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Agoniza la industria petrolera en el Perú

Agoniza la industria petrolera en el Perú

Luis Fernández Pérez, Gerente General de Gas Energy Latin America Peru SAC
Para Lampadia

En el año 2014, se inició una crisis de la industria del petróleo por la caída brusca del precio internacional, que estaba alrededor de los 100 dólares de enero a julio y cayó progresivamente hasta un promedio de 30 dólares en diciembre del 2015.

Esta situación llevó a todos los países de la región a tomar medidas correctivas (normas) que permitan sostener los niveles de su producción petrolera, y otras medidas promotoras para mantener el interés internacional de invertir en sus países. En el Perú, hasta el día de hoy no se hizo nada, y como consecuencia de ello, hoy tenemos el nivel de producción petrolera más baja de los últimos 40 años (Figura 1), y en los últimos 3 años se han resuelto de manera anticipada 27 contratos porque no pudieron superar los problemas sociales y ambientales para realizar los trabajos de exploración y/o porque no era económicamente viable continuar con la inversión en las condiciones pactadas.

Esta situación está originando una sensible reducción de los montos de canon y sobre canon que reciben las regiones productoras. La figura 2, muestra el comportamiento de los montos recibidos por este concepto en las regiones de Piura y Tumbes en los últimos 10 años y claramente se observa que, ante la caída de los precios, la única salida es incrementar la producción.

Por esta razón se ha planteado modificaciones a la Ley Orgánica de Hidrocarburos (LOH) como primer paso a la recuperación del sector. El proyecto de ley propuesto, tiene algunos cuestionamientos con poco o ningún sustento, y peor aún, se hacen sin acompañar alternativas que logren los objetivos de incrementar la producción y atraer nuevas inversiones en el sector.

Lo primero que tienen que entender los políticos y la población en general, es que el Perú compite con todos los países de la región para atraer empresas petroleras importantes para explorar los campos con potencial, y en esa carrera estamos retrasados. El Perú sigue siendo uno de los países más atractivos para invertir en la región, con niveles de inflación bajos, con estabilidad económica, con respeto a los contratos y las inversiones; llegan inversionistas y empresarios de todos los sectores, sin embargo, las empresas del sector hidrocarburos son la excepción. El Perú es el único país de la región en el que no tienen actividad las denominadas empresas “majors”; Shell, Exxon Mobil, Conoco Philips, Total, Statoil, entre otras; que, si operan en Venezuela, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, etc.; la razón principal, el Perú no tiene condiciones competitivas comparadas con estos países en términos de regalías, problemática social, gobernabilidad y exigencias ambientales.

Los cambios propuestos a la LOH son sólo el primer paso para recuperar la industria petrolera y gasífera del País, y están enfocadas en incrementar la producción petrolera en corto plazo con las empresas que hoy vienen operando en Perú, sin embargo, no son suficientes para atraer inversiones en exploración que permitan reponer las reservas que se han consumido en los últimos años.

Los problemas de sector hidrocarburos son muy profundos y una nueva ley no es suficiente para resolverlos, se requiere dar un golpe de timón muy fuerte y tomar algunas medidas complementarias, las cuales pasamos a enumerar:

1. Se requiere que el impulso al desarrollo de la industria sea una política de Estado. Esto significa que, como en el caso de México, Colombia, Argentina, Bolivia y otros, sea el Presidente de la República quien lidere los cambios necesarios, promoviendo acuerdos entre las autoridades del MINEM, MINAM, Congreso de la Republica, Gobiernos Regionales y Gobiernos Locales respecto a la importancia de la industria para el país y la región, desde la perspectiva de generación de empleo directo e indirecto, regalías, canon y bienestar de la población.

2. Se requiere repotenciar a Perupetro, bajo el mismo nombre o el propuesto por el proyecto de ley en discusión, que la denomina Agencia Nacional de Hidrocarburos. Independientemente del nombre, lo importante es la independencia que requiere para negociar contratos y desarrollar funciones de estímulo, acompañamiento y supervisión mas cercanos a las empresas concesionarias. También requiere autonomía para contratar funcionarios de primer nivel con salarios acordes al mercado petrolero.

3. Se requiere diferenciar las exigencias ambientales en las diferentes etapas del proceso de exploración. Las actividades de superficie, tiene un impacto leve sobre la zona de trabajo, mientras que la perforación de los pozos exploratorios tiene un impacto mayor. Si el pozo exploratorio es exitoso, el desarrollo del campo tiene otro impacto mayor y, por lo tanto, en cada caso la exigencia debe responder a esos riesgos. El Perú necesita impulsar mucho trabajo de superficie, incluido estudios de sísmica, con exigencias ambientales acordes con su impacto potencial, para tener información útil y actualizada de los campos que permitan interesar a las empresas a invertir en el País.

4. Se requiere elaborar una línea base ambiental para las diferentes cuencas y etapas de las zonas a explorar. Esto es, una línea base para lotes offshore, una línea base para lotes en tierra (costa) y una línea ambiental para lotes en selva. De esta forma, se reducirán los tiempos de elaboración de los estudios de impacto ambiental que suelen tomar varios años, y es uno de las principales desventajas que tenemos frente a los demás países de la región.

5. Se requiere un trabajo conjunto entre autoridades, Perupetro y las empresas para trabajar con las poblaciones aledañas a las operaciones, la elaboración de programas de desarrollo e inclusión de sus pueblos para alcanzar acuerdos de convivencia y mutuo beneficio.

6. Se requiere que haya un proceso permanente de supervisión en el cumplimiento de los compromisos asumidos, por las empresas, por las poblaciones y por las autoridades bajo el liderazgo de Perupetro, Osinergmin, OEFA y Contraloría de la Republica, según corresponda en cada caso.

Las acciones sugeridas no significan retroceso alguno a las normas ambientales ni a los derechos de las poblaciones indígenas; sino que lo que buscan es colocar al Perú como un país competitivo para atraer inversiones en exploración y explotación petrolera dentro de un marco de respeto al medio ambiente y de convivencia pacífica y de beneficio mutuo con las comunidades aledañas a sus operaciones.  En definitiva, la búsqueda de una actividad rentable, eficiente y respetuosa con su entorno, que comparta con una población mejor informada y orientada, los beneficios que esta industria genera. Lampadia




El Precio del Petróleo le mueve el piso a la economía global

El Precio del Petróleo le mueve el piso a la economía global

Desde 2010 hasta mediados de 2014, los precios mundiales del petróleo habían sido bastante estables, girando en torno a US$ 110 el barril. Desde entonces, ha tenido una fuerte volatilidad. El lunes pasado, el crudo se desplomó un 6 % adicional, llegando a niveles vistos por última vez durante la crisis financiera. Esto se debe principalmente a los temores sobre la desaceleración del crecimiento de China, el motor del crecimiento en la última década, junto con la creciente producción petrolera asociada al shale gas de Estados Unidos.

Bloomberg

El West Texas Intermediate (WTI), precio de referencia en EEUU, marcador usado en el Perú, cayó a un mínimo de US$ 37.75 por barril, el más débil desde febrero de 2009.

A pesar del alza de la esta semana (WTI a US$ 48.9), continúan las predicciones de que seguirá bajando, lo cual preocupa a los inversores. Pero el mayor miedo es China. Este país ha sido un gran contribuyente para el crecimiento de la demanda de petróleo en la última década, por lo que cualquier desaceleración de su economía podría significar malas noticias para el consumo de crudo.

Financial Times

En el lado de la oferta, la producción de EEUU se ha casi duplicado en los últimos seis años y se encuentra en su nivel más alto en 30 años. Este crecimiento en la producción de energía, donde el gas y el petróleo se extraen mediante fractura hidráulica o fracking, ha sido uno de los principales impulsores de la caída de precios del petróleo. Esto ha dejado en problemas a Arabia Saudita, Nigeria y Argelia, que ahora se encuentran compitiendo por los mercados asiáticos, por lo que los productores se ven obligados a bajar los precios. Además, la producción y las exportaciones de petróleo de Canadá y de Irak están aumentando año tras año. Incluso los rusos, con todos sus problemas económicos, se las arreglan para mantener la producción.

Por el lado de la demanda, ésta es baja debido a la debilidad de la actividad económica, el aumento de la eficiencia energética y una creciente migración del petróleo hacia otros combustibles. Las economías de la eurozona y de los países en desarrollo se están debilitando y los vehículos son cada vez más eficientes en el consumo de energía.

Los más afectados son los países exportadores de petróleo. Venezuela, Irán, Nigeria, Ecuador,  y Rusia son sólo algunos ejemplos de quienes sufrirán las turbulencias económicas y, tal vez, incluso políticas. Por ejemplo, Rusia pierde cerca de US$ 2 mil millones en ingresos por cada dólar que cae el precio del petróleo, y el Banco Mundial ha advertido de que la economía rusa se reduciría en al menos un 0.7% en 2015 si los precios del petróleo no se recuperan.

Otro caso importante es el de nuestro vecino: Venezuela. Es uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo, pero gracias a la desastrosa gestión económica del chavismo, enfrenta graves problemas, incluso desde antes de que el precio del petróleo comenzara a caer. Según el economista Steve Hanke, tiene una inflación de 700% y la economía está parada. La necesidad de recortes en gastos es obvia, pero el dictador Maduro ha descartado la posibilidad de recortes en los subsidios o de tener precios más altos de gasolina.

Para mayor abundamiento de los problemas de Venezuela, hay que considerar que los inventores del Alba, modelo mental de la izquierda tradicional peruana, ‘disque’ opositores del extractivismo, han destruido toda la producción no petrolera y hoy los hidrocarburos representan más del 90% de sus exportaciones. Que incoherencia de nuestros apóstoles de las ‘ideas muertas’, no critican la dictadura chavista por su insoportable afrenta a la democracia, ni por su manejo económico; pero se dan el lujo de desquiciar los sectores extractivos del Perú, que solo llegan al 15% del PBI y que son la mejor fuente de crecimiento y reducción de la pobreza. En verdad parece que han trastocado su ‘noble izquierdismo’ en un descarado fascismo.

Otros grandes perdedores son las empresas petroleras. Chevron y Royal Dutch Shell, anunciaron recientemente recortes a sus nóminas para ahorrar, pero los productores de petróleo y gas más pequeños ya reportan pérdidas netas, por lo que están recortando dividendos y vendiendo activos.

En diciembre, Chevron canceló un proyecto de exploración de shale gas de US$ 10 mil millones en Ucrania, dinero con el que contaba el gobierno ucraniano para estimular su economía y, con el tiempo, reducir su dependencia del gas ruso. Este es sólo un ejemplo de una tendencia que ya se encuentra en toda la industria: la cancelación o el aplazamiento de proyectos de energía que de repente se han vuelto demasiado arriesgados o económicamente inviablespor un bajo precio del petróleo.

Según Goldman Sachs, mil millones de dólares de inversiones en proyectos de energía podrían estar en riesgo. En largo plazo, esto puede significar una menor producción de petróleo y el encarecimiento de la energía. Pero en el corto plazo, la desaparición repentina de este enorme flujo de inversión está destinada a perjudicar a las compañías de energía y a sus proveedores de equipos y las empresas de construcción e ingeniería que planeaban ejecutar estos proyectos. Sin embargo, también causarían muchísimo daño a las ciudades y regiones donde estas empresas operan y que cuentan con este dinero para destinarlo a otros proyectos.

Por otro lado, los precios del petróleo más bajos impulsarán el crecimiento en China y la India, el hogar de casi la mitad de la población mundial y de los principales motores de la economía mundial. También se verán beneficiados los importadores de petróleo como Chile y Perú.

Ambas economías dependen de sectores que utilizan petróleo como un componente importante de sus costos, como la minería y la construcción. Chile tiene un déficit en el suministro de hidrocarburos, actualmente importa más de 90% del petróleo que consume y se calcula que la caída de su precio, compensa la baja del precio del cobre.

En Perú, la disminución en los precios del petróleo proporcionará un entorno favorable para los sectores industriales, la minería y la construcción. En general, el país importa alrededor de US$ 6.0 mil millones en productos petroleros, lubricantes y refinados. Menores costos de energía beneficiarán a los proyectos de cobre, tales como la mina Toromocho de Chinalco y HudBay Minerals  de la mina Constancia. Además, la caída podría aumentar la renta disponible de los consumidores y ayudar a reducir el déficit comercial, que se prevé que alcance los US$ 1,600 millones en 2015.

Con todos estos movimientos, el gobierno peruano no ha sido capaz de establecer mejores requisitos para los operadores petroleros y ha terminado causando un desmadre en el Lote 192 que dejó Pluspetrol y que nadie quiso recibir en una tardía y mal estructurada licitación. (Ver mayor detalle en Lampadia: Lote 192: Una historia de engaños y absurdas ilusiones).

Esperemos que el Perú no siga desaprovechando todas sus oportunidades, como lo viene haciendo con la minería, el petróleo y la energía. Lampadia

 




Lote 192: Una historia de engaños y absurdas ilusiones

Lote 192: Una historia de engaños y absurdas ilusiones

La mayor fuente de petróleo en el Perú, el Lote 192, anteriormente denominado Lote 1AB, todavía no tiene un futuro claro. Esto es importante, ya que produce un 17% de la producción nacional de crudo. Este Lote 192 se encuentra al norte del Amazonas, cerca de la frontera con Ecuador, y según el MINEM tiene reservas probadas de 134 millones de barriles (volumen de dudosa rigurosidad, dados los condicionantes económicos de una operación muy marginal).

El operador anterior, la firma argentina Pluspetrol, se vio obligada a anunciar su retiro a principios de este año en medio de muchos conflictos sociales, principalmente protagonizados por las comunidades ‘disque’ locales sobre los daños al medio ambiente derivado de las operaciones de Oxidental Petroleum desde la década del 70.

Desde el 2001 Pluspetrol habría invertido algunos cientos de millones de dólares en el desarrollo de pozos de reinyección de agua para evitar su vertimiento a los ríos, lo cual previene la contaminación ambiental que era común antes del establecimiento de las normas fijadas en los años 90.

Según el experto petrolero y ex presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), Carlos del Solar, en declaraciones al diario Correo, cuando la empresa Occidental inició la explotación del Lote 192 (en 1971), no había  comunidades nativas conocidas en esa zona.

Por lo tanto, quienes ahora reclaman ser comunidades originarias de la zona, y han conseguido pasar una consulta previa que no correspondía a la realidad social, a pesar de contarse con el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), están engañando a todo el país. A pesar de esto, el gobierno (MINAM) llevó a cabo el proceso de consulta previa, analizando las posibles afectaciones que podrían producir en los derechos colectivos de los pueblos indígenas. Y ahora, estas mismas comunidades insisten en que un nuevo proceso de licitación del contrato no se pudo abrir antes de que se cumplan sus demandas. 

Esta consulta previa trajo consigo muchísimos problemas y más conflictos, los cuales se realizaron a puertas del inicio de la licitación, desincentivando a los inversionistas. Ninguna de las tres empresas inicialmente interesadas en participar (Pluspetrol, la Canadian Pacific Rubiales y Perenco) presentaron ofertas al cierre de la licitación.

Esto no fue una sorpresa, dado que el precio del petróleo estaba por debajo de los US$ 50 por barril (hoy está en US$ 39 el barril) y se estima que se requerirá una inversión de alrededor de US$ 500 millones. Pero el desincentivo más fuerte es la incertidumbre que causan los conflictos por reclamos de comunidades que ni siquiera son originarios de la zona, sino migrantes de Ecuador que habrían llegado cuando empezó sus operaciones la Occidental y se abrieron oportunidades de trabajo.

Además, desde el punto de vista económico este lote no sería muy atractivo por sus altos costos de operación. Actualmente, de la extracción de los pozos el 98% es agua que hay que separar del petróleo (2%) y reinyectar a los pozos de reinyección. Además su petróleo es muy pesado (de alta densidad), por lo que para transportarlo a la costa hay que licuarlo con petróleo ligero y eventualmente con diluyentes importados. Lo que es más, luego hay que costear el alto cargo de transporte que impone Petroperú por el uso del oleoducto y finalmente venderlo por debajo de los marcadores de precio para petróleos ligeros, un estimado de 8 a 10 dólares por debajo del actual precio de US$ 39 por barril. Se estima que los costos de operación son del orden de US$ 40 por barril, por lo tanto, su volumen de reservas, que es un concepto económico, sería técnicamente inexistente.

Ahora muchos medios e instituciones se solidarizan con el reclamo loretano (donde muchos no son ni peruanos) y reclaman que el Lote 192 sea administrado por PetroPerú, a pesar de que después del fracaso de la licitación, se convocó a un proceso extraordinario en el cual se le otorgó la administración a la empresa canadiense Pacific Exploration & Production Corporation por dos años para luego poder hacer una nueva licitación por 30 años. Sin embargo, en Loreto insisten en que PetroPerú opere el lote, sin tener la capacidad técnica ni económica.

Lo que es más, en medio de la euforia del populismo en la que nos vamos deslizando como prolegómeno del proceso electoral, la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (ANGR) ha publicado un aviso solidarizándose con el reclamo nacionalista y el paro que pretende exigir por la fuerza que el lote 192 sea asumido por PetroPerú. Además, en el Congreso de la República se pretende asignar por ley el Lote a la empresa estatal, absurdo de absurdos.

El 2013, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) aprobó una ley (número 30130, artículo 6: Petroperú no emprenderá ningún proyecto que le genere pasivos [reales o a futuro], mientras no pague los préstamos por Talara) restringiendo cualquier papel de Petroperú en la esfera productiva ‘upstream o down stream’. Hasta ese momento parecía que Petroperú se haría cargo de una serie de lotes cuyos contratos con empresas privadas extranjeras estaban a punto de expirar, entre ellos el Lote 1A/B en Andoas (ahora conocido como Lote 192) y en Talara, que en conjunto representan la mayor parte del crudo producido actualmente en el Perú.

Además, la petrolera estatal no está en condiciones de asumir ese lote porque sus recursos deben (lamentablemente) ir a la modernización de la refinería de Talara (una inversiónde carácter político de más de US$ 3,500 millones), por lo que no podría (ni tendría los recursos) para asumir el Lote. El 2014 Petroperú perdió más de S/. 150 millones y sus auditores han emitido un dictamen calificado. No nos olvidemos que,hace algunas décadas, las empresas públicas fueron la causa de grandes forados fiscales y de la inflación desbocada que destruyó la clase media y la economía peruana. Según el estudio del IPE “Eficiencia del gasto en América Latina – Perú“, las pérdidas acumuladas por las empresas estatales al 1990 llegaron a US$ 17,738 millones (PPP 1998), monto equivalente al 67% del PBI de dicho año.

Debemos incentivar la producción petrolera, pero con seriedad. Es curioso que los anti extractivistas se opongan a la inversión privada en petróleo en nombre del ambiente, pero a la vez pretendan que el Estado la sustituya, sabiendo que su performance sería de pésimo nivel social y ambiental, tal como es con la gran estafa e inmoralidad de las empresas públicas de saneamiento, que dan un servicio que linda en lo criminalNuevamente se quiere hacer política con el tema petrolero. No nos dejemos engañar. Lampadia

 




Por qué Estados Unidos va a perder la guerra de precios del petróleo

Por qué Estados Unidos va a perder la guerra de precios del petróleo

Si los precios siguen bajos, las firmas estadounidenses más apalancadas podrían irse a pique.

Por Leonid Bershidsky

Bloomberg

(El Comercio – Portafolio, 14 de Enero de 2015)

La debacle financiera que sufrió Rusia cuando el precio del Brent cayó 50% en los últimos cuatro meses ha eclipsado la que podría aguardar a la industria estadounidense del esquisto en el 2015. Es hora de prestarle atención porque es improbable que Arabia Saudí y otros grandes productores de petróleo de Oriente Medio cedan y reduzcan la producción, y el precio ahora se está acercando a un nivel en el que la producción estadounidense empezará a reducirse con el cierre de pozos.

Los representantes de los principales miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo dicen desde hace semanas que no producirán menos petróleo por bajo que caigan los precios. El ministro de Petróleo saudí, Ali al-Naimi, ha dicho que ni siquiera un barril a US$20 los hará cambiar de opinión.

Las primeras reacciones en los EE.UU. fueron de confianza: los productores estadounidenses de petróleo son suficientemente resistentes; seguirán produciendo incluso a precios de venta muy bajos porque el costo marginal de extraer de los pozos existentes es aún menor; la OPEP perderá porque las redes de seguridad social de sus miembros dependen del precio del petróleo; y, de todos modos, la OPEP está muerta.

Ese optimismo recuerda a la reacción displicente de los rusos al comenzar la caída de precios: en octubre el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo que “ninguno de los actores serios” tenía interés en un precio del petróleo inferior a US$80. Esta complacencia ha llevado a Rusia al borde del precipicio: el viernes, Fitch rebajó su calificación crediticia un escalón por arriba de basura y esta probablemente siga bajando en tanto el rublo continúe devaluándose al ritmo de la caída del petróleo.

Guerra de precios

En general, es una mala idea hacerse el gallito en una guerra de precios. Por definición, todos se van a ver afectados, y cualquier victoria puede ser solo relativa. El ganador es aquel que puede soportar más sufrimiento. Mi apuesta tentativa hasta ahora es a los saudíes y, aunque parezca contrario a la lógica, a los rusos.

Por ahora, la única señal de que la producción estadounidense de petróleo crudo puede reducirse es el menor número de plataformas petroleras en actividad en los EE.UU. La semana pasada bajó a 1.750, 61% menos que la semana anterior y cuatro veces menos que hace un año. Sin embargo, la producción petrolera sigue estando en un nivel récord. En la semana que terminó el 2 de enero, cuando la cantidad de plataformas petroleras también se redujo, llegó a 9,13 millones de barriles diarios, más que nunca en la historia. Las empresas petroleras solo están interrumpiendo la producción en los peores pozos, los que producen pocos barriles por día: a los precios actuales, esos pozos no justifican el costo de alquilar los equipos.

Como nadie reduce la producción, el precio sigue cayendo; ayer el barril de Brent estaba a US$48,27 y las tendencias todavía se orientan hacia abajo.

Todo esto finalmente tendrá su impacto. Según un análisis reciente de Wood Mackenzie, “un precio del barril de Brent de US$40 o menos haría que los productores redujeran la producción a un nivel en el cual habría una contracción significativa de la oferta petrolera mundial. Con un Brent a US$40, 1,5 millones de barriles diarios representan un flujo de caja negativo, en tanto el mayor aporte proviene de varios proyectos de arenas bituminosas de Canadá, seguido por los EE.UU. y luego Colombia”.

Extraer a pérdida

Eso no significa que, una vez que el Brent llegue a US$40 –y ese es el nivel que ahora prevé Goldman luego de renunciar a su pronóstico de que la OPEP cedería–, la producción de esquisto automáticamente se reducirá 1,5 millones de barriles diarios. Muchas empresas estadounidenses de fracking seguirán extrayendo a pérdida porque tienen deudas que pagar: unos US$200.000 millones de deuda total, comparables con las necesidades financieras de las compañías energéticas estatales de Rusia.

El problema de las empresas de fracking de los EE.UU. es que es imposible refinanciar esas deudas si están perdiendo efectivo. En algún momento, si los precios siguen bajos, las compañías más apalancadas se irán a pique y las más exitosas no podrán hacerse cargo de ellas porque no tendrán ni el efectivo ni la confianza de los inversores que las ayudaría a conseguir financiamiento para sus deudas.

Las insolvencias y la falta de expansión finalmente llevarán a recortes de la producción. La Administración de Información de Energía de los EE.UU. aún pronostica que la producción estadounidense de crudo promediará 9,3 millones de barriles diarios, 700.000 barriles diarios más que en el 2014. Pero si el Brent llega a US$40, ese pronóstico vuela por la ventana. Probablemente sea excesivamente optimista ya hoy.

En cuanto a los saudíes y los Emiratos Árabes Unidos, ellos seguirán produciendo. Son países, no empresas, y no pueden simplemente cerrar sus puertas e irse a casa: siguen teniendo presupuestos que financiar y carecen de un reemplazo para el petróleo como fuente de reservas internacionales. Rusia, el tercer productor mundial de petróleo después de Estados Unidos y Arabia Saudí, es mucho menos estable que las monarquías petroleras de Oriente Medio, pero está en la misma situación: el petróleo es su savia.




Los Charros apuestan por la Inversión Privada

Los Charros apuestan por la Inversión Privada

El presidente mexicano Enrique Peña Nieto logró que se apruebe una de las grandes reformas que seguramente convertirán a México en un líder del siglo XXI. El lunes 11 de agosto, Peña Nieto promulgó la reforma energética, con la cual se abolía uno de los más antiguos y poderosos monopolios estatales (PEMEX) y abría el sector petrolero y eléctrico a la inversión privada nacional y extranjera. “Logramos concretar las reformas que el país necesitaba para asegurar el bienestar de ésta y las futuras generaciones”,  señaló con satisfacción evidente. Así, tras casi año y medio de arduas negociaciones, debates y enfrentamientos políticos, finalmente vio la luz su reforma más audaz: la energética.

Este no es solo un cambio de corte económico. Es mucho más. Una transformación dramática en la forma en la que los mexicanos conciben y creen que debe funcionar el Estado. Y hasta, según varios entendidos, un asunto de identidad nacional.

La frase que mejor resume la importancia de este acto, es la del ex presidente Ernesto Zedillo (1994-2000): “Ni en mis más salvajes sueños esperé ver los cambios constitucionales alcanzados”.

Ni Zedillo, ni su antecesor, Carlos Salinas de Gortari (quien firmó el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y el Canadá) osaron tocar a la poderosa y monopólica empresa petrolera estatal (PEMEX). Un monopolio que se había convertido en “símbolo” de la dignidad revolucionaria mexicana y que había postergado el desarrollo petrolero del país por 30 años.

La ineficiencia y corrupción son dos de los mayores lastres y que se expresan: en la forma en que ha caído la producción de barriles (26% entre el 2001 y el 2011 de 3.4 millones a 2.6), y en la inmensa deuda laboral y pensionaria (68 mil millones de euros, 12% de PBI mexicano). Además, acumula pérdidas de 2.7 dólares por barril que refina. Ver en Lampadia (L): Incentivos perversos de la burocracia. Este último link se refiere a un documento que se encuentra en la sección Presentaciones y Documentos de Lampadia, que es un power point que presentó Luis Pazos, economista y político mexicano, en el foro “América Latina: Oportunidades y desafíos”, organizado por la Fundación Internacional para la Libertad – Lima, 21 de marzo del 2013. Esta presentación es muy ilustrativa del problema mexicano pero también de la imperiosa necesidad de contar con funcionarios públicos de primer nivel, aspecto que esperamos sea primera prioridad de la política peruana.

Como lo explicó a la BBC el periodista Alberto Najar, “durante casi 70 años los mexicanos aprendieron que la expropiación del petróleo decretada en 1938 por el presidente Lázaro Cárdenas fue, después de la Revolución [de 1911], la mayor gesta heroica del siglo XX”. Lázaro Cárdenas, como se sabe, no es un presidente cualquiera, es una de las figuras constitutivas del PRI (Partido Revolucionario Institucional). Un intocable al que no se le puede criticar dentro de este partido, aunque su ideario ha sido fuertemente combatido por quienes deseaban modernizar el país. La reforma de Peña Nieto (líder de un renovado PRI), no es una más. Cierra un capítulo que ha durado 76 años.

Como ha señalado la revista Time (ver en L: La Nueva Misión de México): “Peña Nieto es un reformista nuevo y joven, prometió resultados audaces y tangibles a un país en gran medida resignado a la corrupción y la estasis. (…) el sector energético, manejado por el Estado, y el sistema tributario, (…)”. Él es miembro del partido que llevó  a México al borde de la ruina. Resucitó al PRI, que había perdido el poder después de 70 años, en manos de Vicente Fox (ex presidente de Coca Cola México), que tomó el control hace 14 años, pero no pudo hacer las reformas que ofreció, pues no logró control parlamentario.  

Los logros reformistas, y hasta revolucionarios, de Peña Nieto, se basan en los acuerdos políticos que logró con la oposición. En corto tiempo ha realizado reformas estructurales profundas y significativas en áreas clave: educación, telecomunicaciones, banca, tributos, políticas y, ahora, en energía y petróleo. Todas diseñadas para modernizar a México y convertirlo en un jugador global de primer orden.

La reforma le permitirá rápidamente a México empezar a producir el petróleo y la energía que necesita. Como señala El País “es una invitación a la inversión extranjera (…). [México] que cuenta con reservas  (3P = probadas, probables y posibles) de 44,530 millones de barriles, la decimocuarta nación con más crudo en el mundo. El mayor tesoro energético, el 52% del crudo, se hallaría en la parte profunda del golfo de México. (…) Cuando comience la explotación el esquema que entra en vigor será el de  regalías, un canon variable que oscilará con el precio de los hidrocarburos. Si el barril de crudo se encuentra por debajo de los 48 dólares, la regalía será del 7.5% del total. (…)”. Para precios superiores, según la opinión de varios analistas, las regalías suben al extremo de que algunos las consideran desincentivadoras.

Como de la reforma educativa Mexicana, el Perú tiene muchas lecciones que sacar de esta transformación (ver en L:  Educación: el ejemplo mexicano  e India, México y Colombia apuntan al futuro del nuevo mundo – La visión de país y reformas que el Perú necesita).

Mientras gran parte de los países del mundo, liderados por el Asia, pero seguidos por países como Polonia (ver en L: Polonia la nueva estrella europea), y más cerca nuestro Colombia y México apuestan por el desarrollo y bienestar de sus poblaciones, adoptando las mejores prácticas de gobierno, imitando y copiando las normas más modernas, alejándose de la ideología como fuente del desarrollo de políticas, rompiendo los mitos más acendrados; el Perú, que acaba de tener una milagrosa recuperación de 20 años en la que logramos salir del sétimo círculo del infierno, sigue contaminado por ideas del pasado y una filosofía política castrante y retardataria.

Por ejemplo, en educación, nos hemos acomodado con un sindicato monopólico como el Sutep, cuyo proyecto es la “lucha de clases” y no el magisterio. Basados en los mitos más torpes, hemos despreciado la inversión minera que nos ayudó a dar un salto socio-económico admirado en todo el mundo, y mantenemos los servicios de agua y desagüe en manos del Estado, arriesgando a toda nuestra población, desperdiciando el 40% del agua y, cargando a los pobres costos que multiplican por décuplos el que pagan los pobladores de más recursos.

Nuestro gobierno parece querer ubicarse en el camino de salida, pero todavía le quedan dos años, ¿se animarán por lo menos a convertir a Sedapal en un pool de concesiones que nos permita alcanzar un mejor servicio, mayor calidad y seguridad, con alcance pleno, costos uniformes y una buena supervisión del Estado? ¡Hagan algo, por favor, no podemos regresar a la cola de Latinoamérica nuevamente! Lampadia