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Mercado: para reducir la pobreza y la desigualdad

Mercado: para reducir la pobreza y la desigualdad

En la reciente recomendación del FMI para reducir la desigualdad, sigue basada las transferencias monetarias condicionadas y la elevación de impuestos. Estas recomendaciones generales no son aplicables a todos los países por igual y, contradicen y debilitan al mercado, responsable histórico del gran avance de la reducción de la pobreza y la desigualdad en el mundo emergente, durante las últimas décadas.

Luego de una iniciativa propuesta por la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, la instituciónconcluyó que la desigualdad es el principal factor de riesgo para el crecimiento económico de corto plazo, esta preocupación sin embargo surge, luego de varios años de estancamiento económico y elevados niveles de desempleo en los países desarrollados, que ha incrementado el nivel de desigualdad. Sin embargo,la realidad es muy distinta en los países emergentes, abiertos a la economía global (ver La desigualdad en perspectiva), que gracias al mercado han podido acelerar su crecimiento y reducir la desigualdad. Dentro de ellos, el Perú, que lidera la reducción de la desigualdad.

Desde la pos-guerra, los organismos internacionales como el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), hicieron un gran esfuerzo para producir recetas globales y efectivas para reducir la pobreza. Lamentablemente el éxito fue muy relativo y ha sido criticado, muchas veces, como un desperdicio de recursos.  Esto, a pesar de sus diversos programas de apoyo a los gobiernos de los países pobres, ya sea mediante el financiamiento de grandes proyectos de infraestructuras, créditos concesionales, comisiones técnicas ytodo tipo de fórmulas para el crecimiento.

El FMI era el experto en elaborar recetas económicas, de ajuste, para dar solución a países en problemas que tocaban sus puertas para acceder a sus créditos (lo llegó a hacer la Gran Bretaña laborista pre-Thatcher).

Durante los últimos 30 años, la pobreza en el mundo se ha reducido sustancialmente, gracias al crecimiento del mercado, gatillado, en buena medida, por la transformación de China, (entre1981 y 2010, sacó a 680 millones de personas de la miseria y redujo la pobreza de 84% en 1980, a un 10% actual, ver Hacia el final de la pobreza).

El riesgo implícito del gasto social es su carácter pro-cíclico, ya que una caída en la economía deja sin recursos a dichos fondos, lo que incrementa el impacto negativo de una recesión en los más pobres.

Mientras tanto, los organismos internacionales encontraron la “panacea” para reducir la pobreza: los programas de transferencias condicionadas. Tres ejemplos son: Oportunidades en México, Bolsa Familia en Brasil y Juntos en el Perú). Esta nueva “solución” tomó cuerpo con la mayor disponibilidad de recursos, dado el salto en el crecimiento de la economía global y el aumento del precio de los commodities.

Varios de estos proyectos han tenido todo tipo de problemas en su aplicación: falta de control para la condicionalidad, fomento de comportamientos disfuncionales en los propios pobres y en las autoridades, desincentivos a los esfuerzos productivos que son más sostenibles y han generado nuevas fuentes de corrupción. Asimismo, son fuertemente criticados por su carácter asistencialista, que luego puede ser usado políticamente.

En el caso del Perú, han servido de disculpa para no apoyar, y a veces hasta para combatir, programas de asistencia productiva, como el de Sierra Productiva, que son mucho más amplios en su impacto, sostenibles y, fundamentalmente, a diferencia delos programas de distribución monetaria, brindan lo más importante, dignidad y autoestima.

El campeón de las transferencias condicionadas es Brasil, que bajo el gobierno de Lula da Silva (2003), promovía la consigna que primero era la redistribución. En una entrevista realizada a Lula durante una de sus visitas al Perú podemos apreciar cosas muy interesantes:

JdlP: (…) se debate el futuro de los programas de transferencia condicionada y la focalización, porque la desigualdad es resistente y porque se universaliza poco los derechos.

Lula: No, y espero que mi amigo Alan García lea la entrevista porque voy a contar una divergencia que hubo entre nosotros, porque yo pensaba que podríamos empezar a distribuir a través de políticas sociales al mismo tiempo que la economía crecía. Alan creía que primero era necesario que la economía creciera para distribuir. En Brasil, el resultado concreto es este: nosotros logramos sacar a 16 millones de la pobreza extrema y 40 millones de personas ascendieron a la clase media de las clases llamadas D y E, creando alrededor de 20 millones de empleos formales en 10 años. Ese es el resultado de la combinación de políticas públicas que no esperó el crecimiento de la economía sino que fue haciendo las cosas al mismo tiempo.

 

Cifras, no palabras:

Desde entonces, la situación de Brasil ha debilitado sustancialmente. No logra controlar la inflación, el crecimiento se ha caído, y registradéficits fiscales superiores al 2% del PBI.

El Perú sigue creciendo con una de las mejores performances de la región. Según la CEPAL, el Perú cuenta con menor desigualdad (0.458),que México (0.48), Chile (0.52), Colombia (0.58) y Brasil (0.58).La mejor recomendación del FMI, para el Perú, es mejorar la  educación y la salud.

No se trata de negar la importancia de un Estado fuerte, pero  como lo señalan Yamada y Casto (2012), la reducción de la desigualdad de los últimos años en el Perú, se debe en un 75% al crecimiento de la economía y en 25% a los programas sociales.(Libre mercado reduce la desigualdad en el Perú).

Usemos los programas asistenciales de transferencias condicionadas cuando no tengamos otra opción, pero no basemos en ellos, la superación de la pobreza. Más bien recobremos el ritmo de inversión privada. Lampadia




Entre el amor y el deseo: De campesinos a productores

Entre el amor y el deseo: De campesinos a productores

Vidal Pino Zambrano, Especialista en desarrollo rural. Marzo del 2014.

Algunos pensadores o entusiastas del “mundo andino”, destacan como parte de su tradición tres valores fundamentales: el munay (amar o ternura), el llankay (trabajar) y el yachay (conocimiento) y adicionan el adjetivo calificativo allinta que significa hacerlo bien, con la finalidad de explicitarlo, realzarlo y darle una cualidad, lo que termina derivando en allinta munay (ama con pasión), allinta llankay (trabaja con ahincó) y allinta yachay (aprende y comunica con el mayor vigor), este último también hace evocación y enfatiza los aspectos espirituales e intelectuales, de los andinos.

Más allá, de la valides histórica de estos valores, lo cierto es que estos se vienen generalizando. Lo concreto es que se están asumiendo como valores históricos.

El objetivo de la presente nota, no es poner en discusión la validez de los mismos, sino mas bien hacer hincapié o insistencia, en la disquisición de dichos valores y particularmente en la noción o el principio del munay, que se interpreta, erróneamente, como únicamente amor, cariño o ternura y se soslaya o esquiva el énfasis de valores como desear, apetecer y anhelar.

Munay es también deseo. El deseo, entendido como anhelar, sentir ganas, aspirar a algo, es la movilidad entre el afecto y la esperanza, es el afán a tener una mejor condición de vida, mejorar su sistema de producción, mejorar el rendimiento de plantas y animales, es mejorar ingresos. Es el anhelo de un día poder ganar un concurso en una feria, a poder tener un establo con vacas mejoradas, a disfrutar más tiempo con su pareja, a que sus hijos se eduquen y tengan buena salud, etc.

Hace algunos años, en una comunidad campesina de Ayacucho, hicimos un ejercicio con mapas parlantes (dibujos hechos por los campesinos sobre papeles de un metro cuadrado) y la pregunta era ¿Cómo ven ellos su comunidad y su “chacra” dentro de 20 años), todos dibujaron los campos con arboles (lucha contra la erosión), animales mejorados (mayor producción de leche y carne), riego por aspersión (mejor uso del agua), un tractor (mecanización), las casas con agua, desagüe y luz, buena carretera para que vengan los comerciantes y los colegios amplios con aulas conectadas al internet y una plaza bonita. Evidentemente todo este deseo, apetencia y anhelo, no era para las calendas griegas, sino que querían cumplirlo en no más de 20 años. En tal sentido, eran deseos que tenían que ser realizables, no eran sueños ni utopías inalcanzables. Querían ahora, por lo tanto eran muy vivos y actuales y definitivamente contrarios a la pasividad y/o idealización bucólica de la vida campestre del “mundo andino”.

Entonces estos mapas parlantes, nos ayudaron a distinguir la complejidad de los deseos expresados en casi todo el sistema de vida familiar y colectivo de la comunidad, todas ellas como necesidades acuciantes y al mismo tiempo con la posibilidades de lograrse en un tiempo no muy extenso, es decir operable y a su vez que se pueda cumplir más de un deseo al mismo tiempo.

Hay una nueva realidad, incontestable e irrefutable, que remueven tanto teórica comoprácticamente, los conceptos tradicionales de desarrollo y particularmente de desarrollo rural y al interior de estos el desarrollo de las comunidades campesinas y los diferentes grupos étnicos que habitan particularmente en la amazonia. Todas estas poblaciones están reinventando sus sistemas de relaciones entre su cultura, la identidad y el patrimonio, contrariamente a las propuestas que vienen desde las “elites intelectuales” ellos las están dinamizando desde su visión y “recogen de la sociedad global” todo lo que puede ser útil y dinamizador.

En tal sentido, para ellos la cultura, no es un aspecto a considerar en el desarrollo, sino el referente que vertebra y le da unidad y dinamismo al resto de las dimensiones, en el continuo flujo con los diferentes factores externos. Así pues, son culturalmente, sociedades muy abiertas.

Contrariamente a quienes proclaman la pasividad, la idealización del mundo bucólico de la campiña y el ascetismo que no hace sino perpetuar la pobreza, para las poblaciones la esperanza es calmar sus deseos de felicidad y tratar de cumplirlos en los próximos años y no esperar como una utopía inalcanzable, o que solo será tarea de las generaciones futura, ellos quieren ya y ahora, cuanto antes mejor.

En ese sentido, el principio del deseo está también ligado al sueño, a la utopía realizable, ya que se trata de un estado complejo que dará el fruto basado en el esfuerzo y la entrega para generar riqueza, que es el primo hermano del bienestar.

Las políticas de desarrollo y, particularmente las políticas y, las intervenciones en el sector rural, lo que tienen que hacer es acompañar y elevar el nivel del deseo, elogiarlo en vez de ocultarlo predicando su virtud como creadora de riqueza y no quedarse en la ternura que inspira el paisaje andino y rural.

Ver ensayo completo en: http://www.lampadia.com/archivos/Articulo_Vidal_Pino_Z.pdf




Reflejan un gran cambio sobre las necesidades del Perú

Reflejan un gran cambio sobre las necesidades del Perú

En la última encuesta de Ipsos publicada por El Comercio revela, casi como un pie de página, al nuevo Perú. Al preguntar: “Tras la sentencia dada por la Corte de la Haya, ¿cuál cree que debería ser el tema prioritario para el actual gobierno?” El 26% de la población indica,  “mejorar la calidad de la educación; 22%, mejorar la seguridad ciudadana, 20%, fomentar el crecimiento económico, 16%, combatir la corrupción, y 7%, mejorar el sistema de salud.

Estos datos demuestran que la agenda de los peruanos ha cambiado significativamente. Tan solo unos años atrás, los temas prioritarios eran: empleo, sueldos, aumento de precios y pobreza. Asuntos básicos para la subsistencia. Hoy en cambio, lo que preocupa son mejoras en los servicios sociales: educación, seguridad, salud. Y, claro seguir fomentando el crecimiento económico y evitar la corrupción.

Esta es una nueva constatación de que la clase media y sus demandas (educación de calidad, salud, seguridad), son mayoritarias. Tales exigencias no pueden ser consideradas como de una nación en la que la mayoría de la población se halla en una situación vulnerable o de pobreza. Por el contrario, estamos viendo el nuevo rostro del Perú: Un país emergente y sin complejos, de ingresos medios, con una nueva y mayoritaria clase media aspirante que reclama la intervención del Estado solo en los temas de su competencia: educación, seguridad y salud.

Este es otro síntoma que demuestra las bondades del modelo económico. La gente empieza a preocuparse por mejores servicios. Una señal de que vamos por la senda correcta. Esto no significa que hemos llegado a la meta, aún nos falta mucho camino por recorrer.  Lampadia




Oportunidad o Igualdad

Oportunidad o Igualdad

A continuación presentamos la traducción de un provocador artículo de John Stossel, periodista económico y analista político americano,que consideramos muy relevante en cuanto al diagnóstico sobre la pobreza y la desigualdad en el mundo. Si queremos mejorar la situación de los pobres, como dice Bill Gates, debemos desterrar los mitos que impiden el progreso de los mismos y desarrollar políticas públicas efectivas para generar oportunidades de mejora a todos los ciudadanos del país.

Por: John Stossel

Traducción: Lampadia

El presidente Obama dice que la desigualdad de ingresos es “peligroso… el reto definitivo de nuestros tiempos.” El Papa está molesto de que el capitalismo cause desigualdad. Los progresistas, frente a los fracasos del Obama-Care, están dispuestos a cambiar de tema en  Estados Unidos, a la “brecha de riqueza.”

Es cierto que hoy en día, el 1 por ciento más rico de los estadounidenses posee un tercio de la riqueza de Estados Unidos. ¡El uno por ciento posee el 35 por ciento! Pero yo digo, ¿y qué?

Los progresistas en los medios de comunicación afirman que los ricos se hacen más ricos a expensas de los pobres. Pero eso es una mentira.

Hollywood vende el mensaje de que los capitalistas-codiciosos-malvados-mentirosos-engañan a los pobres- con películas como la nueva de Martin Scorsese, “El lobo de Wall Street”, que retrata a los vendedores de acciones como criminales enloquecidos por el sexo.

Años antes, “Wall Street” de Oliver Stone, creó un financiero espeluznante, Gordon Gekko, interpretado por Michael Douglas, que con aire de suficiencia se regodeó: “Es un juego de suma cero. Alguien gana, alguien pierde.”

Así es como la izquierda ve el mercado: un juego de suma cero.

Si alguien hace dinero, es porque lo tomó de los demás. Cuanto más tienen los ricos, menos tienen otros. Es como si la economía fuera un pastel que ya está sobre la mesa, a la espera de ser repartido. Cuanto más grande sea la porciónque toman los ricos, menorserá lo que quede para los demás.

La economía es sólo una lucha sobre quién recibe cuánto. Pero esto es absurdo.

Bill Gates obtuvo una gran rebanada del pastel, pero él no lo tomó de mí. Al desarrollar Microsoft, lo que hizo fue preparar millones de nuevos pasteles. Él tambiénhizo rico al resto del mundo.

Los emprendedores crean cosas.

En los últimos decenios, la diferencia de riqueza entre ricos y pobres ha crecido. Esto incomoda a la gente. Pero ¿por qué sería un problema si los pobres seno se hicieron más pobres? Los progresistas afirman que síocurrió. Algunos citan datos del gobierno que muestran que los ingresos de la clase media estuvieron relativamente estancados.

Pero estos datos tambiénson engañosos. Dejan fuera todos los programas sociales del  gobierno, como los subsidios alos alquileres y los cupones para alimentos. Dejan fuera beneficios ofrecidos por las empresas privadas, como seguros de salud y pensiones, que constituyen cada vez una mayor porción de los salarios de las personas.

Y dejan de lado la innovación que mejora la vida de los ricos y de los pobres.

Incluso las personas pobres de hoy tienen acceso a los automóviles, la comida, la salud, el entretenimiento y la tecnología que los ricos codiciaban hace algunas pocas décadas. El 90% de los estadounidenses que viven “debajo de la línea de pobreza” tienen teléfonos inteligentes, TV por cable y automóviles. El 70% posee dos coches.

Pero la izquierda dice, espera un momento. Incluso si los pobres cosechan algunos beneficios de capitalismo, igual no es “justo” que los ricos tengan mucho más. Supongo que esto es cierto. Pero, ¿qué deberíamos entender por “justo”?

¿Es justo que las y los modelos sean tan guapos? ¿Por qué es justo que algunos hombres sean mucho más grandes que yo,  de manera que nadie me vaya a contratar para ser un deportista profesional? Es difícilmente justo que yo haya nacido en Estados Unidos, un país que me ofrece muchas más oportunidades que la mayoría de otros países. ¡Nosotros, los estadounidenses deberían estar agradecidos de que la vida no sea justa!

La libertad no es justa, si por “justo” entendemos igualdad.  Cuando las personas son libres, algunos serán más exitosos que otros. Algunas personas son más inteligentes o simplemente tienen más suerte. La globalización y el capitalismo de libre mercado multiplican el efecto de la inteligencia y la suerte, lo que permite que algunas personas se vuelvan mucho más ricas que otros.

¿Y qué? La desigualdad puede parecer injusta, pero la alternativa – una igualdad forzada por el gobierno- es peor. Convierte a todos en pobres. La oportunidad es mucho más importante que la igualdad, y aún queda margen para la movilidad social en EEUU. Las personas que nacen pobres no necesariamentese quedan pobres.

La investigación Pew muestra que el 58 por ciento de los niños nacidos en las familias del quintil más pobre, se elevó a un grupo de mayores ingresos. El 6% se elevó del quintil más pobre al quintil más rico. 61% de los niños nacidos en las familias del quintil más rico cayó de ese grupo, y el 9 por ciento cayó hasta el fondo.

Que la gente tenga oportunidades requiere permitirles tomar riesgos y hacer cambios. No siempre nos gustarán los resultados. Pero en el largo plazo, estaremos en mejor situación si las personas son libres de luchar y fracasar, o tal vez –de obtener grandes recompensas.




Tres mitos que bloquean el progreso de los pobres

Tres mitos que bloquean el progreso de los pobres

Bill Gates, el fundador de Microsoft, en su Carta Anual del 2014, habla de tres grandes mitos que bloquean el progreso de los pobres. Gates nos dice que con cualquier indicador que podamos usar, el mundo es ahora mucho mejor de lo que ha sido nunca antes. La gente vive más años y son más sanos. Muchas naciones que fueron receptoras de cooperación internacional, son ahora autosuficientes.

Gates dice que uno podría pensar que este impactante progreso,debieraser celebrado por todos, pero en realidad, dice Gates “Melinda y yo estamos impresionados por la cantidad de gente que piensa que el mundo está empeorando, la creencia que el mundo no puede resolver la pobreza extrema y la enfermedad son simplemente equivocadas,  esto es muy dañino”. Por eso es que él y su esposa Melinda, dedican su carta anual a que nos concentremos en tres mitos que hacen más difícil el trabajo de superar la pobreza. Ellos esperan que la próxima vez que escuchemos hablar de estos mitos,sepamos más. Los tres mitos son:

1.       Los países pobres están condenados a seguir siendo pobres

2.       La ayuda extranjera es un gran dispendio

3.       Salvar vidas nos lleva a la sobrepoblación

En los próximos días iremos reportando algunos aspectos de esta importante comunicación de Gates, alguien que después de acumular la mayor fortuna de la humanidad, la ha dedicado y está dedicando su propia vida, a superar la pobreza y las enfermedades endémicas como el Sida y la malaria.

Sobre el tercer mito, sobrepoblación, Gates incluye un video de Hans Rosling, el creador de Gapminder, el software que permite apreciar todos los datos estadísticos disponibles de todos los países de la tierra. Veamos:

Lampadia




Las buenas noticias de Bill Gates

Las buenas noticias de Bill Gates

En el documento que adjuntamos, publicado por la Fundación Melinda y Bill Gates, dedicada fundamentalmente a luchar contra las enfermedades epidémicas en el mundo, el propio Gates hace un recuento de los avances en la lucha contra la polio, la desnutrición y el desarrollo de los pueblos más pobres de la tierra.

Gates enfatiza que los logros son muy importantes y considera que en los próximos años se debe continuar con las mejoras de calidad y esperanza de vida de las últimas décadas.

La nota de Gates dice que “el factor más importante para la reducción de la pobreza de los últimas cuantas décadas, ha sido el crecimiento económico –crecimiento que no ha beneficiado solo a los que ya son ricos, sino a un amplio rango de gente”.

Es importante recordar que Bill Gates, uno de los hombres más ricos del planeta, ha donado la parte más importante de su fortuna para la lucha contra la pobreza y ha convocado, al mismo compromiso, a otros billonarios como Warren Buffett. Varios importantes ciudadanos con inmensas fortunas están dedicándolas a lograr el bienestar de los pobres, ¡que buen desarrollo de la economía de mercado!

Los invitamos a leer la nota de Gates (traducida por Lampadia), así como el artículo de The Economist que recomienda el fundador de Microsoft, para entender los avances en la reducción de la pobreza en el mundo, ya publicado por Lampadia en junio pasado.

Ver traducción realizada por Lampadia.




Crecimiento y mercado derrotan la pobreza y el hambre

Crecimiento y mercado derrotan la pobreza y el hambre

Es ya conocido que el meteórico crecimiento económico que ha gozado el Perú en la última década ha sido sustancial para reducir la pobreza y que lo ha logrado de una manera más que satisfactoria. No en vano, en la última asamblea general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) el secretario general de la ONU, nos felicitó por ser “una de las dos naciones que más ha avanzado en el cumplimiento de las metas del milenio”. 

Hay quienes cuestionan nuestro desempeño y argumentan que nuestras altas tasas de crecimiento y reducción de la pobreza son solo cifras y estadísticas que no se traducen en una verdadera mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Los números, sin embargo, dicen lo contrario. Veamos por ejemplo el primer objetivo del milenio, erradicar la pobreza extrema y el hambre. Una de las metas consiste en reducir la pobreza extrema a la mitad para el 2015. En Perú porcentaje de personas en situación de pobreza extrema se redujo de 23% a 6% entre 1991 y 2012.

Otro indicador de bienestar de suma importancia que corresponde al mismo objetivo es la desnutrición infantil. La reducción en la tasa de niños en situación de desnutrición ha superado expectativas.Entre 1991 y 2011 la tasa de niños con peso por debajo del normal para su edad pasó de 8.8% a 4.1%, habiendo alcanzado ya la meta planteada por la ONU de 4.4% para el 2015. Más impactante aún es la disminución del porcentaje de menores de cinco años con desnutrición crónica. Del 1991 al 2012 bajó de 37.3% a 18.1%. Este notable progreso llama aún más la atención cuando se tiene en cuenta que la meta fijada por la ONU es de 18.7% para el 2015.

Es cierto que aún tenemos retos por superar. Por ejemplo, la reducción en desnutrición crónica no ha sido homogénea entre el área urbana y el área rural. A pesar de que ha habido mejoras en los indicadores de nutrición en el área rural, sigue siendo necesario integrar al mercado a los sectores de la población rural que aún están desconectados. En lugar de esto, el gobierno ha optado por estrategias asistencialistas que sacian el hambre en el corto plazo pero no “enseñan a pescar. Una propuesta alternativa es la de Sierra Productiva, que busca desarrollar las capacidades de la pequeña producción campesina. Mediante esto se ayuda a los campesinos a mejorar su productividad, garantizando su seguridad alimentaria y permitiéndoles pasar de una economía de subsistencia a una economía emprendedora, en la que están integrados al mercado.

La mejora significativa del bienestar de los peruanos es visible por donde se vea. En el objetivo 4, reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años, se propone reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años en dos terceras partes para el 2013. De 1990 a tal año el Perú redujo su tasa de mortalidad de niños menores de 5 años en 67.9%, más que cualquier otro país de la región, y fue el primer país de Sudamérica en alcanzar esta meta. De la profunda crisis económica y social en que nos dejaron décadas de gobiernos populistas, el crecimiento sostenido que empezó en los noventa nos ha llevado a recortar brechas significativamente y estar a la par del resto de economías de la región.

Estos logros son motivo de orgullo para todo el país y deben ser aplaudidos. Hay quienes reniegan del modelo económico distorsionan la realidad para proteger sus intereses y niegan que nuestro país esté cada vez mejor. Sin embargo, es un hecho que el crecimiento ha llevado a una increíble mejora en nuestros indicadores sociales: tomemos este ruido como señal de que avanzamos.




400,000 millones de dólares después

400,000 millones de dólares después

El Gobierno Venezolano ha anunciado oficialmente la llegada de las cartillas de racionamiento al país. El anuncio supone un éxito definitivo para al menos una de las metas que se planteó explícitamente Hugo Chávez por los albores de su revolución: seguir el camino de Cuba. O, para el caso, el de casi cualquiera de los regímenes que en la historia han buscado hacer imperar la planificación central sobre la economía. Desde la Unión Soviética, que también tenía cartillas, hasta el Chile de Salvador Allende, que tenía que recibir donaciones de papel higiénico desde el exterior.

La noticia también es buena en la medida en que supone sincerar la situación y dejar atrás las otras maneras de combatir la escasez que venía ensayando el régimen chavista. Por ejemplo, declarar que aquello que falta no se necesita. Una socorrida técnica usada esta misma semana por el gobierno de Nicolás Maduro, que, ante la ausencia de vacunas contra la gripe AH1N1, ha aconsejado a la población extremar la higiene en las manos y el uso del jabón antibacterial (si es que, claro, pueden encontrarlo en los supermercados).

Ahora bien, no obstante esta aceptación implícita de su gobierno de que la escasez es algo que ha llegado a Venezuela para quedarse, el señor Maduro continúa aferrándose a la negación en lo que toca a las causas de esta. O, mejor dicho, a las teorías conspirativas. Así, la escasez sería parte de un complot por el que la oposición estaría comprando y escondiendo todos los productos que faltan en los supermercados venezolanos y por el que las empresas opositoras habrían cortado su producción. Es verdad que esta explicación supondría que el método escogido por las empresas boicoteadoras para cumplir su función habría sido el del suicidio, pues dejar de producir supone dejar de vender, pero no son estas sutilezas en las que vaya a enredarse el Gobierno Venezolano.

La realidad, por supuesto, está lejos de la expuesta por el gobierno del señor Maduro –sin prueba alguna, por lo demás (¿o alguien ha encontrado ya esos depósitos donde la oposición estaría llevando todos los pollos y desodorantes de Venezuela?)–. Otra es la verdadera causa por la que los gobiernos que son socialistas a la antigua usanza comienzan en un contexto de desbordado entusiasmo por la redistribución y la justicia social y terminan en medio de (también desbordados) reclamos por papel higiénico.

¿Cuál es esta causa? Una muy sencilla: para que haya producción debe haber inversión. Y, desde luego, es poca la gente que quiere invertir ahí donde no hay manera razonable de predecir lo que resultará de esa inversión (porque, por ejemplo, el Gobierno puede cambiar a su solo arbitrio y en cualquier momento los precios a los que se podrá vender mañana lo que se produce hoy, o porque la descontrolada inflación puede volver en nominal cualquier futuro retorno). Para no hablar, desde luego, de lo que implica que las personas tampoco puedan saber, siquiera, si sus inversiones seguirán siendo reconocidas como suyas por mucho tiempo más (desde 1998 el Gobierno Venezolano ha realizado 1,170 expropiaciones).

Es cierto que los gobiernos como el bolivariano tratan de suplir el problema de la falta de inversión privada con inversión estatal. Es decir, buscando que el Estado sea quien produzca lo que necesita la gente (para eso fueron, después de todo, las 1,170 expropiaciones). Pero luego resulta que el Estado no es un buen productor. De lo contrario, que explique el señor Maduro cómo funciona lo del complot en, por ejemplo, el caso del papel higiénico, cuando el 50% de la producción del mismo en Venezuela proviene de una empresa estatal.

La debacle económica venezolana tendría que servir como una vacuna definitiva contra el populismo para todos los gobiernos de la región. Para enseñar, sobre todo, que riqueza es lo que hay cuando un país tiene un sistema de incentivos que mueve a la gente a invertir todo su trabajo, su creatividad, su empuje y sus ahorros, en producir cada vez más y mejor. Y que lo demás se llama solo desperdicio. Para prueba, en fin, los US$ 400,000 millones que, según la Cepal, Hugo Chávez gastó solamente en “inversión social” en la última década para una población a la que todo ese dinero no parece haber dejado con más bienestar que el que puedan permitirle sus flamantes tarjetas de racionamiento.

Publicado por El Comercio, 5 de junio, 2013




Más de 500 mil personas dejaron de ser pobres

Más de 500 mil personas dejaron de ser pobres

A continuación les presentamos dos importantes documentos del INEI que contienen los resultados de la evolución de la pobreza y la desigualdad en el Perú durante el 2012.

El primero titulado Evolución de la Pobreza Monetaria en el Perú al 2012 y, el segundo, Evolución de la Pobreza Monetaria 2007 – 2012 – Informe Técnico.




Clase media a todo vapor

Clase media a todo vapor

El 69% de los peruanos perciben entre 4 y 50 dólares per cápita por día, constituyendo lo que podemos llamar la nueva clase media peruana, según se desprende del informe del Banco Mundial (BM) titulado “La movilidad económica y el crecimiento de la Clase Media en América Latina”. Dicho documento también indica que la clase media de América Latina ha crecido 50% en el período 2003-2009.

En el Perú, según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) el crecimiento de la clase media ha sido de 67% entre el 2004 y el 2011. 

El estudio del BM considera tres líneas de ingresos para hacer su segmentación. En el segmento Pobres estarían quienes tienen ingresos per cápita por debajo de 4 dólares al día.  En el grupo de Población en Situación de Vulnerabilidad (PSV – que podrían retroceder a niveles de pobreza por externalidades, o clase media no consolidada) están los que ganan entre 4 y 10 dólares per cápita por día; y en la clase media consolidada quienes perciben desde 10 a 50 dólares per cápita por día.

 

Pues bien, la gran noticia para el Perú es que en el informe del BM, el 28,9% de la población peruana es considerada de clase media consolidada, el 40.1% clase media no consolidada o PSV, y el 31% pobre. Es decir, una impresionante fotografía de cómo el crecimiento económico ha ido construyendo un nuevo rostro social del país  en el que la pobreza es arrinconada y resurge vigorosa la clase media.

Nótese que el BM clasifica tradicionalmente en pobreza a los que ganan por debajo de 1,25 dólares per cápita por día, en tanto que el INEI lo hace más conservadoramente con 2.25 dólares per cápita por día.

Periodismo sin rigurosidad

Es lamentable que algunos medios presenten en negativo las informaciones sobre nuestra economía, aun cuando estas son positivas. Por ejemplo, en su edición del miércoles 14 de noviembre, el diario Gestión, aludiendo a los resultados del informe del BM que acabamos de reseñar, titula en portada: “Clase media en Perú es solo 20% de la población” ¿De dónde se sacó esa cifra? ¿Se tomaron el trabajo de leer todo el informe? En todo caso, la cifra correcta, como hemos reseñado, es 28.9% para la clase media consolidada.

No solo llama la atención el manejo de cifras, sino la intención de “bajarle la llanta” a los logros del Perú.

¿No tendríamos, más bien que exaltar y celebrar las buenas noticias?