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Los retos económicos de Guillermo Lasso

Los retos económicos de Guillermo Lasso

A continuación, compartimos un reciente artículo publicado por The Economist que describe los retos económicos que encarará el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, en el plazo inmediato de cara al rechazo que obtuvo de sus propuestas de reforma tributaria y laboral por parte de la denominada Asamblea Nacional– que hace las veces de Congreso en nuestro país vecino del norte – hace unos días.

Elecciones Ecuador: Guillermo Lasso pasa a la segunda vuelta

Creemos que es importante compartir este texto porque esboza de forma breve y concisa la situación inercial y de estancamiento que esta pasando Ecuador producto del desmadre económico de Rafael Correa – que Moreno no pudo reversar completamente – y cómo ello podría ser fácilmente replicable en nuestro país de materializarse la Asamblea Constituyente de Perú Libre y de mantenerse las condiciones favorables externas. Ambos hechos que permitieron el desfalco del fisco y el afianzamiento del poder en torno a la figura autocrática del presidente Correa.

Reversar esta situación pues requerirá de mucha audacia sobretodo porque Lasso hereda un país que por un lado está altamente endeudado (la deuda asciende a 65% del PBI al 2020), producto de altos déficits fiscales pasados, y que requiere de un fuerte crecimiento económico para recuperar lo perdido en la pandemia.

Es importante puntualizar que algo que le permitió al Ecuador evitar mayores daños a su economía durante la etapa del populismo desbocado de Correa, ha sido la adopción del dólar como su moneda legal, decretada por el presidente Jamil Mahuad en enero de 2000.

Esperemos que el presidente ecuatoriano pueda convencer a la asamblea de sus propuestas sobretodo en lo concerniente a la flexibilización de la contratación y despido, una política que de hecho urge hacer en nuestro país no solo para dinamizar la economía de las mypes, tan golpeada en el 2020, sino porque resolvería muchos de los problemas estructurales del mercado laboral como la informalidad y el subempleo que aqueja especialmente a los jóvenes peruanos. Lampadia

La batalla de Guillermo Lasso contra el populismo en Ecuador

Después de un buen comienzo, los problemas se han acumulado para el banquero convertido en presidente

The Economist
14 de octubre de 2021
Traducida y comentada por Lampadia

Después de su sorprendente victoria en las elecciones de Ecuador en abril, Guillermo Lasso, un conservador que se hizo a sí mismo banquero, confundió a los escépticos una vez más al hacer que su presidencia tuviera un buen comienzo. Cumplió una promesa de campaña de vacunar a la mitad de la población en sus primeros 100 días (el 57% ahora está completamente inyectado). Su índice de aprobación se disparó a más del 70%. Pero la última quincena ha sido difícil. Una pelea entre pandillas dentro de una prisión terminó con 119 reclusos muertos. La junta de la Asamblea Nacional devolvió sin debate la iniciativa clave de Lasso, un proyecto de ley para aumentar los impuestos y relajar las restricciones laborales. Y luego, el presidente fue nombrado controlador de varias empresas offshore en un tesoro mundial de documentos denominado Pandora Papers.

La semana pasada, Lasso se sentó con Bello en el modesto palacio presidencial en el blanqueado corazón colonial de Quito. No se avergonzó de los reveses de sus planes. “Me presenté como soy y el pueblo ecuatoriano votó por mí”, dijo. “Se dieron cuenta de que necesitábamos un cambio y que no podíamos seguir con este modelo totalitario y populista que ha empobrecido a los ciudadanos ecuatorianos”.

Se refería a la década en el poder, de 2007 a 2017, de Rafael Correa, un izquierdista populista, que coincidió con un boom petrolero. Correa construyó carreteras y edificios públicos, pero también duplicó el costo del gobierno central en una borrachera de gastos que dejó al país cargado de deudas y casi en bancarrota cuando cayó el precio del petróleo. Correa abusó de su popularidad para acosar a los opositores y los medios de comunicación, y para promulgar una nueva constitución que le dio el control de instituciones supuestamente independientes como fiscales y tribunales.

El país, que ha utilizado el dólar estadounidense como moneda desde 2000, todavía está sufriendo las consecuencias de Correa. Su sucesor elegido, Lenin Moreno, se volvió en su contra mientras luchaba por reducir la deuda y un déficit fiscal del 8% del PBI. Lasso quiere combinar la responsabilidad fiscal con un crecimiento económico más rápido. La recuperación de la recesión pandémica se está acelerando, ayudada por la campaña de vacunación que ha permitido la apertura de escuelas. Su reforma laboral también impulsaría el número de puestos de trabajo al flexibilizar los nuevos contratos.

Lasso promete un “shock de inversión” al eliminar las barreras en el petróleo, la minería, la electricidad y las telecomunicaciones. Ecuador se ha reincorporado a un organismo del Banco Mundial que arbitra disputas con inversionistas extranjeros. El gobierno ha renegociado un acuerdo con el FMI que compromete a Ecuador a un ajuste fiscal que, según Lasso, ahora es “muy suave”. La mayor parte del esfuerzo provendrá de una reforma fiscal que es “socialdemócrata” y está dirigida a los ricos, dice Simón Cueva, el ministro de Hacienda.

El gobierno ahora se enfrenta a una elección en su trato con la asamblea, donde la izquierda obtuvo la mayoría. Si corta su proyecto de ley en dos, probablemente pueda obtener la aprobación de la mayor parte del incremento de impuestos. O Lasso podría someter las propuestas a referéndum. “Estamos analizando las alternativas”, dice. “No creo que tengamos que hablar de extremos”, como invocar una cláusula de la constitución que nunca se usó y que le permite desencadenar una nueva elección general.

El presidente enfrenta otras batallas políticas. La asamblea ha comenzado una investigación sobre las inversiones en el extranjero que posiblemente podrían conducir a su juicio político. Dice que cortó todos los vínculos con las empresas en 2017, que los ataques de Correa a los banqueros lo obligaron a invertir en el extranjero y que es el principal contribuyente de Ecuador, contribuyendo con US$ 2.2 millones en impuestos sobre la renta el año pasado.

Leonidas Iza, el presidente de extrema izquierda de la CONAIE, la poderosa organización de pueblos indígenas de Ecuador, amenaza con un “levantamiento” para detener la eliminación de los subsidios a los combustibles. Hace dos años, tal levantamiento casi derrocó a Moreno. Pero la CONAIE está más dividida ahora, e Iza dice que las conversaciones con el gobierno continuarán.

Para prosperar, e incluso sobrevivir, Lasso debe cumplir su promesa de creación de empleo (en la que, por supuesto, su proyecto de ley ayudaría). Le favorece que otras instituciones estén desacreditadas. Pero también necesita transmitir su mensaje de manera más eficaz. Ganó porque la mayoría de los ecuatorianos no querían al candidato sustituto de Correa, pero muchos siguen esclavizados por las ideas populistas. Lasso aún no ha logrado vender su programa económico liberal a la gente, dice Sebastián Hurtado, consultor político. Antes de la década de Correa, Ecuador, un país de muchos volcanes, estaba acosado por erupciones de inestabilidad política. A menos que Lasso pueda persuadir a la gente de su plan, corre el riesgo de volver a eso. Lampadia




Presagio de un gobierno populista sin un mandato claro

Presagio de un gobierno populista sin un mandato claro

Con este análisis damos la bienvenida a las páginas de Lampadia, a Claudia Navas, analista de CONTROL RISK para el Perú, quién colaborará regularmente con nosotros.

Claudia Navas
Analista de riesgos de Control Risks para Perú
Para Lampadia
27 de julio, 2021

La elección de Pedro Castillo como próximo presidente del Perú ha generado una gran preocupación entre empresarios e inversionistas sobre las implicaciones que un giro político hacia la izquierda podría tener, no solo en el país sino en la región. Particularmente si es que la elección de Castillo será el inicio de una segunda ola de populismos de izquierda, que buscarán replicar el nefasto modelo chavista. No obstante, cada vez parece más distante la posibilidad de que Castillo logre efectivamente introducir cambios profundos al modelo político y económico del país tal como lo prometió, y que más bien estemos ad portas de un gobierno de corte populista, sí, pero que carecerá de un mandato o visión clara.

En la experiencia de Control Risks analizando el riesgo político en la región andina, los gobiernos populistas al iniciar sus mandatos necesitan primero construir unas bases sólidas de apoyo popular para poder implementar los cambios radicales que prometieron y centralizar el poder bajo su mando. Castillo no arranca con un apoyo popular lo suficientemente sólido (su victoria se debe en parte también al rechazo que generaba su contendora Keiko Fujimori) ni con un Congreso medianamente alineado con sus propuestas. Las amenazas de destitución por parte del Congreso serán latentes y forzarán a Castillo a adoptar una posición moderada. También, el fantasma de “una nueva Venezuela en la región” hará que tanto la sociedad civil y los medios, como la institucionalidad y la comunidad internacional, permanezcan vigilantes y actúen coordinadamente para frenar impulsos autoritarios o antidemocráticos del Ejecutivo. Estos obstáculos, en paralelo a un liderazgo débil, reducirán la capacidad del Ejecutivo de trazar una hoja de ruta clara y alineada con las tan anunciadas promesas de cambio.

Esto no quiere decir que Castillo estará completamente atado de manos, ya que es posible que busque introducir medidas con la intención de, poco a poco, fortalecer el proyecto político de Perú Libre (aunque de nuevo, el camino no será fácil). Por ejemplo,

  • Castillo podrá implementar medidas de corte populista y demagógicas para aumentar su base de apoyo, entre estas, aumentar el gasto fiscal para expandir medidas como subsidios o ayudas (que, si bien pueden ser necesarias, pueden no estar bien focalizadas para efectivamente reducir la pobreza).
  • Castillo también podría crear instituciones paralelas para socavar las existentes y desafiar los pesos y contrapesos del sistema político, tal como otros líderes latinoamericanos de izquierda lo han hecho. También,
  • Castillo podría encontrar formas para alinearse con el Legislativo para hacer cambios micro regulatorios de corte populista, ignorando las implicaciones sectoriales y de mediano y largo plazo que éstas reformas podrían tener.

No obstante, estos movimientos no harán parte de una agenda programática de gobierno clara de cara al país, lo cual generará una sensación creciente de desgobierno y, eventualmente, enfrentar a Castillo a una destitución por parte del Legislativo. Pese al complejo contexto político del Perú, esto no representará un obstáculo insuperable para hacer y continuar negocios en el país. Contar con una lectura objetiva y aterrizada sobre las intenciones y capacidades de los diferentes actores políticos, sociales y económicos del país será clave para trazar estrategias de relacionamiento efectivas y aumentar la contribución de las inversiones al desarrollo del país. De tal forma que el sector privado no debe esperar lo peor, sino más bien entender los riesgos, y también las oportunidades, que representa el nuevo escenario político en el Perú. Lampadia




Deja a Argentina fuera de la economía global

Deja a Argentina fuera de la economía global

En solo año y medio, el gobierno del socialismo bolivariano de Fernández y Fernández, deja a Argentina sin posibilidad de financiarse en ningún lugar del mundo.

Hace pocos días nos enteramos que después de haber prohibido la exportación de carne, el desastroso gobierno del peronismo, limitó la venta de carne a los argentinos a tres kilos.

Así destrozan las economías, los socialistas del siglo xxi. Así condenan a la pobreza a sus ciudadanos. Ver en Lampadia: Índice Mundial de MiseriaArgentina y Venezuela a la cabeza.

Argentina sigue así el desquiciamiento del país que otrora fue uno de los más ricos del mundo; todo gracias al populismo y el socialismo del peronismo.

Las políticas que han hecho miserable a un país riquísimo, son justamente las políticas con las que nos ha amenazado Perú-Libre de Castillo-Cerrón en las últimas elecciones generales. ¡Dios nos libre!

Veamos el informe de MSCI:

MSCI dejó a la Argentina fuera de todos los índices: qué significa que ahora sea “mercado standalone”

El país sufrió una recalificación peor de lo esperada. Mantenía el nivel de emergente de 2018, pero ahora su situación empeoró, según MSCI

MSCI Inc., es un ponderador estadounidense de fondos de capital inversión, deuda, índices de mercados de valores, de fondos de cobertura y otras herramientas de análisis de carteras. Publica el MSCI BRIC, MSCI World, MSCI Europe y MSCI EAFE Indexes. 

iProfesional

24.06.2021

Argentina sufrió este jueves un duro revés, peor de lo esperado por los analistas, de parte de la calificadora de riesgo MSCI. La compañía degradó al país al nivel de “mercado Standalone“, que está por debajo de Emergente y de Frontera.

Según se informó en un comunicado, el país fue ubicado dentro del grupo de mercado de “Standalone” (ser único), luego de tres años de haber ascendido a la categoría de Emergente, un indicador que orienta a los fondos de inversión a tomar decisiones. Esto significa que el país, considerado como mercado, tiene dificultades peculiares que impiden su ubicación en categorías normales como “Frontera” o “Emergente”. Esta es una situación que evidencia la falta de previsibilidad y espanta a los fondos de inversiones.

Argentina mantenía el nivel de Emergente desde 2018 y en esa categoría estaba acompañada por Brasil, Chile, Colombia, México y Perú.

Lo sorprendente es que Argentina tampoco quedó en la categoría de Mercado de Frontera, sino que se fue al descenso directo a “Standalone”.

“La prolongada severidad de los controles de capital sin resolución no está en línea con los criterios de accesibilidad al mercado del índice MSCI de Mercados Emergentes”, dijo Craig Feldman, jefe global de investigación de Gestión de Índices de MSCI.

“Los índices MSCI Standalone Market no están incluidos en el MSCI Emerging Markets Index ni en el MSCI Frontier Markets Index. Sin embargo, estos índices utilizan los criterios metodológicos de los Mercados Emergentes o de los Mercados Fronterizos en cuanto a tamaño y liquidez”, se explicó.

Ahora, Argentina compartirá la categoría “Standalone”
con 
JamaicaPanamáTrinidad &
Tobago
BosniaMaltaZimbabueLíbano Palestina.

“Desde septiembre de 2019, los inversores institucionales internacionales han estado sujetos a la imposición de controles de capital en el mercado de valores de Argentina”, agregó Craig Feldman.

Un golpe inesperado

El batacazo fue total. No sólo porque el país quedó casi literalmente afuera del mundo, sino porque los inversores esperaban que el descenso a mercado de Frontera iba a traer nuevos flujos de fondos y ahora no sólo no habrá eso, sino que se estima una “desinversión” ya que muchos habían comprado especulando con el rumor (irse a frontera desde emergente) y ahora tendrán que vender.

Esto es así no porque quieran, sino debido a que por reglamento de estos fondos no pueden tener en cartera activos de un país que ni siquiera está catalogado como “de frontera”. 

“Muy mala noticia. No creo que sea un tema de fundamentals macro. Para mí es un tema de falta de credibilidad como país y una historia que no ayuda. Tenemos que empezar a preocuparnos por nuestros inversores porque en un mundo global, los necesitamos para crecer y generar empleo”, tuiteó Javier Timmerman, socio de AdCap Securities y uno de los argentinos con más experiencia en Wall Street.

Además del cepo, en el mercado creen que el brutal descenso tiene que ver con la falta
de credibilidad en el gobierno

Un camino sinuoso

El camino descendente de las acciones argentinas viene desde hace rato. En el índice Emergente, las únicas 3 empresas del país que integraban ese índice (YPF, Globant y Adecoagro) lo hacían con una ponderación de solamente del 0.21% en cantidad de empresas y 0.10% en términos de capitalización.

El paso a Frontera hubiera hecho que sumarán más acciones y una ponderación mayor: se estimaba en torno al 23%, cerca de Vietnam y mayor a Marruecos e Islandia. 

La historia de la Argentina y sus idas y vueltas en el MSCI viene de vieja data. En 1988 cuando MSCI creó su categoría de mercados emergentes, Argentina comenzó formando parte de ese grupo. Sin embargo, el ingreso oficial de las acciones de empresas locales se concretó en 1992. Años más tarde, en plena crisis macroeconómica del 2001, Argentina logra superar el proceso de revisión conservando su categoría hasta el año 2009 donde, impulsado por los controles de capital instituidos por el gobierno, MSCI decide reclasificar al país dentro de la categoría mercado de frontera.

En el 2016 el gobierno pide entrar en un periodo de consulta para ingresar nuevamente al índice de mercado emergentes. El mismo fue rechazado en 2017 sin embargo, finalmente en 2018 fue aprobada nuevamente la reclasificación, la cual se concretó oficialmente en el 2019. En ese entonces Argentina pasó a formar parte del mencionado índice con 8 empresas que luego quedó reducida a 3. El año pasado la Argentina atravesó una situación de revisión similar a la actual en la que MSCI decidió mantener al país en el índice emergente. Ahora, quedó en la “desafiliación”. Lampadia




Análisis político

Análisis político

Presentamos un resumen de las posiciones de ocho analistas políticos chilenos sobre la coyuntura política de Chile y también, en algún caso del Perú.

Estas reflexiones son muy interesantes para nuestra propia realidad.

Como una primera aproximación al análisis político, y procurando afinar el observador para los próximos eventos políticos en Chile y Perú, se hace llegar la síntesis de lo planteado recientemente por 8 cientístas políticos de renombre. No se trata de predicciones electorales, sino que de análisis más de fondo, sobre la naturaleza de la crisis, las fuerzas en pugna y las contradicciones por resolver. 

Los resúmenes incluidos dan una idea de lo que plantea cada politólogo (como verán hay bastantes coincidencias a pesar de que algunos son de derecha y otros de izquierda).

Gonzalo Cordero, Libertad y Desarrollo

Cordero llama con urgencia la atención sobre valor de las instituciones, según él, el último recurso de las sociedades civilizadas ante la asonada del populismo. Las instituciones, para Cordero, son el mecanismo social que permite procesar los conflictos sin recurrir a la violencia. En sus palabras: “Las sociedades no se dividen entre las que padecen la violencia, el odio o la barbarie y las que no; allí donde está el ser humano aparece todo esto, lo que importa es la manera en que cada grupo socialmente organizado enfrenta sus miserias y procesa las amenazas que, desde sus bordes, corroen la forma de convivencia civilizada”. ¿Cuáles son las principales amenazas? La violencia, el fanatismo y el impulso atávico de sometimiento al que piensa distinto o se le reconoce como alguien diferente. En este sentido, según Cordero, “en los últimos años los chilenos hemos retrocedido una enormidad en el grado de validación de la violencia. Ha vuelto a emerger una izquierda mesiánica, con un discurso maniqueo que explica los procesos sociales desde la lógica de buenos y malos, poderosos y débiles, abusadores y abusados, toda una dialéctica que, en el fondo, deja de entender la política como una manera racional de procesar las diferencias, para convertirla en un campo de batalla entre fuerzas que no se reconocen como equivalentes éticamente”.

Enrique Correa, Imaginacción

Correa pronostica luces y sombras en un escenario incierto en el cual hay algunas señales positivas que no deben pasar inobservadas en un cuadro repleto de peligros. En primer lugar, Correa caracteriza la crisis como una crisis de confianza. Valora, sin embargo, en medio del recelo predominante, el desarrollo de “tres confianzas”. “En las vacunas, en la convención constituyente de la cual, la gente piensa que podría salir algo mejor para su vida y para el país y en el sistema electoral”. En segundo lugar, observa que si bien la economía se recupera y es probablemente auspiciosa para 2021-22, esta carece de un horizonte de crecimiento sostenido de largo plazo. En tercer lugar, al analizar la situación social hace hincapié en la situación de fragilidad de las capas medias. Esta fragilidad, que según Correa, es el meollo de la crisis, es de una enorme seriedad: “la base inferior de la clase media ha sido la base de nuestra estabilidad social y fue también el origen del inmenso apoyo que tuvo el estallido social en su momento”. En cuarto lugar, anota la descomposición del espacio político por el populismo, algo gravísimo puesto que socava los canales institucionales (civilizados) para salir de la crisis. En quinto lugar, vaticina que “si la centroizquierda no abandona su inclinación hacia la izquierda, la izquierda más dura será la que pasará a segunda vuelta y ganará la derecha, probablemente Lavín”. En sexto ligar, al analizar la situación en la Araucanía sostiene que “no hay otro camino que uno que combine diálogo y seguridad”. Finalmente, en séptimo y octavo lugar, llama la atención sobre los peligros del narcotráfico y concluye alertando sobre lo fatal que sería la persistencia del populismo.

Cristina Bitar, Azerta

Bitar hace una comparación entre Perú y Chile. Para ella, “los problemas políticos en Perú no empezaron con esta elección. Una de las principales características del sistema peruano es la completa desaparición de los partidos políticos… las fuerzas políticas en el Perú están atomizadas y obedecen más a liderazgos personales que a órdenes de partido. Esta realidad, nacida en los tiempos de Alberto Fujimori, sumado a un semipresidencialismo mal diseñado y a un Congreso unicameral, genera la receta perfecta para una política sin rumbo y sin propuestas. En Perú no gana nadie, sino que algunos pierden por menos que otros”. Si bien en Chile se observa una tendencia en la misma dirección y hay una enorme desconexión entre la ciudadanía y las élites, “aún contamos con un par de salvavidas que nos permiten ser menos pesimistas… nuestras fuerzas políticas parecieran ser más conscientes de la necesidad de tener proyectos comunes”. No obstante, el proceso constituyente abre la puerta a las instituciones chilenas cambien en formas insospechadas. La realidad del Perú no es la nuestra… pero podría serlo en el futuro.

Daniel Mansuy, IES y Universidad de Los Andes

La izquierda populista, con Pamela Jiles a la cabeza, ha venido a copar el vacío que han dejado los políticos que por años han renunciado a hacer su trabajo: hacer política. Para Mansuy, Jiles “desafía y vence sistemáticamente allí donde ha fracasado la mediación política… ha sido capaz de someter a todo el sistema, obligándolo a seguir su ritmo y sus tiempos… parlamentarios experimentados, zorros viejos y autoridades de todos los pelajes y colores han aceptado bailar su música. La explicación es muy simple: dado que estos dirigentes han dejado de creer en la política, le han regalado un espacio virtualmente infinito”. ¿Cómo salir de este atolladero? Mansuy sostiene que está revigorizando la política y destaca dos instancias de optimismo. En primer lugar, la Convención constitucional, en la medida que se asuma su “carácter representativo” y se entienda que no será el pueblo quien escriba directamente la Constitución, sino un puñado de dirigentes electos. Advierte que si bien “es deseable que haya mecanismos de participación ciudadana, ellos no podrán reemplazar la deliberación política de la Convención, porque no existe la voluntad del pueblo sin mediación”. Y en segundo lugar, el inicio de un dialogo entre el Presidente de la República y la Presidenta del Senado: “La reunión entre el primer mandatario y los presidentes de las ramas legislativas es otro buen ejemplo de cómo podría restituirse este principio. Yasna Provoste comprendió la situación a cabalidad y por eso es la mejor Presidenta que ha tenido el Senado en mucho tiempo, más allá de las diferencias políticas que cada cual pueda tener con ella”. Finalmente, destaca la responsabilidad histórica de la izquierda democrática para salir de la crisis: “Si se quiere, hay una línea divisoria entre las dos oposiciones. Por un lado, quienes quieren derrocar al Presidente electo democráticamente y, por otro lado, quienes piensan que esta crisis requiere diálogo y conducción política. Será interesante ver, por ejemplo, cómo se plantea Gabriel Boric en esa disyuntiva”.

Patricio Navia, PoliCi New York University, UDP y El Líbero

Para Navia, el gran fracaso de Piñera reside en que “aunque gobernó por dos periodos, no logró construir un nuevo modelo de derecha para Chile”. Más precisamente, sus gobiernos carecieron de un proyecto país atractivo para un número lo suficientemente amplio de personas: “su foco más centrado en el crecimiento que en el desarrollo —y los datos más bien discretos de desempeño económico— terminaron por diluir la promesa de la derecha construiría un mejor país que el que había logrado construir la coalición centroizquierdista de la Concertación. Al final, Piñera terminó siendo una mala copia de lo que fueron los primeros cuatro gobiernos concertacionistas”. Este mal desempeño deja a la derecha en mal pie para la Convención constitucional, lo que podría dejarnos con una nueva Constitución compuesta de utopías de izquierda a favor de un estado gigante benefactor que dirija los destinos y la economía del país. Con todo, Navia ve una razón cultural que debiese generar optimismo en la derecha. Para él, “el modelo de sociedad basado en mercados competitivos es mucho más popular en Chile que las propuestas de una economía donde el Estado es el actor principal”. En otras palabras, “el sueño de país que tiene la mayoría de los chilenos sigue estando más cerca de los postulados de la derecha que de lo que quiere hacer la izquierda. Por eso, aunque el presente se vea oscuro, el futuro de la derecha parece más promisorio que el de la izquierda en Chile”.

Pablo Ortúzar, IES y Universidad de Chile

Las élites chilenas han ido alcanzando niveles de polarización altamente preocupantes, esto en el contexto de una crisis social originada por el descalce entre el peso de la nueva clase media en la sociedad y las instituciones nacionales, “que (se) quedaron ancladas en un país simplemente de pobres y ricos. Parece haberse llegado al final de una escalera que ayudó a millones de chilenos a subir, pero que hoy ofrece sólo bajar”. Para superar la crisis, propone Ortúzar, hay que realizar “reformas sociales que redistribuyan de mejor manera los espacios de poder y autoridad. Pero para realizar esa distribución por medios distintos a la guerra, se necesita un lenguaje común que permita negociar los acuerdos, tratando de orientarlos hacia medidas de justicia generales que beneficien al conjunto de la población”. Sin embargo, advierte, “tanto la izquierda como la derecha democrática deben dejar de entenderse como portaestandartes de todo lo universalmente bueno, justo y correcto. No lo son, y si insisten en ese camino, terminaremos en un escenario de guerra civil”. Para superar la crisis se necesitará una derecha democrática interesada por el Estado y sus instituciones y no que solo repite que “hay que cortar grasa” para luego rellenar con la “grasa” propia una vez que se hace del poder. Del mismo modo, se necesitará de una izquierda democrática que comprenda bien el funcionamiento de los mercados y sus instituciones.

Eugenio Tironi, Tironi y Asociados

Para el sociólogo la crisis social tiene sus raíces en un modelo de éxito centrado en el logro individual que se ve frustrado, y en el choque cultural entre la generalización de la aspiración a un trato igualitario y la segregación practicada por la elite oligárquica. Según Tironi, por un lado en Chile se construyó “un modelo basado en la idea del mérito, en el esfuerzo individual, en las soluciones individuales, y el que no calzaba o entraba, estaba condenado a ser calificado como fracasado, como incompetente, y se fue creando una suerte de coalición de frustración, de sensación de fracaso, que fue la base …  de las fuerzas que se alzaron contra el sistema”. Y por otra parte se ha generalizado “una cultura igualitaria, en parte por la escolaridad, en parte por las redes sociales, por las experiencias que todos tenemos en la vida cotidiana, y que se topa con una cultura y una estructura oligárquica que frustra esa aspiración. Esto se nota muy fuertemente también cuando sube este gobierno, con el estilo del presidente, la historia del presidente de la República, el equipo que lo rodea, que da la sensación de que vive en una cápsula que es totalmente ajena a la vida cotidiana de la gente”. Para Tironi la superación de la crisis es política y centra esperanzas en la Convención Constitucional. Con todo, advierte que la violencia “no va a desaparecer de un día a otro, vamos a tener que irla conteniendo, vamos a tener que ir canalizándola, no va a extinguirse de un momento a otro porque eso podría significar un tipo de represión que provocaría heridas realmente irreconciliables”.

Lisa Zanotti y Luis Sandoval, UDP

Jiles ha sido tildada de populista y comparada con líderes como Donald Trump. Sin embargo, ¿es realmente Pamela Jiles un fenómeno político populista? Para Zanotti y Sandoval no lo es. Para estos cientistas políticos, el planteamiento de Jiles “no coincide con los populismos de izquierda y con la construcción de un pueblo como sujeto político emancipador asociado a diferentes movimientos sociales y su historia”. Para Zanotti y Sandoval, con Evo Morales en mente como paradigma populista, “la construcción discursiva del pueblo de Jiles coincide más con la demagogia. Esta última, definida como promesas oportunistas y difícilmente realizables para atraer electoralmente al pueblo, que carece de aspiraciones de “construcción” de un proyecto político específico ligado a la noción de pueblo”.

Lampadia




El peligro izquierdista

El peligro izquierdista

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

Los grupos terroristas derrotados en el Perú en la década de 1990, Sendero Luminoso y el MRTA, no van a volver a las andadas. Es decir, no van a repetir su intento de tomar el poder a través de la “lucha armada”, la “guerra popular”. Pero ahora varios de sus remanentes, aliados con algunos caudillos, participan en las elecciones y tratan de hacerse del Gobierno por ese camino.

Durante mucho tiempo se ha insistido en la posibilidad de un “rebrote terrorista”, contingencia que en mi opinión es imposible (un atentado se puede cometer en cualquier momento, otra cosa es lo que tuvimos en el Perú desde 1980).

La situación que posibilitó esas aventuras ha cambiado radicalmente en el mundo y en el Perú. Pero, sobre todo, está la experiencia: SL y MRTA fueron aniquilados por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, como todos sus congéneres en América Latina. Saben que por esa vía nunca podrán llegar al poder.

Por eso han variado su estrategia y ahora participan en el proceso electoral con objetivos similares a los que tenían antes, pero sin revelar sus auténticas intenciones.

Abimael Guzmán lo viene intentando desde 1993, cuando propuso un “acuerdo de paz”. Sus seguidores han buscado participar en las elecciones a través del Movadef, pero no lo consiguieron. En 2017 respaldaron la huelga magisterial, que logró movilizar a miles de maestros contra la voluntad de la burocratizada dirigencia del Sutep.

El principal dirigente de esa huelga, hoy día es un candidato en alza. No es un terrorista, como erróneamente lo calificó el Gobierno de aquel entonces –no ha realizado acciones terroristas-. Es un radical apoyado por los seguidores de Abimael Guzmán que pretenden alcanzar objetivos similares a través de las elecciones.

Igualmente, una candidata que tiene en su entorno más inmediato a varios antiguos colaboradores del MRTA y que tuvo directa vinculación con el Gobierno de Hugo Chávez cuando fungía de secretaria de Nadine Heredia, tiene hoy día cierta opción, con el respaldo suicida de parte del estrato A/B.

Por supuesto, sería aceptable que grupos izquierdistas que antes repudiaban la democracia y el libre mercado, rectificaran y se incorporaran al sistema político, como de hecho ha ocurrido en otros lugares de América Latina. El problema radica cuando en realidad no han modificado su pensamiento ni sus objetivos, solo han adoptado una nueva estrategia para hacerse del poder y tratar de implantar el “socialismo del siglo XXI”, una dictadura estatista que hundiría al país en una situación parecida a la de Venezuela.

Obviamente no todos los que están con esos caudillos se dan cuenta de eso. Tampoco todos los que acompañaron a Fidel Castro (o a Hugo Chávez) se percataron de sus propósitos hasta que fue muy tarde y terminaron en el paredón, en la cárcel o el exilio.

La amenaza populista e izquierdista está en la puerta, aprovechando la crisis y el desastre que han causado los ineptos Gobiernos de Martín Vizcarra y Francisco Sagasti, ambos con influencia de esos izquierdistas que hoy secundan a varios de los caudillos que podrían ganar la elección.

Hay que detenerlos. Lampadia




Candidaturas y Vacunación

Candidaturas y Vacunación

Ing. Antonio Pratto
Miembro del Comando Vacuna
Para Lampadia

Estamos exactamente a una semana de las elecciones generales y con encuestas que nos ponen los pelos de punta de ver que los próximos cinco años seguirán siendo complicados para nuestro país. No solo por las propuestas populistas de los candidatos presidenciales sino por el fraccionamiento que tendría el nuevo congreso.

Los planes de gobierno de los diferentes candidatos no presentan propuestas para las grandes reformas que el país necesita en lo político, económico y social. Y mucho menos en la estrategia más básica y urgente que el país necesita para terminar con la pandemia: LA VACUNACIÓN, para que de esta manera se pueda terminar también con la crisis sanitaria y económica que nos agobia desde hace más de un año.

Las propuestas demuestran un desconocimiento de la crisis sanitaria y de lo que significa el proceso de vacunación, pero principalmente una ignorancia absoluta del proceso de adquisición de vacunas. Propuestas disparatadas como la cura del Covid con cañazo y sal, o tomar el avión presidencial a Chile y traerse 10 millones de vacunas, o pedir las fórmulas a los laboratorios farmacéuticos para fabricar las vacunas localmente, entre otras, demuestran el desconocimiento mencionado o una demagogia muy usual en este tipo de campañas. Que el candidato presidencial no conozca en profundidad estos temas podría ser aceptable, pero lo que no es aceptable, y es lo que parece ser, tampoco tienen un equipo de asesores en el área de salud que conozcan del tema, y eso si es preocupante.

Lo que no se han enterado todavía los candidatos es que hay muy poca o casi ninguna disponibilidad de vacunas en el mundo, por los menos en el corto plazo. Según el Global Innovation Center de la Universidad de Duke al 26 de marzo, indica que se ya se han vendido 15.1 billones de dosis a los diferentes países del mundo de los cuales ya se han pagado 8.3 billones de dosis. Sin embargo, la producción sigue siendo insuficiente para abastecer esta inmensa demanda. Esto hace que haya retrasos en las entregas y por consiguiente dificulta tremendamente las negociaciones.

Para que el próximo gobierno, que inicie su gestión el próximo 28 de julio, será demasiado tarde para empezar a diseñar una estrategia para el proceso de vacunación, el actual gobierno es el que debe dejar la estrategia planteada como proponemos más adelante. Lamentablemente la incapacidad e incompetencia, por decir lo menos, de los dos últimos exministros de salud y sus ineficientes equipos de negociadores nos dejaron en la situación tan complicada en la que estamos. No firmaron un solo contrato bilateral con ningún laboratorio y le dejaron la “papa caliente” a este gobierno que está negociando un bien escaso, difícil de conseguir a estas alturas.

Sin embargo, también hay ejemplos de países que lo han hecho muy bien, como Gran Bretaña, Chile, Israel, o Serbia. Comento sobre Serbia porque tuve la oportunidad de trabajar en esa zona de Europa Central y conozco bastante bien la idiosincrasia de su gente, muy similar a la de Perú. Un país pequeño, pero con un ingreso per cápita también similar al peruano, pero con la gran diferencia que ellos manejaron el problema de la vacunación de forma muy eficiente. Una de las claves que explica el éxito de la nación balcánica es la variedad de vacunas que adquirieron con gran anticipación. Además de disponer de dos de las occidentales, la de Pfizer y la de AstraZeneca, también ha adquirido dosis de la rusa Sputnik V y de la china Sinopharm. 

La consecuencia es que ahora mismo Serbia tiene más vacunas que gente dispuesta a ponérselas. Así que ha permitido que residentes de países cercanos como Croacia, Macedonia del Norte, Bosnia o Montenegro puedan desplazarse a suelo serbio para ponerse las inyecciones, provocando gran afluencia de visitantes al país.

Volviendo al Perú, es importante que el actual gobierno siga negociando contratos y los firme a la brevedad posible, aparte de las 48 millones de dosis ya contratadas. La situación de la pandemia tiene por lo menos para 1 o 2 años más y no debemos caer nuevamente en la incapacidad de firmar contratos en el momento que se deban hacer.

Si este gobierno quisiera salir el 28 de julio con la frente (medianamente) en alto, está en la obligación de firmar 4 o 5 contrato bilaterales, como lo propusimos desde junio del año pasado, para comprar por lo menos 80 millones de dosis de vacunas, con un cronograma estricto de suministro y un cronograma de vacunación ordenado por edades, por fechas y lugares de vacunación de toda la población adulta mayores de 18 años, y que el próximo gobierno se comprometa con la ejecución eficiente de este proceso.

Este sería el mejor legado que podrían dejarle a la ciudadanía quien tiene el derecho de recibir información ordenada y certera de manera que disminuya su ansiedad e incertidumbre. Una forma también de recuperar confianza y credibilidad que últimamente es prácticamente inexistente en el gobierno de emergencia y transición. La ciudadanía les quedaría eternamente agradecida. Lampadia




El circo de los candidatos presidenciales

El circo de los candidatos presidenciales

A solo semana y media de las elecciones presidenciales y congresales, los candidatos con mayor probabilidad de convertirse en gobierno destacan por sus propuestas populistas y carentes de buenas ideas que ayuden a paliar tanto económica como sanitariamente la crisis en la que nos vemos caído por la pandemia. El debate se ha tornado en muchos casos un circo de ataques y poca sustancia en lo concerniente a políticas públicas que propendan bienestar a los peruanos. Y como es costumbre con la izquierda decimonónica en nuestro país, sus planes amenazan con socavar las propias bases de nuestro modelo de desarrollo.

A esto se suma además lo que un reciente artículo publicado por The Economist deja muy en claro: la poca representatividad que estos candidatos exhiben en las encuestas y cómo un porcentaje todavía bastante alto de la población peruana (30% aprox.) no tiene todavía decidido su voto. El escenario de un Ejecutivo con minoría en el Congreso que además estaría fracturado parece inminente.

Sin embargo, consideramos que es ese porcentaje de indecisos el que aún está abierto a escuchar un verdadero debate desde los medios y demás líderes de opinión sobre las propuestas que nuestro país necesita para salir de la presente crisis.

Al respecto The Economist enfatiza: “El país está pidiendo a gritos una habilidad política que parece poco probable que obtenga. Ha sido golpeado por la pandemia. El año pasado su economía se contrajo un 11% y el desempleo subió al 13,8%. En relación con su población de 33 millones, Perú ha registrado más muertes por covid que en cualquier otro lugar de América del Sur.”

El escenario al que nos enfrentamos tan complejo debería pues no solo inducirnos a descartar los candidatos que coquetean con políticas trasnochadas, populistas e intervencionistas que nos llevaron al estancamiento prolongado de 30 años de nuestra economía a fines de los años 80. También debería llevarnos a abrazar las ideas de la libertad, y de la cooperación con el sector privado y la sociedad civil para superar la crisis, como lo hicimos en su momento tras esas épocas oscuras en décadas pasadas. El impulso de la inversión privada como motor del crecimiento y generación de empleo debe pues volver al debate, así como el apoyo del sector privado en la vacunación y la atención sanitaria para el aislamiento de contagios son fundamentales.

Esperemos que los candidatos, inclusive los del ala radical de izquierda moderen sus propuestas, aún cuando sea en la segunda vuelta.

Sólo volviendo a invertir en infraestructuras y proyectos productivos, podremos recuperar la última década perdida del 2011 al 2020. Lampadia

La opción menos mala
En la carrera presidencial de Perú no hay un claro favorito

Dieciocho candidatos luchan en las elecciones generales del 11 de abril.

The Economist
27 de marzo, 2021
Traducida y comentada por Lampadia

A menos de tres semanas de las elecciones presidenciales de Perú, las encuestas de opinión sugieren un claro ganador: un rechazo nihilista de los 18 candidatos. Sume los “no sabe” y los que les dicen a los encuestadores que emitirán votos en blanco o nulos y llegan a alrededor del 30%. Pero dos personas deben pasar a una segunda vuelta en junio. La mayoría de los candidatos con buenas posibilidades de hacerlo son populistas y outsiders, tanto de izquierda como de derecha.

Yonhy Lescano, un populista de izquierda y un veterano del Congreso de 20 años, es el único candidato que realiza una encuesta en dos dígitos (alrededor de un miserable 13%). Representante de Acción Popular, un partido de larga data, pero amorfo, quiere más intervención estatal en la economía y le gusta el aspecto de lugares como Bolivia (que la tiene). Promete una mayor fiscalización de las empresas y frenar los proyectos mineros si no cuentan con el apoyo de la población local.

Luego está Rafael López Aliaga: desconocido hasta hace unas semanas, ahora tiene un 8% en las urnas y está subiendo rápido. Hombre de negocios que es miembro del Opus Dei, un movimiento católico conservador, se jacta de su celibato y de cómo se flagela a sí mismo. Sus críticos lo ven como una versión peruana del brasileño Jair Bolsonaro (él lo niega). Quiere recortar la burocracia, reformar los programas sociales y expulsar a una constructora brasileña, Odebrecht, que ha sido objeto de varios escándalos de corrupción.

Otro contendiente es George Forsyth, ex portero de fútbol y alcalde, quien ha prometido que, si gana, será duro con el crimen. Habiendo liderado durante mucho tiempo las encuestas de opinión, el apoyo de Forsyth ha decaído recientemente. Los oponentes dicen que su juventud (tiene 38 años) y su inexperiencia lo hacen mal equipado para la política rudo y desordenada de Perú, que se parece más al rugby que al fútbol. Verónika Mendoza, socialista, y Keiko Fujimori, populista de derecha, también tienen posibilidades de llegar a la segunda vuelta.

El que gane se enfrentará a un Congreso fracturado, también a ser elegido el 11 de abril. Sus 130 miembros podrían dividirse entre hasta 11 partidos. Desde 2016 las tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo han sido una característica constante de la vida política y el país ha tenido cinco presidentes.

Un grupo tan poco distinguido de candidatos presidenciales no es nada nuevo. En 2011 Mario Vargas Llosa, novelista premio Nobel, se quejó de que en las elecciones de ese año los peruanos tenían que elegir entre “sida y cáncer”. La espantosa broma de Vargas Llosa se refería a dos candidatos que consideró que serían particularmente dañinos: Fujimori y Ollanta Humala, un ex golpista que ganó y que también se postula nuevamente este año.

El país está pidiendo a gritos una habilidad política que parece poco probable que obtenga. Ha sido golpeado por la pandemia. El año pasado su economía se contrajo un 11% y el desempleo subió al 13,8%. En relación con su población de 33 millones, Perú ha registrado más muertes por covid que en cualquier otro lugar de América del Sur. Como declara el título de una de las novelas recientes de Vargas Llosa, estos son tiempos feroces. Lampadia




La ola populista

La ola populista

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

La última propuesta de Verónika Mendoza es nacionalizar el gas de Camisea, con lo cual liquidaría las posibilidades de inversión privada en hidrocarburos. De hecho, las trabas burocráticas y los conflictos sociales ya han disminuido sensiblemente la exploración y, como en ocasiones anteriores, la riqueza sigue bajo tierra sin que nadie la aproveche, mientras millones de peruanos caen en el desempleo y la pobreza.

Y es precisamente Mendoza, la heredera y continuadora de los grupos de izquierda que en la década de 1980 impidieron la explotación del gas de Camisea, la que tiene la desfachatez de insistir en su fracasada fórmula.

Como recordé en otro artículo (“Campañas de divulgación y política”, Lampadia, 4/2/21), en el primer gobierno de Alan García, las izquierdas que eran muy fuertes en el Parlamento realizaron una feroz campaña para impedir que la empresa Shell, una de las más grandes e importantes del mundo, que había descubierto los yacimientos de Camisea luego de invertir muchos millones [400 millones de dólares] de dólares, lo explotara.

Triunfaron y perjudicaron al país, pues recién el 2001, en el gobierno de Alejandro Toledo, y gracias al empuje de los ministros Jaime Quijandría y Pedro Pablo Kuczynski, el proyecto se reinició y en solo tres años se puso en marcha, se construyó el gasoducto y se empezó a producir electricidad abundante y barata que fue fundamental para posibilitar el espectacular crecimiento de más de una década que tuvo el Perú.

No es casualidad que uno de los líderes que destruyó la posibilidad de explotar Camisea en la década de 1980, Manuel Dammert, diputado de la Izquierda Unida en esa época, fue congresista de Ollanta Humala durante su gobierno -su lema fue “balón de gas a 12 soles”-, y después en el grupo de Verónika Mendoza el 2016.

Ni que decir del compromiso de Mendoza para impedir el desarrollo de Tía María e indultar a los lentejeros que han sido sentenciados por el Poder Judicial.

En suma, los mismos que causaron un enorme daño al país paralizando la posibilidad de explotar el gas y deteniendo el desarrollo de la economía, hoy, cuando gracias a que el Estado permitió que la iniciativa privada realizara una obra que ha beneficiado largamente a los peruanos, vuelven a tratar de destruir y arruinar lo que se ha avanzado debido a la colaboración pública-privada.

Y desgraciadamente los que se presentan abiertamente como izquierdistas y estatistas no son los únicos. Yonhy Lescano, de Acción Popular, que encabeza las encuestas, también pretende volver a una variante de nacionalización de la minería y, por supuesto, quiere una nueva Constitución, señal que identifica claramente a los populistas de izquierda.

George Forsyth también cree haber descubierto una mina de votos en este tema y dice “que se revisarán los contratos de mineras”. (“Gestión”, 16/3/21).

El asunto es que la ola populista izquierdista está creciendo y cada vez más candidatos se suben a ella. Si alguien cree que esa ola amainará el día de las elecciones y que en un posible gobierno populista no harían lo que ahora anuncian, se están equivocando. Serían probablemente peores. Lampadia




Kermesse electoral

Kermesse electoral

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas
Para Lampadia

Desde 1995 hasta el fallido gobierno de Humala, el Perú y los peruanos gozamos de un gran desarrollo y crecimiento económico ininterrumpido. En ese periodo, la clase media se duplicó, la pobreza se redujo de 58% al 20%, nuestras exportaciones crecieron exponencialmente gracias a los tratados de libre comercio y nuestra macroeconomía se convirtió en la envidia de la región.

Dada esa ¨bonanza¨ que vivíamos con mucho entusiasmo y concentración, no nos percatamos que la peligrosa clase política populista comenzó a tomar posiciones de a pocos y así comenzaron a llegar los gobiernos y los congresos irresponsables, indecisos, corruptos, inmorales y mentirosos e iniciaron el retroceso y el hundimiento del país. ¿Por qué permitimos que sucediera esto? ¿Somos masoquistas, conformistas o las dos cosas?

El próximo 11 de abril se llevarán a cabo las elecciones presidenciales y congresales que sin duda alguna serán tristemente recordadas por varios motivos. Entre ellos por que se realizó en medio de una pandemia. Pero también por ser la del mayor ausentismo, la de la peor y mas larga lista de candidatos presidenciales, la de menor votación válida y posiblemente también pasará a la historia por ser la elección en la que se eligió a un presidente y a un congreso que terminaron de hundir al Perú.

Esta afirmación que parece exagerada está muy cerca de ser una realidad y lamentablemente no se está haciendo nada para evitarlo. La pasividad y el conformismo nuevamente nos dominan.

Hay muchas causas por las cuales este proceso electoral mas parece un festival o una kermesse. Entre ellas las interesadas normas electorales vigentes y sus malos reguladores; la pobreza de candidatos; los vergonzosos medios de comunicación; las nefastas redes sociales y finalmente la pasividad de los electores.

Las infames normas que rigen actualmente el proceso electoral han sido hechas a la medida de estos malos políticos, para favorecer sus perversos intereses personales. Pero lo que es inadmisible es que han ignorado descaradamente el mandato de reforma que les fue ordenado por la población mediante el referéndum del 2018. Sólo cambiaron lo que les convenía. ¿Qué se ha hecho al respecto? Absolutamente nada.

Luego están los impresentables reguladores electorales que una vez mas han tenido una infame actuación con decisiones al margen de la ley, permitiendo la participación de personajes que han incumplido normas y excluyendo a otros por temas mínimos de forma. ¿Qué se ha hecho al respecto? Absolutamente nada.

La tercera causa de esta kermesse electoral es la absurda relación de candidatos, la cual no solo es larga sino mediocre. Muchos de ellos tienen antecedentes reñidos con la justicia y/o con la ética. Varios con largas trayectorias políticas negativas o insignificantes. Otros que siguen tratando de inculcar ideologías trasnochadas y fracasadas, pero que son fáciles de vender y la mayoría de ellos sin experiencia relevante como líder. Es decir, otra vez estamos en la situación de escoger al menos malo, sino que esta vez será mucho mas difícil aún.

Como si esto no fuera suficiente, los medios de comunicación pocas veces han cubierto un proceso electoral a un nivel tan bajo. Esto se debe a una desesperada defensa del formato tradicional frente al fenómeno de las redes sociales. En vez de levantar el nivel y diferenciarse, han preferido descender a la altura informal de las redes y dedicarse al chisme, a las medias verdades, a los escándalos y en general a la noticia barata.

En época electoral, la prensa seria y profesional tiene el deber moral de informar y educar a la población con imparcialidad, veracidad y transparencia y no de confundirla tendenciosamente. Esto atenta contra la ética profesional.

Con mucha frustración vemos que los medios, lejos de cumplir con este deber, se dedican a destrozar las imágenes de los candidatos ya sea escarbando temas personales o magnificando sus defectos para ridiculizarlos. El objetivo es desacreditar y ¨tumbar¨ a los candidatos que no son de su preferencia y elevar la imagen de un candidato determinado, ya sea por preferencia ideológica o por puro mercantilismo.

Este tipo de periodismo desvergonzado es otra forma de corrupción, que nos hace recordar a la famosa prensa ¨chicha¨ de Montesinos.

Para educar e informar al electorado, la prensa profesional debería publicar los planes de gobierno de los candidatos comentados por analistas serios y de diferentes tendencias. Las entrevistas en vivo también deben enfocarse en el análisis de los planes y de las ideas que tengan para enfrentar y resolver las diferentes crisis que agobian al país.

Finalmente, los electores también somos parte de este festival electoral. Aquí hay dos frentes, la gran mayoría que es muy pasiva y conformista y una minoría que de una u otra manera se interesa y opina.

El primer grupo es muchísimo mas grande ya que a la gran mayoría le es indiferente el proceso y les da lo mismo por quien votar y quien es elegido. Estas personas generalmente deciden su voto la semana previa o hasta en la cola de votación y generalmente son los que deciden el resultado final.

Se sabe que el 40% del electorado decide el último mes y la mitad de ellos la última semana. Este gran contingente de electores pasivos, son los que deberían ser educados y bien informados por la prensa seria y por nosotros mismos para que no desperdicien su voto.

El grupo de los que se informan y opinan generalmente tienen decidido su voto desde meses antes. Sin embargo, en esta elección el tema es mucho mas complejo por que muchos de ellos tienen un anti voto muy grande.

Este grupo se caracteriza por una marcada intolerancia y por un mayor uso de la emoción vs. la razón. Esto genera pérdida de objetividad y por ende una gran polarización que es muy nociva.

A esto se le suma la negativa influencia de los agresivos, destructivos y parcializados comentarios en las redes sociales, que responden a ideologías fanáticas o al mercantilismo.

¨Sabemos claramente por quien no votar, pero no por quien votar¨.

En vez de dejarnos influir por esta kermesse electoral, deberíamos informarnos bien, usar la razón en vez de la emoción y haciendo un gran esfuerzo mental tratar de encontrar cual de los candidatos podría hacerlo mejor, a pesar de sus deficiencias. Dicho de otra manera, quien podría hacerlo ¨menos peor¨.

¿Seremos capaces de manejar nuestra intolerancia y escoger con inteligencia al menos malo? ¨That is the question¨.

No creo que haya nadie en el Perú que no reconozca y quiera volver a vivir los éxitos que tuvimos en el periodo 1995 – 2012. Los que no lo sienten así es porque son mezquinos o porque se sienten realizados con el caos y el malestar de sus compatriotas. Dejemos de lado esta absurda kermesse electoral, informémonos bien, eduquemos a los indiferentes y a los confundidos y votemos con cabeza fría y mucho patriotismo por nuestro querido Perú. Lampadia




¿Por qué no podemos mantener un esfuerzo continuo?

¿Por qué no podemos mantener un esfuerzo continuo?

 

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Es increíble cómo van cayendo uno a uno todos los principios básicos del crecimiento económico y del desarrollo institucional. Vale preguntarse por qué el Perú no puede mantener una disciplina conceptual y un esfuerzo acumulativo continuo más allá de cierto tiempo. Corrigiendo los errores, pero manteniendo y hasta mejorando el rumbo.

Una hipótesis es que la pandemia produjo tal impacto que relajó todos los preceptos. El populismo y el clientelismo estuvieron siempre agazapados, pero saltaron sobre su presa con el pretexto de la situación creada por el COVID 19.

El caso más reciente en el que el país apenas pudo mantener un esfuerzo constructivo –débil por lo demás- de 7 años, ha sido el de la implantación de la meritocracia en el Estado vía el tránsito al régimen de la ley de Servicio Civil. Un proceso complejo que requería de voluntad política y que quizá debió simplificarse. Ahora pasó a la historia con la ley insistida por el Congreso que elimina el régimen CAS y convierte a todos los CAS en empleados permanentes sin meritocracia y con estabilidad absoluta. Adiós el proyecto nacional de construir un Estado meritocrático.

En el caso de los pilares del crecimiento económico pudimos mantener milagrosamente una continuidad de 30 años. Pero ese ciclo estaría llegando a su fin. El Congreso le ha infligido golpes que podrían ser terminales. La estabilidad macroeconómica, pilar fundamental, ha sido socavada con leyes que incrementan el gasto fiscal permanente en casi 6 puntos del PBI al mismo tiempo que reducen la recaudación fiscal con leyes que dañan motores económicos, reduciendo el crecimiento potencial.  

Principios básicos como la libertad de precios y la libertad económica han sido afectados.

Se ha abierto el camino al intervencionismo estatal en la economía. Y ya sabemos a dónde conduce eso. Pablo Bustamante ha recordado que, a diferencia de Chile, Colombia y otros países de la región, el Perú tuvo una caída profunda en la pobreza económica en los 70 y 80 debido al estatismo proteccionista. (Ver en Lampadia: Desarrollo interruptus). Si hubiésemos seguido la línea continua de crecimiento abierto y de mercado que con breves interrupciones teníamos desde comienzos del siglo pasado, hoy estaríamos por encima de Chile. Pero caímos en el profundo pozo del intervencionismo estatal que, paradójicamente, redujo el Estado a su mínima expresión a fines de los 80.

Parece que vamos a volver a caer, como si no hubiésemos aprendido nada. Lo que hemos tenido en los últimos 30 años ha sido justamente un proceso de reconstrucción del Estado y sobre todo de crecimiento económico sano y competitivo, limitado en la última década por regulaciones crecientes que fueron restaurando una suerte de intervencionismo estatal de baja intensidad. Es que, confiando en que el modelo es potente, se les cuelgan cada vez más obligaciones, requisitos y cargas a las empresas, hasta que ya casi no pueden caminar. Por eso lo que el modelo no pudo resolver fue la alta informalidad. Para resolverla, había que restablecer los grados de libertad económica conculcados y empoderar tecnológicamente a los pequeños.

Lo que se viene podría ser peor. Si Yonhy Lescano es elegido presidente, lo que tendríamos, según sus promesas y su plan de gobierno, sería el puntillazo final a los principios básicos del crecimiento y a sus motores principales. Comenzando por la minería, que será nacionalizada a la boliviana, y sus contratos renegociados. No vendrá más inversión minera, así como en Bolivia nunca llegó más inversión gasífera, lo que la dejará sin reservas en 10 años.

Se consolidará la intervención en el sistema de precios con la obligación al Banco Central de poner topes a las tasas de interés, lo que alejará el crédito formal de los pequeños, expulsándolos al agiotismo y cortando el avance a la inclusión financiera y a la formalización económica.

Más grave aún: se afectará la autonomía del Banco Central, sustento de la estabilidad macroeconómica del país.

El principio de subsidiariedad de la actividad empresarial del Estado –base también del crecimiento- será dejado de lado. Se crearán empresas públicas en sectores “estratégicos” como la aeronáutica y seguramente el gas, y convertirá al Banco de la Nación en un banco comercial público, tal como ha anunciado. 

Además, se empezará a introducir formas de protección rentista a sectores productivos (industriales, agricultores), como también ha prometido.

En suma, un retroceso a una forma menos radical del estatismo de los 70 y 80.

En lugar de eliminar sobre regulaciones y restablecer libertad económica y más competencia para devolverle velocidad al crecimiento, y de reformar el Estado para tener servicios públicos eficientes, se ofrece lo contrario. La ruta al abismo nuevamente. Lampadia




¡Qué mueran los ricos!

¡Qué mueran los ricos!

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

El absurdo argumento del presidente Francisco Sagasti vertido en una entrevista el domingo pasado, entrará a la antología de las canalladas dichas y hechas durante la pandemia, junto con la vacunación clandestina de Martín Vizcarra, y la de ministras y otros funcionarios del Gobierno de Sagasti.

Para negar la posibilidad de la importación de vacunas por empresas privadas sostuvo que por “equidad” no quería que el que tiene plata se vacune y que el que no tiene no lo haga. Un argumento usual de las izquierdas contra los privilegios de los ricos. En este caso, entran en la categoría de privilegiados, ricos, acaudalados, opulentos, millonarios, aquellos peruanos que pueden disponer de 35 soles para eventualmente administrarse una vacuna rusa Sputnik V que cuesta eso. O de 70 soles, para las dos dosis y quedar a salvo del virus.

Sin duda el académico Sagasti, un connotado intelectual de izquierda, acaba de establecer una nueva línea divisoria entre ricos y pobres, donde entran en la primera categoría todos aquellos que para salvar su vida están en condiciones de invertir 70 soles en una vacuna.

Naturalmente, todo esto es una quimera, pues el Gobierno se niega a autorizar el uso de la vacuna rusa en el Perú, vacuna que ya está acreditada en decenas de países y tiene una eficacia superior a la china que ha adquirido Sagasti en condiciones oscuras y cuestionables.

Es decir, los peruanos ricos, los que tienen más de 70 soles, no tienen la opción de vacunarse con la importación de vacunas por empresas privadas y tendrán que esperar -y seguir muriendo- mientras que la ineficiente gestión de Sagasti pueda traer más vacunas chinas y administrarlas con una lentitud e indolencia digna de un Gobierno de intelectuales de izquierda.

En realidad, la obstinada negativa de Sagasti a permitir que otros importen vacunas parece explicarse no solo por su ceguera ideológica sino también, como ha señalado Ernesto Bustamante, por corrupción.

Si empresas privadas -o gobierno regionales o municipales- pudieran traer vacunas a un precio menor que las que ha comprado el Gobierno, sería una evidencia que se ha estado pagando un sobreprecio que solo se explicaría por lo que muchos están sospechando ya.

Además, si las empresas privadas pudieran vacunar a sus trabajadores más rápido que la lentísima maquinaria estatal, también quedaría al descubierto su deficiente gestión.

Por lo demás, probablemente muchas empresas privadas estarían dispuestas a vacunar gratuitamente a sus trabajadores, lo que sería un golpe demoledor a las ideas populistas e izquierdistas de los actuales gobernantes y varios candidatos, que sostienen la teoría de la maldad intrínseca del capitalismo.

Así, mientras siguen muriendo peruanos que podrían vivir si Vizcarra y Sagasti hubieran comprado vacunas de calidad a tiempo -como hizo Chile-, estamos entrampados en discusiones absurdas sobre como no favorecer a aquellos ricos que pueden disponer de 70 soles. Lampadia 




Un funcionario ejemplar

Un funcionario ejemplar

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

El deceso de Renzo Rossini, Gerente General del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), ha causado consternación. Rossini desarrolló toda su carrera en el BCRP y fue escalando meritocráticamente hasta ocupar el más alto cargo que puede ostentar un funcionario de carrera.

Rossini fue uno de los artífices de la estabilidad económica que ha vivido el Perú las tres últimas décadas, que permitieron el crecimiento sostenido más largo e importante del que se tenga memoria, que sacó de la pobreza a millones de peruanos y fue fortaleciendo una clase media que ahora está nuevamente en peligro de consunción.

Renzo Rossini es el ejemplo de funcionario público que debería tener el Perú. Un hombre capaz y honesto, con las mejores calificaciones académicas, con una trayectoria impecable a lo largo de varias décadas en la misma institución, que ocupó paulatinamente cargos cada vez más importantes por sus propios méritos.

Eso fue posible porque la autonomía del BCRP permite que funcionarios como Rossini permanezcan en la institución y que asciendan los mejores. Naturalmente, eso se compensa con salarios y prestaciones adecuados a la calidad de los empleados, para evitar que migren a otras empresas. Es decir, más o menos lo contrario a lo que ocurre en el resto de la administración pública.

En el Perú, a diferencia de los países desarrollados, casi no existen funcionarios de carrera de alto nivel que permanezcan establemente en sus cargos durante varios períodos. Cuando cambia el Gobierno o, peor aún, cuando cambia el jefe del sector, se modifica toda la estructura de la entidad.

La pérdida de Rossini es hoy más lamentable aún, porque el Perú sufre una ofensiva del populismo y el izquierdismo que amenazan las bases fundamentales de la estabilidad y el crecimiento. Y precisamente el BCRP es uno de los blancos favoritos de la media docena de candidatos que atacan la estabilidad.

Ellos coinciden, por ejemplo, en modificar total o parcialmente, la Constitución, que es la que garantiza, entre otras cosas, la autonomía del BCRP. Y por ejemplo, lo que establece el artículo 84°, “El Banco está prohibido de conceder financiamiento al erario”, sería una de las primeras cosas que cambiarían.

La candidata de extrema izquierda Verónika Mendoza lo ha dicho, ella emitiría moneda descontroladamente, con lo cual llegaríamos a una situación similar a la de fines de la década de 1980 o la que ahora vive Venezuela. Y varios otros harían lo mismo.

También hay que recordar que el Congreso anterior, disuelto por Martín Vizcarra con los aplausos entusiastas de los medios de comunicación y grupos que lo respaldaban, actuó responsablemente eligiendo como directores del BCRP a Elmer Cuba, Rafael Rey y José Chlimper y ratificando a Julio Velarde en la presidencia. ¿Se imaginan a quienes elegiría el Congreso actual que regaló al Perú Vizcarra y la coalición que lo respaldaba?

El mejor homenaje a Renzo Rossini será impedir que quienes quieren destruir lo que el contribuyó a edificar lleguen al poder. Lampadia