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The wind beneath my wings

EDITORIAL DE LAMPADIA

La figura del viento se usa muchas veces para explicar los ciclos de la economía. El viento a favor impulsa el crecimiento y el viento en contra lo detiene. Pero hay otra forma de ver la figura del viento que, para un país pequeño como el Perú, es una figura más importante, una menos coyuntural: ‘el viento debajo de mis alas’1. En esta figura el viento se ve como el sustento en el que se despliegan las alas para volar. O crecer a buen ritmo, si hablamos de la economía.

¿Cuál es ese viento? – Pues el comercio internacional, los flujos de inversión extranjera, la globalización. Sin ellos, un país tan pequeño como el nuestro solo podría crecer lentamente, a un ritmo insuficiente para remontar las brechas sociales y económicas que nos lastran y lejos de poder dar el impulso que necesitamos para emparejarnos con los países más ricos y evitar así que nuestros pobres se alejen para siempre del nuevo mundo que trae la ‘cuarta revolución industrial’.

Fuente: www.meditaldia.com

Como hemos dicho mil veces en Lampadia, lamentablemente nuestras izquierdas siguen sin entender esas ecuaciones básicas y siempre se han opuesto al comercio internacional, la inversión extranjera y la globalización. Lo que es más, han llegado al extremo de ponerse una camisa de fuerza para que ninguno de ellos se escape del despropósito: todos ellos abogan oficialmente por el llamado pos-extractivismo. (Ver: Pos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento).

Este postulado ideológico, formulado por un uruguayo, plantea que los peruanos optemos por una economía de sustento, de sobrevivencia, por producir lo mínimo posible de todo. Un crimen anti-pobre y anti-peruano, pues justamente nuestro país se caracteriza por tener todos los recursos posibles para que seamos un país rico, para no tener pobres. Ya hemos ejemplificado este crimen analizando la aplicación de este planteamiento en el sector agrícola, por el cual, increíblemente, todas las izquierdas, los supuestos luchadores por los pobres, pretenden ‘condenar a nuestros campesinos a la pobreza eterna’. Ver: Agroexportación: Una industria de clase mundial.

Hace algunos días hemos requerido a esas izquierdas que renuncien al pos-extractivismo, pero: no se oye padre. Mutis por  el foro. Todos ellos prefieren seguir agazapados detrás de esas murallas construidas con ‘las ideas muertas’, como las califica Moisés Naím.

Pero volvamos al ‘viento debajo de nuestras alas’. Para salir de la pobreza tenemos que crear riqueza. ¿De donde la sacamos? ¿Podemos inventarla solos? ¿Aislados del mundo? ¡Pues debemos decir categóricamente que no!

La riqueza nos está esperando en el crecimiento de la economía. Nos está esperando en los bolsillos de los que más tienen en el mundo. La integración de la economía peruana a los mercados globales es una suerte de sifón que extrae recursos de los más ricos para proveerlos a los pobres, nosotros, todos los peruanos. El crecimiento que solo puede acelerarse volcando nuestros recursos hacia el exterior, genera empleo y excedentes productivos en todos los sectores de la economía y para el Estado. Repetimos, sin ellos, sin esos recursos, estaríamos condenados a arrastrarnos en una pobreza innecesaria, injusta e inmoral. Pues teniendo todo para generar riqueza, no hacerlo es inmoral.

Este análisis es incontrastable. No hay otro camino para el bienestar general. Por ello nos llama la atención la falta de ambición del gobierno de PPK, que no atina a llamarnos a desarrollar una gesta por el crecimiento, que no sale a las calles y plazas a explicar a los ciudadanos las ecuaciones de la creación de riqueza, que no alienta aún las grandes inversiones en todos los sectores.

Por ahora el gobierno plantea que nuestro PBI crezca 5% anual, cuando podemos desatar una revolución productiva que nos lleve a crecer 7 a 8% por año. Cuando podemos terminar de desarrollar nuestros proyectos mineros, energéticos y forestales además, por supuesto de las infraestructuras, las agro-exportaciones y el turismo, entre otros.

Por ejemplo, el ministro de Energía y Minas sigue disculpándose de tener una mayor pro actividad en los supuestamente bajos precios de los metales, pero la verdad es que el Perú es competitivo con los precios actuales y, solo el crecimiento de la China de 6% equivale a más de tres veces el PBI anual del Perú. ¿Por qué no atinamos a invitar a los mayores operadores globales del sector forestal de Finlandia, Noruega, Canadá y Nueva Zelanda a invertir en el país? Solo en la sierra tenemos 7´000,000 de hectáreas deforestadas. Solo en el sector forestal podríamos lograr algo parecido al boom de inversiones mineras que arrancó en los años 90 y movió las agujas de nuestro crecimiento de manera tan importante. Nuestro potencial forestal permite que lleguemos a exportar entre 30 y 40,000 millones de dólares anuales (cinco veces las de Chile).

¿Qué estamos esperando para emprender ‘la gesta del crecimiento y el bienestar general’?

Por supuesto, crecer no es lo único que debemos hacer. También debemos ver la mejor y más rápida manera de traer a nuestros pobres a la economía de mercado. También tenemos que hacer una revolución educativa y llevar los servicios del Estado a todos los peruanos. Para ello tenemos que hacer reformas y mejorar nuestras instituciones. Por ello, ante tan grande tarea y, después de haber prácticamente perdido cinco años, no tenemos tiempo que perder.

No podemos perder el período de gracia del nuevo gobierno sin movilizar las voluntades de todos los peruanos por la gran gesta del crecimiento, la madre de nuestra riqueza y la fuente del empleo digno para todos.

Pero ahora se cierne otro peligro sobre nosotros, la torpe ola anti-globalización y anti-comercio-internacional que se está desatando en el mundo de los países más ricos. El corte del ‘viento debajo de nuestras alas’ que es la base para crear riqueza en los países emergentes. Ver en LampadiaLa trampa anti globalización¿El fin de la globalización?El sándwich que amenaza a los países emergentes.

No nos dejemos engañar, la globalización, el comercio internacional y los flujos de inversión extranjera son los que permitieron la mayor disminución histórica de la pobreza y la desigualdad en los países emergentes durante las últimas décadas.

Conclusión y Propuestas

  • Exijamos a nuestras izquierdas que renuncien al pos-extractivismo y a las ‘ideas muertas’.
  • Apoyemos al gobierno para que sea más ambicioso y asuma un rol más pro activo por el crecimiento.
  • Enarbolemos la bandera del libre-comercio y la globalización y aprovechemos la próxima reunión de APEC en el Perú para generar una reacción global por mantener ‘el viento debajo de nuestras alas’, las de todos los países emergentes.

Lampadia 

1 El viento debajo de mis alas, “The wind beneath my wings”. Canción escrita en 1982 por Jeff Silbar y Larry Henley, popularizada por Bette Midler.




El sándwich que amenaza a los países emergentes

La historia tiene a veces formas retorcidas de presentarse. En estos últimos años se está generando una alianza no escrita entre los políticos más activos de los países ricos y las cúpulas de las izquierdas tradicionales que siguen proponiendo ‘ideas muertas’, como en el Perú. El eventual éxito de cualquiera de esos extremos, tendría efectos devastadores en los niveles de vida de los pobres.

Curiosamente, la extrema derecha internacional y nuestra extrema izquierda nacional, unas veces con el ropaje del populismo, otras con el del nacionalismo, basados en inferencias inconsistentes pero muchas veces efectistas, se las ingenian para trasmutar las frustraciones y anhelos de muchos pobladores, en reclamos y hasta movimientos populares que cimientan el camino de cambios regresivos.

Efectivamente, hoy tenemos al candidato republicano en EEUU, Donald Trump, planteando el aislacionismo, la expulsión de los migrantes, aranceles compensatorios con China, la reversión del libre comercio, el rechazo de los tratados de comercio, etc. En Francia, el Frente Nacional de Marine Le Pen es abiertamente anti globalización y Nicolás Sarkozy agita nuevamente el nacionalismo. En Alemania, la derrota de Angela Merkel (y el CDU) en las recientes elecciones y la consolidación del partido populista, Alternativa por Alemania (AfD), plantean cambios radicales. En España la situación es más grave aún, dado que todavía no tiene un gobierno y podrían llevar acabo su tercera elección en 12 meses.
    
Por su lado, en el Perú, todas las izquierdas han adscrito al llamado pos-extractivismo, que plantea que produzcamos lo mínimo posible para sobrevivir. Por ejemplo:

En cuanto a las agroexportaciones, donde todavía tenemos la mayor cantidad de pobres, plantean que solo produzcamos lo que necesitamos para consumir nosotros y ‘tal vez’ nuestros países vecinos. 

El sector agrícola solo puede crecer, sostenidamente, llegando a más estómagos. Como un agricultor peruano decía hace algunos años: una persona solo puede comer un kilo de comida por día. ¿Cómo puede entonces mejorar sus ingresos un agricultor peruano? Si 3 millones de agricultores tendrían que abastecer solo a 27 millones de habitantes. Sus ingresos estarían limitados a un promedio de 9 consumidores o 9 kilos. Pero si exportamos a mercados de 2,700 millones de personas, en teoría, cada agricultor podría abastecer a 900 consumidores, 100 veces más. Ese es el potencial de este sector, y la única manera de enriquecer a nuestros campesinos, que, además, son dueños de la mayor parte de las tierras y predios agrícolas del Perú. 

O sea, los izquierdistas tradicionales, quieren condenar a la pobreza eterna a nuestros campesinos. ¡Habrase visto semejante barbaridad!

Ver en Lampadia: Pos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento, Todas las izquierdas peruanas apuestan por la pobreza y Exigimos que se renuncie al ‘pos-extractivismo’.

En los países más ricos, donde el crecimiento de sus economías no llega a recuperarse desde la crisis del 2008/9, el desempleo se mantiene alto (excepto en EEUU) y se ha ampliado la desigualdad entre ricos y pobres; se esta cayendo en el facilismo de culpar de esta evolución a la globalización, el libre comercio, la deslocalización industrial y la competencia ‘abusiva’ de países como China.

En el caso de EEUU, la economía recuperó con creces el empleo, que está cerca del llamado pleno empleo (5.1% de la PEA). Lo que es más, después de que salieran cifras alarmantes sobre la disminución de la clase media, acaban de salir cifras que muestran nuevamente el crecimiento de la columna vertebral de su economía. Como afirma un reciente artículo publicado en El País de España, “la mediana de los ingresos de los hogares mejoró por primera vez desde la Gran Recesión (un 5.2%) y un total de 3.5 millones de ciudadanos dejaron de formar parte de los pobres.”

El reciente llanto de los países más ricos sobre sus problemas de desigualdad, algo en lo que también caen connotados economistas estadounidenses (ver en Lampadia: Un economista de Harvard le pone colores políticos a la globalización), hace caso omiso de la muy positiva evolución paralela de una disminución sin precedentes de la desigualdad en los países más pobres y la reducción de la pobreza en el mundo durante el período del boom globalizador. En los últimos 40 años se ha duplicado la población mundial y se ha formado una clase media global de 3,000 millones de habitantes y, hoy los más pobres tienen mejores condiciones de vida que nunca antes, con mayor esperanza de vida, mejor alimentación y mejor salud. 

Evidentemente, estos resultados que traen menor pobreza y desigualdad en los países emergentes, son además muy positivos para los países más ricos, pues crean un ecosistema proclive a los principios de la economía de mercado y por lo tanto habría que profundizarlos. Sin embargo, la reacción expresada en la nueva ola anti globalización y anti comercio, plantea revertir las políticas que originaron el mayor bienestar que hoy día goza la humanidad.

Recientemente hemos podido leer una seria de advertencias sobre la fuerza de esta ola regresiva. Por ejemplo, hace poco, Martin Wolf afirmó que “La liberalización del comercio se ha estancado y se puede observar un constante aumento de las medidas proteccionistas. Es probable que el aumento del sentimiento xenofóbico y la ralentización del comercio reduzcan el crecimiento de la IED.” Además, la política tampoco favorece a la globalización. Trump es, sin duda, el candidato a la presidencia de EEUU más proteccionista desde 1930.

De triunfar gente como Trump en EEUU, y/o Le Pen en Francia, podríamos tener que enfrentarnos a condiciones globales que restrinjan el acceso de nuestros productos a los mercados globales y a una disminución de los flujos de inversión extranjera. Algo que sería muy grave para un país como el Perú que mantiene la necesidad de generar suficientes recursos para superar las brechas sociales y económicas que aún nos aquejan y, que tiene que dar saltos cualitativos en educación salud, infraestructuras y tecnología para nivelar a nuestros pobres con los ciudadanos promedio del mundo.

Por otro lado, nuestros izquierdistas, atrapados en sus trampas ideológicas, plantean lo mismo que los nuevos políticos emergentes de los países del norte. No les gusta la globalización, no les cuadra la economía de mercado ni el crecimiento, sufren con los avances del comercio internacional y odian los recursos que produce la minería que ha permitido financiar el mayor estadio de inclusión de nuestra historia (2004 – 2011). 

El Perú pos-Constitución de 1993 se ha emancipado del estancamiento, de la relación del mercantilismo con el señor (Estado) repartidor, de la falta de oxígeno y autonomía para desarrollar ideas y proyectos. En un Perú que crece, con un poderosos sector privado, el rol del burócrata se va devaluando, el rol del intelectual venido a político repartidor (de pobreza) se diluye y el rol del gobernante omnipresente se opaca. Ya no hay sitio para ser gobernados por ideas muertas. La agujas de la economía y la mejora social las mueve en mayor medida el mercado, la inversión privada y la acción de millones de ciudadanos comprometidos en la construcción de un mejor país para sus hijos.

Como consecuencia de esta evolución política nos enfrentamos a dos amenazas. La externa que podría secar las fuentes de recursos, ya sean por exportaciones o inversión; y la interna que pretende paralizarnos para llevarnos nuevamente a la desesperanza, madre de las malas aventuras.

En nuestra opinión, debemos desarrollar una estrategia ofensiva que enfrente ambos males ‘de un tiro’. En vez de dar respuestas y explicaciones a las afrentas conceptuales detrás de estos movimientos, debemos izar las banderas de la globalización, de la economía de mercado y del comercio internacional. Y hacerlas nuestras banderas de cara a la próxima reunión de APEC en el Perú en noviembre próximo.

Estos objetivos deben ser vinculados a los beneficios que produjeron y deben seguir produciendo para los pobres y para las clases medias del Perú y del Mundo.

El Perú debe proclamar los algoritmos del bienestar y distinguirse en noviembre (APEC) como el campeón de la integración global, el comercio, la creación de riqueza y la superación de la pobreza. Lampadia

 




Exigimos que se renuncie al ‘pos-extractivismo’

Exigimos que se renuncie al ‘pos-extractivismo’

Lamentablemente no todos los grupos políticos, ahora representados en el Parlamento, están identificados con la Constitución de la República, con la economía de mercado, con la modernidad, con el Estado de Derecho y con los valores de la democracia.

Por ejemplo, en el caso del llamado “FREN.A” (Frente Amplio), en su último acto de la campaña, en el debate multipartidario, insistió en el cambio de la Constitución del 93. Todas sus cúpulas han adscrito los absurdos planteamientos del pos-extractivismo que va contra la economía de mercado, la modernidad y los pobres del campesinado. Sus líderes más connotados han atentado contra el Estado de Derecho en los llamados conflictos sociales, en los que pretenden imponer sus ideas por las buenas o las malas. Y, por último, muchos de ellos no son verdaderos demócratas, pues siguen defendiendo como democrática a la dictadura venezolana, a la que no tocan ni con el pétalo de una rosa, a pesar de la crisis humanitaria que le ha impuesto a su pueblo.

Asimismo, por supuesto, defienden a Dilma Rousseff. En la izquierda no cuentan los delitos: lo de Dilma equivale a que el Presidente Humala (que también se solidarizó con Dilma) hubiera metido la mano al Banco de la Nación para reducir el desbocado déficit fiscal que nos dejó. Otro ejemplo más cercano los economistas que representan públicamente a la PUCP: es como si su Rector se hubiera apropiado de la taquilla del festival de cine de centro cultural de la universidad para cubrir gastos extras en Roma.

No nos dejemos engañar por las poses políticas ni por el manejo mediático de nuestros izquierdistas de las ‘ideas muertas’. En el Perú no podemos caer en el ‘síndrome de Chamberlain’ (el appeasement). Apaciguar los ánimos ante las ¿improntas? de los enemigos.

Enemigos, SÍ. Enemigos del desarrollo. Pues en nombre de los pobres, plantean su empobrecimiento eterno. Ver en LampadiaPos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento. Ver también: Agroexportación: Una industria de clase mundial:

El ominoso pos-extractivismo plantea producir solo los alimentos que necesitamos consumir nosotros mismos y ‘tal vez’ nuestros vecinos, si podemos convencerlos de adoptar la misma ‘filosofía’.

Lo que el pos-extractivismo no quiere ver es que el sector agrícola solo puede crecer sostenidamente y generar riqueza para los campesinos, llegando a muchos  estómagos. Como un agricultor peruano decía hace algunos años: una persona solo puede comer un kilo por día. ¿Cómo puede entonces mejorar sus ingresos un agricultor peruano, si los 3 millones de agricultores tuvieran que abastecer solo a 27 millones de peruanos? Sus ingresos estarían limitados a un promedio de 9 consumidores o 9 kilos por agricultor. Pero si operamos en el mundo global y exportamos a mercados de unos 2,700 millones de personas o más, en teoría, cada agricultor podría abastecer más de 900 consumidores, 100 veces más. Ese es el potencial de este sector, y la única manera de enriquecer a nuestros campesinos.

Por lo tanto, podemos afirmar con toda la fuerza del mundo, que al pretender limitar la producción agrícola, la izquierda tradicional quiere condenar a nuestros campesinos a la pobreza eterna.

No nos olvidemos quiénes le presentaron al Presidente Humala la propuesta de orientarnos al pos-extractivismo. Veamos:

Todos los grupos de izquierda y los gremios laborales afines firmaron un documento, promovido por Tierra y Libertad (Arana), eufemísticamente llamado ‘nueva minería exige debate nacional’ en agosto del 2012 y lo presentaron al Presidente de la República, Ollanta Humala. Ver firmas y carátula del documento indicado:

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Pero los planteamientos del pos-extractivismo se pueden apreciar aun mejor en una publicación de estilo académico, que es la siguiente:  

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Esta publicación fue desarrollada por varios economistas de izquierda que acompañaron al uruguayo Eduardo Gudynas, el inspirador de este disparate en la región latinoamericana. Además, fue refrendada por varios centros de estudios y gremios peruanos, como puede verse a continuación:

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Además de la ‘Espada de Damocles’ con la que el pos-extractivismo amenaza a nuestros campesinos más pobres, es claro como las izquierdas peruanas han venido desarrollando relatos anti sistema, anti globalización, anti comercio internacional y anti minería e inversión privada.

No solo eso, han logrado sabotear los proyectos de inversión más grandes que, hoy y mañana, nos darían el combustible del crecimiento de la economía y la reducción de la pobreza. Han instaurado una suerte de conflictividad que presentan como social y ambiental, pero que está más orientada a la obtención de rentas económicas y políticas.

Peor aún, estas izquierdas han capturado los medios de comunicación a nivel nacional. Hasta hace cinco años, su presencia era masiva en las regiones, en las radios y en la televisión. Hoy, ante nuestra pasividad, han penetrado también buena parte de los medios nacionales. Sus representantes son los ‘caseritos’ de las mayoría de espacios y programas políticos de la televisión y las radios. Además, los analistas de izquierda han tomado también sendos espacios y columnas en los periódicos más importantes, en muchos casos por su mayor disponibilidad ante la defección de los defensores de la libertad económica y política.

Esto no implica una crítica a la libertad de prensa, que debe ser ubérrima. Es una crítica a las mayorías silenciosas, a los académicos, pensadores, empresarios, educadores, etc., que prefieren no expresarse públicamente, para no tener que aparecer desafiando a las corrientes de opinión que prevalecen en los medios. Es una crítica al ejercicio del derecho de gozar de la vida sin la  correspondiente obligación cívica de entregar conocimientos e ideas para la mejor vida de nuestra sociedad.   

Un antiguo dicho arequipeño decía: “En Lima hasta las moscas se acojudan”.

Pues en Lampadia tenemos un antídoto con el cual le planteamos al país y a todas las izquierdas (ya es hora de que se renueven profundamente), las siguientes exigencias:

  • Que todos los que firmaron por el pos-extractivismo, renuncien a esa doctrina por escrito, ante el nuevo Presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski. De lo contrario deberíamos seguir viéndolos como enemigos del desarrollo y de los pobres.
  • Que renuncien a sus planteamientos de cambiar la Constitución.
  • Que condenen sin ambages a la ominosa dictadura del chavismo que ha desquiciado la vida de los venezolanos.
  • Que apoyen la reconstrucción institucional de Brasil, después de la feria de corrupción auspiciada por el PT, que además desbarató su economía.

Acabemos con el adormecimiento, el engaño y la confusión política, que siguen llevando a muchos peruanos a disfrutar de condiciones de vida que hace poco no se imaginaban, pero que no deben llevan consigo el descuido cívico que terminará afectando la calidad de vida de nuestros hijos y nietos. Lampadia




Réquiem por Lula, Dilma y el ‘socialismo del siglo XXI’

Por fin nos acercamos al ocaso definitivo del ‘glorioso PT de Lula’, del  ‘socialismo del siglo XXI’, del ‘Alba’, del ‘Foro de Sao Paulo’, del chavismo y de todas las ‘ideas muertas’ que han malogrado a varios países de la región durante el mejor ciclo económico de la historia.

Dilma Rousseff destituida

Ayer, en un acto histórico, con el precedente de la defenestración del liberal Collor de Mello en 1992, Dilma Rousseff fue destituida de la Presidencia de Brasil por el Senado con una mayoría abrumadora de 61 votos a favor, 20 en contra y 0 abstenciones.  

Michel Temer, el nuevo presidente de Brasil, empezará su mandato viajando a la Cumbre del G20, en China, con el fin de presentar a los líderes de las mayores potencias del planeta sus planes para sacar al país de la crisis económica que ha estado sufriendo en los últimos años, que incluyen desde un duro recorte del gasto público hasta un ambicioso plan de privatizaciones aún no detallado oficialmente.

Según sus propias declaraciones, Temer se apresta a decretar el fin del Brasil bolivariano. En mayo pasado Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Cuba, cada uno a su manera, advirtieron sobre una posible “ruptura democrática” en Brasil, en defensa de Rousseff. Ahora, Venezuela anunció el retiro de su embajador y Ecuador el de su representante.

Décadas antes, el mito de los ‘malos términos de intercambio’ nos malogró la vida en Latinoamérica durante los años 60, 70 y 80 (vendidos por Prebisch, la CEPAL y la Getulio Vargas de Brasil), a diferencia de los tigres de Asia (quienes no sucumbieron al mito), separándose de nosotros para el gran bienestar de su población. La realidad nos mostró, años después, otra curva, la de la vida.

 

En el nuevo siglo, como nunca antes, la ‘curva de la muerte’, se tornó en la ‘curva de la vida’. Pero muchos no supieron aprovecharlo, como Venezuela, Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, asumiendo un inmenso costo que la historia se encargará de dimensionar. Hoy, poco a poco, van cayendo estos regímenes anti-históricos y autoritarios. El pueblo le dijo adiós a los Kirchner, la corrupción sacó del camino a Lula-Dilma del hasta hace poco ‘glorioso Partido de los Trabajadores’, falta poco para que los venezolanos, en un plebiscito democrático, echen a los Chávez-Maduro-Cabello y esperamos que el peso de las circunstancias haga lo propio en los demás países del Alba. 

Gracias a Dios y a la Constitución de 1993, el Perú estuvo listo para recibir los influjos de inversión que nos transformaron y sacaron del status de ‘Estado fallido’ que éramos el año 1990, tornándonos en el brioso Perú del crecimiento, de la clase media, de la reducción de la pobreza, de la menor desigualdad, las agro-exportaciones, etc.

Otro país que estuvo listo antes que nosotros fue Chile, el modelo de desarrollo de la región, pero justo ahora, cuando las ovejas perdidas regresan al redil del desarrollo de democracia y libre mercados, se extravía de la mano de una admiradora de la ominosa RDA, Michelle Bachelet, que está liderando lo que Niall Ferguson llama ‘el derecho de Chile a ser estúpido’.

Ya hemos explicado lo que pasó en Brasil con la ‘magia’ de Lula. Él afirmó en el Perú, que era mejor distribuir que crecer. (Ver Lampadia: Luces y Sombras de la visita de Lula al Perú). Su modelo exacerbó el asistencialismo, proteccionismo y mercantilismo, cayendo luego, junto con las constructoras privadas brasileñas, en niveles de cooptación y corrupción nunca vistos.

Dilma Rousseff, desde su reelección en 2014, a pasado de crisis en crisis. Ver en Lampadia: El escándalo en Petrobras pone contra las cuerdas a Rousseff. Al final, Brasil no solo se hundió en su peor recesión económica desde los años 30, también sucumbió a escándalos de corrupción que comprometen a la propia Dilma y a su protector, Lula da Silva, el héroe de las izquierdas latinoamericanas y creador del ‘Foro de Sao Paulo’, del que hasta las Farc, formaron parte.  

Con el fin de estos gobiernos socialistas, esperamos que el nuevo ciclo político que se está instalando en la región permita un manejo responsable y con orientación al desarrollo integral de largo plazo. 

Por nuestro lado, como venimos repitiendo una y otra vez, en el Perú hemos emprendido la gran tarea de rehacer el país durante ya más de veinte años. Después de haber obtenido logros económicos y sociales extraordinarios (ver: LAS CIFRAS DE LA PROSPERIDAD), ese proceso virtuoso se interrumpió el 2011, cuando elegimos al ‘gobierno de la inclusión’, después del mayor ciclo de inclusión de nuestra historia, con un discurso equivocado que tiene varios matices: “el sector privado no nos da confianza”, “agua si, oro no”, “tenemos que diversificar la producción”, etc.

Pero nuestra economía es tan poderosa, que hemos logrado sobrevivir sin daños permanentes y el 10 de abril del presente, nuestros ciudadanos votaron (70 a 80%) por abrazar la economía de mercado, la inversión privada, la globalización y el libre comercio; y rechazaron el cambio de constitución, la prevalencia del Estado sobre ciudadanos y empresas, y el estúpido pos-extractivismo. (Ver en Lampadia: Pos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento).

El pos-extractivismo, suscrito por todas las izquierdas peruanas,  pretende convertirnos en un país de pobres eternos. Ver: Agroexportación: Una industria de clase mundial:

Por ejemplo, en cuanto a las agroexportaciones, que se vinculan al sector agrícola, donde todavía tenemos la mayor cantidad de pobres, plantean solo produzcamos lo que necesitamos para consumir nosotros y ‘tal vez’ nuestros países vecinos. O sea, los izquierdistas tradicionales, quieren condenar a la pobreza eterna a nuestros campesinos. ¡Habrase visto semejante barbaridad!

El sector agrícola solo puede crecer, sostenidamente, llegando a más estómagos. Como un agricultor peruano decía hace algunos años: una persona solo puede comer un kilo de comida por día. ¿Cómo puede entonces mejorar sus ingresos un agricultor peruano? Si 3 millones de agricultores tendrían que abastecer solo a 27 millones de habitantes? Sus ingresos estarían limitados a un promedio de 9 consumidores o 9 kilos. Pero si exportamos a mercados de 2,700 millones de personas, en teoría, cada agricultor podría abastecer a 900 consumidores, 100 veces más. Ese es el potencial de este sector, y la única manera de enriquecer a nuestros campesinos, que, además, son dueños de la mayor parte de las tierras y predios agrícolas del Perú.

Lo sorprendente es que en el Perú continúen estos diálogos contraproducentes y que ni siquiera las revelaciones más escandalosas de corrupción, ni los actos abusivos y antidemocráticos de los gobernantes de Venezuela, Argentina y Brasil, merecen que nuestra izquierda tradicional critique y se aparte de estos regímenes. Ver en Lampadia: Izquierda peruana pierde autoridad moral.

Con la caída del PT en Brasil termina un ciclo nefasto de la política latinoamericana. Ahora nos hace falta reconvertir a nuestras izquierdas en un acto político de consecuencia, puesto que el Perú sí necesita izquierdas,… pero de las buenas y modernas. Lampadia

 




Propuestas para reducir la conflictividad (6 de 6)

Propuestas para reducir la conflictividad (6 de 6)

Con esta nota terminamos un primer ciclo de nuestro análisis sobre los conflictos que afectan a la industria extractiva y a la minería en especial. Los grupos anti inversión, los cultores del pos-extractivismo, esas ‘ideas muertas’ que han permitido se paren muchos proyectos de inversión sobre la base de relatos distorsionados, amenazas violentas a las poblaciones locales y manipulaciones para la búsqueda de rentas: han logrado acobardar a la clase dirigente y encapsular a todos los grupos políticos lejos del ‘atrevimiento’ de hablar con sinceridad sobre la importancia del desarrollo de esos proyectos.

Todos parecen estar esperando, que el ‘Ángel de la Guarda’ resuelva. Sin que se tengan que asumir liderazgos valientes con sus consiguientes costos políticos. El piloto automático, le llaman, a este escondite de cobardes.

Con el aporte de nuestros colaboradores del Centro Wiñay, liderados por Sebastiao Mendonça Ferreira, hemos publicado estos seis ensayos para disgregar el análisis sobre la conflictividad, que los peruanos debiéramos tener muy presentes. Esto se hace indispensable, habida cuenta del desbalance entre la presencia y laboriosidad de los anti mineros, versus la anomia o ausencia de los ciudadanos más informados, gremios y partidos políticos. Veamos:

Cómo Superar los Conflictos Políticos Prolongados

Para Reducir la Conflictividad Minera (6 de 6)

Sebastiao Mendonça Ferreira

Centro Wiñaq

 

“Frecuentemente se asume [equivocadamente] que, cuando están en juego objetivos económicos, los grupos de individuos con intereses comunes intentan [colectivamente] lograr esos intereses comunes”. Mancur Olson[i]

Los conflictos mineros tienen altos costos sociales y económicos y todos quisiéramos que hubieran soluciones a la vuelta de la esquina, pero el problema es más complejo de lo que aparenta y las soluciones deben ser construidas con visión estratégica y sentido práctico.

Ya hemos explicado en los artículos anteriores quienes son los actores principales de la conflictividad: (a) las sociedades regionales, (b) los grupos anti-mineros, (c) las empresas mineras y su gremio y (d) el gobierno con sus instituciones. También hemos propuesto ideas de lo que cada uno de los actores interesados en soluciones podrían hacer.

Ver en Lampadia los artículos de la serie en nuestra biblioteca virtual Recursos Naturales y Desarrollo:

Ahora queremos dar una visión integral de cómo podemos pasar gradualmente desde una situación de alta conflictividad social, como la de hoy, a una en que predomine el desarrollo compartido.

La Naturaleza de los Conflictos Mineros

Primero hay que entender la naturaleza de los conflictos mineros. En los medios predominan tratamientos superficiales en donde los conflictos mineros son descriptos como incidentes en la relación entre las empresas mineras y las comunidades campesinas, sin mostrar la figura completa del conflicto ni las razones por las cuales el Perú es uno de los países mineros con mayor nivel de conflictividad en el mundo.

Los conflictos mineros, o los conflictos sociales ligados a la minería, son conflictos políticos prolongados. ¿Qué quiere decir esto? Dos cosas:

1) En los conflictos mineros los intereses políticos de algunos actores (los grupos anti-mineros y los gobiernos nacionales, regionales y locales) definen la naturaleza del conflicto, por encima de los intereses de la sociedad local y de las empresas mineras. Esto implica que los temas ambientales, parte fundamental del discurso de los anti-mineros, sean usados en función de los objetivos políticos de esos actores. Quiere decir también que los conflictos no son exclusivamente locales, sino que son parte de las disputas políticas del país, e incluso de corrientes ideológicas globales en Europa y Norte América.

2) El carácter prolongado de los conflictos mineros nos indica que ellos van subsistir por un largo tiempo, es decir, muchos años. Como los actores que promueven los conflictos no van desaparecer, los conflictos van continuar mientras sea lucrativo promoverlos. Solo desaparecerán cuando las condiciones del país los inviabilice.[ii]

Los Mecanismos de Cambio. 

Para que la conflictividad comience a disminuir es fundamental que los actores interesados en el desarrollo compartido entre el sector extractivo y los demás sectores construyan una serie de Mecanismos de Cambio, mecanismos que vayan disminuyendo gradualmente la rentabilidad económica y política de los conflictos (ver lista abajo en la columna de la izquierda). Los Agentes de Cambio tienen que construir a nivel local y nacional los mecanismos que permitan a la sociedad defender sus intereses ante la labor depredadora de los generadores de conflicto (Elinor Ostrom, premio Nobel 2009, explica muy bien la necesidad de las sociedades de controlar a los depredadores para proteger sus recursos).[iii]

Esos Mecanismos de Cambio han sido pensados en función de las causas de fondo de la conflictividad social y requieren ser utilizados en forma combinada.

Lo que sigue es una descripción muy breve de las características de cada uno de esos posibles Mecanismos de Cambio. Las experiencias particulares pueden llevar a que algunas personas deseen adicionar otros mecanismos o expresar éstos de una forma distinta.[iv]

Visibilizar los beneficios regionales de la minería: Los recursos generados por la minería, como el canon, son utilizados en obras que efectivamente dinamizan el desarrollo y la población debe estar bien informada de su impacto y origen. Además, los impactos de la minería en la generación de empleos y dinamización de la economía local están cuantificados y deben ser expuestos de manera que se entiendan claramente.

Actores locales que expresen una narrativa pro-desarrollo: Los líderes de opinión locales deben ser empoderados para están claros sobre cómo la minería dinamiza y puede dinamizar la economía local, y saber qué responder a la narrativa conflictiva de los grupos anti-mineros. En los eventos públicos, los líderes de opinión locales deben ser capaces de polemizar con los anti-mineros y rebatir sus falacias con argumentos claros, creíbles y fundamentados en casos reales.

Instituciones locales pro-desarrollo compartido: Los colegios profesionales, cámaras de comercio, universidades, ONG de desarrollo, municipalidades, etc., deben discutir y arribar a una visión de futuro positiva para sus regiones y localidades y tener ideas prácticas de cómo usar los recursos generados por la minería (canon, otros impuestos, obras de infraestructura, proyectos de desarrollo, etc.) hacia la realización de esa visión.

Imperio de la ley en el país, y en especial en la regiones mineras: El Estado debe tomar las medidas para acabar con la violencia y la impunidad en las regiones mineras. Quienes cometen actos de violencia deben ser retirados de las calles. Mientras persista la violencia y la impunidad en las zonas mineras la minería no será viable. El respeto a las leyes y a los derechos ciudadanos es indispensable para cualquier solución a la conflictividad.

Nuevas prácticas sociales, ambientales y de reporte: Las empresas mineras deben mejorar sus prácticas sociales priorizando sus objetivos de largo plazo sobre sus urgencias operativas (tarea difícil, pero no imposible), haciendo de su legitimidad en las sociedades locales un objetivo central, superando el dominio de lo operacional sobre la legitimidad, abandonando prácticas sociales paternalistas y trabajando en función a construir una coalición social, en su entorno, que apueste por la minería como uno de los motores de su desarrollo.

Incidencia sobre el marco institucional de la minería: En el marco legal e institucional se juegan intereses clave de la minería, y los grupos anti-mineros dan una gran prioridad a la incidencia política e institucional. Ese es un campo que no puede quedar desatendido o los promotores de la conflictividad utilizarán la debilidad institucional a su favor (aún más de lo que hacen hoy). Actualmente, los anti-mineros quieren fragmentar el sistema jurídico del país a través del enfoque de “Justicia Intercultural”. Si ello sucediera, se crearían zonas aisladas del Estado de Derecho, legalizando el dominio autoritario de los anti-mineros.

Ejemplos de pasivos mineros recuperados: Los incontables pasivos mineros dañan el ambiente y la confianza de la población en la posibilidad de una minería responsable. La recuperación de esos pasivos permitirá que la minería recupere credibilidad con las poblaciones como actividad ambientalmente responsable.

Ejemplos de activos mineros desarrollados: La empresas mineras modernas han desarrollado activos mineros muy importantes, que lamentablemente no se han difundido suficientemente. Como ejemplo de estos activos tenemos el Bosque de Huarmey creado por  Antamina, en Ancash, el reservorio de agua para uso no minero en lo que fue el tajo San José y el reservorio de Chailhuagón, ambos construidos por Yanacocha, en Cajamarca, la estación de aves migratorias en la Bahía de Ite, de Southern, en Moquegua, entre otros.

Medios de comunicación pro-minería sostenible: La hegemonía  mediática de los anti-mineros, especialmente en las radios y otros medios locales, debe ser superada. El bombardeo permanente de rumores y mensajes hostiles a las empresas mineras, a la minería, a la institucionalidad democrática y a la economía de mercado necesitan ser neutralizados para que la población pueda pensar libremente, sin manipulaciones ideológicas, en su propio desarrollo. Los recientes resultados electorales presidenciales, en las zonas involucradas en conflictos mineros evidencian las consecuencias políticas negativas de esa hegemonía.

Instituciones públicas mejor legitimadas: Las instituciones públicas responsables de la minería (MEM, MINAM, ANA, etc.) necesitan mejorar significativamente su credibilidad, en especial ante los líderes de opinión. Cuando los anti-mineros descalifican esas instituciones públicas ellas deben ser capaces de afirmar la independencia, responsabilidad y solvencia técnica de su accionar y de sus resoluciones: aprobaciones de los Estudios de Impacto Ambiental (EIA), o reportes de calidad de agua. Dejar a las empresas el rol de defender las resoluciones del Estado crea la sensación de captura corporativa de las instituciones públicas ante el público y la población local, y que esas instituciones están ocultando algo.

Un gobierno nacional que sepa desactivar conflictos: El Estado debe asumir su responsabilidad de prevenir los conflictos y crear las condiciones in situ para que los actores locales lleguen a acuerdos del tipo ganar-ganar. El gobierno deberá crear las condiciones para que los conflictos se resuelvan antes que escalen o se multipliquen. Debe brindar soporte al proceso de acuerdos siendo fedatario del cumplimiento de los mismos y brindando asesoría a las comunidades respecto a los verdaderos alcances e implicancias de los acuerdos. Así mismo, debe cumplir escrupulosamente sus propios compromisos, contrariamente a los mil incumplimientos que se han usado para justificar y agudizar los conflictos.

Ese conjunto de Mecanismos de Cambios, adaptados a las condiciones específicas de cada región del Perú, van permitir la reducción de la conflictividad en forma sistemática. Una vez que se implementen, se debería organizar un proceso de intercambio de experiencias para recoger las mejores prácticas e identificar errores a corregir.   

Las condiciones de Sostenibilidad

Como ya lo han explicado muchos estudiosos del tema, la conflictividad se reducirá dramáticamente, o desaparecerá, cuando las condiciones legales, institucionales y políticas del país hayan sido adecuadamente renovadas. Cuando sea así, podremos tener minería como sucede en Botsuana, Australia, Canadá, Noruega, etc. sin conflictos sociales destructivos ni ideologización de la población rural.

Las diez Condiciones de Sostenibilidad de la minería funcionarán como objetivos de largo plazo que debemos avanzar desde ahora. Igual que los Mecanismos de Cambio, esas Condiciones de Sostenibilidad son sinérgicas entre sí, es decir, deben ocurrir en forma simultánea. La forma de alcanzarlos es operando sobre los Mecanismos de Cambio.

Marco legal e institucional de la minería legitimado: Con un marco legal e institucional adecuado y legitimado los formadores de opinión, los medios de comunicación y los líderes políticos tendrán confianza en sus reportes, diagnósticos y resoluciones, y la ciudadanía tendrá más confianza de que el Estado está efectivamente protegiendo sus derechos y expectativas, y los rumores contra la minería perderán credibilidad. La institucionalidad minera debe ser la próxima isla de excelencia a construir en el país, junto al BCR y el MEF.

Opinión pública nacional pro-desarrollo con minería: Una opinión pública nacional que sea favorable a la minería como motor del desarrollo jugará un papel fundamental en la reducción de la influencia política de los anti-mineros y en su capacidad de generar costos políticos, y así forzar a los gobiernos nacionales a claudicar en sus responsabilidades; por temor a una opinión pública contraria. El principal eje estratégico del accionar de los anti-mineros, la generación de costos políticos a los gobiernos, estará así neutralizado.

Hegemonía regional pro-desarrollo con minería: Con el establecimiento de un consenso entre los principales líderes e instituciones regionales sobre el papel de la minería en el desarrollo regional, las empresas y la población podrán construir sinergias con la minería, y los grupos anti-mineros tendrán dificultad para generar una polarización social que les beneficie. En esas condiciones será mucho más difícil, sino imposible, escalar los conflictos.

Políticas de buen uso de los recursos de la minería: Con políticas de buen uso de los recursos mineros, en obras que viabilizan el desarrollo regional y servicios que mejoran la calidad de vida de la población y con mecanismos efectivos de supervisión para prevenir la corrupción y el desperdicio, los beneficios de la minería se harán visibles para la población, y la narrativa anti-minera tendrá dificultad para se propagar localmente.

Minería integrada a las economía locales: Con la minería integrada a las cadenas de valor de la región, al estilo de “valor compartido” de Michael Porter, el impacto de la minería en la dinamización económica también se vuelve un factor de diversificación de las economías locales. Así, los segmentos de la población de diversos sectores económicos estarán claros sobre los beneficios de la minería y la defenderán ante posibles ataques de grupos radicales.

Prácticas sociales y ambientales consolidadas: un mejoramiento cualitativo de las prácticas sociales y ambientales de las empresas mineras reducirá los micro-conflictos y los eventos transaccionales (negociaciones para mitigar impactos y resolver conflictos con grupos de la población), incrementar la confianza de la población en las empresas mineras y reducir la credibilidad de los rumores de los grupos anti-mineros. Se debe abandonar la supeditación de la estrategia social de las empresas a los requerimientos operativos de corto plazo.

Narrativas pro-desarrollo en la cultura pública: Las narrativas favorables al desarrollo han derrotado las narrativas del resentimiento social y la conflictividad. La naturaleza interesada de los anti-mineros ha quedado clara para la población. Las campañas de los anti-mineros y sus aliados encuentran una resistencia espontanea en la población, especialmente en los jóvenes y sectores educados que quieren abrirse nuevas posibilidades de futuro.

Aportes de la minería al Perú son reconocidos: Los miles de millones de dólares que la minería aporta en impuestos, al ser aplicados correctamente y sin corrupción, visibiliza la contribución de la minería al desarrollo del Perú. Los gobernantes, los líderes políticos y las instituciones del país reconocen públicamente dicha contribución dándole reconocimiento oficial y neutralizando los discursos anti-mineros.

Tecnologías competitivas y amigables al ambiente: haciendo un uso extensivo de las tecnologías más avanzadas y de los enfoques de sostenibilidad ambiental, la actividad minera peruana se vuelve más atractiva en los mercados globales, atrayendo al país a los grupos más avanzados, responsables e innovadores, alineados con las tendencias del futuro.

Sistemas transparentes de reporte en minería: Las empresas mineras han mejorado la transparencia de los reportes ambientales, tecnológicos, sociales y fiscales logrando el reconocimiento de las instituciones oficiales del país e internacionales. Ese reconocimiento opera como un escudo de protección de la imagen de las empresas mineras que operan en Perú ante campañas negativas de los anti-mineros locales y/o extranjeros.

Una vez que estas condiciones estén instaladas la minería tendrá asegurada su presente y su futuro, y la población podrá ver en sus recursos naturales una bendición, una forma de disponer de recursos para cerrar la brecha de infraestructura del país sin tener que recurrir al endeudamiento internacional masivo.

Conclusiones

El principal agente con capacidad para que disparar ese proceso es el nuevo gobierno. Su decisión política será decisiva. La configuración política del país (ejecutivo, legislativo y opinión pública) es potencialmente favorable para una iniciativa de reactivación minera. Con la legitimidad de una elección reciente, el nuevo gobierno está en condiciones de desplegar una estrategia, combinando los elementos aquí expuestos con otros que considere necesario, hacer los ajustes institucionales requeridos, y convocar a las empresas, instituciones ligadas a la minería, y a los políticos locales para poner en marcha experiencias que ilustren al país sobre como reabrir las puertas del desarrollo nacional impulsado por la minería.

La oportunidad y la responsabilidad están principalmente en el Palacio de Pizarro. La responsabilidad y los resultados reales perdurarán todo el mandato y podrán ser parte del legado de este gobierno. La ventana de oportunidad durará unos pocos meses, a lo máximo un año. No hay tiempo que perder!!

Lampadia

 


[i] Es sorprendente que los actores ligados a la minería, con tantos recursos, no sean capaces de coordinar sus acciones para defender sus intereses; considerando que los anti-mineros lo hacen bastante bien. Quienes quieran entender mejor los problemas de la acción colectiva pueden leer el libro de Mancur Olson The Logic of collective action: Public goods and the theory of groups (5th edition). Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press. 

[ii] Como ya expliqué en artículos anteriores, los trabajos de Paul Collier y Daron Acemoglu muestran abundante investigación sobre la relación entre las instituciones, los conflictos sociales y el desarrollo económico.

[iii] Quienes estén interesados en entender la importancia de neutralizar a los agentes depredadores pueden leer el libro “Governing the Commons” de Elinor Ostrom. Ella se especializó en la depredación de los recursos naturales, pero los principios desarrollados por  ella se aplican a cualquier tipo de recursos: naturales, fiscales, rentas económicas, etc. 

[iv] En artículos futuros desarrollaremos con mayor detalle algunos de esos mecanismos.

 




Conflictividad Social y la Colaboración Ejecutivo-Legislativo

Conflictividad Social y la Colaboración Ejecutivo-Legislativo

Los llamados conflictos sociales, que muchas veces tienen más de políticos que de sociales, han cobrado especial relevancia en el Perú durante los últimos tres gobiernos. Así hemos tenido los conflictos: del Arequipazo, Moqueguazo, Baguazo, Santa Ana, Cerro Quilish, Conga, Espinar, Tía María, Pichanaqui, Loreto, Cañariaco y muchos casos menos mediáticos a lo largo y ancho del país.

Durante el gobierno de Humala, los conflictos se han multiplicado y las estrategias detrás de ellos se han hecho más visibles, como las increíbles propuestas por el pos-extractivismo de parte de todas las izquierdas del país. Ver en Lampadia: Pos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento. Luego de las últimas elecciones, sus líderes más representativos, como el ex cura Arana, han llegado al Parlamento, y por ahora, vienen ganado la batalla mediática, que ha creado el escenario de impunidad con el que se han movido.

La coyuntura internacional y las presiones sociales por remontar las brechas sociales y económicas que aún nos aquejan, más el impacto de la ‘cuarta revolución industrial’, nos obligan a reactivar la economía y a canalizar, con eficiencia, los mayores recursos fiscales que traería el crecimiento de la economía, hacia agendas de gobierno debidamente priorizadas y efectivas para afrontar nuestros retos.

En esa línea, hemos desarrollado el siguiente ensayo, que enfatiza la necesidad de contar una adecuada colaboración entre las dos más importantes instancias de gobierno, el Ejecutivo y el Legislativo. Hasta la fecha, ambos siguen apartados y haciendo, cada día más difícil, un acercamiento constructivo. Sin embargo, la amenaza de la conflictividad social puede desbaratar completamente la posibilidad de alcanzar un gobierno exitoso. Esperamos, que la siguientes líneas, que se suman a nuestra biblioteca virtual de Recursos Naturales y Desarrollo, sirvan para una oportuna reflexión.     

Sobre Conflictividad Social y Colaboración Política

1. Sector Extractivo: El motor más fácil de encender

En el quinquenio que se inicia, el Perú enfrenta uno de sus principales retos: el regreso a una mayor tasa de crecimiento. De esto dependerá una rápida reducción de la pobreza, la expansión de las clases medias, el fortalecimiento de la democracia y el acceso a los recursos fiscales necesarios para cubrir las enormes brechas en educación, salud, seguridad e infraestructuras que aún se mantienen. Sin embargo, el Perú enfrenta un entorno mundial poco dinámico y un entorno regional de crisis en varios de sus vecinos. Por ello, el regreso a tasas de crecimiento superiores al 5% anual estará, en buena medida, en el éxito de las acciones internas que nos den más aciertos y menos errores políticos.

Muchos señalan que debemos enfocarnos en la diversificación productiva y en un crecimiento endógeno. Sin duda sería bueno tener varios motores internos de crecimiento, sin embargo, en el corto plazo esto no puede incidir de manera importante en el crecimiento económico. No existe margen fiscal para un reactivación por demanda que pueda ser duradera, y las mejoras en capital humano, instituciones e infraestructuras, necesarias para acelerar el crecimiento económico endógeno, aun si se iniciaran inmediatamente, tardarían años en trasladarse a una mejora notable en el crecimiento.

Sin embargo, existe un motor de crecimiento con impactos de corto plazo que no ha sido aprovechado en la medida de su gran potencial, el sector extractivo. Si se aprovechara mejor el potencial nacional para el despliegue de proyectos mineros y energéticos (el forestal está recién en proceso de desarrollo. Ver: Un sector forestal completamente renovado), podríamos, por un lado, acelerar el crecimiento en el corto plazo y obtener los recursos para financiar las reformas necesarias que además, permitirían fortalecer otros motores endógenos de crecimiento.

Una revisión de la cartera de proyectos mineros en el Perú nos señala que a misma llega a 57 mil millones de dólares, sin embargo, un 20% se ha visto asociado a conflictos sociales, que en algún momento han implicado una paralización temporal o permanente de su avance.

Esto implica no solo la paralización de proyectos emblemáticos como Tía María y Conga, sino también la generación de un “Riesgo Perú” para toda actividad extractiva del país, puesto que no se puede estar seguro respecto al nivel de resistencia social que podría enfrentar un proyecto extractivo. Esto afecta la disposición de las empresas a invertir en proyectos de este tipo en nuestro país.

Múltiples proyectos técnicamente posibles y financieramente rentables han sido dejados de lado por no presentar una tasa de retorno suficientemente alta que compense este “Riesgo Perú” , que representan miles de millones no contabilizados, pero que están en las consideraciones de los inversionistas importantes.

Si queremos reactivar la inversión extractiva en la presente coyuntura, es necesario reducir severamente la conflictividad social, gran parte de lo que se necesita hacer para cumplir este objetivo pasa por acuerdos políticos entre los poderes Ejecutivo y Legislativo. Esto en resumidas cuentas requiere de un acuerdo entre Peruanos Por el Kambio (PPK) y Fuerza Popular (FP). En nuestra opinión, este acuerdo sería conveniente tanto para el logro de objetivos nacionales como para los intereses políticos de ambas organizaciones.

2. Lo que ambos ganan o dejan de perder, con un acuerdo

En el caso de PPK, una menor conflictividad social permitiría un mayor ritmo de inversión, una aceleración de la economía, una mayor sensación de seguridad y con ello un mejor cumplimiento de uno de sus principales objetivos de gobierno.

La conflictividad social propicia circunstancias políticas sumamente costosas para un presidente. La existencia de conflictos facilita a los opositores radicales caracterizar al régimen como hostil a la población y prepotente, afectando su legitimidad democrática; si capitula, cediendo ante las presiones de los manifestantes, transmite la imagen de un gobierno políticamente débil e incapaz, y además la violencia y el caos propician la eventual censura o cambio de los ministros involucrados en los conflictos, en especial en las carteras de Interior y PCM, propiciando su desgaste institucional.

Los conflictos sociales fortalecen organizacionalmente a fuerzas radicales que se asignarán el capital político ganado con el conflicto, no solo al bloquear proyectos extractivos sino también a “otras luchas” tales como bloquear acuerdos comerciales, incrementar la rigidez laboral y socavar la meritocracia entre los empleados públicos. La posición de la totalidad de la izquierda frente al Acuerdo Transpacífico (TPP), la “Ley pulpín” y la Ley Servir muestra claramente de qué lado se encuentran.

En el caso del fujimorismo existe una complicación para llegar a acuerdos. El principal ganador político de los avances a los que se llegaría mediante acuerdos con PPK sería el mismo PPK. La política peruana es presidencialista y antropomórfica, el agradecimiento a un colectivo como lo es la bancada fujimorista no sería tan claro y directo como el que recibiría PPK.

Sin embargo, en un análisis más comprehensivo, se ven varias ventajas importantes para FP. El fujimorismo también ganaría políticamente con una reducción en la conflictividad social. En primer lugar la  imagen del fujimorismo que viabiliza el gobierno de PPK dificultaría el intento del anti-fujimorismo de retratar a Fuerza Popular como obstruccionista y antidemocrática.

La conflictividad social a gran escala fortalece a las fuerzas anti-fujimoristas. Las victorias aplastantes de PPK en Bambamarca o Islay se originan más del profundo anti-fujimorismo en la zona que de un particular aprecio por PPK. (Lampadia: Del voto al hecho hay un buen trecho). Los conflictos sociales generan en sus áreas de influencia, una dinámica social de control político y mediático por parte de los anti-mineros, los cuales son profundamente anti-fujimoristas. Durante el conflicto, las voces disidentes son política o coercitivamente presionadas para dejar de operar. Una vez construida esta hegemonía, ésta puede ser dedicada a otros fines políticos tal como se logró exitosamente en la segunda vuelta del 2016.  Si Cajamarca hubiera votado como lo hizo el resto de la sierra norte, Keiko Fujimori se estaría mudándose a Palacio el 28 de julio.

El fortalecimiento orgánico de las fuerzas radicales mencionado previamente debilita las perspectivas electorales del fujimorismo en el largo plazo. Estas fuerzas son el núcleo del movimiento social opositor a Keiko Fujimori que se manifiesta con regularidad en cada ciclo electoral. Son además, enemigas de la economía de mercado y de la democracia, valores fundamentales para el fujimorismo.

Los conflictos sociales empujan al fujimorismo a asumir posturas discursivas contrarias a la racionalidad económica, donde el caso de la votación en el caso del Lote 182 es un claro ejemplo. Cuando estas posturas son asumidas, el fujimorismo debilita su coherencia programática y pierde cara frente a las élites económicas y mediáticas de cuya postura depende en gran medida su fortuna hacia el 2021.

Finalmente la puesta en operación de proyectos extractivos implica una mayor base tributaria que facilite a un futuro gobierno fujimorista el cumplir con sus objetivos de gobierno y de consolidación política.

Por lo tanto, en balance, ambas fuerzas políticas tienen mucho que ganar, controlando los conflictos sociales.

3. La Agenda Común

Quedando clara, la naturaleza y magnitud de las ganancias programáticas y políticas de la colaboración entre PPK y FP, es necesario explicar algunos aspectos en los que la colaboración entre ambas fuerzas podría ser efectiva a la hora de reducir la conflictividad social. Estas ganancias apuntan a intereses de largo plazo de ambas fuerzas más que a la coyuntura política. Las medidas mencionadas a continuación requieren de la colaboración entre PPK y FP.

a. Recuperando el Monopolio en el Uso de la Fuerza para el Estado

Este es un aspecto crítico. El uso de la violencia contra las fuerzas del orden, la propiedad pública y privada es un componente básico de la praxis de los anti-mineros y en general de los anti-sistema. Los “espartambos” en Tía María y las Rondas Campesinas en Cajamarca se han involucrado en actos de violencia extremos. Sin embargo, ninguno de sus autores ha sido condenado a prisión a pesar de los evidentes delitos cometidos y la existencia de abundantes pruebas. En buena medida porque la legislación aplicable es, en este caso, pro-reo, el nivel de exigencias requeridas por los fiscales deviene en la práctica en que la Policía Nacional y el Poder Judicial no dispongan de los medios y herramientas legales necesarias para castigar a los culpables. Se debe facilitar el uso de la legislación de flagrancia a quienes realicen actos violentos, simplificar la presentación de pruebas a la fiscalía y reglamentar los criterios para las acusaciones por autoría mediata, en los casos del uso de violencia en manifestaciones públicas a los líderes de las mismas como corresponsables de la violencia que promueven. Además debe facilitarse que los acusados de estas acciones violentas sean juzgados lejos de sus localidades para evitar las presiones a jueces y fiscales.

b. Reduciendo la incidencia del “Enfoque Intercultural”

Desde hace algunos años se ha estado dado un paulatino avance del llamado “Enfoque Intercultural”. El mismo es un tema complejo, pero, en buena medida, busca brindar poderes propios del Estado a los grupos que se definan como “Pueblos Indígenas.”  Para los promotores de ese enfoque, la única condición para un grupo de personas sea catalogada como pueblo indígena es el auto-reconocimiento de un grupo humano como tal, puesto que las otras condiciones que mencionan se aplican a la totalidad el territorio nacional. Por ejemplo la descendencia total o parcial de poblaciones anteriores a la llegada de los españoles. ¿Qué comunidad, barrio o hasta familia no cumple con esta condición en el Perú? Solo un porcentaje muy reducido de la población peruana,  5% o menos, no atiende ese requisito. Con el Enfoque Intercultural, el Distrito de San Juan de Lurigancho puede declararse indígena y ponerse así al margen de las leyes que gobiernan al Perú. Lo mismo se aplicaría a cualquier grupo anti-sistema.

Este enfoque busca, entre otras licencias, la aplicación de la consulta previa para la mayoría de los proyectos extractivos en el país, poniéndola como procedimiento indispensable para la realización de los mismos. Obviamente, para ellos, basta con que un grupo humano que se sienta afectado y rechace un proyecto para que el mismo no se realice, independiente de la opinión favorable que pueda tener entre la mayoría de la población del entorno de un proyecto, en la región o en el país. Este peligrosísimo esquema, que puede ser aprovechado por grupos de interés político, propicia una autonomía radical de las poblaciones rurales y la fragmentación del sistema jurídico del país.

Para ello buscan fortalecer los privilegios jurisdiccionales de la justicia comunitaria, en especial el de las rondas campesinas. En el Perú ya se han dado acuerdos a nivel de la Corte Suprema, favorables a esta visión que tiene como mayores impulsores al Vocal Duberli Rodriguez (Ex congresista ligado al Partido Comunista del Perú, Patria Roja) y, en el Instituto Internacional de Derecho y Sociedad, donde la Dra. Raquel Yrigoyen, una de sus promotoras, brinda apoyo jurídico a Gregorio Santos, da cursos de sobre litigios estratégicos para paralizar proyectos extractivos y hace actos de incidencia sobre el Congreso de la República con el mismo propósito. Algunos sectores extremos de esta corriente buscan la generación de “zonas liberadas” en la sierra peruana, semejantes a las “Caracolas Zapatistas” en México.

El Congreso puede hacer mucho para reducir el daño que este esquema para-legal puede hacer. En primer lugar, acotando claramente el rol de las Rondas Campesinas hacia una de lucha contra la criminalidad local en colaboración con la policía e impidiendo el deseo de que las mismas puedan atribuirse prerrogativas tales como multar o punir físicamente a quienes no participen en movilizaciones, impedir el libre tránsito, ejercer la violencia contra los disidentes y afectar los derechos de propiedad de actores privados. El facilitar la emisión de títulos individuales a nivel de las comunidades campesinas también disminuye la vulnerabilidad de estas poblaciones a ser un laboratorio social para políticos radicales. Un intento de reformar la el Código Penal en este sentido fue exitosamente bloqueado por los radicales quienes lograron presionar a la Comisión de Justicia del Congreso.

Todo esto discurre por debajo de la línea de mira de la sociedad, las instituciones de la sociedad civil y de los medios de comunicación. Es hora de prestarle la máxima atención y organizar las acciones necesarias para eliminar sus impactos antinacionales.

c. Incrementando la Voluntad política del Gobierno

Las interpelaciones, mociones de censura y caída de ministros son eventos que socavan la voluntad política de un gobierno para sostener los proyectos extractivos y sirven de caja de resonancia del discurso anti-minero y aumenta la capacidad de estos para infligir costos políticos al gobierno de turno. Un acuerdo con Fuerza Popular incrementaría la solidez de los miembros del gabinete en caso de un conflicto social. Esta mayor fortaleza se derivaría en una menor conflictividad al percibirse que la convulsión tiene una menor probabilidad de éxito. No es necesario llegar a compromisos de respaldo incondicional a ministros involucrados en un conflicto social, pues ello haría al fujimorismo corresponsable de los errores del gobierno. Lo que es viable es que los congresistas de ambas fuerzas, contrasten con valentía el discurso anti-extractivista (conspirando contra sus intereses de largo plazo y sirviendo a los intereses de los anti-mineros). 

d. Evitar el financiamiento de actividades anti-extractivas

El Estado, por diversas razones, puede financiar directa o indirectamente iniciativas que atentan indirectamente contra sus intereses. El gobierno que está terminando lo ha hecho en innumerables veces. Un caso emblemático fue el financiamiento del documental “La Hija de la Laguna” por parte del Ministerio de Cultura, una clara herramienta de propaganda anti-minera audio visual con impacto fuera del Perú.  Este documental ganó el Concurso Nacional de Proyectos de Post Producción de Obras de Largometraje 2013, a pesar que los mismos jueces no lo consideraron un trabajo logradoEste tipo de “coladeras” de financiamiento permiten a organizaciones hostiles a las actividades extractivas llevar a cabo acciones de propaganda que dañan severamente la imagen de la industria y son una ayuda para fomentar los conflictos sociales. Ambas fuerzas políticas podrían llegar a un acuerdo, bloqueando los esfuerzos de estas organizaciones para obtener recursos del Estado para promover la conflictividad social.

e. Debilitar los ‘cercos cognitivos’

Los anti-mineros construyen exitosamente cercos cognitivos en las zonas rurales próximas a los proyectos extractivos. Ellos dominan todas las fuentes creíbles de información en una comunidad (profesores, líderes de organizaciones locales, religiosos, etc.) y callan las voces que se oponen a ellos.  Este cerco permite formar y fortalecer creencias referentes a las industrias extractivas que pueden catalogarse como insólitas en algunos casos.  Las acusaciones, basadas en ‘relatos’ fabricados (que rehacen la historia) dañan la imagen de las empresas, de la industria y de la independencia del Estado. Ambas fuerzas podrían colaborar en incrementar la presencia del Estado en las zonas de conflicto, no sólo con inversiones sociales, sino con presencia activa (comisarías, antenas repetidoras, programas del Estado, etc.) que defiendan la pluralidad de opinión, y que permitan a la población estar mejor informada sobre la naturaleza real de la afectación que los proyectos provocarán.

Conclusión

El reducir la conflictividad social tendría fuertes efectos de bienestar sobre el país y ello debería ser más que suficiente para motivar tanto a PPK como los fujimoristas para actuar en ese sentido. Pero convencer a políticos que actúen únicamente en beneficio del país a costa de su propio beneficio político de corto plazo puede ser difícil. Por ello hemos brindado aquí argumentos en los que se muestran con claridad las ganancias políticas institucionales y de largo plazo para ambas fuerzas partidarias, de desarrollarse una conducta de cooperación en relación a los conflictos sociales. La agenda presentada es incompleta y ciertamente existen áreas de colaboración que han sido omitidas, sin embargo podrían servir para facilitar el entendimiento, por parte de la opinión pública, de los beneficios que mayores espacios de colaboración que tendrían para el Perú, así como la eventual reacción positiva de las fuerzas en disputa. 

Lampadia

 




Los Desafíos del Sector Minero

Los Desafíos del Sector Minero

Sebastiao Mendonça Ferreira, brasileño, especialista en temas de estrategia, ha desarrollado un análisis integral sobre la situación del sector minero en el Perú desde una perspectiva internacional, la fuerza de la demanda de metales a futuro y los aspectos que determinan la necesidad de contar con una visión holística del sector.

Como sabemos en el Perú, el sector minero ha contribuido notoriamente al desarrollo del país en los últimos 25 años. Sin embargo, al mismo tiempo, se ha convertido en el ícono de los movimientos pos-extractivistas, que en función de temas ambientales y sociales, han venido desarrollando una fuerte oposición al crecimiento del sector.

Nuestro actual gobierno llegó al poder después de haberse paseado el país con un discurso anti-minero. Durante su gestión convalidó, de la manos del Primer Ministro, Salomón Lerner G., una serie de acciones que fueron generando la paralización de las inversiones mineras, como hemos reportado en Lampadia. (Ver: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo).

La conflictividad desatada contra el sector ha excedido todos los causes naturales para el  planteamiento de políticas alternativas. Esta conflictividad ha diseminado la doctrina del pos-extractivismo y recurre a niveles de violencia inimaginables en una sociedad relativamente civilizada.

Hoy por hoy, el país está desconcertado. Los peruanos nos debatimos entre los mitos anti-mineros; las realizaciones sociales y económicas de los últimos 25 años, que todo ciudadano responsable reconoce, así no pueda vocearlas en público; las reacciones anti violencia por los conflictos y, la esperanza de recuperar el crecimiento que necesitamos para fortalecer el futuro de nuestros hijos.

El siguiente análisis de Mendonça Ferreira es una magnífica contribución para profundizar el conocimiento de este importante y afligido sector.

 

Los Desafíos del Sector Minero

Las dimensiones de la conflictividad y los enfoques para su reducción.

Por: Sebastiao Mendonça Ferreira

Ver en el siguiente banner el ensayo de Mendonça:

Los Desafíos del Sector Minero

 

 




Desvistiendo el pos-extractivismo

Desvistiendo el pos-extractivismo

En mayo pasado, en Lampadia descubrimos los planteamientos del pos-extractivismo que habían sido adoptados por todas las izquierdas peruanas. Presentado como una propuesta de nueva minería, tal como lo analizan Camilo Ferreira y Franco Olcese en su ensayo “¿Una Nueva Minería o No Más Minería?”, es parte de la maniobra izquierdista para dejar al país sin esa industria tan importante para nivelar el desarrollo del Perú.

Desde entonces, hemos venido insistiendo en que estas ‘propuestas’ sean analizadas por los gremios empresariales y por los partidos políticos, pero parece que la gente solo tiene tiempo para los temas de corto plazo y no da importancia al debate de ideas, por más equivocadas que puedan ser.

Una responsabilidad fundamental de la clase dirigente es asumir su rol de análisis de la realidad y comunicación con la opinión pública para formar una población más informada y un mejor sentido común sobre los temas nacionales más importantes.

Ver nuestras publicaciones previas al respecto de la absurda propuesta del pos-extractivismo:

Pos-extractivismo: Autarquía y empobrecimiento

Todas las izquierdas peruanas apuestan por la pobreza

Organizaciones peruanas no reaccionan a la amenaza del “pos-extractivismo”

Complot Anti-Desarrollo al descubierta

 

En ese sentido, nos complace presentar a continuación (pdf) el ensayo referido y saludarlo como una contribución muy positiva al debate nacional. Lampadia

 

 

 




Perumin: Debate Arana – Carranza y panel

Perumin: Debate Arana – Carranza y panel

En el último día de Perumin Convención Minera 32, se promovió un debate entre el ex cura Marco Arana de Tierra y Libertad y el ex Ministro de Economía y Finanzas, Luis Carranza. Además se contó con un panel formado por Jorge Merino, ex Ministro de Energía y Minas del actual gobierno, Carlos Monge y José de Echave de Tierra y Libertad y Pablo Bustamante, Director de Lampadia. El moderador del debate fue José María Salcedo.

El programa estableció una presentación de 20 minutos por cada expositor y dos ruedas de 5 minutos para cada panelista.

A continuación presentamos el video del debate: 

 

Líneas abajo presentamos los videos y las transcripciones de las intervenciones del Director de Lampadia:

 

Primera Intervención:

 

Yo quiero recordarle al líder de Tierra Libertad que a los arequipeños nos gusta hablar claro y decimos lo mismo en todos los sitios que visitamos.

También nos gusta respetar a las personas, pero estamos acostumbrados de combatir ideas, especialmente las ideas equivocadas.

Usted está promoviendo en el Perú la ideología de la pobreza, y pretende imponerla a la fuerza, incluso, con su gente, con acciones de niveles de violencia inaceptables.

Yo le quiero pedir un poco de coherencia, el 25 de mayo, lo entrevistaron en el diario Gestión (página 25) y le preguntan:

“Pero en Madre de Dios usted no hace protesta”, y su respuesta fue, “yo vivo en Cajamarca, ¿cuál es nuestro principal problema?, la gran minería. Lo mío en el lugar donde vivo, los problemas más fuertes están relacionados con las pérdidas de fuentes de agua natural en mi región, ¿quién lo provoca?, la gran minería”.

“Es una cuestión geográfica entonces”, pregunta el periodista. Y dice, “si yo viviera en Madre de Dios, mi principal atención tendría que ser esa, no puedo estar en todos los problemas que hay en el país”.

Entonces, yo le quiero preguntar, ¿qué hacía usted y su gente en Tía María?, ¿qué hacían en Espinar?, ¿qué hacen en Apurímac?

En las encuestas usted figura con 1% del favor popular, eso de acuerdo al número de adultos que viven en el Perú, representa 170 mil personas, los peruanos le estamos diciendo que sus ideas no nos gustan.

Yo estuve hace poco tiempo, no, hace algunos años en Cajamarca, me invitaron unos periodistas a un debate, con Javier Diez Canseco, que en paz descanse y que de Dios goce, y tuve la suerte de que me hagan una pregunta muy extraña, una señora, al final del debate me dice: “oiga señor Bustamante, ¿usted cree que Cajamarca es mágico?”, y yo, gracias a Dios pude contestar, le dije, “fíjese, las mejores cosas de la tierra se clasifican con tres A, pero Cajamarca tiene 4, CA-JA-MAR-CA, tiene que ser mágico”. Y yo lamento mucho lo que ha pasado en Cajamarca, usted con su amigo, y enemigo, Santos, han destruido esa región maravillosa, y no queremos, por lo menos los arequipeños, que pase lo mismo en esta tierra.

Yo creo poder interpretar el sentir de los arequipeños, y quiero decirle, que mientras que usted no cambie de actitudes, hasta que usted no cambie de actitudes, no es grato en esta tierra. Ojalá que cambie de actitudes.

 

Segunda Intervención:

 

La política se combate con política, pero vayamos ahora a hablar del súper ciclo. Para el Perú no se ha acabado ningún súper ciclo, lo hemos acabado nosotros mismos. El crecimiento de 7% de China, el 7% de crecimiento de China, es lo mismo que 3.6 veces todo el PBI peruano, el 4% del crecimiento de China es igual a dos veces el PBI peruano. Desde la perspectiva peruana, que es la que tenemos que usar para analizar y proponer políticas, a mí, personalmente y creo que a los peruanos nos da lo mismo si China crece al 10, 7, 4 o 3%, porque el Perú siempre va a tener espacio para vender sus productos.

La caída de precios afecta indudablemente, pero los precios que tenemos siguen siendo adecuados, no son los mejores por supuesto, disminuyen los ingresos del Estado, disminuye el canon, hay una serie de costos, pero permite que nuestra minería que es competitiva continúe. Nuestras leyes [de minerales] son razonablemente buenas, tenemos contenidos adicionales al cobre, como plata y oro que ayudan a la rentabilidad, costo de energía bajo, una mano de obra magnífica en el Perú, gente muy trabajadora.

Y además hemos tenido pues un apagón productivo por 30 años, entre los 60, 70, y 80, estuvo prohibido invertir, que el sector privado pueda invertir en el campo, en la minería, en la pesca, hasta en el turismo. Entonces, hemos acumulado una serie de proyectos que teníamos a punto de caramelo cuando ha empezado este gobierno, y que los hemos parado 22 mil millones de dólares, que hubieran creado una situación muy diferente de la que hoy día tenemos.

Según el IPE, en un estudio reciente que han hecho, si no hubiéramos parado estos proyectos, el año 2013, hubiéramos crecido 6.6%, incluido el incremento del sector minero propiamente dicho y el resto de la economía. Y en el año 2014, 6.8%, entonces, está muy claro que nosotros hemos parado y no ha sido el súper ciclo que se acabó, y se está usando ese San Benito para que los peruanos nos sintamos perdidos y nos agarremos de cualquier maderita que flota en el mar. 

En verdad, el Perú tiene una potencialidad espectacular, hace poco tiempo, el HSBC sacó un estudio de todos los países del mundo, y dijo que si el Perú crecía a 5.5% promedio, el año 2030, tendríamos al 70% de nuestra población en clase media, ganado más de 3 mil dólares por personas por año y al 10% en clase alta, largamente superior a lo que tenemos hoy día. Y para el año 50 pronosticaban 90% de la población, 40% en clase media y 50% en clase alta. Para ello, teníamos que crecer 5.5% por año, y por supuesto mantener las políticas públicas que permitieron la recuperación de nuestra economía, y de nuestra sociedad.

Lamentablemente usted y sus amigos, y Pedro Francke, y Carlos Monge, que me cae tan bien, y de Echave que también hemos estado en varias ocasiones juntos, proponen el pos-extractivismo, o sea, producir lo mínimo posible de minería, petróleo, gas, pesca, madera, ¿exportar alimentos?… ni hablar, solo produzcamos los alimentos que podemos consumir nosotros y nuestros vecinos, a los que tenemos que convencer de hacer la misma barbaridad.

Acá está todo, en este documento que se llama transiciones, editado por Carlos y Echave y con el gran soporte de Pedrito Francke, que también hemos estado juntos en varias ocasiones, y por supuesto, eso inspiró este documento que ahora ha cambiado de amarillo a verde, que firmaron todos los partidos de la izquierda, y se lo entregaron al presidente Humala en agosto del 2012, proponiéndole el pos-extractivismo y estaba escondido en algún lugar que yo pude ver. 

En verdad, el problema que tenemos en el Perú es que en el sector privado hablamos el idioma del silo XXI, el gobierno nos escucha con los oídos del siglo XX, y los políticos nos presentan ideas del siglo XIX. Muchas gracias. Lampadia

 

 

 

 




Complot anti-desarrollo al descubierto

Complot anti-desarrollo al descubierto

Se acusa a nuestro desarrollo de ser adicto al productivismo. Se plantea la transición al pos-extractivismo: no depender del exterior y dosificar la producción de minería, petróleo, gas, pesca, madera y monocultivos, solo lo indispensable.

Abandonar la exportación de alimentos y producir solo los que consumimos, aplicar las mismas políticas en los países vecinos, alejarse de los TLCs y relanzar la integración regional sobre la base del Mercosur y la Comunidad Andina.

Proponen que pasemos del actual “Extractivismo depredador” (según lo califica Carlos Monge), a un “Extractivismo sensato”, como transición al “Extractivismo indispensable”.

Bajo la inspiración de las ‘ideas muertas’ de un extranjero, el uruguayo Eduardo Gudynas,se han venido cocinando algunos planteamientos políticos que pretenden llevarnos a la miseria de la Edad Media. Un amplio sector de la academia peruana, de centros de investigación y estudios, ONGs y todas las izquierdas peruanas (incapaces de producir ideas propias y adecuadas a nuestra realidad) desde el 2010, han estado armando el sustento de una suerte de ‘revolución cultural anti-inversión’.

Estas ideas muertas han venido siendo infiltradas durante los últimos cinco años en la política, los medios (especialmente en las radios de provincias), en múltiples eventos ‘académicos’, publicaciones de los llamados centros de investigación y estudios y en la acción política que se ha desarrollado detrás de los conflictos socio-políticos vinculados a la explotación de recursos naturales (bajo el paraguas de los temas ambientales y comunales) y de muchas otras iniciativas de inversión.

La publicación:“Transiciones, Postextractivismo y alternativas al extractivismo en el Perú”, editada por Alejandra Alayza Moncloa (RedGE) y Eduardo Gudynas Silinskas (uruguayo de CLAES) se inició en junio de 2010, con la participación de “expertos y amigos” como: “Carlos Monge y Claudia Viale, del Revenue Watch Institute; Epifanio Baca y Javier Azpur, del Grupo Propuesta Ciudadana (GPC); José de Echave y Juan Carlos Sueiro, de CooperAcción; César Gamboa, de Derecho Ambiente y Recursos (DAR); Pedro Francke y Vicente Sotelo, de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP); Ernesto Ráez de Centro de Sostenibilidad Ambiental de la Universidad Cayetano Heredia (CSA-UPCH); y Matín Scurrach, del Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES)”.

Además,figura la participación de la Red Peruana por una Globalización con Equidad – RedGE: Acción Internacional para la Salud – AIS, Asociación pro Derechos Humanos – Aprodeh, Centro de Derechos y Desarrollo – CEDAL, Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo – DESCO, Centro Peruano de Estudios Sociales – CEPES, Convención Nacional del Agro Peruano – CONVEAGRO, Derecho Ambiente y Recursos Naturales – DAR, CooperAcción, Grupo Propuesta Ciudadana – GPC.

Posteriormente, en agosto de 2012,todos los partidos de la izquierda tradicional entregaron al Presidente Ollanta Humala, la versión política del Pos-Extractivismo, mediante el documento coordinado por Tierra y Libertad: Nueva Minería Exige Debate Nacional (L). Este documento fue firmado por los siguientes movimientos: Comando Unitario de Lucha de la Región Cajamarca (CUL), Plataforma Interinstitucional de Celendín (PIC), Frente de Defensa Hualgayoc-Bambamarca, Frente de Defensa de Cajamarca, Central Unitaria de Trabajadores (CUT Perú), Central General de Trabajadores del Perú (CGTP), Central de Campesinos del Perú (CCP), Femucarinap, Fenpetrol, Movimiento Tierra y Libertad, Coordinadora Político Social (CPS), Partido Comunista del Perú, Partido Comunista Peruano (PCP), Partido Descentralista Fuerza Social, Ciudadanos por el Cambio, Partido Socialista, Marcha Mundial de Mujeres (MMM), Ufrep, Conapu, Movimiento por el Poder Popular (UPP), Uníos Perú, Acción crítica, Género y Democracia y Voz Socialista.

Hasta hace pocas semanas, era difícil de entender cómo en un país en que las marchas eran para solicitar la construcción de una carretera, una represa o una hidroeléctrica, de pronto se fue desarrollando esa suerte de ‘revolución cultural anti-inversión’ que se opone a todas la iniciativas de desarrollo de proyectos públicos y privados. En los últimos años nos hemos visto con movilizaciones contra la construcción de carreteras, ferrocarriles, hidroeléctricas, minas, desarrollos petroleros, cárceles, centros comerciales, clínicas, antenas para celulares y todo lo que uno se puede imaginar.

La gran mayoría de estos movimientos se han hecho en nombre del medio ambiente, las comunidades y las poblaciones originarias. Los abanderados han sido ambientalistas de primera generación, curitas revoltosos, ONGs y buena parte de la izquierda tradicional con los liderazgos más notorios de Tierra y Libertad y Patria Roja.

Este proceso se ha hecho evidente especialmente en contra del proyecto de Conga en Cajamarca, contra Pluspetrol y últimamente, con niveles de violencia desaforada contra el proyecto de Tía María en Arequipa.

En clara sintonía con los planteamientos del pos-extractivismo, podemos ver ahora que la campaña política del Presidente Humala con su plan de la Gran Transformación y la acción de gobierno durante el premierato de Salomón Lerner Ghitis, hoy líder de Ciudadanos por el Cambio, de La Otra Mirada y firmante del documento promovido por Tierra y Libertad, fue parte de lo mismo.

También se creía que el ‘ideólogo’ de estas estrafalarias ideas era el ex (por expulsado) cura Arana, pero viendo todos los documentos y movimientos, tenemos que concluir que el eslabón común a todo el andamiaje es Pedro Francke, de la PUCP. Él pertenece a Tierra y Libertad, a La Otra Mirada, y es coautor de los dos documentos.

Resulta entonces, que más que un movimiento social espontáneo por los supuestos descuidos y abusos de las empresas llamadas extractivistas, hemos sido víctimas de un complot en el que han participado muchísimos movimientos y centros de estudios para dar forma a un quiebre del proceso de desarrollo del Perú, que no solo se ha expresado en ideas muertas, sino que ha llegado a superar todo límite permisible de violencia.

Dicho sea de paso, la violencia que hemos visto en el caso de Tía María y que no vimos en el caso de Cajamarca (pues los medios no difundieron los atropellos perpetrados, ver en Lampadia: Stalinismo en Cajamarca), tiene como responsables directos a muchos de los participantes en la producción y promoción de los documentos reseñados y, además, llama poderosamente la atención que los centros de investigación y los académicos involucrados hayan hecho mutis ante la gravedad de los delitos que se vienen cometiendo.

Se acabó la sorpresa, el Perú viene siendo atacado de palabra y obra por gente que ahora podemos desenmascarar. Las mayorías silenciosas, los peruanos de bien, nuestros emprendedores y nuestros jóvenes, no pueden estar de acuerdo con estas tropelías fariseas que debemos combatir con mejores ideas.

CITAS RELEVANTES

Para demostrar el sustento de este complot anti nacional, compartimos a continuación algunas de las ideas con las que esta gente pretende desquiciar nuestro país:

“Transiciones, Postextractivismo y alternativas al extractivismo en el Perú”

Prólogos de abril de 2011 y febrero 2012:

  • “Las transiciones no implican prohibir todas las formas de extractivismo, sino que exigen la necesidad de alternativas que permitan redimensionar el peso de los sectores extractivos en nuestras economías”.
  • “Resultaba tentador mirar a países progresistas vecinos, especialmente Ecuador y Bolivia, como modelo de recuperación de parte de la renta apropiada por las empresas privadas para financiar un mayor gasto social interno. (…) Pero la crítica de Gudynas a los límites del neoextractivismo –junto con los crecientes conflictos que desde esos países se reportan entre los Gobiernos y los pueblos indígenas y la comunidad ambientalista- resultaba demoledora”.
  • “Plantear límites a la propiedad de la tierra”.

Pedro Francke y Vicente Sotelo:

¿Es económicamente viable una economía postextractivista en el Perú?

  • Primero descartan el impacto en el empleo, pues “… la PEA ocupada en el sector extractivo (…) asciende en promedio al 1.5% del total de la PEA nacional.”
    Los economistas de la PUCP manipulan su análisis, pues para ellos la minería es un enclave sin encadenamientos con el resto de la economía. Solo consideran el empleo directo, ignorando el indirecto y el inducido. Según el IPE, por cada empleo directo de la minería se crean nueve empleos en la economía. (Ver en L: La minería tiene un alto valor agregado y Efecto de la minería sobre el empleo, el producto y recaudación en el Perú)
  • Luego reconocen el impacto de eliminar el sector extractivo en el aspecto fiscal y en el sector externo, pero para evaluar su planteamiento analizan tres escenarios.

1. “Cierre total de mineras, petróleo y gas.
2.  Suspensión de los proyectos mineros, petroleros y de gas que iniciaron sus operaciones entre 2007 y 2011.
3.  Suspensión de los proyectos mineros, petroleros y de gas que iniciaron sus operaciones entre 2007 y 2011, y aplicación de un impuesto a las sobreganancias”.

  • Para el primer escenario reconocen un desastre: “… hubiera resultado insostenible (…) habría conllevado a recurrentes presiones hacia la depreciación del tipo de cambio y, por lo tanto, a episodios inflacionarios en la economía”.
  • Para el segundo escenario afirman: “… hubiera significado un deterioro en la balanza de pagos, estos efectos no hubieran sido de la magnitud de los revisados en el primer escenario”.
  • La ‘magia’ está en el tercer escenario: “… se obtiene recurrentes ajustes positivos. Esto significa que el nivel de RIN se ve incrementado incluso por encima de lo que se registró. El ajuste positivo (…) tiene como principal determinante al elevado nivel de utilidades que dejan de salir de la economía nacional debido a la aplicación del impuesto a las sobreganancias. (…) … se ‘retiene’  el 50% de las utilidades de las actividades primario-extractivas que son destinadas al exterior”.
  • Increíble, estos ‘economistas de la PUCP’ creen que en una economía se puede afectar una variable y que todo lo demás quede estático. No entienden que la esencia de la economía es que todo está conectado por vasos comunicantes y que un sistema se altera en su integridad cuando se afecta una sola variable. Su análisis les lleva a pensar que apropiándose de la mitad de las utilidades de las empresas, en adición a sus actuales contribuciones (que son del 40 al 50% de las utilidades antes de impuestos) seguirían habiendo reinversiones, nuevas inversiones, el mismo volumen de producción, nivel de riesgo de la economía y ritmo de inversión en los demás sectores.

Eduardo Gudynas

Caminos para las transiciones postextractivistas

  • “Buscar alternativas al desarrollo actual enfocado en el extractivismo (…) muchos actores sostienen que (…) hay que profundizar e incentivar sectores como la minería o los hidrocarburos. (…) … una postura muy conocida en el Perú, pero otro tanto sucede en Gobiernos como el de Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador o, incluso, bajo el progresismo moderado, como lo fue la administración de Lula da Silva en Brasil”. Ahora Morales y Correa están al otro extremo, ver en L: Evo Morales y Rafael Correa promueven ahora el extractivismo y Gobierno ecuatoriano promueve inversiones que el Perú rechaza y desprecia.
  • “El PBI y otros indicadores (…) son presentados como aproximaciones valederas a la calidad de vida de las personas. (…) Si bien estos son una de las principales fuentes de expansión (…), también causan serios impactos ambientales, fuertes tensiones sociales, su generación de empleo es modestay, en general, no resuelven de buena manera los problemas de pobreza y desigualdad”.La economía peruana es una prueba viva de la falacia de esta argumentación (ver en L: Las Cifras de la Prosperidad).
  • “El extractivismo… genera… un ‘mal desarrollo’, dada su incapacidad para mejorar la calidad de vida de las personas. (…) está basado en recursos que son finitos. (…) en petróleo seguramente se ha pasado el pico de producción (2010)”. Ha sucedido todo lo contrario, ahora sobre el petróleo.
  • “… mejorar la tecnología que se utiliza en la minería o la remediación ambiental (…) ofrece muchas limitaciones. Persistiría el extractivismo como una actividad dominante”.
  • “Las salidas reales al extractivismo se encuentran… en… las alternativas al desarrollo. (…) las propuestas postextractivistas elaboradas por… CLAES son determinadas como transiciones hacia alternativas al desarrollo”.
  • “Se rechaza la posibilidad de seguir avanzando por el sendero del capitalismo contemporáneo, de alto consumo de materia y energía (…) Está claro que es necesario un cambio de rumbo sustancial”. Este ciudadano de ‘larepública oriental’ (Uruguay) no conoce el oriente…
  • “… las propuestas de cambio, en países como Perú, plantean como primer paso revertir los problemas más serios, tales como la ausencia de una regulación estatal, la baja tributación y la desmedida transnacionalización empresarial en el extractivismo”. Las regulaciones han amarrado la economía y la tributación es altísima para el sector formal.
  • “Muchos miran a los Gobiernos progresistas o de la nueva izquierda como fuente de inspiración para esta postura secuencial. Se piensa en las administraciones actuales de Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia, o Venezuela, por mencionar algunos casos, que serían ejemplos exitosos  de ese primer paso”.
  • “El problema es que, en todos estos casos, se han acentuado las estrategias extractivistas. (…) nuevos emprendimientos, como puede ser la minería del litio en Bolivia”. Tesla está por echar por la borda la oportunidad estratégica de Bolivia con el litio. Es probable que este nunca sea aprovechado por ese pobre país.
  • “Algunos valoran el ejemplo progresista solamente por el regreso del Estado”.
  • “Bajo Gobiernos progresistas comienza a ser cada vez más frecuente defender el extractivismo como generador de recursos financieros que se utilizarían en mantener programas sociales. Esta es una suerte de ‘trampa asistencialista’. (…) Esta legitimación… es endeble (…) ya aparecen distorsiones que merecen ser comentadas para no repetir las mismas desviaciones en el Perú”.
  • “Por otro lado, la persistencia extractivista reproduce los conflictos sociales y el deterioro ambiental. Sus beneficios económicos y comerciales deberían ser contrastados con los costos económicos detrás de los impactos sociales y ambientales”.
  • “Estas transiciones implican una serie de rupturas con las ideas clásicas del desarrollo. (…) En otras palabras, la clásica idea del progreso, de origen occidental, queda en entredicho, y se exploran alternativas bajo otras concepciones del bienestar y la buena vida”.Condiciones utópicas que no precisan.
  • “Extractivismo depredador es el estilo de desarrollo actual, caracterizado por un extractivismo intensivo… de alto impacto social y ambiental, y dudosos beneficios para el desarrollo nacional… ejemplos clásicos… minería a cielo abierto… la contaminación por la explotación petrolera en la Amazonía o el abuso de agroquímicos con los monocultivos de exportación… que generan economías de enclave”.
  • “Algunas actividades extractivistas se mantendrán, ya que nadie postula prohibirlas, pero será necesario redimensionarlas sustancialmente… podrán permanecer aquellas actividades que son genuinamente necesarias, dado que cumplen con condiciones sociales y ambientales; y estén directamente vinculadas con cadenas productivas nacionales y regionales… el extractivismo, como apropiación masiva de recursos volcados a las exportaciones, desaparece, y permanece una extracción indispensable para asegurar la calidad de vida humana”.
  • “Posiblemente, la situación más escandalosa en América del Sur se encuentra en Perú, con las excepciones, flexibilidades e incumplimientos con el complejo de La Oroya”.
  • “Un paso esencial para iniciar las transiciones es comenzar a aplicar las normativas ambientales y sociales actuales, y… contar con los requisitos en todo el espectro de emisiones: gases, efluentes líquidos y desechos sólidos; o diseñar planes de ordenamiento territorial”.
  • “El análisis que se presenta en el capítulo de Sotelo y Francke es muy interesante, ya que su escenario de suspensión de los emprendimientos extractivos iniciados entre el 2007 y 2011, podría concebirse como próximo a un extractivismo sensato. En ese caso, se perderían exportaciones por más de 5 mil millones de dólares… pero… un impuesto a las ganancias de los emprendimientos que siguen operando, incluso se llega a un efecto positivo sobre el saldo de la balanza de pagos”.
  • “En el caso de los países andinos, un primer sector a considerar se encuentra en la producción de alimentos… la prioridad ya no está en aumentar las exportaciones… sino en asegurar la calidad de vida de las personas, será necesario asegurar una adecuada alimentación. Para ello, es imprescindible reorientar la producción agroalimentaria hacia las demandas nacional y regional”.
  • “Mientras que, en Perú, podríamos decir que el extractivismo tiene su cara másconocida en la minería, el nuevo extractivismo del Cono Sur se expresa nítidamente en los monocultivos de soja (por el paquete de agroquímicos que emplea)”.
  • “Bajo las transiciones al postextractivismo se desarticulan o desacoplan varios circuitos económicos”.
  • “En América Latina… el decrecimiento en el sentido original de Latouche, es “un slogan político con implicaciones teóricas” que busca “romper el lenguaje estereotipado de los adictos al productivismo”, es perfectamente compatible con las transiciones que aquí se presentan”.
  • “América del Sur es una exportadora neta de agroalimentos con enormes volúmenes de excedentes. El problema no reside en la falta de producción de alimentos, sino en la necesidad de coordinar y regionalizar esa producción y su comercialización. De esta manera, la primeraprioridad de la producción agropecuaria ya no es exportar pocos productos hacia el mercadoglobal, sino atender la alimentación: los alimentos dejan de ser vistos como mercancías. En lugarde unos pocos cultivos exportables, se debería defender una diversificación que asegure unacanasta de alimentos”.
  • “El papel del Estado… asignar prioridades productivas, se deberían atender, en primer lugar, condiciones como la generación de empleo antes que el ritmo de exportaciones”.
  • “Una nueva integración y la autonomía frente a la globalización: Las nuevas condiciones sociales, económicas y ambientales, propias de las transiciones postextractivistas, hacen que los costos sean más altos y las oportunidades de inversión más acotadas. Por lo tanto, es válido suponer que muchas corporaciones dejarían de invertir en Perú y simplemente se mudarían a otras naciones siempre que estas sigan bajo las condiciones actuales… Su racionalidad se basa en sostener que en la globalización actual, una postura postextractivista desembocaría en un aislamiento internacional del país. Esta advertencia es real… Pero la respuesta a ella no es invalidar las transiciones ni caer en la resignación de aceptar las condiciones de operación actual. Por el contrario, la respuesta a este problema se encuentra en ese mismo campo internacional. En efecto, debe asumirse como una condición de necesidad que los países vecinos asuman requisitos y exigencias similares. (…) de esta manera, se evitaría una migración de los emprendimientos extractivos, ya que requisitos similares a los que pudiera establecer Perú, se deberían aplicar… en Chile o Bolivia. (…) en países como Canadá, Estados Unidos o varias naciones europeas, enfrentan exigencias mucho más altas, por lo cual no pueden criticar que los países sudamericanos sigan un camino similar”.
  • “Todo esto requiere abordar la integración regional de otra manera. Ámbitos como la ComunidadAndina o el MERCOSUR deben ser repotenciados”.
  • “Los TLC limitanseriamente las posibilidades de avanzar hacia una estrategia postextractivista.Se impone un cambio de rumbo en las negociaciones internacionales”.
  • “Las transiciones postextractivistas requieren cambios sustanciales tanto en la integración como enla inserción global. Sus ejes deberán ser la coordinación y articulación productiva a nivel regional,y lograr la autonomía frente a la globalización”.
  • “La construcción de las transiciones postextractivistas requiere de actores políticos… implica una renovación en las posiciones político partidarias”.

Indignante, todas las malas ideas del pasado con los peores ejemplos de la región, buscan crear una autarquía regional: “la autonomía frente a la globalización”.

Los peruanos ya hemos sufrido mucho aplicando ‘ideas muertas’. Lo más grave es descubrir a las personas e instituciones que han hecho suyos estos disparates. Lampadia

 

 

 




Evo Morales y Rafael Correa promueven ahora el extractivismo

Evo Morales y Rafael Correa promueven ahora el extractivismo

Aunque llegaron al gobierno asumiendo una falsa defensa del medioambiente y denostando a las empresas dedicadas a la extracción de recursos naturales, los presidentes de Bolivia y Ecuador, Evo Morales y Rafael Correa, respectivamente han tenido que cambiar de parecer. Conscientes de que el sostenimiento de las arcas fiscales dependen de las inversiones en este sector, han optado por un cambio radicalde sus posturas y se han lanzado a defender y promover el ‘extractivismo’.

Semanas atrás dábamos cuenta en Lampadia que “Correa empezó su gobierno pegado a la prédica chavista antimperialista y anti-inversión. Incluso trató de crear un esquema ambiental por el que quería recibir dinero del exterior, por no tocar sus bosques en actividades petroleras. Parece que ante el fracaso de esos intentos poco ortodoxos de nutrir sus finanzas y dados los regalos del Perú que ahuyenta las inversiones, Correa ha encontrado el camino para atraer inversión por el lado de la ortodoxia”. (Ver en Lampadia: Gobierno ecuatoriano promueve inversiones que el Perú rechaza y desprecia).

Ya anteriormente Correa había declarado en contra de los anti-mineros: “Nos están engañando. Si no quieren minería moderna, díganle eso al país. Preséntense a las elecciones, ojalá que ganen, cierren todas las minas, cierran la cerámica de Cuenca, dejen de importar hierro y todo lo demás que viene de la minería porque no pueden ser inconsecuentes si decimos no a la minería. Y regresamos así a la Edad de Piedra y entonces las casas van a ser como las de los Picapiedra, y los automóviles también, como los de los Picapiedra, porque no se puede concebir la vida moderna sin minería.”

 

 

Ahora el Presidente Boliviano ha ido mucho más lejos. Como informaba El País de España hace unos días: “El Gobierno de Evo Morales ha aprobado recientemente un decreto que autoriza la exploración petrolera en todas las áreas que Bolivia protege por razones ambientales. La medida ha generado el respaldo del sector petrolero y la crítica de varias organizaciones ambientalistas. Morales replicó a estas últimas con un discurso durísimo, pronunciado al pie de un pozo recién inaugurado, en el que amenazó con expulsar del país a las organizaciones no gubernamentales que se opongan a la expansión de la industria de los hidrocarburos, el motor de la economía nacional, y afirmó que los bolivianos no se convertirán, como estas organismos quieren, en los ‘guardabosques’ de los países desarrollados. Morales aseguró también que ‘las reservas forestales han sido creadas desde el imperio norteamericano’, el cual quiere territorios ‘intocables, intangibles’ en el tercer mundo para compensar sus propios crímenes contra el ambiente. En contraposición, afirmó, ‘tenemos la obligación de explorar cuanto tenemos’”.

Ambos mandatarios se han alejado de las tesis chavistas y no se les ocurre ni en sueños promover el pos-extractivismo. Probablemente, porque la cruda realidad les ha enseñado que sin inversión privada en estos sectores las arcas públicas adelgazarán rápidamente y sus regimenes altamente populistas no tendrán los recursos para sostener sus‘vitalicias’ reelecciones.

Con esta actitud parecen dar a entender que comprendieron las lecciones de la calamitosa situación venezolana.

Cabe recordar que PDVSA, la empresa petrolera estatal venezolana, después de su estatización ha sido destruida: Ha perdido a todo su personal capacitado, más de un tercio de su capacidad de producción; subsidia el precio del petróleo en Venezuela y en Petrocaribe. Genera pérdidas, por US$12,500 millones al año. La planilla  aumentó de 42,000 a 140,000. Ha comprometido importantes despachos futuros para el repago de deudas contraídas con China, para cubrir sus déficits de balanza de pagos. Últimamente, acaba de celebrar otro contrato de futuro con Rusia. Además, está vinculada a buena parte de los escándalosde corrupción del chavismo.

Tal como han resultado las cosas en la región, Correa y Morales han mostrado tener más cintura que Ollanta Humala, que hasta ahora no ha sabido reaccionar con un discurso sentido sobre la necesidad de invertir en nuestros recursos naturales. No esperaríamos, que cometa la misma barbaridad que Evo Morales, abriendo las áreas protegidas o reservadas sin resquemor alguno.

Mientras en Ecuador y Bolivia, sus líderes izquierdistas transitan hacia la explotación de recursos naturales, la izquierda peruana, en su conjunto, acoge las trasnochadas propuestas del pos-extractivismo, cuyo fin último sería recrear la Edad Media bajo la tutela de señores feudales como Arana, Santos, Lerner, Francke, Moreno, Huamán y otros despistados (Ver en Lampadia: Pos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento).

Como parece que en el Perú, ni el gobierno, ni la izquierda van a atreverse a izar las banderas de la sensatez, tendremos que confiar en una reacción ciudadana que acorrale con sus acciones cívicas a aquellos que pretenden mantenernos como inquilinos de la pobreza. Lampadia

 




Organizaciones peruanas no reaccionan a la amenaza del “Pos-Extractivismo”

Organizaciones peruanas no reaccionan a la amenaza del “Pos-Extractivismo”

Después de que Lampadia hiciera público (11 de mayo) el documento: “Nueva Minería exige debate nacional”, que plantea el ‘pos-extractivismo’, firmado por todos los partidos de izquierda y entregado al Presidente de la República en agosto del 2012, Pedro Francke, de Tierra y Libertad, negó en Radio Exitosa que el documento de marras no haya sido hecho público. Sin embargo, el propio Francke, el 20 de mayo, publicó en Diario UNO el link del documento e invito a la presentación del mismo, para el mismo día a las 6pm en el Hotel Riviera (donde Ciudadanos por el Cambio tiene su escuelita de líderes).´

 

 

Por nuestro lado, hemos publicado el documento en su integridad, lo hemos analizado y hemos promovido su reparto físico en distintos estamentos, incluyendo los gremios empresariales.

Posteriormente, el Ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, publicó en El Comercio (24 de mayo), su artículo “Los dilemas de la Tía”, en el que criticaba el pos-extractivismo y señalaba su origen en la “base ideológica de Tierra y Libertad” y nos comentaba que el uruguayo Gudynas había visitado numerosas veces el Perú para proponer lo que denomina las “transiciones al posextractivismo”.

Por supuesto, Gudynas que, evidentemente, conoce al Perú en función de los mitos y falacias de la izquierda tradicional, plantea que no exportemos materias primas, ‘que no subsidiemos a empresas extranjeras’ (sic.) y que si lo hagamos con las empresas nacionales, etc.

Hoy, 5 de junio, El Comercio publica un artículo de Gudynas, en el que pretende deslegitimar las opiniones de nuestro ministro, sin que dicho diario haya hecho ningún informe o análisis del citado documento que, avalado por todas las izquierdas, nos propone volvamos a la Edad Media.

Sin embargo, lo más llamativo de este tema es que tampoco, los gremios empresariales o los partidos políticos que no son de la izquierda de las ‘ideas muertas’, ni tampoco los medios tradicionales, ni intelectuales o académicos, han dicho nada.

Al Perú le proponen un esquema productivo que pretende que dosifiquemos al mínimo posible nuestras actividades productivas en: minería, petróleo, gas, bosques, pesca, cultivos extensivos y hasta en industrias de exportación, ‘una autarquía ilusa y perdida en la historia’, y nuestras organizaciones más representativas se hacen de oídos sordos.

¡Que pena, parece que efectivamente, como decía don Nicolás de Piérola: “El Perú es un país de desconcertadas gentes”! Lampadia