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ESPERANZA

ESPERANZA

Jaime Spak
Para Lampadia

Soy una persona muy aficionada a la música y la escucho tanto cuando trabajo como cuando estoy escribiendo mis columnas.

También lo hago todas las mañanas que salgo a caminar muy temprano, siempre me acompañan melodías de todos los ritmos y cantantes que hacen de mis caminatas un momento muy placentero.

Hace unos días mientras caminaba acompañado de las canciones de Charles Aznavour me llamó poderosamente la atención que la canción Esperanza, un cha cha cha que la hizo súper popular en la década de los 60 el cantante español Pedrito Rico, era una creación de este gran compositor francés.

Esa canción me dio pie para que escriba este artículo y lo asocie con la precaria esperanza que tenemos en estos días, que la situación política pueda cambiar.

No solo tenemos poca esperanza, sino que esto se asocia a la poca indignación popular, tal como lo mencionó el director de Lampadia. 

No abrigo ninguna esperanza de cambio del gobierno de Castillo y no solo porque lo he manifestado en múltiples oportunidades que no tiene la mínima preparación, sino porque el mismo secretario general de Perú Libre confesó que no pensaban ganar las elecciones, porque no estaban preparados.

Si hacemos un poco de memoria, solo al inicio de este año las encuestas para presidente las lideraba Lescano de Acción Popular y nos producía un gran temor de lo que podría hacer un político mediocre al frente de la presidencia del país. Al final su candidatura decayó y acabó en quinto lugar con un magro 9%. Nos dejó de herencia a un grupo heterogéneo de congresistas que nunca se ponen de acuerdo para apoyar alguna moción.

Quién sabe si Lescano hubiera sido menos malo que Castillo.

Estamos concluyendo el año 2021 con una incertidumbre tremenda y con una molestia generalizada por la incompetencia de nuestro presidente.

Nunca se ha visto que la fiscalía ingrese a Palacio de Gobierno para indagar sobre posibles hechos delictuosos en el que está involucrado todo el gobierno.

Castillo tiene el descaro de no permitir el ingreso de los fiscales a la oficina de la secretaria, donde hace unas semanas se descubrió en el baño US$ 20,000 sin que hasta ahora haya una respuesta lógica del porque el exsecretario lo guardaba allí.

Es obvio que ese dinero es producto de la corrupción.

Nunca se ha visto que lobistas que mas parecen ladronzuelos de 7 suelas, ingresen al palacio o a la casa de Breña a negociar contratos millonarios.

Tampoco se ha visto un cinismo tan grande como el del presidente que invita a 5 periodistas a decirle que a partir de enero dará entrevistas.

Es como la persona que desea ponerse a dieta y siempre dice: el lunes empiezo, y nunca lo hace.

Castillo nunca dará una entrevista porque no tiene la mínima capacidad de contestar preguntas espontáneas. 

Como lo dijo Bellido: “Castillo es un sindicalista elemental”.

Si nos acordamos de la entrevista al paso, que le hizo un periodista en Washington sobre qué seguridad le iba a dar a los inversionistas extranjeros y contestó: que la policía le iba a dar toda la seguridad (plop como decía Condorito).

¿Tendrá una idea que Las Bambas es el proyecto mas grande de Perú y uno de los 5 más grandes del mundo, y que representa el 1% del PBI, y del dinero que deja de recaudar el Estado por cada día de paralización?

Si nos ponemos a enumerar todas las barbaridades que ha hecho Castillo en estos primeros 4 meses, la indignación sería aún más grande.

El gobierno de Castillo se podría definir como una ineptocracia, que según el filósofo francés Jean D’Ormesson, es el sistema de gobierno en el que los menos preparados para gobernar son elegidos por los menos preparados para producir y que solo esperan que el gobierno les de bonos y dádivas que consigue en base a impuestos que pagan los que sí producen.

El himno del Estado de Israel “Hatikva “significa esperanza, un país que se independizó hace 72 años y hoy ya pertenece al primer mundo. El himno de Perú “Somos Libres “y después de 200 años no somos libres de la corrupción ni de los malos gobernantes y seguimos siendo parte del tercer mundo.

El Perú tiene recursos, gente capaz y la gran mayoría son muy trabajadores. ¿Si eso no nos da esperanza, entonces qué?

La esperanza es lo último que se pierde y que esto no sea un autoengaño, sino que en un momento de lucidez Castillo entienda que es hijo del azar y que por el bien del país renuncie, pues la vacancia de parte del congreso lo veo muy improbable.

Tiene que renunciar de inmediato pues la indignación del pueblo está creciendo como la espuma y que no espere a que sucedan hechos lamentables que lo hagan dejar el poder.

Deseo que el año 2022 sea diferente……. no nos merecemos esto. Lampadia




ANÁLISIS FORD DEL PERU II

ANÁLISIS FORD DEL PERU II

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas; Senior Advisor de Spencer Stuart
Para Lampadia

Hace unas semanas publiqué un artículo denominado ¨Análisis FORD del Perú¨ en el cual resumí lo que a mi parecer son las tres principales Fortalezas, Oportunidades, Riesgos y Debilidades del Perú como país. Aunque para esto conté con algunas sugerencias de mi entorno, solicité adicionalmente la participación de los lectores que estuvieran interesados en aportar ideas. Para eso cree especialmente una dirección de correo electrónico la cual puse a su disposición. La idea era enriquecer el análisis original tomando en cuenta la mayor cantidad de sugerencias y así llegar a un resultado mas consolidado que le de mayor validez al análisis.

La verdad es que tuve un buen nivel de feedback el cual agradezco. Además, de paso pude constatar que el correo electrónico está en vías de extinción, ya que recibí mucho mas sugerencias y comentarios vía redes digitales.

En general el feedback fue en su mayoría de confirmación del análisis presentado o sugerencias que en casi todos los casos eran variaciones sobre los mismos temas. También recibí varios valiosos comentarios, todo lo cual me sirvió para elaborar el análisis consolidado. Esto no es sorpresivo ya que al hacerse el ejercicio forzando el enfoque (máximo tres ítems por categoría) se consiguen consensos en los temas realmente importantes. Como era de esperarse, dado el mal momento que vivimos, las Debilidades fue la categoría mas aludida.

Lo que si fue nuevo, es que hubo un elemento muy comentado por considerarse crítico para el análisis y que yo no lo tome en cuenta. Se trata de EL PERUANO. El motivo por el cual no lo consideré, a pesar de estar de acuerdo que es crítico, es porque a mi parecer no califica dentro de una sola categoría, sino que podría estar en todas. Este tema merece un análisis FORD independiente y es algo que trataré de hacer en un próximo artículo. Será algo complicado, pero interesante. Vayan pensando.

En cuanto al propósito, los comentarios estuvieron 100% de acuerdo y sin ninguna duda. ¨Bienestar para la población y progreso para el país¨, que también se puede peruanizar como ¨Bienestar para el peruano y progreso para el Perú¨.  No hay duda de que este es el propósito que debe tener cualquier gobernante bien intencionado de cualquier país del mundo. Esto es un derecho que deben exigir los votantes y un deber de los que pretendan ser gobernantes.

Entrando a la consolidación del Análisis FORD, en el caso de las Fortalezas y después del feedback, no me quedan dudas que hay dos que son muy claras. La primera son las grandes riquezas naturales que tenemos a lo largo y ancho de nuestro territorio, incluyendo el mar que baña nuestro enorme litoral. La segunda es nuestra increíble geografía plagada de bellezas naturales, monumentos históricos y cultura ancestral.

El reconocer y aprovechar correctamente las fortalezas, es la base para cualquier plan de desarrollo y progreso exitoso. En ese sentido, en nuestro caso se desprende claramente que la Minería, la Pesquería, el Agro (industria y exportación) y el Turismo deberían ser la base de nuestra economía, ya que no solo generan muchas divisas para el país, sino también una gran fuente de trabajo directo e indirecto para muchísimas personas. Es decir, mayor bienestar para el peruano y mayor progreso para el Perú.

Por tanto, si el gobierno quisiera aprovecharlas para cumplir con su propósito, debería brindar todas las facilidades a los inversionistas interesados en desarrollar estas industrias, para que así se consiga este desarrollo mas rápido. Esto es lo que haría cualquier gobierno que tiene claro el propósito de bienestar y progreso para su país. Sin embargo, en el nuestro sucede todo lo contrario. La burocracia estatal y la política irresponsable y populista, llena de trabas el camino y hace muy difícil conseguir el desarrollo de estas industrias, desperdiciando así estas oportunidades. Enormes oportunidades perdidas por culpa directa de unos cuantos irresponsables abusadores de poder. Esto se ve claramente en el análisis de Debilidades.

Como mencioné antes, la categoría en que recibí la mayor cantidad de sugerencias y comentarios fue la de Debilidades. Esto hizo mucho mas complicado resumirlas en solo tres. La primera es sin duda la corrupción que impera en todos los niveles, pero principalmente en el sector burocrático del estado. Esto a su vez genera la tremenda informalidad que supera fácilmente el 70% de la economía y que sin duda aumentará debido a la crisis que vivimos actualmente. Aquí se aplica claramente el comentario de la historiadora y diplomática peruana Carmen Mc Evoy, ¨El Perú no es corrupto, hay personas corruptas a las que les dimos el poder¨.

La segunda debilidad es la inestabilidad en los ámbitos jurídico, legal, político y de orden interno. Estos, contrarios a su razón de ser, generan una gran inseguridad a la población y a las empresas en todos los sentidos y por ende un malestar generalizado.

Estos dos grandes grupos de debilidades tienen la misma raíz, la falta de ética y moral de una parte de la población, especialmente de los que ostentan algún tipo de poder y hacen mal uso de este. Lamentablemente este tema ha venido creciendo mucho en los últimos tiempos y así seguirá dada la impunidad reinante, que es generada a su vez, por la corrupción, esta vez en frente judicial. Tal como apuntó alguna vez Alfredo Bryce Echenique ¨El Perú es un país con muchas leyes, pero sin ley¨.     

La tercera gran debilidad, en la que también hubo consenso, es el gran déficit en infraestructura a nivel nacional. Esto a pesar de tenerse una enorme cantidad de proyectos viables y necesarios encarpetados por no contar con las autorizaciones burocráticas. Este es otro frente, que si fuera bien administrado generaría muchos puestos de trabajo y un gran desarrollo para el país. ¡Nuevamente Bienestar y progreso!

En resumen, por un lado, no aprovechamos las oportunidades que nos ofrecen nuestras claras y potentes fortalezas y por el otro nuestras debilidades siguen creciendo impunemente, poniendo en riesgo irresponsablemente la salud de nuestro país.

¡El mundo al revés! Pareciera que nuestros gobernantes tuvieran como propósito ¨Malestar para los peruanos y retroceso para el Perú¨ envés de ¨Bienestar para los peruanos y progreso para el Perú¨.

S.O.S. Necesitamos urgentemente una verdadera reforma política, del estado y de justicia para poner fin este abuso irresponsable de gente que no merece estar en las posiciones en las que están. Tenemos buenas armas, que son nuestra voz y nuestro voto.

¡Hagamos valer ambas! Lampadia




Protestar, criticar, proponer, confrontar…

Protestar, criticar, proponer, confrontar…

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 5 de junio de 2020
Para Lampadia

Atemos cabos y saquemos nuestras propias conclusiones.

(1) Disolución del Congreso de la República.

(2) Propuesta de creación de una línea aérea de bandera estatal, que felizmente no prosperó. Mejor dicho, tuvo que venir una pandemia tan brutal como la del Coronavirus para que se deshiciera semejante barbaridad.

(3) Rechazo altanero de parte del Gobierno al ofrecimiento de ayuda empresarial para la lucha contra la pandemia.

(4) Imposición de restricciones y trámites burocráticos absurdos para autorizar la operatividad de las empresas.

(5) Ataque cizañero propiciando el enfrentamiento entre colegios privados y padres de familia.

(6) Descrédito demagógico contra farmacias privadas, so pretexto de prácticas acaparadoras y especuladoras que jamás fueron comprobadas… y menos desmentidas. Y

(7) ataque alevoso contra clínicas privadas por supuestos lucros indebidos en pruebas de laboratorio para diagnósticos del Coronavirus… sin nombrar a ninguna clínica en particular, ni acreditar práctica especulativa alguna. O sea, mucho ruido y pocas nueces.

A ese respecto, me viene a la memoria el famoso test del pato que dice así: si camina como pato, vuela como pato, y dice cuac cuac; entonces es pato… por más que no tenga una etiqueta que lo acredite como tal. Algo parecido se puede aplicar a los populistas y demagogos que nos están gobernando.

Efectivamente, el Gobierno actual ha aprobado de manera indubitable el test del populismo demagógico y politiquero… tan arraigado en ciertos países del mundo. En ese sentido – ¡qué problema! – estamos repitiendo la nefasta experiencia de los Gobiernos que nos llevaron a la ruina… allá por los años 70 y 80.

Estamos repitiendo la receta que degeneró en las híper inflaciones e híper devaluaciones que – con mucho esfuerzo y disciplina – superamos años después. Estamos repitiendo la receta de las colas y escaseces de los productos de primera necesidad. Incluso, estamos siguiendo la receta de la súper crisis económica y empobrecimiento masivo de los peruanos de mi generación. ¡Qué frustración! Estamos repitiendo la receta que inició el terrorismo y su secuela de apagones, toques de queda, y caos generalizado. ¡Estamos regresando a los aciagos años 70 y 80!

Pero ahí no acaba la cosa.  El Congreso de la República – ¡por si faltara más! – también se ha sumado a la demagogia populista del Gobierno Central. La Ley que suspende el pago de peajes en las carreteras del país es una muestra de ello. ¿Por qué no se preguntaron – me refiero a los Padres de la Patria – cómo se va a financiar el mantenimiento de dichas carreteras? ¿Cómo van a hacer los concesionarios para pagarle a sus trabajadores y proveedores? ¿Acaso esas empresas no tienen compromisos bancarios y tributarios que pagar? ¿Cómo van a hacer para pagar a sus acreedores si no tienen ingresos? La verdad, el populismo y la demagogia no tienen límites.

Aquí lo peligroso es que estamos siguiendo las pautas del fracasado Nuevo Socialismo del Siglo XXI – inspirado en el tristemente célebre Foro de Sao Paulo – el cual ha sumido a Venezuela en la más cruel y profunda crisis que jamás se hubiera podido gestar, en desmedro de una población tan cercana y querida como la de nuestros hermanos venezolanos.

Estemos alertas. Nuestras libertades individuales están siendo amenazadas desde el Estado. Nuestros derechos al trabajo también. Las libertades de empresas – y de mercados – están bajo fuego. El Estado que todo lo decide, todo lo regula, y todo lo autoriza, pretende arrebatarnos la dignidad. El bienestar de los peruanos y el progreso del país está en juego.

Protestar, criticar, proponer, confrontar… es tiempo de luchar. Lampadia




Los miedos infundados por las nuevas tecnologías

Los miedos infundados por las nuevas tecnologías

Los temores acerca de los posibles impactos negativos futuros de las tecnologías nacidas en el seno de la 4ta Revolución Industrial (4IR) siguen emergiendo entre los opinólogos alrededor del mundo desarrollado. El argumento más citado que tiene ver con el desempleo masivo que se producirían en los sectores primarios y secundarios de la economía producto de los avances de la inteligencia artificial y la robótica no solo no se condice con la evidencia, sino que se alimentan del desconocimiento de la naturaleza de tales tecnologías y de la creación de nuevas ocupaciones que están suscitando en los sectores terciarios (ver Lampadia: Automatización demandará nuevos empleos y habilidades). Pero también se debe a un factor de incertidumbre acerca de la evolución que podría desencadenarse al interior de ellas.

Por otra parte, lo que no discuten dichos opinólogos es que este patrón de pesimismo frente al avance de las tecnologías ya se ha repetido innumerables veces en la historia. Esto lo resume muy bien un reciente artículo publicado por The Economist, y que compartimos líneas abajo, en el que se hace un breve recuento de cómo dicho pesimismo surgió en su momento también en la Revolución Industrial con el surgimiento de las máquinas y posteriormente en la edad contemporánea con la creación de los automóviles, por mencionar las tecnologías más representativas. Todos estos sucesos fueron precedidos por una preocupación de la sociedad tal cual hoy, pero con el pasar del tiempo dio paso a debates que produjeron soluciones conjuntas que inhibieron cualquier intento de que dichas tecnologías “pisotearan” la dignidad de las personas como usualmente se pretende hacer creer.

En ese sentido, creemos, como deja entrever The Economist en el presente artículo, que esta misma sucesión de hechos podría pasar también con las tecnologías de la 4IR, lo cual debería levantar de una vez por todas las preocupaciones infundadas, pero sobretodo satanizaciones que muchas veces se hacen de estas tecnología que eventualmente pueden conllevar a que se hagan políticas públicas que atentan contra las libertades económicas, ya sea regulando la creación de bienes o imponiendo cargas absurdas y sin ningún sustento técnico. Lampadia

Tecnología y sociedad
Pesimismo vs progreso

Las preocupaciones contemporáneas sobre el impacto de la tecnología son parte de un patrón histórico
18 de diciembre, 2019
The Economist
Traducido y comentado por
Lampadia

Más rápido, más barato, mejor: la tecnología es un campo en el que muchas personas confían para ofrecer una visión de un futuro mejor. Pero a medida que comienza la década de 2020, el optimismo es escaso. Las nuevas tecnologías que dominaron la última década parecen empeorar las cosas. Se suponía que las redes sociales unirían a las personas. En la primavera árabe de 2011 fueron aclamadas como una fuerza liberadora. Hoy son más conocidos por invadir la privacidad, difundir propaganda y socavar la democracia. El comercio electrónico, el transporte y la economía de los conciertos pueden ser convenientes, pero están acusados de pagar menos a los trabajadores, exacerbar la desigualdad y obstruir las calles con vehículos. A los padres les preocupa que los teléfonos inteligentes hayan convertido a sus hijos en zombis adictos a la pantalla.

Las tecnologías que se espera dominen la nueva década también parecen arrojar una sombra oscura. La inteligencia artificial (en adelante, IA) puede afianzar prejuicios, amenazar su trabajo y apuntalar a gobernantes autoritarios. El 5G está en el corazón de la guerra comercial sino-estadounidense. Los autos autónomos todavía no funcionan, pero logran matar a las personas de todos modos. Las encuestas muestran que las empresas de Internet ahora son menos confiables que la industria bancaria. En el momento en que los bancos se esfuerzan por renombrarse como empresas tecnológicas, los gigantes del Internet se han convertido en los nuevos bancos, transformándose de imanes de talento a parias. Incluso sus empleados están en revuelta.

El New York Times resume la oscuridad invasora. “Un ambiente de pesimismo”, escribe, ha desplazado “la idea del progreso inevitable nacido en las revoluciones científicas e industriales”. Excepto que esas palabras son de un artículo publicado en 1979. En aquel entonces, el periódico se preocupó que la ansiedad fuera “alimentada por crecientes dudas sobre la capacidad de la sociedad para controlar las fuerzas aparentemente desbocadas de la tecnología “.

El ánimo sombrío de hoy se centra en los teléfonos inteligentes y las redes sociales, que despegaron hace una década. Sin embargo, antes ha surgido la preocupación de que la humanidad haya dado un giro tecnológico erróneo o de que determinadas tecnologías puedan estar haciendo más daño que bien. En la década de 1970, el desánimo fue provocado por las preocupaciones sobre la sobrepoblación, el daño ambiental y la perspectiva de la inmolación nuclear. La década de 1920 fue testigo de una reacción violenta contra los automóviles, que anteriormente se había visto como una respuesta milagrosa a la aflicción de los vehículos tirados por caballos, que llenaron las calles de ruido y estiércol, y causaron congestión y accidentes. Y la plaga de la industrialización fue denunciada en el siglo XIX por los luditas, los románticos y los socialistas, quienes se preocuparon (con buena razón) por el desplazamiento de artesanos calificados, el despojo del campo y el sufrimiento de las manos de las fábricas que trabajaban en las fábricas de humo.

Aléjese, y en cada uno de estos casos históricos, la decepción surgió de una mezcla de esperanzas no realizadas y consecuencias imprevistas. La tecnología desata las fuerzas de la destrucción creativa, por lo que es natural que conduzca a la ansiedad; para cualquier tecnología, sus inconvenientes a veces parecen ser mayores que sus beneficios. Cuando esto sucede con varias tecnologías a la vez, como hoy, el resultado es un sentido más amplio de tecnopesimismo.

Sin embargo, ese pesimismo puede ser exagerado. Con demasiada frecuencia, las personas se centran en los inconvenientes de una nueva tecnología y dan por sentado sus beneficios. Las preocupaciones sobre el tiempo frente a la pantalla deben compararse con los beneficios mucho más sustanciales de la comunicación ubicua y el acceso instantáneo a la información y el entretenimiento que los teléfonos inteligentes hacen posible. Otro peligro es que los esfuerzos de el ludita para evitar los costos a corto plazo asociados con una nueva tecnología terminarán negando el acceso a sus beneficios a largo plazo, algo que Carl Benedikt Frey, un académico de Oxford, llama una “trampa tecnológica”. El temor de que los robots roben los trabajos de las personas puede llevar a los políticos a grabarlos, por ejemplo, para desalentar su uso. Sin embargo, a la larga, los países que deseen mantener su nivel de vida a medida que su fuerza laboral envejezca y se reduzca necesitarán más robots, no menos.

Eso apunta a otra lección, que es que el remedio a los problemas relacionados con la tecnología a menudo involucra más tecnología. Las bolsas de aire y otras mejoras en las características de seguridad, por ejemplo, significan que en EEUU las muertes en accidentes automovilísticos por cada mil millones de millas recorridas han disminuido de alrededor de 240 en la década de 1920 a alrededor de 12 en la actualidad. La IA se está aplicando como parte del esfuerzo para detener el flujo de material extremista en las redes sociales. El último ejemplo es el cambio climático. Es difícil imaginar una solución que no dependa en parte de las innovaciones en energía limpia, captura de carbono y almacenamiento de energía.

La lección más importante es sobre la tecnología misma. Cualquier tecnología poderosa puede usarse para bien o para mal. Internet difunde la comprensión, pero también es donde los videos de personas decapitadas se vuelven virales. La biotecnología puede aumentar el rendimiento de los cultivos y curar enfermedades, pero igualmente podría conducir a armas mortales.

La tecnología en sí misma no tiene agencia: son las elecciones que las personas hacen al respecto las que dan forma al mundo. Por lo tanto, el techlash es un paso necesario en la adopción de nuevas tecnologías importantes. En el mejor de los casos, ayuda a enmarcar cómo la sociedad acepta las innovaciones e impone reglas y políticas que limitan su potencial destructivo (cinturones de seguridad, convertidores catalíticos y regulaciones de tráfico), acomoda el cambio (escolarización universal como respuesta a la industrialización) o inicia un trade-off (entre la conveniencia del transporte y la protección de los trabajadores). Un escepticismo saludable significa que estas preguntas se resuelven mediante un amplio debate, no por una camarilla de tecnólogos.

Enciende el motor moral

Quizás la verdadera fuente de ansiedad no sea la tecnología en sí misma, sino las crecientes dudas sobre la capacidad de las sociedades para mantener este debate y encontrar buenas respuestas. En ese sentido, el tecnopesimismo es un síntoma del pesimismo político. Sin embargo, hay algo perversamente tranquilizador sobre esto: un debate sombrío es mucho mejor que ningún debate. Y la historia todavía defiende, en general, el optimismo. La transformación tecnológica desde la Revolución Industrial ha ayudado a frenar los males antiguos, desde la mortalidad infantil hasta el hambre y la ignorancia. Sí, el planeta se está calentando y la resistencia a los antibióticos se está extendiendo. Pero la solución a tales problemas requiere el despliegue de más tecnología, no menos. Entonces, a medida que transcurre la década, deje a un lado la penumbra por un momento. Estar vivo en la década de 2020 obsesionada por la tecnología es estar entre las personas más afortunadas que jamás hayan vivido. Lampadia




La informalidad como seguro social y como límite al crecimiento

La informalidad como seguro social y como límite al crecimiento

Jaime de Althaus
Para Lampadia

La explicación más fuerte acerca de las razones por las cuales es poco probable que en el Perú se produzca una explosión social a la chilena radica en la alta informalidad peruana. En Chile la empresa y el trabajo son formales, y entonces la gente está sometida a los rigores de la formalidad que, en circunstancias en las que los ingresos se estancan o bajan y las deudas se acrecientan, pueden ser insoportables, sobre todo cuando los servicios sociales no funcionan bien o no son enteramente gratuitos. Hay un reclamo por un Estado más redistributivo.

En el Perú son pocos los que pagan impuesto a la renta y los que reciben pensiones, por ejemplo. Se pensaría entonces que no hay nada que reclamar. El modelo no ha hecho ninguna promesa. No es posible agregar intereses para una movilización general porque no hay demandas comunes contra el Estado porque no hay una relación con él.

Esa situación, sin embargo, no es una bendición. La informalidad es la respuesta al alto costo de la formalidad y a la baja productividad de muchas actividades. Pero es una manera de condenarse a no crecer más allá de cierto punto, aquel en el que ya es indispensable formalizarse si se quiere seguir creciendo. Es, entonces, un tapón al progreso de los sectores emergentes.

Deberíamos tener entonces movilizaciones de los informales por reducir los costos de la formalidad. Pero eso no ocurre, en primer lugar, porque nadie se moviliza para pagar impuestos, por ejemplo, por más bajos que estos se vuelvan, o para pagarle beneficios sociales a sus trabajadores, por más reducidos que estos sean. Ni los trabajadores informales se movilizan para convertir parte de su salario líquido en aportaciones, ni para tener Essalud si ya tienen el SIS, aunque en teoría sí podrían hacerlo para recibir el salario mínimo pues la mayor parte gana por debajo de él. Y, en esa medida, podrían ayudar a demandar una formalidad menos onerosa.

Sin embargo, aquellos micro y pequeños empresarios que ya han tenido que ingresar, aunque sea parcialmente, a la formalidad, sí apreciarían esas facilidades. Lo que resulta prohibitivo para muchos es el salto a los regímenes tributario y laboral generales. Habría que enfocar la protesta contra esos regímenes y contra el exceso de regulaciones laborales y sectoriales existentes que sobrecargan los costos empresariales.

Pero esas son demandas de carácter difuso o abstracto que tendrían que ser enarboladas por un sector también difuso, no organizado. Es tarea política fundamental construir desde abajo, desde los mismos actores, una propuesta con demandas concretas de abatimiento de las barreras que impiden el crecimiento de los emprendimientos, y organizar el sector para que sea capaz de movilizarse. Es la única manera de alcanzar un resultado.

El gobierno, por ejemplo, incorporó en el Plan Nacional de Competitividad la simplificación y unificación de los regímenes tributarios, para evitar los saltos mortales de un régimen a otro –aunque aún no se aprueba por Decreto de Urgencia respectivo-, pero no se atrevió a incorporar una propuesta similar y correspondiente para simplificar y eliminar los regímenes laborales y construir una escala gradual basada en los ingresos del trabajador y no en el número de empleados de la empresa. Ambas propuestas son complementarias. Una sin la otra pierde efecto.

Ahora bien, en el supuesto de que se logre una formalidad más accesible y al mismo tiempo se consiga incrementar en alguna medida la productividad de esos sectores emergentes, de modo que un porcentaje apreciable logra transitar a la formalidad, ingresamos entonces a un escenario más parecido al chileno, correspondiente a una etapa de desarrollo en la cual no es posible escapar a los pagos y obligaciones de la formalidad.

En un escenario como ese hay tranquilidad social si es que la economía está creciendo a tasas suficientes para que la mayor parte de las familias gocen de una sensación de progreso, y si los servicios públicos funcionan lo suficientemente bien como para atender con eficiencia y solvencia necesidades excepcionales tales como gastos en salud, y como para prevenir y resolver situaciones de inseguridad ciudadana o jurídica.

El país tiene entonces un margen de tiempo para avanzar hacia la reforma de los servicios públicos, mientras de alguna manera intenta incorporar a las mayorías a la formalidad. El nuevo Congreso debería tener entre sus tareas la de vigilar que lo que se está haciendo en Salud, por ejemplo, lleve a una mejora sustancial del servicio. Se ha incorporado a 4 millones de personas al SIS, pero éste no se ha reformado. Se ha obligado a las farmacias a vender genéricos puros, pero los que existen no son equivalentes a los originales y la DIGEMID no procesa las solicitudes, y la mayor parte del problema está en que pacientes que van a los establecimientos públicos de Salud no reciben todos los medicamentos gratis, existiendo recursos. Para mejorar esto se quiere potencial y modernizar un operador logístico centralizado, pero no se piensa en tercerizarlo, que sería lo indicado. Y para fortalecer el sistema de salud a fin de atender a todos como se pretende, se ha contratado un préstamo de 1,000 millones de soles con el BID y el Banco Mundial, pero es solo para Lima y un par de regiones. ¿Lo que se pretende hacer con ese préstamo está bien enfocado?

Es hora, por lo demás, de integrar soluciones. Lo que se haga en regímenes tributarios y laborales para facilitar la formalización y el crecimiento de la empresa, debería estar atado a Essalud, Salud y pensiones. Pero ese es tema de otro artículo. Lampadia




Las causas de las protestas en la región

Las causas de las protestas en la región

A propósito de la persistente oleada de marchas sociales que acontecen en nuestra region, siendo Chile el punto focal de ellas, compartimos a continuación un reciente artículo publicado por The Economist que analiza estas problemáticas a la luz de similares experiencias sucitadas también en los últimos meses en el Asia emergente y el Medio Oriente.

Lo rico de la evaluación de The Economist es que atribuye como causales de tales movimientos no solo factores económicos, sino también demográficos, sociológicos e inclusive conspiranoicos. En esta era de la post-modernidad y de la malinformación, se hace cada vez más necesario complementar la evidencia empírica del progreso económico del mundo libre con herramientas provenientes de otras ciencias sociales y de la filosofía moral, de manera que se puedan combatir los drivers emocionales que impulsan el {exito de los nefastos discursos que dramatizan de manera extrema las diferencias en los ingresos al interior de las sociedades.

El caso de Chile debe ciertamente llamar la atención hacia ello. A pesar de ser el país con mayor movilidad social dentro de la OCDE y haber experimentado una resiliente caída de la desigualdad intergeneracional en los últimos años (ver Lampadia: Chile en la mira), el discurso  altamente engañoso de la izquierda logró calar en las mentes de una proporción menor de chilenos – pero suficiente para asaltar y vulnerar infraestructura – de que la situación en realidad era la contraria. Eso puede haber estado potenciado no solo por la ignorancia respecto del exitoso modelo de desarrollo de Chile sino también por una población todavia joven, característica en estas marchas y altamente reaccionaria, frente a la presencia de redes sociales que amplifican cualquier tipo de opinión que explota la desigualdad.

Se hace imperativo tener en cuenta estos procesos que dominan nuestra región si realmente queremos que el liberalismo se incruste en las mentes de más personas y lo defiendan. El respecto irrestricto de los derechos de propiedad, de la vida y la libertad, no solo son importantes por el progreso económico que motivan sino porque moralmente son superiors a cualquiera de las alternativas interventoras que propone el progresismo cultural o la izquierda radical. He aquí la clave para lograr que las ideas de la libertad tengan buen cauce no solo en Latinoamérica sino también en el mundo desarrollado, que curiosamente habiendo sido  primigeniamente libre, se ha bifurcado hacia el populismo de derecha por un lado (EEUU y Gran Bretaña) y a la socialdemocracia por otro (países europeos). Lampadia

Todos queremos cambiar el mundo
La economía, la demografía y las redes sociales solo explican en parte las protestas que afectan a tantos países en la actualidad

Las teorías individuales luchan por explicar las manifestaciones en todo el mundo

The Economist
16 de noviembre, 2019
Traducido y comentado por Lampadia

Es difícil mantenerse al día con los movimientos de protesta en todo el mundo. En las últimas semanas, grandes manifestaciones antigubernamentales, algunas pacíficas, otras no, han obstruido carreteras en todos los continentes: Argelia, Bolivia, Gran Bretaña, Cataluña, Chile, Ecuador, Francia, Guinea, Haití, Honduras, Hong Kong, Irak, Kazajstán, Líbano , Pakistán y más allá.

No desde que una ola de movimientos de “poder popular” arrasó los países asiáticos y de Europa del Este a fines de los años ochenta y principios de los noventa, el mundo ha experimentado un flujo simultáneo de ira popular. Antes de eso, solo el malestar global de fines de la década de 1960 tenía un alcance similar.

Esas oleadas de protestas anteriores no fueron tan coherentes y conectadas como a veces se representan. Los disturbios de fines de la década de 1960 abarcaron desde luchas de poder intrapartidales en China hasta el movimiento por los derechos civiles y las protestas contra la guerra de Vietnam y la dominación soviética de Europa del Este. Y las revoluciones del poder popular de 20 años después, en países tan contrastantes como Birmania y Checoslovaquia, estaban tan marcados por sus diferencias como por sus similitudes.

Aun así, los movimientos de hoy parecen sorprendentemente desconectados y espontáneos. Algunos temas surgen repetidamente, como el descontento económico, la corrupción y el presunto fraude electoral, pero esto parece más una coincidencia que una coherencia. Las causas iniciales de las protestas difícilmente podrían ser más variadas: en Líbano, un impuesto a las llamadas telefónicas a través de servicios como WhatsApp; en Hong Kong, leyes propuestas que permiten la extradición de sospechosos criminales a China; en Gran Bretaña, un gobierno se inclinó por el Brexit.

Ansiosos por imponer un patrón en estos eventos aparentemente aleatorios, los analistas han presentado tres categorías de explicación. Estos son económicos, demográficos y conspiradores.

Las explicaciones económicas hacen gran parte de la forma en que los golpes aparentemente menores al nivel de vida (un aumento del 4% en las tarifas del metro en Chile, por ejemplo) resultaron ser la gota que colmó el vaso para las personas que luchan por sobrevivir en sociedades cada vez más desiguales [SIC]. Para la izquierda, este es solo el último paroxismo de un capitalismo disfuncional y condenado. Como lo expresa un diario socialista australiano: “Durante más de cuatro décadas, país tras país ha sido devastado por políticas neoliberales diseñadas para hacer que la masa de trabajadores y los pobres paguen por lo que es una crisis creciente en el sistema”. Incluso los fanáticos de los mercados libres ven la creciente desigualdad como una causa de ira concertada, con Chile, uno de los países más desiguales y en mejor situación económica del mundo, a menudo citado como un ejemplo.

La explicación demográfica señala que los jóvenes tienen más probabilidades de protestar, y el mundo todavía es bastante joven, con una edad promedio de 30 años y un tercio de las personas menores de 20 años. Niall Ferguson, un historiador, ha trazado paralelos con la década de 1960 cuando, como ahora, había un “exceso de jóvenes educados” debido a un auge en la educación terciaria, produciendo más graduados que empleos para ellos.

En cuanto a las conspiraciones, a los gobiernos les gusta insinuar que las fuerzas externas siniestras están agitando las cosas. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China sugirió que las protestas en Hong Kong fueron “de alguna manera el trabajo de los EEUU”. En América Latina se susurra que los regímenes socialistas en Cuba y Venezuela han fomentado los disturbios en otros lugares para distraer la atención de sus propios problemas.

Los factores económicos y demográficos e incluso la intromisión externa han provocado algunas protestas. Pero ninguna de estas teorías es universalmente útil. La economía mundial no se parece en nada a los problemas de hace una década, cuando menos personas salieron a las calles. Y, para volver al ejemplo de Chile, Tyler Cowen, economista de la Universidad George Mason, ha señalado que la desigualdad de ingresos allí en realidad se ha reducido. Tampoco es una protuberancia juvenil una explicación satisfactoria. Muchos de los manifestantes (en Gran Bretaña y Hong Kong, por ejemplo) están canosos. En cuanto a la intromisión extranjera, nadie culpa seriamente a un cerebro global por los disturbios.

Otros tres factores llenan algunos de los vacíos que dejan estas explicaciones. Uno, poco mencionado, es que, a pesar de todos sus peligros, la protesta puede ser más emocionante que el trabajo pesado de la vida diaria, y cuando todos los demás lo hacen, la solidaridad se convierte en la moda. Otra es que los teléfonos inteligentes omnipresentes facilitan la organización y el mantenimiento de las protestas. Las aplicaciones de mensajería cifradas permiten a los manifestantes mantenerse un obstáculo por delante de las autoridades. Tan pronto como un “himno” especialmente escrito para los manifestantes de Hong Kong entró en línea, los centros comerciales se detuvieron por entregas masivas aparentemente no planificadas.

El tercer factor es la razón obvia para demostrar que los canales políticos convencionales parecen estériles. A fines de la década de 1980, los objetivos habituales de los manifestantes eran gobiernos autocráticos que permitían, en el mejor de los casos, elecciones falsas. Sin un voto libre, la calle era la única forma de ejercer el “poder del pueblo”. Algunas de las protestas de este año —por ejemplo, contra Abdelaziz Bouteflika en Argelia y Omar al-Bashir en Sudán— son similares. Pero las democracias que aparentemente funcionan bien también se han visto afectadas.

Por varias razones, las personas pueden sentirse inusualmente impotentes en estos días, creyendo que sus votos no importan. Uno es un enfoque creciente en el cambio climático. El movimiento Rebelión de la Extinción de campañas disruptivas de desobediencia civil ha impactado en países como Gran Bretaña y Australia. Las emisiones de carbono exigen soluciones internacionales más allá del alcance de un gobierno, y mucho menos de un voto.

Además, las redes sociales, más allá de facilitar las protestas, pueden estar alimentando la frustración política. Su uso tiende a crear cámaras de eco y, por lo tanto, aumenta la sensación de que los poderes fácticos “nunca escuchan”. Un fenómeno quizás relacionado es el debilitamiento de la negociación en el corazón de la democracia al estilo occidental: que los perdedores, que pueden representar la mayoría del voto popular, aceptarán el gobierno de los ganadores hasta las próximas elecciones. Los millones en las calles no aceptan la paciencia que exige el intercambio.

Es probable que ninguna de estas tendencias se revierta pronto. Entonces, a menos que los manifestantes se den por vencidos por la frustración, esta ola de protesta puede ser menos precursora de una revolución global que el nuevo status quo. Lampadia




Arequipa minera y mucho más

Arequipa minera y mucho más

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 20 de setiembre de 2019
Para Lampadia

Eso de tener que ir a Arequipa con frecuencia es un enorme privilegio. Desde niño – por angas o por mangas – la providencia siempre puso al Misti en mi camino. A ese respecto, los motivos más recurrentes que me llevaron a Arequipa fueron el agro y la minería. O sea ¡agro sí… minería también!

La semana pasada – por enésima vez – estuve a Arequipa. Esta vez fui para participar en Perumin… versión 34. ¡Un éxito total! El que diga que Arequipa es anti minera está completamente equivocado. La vocación minera arequipeña es – abrumadoramente – mayoritaria. Arequipeños de todas las edades, de todas las profesiones, y de todos los oficios apoyan a su minería.

Es que Arequipa – como todo el Perú – recibe grandes beneficios de la minería. El progreso de Arequipa – y el bienestar de los arequipeños – se debe en buena medida a la minería responsable. La cantidad de empresas arequipeñas proveedoras de todo tipo de bienes y servicios – que dependen de la minería – es enorme. Empresas de transporte de personas y de carga. Hoteles y restaurantes. Empresas comerciales de todo tipo. Y – ciertamente – empresas proveedoras de equipos y maquinaria, altamente sofisticadas. Miles de empresas dependen de la minería, las cuales – a su vez – generan trabajo y bienestar a los arequipeños.

Mención especial merecen los Institutos Tecnológicos y Universidades arequipeñas. Ellos también dependen – en gran medida – de la minería arequipeña. Y ¡vaya que Arequipa tiene buenas instituciones académicas!

Y – por si fuera poco – el impacto de la minería arequipeña en obras de infraestructura pública es ejemplar. Carreteras y puentes, ferrovías, puertos, plantas de tratamiento de agua, generadoras de electricidad y líneas de transmisión de energía, hospitales, escuelas, campos deportivos, bosques, reservorios… y paro de contar. Repito. El que dice que Arequipa es anti minera no sabe lo que habla.

El que haya anti mineros en Arequipa – empezando por el Gobernador Regional – es otra cosa. En todas partes se cuecen habas. En general, la politiquería es anti minera. El politiquero vive de la pobreza. Precisamente, para poder ofrecer migajas y lograr el voto de la población menesterosa. En esa categoría están varios alcaldes y dirigentes nacionales. Incluso congresistas y altas autoridades del Gobierno Central.

Son ellos – los politiqueros – los que acaban de frustrar el desarrollo del proyecto minero Tía María en Islay – Arequipa. Lamentablemente, falto liderazgo para contrarrestar a la politiquería. Desde el presidente de la República y algunos ministros, pasando por el Gobernador Regional de Arequipa y ciertos alcaldes locales, el Estado falló estrepitosamente en el caso de Tía María.

Hoy muchos arequipeños se lamentan de esta falta de liderazgo. ¡Cuántos jóvenes arequipeños estarían – hoy – siendo capacitados en las estupendas universidades e institutos tecnológicos de la región, para trabajar en la mina y / o en las empresas proveedoras de la mina! ¡Cuántas empresas locales han perdido la oportunidad de atender la gran demanda de bienes y servicios de la mina!

El fracaso de Tía María es ¡tarea cumplida! para los politiqueros. Muchos isleños seguirán pobres por mucho tiempo. Por otro lado, el fracaso de Tía María es ¡pobreza y frustración! para un gran número de arequipeños.

En fin. A pesar de todo – con sus politiqueros y sus nevadas – Arequipa es lo que es… ¡lo máximo! Lampadia




¿Hemos progresado o seguimos igual?

La economía, el desarrollo social y la reducción de la pobreza son un aspecto importante del mundo en el que vivimos; sin embargo, la percepción de los hechos presenta aún muchas dudas.

Es en este contexto que Rafael Rincón-Urdaneta, en su artículo para la Fundación para el Progreso (FPP), plantea que nuestra sociedad, como un todo, ha progresado mucho en los últimos años, en los aspectos más importantes, y lo presenta de la siguiente manera:

“A grandes rasgos, el progreso implica una forma de hacer las cosas mejor. Es mejora, avance. Es sanarnos mejor, construir mejor, alimentarnos mejor, aprender mejor, trabajar mejor. Y aunque haya vaivenes, tropiezos, «retrocesos» temporales, imperfecciones y desafíos pendientes o sin solución a la vista, la tendencia general se mueve en sentido positivo. «Mejor» es la clave, no «perfecto», «definitivo» o «total».”

Comúnmente se dice que el mundo ha desmejorado en los últimos años, que se está destruyendo todo por lo que se quiso avanzar tanto en el último siglo y la sociedad en sí misma no ha cambiado para nada.

Pero la evidencia dura dice otra cosa. La realidad muestra un progreso muchas veces pasado por alto entre tanto pesimismo; este resalta las mejoras en muchos aspectos de la vida y trata de explicar dicha mejoría en hechos fehacientes.

Rincón-Urdaneta plantea un concepto simple para entender la compleja idea del progreso. Este concepto se basa en siempre preferir lo que lógicamente va a ser mejor para uno; desde salud y enfermedad hasta abundancia.

Como explica Steven Pinker en su libro sobre la ilustración, ahora vivimos más tiempo y en mejores condiciones (con una mayor expectativa y calidad de vida). Con respecto a la expectativa de vida, si en el mundo pre-moderno y pobre esta rondaba los 31 años en todas las regiones del mundo, y los 40 a mediados del siglo XIX, que hoy se ubique en el orden de los 72 años según en Banco Mundial significa que se ha duplicado. Y en algunos casos más que eso.

Ver en Lampadia:

En defensa del progreso
Fundación para el Progreso (FPP)

Agosto 2019
Rafael Rincón-Urdaneta Z.

¿Por qué las personas tienen tan distintos diagnósticos y opiniones sobre el estado del mundo y el progreso de la humanidad? ¿Qué conceptos, criterios e ideas pueden ayudar a lograr una evaluación más precisa y una reflexión más inteligente sobre nuestro porvenir, apartando los prejuicios y combatiendo la ignorancia para aproximarnos más racionalmente a la realidad? Esta serie de Rafael Rincón-Urdaneta Z., Director de Estrategia y Asuntos Globales de FPP, ha sido elaborada con vocación de sentido común y pensamiento crítico. Y propone algunas claves útiles para estudiantes, profesores, analistas y líderes, entre otros. En esta primera entrega comprenderemos, de la manera más sencilla, sin laberintos innecesarios, qué es progreso y qué no lo es. Así de simple.

«Este mundo no tiene remedio», dijo mi amigo Carlo mientras examinaba cuidadosamente su espresso con actitud de catador experto. Buen italiano… exigente y finísimo para el café. «Siamo tutti fottuti» —estamos todos fregados—, soltó resignado antes de tomar el primer sorbo y aprobar el producto con una expresión de satisfacción inesperada, como si el café servido en aquel sencillo lugar hubiera superado sus modestas expectativas. «¿Por qué, Carlo, tan pesimista?», le pregunté. «Senti, Raffaello… mira mi país, una mer∂@#*. Mira las noticias del mundo, mira la violencia… no sabemos si llega ahora un maledetto terrorista y nos mata aquí mismo. Mira el cambio climático, el calentamiento global. Mira todo el desastre. ¡No hemos avanzado nada! Un caz#@*». «No lo veo así, Carlo», le respondí. Y empecé a contarle sobre mi visión de las cosas y mi positivo balance del progreso del mundo. Le hablé de los espectaculares avances, de los colosales desafíos y de las oportunidades. También de los riesgos, claro. Porque los hay.

¿Cómo personas tan similares en cuanto a disponibilidad de medios, conexiones personales, amigos, estudios y acceso a información pueden tener tan distantes diagnósticos y opiniones sobre la misma cosa? ¿Subjetividades? ¿Diferencias ideológicas? ¿Visiones parciales, incompletas, que no dialogan ni se encuentran? Supongo que algo de eso puede haber.

Seguramente se podría redactar un tratado de muchas páginas, lleno de explicaciones rebuscadas y asombrosas —filosofía incluida, con griegos, grandes obras y tal—, para analizar el asunto. Pero hagámoslo más simple; hay algunas ideas útiles y prácticas que, sin tanto laberinto y con sentido común, nos pueden ayudar a percibir y entender mejor el mundo. Para esto es preciso poner a raya las ideas preconcebidas, la ideología, el pesimismo excesivo y el ingenuo optimismo.

Propongo considerar dos elementos que me parecen importantes y necesarios. El primero es el de los criterios de análisis. Una discusión como la que estamos planteando puede ser agotadora, inconducente y frustrante si no se comparten criterios básicos. El segundo es el de la idea misma de progreso, con ciertas nociones que conforman el concepto. Pero antes, pongámonos de acuerdo, aunque sea «mínimamente», en qué es progreso y qué no lo es.

A grandes rasgos, el progreso implica una forma de hacer las cosas mejor. Es mejora, avance. Es sanarnos mejor, construir mejor, alimentarnos mejor, aprender mejor, trabajar mejor. Y aunque haya vaivenes, tropiezos, «retrocesos» temporales, imperfecciones y desafíos pendientes o sin solución a la vista, la tendencia general se mueve en sentido positivo. «Mejor» es la clave, no «perfecto», «definitivo» o «total».

El progreso, así de simple

Se supone que esta debería ser la parte más difícil y tortuosa de este escrito. Aquí habría que proveer enfáticas aclaraciones y advertencias sobre la subjetividad y sobre lo culturalmente relativo que puede ser determinar qué es progreso y qué no. Sin embargo, Steven Pinker, el conocido psicólogo y autor canadiense-estadounidense, nos hace un grandísimo favor en su último libro, En defensa de la ilustración, al presentar la pregunta como una de las más fáciles de responder. Y así procede:

«La mayor parte de la gente está de acuerdo en que la vida es mejor que la muerte. La salud es mejor que la enfermedad. El sustento es mejor que el hambre. La abundancia es mejor que la pobreza. La paz es mejor que la guerra. La seguridad es mejor que el peligro. La libertad es mejor que la tiranía. La igualdad de derechos es mejor que la intolerancia y la discriminación. El alfabetismo es mejor que el analfabetismo. El conocimiento es mejor que la ignorancia. La inteligencia es mejor que la insensatez. La felicidad es mejor que la miseria. Las oportunidades para disfrutar de la familia, de los amigos, de la cultura y de la naturaleza son algo mejor que el trabajo penoso y la monotonía».

Esto significa que Radoslav no quisiera morir, sino vivir y disfrutar la vida. La mayoría de los japoneses o coreanos, sino todos, quiere estar saludable. Gustosos pagamos más por la comida light o por productos orgánicos porque sabemos —o suponemos— que nos harán mejor que la chatarra. A los franceses y a los italianos, de Gaël a Chiara, les gusta comer bien, no solo por placer —en eso son maestros— sino porque necesitan alimentarse. Silvia, que viene de una familia muy humilde, trabaja duro para ganar dinero porque le parece, por experiencia propia, que la abundancia es bastante mejor que la pobreza. Xi, que es chino, opina exactamente lo mismo. Refugiados musulmanes, cristianos y kurdos han huido de la guerra y la crueldad en zonas difíciles de Oriente Medio, y se han dirigido, en la medida de sus posibilidades, a países que consideran más pacíficos, seguros y prósperos, o incluso más libres. Eso hicieron Sultan y Salma con su familia cuando se fueron a Alemania. En general, aceptamos, aunque sea a regañadientes y fastidiados, someternos a controles incómodos en los aeropuertos porque valoramos la seguridad, ¿verdad? Los venezolanos han emigrado masivamente, como nunca antes en la historia, no solo huyendo del hambre, la enfermedad y el crimen, sino también de la tiranía. Y han ido a países de muy objetiva superioridad en términos de desempeño político, económico y social, como Chile, Estados Unidos, España o Colombia. Omar, un joven gay de origen egipcio, es activista por la no discriminación de personas como él. Todos queremos que nuestros hijos estudien para que no sean ignorantes y nos enorgullecemos cuando dan muestras de inteligencia. Existe un conocido índice de la felicidad y las evaluaciones más prestigiosas de ambiente de trabajo consideran cuán agradables son nuestras tareas y cuán amigables son nuestras empresas, jefes y labores con la vida familiar o el esparcimiento. Al fin y al cabo, por muy diferentes que seamos los seres humanos en algunos sentidos, pertenecemos a la misma especie… ¿o no?

Todo esto que hemos listado puede incluso medirse con aceptable precisión. Si los valores han evolucionado positivamente en el tiempo, ha habido progreso. Si se han estancado, no. Si han retrocedido, es una señal de que algo no anda bien. Así de sencillo. Hay complicaciones realmente innecesarias y absurdas que chocan con la vocación práctica y la acción oportuna y efectiva para resolver problemas.

Quizás uno de los indicadores más completos —y mundialmente reconocido— es el de la expectativa de vida. ¡Son tantos los avances y las cosas buenas que se necesitan para vivir más años! Salud, seguridad, servicios básicos, etcétera. No hay medicinas y hospitales, te mueres o vives mal… sufres. ¿No hay seguridad ni paz? Pues es más alta la probabilidad de que mueras, quizás trágicamente, abaleado o acuchillado. Si no hay servicios básicos (buenos) como electricidad o agua potable, te enfermas y —adivina— estiras la pata por insalubridad… o vives menos años y en condiciones de salud deplorables, con bichos indeseables en el organismo. No es exageración. Es aún la realidad de millones, que por fortuna suman hoy muchos menos que hace décadas atrás gracias al progreso.

Con respecto a la expectativa de vida, si en el mundo premoderno y pobre esta rondaba los 31 años en todas las regiones del mundo, y los 40 a mediados del siglo XIX, que hoy se ubique en el orden de los 72 años según en Banco Mundial significa que se ha duplicado. Y en algunos casos más que eso.

Siempre que he expuesto mi defensa del progreso de la humanidad en estos términos, casi automáticamente saltan objeciones que acusan una visión demasiado materialista o de «mínimos moralmente inaceptables» (olvidando que la mayor parte de la humanidad hace tiempo vivía con menos de ese mínimo o al filo). Lo material no es todo en la vida… hay otras cosas, dicen. Bromeando pesada e irónicamente respondo que es mejor lamentar las carencias espirituales vestido de Brioni y comiendo caviar de esturión albino de Beluga que hacerlo desnudo, hambriento y con frío. Sin duda.

Pero, ahora seriamente, nótese que los elementos que ha expuesto Pinker son esencialmente humanos y bastante básicos, algunos ciertamente «mínimos» y de implicancias materiales. Sin embargo, son a la vez literalmente vitales, como la salud, la alimentación o la seguridad. No se consideran aquellos asociados a la religión, a lo romántico o a las virtudes aristocráticas, como la salvación, la gracia, la sacralidad, el heroísmo, el honor, la gloria, la autenticidad. Aunque pueden muchos de estos valores trascendentales ser loables, elevados y preciosos, es demasiado fácil ensalzarlos en lo abstracto, como dice Pinker. Y lo cierto es que las personas ponen sus prioridades en la vida, la salud, la seguridad, el sustento o el alfabetismo por una razón que no debería requerir recordatorio ni explicación: son necesarios —requisitos imperativos— para todo lo demás.

Si esto no fuese así, y si no hubiese un consenso global extenso y razonable sobre las prioridades humanas, habría sido bastante difícil —o irremediablemente imposible— que 189 miembros de Naciones Unidas, en septiembre del año 2000, se hubiesen puesto de acuerdo en los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio: Erradicar la pobreza extrema y el hambre; Lograr la enseñanza primaria universal; Promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer; Reducir la mortalidad infantil; Mejorar la salud materna; Combatir VIH/SIDA, paludismo y otras enfermedades; Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente; y Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

¿Ha habido progreso en esto? El hoy famoso y profusamente referido Informe 2015 de los Objetivos de Desarrollo del Milenio resume textualmente así los resultados, 15 años después del lanzamiento del desafío:

  • A nivel mundial, la cantidad de personas que viven en pobreza extrema se ha reducido en más de la mitad.
  • La cantidad de personas de la clase media trabajadora que vive con más de 4 dólares por día se ha triplicado entre 1991 y 2015.
  • El porcentaje de personas con nutrición insuficiente en las regiones en desarrollo cayó a casi la mitad desde 1990.
  • La cantidad de niños en edad de recibir enseñanza primaria que no asistió a la escuela cayó a casi la mitad a nivel mundial.
  • La tasa mundial de mortalidad de niños menores de 5 años ha disminuido en más de la mitad.
  • Desde 1990, la tasa de mortalidad materna ha disminuido en un 45% a nivel mundial.
  • Se han evitado más de 6,2 millones de muertes causadas por paludismo entre los años 2000 y 2015, principalmente de niños menores de 5 años de edad en África subsahariana.
  • Las nuevas infecciones del VIH disminuyeron en aproximadamente 40% entre 2000 y 2013.

Algunos de estos números o hechos nos parecen insuficientes, demasiado modestos… ¡Cuatro dólares al día! ¡Ir a la escuela! ¡Sobrevivir al paludismo! Pensemos que para millones de personas —lejanas, que viven realidades para nosotros desconocidas y que por tanto no percibimos igual— tales registros reflejan un cambio sustancial en sus vidas. En incontables casos es un cambio que hace la diferencia real entre morir de hambre o de enfermedad y vivir, además con la esperanza de seguir avanzando con sus familias.

Pese a esto, la mayoría de la gente, como mi amigo Carlo, dice que el mundo está cada vez peor, que la pobreza aumenta, que hay más muerte, que todo está yéndose a los mismísimos predios del Demonio. Una encuesta, que no es representativa del planeta ni nada por el estilo, pero que sí es interesante por la abrumadora inclinación al pesimismo, fue referida por el diario británico The Guardian en enero de 2015, revelando que 71% de los consultados dijo que el mundo estaba cada vez peor y solo 5% —¡Solo 5%! — que estaba mejorando.

Para ratificar lo que estamos explicando, y en la misma línea de qué es progreso y dónde podemos verlo, en septiembre de 2015 Naciones Unidas lanzó una nueva agenda con los objetivos y las metas específicas que deben alcanzarse para 2030. Los tres primeros objetivos agrupan, nada más y nada menos, el Fin de la pobrezaHambre cero y Salud y bienestar Y se añaden 14 más que van desde la Educación de calidad hasta las Alianzas para lograr los objetivos, pasando por Agua limpia y saneamiento; Trabajo decente y crecimiento económicoCiudades y comunidades sosteniblesAcción por el clima y Paz, justicia e instituciones sólidas. Se podrían cuestionar matices, ideas o políticas propuestas y derivadas de estas iniciativas si se quisiera, pero claramente hay bastante acuerdo en cuanto a qué es importante y qué es progreso.

Hay decenas de estadísticas y estudios prestigiosos, de organizaciones e instituciones tan diversas como el Banco Mundial, Naciones Unidas, think tanks y universidades. Los hay de todo énfasis y perspectivas, con metodologías variadas. Podríamos hilar aún mucho más fino, hablar de las tareas pendientes. Con todo, ratificaremos que el progreso general, a fin de cuentas, es muy real y medible en lo más importante. Y que sí podemos hacernos una idea de cómo estamos y de cómo vamos (nada mal, por cierto). Que lo ignoremos o que no aparezca en grandes titulares en los medios no significa que no esté allí, a la vista, en cada centímetro cuadrado y segundo de nuestras vidas, al punto de que, para muchos de nosotros, es parte de la normalidad. En esta ocasión hemos solo visto los hechos más grandes, emblemáticos y obvios. Que algunos intelectuales o políticos enturbien los análisis con torceduras argumentativas, falacias, exceso de condimentación ideológica o eslóganes no cambia lo que la evidencia dice. Es en este momento cuando se requieren criterios claros e inteligentes, razón y conocimiento. Lampadia




“Agua Grande”, carreteras, puertos, ferrovías…

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 9 de marzo de 2018
Para Correo Ica y Lampadia

El VII GORE EJECUTIVO quedará grabado por siempre en mi corazón. El evento que reúne – cada dos meses – a Gobernadores Regionales, Ministros y Presidente de la República, sirve para monitorear el quehacer de las regiones.

El broche de oro del evento fue la firma del acuerdo entre los Gobiernos Regionales de Ica y Huancavelica, y el Ministerio de Agricultura para llevar a cabo la “La Hermandad del Agua”.  

Es decir, una serie de proyectos de afianzamiento hídrico en: (1) la cuenca del Río San Juan en Castrovirreyna y Chincha, (2) la cuenca del Río Pisco en Huaytará y Pisco, (3) la cuenca del Río Ica en Huaytará e Ica, y (4) la cuenca del Río Grande en Huaytará, Palpa, y Nasca.

“Agua Grande” – nuestro proyecto estrella – ya tiene licencia social. A partir de ahora – y por siempre – ¡Ica y Huancavelica somos Hermanos de Agua!

En realidad, este hermanamiento empezó hace 3 años cuando ambos Gobernadores asumimos funciones. El contacto inicial fue tenso por la larguísima historia de luchas y desencuentros por el agua. Pero las tensiones se disiparon rápidamente cuando establecimos las pautas para nuestro hermanamiento:

  1. Respeto mutuo. Nadie es más que el otro.
  2. Equidad. En los Consejos de Cuencas. En la Mancomunidad Birregional Huancavelica – Ica. Etc.
  3. Justicia. En el uso compartido de las aguas. En el pago por servicios eco-sistémicos. Entre otros.
  4. Sostenibilidad ambiental. Los bofedales no se tocan… por ejemplo. Y así sucedió.

Ahora… bienvenidos los reservorios y bosques para almacenar aguas de lluvias. Bienvenidos los canales y pozas de infiltración para recargar acuíferos. Bienvenidas todas las fuentes de financiamiento para la Siembra y Cosecha de Agua: fondos públicos, iniciativas privadas, cooperación internacional, pagos por servicios eco-sistémicos, etc.

Pero hay más. En estos días se abrirá el tramo Pisco – San Andrés de la autopista Chincha – Ica. Al evitamiento de Chincha, se suma ahora el evitamiento del semáforo de Pisco. Gracias a esta obra, medio Perú es más moderno y seguro, más rápido y fluido, más eficiente y competitivo. ¡Eso es progresar!

La concesionaria a cargo de la modernización del Puerto General San Martín de Pisco acaba de iniciar obras. Para tales efectos invertirá US$ 260 millones durante los próximo 30 meses. Similar al caso anterior, medio país contará – en breve – con un modernísimo puerto multipropósito en Pisco. ¡Chau Puerto del Callao! Queremos mucho a los limeños y chalacos, pero detestamos su tráfico infernal.

Más al Sur está diseñándose el Mega Puerto San Juan de Marcona. Una inversión privada de US$ 600 millones permitirá la construcción de un puerto que embarcará más de 30 millones de toneladas de minerales por año. Si le sumamos la carga de importación, Marcona será el puerto más grande del país. ¡Más grande que El Callao! ¿Año de inicio de operaciones? 2021.

Pero lo más-más viene por el lado ferroviario. Además del Tren de Cercanías Barranca – Ica, viene el Tren Cotabambas (Apurímac) – Marcona (Ica). Ambos proyectos están en fase de diseño, así que paciencia y buen humor. ¿Habrá que esperar 4, 6, 8 años? No sé. La cosa es avanzar… no parar. Respaldemos al Gobierno Central y – como Gobierno Regional y Municipios – demos todas las facilidades para que los inversionistas hagan su trabajo sin demoras.

Entre paréntesis, me parece estar escuchando las críticas berrinchudas de mis adversarios. Mentiroso, inepto, corrupto, abusivo. Todo eso – y mucho más – dicen de mí mis detractores. Ante ello ¡sólo queda ponerle luto a la bacinica!

El hecho real y concreto es que Ica avanza a lo grande. Porque detrás del “Agua Grande” y detrás de esta infraestructura logística de primer mundo viene más minería, más agricultura, más pesca, más industria, más turismo, y – sobre todo – más pisco del bueno. En síntesis… más trabajo y bienestar. Por todo ello ¡salud! Lampadia




En defensa de la globalización y la integración

En defensa de la globalización y la integración

El discurso del primer ministro Narendra Modi en Davos 2018 ha sido aclamado por muchos. Modi parecía más un vendedor que un político en el escenario mundial, explicándoles a los grandes líderes políticos y empresariales los cambios que su gobierno había provocado en los últimos tres años y medio para hacer de la India el mejor destino de negocios. 

Dijo que un entorno democrático libre, en contraste con una cultura totalitaria cerrada, es más propicio para el crecimiento empresarial. Modi enfatizó que está eliminado la burocracia y, en su lugar, ha desplegado la alfombra roja para los grandes negocios. Explicó cómo ha abolido cientos de leyes arcaicas y, como defensor de la causa ambiental, ha fortalecido los procesos legales e institucionales para garantizar que el desarrollo y la protección del medio ambiente vayan de la mano.

Modi hizo hincapié en la necesidad de estar abierto a los mercados extranjeros y las diferentes culturas y dijo que la India estaba abierta para los negocios, pero advirtió que el proteccionismo estaba ganando terreno, mientras que la globalización estaba perdiendo atractivo. Un ejemplo importante fue cuando citó un incidente de la vida de Mahatma Gandhi: “No quiero que las ventanas de mi casa estén cerradas en todas las direcciones. Quiero que los vientos de las culturas de todos los países entren en mi casa con aplomo y también salgan”.

Habló de lo aterrador de las fracturas que nos acechan, al nivel de las relaciones humanas, dentro de las naciones y, entre las naciones.

Dijo que el mundo debe unirse para resolver estos problemas y que la India podría mostrar el camino, refiriéndose con frecuencia al antiguo pensamiento indio y las escrituras que piden armonía entre los humanos y la naturaleza y se refieren al mundo como familia. Lampadia

Discurso del Primer Ministro de India, Narendra Modi en Davos

Modi habló sobre las graves preocupaciones que enfrenta el mundo, incluido el terrorismo y el cambio climático.

Transcripción por Express Web Desk, Nueva Delhi
24 de enero de 2018
Traducido y glosado por
Lampadia

WEF, Davos: el Primer Ministro Narendra Modi habla durante una sesión plenaria en el Palacio de Congresos el día de apertura de la 48ª Reunión Anual del Foro Económico Mundial, Suiza. (Laurent Gillieron / Keystone vía AP)

(…)

El tema del Foro Económico Mundial de este año es muy relevante. Coloca la atención en los desafíos que enfrenta la humanidad. El sonido y significado de la palabra ‘Fractura’ es tal que asusta. Y la situación global es realmente aterradora. Esta fractura se puede ver en varios niveles en varias facetas. Solo mencionaré algunas:

  • Fractura en las relaciones humanas, a nivel de individuos

En las épocas actuales, parece que los medios; especialmente las redes sociales nos están conectando. Sin embargo, solo nos está conectando; no integrando. Estamos hablando principalmente. ¡No escuchando! Compartimos noticias y puntos de vista, pero no compartimos una visión.

  • Fractura dentro de las naciones

Falta de entendimiento entre los grupos de interés y las comunidades. Hay desigualdades obvias en los ingresos y las oportunidades. Existen disparidades y divisiones en la distribución de activos y recursos. Pero la paciencia ha cedido el paso a la pasión. Todo el mundo está tratando de superar y dominar a los demás al reclamar prestaciones y derechos.

  • Fractura a nivel internacional

  En mi opinión, actualmente ha adquirido una dimensión muy seria.

También hay una fractura entre el presente y el futuro. Existe una división entre los requisitos de hoy y las necesidades de conservación para el futuro.

Los desafíos son multifacéticos. La única esperanza es que todos querramos abordarlos. Queremos ver un mundo cooperativo, armonioso y solidario. De hecho, aquí es donde radica la esperanza.

Pero, desafortunadamente, parte de la vida humana es que permitimos que las cosas se rompan. En el ámbito internacional, hoy en día existen muchas situaciones en las que no sabemos qué hacer.

¡Amigos! Abordar la fractura a nivel individual es más crítico y más difícil. La fractura o ruptura ocurre primero en la mente y el corazón. Puedo decir con plena responsabilidad que India ha aprendido a trabajar en el nivel de la mente. En nuestra cultura, se acepta que (“जहाँ सुमति न ननननाना. जहाँ कुमति न नबिपतिाना”), los buenos pensamientos producen buenos resultados; los malos pensamientos dan malos resultados. India es la tierra que tiene la solución para este problema omnipresente de fractura.

Siempre hemos creído que la victoria sobre uno mismo es la mayor victoria. Lo primero y más importante en esto es la victoria sobre la mente; control sobre la mente Este es nuestro poder blando; de hecho, nuestro verdadero poder. Ahora, el mundo entero ha comenzado a reconocerlo.

De hecho, India también ha creído en Samagrata o Purnata, que es la totalidad, que significa que el universo y toda su creación y sus seres son siempre completos en sí mismos. Porque representan al todopoderoso que siempre está completo.

Para nosotros, la realidad es una; solo sus descripciones son numerosas.

El sentimiento de unidad existía. El espíritu de convivencia fue lo suficientemente fuerte como para superar cualquier barrera de conocimiento o distancia. La búsqueda de la paz en el universo fue primordial. Esta es la razón por la cual nuestras oraciones sagradas siempre terminan con una oración por la paz.

Es por eso que India siempre ha visto lo doméstico y lo global como partes que se refuerzan mutuamente e inseparables del mismo arreglo orgánico.

Daré algunos ejemplos más específicos.

Desde generaciones, hemos creído que todos los recursos y todas las riquezas pertenecen a la Naturaleza y al Todopoderoso. Los Presidentes y Primeros Ministros; los reyes y las reinas son solo los fideicomisarios o administradores de esta riqueza. El mayor defensor reciente de esta filosofía de administración fiduciaria fue Mahatma Gandhi. Gandhi Ji también solía decir que hay suficiente en la Naturaleza para cubrir nuestras necesidades; pero no nuestra codicia.

Hemos aprendido a vivir de una manera que conduce a la existencia, tanto del hombre como de la naturaleza; que conduce a las necesidades de hoy y de las próximas generaciones. Si los males llegan a nuestras mentes, hay formas y procesos para deshacerse de ellos y purificar la mente y el alma humana.

Ahora, llegaré a las fracturas dentro de los territorios de las naciones. Nuestro sistema de creencias también da lugar a los principios y prácticas que son necesarios para una existencia humana feliz y armoniosa. Me enorgullece decir que las tradiciones democráticas de la India y las instituciones de hoy en día son solo una derivación de este sistema de creencias. Hoy, India es la democracia más grande del planeta tierra. Al mismo tiempo, la gente de la India, en los últimos meses, también ha demostrado que a pesar de ser una organización política democrática y federal; una vasta geografía y una sociedad diversa, es una democracia muy dinámica y decisiva.

Es posible que haya visto en el pasado reciente que más de 1,250 millones de indios aceptaron con una sola voz y se movieron hacia una sociedad menos lucrativa y un sistema impositivo unificado en forma de GST.

Es una gran satisfacción para nosotros que:

  • La mayor democracia de la tierra es también la economía grande, de más rápido crecimiento;
  • La sociedad más diversa también asume políticas decisivas.

Una sexta parte de la comunidad global vive en la India y es una sociedad muy diversa que tiene una visión común; para un futuro compartido. Esta es nuestra verdadera fortaleza. Estamos tratando de aprovecharlo y fortalecerlo aún más.

La unidad en la diversidad es nuestro viejo orden. Sabka saath sabka vikas es nuestra práctica actual.

Con esto, puedo decir con confianza que las democracias pueden, quieren y deben funcionar en los años y décadas por venir.

¡Damas y caballeros!

Permítanme ahora llegar al nivel internacional donde las fracturas y las fallas son realmente aterradoras.

Los principales motivos de fractura a nivel internacional son: Control de territorios: directos e indirectos; y control de transacciones: incluido el comercio transfronterizo y el movimiento de personas.

El primero nos concierne a los políticos y el otro concierne a la comunidad empresarial. Pero ambos afectan al hombre y la mujer comunes. Y ambos son solo para adquirir cada vez más poder y recursos. Todo esto surge del ego o la codicia. Todo esto todavía era comprensible y ha estado sucediendo a lo largo de la historia humana moderna. Pero hoy, el ego y la codicia están siendo envueltos en una buena envoltura de los llamados principios de fe o credo.

Sin embargo, para nosotros en India, nuestro mismo sistema de creencias, de coexistencia, se refleja en nuestro enfoque hacia muchos de los problemas globales. Me gustaría mencionar dos cuestiones apremiantes que tienen la capacidad no solo de fracturar sino también de frustrar muchas cosas buenas que la raza humana ha logrado.

El primero es Terrorismo. Debido a nuestra creencia en la coexistencia de razas y religiones; y debido a nuestra creencia en la no violencia, siempre nos hemos opuesto al terrorismo. Digo con plena convicción que el terrorismo es malo en todas sus formas y facetas. Es malo independientemente de su territorio de origen u objetivo de operación. Todos debemos unirnos en la lucha contra el terrorismo. La India se mantiene firme con todas esas fuerzas. También debo aprovechar la oportunidad para hacer un llamamiento a todos ustedes para que vean que esos grupos no reciban dinero, armas y municiones. No puede ser bueno hacer negocios con tales elementos. Todos sabemos que, sin paz, el progreso y la prosperidad no son posibles.

El segundo desafío global es el problema del cambio climático. En nuestra cultura, tratamos a la naturaleza como madre. También creemos que el hombre solo tiene derecho a ordeñarlo; no destruirlo. Es por eso que, a través del Acuerdo de París, le hemos asegurado a la comunidad mundial que nuestro proceso de desarrollo estaría completamente en línea con nuestro ethos cultural hacia las salvaguardias ambientales. De hecho, no solo somos conscientes de nuestras responsabilidades hacia el cambio climático; estamos dispuestos a tomar la iniciativa para mitigar sus efectos.

Para demostrar la sostenibilidad de nuestro proceso de desarrollo, hemos realizado importantes compromisos y logros en energías renovables. Hemos planeado extraer 175 GW de energía de fuentes renovables para 2022. Ya somos el quinto mayor productor de energía solar en el mundo.

Con nuestros esfuerzos, una organización basada en tratados internacionales, llamada Alianza Solar Internacional, ha tomado forma. El ISA (por sus siglas en inglés) se concibió como una coalición de países ricos en radiación solar.

Si realmente queremos seriamente fortalecer la cooperación y la satisfacción en la comunidad global; necesitamos abordar los problemas que enfrentan los jóvenes. El rápido aumento y la expansión del radicalismo entre los jóvenes en diferentes sociedades están poniendo en peligro la seguridad y la estabilidad de muchas regiones. Las personas sentadas aquí pueden ayudar mucho. Pueden crear y facilitar el empleo y la participación remunerada para los jóvenes. Debemos demostrar que las nuevas tecnologías no eliminarán empleos. Por el contrario, crearán nuevos puestos de trabajo en nuevas áreas.

Necesitamos crear una sociedad solidaria y preocupada. Tenemos que pensar en las formas en que la configuración comercial se puede utilizar para crear una civilización considerada no solo corporaciones competitivas. La responsabilidad social corporativa es una palabra antigua. Pero tratemos de darle un nuevo significado; intentemos dar un nuevo mensaje a través de ella. Voy a repetir lo que he estado diciendo desde hace mucho tiempo.

Estoy seguro de que ya saben mucho sobre nosotros. Existen suficientes razones para que India sea conocida globalmente. En los últimos años, hemos tratado de fortalecer y desarrollar aún más los fundamentos de la India.

Nuestra agenda de desarrollo actual se basa en CINCO PILARES.

  • En primer lugar, nuestros sistemas necesitan cambiar. Estamos persistiendo en reformas estructurales de largo alcance. Por lo tanto, nuestro primer pilar es nuestro mantra de reformar, realizar y transformar.

Esto incluye: formalizar la economía a través de desmonetización y transacciones digitales, reformas fiscales directas y expansión de la base tributaria, reformas bancarias, DBT a través de UID y cuentas bancarias, minimizando la discreción, combatiendo la corrupción y controlando la inflación. Además, hemos reducido consistentemente el déficit fiscal y el déficit en cuenta corriente.

Otro buen elemento de esta reforma es que los Estados han comenzado a competir por hacerlo cada vez mejor. “Federalismo competitivo”.

En esta dirección, también hemos emprendido reformas de IED audaces. Más del 90% de las aprobaciones de FDI se han incluido en la ruta de aprobación automática.

  • En segundo lugar, estamos utilizando la tecnología para transformar la gobernanza y brindar derechos y servicios públicos. He estado diciendo que el gobierno electrónico es una gobernanza fácil y efectiva.
     
  • Tercero, es la mejora significativa de la infraestructura física, incluidas las carreteras, los ferrocarriles, los puertos aéreos y marítimos. La escala y el alcance de esta tarea son inmensas.
     
  • En cuarto lugar, también somos conscientes de la necesidad urgente de mejorar las normas que rigen la actividad económica. Necesitamos estar completamente integrados con el mundo en las principales áreas de política.
  • El quinto pilar es el desarrollo económico inclusivo. Como dije, la mayor razón de la fractura dentro de los países es la desigualdad y la disparidad que conducen a la división y la desconfianza.

Hemos tratado a nuestra manera de reducir la brecha de ingresos y oportunidades. Por ejemplo:

  • Cuando facilitamos la industria y los servicios al crear facilidad de negocios; se facilita la creación de empleo para millones de nuestros jóvenes;
  • Cuando anunciamos y trabajamos en Make in India y aspiramos a hacer de India un centro de fabricación global; es para crear oportunidades de trabajo para millones de trabajadores;
  • Cuando implementamos el programa Digital India; es para salvar la brecha digital que se ha convertido en una consideración importante en esta era;
  • Cuando trabajamos en el programa de habilidades para la India; es para proporcionar habilidades a la fuerza de trabajo no calificada y semi-calificada que es una fuente de división en la sociedad;
  • Si desatamos una ola de start-ups; es para crear empleadores junto con el empleo;
  • Si abrimos cuentas bancarias de 310 millones de personas no bancarizadas; es para llevarlos a la fuente financiera principal;
  • Si desplegamos tecnología para la focalización de los beneficiarios y la transferencia directa de beneficios; es eliminar intermediarios del sistema de subsidios del gobierno;
  • Si hacemos un llamamiento al bien para hacer que la gente que tiene mejores condiciones, renuncie a usar gas subsidiado para cocinar; es para apoyar a aquellos que no tienen conexiones de gas para cocinar;
  • Si decidimos electrificar a todos los pueblos y hogares restantes: es ver que la calidad de sus vidas cambia para siempre.

Para cerrar el desequilibrio y las divisiones, tenemos que hacer mucho y tenemos que hacerlo rápido. Para darle algunos ejemplos:

  • Tenemos que construir 50 millones de casas;
  • Tenemos que construir sistemas ferroviarios de metro en más de cincuenta ciudades;
    • Tenemos que ir tanto horizontal como verticalmente:
      desde la distribución de bombillas LED hasta el tendido de líneas de transmisión pesadas;
    • Desde el grifo de agua en los hogares hasta las vías fluviales y las tuberías;
    • Desde las carreteras en las aldeas hasta la red de carreteras de Bharatmala;
    • Desde el tendido y la electrificación de los ferrocarriles a la construcción de municipios modernos más de 400 estaciones.
  • El consumo de acero de la India es de 60 kg por persona, frente a un promedio mundial de 218 kg por persona.
  • El consumo de electricidad per cápita de la India a 1100 kWh es el más bajo entre las naciones BRICS y es solo 1/3 del promedio mundial.
  • Del mismo modo, en India, los vehículos por cada 1000 habitantes son 25 contra alrededor de 500 de los países europeos. (134º lugar en el mundo y el más bajo en los 10 mejores países que fabrican automóviles)

Pensemos en el efecto revolucionario que tendrá la industria si 1,250 millones de personas comienzan a consumir a la par o más cerca del promedio mundial en algunos de estos sectores.

La India ofrece un gran alcance y oportunidad para que prosperen todo tipo de ideas y conceptos e inversiones.

Nuestras agencias gubernamentales están encontrando formas innovadoras de crear un entorno favorable para las empresas.

¡Damas y caballeros! India es una inversión en el futuro. Estarás de acuerdo conmigo si digo eso:
Somos una sociedad vibrante y joven que avanza hacia una economía basada en el conocimiento;
India alberga una gran cantidad de mano de obra de tecnología, instituciones y centros de I + D;
Estamos avanzando para convertirnos en una economía de cinco mil millones de dólares estadounidenses para 2025;
Nos convertiremos en el tercer mercado de consumo más grande del mundo para 2025;
Según el Banco Mundial y el FMI, nuestra tasa de crecimiento será constante y alta;
India ocupó el 3er lugar en la lista de gobiernos más confiables del WEF en 2017;
Somos una democracia profundamente arraigada; se garantiza la apertura, la previsibilidad de las políticas y el estado de derecho;
Moody’s mejoró la calificación de la India a causa de sus reformas económicas;

Estamos construyendo una NUEVA INDIA en la que un sexto de la humanidad se combina y se compromete a obtener una buena administración y mejores servicios para una mejor calidad de vida.

Espere. ¡Una cosa más! El sistema de la Familia de la India y nuestras tradiciones de Guru-Shishya son los mayores ejemplos de plenitud e integridad. Mantienen nuestra cultura de visión compartida, corazones sanadores y comunidad solidaria.

India te ofrece todo lo que buscas de y para tu vida.

Si quieres riqueza con bienestar, trabaja en India;

Si quieres Paz con Prosperidad, vive en India;

Si quieres salud con vidas plenas, anda a la India.

Y nuestra promesa es que tu agenda será parte de nuestro destino. Ambos tendremos un futuro compartido y exitoso.

¡Gracias!

Lampadia




Sentido de dirección, coherencia y consistencia

Sentido de dirección, coherencia y consistencia

En Lampadia venimos afirmando que, a pesar de sus limitaciones, el mejor índice para medir el desarrollo de un país es el PBI y el PBI per cápita. Sin recurrir a mayores complejidades, este indicador permite:

  • Medir la posición relativa de un país en el concierto global
  • Apreciar la evolución de una economía
  • Marcar la dirección básica de sus políticas, y sobre todo,
  • Privilegiar el crecimiento de la economía y
  • Evitar confusiones de política que terminan ralentizando el crecimiento

Eso no quiere decir que no deban usarse otros indicadores para, bajo la dirección básica de la búsqueda del crecimiento, complementar las políticas públicas y destacar objetivos como la mejora de la educación, la salud, las infraestructuras, y, por supuesto, las instituciones que permiten la buena gobernanza, la transparencia y la justicia. 

Nuestra opinión al respecto es muy firme, tanto por un simple enfoque estratégico pro desarrollo, como por la experiencia de observar, a lo largo de muchos años, la forma en que cada cierto tiempo se introducen nuevos índices, que siempre quitaron importancia al crecimiento económico.

Uno de los ejemplos más claros fue el del Índice de Desarrollo Humano, del PNUD, que, a pesar de que el PBI per cápita, abarcaba un tercio de su formulación, solo se destacaban los otros factores, con lo cual se llevaba a confusión a los hacedores de políticas públicas y al ciudadano, que necesita entender las relaciones causa-efecto de las políticas públicas, empezando por las líneas matrices. Otro ejemplo de esto es el Índice de Progreso Social (IPS), que llega a omitir el crecimiento económico y el PBI per cápita como el indicador fundamental del progreso de sus países. Ver en Lampadia: El Índice de Progreso Social es engañoso.

Lamentablemente, estamos acostumbrados a que, para destacar algún desarrollo, se devalúe o se pretenda sustituir lo existente, perdiendo la oportunidad de mejorar las cosas, presentándolas como capas de una construcción. Permitiendo así, que todos los ciudadanos entiendan los medios básicos para lograr el desarrollo, y evitar que se terminen alejando del seguimiento de la cosa pública, por la dificultad de tener que estar entendiendo y optando por enfoques y visiones alternativas.   

El mismo The Economist desmitifica las mediciones de la pobreza que pretenden crear indicadores sofisticados como el de la pobreza multidimensional, puesto que, en el largo tiempo, según sus análisis, el PBI per cápita da los mismos resultados. (Ver en Lampadia: No nos equivoquemos sobre cómo medir la pobreza).

Y es que la verdad es bastante simple: el Crecimiento Económico no se opone al Progreso Social, es su fuente. Los peruanos necesitamos información clara sobre la realidad global y sobre nuestras políticas que nos permitan emprender un proceso sostenido de convergencia hacia las condiciones de vida de los países más ricos.

Evidentemente, es muy difícil medir la condición de vida de las personas y más difícil aún compararla con la de los ciudadanos de economías y culturas distintas. Los requisitos para lograr el desarrollo de un país deben ser integrales (económicos, sociales e institucionales) y duraderos, algo que hemos recalcado múltiples veces en Lampadia. Fijar metas coherentes para alcanzarlo es muy difícil, pero si no tenemos claro que el crecimiento económico es la base indispensable para lograr todo lo demás, llámese calidad de vida, buena educación y salud, empleo adecuado y acceso a la modernidad, difícilmente los lograremos.

Por lo tanto, en Lampadia consideramos que, bajo el paraguas de la búsqueda del crecimiento de la economía, para el diseño de políticas públicas holísticas del bienestar, es conveniente monitorear indicadores que tienen la ventaja de mostrar con mayor detalle la situación de la pobreza en un país y es de gran utilidad para formar las políticas macroeconómicas y microeconómicas necesarias para luchar contra la pobreza y brindar las mayores oportunidades a todas las personas.

Por eso, compartimos con nuestros lectores esta interesante propuesta de Urs Rohner, colaborador del Project Syndicate, quien afirma que “En lugar de buscar un marco nuevo y disruptivo para reemplazar los datos actuales y las técnicas analíticas, debemos centrarnos en realizar cambios reflexivos e incrementales al sistema existente.” Lampadia

Ver artículo líneas abajo:

El PIB debe corregirse, no reemplazarse
17 de enero, 2018
Urs Rohner, Chairman of the Board of Credit Suisse
Project Syndicate
Traducción del inglés: Rocío L Barrientos
Glosado por Lampadia

ZÚRICH – Durante mucho tiempo economistas de renombre han venido señalado que el Producto Interno Bruto (PIB) es una medida inadecuada del desarrollo económico y el bienestar social; y, por lo tanto, no debería ser la única obsesión de los formuladores de políticas. Sin embargo, todavía no hemos avanzando en cuanto a encontrar una alternativa viable al PIB.

Una de las reconocidas deficiencias del PIB es que ignora el valor del trabajo dentro de los hogares, incluido el trabajo de cuidado de niños y ancianos que son miembros de la familia. Aún más importante, la asignación de un valor monetario a tales actividades no resolvería una falla más profunda en el PIB: su incapacidad para reflejar adecuadamente la experiencia vivida de los miembros individuales de la sociedad. Una corrección relativa al trabajo en los hogares inflaría el PIB, mientras que al mismo tiempo no crearía una diferencia real en los niveles de vida. Y, las mujeres, quienes conforman una proporción predominante del grupo de personas que realizan tareas domésticas, continuarían siendo tratadas como voluntarias, en lugar de que se las trate como a verdaderas contribuyentes de la economía.

Otra reconocida falla del PIB es que no toma en cuenta la destrucción del valor, tal como cuando los que los países manejan mal su capital humano al no brindar educación a ciertos grupos demográficos, o al agotar recursos naturales para obtener un beneficio económico inmediato. Considerando todo lo antedicho, se llega a la conclusión de que el PIB tiende a medir los activos de forma imprecisa, y no mide los pasivos en lo absoluto.

No obstante, si bien no ha surgido un consenso internacional sobre una alternativa al PBI, ha habido un avance alentador hacia una forma de pensar más considerada con respecto a la actividad económica. En el año 1972, los economistas de la Universidad de Yale William Nordhaus y James Tobin propusieron un nuevo marco: la “medida del bienestar económico” (MBE), con el propósito de dar cuenta de diversas actividades no remuneradas. Y, más recientemente, China estableció un índice de “desarrollo verde”, que considera el desempeño económico de manera conjunta con varios factores ambientales.

Además, los responsables de la toma de decisiones en los sectores público y privado tienen hoy en día muchas más herramientas para tomar decisiones sofisticadas que en el pasado. En el lado del inversor, la demanda de datos ambientales, sociales y de gobierno está aumentando abruptamente. Y, en el sector público, organizaciones como el Banco Mundial han adoptado métricas distintas al PIB para evaluar la calidad de vida, incluida la esperanza de vida al nacer y el acceso a la educación.

Al mismo tiempo, el debate sobre el Ingreso Nacional Bruto (INB) ha estado ganando fuerza. Aunque comparte elementos fundamentales con el PIB, el INB es más relevante para nuestra era globalizada, ya que se ajusta a los ingresos generados por las empresas de propiedad extranjera y los residentes extranjeros. Por consiguiente, en un país en el que las empresas extranjeras poseen una parte importante de los activos manufactureros y otros activos, el PIB se inflará, mientras que el INB sólo mostrará los ingresos que el país realmente retiene (véase el gráfico).

Irlanda es un ejemplo destacado sobre cómo se ha utilizado el INB para corregir las distorsiones en el PIB. En el año 2015, el PIB informado de Irlanda aumentó en un sorprendente 26,3%. Como señaló en octubre de 2016 un documento de trabajo de la OCDE, el episodio planteó serias dudas sobre la “capacidad del marco conceptual de contabilidad que se utiliza para definir el PIB con el propósito de reflejar adecuadamente la realidad económica”.

El documento de la OECD llegó a la conclusión de que el PIB no es un indicador confiable del bienestar material de un país. En el caso de Irlanda, su único año de asombroso crecimiento del PIB se debió a que las empresas multinacionales “reubicaron” ciertas ganancias económicas – es decir, los rendimientos de la propiedad intelectual – en su contabilidad general. Para abordar la creciente disparidad entre el desarrollo económico real y el PIB informado, la Oficina Central de Estadísticas de Irlanda presentó una versión modificada del INB (conocido como INB*) para el año 2016.

La brecha entre el PIB y el INB probablemente también se cerrará pronto en otras jurisdicciones. En un documento de trabajo, reciente, Urooj Khan de Columbia Business School, Suresh Nallareddy de Duke University y Ethan Rouen de Harvard Business School destacan una desalineación en “el crecimiento de las ganancias corporativas y la economía general de Estados Unidos” entre los años 1975 y 2013. Ellos determinan que durante ese período, el crecimiento promedio de las ganancias corporativas superó al crecimiento del PIB cuando la tasa del impuesto a la renta corporativa nacional excedió la de otros países de la OCDE.

De cara al futuro, sugiero que los formuladores de políticas se concentren en tres puntos. En primer lugar, como se demostró líneas arriba, las partes interesadas pertinentes ya abordan varios de los defectos del PIB, lo cual es alentador. En segundo lugar, los responsables de la toma de decisiones en el sector público y el sector privado ahora tienen una multitud de instrumentos disponibles para evaluar mejor las ramificaciones sociales y ambientales de sus acciones.

Y, tercero, en los negocios no se debe permitir que lo perfecto se convierta en enemigo de lo bueno. No hemos resuelto todos los problemas relacionados con el PIB, pero hemos recorrido un largo camino para reducir muchas de sus distorsiones. En lugar de buscar un marco nuevo y disruptivo para reemplazar los datos actuales y las técnicas analíticas, debemos centrarnos en realizar cambios reflexivos e incrementales al sistema existente. Lampadia




“LOS PROGRESISTAS DETESTAN EL PROGRESO”

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