgano de Control del Ministerio Público, que no funciona porque las remuneraciones que se pagan son muy bajas o inexistentes. He propuesto que en “La Gran Reforma”, que el Poder Judicial y el Ministerio Público firmen convenios con las instituciones de origen de los representantes de la sociedad civil (Universidades, colegios de abogados) a fin de que sean destacados a la OCMA o a las ODECMAS o al Ministerio Público con el sueldo pagado por las instituciones de las que provienen. Mejor aún, cambiar el concepto: que la representación de la sociedad civil se ejecute de manera institucional: mediante convenios para que las universidades realicen una tarea de fiscalización y análisis de la calidad y orientación de las sentencias, por ejemplo.

Atención primaria de la justicia penal

Lo que, de nuevo siguiendo a Durkheim, socava la cohesión social y la voluntad colectiva, es la proliferación de la delincuencia común sin castigo, la altísima tasa de victimización por delincuencia que no encuentra respuesta en el sistema. Aquí lo primero es afiatar las relaciones entre la policía, el fiscal y el juez para efectos de la aplicación del nuevo código procesal penal, precisamente para evitar las liberaciones indebidas y la consecuente impunidad. Por ejemplo, la policía elabora un informe mal hecho, el fiscal pasa al juez sin revisar, y el juez lo rechaza. Los jueces deben capacitar a policías y fiscales. Pero en esto el Congreso también tiene un papel porque se requiere algunas modificaciones legales al mencionado código que restablezcan un balance más adecuado en la relación entre policías y fiscales de modo tal que el policía recupere algo de autonomía para hacer interrogatorios o tomar alguna la iniciativa en las investigaciones cuando el fiscal no está disponible. Pues la normatividad actual se convierte fácilmente en un pretexto para la inacción policial cuando la oportunidad es preciosa.

Pero algo que debería disponerse sin demora es integrar en un solo local en cada distrito de Lima –para comenzar- a la Policía, un fiscal, un juez y una pequeña carceleta –construidos y donados eventualmente por las municipalidades-, para que todo delincuente capturado sea juzgado de inmediato y castigado –si es primario- con penas inicialmente reducidas de días o semanas o meses. El asunto es que haya castigo. Y con asistencia sicológica y social si es posible.

Otra manera de verlo es que en cada comisaría haya un fiscal, un juez y una carceleta. La propia violencia familiar, que es la más extendida y cuyo extremo es el horrendo delito que ahora se quiere castigar con la pena de muerte, permanece impune porque las comisarías no acogen ni procesan de manera efectiva esta clase de denuncias.

Esto iría de la mano con el programa preventivo “Barrio Seguro” del Ministerio del Interior, que busca que la comisaría sea la sede de una “policía comunitaria” integrada a las asociaciones vecinales y organizaciones de la comunidad y a acciones específicas de desarrollo social y cultural organizadas por algunos ministerios. Esto a fin de disolver los núcleos de gestación de la criminalidad. 

Según el código penal, el juez puede castigar a penas privativas de la libertad de dos días en adelante. Pero no lo hace porque no existen centros de detención distritales o municipales para delitos menores. Si cortamos la impunidad en esta etapa germinal del delito, reducimos notoriamente la generación de delincuentes mayores. Es la atención primaria de la justicia penal.    

Acusación contra Basombrío

Por supuesto, la modernización, la meritocracia y la lucha contra la corrupción en la policía son fundamentales. Es una tarea del ministerio del Interior, pero el Congreso debe fiscalizar y apoyar en lugar, por ejemplo, de abrir acusación constitucional contra el ministro Basombrío por el paso al retiro de 39 generales, una de las medidas adoptadas para racionalizar, ordenar y moralizar el cuerpo policial. Como decía Durkheim, “La primera función de todo poder director constituido es la defensa de la conciencia colectiva contra sus antagonistas”. No se puede dar medidas de impacto para atacar el crimen y al mismo tiempo socavar los esfuerzos para alcanzar una Policía proba y eficiente.

[1]Primigeniamente la  asamblea del pueblo entera ejercía las funciones tribunalicias. En las sociedades avanzadas el tribunal es un órgano especializado, pero juzga en nombre de la sociedad. Si este órgano falla, la cohesión social y la conciencia colectiva se debilitan. Y esto se extiende al Estado en su conjunto: “La primera función de todo poder director constituido es la defensa de la conciencia colectiva contra sus antagonistas”, dice Durkheim.

[2]Ver documento “Selección, nombramiento, evaluación, ratificación y destitución de jueces y fiscales por el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), breve balance y algunas propuestas”, de la Comisión de profesores para impulsar el debate sobre la reforma de la justicia en el Perú, 2014, y “La Gran Reforma”, de Jaime de Althaus, 2016

 

 




Gobierno se apresta a destruir el SPP

Gobierno se apresta a destruir el SPP

Lamentablemente, en el Perú, muchas veces hacemos las cosas a medias, y luego, en vez de arreglarlas, las terminamos de malograr. Este es justamente, el caso del Sistema Privado de Pensiones (SPP).

  • Se hizo a medias, porque se mantuvo un sistema estatal de reparto que estafó a miles de peruanos con topes bajos de pensiones, la pérdida de los aportes de los que acumularon menos de 20 años de cotizaciones, y con bajos rendimientos de las inversiones del operador estatal, la ONP, a cargo del Sistema Nacional de Pensiones (SNP).
  • Se hizo a medias, porque, tanto el SPP como el SNP, se basaban en aportes de las planillas de los trabajadores, o sea, solo cubrían a los trabajadores formales, dejando fuera al 75% de los trabajadores.

  • Se terminó de malograr, porque en vez de unificar los sistemas hacia uno basado en cuentas individuales sin pérdidas de aportes por menos de 20 años, se atacó políticamente al sistema privado, no se fijó una pensión mínima en el SPP, y se atrajo más trabajadores al SNP, para estafar a más peruanos.
  • Se terminó de malograr, porque no se enfrentó la mayor deficiencia de ambos sistemas, la falta de cobertura de los trabajadores independientes. Teniendo como hacerlo, llevando la fuente de los aportes de la renta de las planillas de los trabajadores, a canjes parciales de pagos de IGV, para todos los trabajadores. Ver en Lampadia: Sobre formalización, pensiones e IGV.
  • Se terminó de malograr, porque el Estado dio el mal ejemplo de no abonar las retenciones de sus trabajadores a sus cuentas pensionarias individuales y de reparto.
  • Se terminó de malograr, porque al no haber incluido en un sistema previsional a todos los trabajadores, se creó el espacio político para que los políticos populistas buscaran réditos políticos desprestigiando el SPP, y, finalmente, desbaratándolo, al permitir el retiro del 95.5% de los fondos privados al alcanzarse la edad de jubilación.

La situación actual, determina un sistema insostenible fiscalmente, porque no solo se mantiene el déficit de la ONP en el SNP, también se tendrá que crear algún esquema de protección previsional, cuando se haga patente la pérdida de protección de los afiliados al SPP, luego de que se hayan agotado los fondos retirados bajo la norma del 95.5%.

Sin embargo, como estamos en el gobierno de los economistas (PPK, Fernando Zavala, Mercedes Aráoz, Alfredo Thorne y Claudia Cooper), se esperaba el diseño de un nuevo sistema de pensiones, que cubriera a todos los trabajadores, con pensiones basadas en aportes individuales.

Pero increíblemente, según trascendidos, el gobierno está por hacer público un esquema de pensiones vergonzoso, que adolece gravemente de los siguientes defectos:

  • Ha sido diseñado en secreto, a espaldas de los ciudadanos, y se mantiene bajo siete llaves.
  • El nuevo esquema se olvida, se zurra, en los independientes, que no están considerados en ninguna forma.
  • Se estaría descartando definitivamente, la posibilidad de usar los canjes de pagos de IGV, que podrían cubrir al universo de trabajadores.
  • Se le encargaría a la SUNAT, la recaudación de los aportes individuales, con una jugosa comisión de por medio.
  • Se encargaría el manejo de todo el sistema a la ONP, el brazo estatal de pensiones, que antes de cuidar los aportes personales de los trabajadores, cubriría sus costos. Costos de un monopolio estatal, el peor de todos los monopolios, pues actuaría por la libre.
  • Finalmente, los fondos individuales de los trabajadores, irían a operadores privados para que gestionen la inversión de los mismos.
  • Esto implicaría que los fondos individuales pasen varios días entre la recaudación por parte de la SUNAT, hasta su inversión efectiva, a cargo de algún operador de inversiones.
  • El rendimiento de las inversiones, regresaría a la ONP, ya sea para que se encomiende otra gestión de inversiones, o para pagar las pensiones a los afiliados. Más días de rentabilidad perdidas.
  • Se supone que la selección de los gestores de las inversiones, se haría mediante licitaciones manejadas por la ONP.

¡Dios nos libre de que semejante elucubración se convierta en ley!

En Lampadia, llamaremos a este entuerto: el NEO-SPP.

NEO-SPP por: Sistema Patético de Pensiones.

Ver la operatividad del NEO-SPP en el siguiente gráfico:

Levantemos nuestras banderas, no podemos permitir que el gobierno disponga de la suerte de los fondos previsionales, de propiedad de cada afiliado, poniéndolos en manos de entidades gubernamentales, cuyos objetivos y compromisos están muy lejos de la necesidades y aspiraciones de los ciudadanos, máxime, si al mismo tiempo se abandona a los independientes, a su propia suerte.

En el empeño de la reforma en ciernes, primero se estuvo coqueteando con la idea de un funcionario del BID, Santiago Levi, de usar los canjes de IGV, pero para aportes a un pozo colectivo que determinaba pasar a un sistema de reparto. Un esquema inspirado en una visión fiscalista más que previsional, y que lamentablemente, algunos economistas peruanos, confundieron con la propuesta de Lampadia, de mantener las cuentas individuales, la esencia de la gran reforma previsional de los años 90, que se extendió por el mundo como uno de los mejores aportes sociales y fiscales de los tiempos modernos.

Otra idea que anda compitiendo con lo expresado anteriormente, es la del llamado: ‘Matching’. Incentivar a los trabajadores a hacer aportes de doble impacto, pues el Estado aportaría otro tanto, doblando el aporte del trabajador. Una solución insuficiente para superar el gran reto del sistema pensionario, la afiliación de los independientes, quienes, ya sabemos, tienen una gran resistencia a disponer recursos hoy (así sea en menor proporción), para beneficios futuros.

El nuevo Sistema de Pensiones tiene que incluir a los independientes, entre los que están los ciudadanos menos favorecidos. Su diseño debe basarse en ese objetivo. No podemos darles la espalda.

Lamentablemente, por lo visto hasta ahora, ni el gobierno, ni las AFPs, tan lejanas de sus afiliados por esa competencia de atributos patrimoniales, que capturó el enfoque publicitario del sistema durante muchos años, muestran la más mínima preocupación por servir y proteger a la gran mayoría de trabajadores peruanos, los independientes, la clase media emergente, ese pulmón social y económico de la nueva economía peruana.

El siguiente gráfico muestra el esquema propuesto por Lampadia, que se basa en aportes y pensiones individuales, originadas mediante canjes VOLUNTARIOS, de una fracción de los pagos por IGV, que hagan los ciudadanos mayores desde los 18 años de edad.

  • Diez Soles aportados a los 18 años, generan un valor de S/. 240 a los 65 años, con un rendimiento promedio de 7% anual.

Como se aprecia en el gráfico, todos los trabajadores tendrían el incentivo de canjear sus pagos de IGV por aportes a sus cuentas de pensiones individuales. Cada trabajador elegiría su AFP, pudiendo cambiarla a su decisión. Las inversiones se harían bajo las regulaciones que el Estado vea convenientes, en los mercados peruanos y globales, produciendo las mejores pensiones posibles, incluyendo una pensión mínima, de ser el caso.

Entendemos que nuestras ideas, no son necesariamente las únicas buenas, lo que nos resistimos a entender, es que no se consideren cuando se buscan cambios para salir de perdedores; y que, en el Perú del siglo XXI, se siga decidiendo la suerte de los ciudadanos a puertas cerradas, entre gurús y gobernantes lejanos del sentir ciudadano. Lampadia




Una gran campaña de comunicación para la reforma laboral

Una gran campaña de comunicación para la reforma laboral

Jaime de Althaus
Para
Lampadia

La presentación de la presidenta del Consejo de Ministros en el Congreso este jueves para buscar el voto de investidura no debe consistir en más de lo mismo con dos o tres pequeñas ideas nuevas, sino que debe ir al fondo de los problemas que bloquean nuestro desarrollo y debe hacer cuestión de confianza en torno a la necesidad de abordarlos de una vez. Claro que para eso habría sido mejor haberlos planteado en las conversaciones que ha tenido con las distintas bancadas, pero aun cuando no lo haya hecho, no es razón para no plantearlos directamente en el Pleno, porque son verdad y la verdad no podría ser objeto de censura en una democracia.

No vamos a entrar aquí en el detalle de los temas, que ya son conocidos. Hablamos de la reforma política, de una profunda reforma del sistema judicial, de la descentralización, del servicio civil, del sistema de protección social que incluye salud, el sistema de pensiones y la reforma laboral, principalmente. Pero, como he señalado en una columna en El Comercio, algunas de estas reformas son kryptonita para los legisladores y para el propio Ejecutivo, porque se cree que pueden ser impopulares y en medio de tanta precariedad del sistema político, lo último que se quiere es sucumbir ante eventuales movilizaciones.

El caso paradigmático es el de la reforma laboral. Se le huye como al cuco. Y esto ocurre pese a que los beneficiarios de tal reforma serían las grandes mayorías, que podrían tener ahora sí la esperanza de acceder a empleos formales con beneficios y derechos. Sin embargo, en la medida en que esas mayorías carecen de “conciencia de clase” en este tema y más bien una pequeña parte de las minorías protegidas por el sistema sí están organizadas y pueden movilizarse, no hay quien quiera desafiar al tigre de papel.

Esto tiene una solución, que vamos a describir más adelante. Mientras tanto la experiencia nos dice queel discurso de que la reforma laboral pretende recortar derechos, precarizar el empleo y despedir gente, tendría alguna llegada incluso entre las mayorías desprovistas de todo derecho alguno y que viven en la precariedad laboral más absoluta. Aparentemente porque querrían alcanzar el status de los privilegiados y suponen que la reforma laboral les negaría el sueño.

Entonces hay un problema serio de comunicación, cuya batalla ha sido ganada largamente por la izquierda y por los sectores interesados. Pero ese problema tiene solución, precisamente con una estrategia de comunicación bien diseñada, que debería ser aportada como una contribución gratuita por las empresas de comunicación conscientes del problema.

La reciente encuesta de Ipsos (setiembre) sobre estos temas nos dan clave de lo que está ocurriendo, y podrían sugerir pautas para tal estrategia. Cuando se pregunta si, para promover el empleo, ¿estaría de acuerdo con una legislación que proponga “facilitar la libre contratación y el despido de trabajadores”?, el 60% se manifiesta en desacuerdo (ver cuadro).

Fuente: Ipsos

Como vemos, solo en el sector A son más los que están de acuerdo. En todos los demás, y particularmente en el C y E, el desacuerdo es mayoritario. Eso ocurre en mayor medida incluso en el sector E, donde probablemente muy pocos sean formales en planilla. Quizá precisamente porque al no estarlo pueden ser despedidos en cualquier momento, o porque su trabajo es muy inestable y precario, añoran una situación de más estabilidad.

La tarea de una campaña de comunicación sería persuadir de que la reforma planteada permitirá que todos puedan acceder a una mayor estabilidad y a otros beneficios, como veremos.

Por lo demás, la pregunta se formula en los mismos términos que usa el discurso político para desacreditarla: que la reforma laboral sería para facilitar el despido de trabajadores. Ese discurso probablemente ha calado, y empata paradójicamente con la situación precaria de los excluidos de la legislación laboral.

Pero cuando la misma encuesta pregunta: “Si una empresa decide despedir a un trabajador, ¿cree que la empresa debería…?”, sólo un 23% responde: “No debe despedirlo. Si lo despide solo porque no trabaja bien, el Estado debe ordenar su reposición en la misma empresa”. Es decir, lo contrario de la pregunta anterior. Más bien un 13% responde que la empresa debería “darle una indemnización de medio sueldo por año de servicio”, un 36% que debería “darle una indemnización de un sueldo por año de servicio”, un 17% “darle una indemnización de un sueldo y medio por año de servicios” …

Fuente: Ipsos

Es decir, la gran mayoría precarizada es en el fondo realista y tiene sentido común. Sabe que es absurdo que el Estado imponga la permanencia de un trabajador que no trabaja bien. Y si, en lugar de eso, el despedido recibe una indemnización justa, eso es mucho mejor que no recibir nada que es lo que ocurre en el mundo de la mayoritaria informalidad. Ni siquiera es la indemnización más alta la que tiene más preferencia.

Las mayorías que viven en la precaria informalidad laboral desearían la estabilidad absoluta, por supuesto. Pero saben que es imposible.Y saben que más realista y mucho mejor que su situación actual sería una indemnización adecuada. Es por allí que tendría que ir una campaña de comunicación.

Es decir, cuando la pregunta plantea las opciones concretas ante una situación concreta, y no usa los términos del mito, del discurso político, la respuesta cambia por completo y más que se invierte. Ese 23% que prefiere la definición operacional de la estabilidad laboral absoluta, es incluso algo menor al porcentaje de trabajadores formales en nuestro país.

No solo eso, la encuesta permite desmontar otros mitos en torno a la legislación laboral. Como podemos ver en el siguiente cuadro, la población, por ejemplo, estaríalargamente de acuerdo con que las gratificaciones de Fiestas Patrias y Navidad sean pactadas libremente entre empresas y trabajadores, en lugar de que sean obligatorias y fijadas por ley. Lo curioso aquí es que la proporción de los que están de acuerdo con esto es aún mayor en los niveles socio económicos inferiores, donde las gratificaciones, por supuesto, no existen en la práctica.   

Fuente: Ipsos

Lo mismo ocurre cuando se pregunta si estaría de acuerdo con una legislación que proponga que el número de días de vacaciones sean pactados libremente por empresas y trabajadores. La gran mayoría prefiere eso seguramente porque querría vendersus vacaciones.

Fuente: Ipsos

Podríamos decir que lo mismo ocurre con los políticos: una mayoría de los congresistas de Fuerza Popular y de las demás bancadas, salvo por supuesto las dos de izquierda, saben que la legislación laboral es hondamente excluyente y necesita ser reformada, y que es necesario que el Tribunal Constitucional cambie su interpretación del artículo 27 de la Constitución, o que el propio Congreso precise ese artículo en el sentido de que la indemnización constituye protección adecuada al despido. Lo saben, y saben que es un tema que debe ser resuelto, pero no lo abordan por temor político.

La manera de disipar ese temor es exponiéndoles una campaña de comunicación que logre presentar la reforma en los términos que señalan las preguntas que hemos analizado y que la gente aprueba, y que explique bien las ventajas que todos obtendrán de una reforma como esa.

Algo así ya se hizo con ocasión del tratado de libre comercio de Estados Unidos. La opinión mayoritaria era contraria. Pero se organizó una campaña bien estructurada que incluyó televisión, prensa, publicidad, comunicación social y conferencias en universidades, entrevistas en radios, etc., y al final la opinión pública se volteó ampliamente a favor.

Lo mismo debe hacerse ahora, incluyendo esta vez las redes sociales. He conversado con un empresario líder en el área de comunicación y me dijo que a él le encantaría dirigir una campaña así, y lo haría ad honorem. Muchos podrían sumarse ad honorem, como una contribución a una causa social y nacional de gran trascendencia. Podría ser asumida por una universidad o un grupo de universidades y centros de investigación que, de paso, organicen debates al respecto.

Es hora de la movilización de las fuerzas interesadas en el desarrollo del país y en la inclusión legal y económica de las grandes mayorías. Alguien tiene que tomar la iniciativa.




Francia rompió el maleficio de la rigidez laboral

La semana pasada, el presidente Emmanuel Macron, superó su primera prueba importante como reformadordesde que asumió el cargo en mayo. Firmó cinco decretos sobre las regulaciones laborales de Francia. Las nuevas reglas, discutidas anticipadamente con los sindicatos, limitarán los pagos de los despidos denominados injustos, y permitirán a las empresas libertad para contratar y despedir trabajadores y para llegar a acuerdos sobre las condiciones de trabajo.

Como muestra el gráfico anterior, los franceses habían perdido en bienestar versus sus pares. Algo que permitió el volteretazo político de la elección de Macron, que incluyó la tomadel control de la Asamblea.

Los decretos ya se han convertido en ley, aunque no surtirán efecto hasta que se reglamenten antes de fin de año. Los cambios en el código laboral son los primeros en una serie de reformas que Macron ha prometido con el objetivo de revitalizar la economía y reducir el desempleo. Sorprendentemente, las demostraciones contra la reforma, parecen estar amenguando. También hay planes para enmendar los beneficios de desempleo y los sistemas de pensiones.

Tras varias semanas de negociaciones y un centenar de reuniones con sindicatos, el gobierno francés presentó una ambiciosa y amplia reforma de la legislación laboral. El objetivo de la “Ley de refuerzo del diálogo social” es aumentar la flexibilidad del mercado laboral a través de 36 medidas concretas. Una mayor flexibilidad a su vez reducirá el costo de hacer negocios para las empresas y, por lo tanto, aumentar la competitividad y la propensión a invertir. Esta reforma es una piedra angular del plan del gobierno para adaptar la economía francesa, la segunda más grande de la zona euro, a una economía mundial competitiva, globalizada y en rápida evolución.

 

Macron firma la reforma laboral francesa – Fuente: independent.co.uk

Macron celebró esta ley, afirmando que es “una reforma profunda y sin precedentes del mercado de trabajo, crucial para nuestra economía y nuestra sociedad”. Además, pronosticó que los efectos serían profundos “en el empleo y en particular para los jóvenes y las personas menos calificadas”.

La reforma está respaldada por una fuerte legitimidad de los votantes de las elecciones presidenciales y legislativas, así como de la Asamblea Nacional francesa que autorizó al gobierno a utilizar las ordenanzas para acelerar el proceso. Por lo tanto, el gobierno está cumpliendo con la promesa de reformar la economía francesa lo antes posible. La reforma alentará a los empleadores a incrementar la contratación eliminando aspectos rígidos del mercado de trabajo.

La reforma tiene tres ejes principales, según el Ministère du Travail (Ministerio de Trabajo) de Francia:

  1. Las relaciones laborales serán simplificadas. Los empleadores tendrán más libertad para negociar el tiempo de trabajo, los salarios y las horas extraordinarias con menos restricciones de las normas establecidas actualmente. El número de órganos estatutarios que representan a los trabajadores se reducirá de cuatro a uno. Las empresas que empleen a menos de 50 trabajadores, es decir, el 95% de las empresas francesas, podrán negociar directamente con los empleados, sin ningún delegado de un sindicato.
  2. El mercado de trabajo será más flexible. El elemento de riesgo financiero y la incertidumbre vinculada a los planes de despido serán minimizados gracias a un menor límite de indemnización otorgado por los tribunales laborales por despido injustificado. Cada empresa podrá contar con un mecanismo de despido voluntario.
  3. Francia será más acogedora para los empresarios e inversores. Los tribunales laborales sólo tendrán en cuenta la salud financiera de las filiales en Francia y no los activos de una empresa en el extranjero, al evaluar la importancia de los despidos basándose en dificultades económicas.

Días después, líderes y miembros de sindicatos opositores a la reforma marcharon en ciudades de toda Francia, en protesta, aunque en números mucho más bajos que las protestas similares de una semana antes.

El pasado intento de François Hollande de reformar el código laboral francés provocó grandes protestas y condujo a la ocupación francesa, “Nuit debout” (Noche en pie, en francés). Pero la ley de Hollande, que flexibilizó las horas de trabajo y fue forzada por su gobierno, fue muy modesta en comparación con la de Macron. Macron dice que las reformas son necesarias para hacer la economía francesa más competitiva, atraer a los inversores y reducir la tasa de desempleo del 9.5 %, que se mantiene encima de la media de la eurozona.

 

Fuente: telesurtv.net

Los sindicatos han calificado las propuestas como la “ley laboral XXL”. Jean-LucMélenchon, líder del partido de extrema izquierda Francia Insoumise (“Untamed France”), los describió como un “golpe de estado social”. Los críticos dicen que las reformas de Macron reducirán significativamente la seguridad en el empleo.

La mirada desde el Perú

Esta revolución planteada por el gobierno francés nos debería hacer reaccionar en el Perú, sobre nuestras políticas laborales, para que permitan facilitar la creación de empleo de calidad y empezar a superar la perniciosa desprotección laboral del inmenso sector informal. Necesitamos una nueva formalidad, una ‘formalidad incluyente’. (Ver en Lampadia: El altar del laboralismo se rinde a la ‘dura prueba de la realidad’ y Sin flexibilidad laboral perdemos empleo y productividad). Nuestras regulaciones laborales y sus impactos en el mercado de trabajo son muy similares a las que Francia se alista a abandonar.

Así como la política peruana siguió a Francia cuando levantaron los muros regulatorios que desincentivaron la creación de empleo, ahora nos toca seguirlos con una reforma efectiva que corrija nuestra rigidez laboral, una de las más extremas del mundo. (Ver en Lampadia: Por décadas, nos equivocamos siguiendo a los franceses). No sigamos promoviendo los malos ejemplos de los opositores a la reforma francesa, liderada por los jóvenes que no tienen empleo, tal como sucedió el año pasado en el Perú con la llamada Ley Pulpín, lo que determinó que los jóvenes se quedaran sin ninguna protección laboral en el mundo de la informalidad.

Está comprobado que la sobrerregulación afecta el normal desenvolviendo de los mercados y el laboral no es una excepción. Por tanto, es urgente avanzar en la flexibilización laboral que nos lleve a ‘una formalidad incluyente’. Lampadia