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Ica: ¿falta de agua o falta de gestión?

Ica: ¿falta de agua o falta de gestión?

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 15 de octubre de 2021
Para Lampadia

Una vez más, la envidia y la mediocridad están al acecho de la agricultura empresarial en nuestro país. Una vez más – de manera perversa – se están alineando los tres astros premonitores del mal: la ignorancia, la envidia y el rencor. Una vez más, el populismo, la demagogia y la politiquería barata pretenden malograr la exitosísima historia de progreso económico y bienestar social de nuestra agricultura exportadora.

La agricultura empresarial iqueña es un éxito ampliamente reconocido y comentado a nivel mundial, excepto para ciertos políticos nacionales, incluidos algunos periodistas, académicos y dirigentes sociales que por cuestiones ideológicas – y sicológicas – jamás valorarán los logros alcanzados en las estupendas plantaciones frutícolas y hortícolas de Ica.

Ese es el caso del Ministerio de Cultura que acaba de difundir un video donde se pretende culpar a nuestra agricultura exportadora de la falta de agua potable en las ciudades y centros poblados de Ica. ¿Qué tiene que ver el Ministerio de Cultura con el agro o con el agua potable? Ciertamente, nada… pero igual mete su cuchara en el tema.

En dicho video, la socióloga María Teresa Oré – profesora y miembro del Consejo Directivo en la Maestría de Recursos Hídricos de la Pontificia Universidad Católica del Perú – sostiene que la escasez de agua potable para la población iqueña se debe a que las empresas agrícolas se la llevan toda [¡Hay PUCP!].

La pregunta es:

  • ¿acaso no es sabido que el suministro de agua potable está a cargo de las Entidades Prestadoras de Servicios de Saneamiento (EPS´s), de propiedad de las municipalidades provinciales?
  • ¿Y que – a nivel rural – el agua potable está a cargo de las Juntas Administradoras de Servicios de Saneamiento (JASS), manejadas por los municipios distritales?

Más bien, lo que se debería reconocer en dicho video es que ese esquema – el de las empresas municipales de agua potable – fracasó. La mayoría de EPS´s y JASS´s están quebradas financieramente. La corrupción y el clientelismo político las quebró. Yo puedo dar fe de ello. Las EPS´s y JASS´s de la Región Ica son – casi todas – antros de corrupción e inoperancia. Por eso los iqueños no tienen agua potable en sus viviendas.

Dejémonos de hipocresías. La institucionalidad del agua para uso domiciliario tiene que cambiar. La salud de los iqueños está en juego. Una entidad pública autónoma, especializada, y meritocrática – tipo Banco Central de Reserva (BCR) – que no dependa de los alcaldes de turno… eso es lo que se necesita. Los alcaldes cambian a cada rato. Y con ellos cambia – también – gran parte del personal de las EPS´s y JASS´s. Clientelismo político en su máxima expresión.

Repito… los iqueños no tienen agua potable en sus viviendas por culpa de sus autoridades municipales. Y lo mismo sucede en el resto del país. Los acuíferos de Ica tienen agua para atender a la población. Es falso que los acuíferos iqueños se hayan agotado. ¿Cuántas veces habré escuchado decir que “a la agricultura iqueña le quedan 5 años de vida”? ¿Cuántos “expertos” han repetido el cuento del apocalipsis hídrico de Ica? El problema para aquellos videntes de la muerte de la agricultura iqueña es que hace más de 20 años vienen profetizando al respecto, y la agricultura de Ica sigue creciendo y prosperando.

Lo que no dicen estos agoreros de desgracias hídricas es que – aparte de las recargas naturales e inducidas de los acuíferos – los ríos de Ica vierten al mar, todos los años en las temporadas de lluvias, cientos de millones de metros cúbicos de agua dulce. ¿Por qué no hacen algo para guardar parte de esas aguas sobrantes?

CONCLUSIÓN: Ica tiene agua. Agua para su población y agua para su agricultura. En Ica no hay falta de agua. Lo que falta en Ica – y en todo el país – es mejorar la gestión del agua. Lampadia




La democracia que merecemos

La democracia que merecemos

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

No puedo dejar de mostrar mi indignación ante el artículo escrito por el Sr. Tuesta en El Comercio, bajo el título: “La democracia que me conviene”. Me parece que hubiera sido fuente de inspiración del tango Cambalache.  Es de muy mal gusto que uno de los “notables” convocado durante el gobierno anterior, para plantear “la reforma política” y completar con ella la destrucción de los mecanismos de la democracia en el Perú y que, a pesar de eso, hoy pretenda defender lo que hay y pontificar sobre democracia.

El Perú merece convocar a sus mejores hijos a la actividad política, pero propuestas como la de “la comisión de notables”; eliminando la reelección parlamentaria y con ello, la posibilidad de hacer carrera política, no haber tomado posición en defensa de la bicameralidad, eliminar la inmunidad parlamentaria en lugar de reglamentarla, haciéndole el amén a la disolución del Congreso mediante “interpretación auténtica” de la “denegación fáctica de confianza”, cuando el gobierno se entrometió en un deber y derecho exclusivo y excluyente del parlamento, cual es la elección de los miembros del TC y con esto, dejar al Perú en la precaria situación de contar en estos momentos con 6 de 7 miembros con mandato vencido hace dos años.

¡Imperdonable! Así y con este rosario de desaciertos, manejados políticamente por quienes no estaban facultados para plantear esos temas, cual Senado y llevarnos a esta situación. Estos “notables”, si realmente tenían convicciones democráticas, debieron sugerir que se trabajen los temas con el Congreso, tal como manda la constitución y que eso se trabaje en las comisiones, para luego proponer la mejor vía para las adecuaciones legales o constitucionales, según corresponda.

Hoy, esos “demócratas”, después de unas elecciones manejadas por un JNE incompleto, habiendo guardado silencio y hacerse de la vista gorda ante todas las infracciones cometidas en la admisión e inscripción de candidatos y planchas presidenciales incompletas, al igual que durante el proceso mismo, quieren dictar cátedra.

Que un país asuma y acepte la proclamación de una plancha presidencial, no le da a estos proclamados patente de corso para armar un gabinete ministerial que incluya prontuariados, gente que está bajo investigación penal o con antecedentes por terrorismo. Ni que, ahora, quienes perseguían el “delito” por lavado de activos y financiamiento ilegal de partidos en el pasado, cuando no era delito, olviden que desde el año 2019, el financiamiento ilegal de partidos sí es un delito tipificado, pero silencien en todos los idiomas, que los “Dinámicos del Centro” financiaron con recursos captados ilegalmente desde el GR de Junín, la campaña de PL, ahora en el gobierno.

No acepto que el autor de ese artículo afirme que, “Una parte de nuestras élites tiene una alterada forma de entender la democracia” y pretenda dar lecciones respecto “al acceso al gobierno por elecciones, en el marco de un juego reglado”, cuando aquí, si algo se ha violentado, son las reglas a manos de una organización enquistada en el sistema electoral y con un partido financiado con recursos ilegales.

No es aceptable que, justo ahora, cuando tenemos ministros bajo sospecha e investigación por terrorismo y apología de terrorismo, se haga una intervención a la DIRCOTE, con 6 equipos de inspección, como si se tratara de una inspección normal. Espero que no desaparezcan grabaciones, archivos de las investigaciones, ni documentación, sustento de las correspondientes acusaciones. ¿Dónde está la Fiscal de la Nación? ¿Nuevamente le han comido la lengüita los ratones? Definitivamente, nuestro sistema judicial, la JNJ, entidad que designa y sanciona a jueces y fiscales, están absolutamente infiltrados y por eso, no son confiables, ni sirven para reconstruir la democracia que merecemos.

Mención aparte merece el “Chauchiller” Béjar, quien está claro, no tendrá la hombría de reconocer su mentira y rectificarse públicamente por decir barbaridades en entrevistas de TV, ofendiendo a nuestra Marina de Guerra del Perú. Lo seguro es que, bien sea recurriendo al viejo argumento de “haber sido sacado de contexto” o tal vez recurriendo a la inimputabilidad que, supongo, sus delirios terroristas sesenteros y su senilidad le permitirían argüir, pretenderá evadir sus responsabilidades.

Pero la cosa no queda ahí, la PUCP (Pontificia Universidad Católica del Perú) ha cobijado a Béjar como catedrático, por lo que queda claro cuales han sido las enseñanzas y adoctrinamiento que ha dado a sus alumnos en la universidad, cambiando abiertamente la historia y, a base de eso, infundiendo odios en nuestras juventudes, de ahí los pensamientos equivocados de sus estudiantes y egresados. La PUCP tiene una gran responsabilidad con el Perú y no puede pretender ahora, pasar bajo el radar. La PUCP nos debe una disculpa, no sólo a la Marina y nuestros institutos armados, sino a todos los peruanos, por engendrar en sus aulas ese veneno.

Por eso, los que votamos por convicción contra el comunismo y los que por confundidos no lo hicieron, debemos trabajar juntos por la democracia que merecemos y no permitir que nadie, que coincidentemente es también profesor de la PUCP, pretenda el jueguito de hablar de “La democracia que me conviene”.

Señores de la PUCP, ustedes no pueden permitir que en sus aulas se modifique la historia del Perú y se manipule nuestra democracia de esa manera. Ningún peruano bien nacido le va a aceptar a Béjar tamaña ofensa y por eso las expresiones de Bellido dando su respaldo a Béjar, lo muestran tal cual es y terminan por descalificar a ambos. Los dos han hecho “méritos suficientes” para ser reemplazados de inmediato en el gabinete. Quien los designó tiene una oportunidad para rectificarse. Lampadia




Establecieron la narrativa…

Establecieron la narrativa…

JOSÉ IGNACIO BETETA BAZÁN
16/05/2021
Diario Gestión

Y no hay muchos estableciendo otra alternativa…

Desde mis estudios generales y luego mis estudios en la facultad de Humanidades en la PUCP, pude advertir que la canción sobre la historia y los fenómenos sociales peruanos que me cantaron tenía dos elementos transversales ineludibles:

(1) rimaba con marcos teóricos “traídos” de algunas universidades europeas, declaradamente agnósticas y con una sólida línea socialista;

(2) se bailaba con una literatura académica peruana auto-referente; leíamos a catedráticos de la casa, o de otras universidades con el mismo ADN: Cotler, Matos Mar, Lumbreras, Franklin Pease, y compañía.

Estos dos elementos musicales decantaban en narrativas para cada evento histórico y cada fenómeno social: el mundo andino, la conquista, la independencia, la época del guano, la guerra con Chile, la “República Aristocrática”, los militarismos, las migraciones del campo a la ciudad, la historia de las minorías, el gobierno de Velasco, el terrorismo, los ochentas y la década de Fujimori.

Para cada etapa o fenómeno, el corpus académico de la universidad funcionaba como una sinfonía perfecta. Cada profesor, cada sílabo, cada bibliografía, respondía a dichas narrativas y entonaba como coro de Misa las conclusiones que se iban construyendo con orgullo y naturalidad a lo largo de los años.

La pluralidad que publicita la PUCP se basa en que estas narrativas eran interpretadas por diversas voces, pero todas unísonas. El autor tal, la autora tal, el autor tal por cual, y la autora tal por cual, eran todos violines tocando en la misma tonalidad, la misma nota, a la misma velocidad, una y otra vez. En Estudios Generales recuerdo a una sola profesora que desafinó virtuosamente. Adriana Añi. Y luego algunos y algunas más en la facultad. Había docentes con una mirada balanceada, sí, pero eran pocos.

¿Entendemos al Mundo Andino? El mundo andino se basaba en el “principio de reciprocidad”, concepto cuya aplicación en la realidad es improbable, pero que desarrollado y disgregado, sirve para contrastarlo con la mirada “comercial y mercantilista” de los conquistadores. Cuando llegan los españoles, se rompe el principio de reciprocidad de la mita andina. Se destruye el paraíso.

¿Abordamos la Independencia? La independencia no fue un acto voluntario. Ni siquiera fue una guerra civil, como lo planteó José Agustín de la Puente. Fue un acto resignado, vil y traicionero de la élite criolla peruana. Así, nuestra génesis estuvo marcada por el egoísmo de los blancos, de los ricos, y la victimización de los indígenas y esclavos.

¿Estudiamos la Época del Guano? Fue la presentación en sociedad de la élite peruana, que demostró ser vil, despiadada, corrupta, superficial, tal como lo habría de ser durante la “República Aristocrática”, que en vez de ser una etapa de crecimiento y apertura económica, fue -según esta corriente- primordialmente una de elitismo y discriminación.

¿Nos metemos en el sensible análisis del terrorismo? La partitura decía que era un fenómeno en el que uno podía “separar” el “senderismo ideológico” de la violencia en el campo (¡!). Y recuerdo a un profesor que afirmaba explícitamente que Abimael no quería que haya violencia, pero el proyecto “se le escapó de las manos”. Senderismo y terrorismo, eran melodías distintas, según este académico (cualquier parecido con la actualidad, no es pura coincidencia).

Así, las conclusiones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, contempladas con el alma de un ex estudiante de la PUCP, constituían una pieza musical perfecta en la que uno podía respirar el marco teórico y las narrativas de las que les hablo. Iglesia y Estado fueron tan perversos como los terroristas. El terrorismo no podía ser considerado un fenómeno ideológico y subversivo, fue la consecuencia justificada de un proceso de discriminación y desigualdad. Había que indemnizar a esos (potenciales) terroristas invisibles que los militares no pudieron identificar, pero debieron hacerlo, principalmente porque el petit comité que las redactó años después, así lo exigía, sin tener el mas mínimo entendimiento de lo que fue, en el campo, la guerra contra el comunismo.

Ojo, nadie dice que la interpretación correcta de los períodos y fenómenos históricos que he elegido sea la opuesta (en el caso del terrorismo, sí). Lo que afirmo es que siempre predominaba una melodía de lucha de clases, basada en figuras predeterminadas y sesgadas, que conectaba datos de la misma forma antojadiza en que los conectan hoy varios portales informativos de izquierda.

En conclusión, y con cargo a que me escriban y acepte cualquier debate al respecto,

  • la canción histórica y sociológica del Perú de los últimos 40 años, es la canción que la PUCP y sus anexos nos han cantado.
  • La San Marcos consume lo que la PUCP produce.
  • La UPC también, al contratar a sus egresados de Humanidades, año tras año, por los últimos 15 años.
  • Y ahora la misma influencia maternal y umbilical se percibe en el ensamble de la UP.

¿Es esto algo “malo” en sí mismo? No lo sé. Sigo teniendo muy buenos amigos que son hijos intelectuales de esta corriente y son felices. Solo sé que la mirada que tenemos del país, gracias a esta corriente intelectual, no es para nada plural. Es monolítica, pétrea, sin grietas, dado justamente su sesgo ideológico, barnizado de pluralidad, pero repleto de clichés. Y aquí tenemos un problema, porque una mirada única solo puede traer intolerancia hacia quienes no la comparten, y mediocridad intelectual en quienes la alimentan.

Lo que también puedo decir es que esta narrativa ha dominado nuestro imaginario y se hizo cargo de dar a luz al antifujimorismo, al toledismo, al humalismo y ahora amamanta al castillismo. Las campañas electorales son como son, en parte gracias a esta escuela histórica y sociológica que nació en mi alma mater, y hasta que no aparezca una nueva con una mirada más balanceada, liberal y objetiva, que le haga frente, nuestro devenir será una inevitable caída hacia una sociedad intervencionista, enemiga de la riqueza y la propiedad privada, progresista pero intolerante, romántica en su discurso, pero totalitaria, globalista pero desconectada de su propia tierra. Lampadia




Un balance del ‘primer voto por odio’

El ‘odio’ ha sido uno de los más importantes protagonistas de las dos últimas elecciones generales en el Perú. En la primera de ellas, en que se eligió como Presidente de la República a Ollanta Humala, el odio, el desprecio y la desconfianza invadieron el juicio de buena parte de los ciudadanos y especialmente del establishment limeño, de los jóvenes que solo vivieron en nuestros mejores años de desarrollo y del mundo académico tuvimos el aporte la ominosa frase del caviar importado por la PUCP, Steven Levitsky: “Sobre Ollanta Humala hay dudas; sobre Keiko Fujimori hay certezas”, que según Perú21, marcó la campaña electoral de la segunda vuelta [2011] que ganó el nacionalista.

Con el ingreso a prisión de Ollanta Humala y Nadine Heredia, ha terminado de alguna manera, su ciclo político y debiéramos preguntarnos qué llevó al país a votar por ellos, y empezar a recoger los testimonios de reconocimiento del error y los consiguientes pedidos de perdón.

Empecemos por los padrinos o garantes de Humala-Heredia, los Vargas Llosa, con Álvaro que salió primero y parece ahora representar al padre en los juicios políticos.

Afirmación de Álvaro Vargas Llosa y respuesta del director de Lampadia

El daño es inmenso

El daño a los peruanos es más que un presidente vergonzoso y corrupto. Veníamos de un ciclo virtuoso de crecimiento económico y mejoras sociales que fue interrumpido en el 2011 con lo que en Lampadia hemos llamado ‘Punto de Inflexión’, gracias a la administración de Ollanta Humala, el Partido Nacionalista y su gabinete de izquierda presidido por el ubicuo Salomón Lerner.

 

La asunción de Humala al poder interrumpió la inversión privada, el crecimiento, la reducción de la pobreza y de la desigualdad. Generó el regreso de la ideología al Estado. Se sembró la desconfianza en la inversión privada en todos los sectores. Se infló la planilla estatal y se regresó a vivir con déficit fiscal.

Este es el daño al que nos referimos; y es que en el 2011 se produjeron dos cortes muy graves en el proceso virtuoso que estábamos viviendo, tanto en aspectos sociales como económicos. En el aspecto social, se cortó la reducción del nivel de anemia en niños menores de tres años, luego de una sostenida reducción entre el 2007 y el 2011. En lo económico, el cuadro inferior muestra claramente la caída de la inversión privada, principalmente en la minería moderna que detuvo el crecimiento pro-pobre y pro-clase media, que trajo consigo una importantísima disminución de la pobreza, desnutrición, mortalidad infantil y desigualdad en la última década.

Una de las peores consecuencias de haber abierto las puertas del Estado a esta gente, fue la confusión en las relaciones causa-efecto sobre la inversión y el desarrollo socio-económico, que se inculcó entre los ciudadanos, funcionarios del Estado y los medios de comunicación.

Inconsecuencia moral

Lo menos que se puede esperar de quienes propiciaron el gobierno de Humala y de los que participaron en él, es que se reconozcan los errores. Qué pena que tengamos garantes de tan mala calidad como los Vargas Llosa.

El ‘odio’ en la política

En la historia universal, el odio ha llevado a los mejores pueblos a cometer atrocidades. En el caso del Perú, gracias a Dios se limita a las opciones políticas, pero es claro que ciega al punto de dañar el desarrollo del país, algo que afectará mayormente a los jóvenes que no tienen suficientes elementos de juicio para evaluar los acontecimientos sin dejarse llevar por los ánimos de venganza y resentimiento.

La mejor expresión del odio en la política peruana es el último artículo de Mario Vargas Llosa, publicado ayer en La República: “¿Indultar a Fujimori?”. Hagan su propio juicio: ‘Enlace‘. Lampadia

 




Los peligros de los Fake News

Hasta pocos meses, y en contadas ocasiones, hemos escuchado hablar de ‘relatos’ con los que gente comprometida con ciertas acciones políticas, mayormente de izquierda, pretendían reescribir la historia. Estos relatos, repetidos una y otra vez, creaban una suerte de ‘verdades’  falsas.

Un ejemplo a nivel internacional es el referido a los juicios de valor adscritos al llamado ‘Consenso de Washington’, supuesto manifiesto del ‘neoliberalismo’, que como puede apreciarse en el enlace, no contiene nada que justifique su actual representación política. En el Perú, tenemos varios ejemplos. Mencionaremos solo uno: ‘la minería exporta piedras y no tiene valor agregado. Sin embargo, la realidad es que nuestras exportaciones mineras tienen un alto valor agregado, el doble que las exportaciones de manufacturas (67% vs. 33%). No solo eso, como hemos indicado anteriormente, en el año 2012, un refinado de cobre solo hubiera generado un incremento de valor del orden del 14%. Y para producir refinados necesitaríamos ser intensivos en capital y en energía, y además, desplazar de los mercados a los actuales productores globales. Este relato se repite constantemente, incluso lo hace así el vice-rector de la PUCP.    

Recientemente se ha llevado el tema de los relatos al mundo de los medios de comunicación  con las llamadas ‘Fake News’, o noticias falsas. Que no son otra cosa que narraciones falsas creadas para los medios de comunicación, con el afán de distorsionar, moldear y manipular a la opinión pública.

La multiplicación de noticias falsas se hizo evidente durante la disputada campaña presidencial de Estados Unidos del año pasado, cuando numerosas historias políticas que contenían información inventada aparecieron en Internet. Con las redes social, tales seudo noticias, diseñadas para atraer dólares publicitarios o promover causas políticas, se pueden propagar más rápido que nunca.

Pero las noticias falsas tienen implicancias mucho más allá del mundo de la política. La comprobación de hechos y la importancia de las fuentes se vuelven aún más significativas para los conglomerados de medios tradicionales, mientras que las plataformas de medios sociales son acusadas cada vez más por la falta de sustento del contenido que se publica en sus plataformas.

Durante el período previo a las elecciones en Estados Unidos, aparecieron en las redes sociales, un sinnúmero de noticias falsas, algunas de las cuales llegaron a ser difundidas ampliamente entre el electorado. Un artículo dijo falsamente que el Papa había respaldado a Donald Trump, mientras que otro sugirió que altos funcionarios del Partido Demócrata estaban involucrados en una trampa de prostitución infantil, una conspiración conocida como “Pizzagate”, y que provocó un tiroteo en un conocido local de Pizzería en Washington.

Nunca se sabrá cuán grande fue el impacto de estas historias en las elecciones, pero fueron lo suficientemente prevalentes como para que los países de todo el mundo se hayan dado cuenta y hayan empezado a tomar medidas para combatir las noticias falsas.

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Fuente:  marketingdirecto.com

La semana pasada, un discurso falso exacerbó las tensiones sin precedentes entre Qatar y sus países vecinos. La agencia de noticias oficial de Qatar fue hackeada y publicó un reporte (falso) en el que citaba al jeque Tamim bin Hamad Al-Thani, gobernante del país, diciendo que Irán era una “potencia islámica que no puede ser ignorada”, entre otros comentarios inventados. Esto reavivó las subyacentes tensiones en la región y ha causado que varios países se retiren del Acuerdo de Doha.

El mes pasado, Alemania aprobó una ley en virtud de la cual las organizaciones de medios sociales podrían ser multadas por no eliminar contenido clasificado como noticias falsas. Facebook ha estado muy en desacuerdo con la ley, argumentando que “el proyecto de ley ofrece un incentivo para eliminar contenido que no es claramente ilegal cuando las redes sociales enfrentan una amenaza desproporcionada de multas”.

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Fuente:  twitter.com

La respuesta de Facebook condujo a una interesante discusión sobre qué determina que una noticia sea “falsa”. Si el 90% del contenido de un informe es correcto pero una línea es incorrecta, ¿debería invalidar todo el informe? ¿Es responsabilidad de una organización de medios sociales monitorear cada pieza de contenido que se comparte en su plataforma y juzgar la legitimidad de una fuente determinada?

Entonces, ¿quiénes son los culpables y qué se debe hacer para evitarlo? Hay muchos responsables por las noticias falsas, desde los creadores, hasta los distribuidores, los consumidores, la publicidad y los canales de comunicación que las apoyan. La industria de la tecnología, también, tiene un rol en esta batalla. Mientras que la propagación de la desinformación es anterior a Internet, ahora la comunicación de masas la ha vuelto virtualmente indistinguible y la información puede persistir y llegar a audiencias más grandes a través de sitios web, anuncios en línea, medios sociales y resultados de buscadores, a velocidades prácticamente infinitas.

Afortunadamente, muchos están tomando cartas en el asunto. Google, por ejemplo, ha hecho algunos cambios en sus servicios e iniciativas para frenar el flujo de noticias falsas en sus plataformas. Esto es una gran (y verdadera) noticia. Además, Google ha optado por eliminar el financiamiento en los sitios que alberguen/promueven noticias falsas de cualquier manera. Google no permitirá que dichos sitios anuncien en su plataforma.

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Fuente:  fotolia.com

Empresas como Google y Facebook ahora también están trabajando con empresas externas para calificar la información y su veracidad en sus plataformas. Facebook ha desarrollado una alerta de “contenido disputado”, que informa al usuario de que lo que está leyendo o está a punto de compartir puede no ser verdad. Google tiene una etiqueta de verificación de hechos que se muestra en los resultados de su motor de búsqueda para obtener información que puede ser cuestionable.

Facebook está dando a los miembros de la comunidad una herramienta para señalar las noticias que consideran falsas, similar a la forma en que las redes sociales permiten reportar contenidos abusivos. La desventaja es que, al igual que el contenido abusivo, las redes sociales se inundan con este tipo de informes y por lo tanto es muy difícil responder rápidamente. Además, hay personas que reportan noticias simplemente porque no están de acuerdo con ella, no porque sean falsas.

Sin embargo, el método más efectivo (y el más difícil de lograr) para evitar caer en estos Fake News es educar al público. Los medios tienen la obligación de ayudar al público a convertirse en consumidores más críticos de la información online. Los jóvenes de hoy en día viven en las redes sociales y son expertos en su uso, pero a menudo no son conscientes de su poder: el peligro de el mal uso de su información personal, su privacidad y su vida. Todos tenemos la labor de ayudarlos a superar esa brecha de conocimiento.

Las noticias falsas son uno de los mayores riesgos para todos nosotros así como la contaminación, el cambio climático, el terrorismo alrededor de los cuales se escriben ‘relatos’ y los Fake News, que están obstruyendo la verdad y están arriesgando la seguridad de todos nosotros. Lampadia




‘SPIN’ explica la convergencia de fuerzas anti-minería

Datos demasiado grandes para el formato del archivo




Pensamiento pos-extractivista (3)

Pensamiento pos-extractivista (3)

En esta tercera entrega sobre el pos-extractivismo, Sebastiao Mendonca Ferreira, identifica a uno de sus principales propulsores, el portugués Boaventura de Sousa Santos, creador de los artificios intelectuales con los que protege sus absurdos planteamientos de las críticas racionales. De Sousa Santos hace ver los hechos objetivos como creencias y a sus creencias como verdades indiscutibles, y busca descalificar la capacidad de la ciencia moderna para juzgar el pensamiento indígena, al que reputa como de otra dimensión o naturaleza.

Con ese racional, 2 + 2 puede ser 3.5 ó 4.7, de manera que solo queda como válida la estructura de un pensamiento basado en una suerte de indigenismo seudo escatológico.

Solo se requiere pues, un poco de buena voluntad para entender que la adopción del pos-extractivismo por parte de peruanos con títulos profesionales otorgados en mayor medida por la PUCP, es un refugio discursivo en una falsa arquitectura intelectual, que por lo tanto demuestra la incapacidad para generar un pensamiento propio que les permita interpretar la realidad y construir propuestas políticas que les ayuden a ejercer el poder.

 

Manipulación de la epistemología

Sebastiao Mendonca Ferreira
Centro Wiñaq
Para
Lampadia

¿Qué tiene que ver la epistemología, un campo de la teoría del conocimiento, con las ideas de los pos-extractivistas? Lamentablemente, mucho.

El pensamiento de los pos-extractivistas tiene fallas graves y no soporta una crítica objetiva. Por ello, se protegen de las críticas, haciendo que las creencias y los hechos tengan el mismo valor cognitivo, para que los hechos no puedan usarse para cuestionar sus discursos. Ellos necesitan que los cuestionamientos a sus argumentos, sean vistos como actos de intolerancia intelectual y social. Para esto ellos tienen sus teóricos.

Incapaces de responder a la gigantesca carga de hechos y conocimientos que cuestionan sus afirmaciones, los pos-extractivistas reaccionan buscando la descalificación ética de sus críticos. Según ellos, la ciencia, los conocimientos modernos, y toda y la modernidad global fueron creados por los europeos para sustentar su avaricia y avanzar en el colonialismo. Esta supuesta mala intención, colonialista y opresora, de los creadores de los conocimientos modernos cuestiona su validez. De paso, ellos barren con los principios del método científico, y con toda la base cognitiva de la modernidad, presentándola como una especie de mono-cultura del conocimiento, buscando una analogía algo forzada con los defectos de la mono-cultura agrícola.

Esos teóricos se presentan como pensadores occidentales alternativos a la modernidad occidental y global, y afirman ser los únicos intelectuales capaces de hacer correctamente el trabajo interpretativo (hermenéutico) de separación entre los componentes opresores y liberadores del pensamiento europeo. Ellos declaran ser capaces de criticar el pensamiento occidental moderno y proponer alternativas distintas de sociedad que son válidas para los países emergentes o del Sur Global.

Uno de los autores más representativos de ese artificio discursivo (la crítica europea al eurocentrismo) es Boaventura de Sousa Santos, de origen portugués. Santos es un europeo intelectualmente sofisticado y autor de varios libros. Él escribe sus ensayos como si fueran novelas, valorando más las analogías que el rigor lógico, usando una terminología propia, inventada o modificada por él mismo, y ha dedicado un gran número de artículos y libros a descalificar la ciencia y el conocimiento moderno, atribuyéndole una intención opresora y colonial. Sus ideas, aún que irrelevantes para el desarrollo del conocimiento y para las sociedades del siglo XXI, ejercen, sin embargo, gran influencia sobre los pos-extractivistas.

Santos, como muchos de los ecologistas radicales de su generación y actuales gurús del pos-extractivismo, tiene una formación intelectual marxista. En el marco conceptual de su tesis de doctorado, dedicada a una favela ficticia “Pasárgada” en Rio de Janeiro, Santos hace explícito su concepción social. Los conceptos que guían su tesis son: la dominación de clase, el estado como instrumento de dominación de clase, relaciones de producción, relaciones de reproducción, situación non-revolucionaria (ausencia de crisis), etc. En realidad, su introducción conceptual pareciera haber sido tomada de algún manual de materialismo histórico de los años 70s. A pesar de ello, Santos critica al marxismo europeo, en particular al grupo alemán de la Teoría Crítica (Herbert Marcuse, Jürgen Habermas, Georg Lukács, Karl Korsch, etc.). Él usa una terminología nueva, pero las ideas de sus textos muestran que Santos nunca abandonó completamente los conceptos políticos de sus maestros alemanes.[1]

Una crisis inventada

En la síntesis de su artículo Epistemologías del Sur, Santos expresa sus ideas en forma clara: Es un hecho irreversible que el “logos” eurocéntrico ha implosionado en sus propias fuentes de desarrollo político y económico. El peligro de esta crisis es total porque abarca su hegemonía, a la humanidad y a la naturaleza (p.17).[2]

Estas frases son ilustrativas de su pensamiento. Según él, es un hecho incuestionable que el conocimiento moderno, llamado por él de logos eurocéntrico, ha implosionado, y lo ha hecho en forma irreversible. Santos no se preocupa en aportar datos para sustentar lo que dice, pero lo dice con tanta convicción que parecería que tal implosión irreversible fuera verdad. Sin embargo, el hecho es que más allá del pequeño mundo de sus seguidores ideologizados no existe tal implosión, ni de la ciencia ni de los conocimientos modernos.

Una diversidad de estudios sobre la producción de conocimientos, tanto académicos como tecnológicos, a nivel global evidencia que la tendencia es al incremento exponencial de los conocimientos, y esta tendencia se mantiene desde que los franceses publicaron el primer artículo académico en Le Journal des Sçavans (El Periódico de los Sabios) en 1650, y los ingleses iniciaron las publicaciones de la Philosophical Transactions (Transacciones Filosóficas), en 1665. A partir de ahí se desencadenó un proceso que aún sigue una especie de Ley de Moore para los conocimientos después de 350 años.[3] Actualmente, producción de conocimientos crece a una tasa anual de 4.2%, permitiendo su duplicación cada 17 años.

Santos habla de implosión de los conocimientos modernos, pero una estimación confiable es que existen 50 millones de artículos académicos ya publicados[4] y cada año se publican algo más de un millón y medio de nuevos artículos académicos.[5]

Si, a los artículos académicos sumamos los blogs, las patentes tecnológicas, el flujo de ideas en las redes, y consideramos la reducción de los costos de acceso al conocimiento, la digitalización de las bases de datos y artículos, y la creciente cobertura de Internet, y complementamos con los nuevos instrumentos y métodos de estudio, y el uso de la inteligencia artificial en el procesamiento de información, y finalmente combinamos con el creciente nivel educativo de la población mundial, podemos afirmar que la producción de conocimientos será en el futuro aún más dinámica que hoy. Podemos apostar que las perspectivas del siglo XXI son positivas: la explosión cognitiva de la humanidad continuará.

El regreso al pasado

Ante esa crisis inventada, Santos pregunta ¿De qué alternativas disponemos para superar este fin de milenio y su hecatombe? (p. 17). Un poco más adelante él mismo responde que la clave es: “Esta otra epistemología, que tiene su génesis en la Teoría Crítica y se recrea en América Latina, desde el Sur, se asume desde la praxis de un logos emancipador que fractura los límites hegemónicos del ‘capitalismo sin fin’ y del ‘colonialismo si fin’” (p. 17).

Según su particular visión de la economía mundial, estamos delante del riesgo de la hecatombe occidental y global, y la alternativa a esa hecatombe es una nueva epistemología. Como es su estilo, Santos no aporta datos sustentando el nivel de crisis económica que genera el riesgo de esa imaginada hecatombe. La base de la epistemología alternativa propuesta por Santos es la Teoría Crítica, la corriente del marxismo europeo antes referida y parcialmente criticada. Según Santos, esa epistemología alternativa de base marxista debe servir para fracturar la hegemonía del capitalismo y de la economía global, llamada por él de colonialismo sin fin.[6]

¿Y como describe Santos su propuesta? Según él, la clave para evitar esa hecatombe es “La sabiduría ancestral que porta el pensamiento de esos pueblos originarios, expresada por sus tradiciones, ritos, magias, y hasta sus representaciones antropomórficas de la realidad, son síntomas de que el ocaso de la civilización no muere con Occidente, sino que renace desde el Sur con el ‘Sumak Kawsay’(p. 17)[7]

Para solucionar la imaginada hecatombe de occidente, Santos descarta la ciencia, los premios Nobel, y todos los avances de la economía moderna, psicología social, métodos matemáticos, y estudio de las instituciones, y mucho más, y opta por sustituir todos esos conocimientos por las tradiciones, ritos, magias, y representaciones antropomórficas de las poblaciones indígenas de los Andes.[8] Santos no considera las limitaciones que esas tradiciones, ritos, magias y representaciones antropomórficas puedan tener por el contexto de completo aislamiento y de severo autoritarismo (Imperio Wari y después Imperio Inca) en que esas culturas se desarrollaron, ni por sus grandes diferencias respecto al mundo moderno con 7 mil millones de habitantes y una economía global de US $78 billones.

Un manejo equívoco de la epistemología

Santos hace un uso vago y equívoco del término Epistemología. Él lo usa algunas veces como sinónimo de las concepciones del mundo y otras veces como tipos de conocimiento (científico y indígena), cuando en realidad Epistemología, según el diccionario Oxford, se refiere a “la teoría del conocimiento, especialmente relacionado a sus métodos, validez, y alcance, y la distinción entre creencias justificadas y opiniones.”[9]

La diferencia entre epistemología y conocimiento es similar a la diferencia entre la medicina y el cuerpo humano. La medicina no es el cuerpo humano, sino el estudio del cuerpo humano. Epistemología no es el conocimiento, sino el estudio del conocimiento y la forma como se adquiere el mismo. Ese uso vago y equívoco del término Epistemología, hecho por Santos, sirve para dar un aire sofisticado a su forma de razonar y confundir a los lectores sobre la naturaleza de las concepciones que él propone como alternativas al conocimiento moderno.

Sin embargo, la funcionalidad política más importante de ese uso equívoco del término Epistemología es evitar la crítica, especialmente aquellas críticas a las creencias políticas y ambientales del movimiento radical con el cual Santos desea acabar con el capitalismo. Lo que Santos busca con ese manejo equívoco es blindar las creencias falsas del movimiento  radical que él promueve.  Su argumento es que no podemos usar la ciencia moderna para criticar creencias de su movimiento porque la epistemología indígena es de otra naturaleza. Como es de otra naturaleza, los conocimientos generados con los métodos modernos no sirven para evaluar la confiabilidad de las creencias que se sostienen en una otra epistemología. Lo que Santos nos propone es que: dos afirmaciones pueden ser igualmente válidas, sin importar si una de ellas es verdadera y la otra es falsa.

La ausencia de la epistemología

A Santos le gusta hablar de la sociología de las ausencias, para criticar a un discurso teórico que, según él, oculta a sectores de la sociedad. Sin embargo, lo más notable en su extenso libro Epistemologias do Sul[10] es la ausencia del tratamiento de la Epistemología del Sur, es decir, la ausencia de una explicación clara de los métodos que los indígenas andinos utilizan para distinguir en sus leyendas y creencias tradicionales aquellas que podrían ser creencias falsas, es decir, como hacen los indígenas para filtrar las creencias que son falsas de las que son verdaderas y así generar conocimientos confiables. Esta es una ausencia grave en un libro dedicado a la epistemología del sur, dígase, a la epistemología indígena andina.

En ningún momento, Santos se preocupa en exponer y explicar la epistemología usada por los indígenas andinos, a pesar que, según él, el ‘Sumak Kawsay’ es un ejemplo privilegiado de las epistemologías del Sur. En realidad, no hay en su libro sobre epistemología del sur ningún tratamiento de los métodos de adquisición de conocimientos usado por los indígenas andinos, ni de otros continentes, ni menos de los movimientos sociales hostiles a la minería. ¿Por qué los pos-extractivistas no comentan esta ausencia tan importante?

El interesante tema de los métodos de generación de conocimientos de origen heurística y pre-científicos es actualmente materia de estudio de sicólogos, antropólogos y arqueólogos, pedagogos, y en general, de los científicos dedicados a las ciencias cognitivas, pero parece que Santos no ha considerado relevante tratarlos en un libro sobre epistemología. La abundante literatura de las ciencias cognitivas modernas sobre esos temas está ausente en las referencias bibliográficas de los textos de Santos que hemos revisado.[11]

Hay mucha sabiduría en las culturas antiguas de todos los países. Si sabemos rescatar esos aportes, enriquecemos la vida moderna. Sin embargo, no hay que olvidar que también hay muchas creencias falsas y dañinas en esas culturas. No es cuestión entonces de mistificar lo indígena. Es importante dialogar respetando a las personas, pero respetar a las personas no implica abandonar la capacidad crítica que nos brindan los métodos y conocimientos que han permitido crear el mundo moderno.

Lo que Santos busca es una separación absoluta entre las creencias que sustentan sus ideas y el conocimiento moderno, basado en evidencias. Así Santos evita las críticas a sus ideas, descalificando las críticas como parte de un logos eurocéntrico colonialista.

La simpatía de los pos-extractivista por los escritos de Santos se explica porque su rebuscada literatura de rechazo al conocimiento moderno da una aurea de cientificismo a un conjunto de ideas ambientales y sociales que tienen poco o nada de científicas y sirve para generar un escudo a las críticas que, en realidad, ellos no saben como responder.

[1] Santos, B. (1977). The law of the oppressed: The construction and reproduction of the legality in Pasárgada. Law and Society Review, 12(1). (Versión resumida y reimpresa de la Tesis doctoral de 1974). 

[2] Santos, B. (2011). Epistemologías del Sur. Utopía y Praxis Latinoamericana, 54, pp. 17-39. Maracaibo, Venezuela: Universidad de Zulia.

[3] Quienes se interesen en entender mejor el rol de la ciencia y de generación los conocimientos en creación del mundo moderno, pueden leer los libros y artículos de Joel Mokyr, especialmente su muy recomendable libro: “The Gifts of Athena: Historical Origins of the Knowledge Economy.”

[4] Jinha, A. E. (2010). Article 50 million: An estimate of the number of scholarly articles in existence. Learned Publishing, 23(3), 258-263. DOI: 10.1087/20100308

[5] Larsen, M. & von Ins, M. (2010). The rate growth in scientific publication and the decline in coverage provided by Science Citation Index. Scientometrics 84, 575–603. DOI 10.1007/s11192-010-0202-z

[6] Los pos-extractivistas son, en general seguidores de Antonio Gramsci, marxista italiano, que escribió sobre la importancia de la hegemonía en la lucha política. Donde los pos-extractivistas operan, ellos buscan acallar las voces discrepantes para establecer la hegemonía de su ideología, siguiendo las instrucciones de Gramsci.

[7] Sumak Kawsay es la misma idea de Buen Vivir de Eduardo Gudynas y Alberto Acosta, citados en un artículo anterior. El Sumak Kawsay es en realidad una mistificación del pensamiento Andino pre-colombino.

[8] La pregunta que salta a la vista es: ¿por qué no incluir a las culturas antiguas de los otros continentes como China, India, Egipto, Australia, Camboya, Congo y Sumeria, entre otros? ¿Por qué excluir los conocimientos generados en los últimos 400 años?

[9] https://en.oxforddictionaries.com/definition/epistemology

[10] Santos, B., & Meneses, M.P. (2009). Epistemologias do Sul. Coimbra, Portugal: G. C. Gráfica de Coimbra, LDA.

[11] Los conocimientos non-científicos, tanto tácitos como explícitos, son de gran importancia para la ciencia y la tecnología moderna. Chris Argyris (Harvard), Donald Schön (MIT), Ikujiro Nonaka, Michael Polanyi, Kurt Lewin (MIT), entre otros, son referencias reconocidas en ese campo. Llama la atención la ausencia de todos esos autores en la literatura citada por Santos.