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El diagnóstico equivocado del Plan de Diversificación Productiva

El diagnóstico equivocado del Plan de Diversificación Productiva

El ambicioso “Plan de Diversificación Productiva” (PDP), recientemente publicado por el Ministerio de la Producción (antes llamado “Plan de Industrialización”), parte de algunas premisas incorrectas y diagnósticos sesgados de la economía peruana, que vale la pena señalar.

En el documento se señala que uno de los objetivos del PDP es “Generar entre los peruanos una visión de largo plazo sobre la necesidad de diversificar la economía” (sic). Más aún, en la página 24 del documento se lee: “Los países que han logrado transitar de ingresos medios a ingresos medios-altos se han diversificado”, para sostener esta afirmaciónse citaun documento de José Benavente: “…no existe evidencia de un país cuya economía tenga un componente importante de recursos naturales, sea pequeña y esté alejada de los principales mercados mundiales, que haya dado el salto al desarrollo sin diversificar su producción”. 

Si aprovechamos nuestro potencial productivo podríamos lograr que 80% de la población alcance ingresos medios y altos al año 2030. Para el año 2050, el 90% estaría en esta categoría y el 40% tendría ingresos altos. Este es nuestro gran potencial.

La pregunta es: ¿los autores de este documento han oído hablar de Australia y/o Noruega? Ambos países tienen altos ingresos, ocupan los dos primeros lugares en el Índice de Desarrollo Humano y exportan más recursos naturales que el Perú. En Noruega, solo la extracción de petróleo representa el 23% del PBI y sus exportaciones de crudo y minerales alcanzan al 55%. En Australia, minerales y combustibles representan el 65% de las exportaciones, mientras que las agropecuarias alcanzaron una participación de 13% en el 2012. Es decir, ambos países tienen una canasta de exportación altamente concentrada en recursos naturales.

Creemos, al igual que el Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, que el objetivo de “diversificar la economía es una prioridad mal puesta” (Ver: Krugman rompe mitos). El laureado premio Nobel de Economía remarcó en una reciente visita a Lima que: “Se preocupan demasiado por la dependencia en la exportación de los commodities, pero no es necesario migrar hacia una estructura exportadora manufacturera en el corto plazo. La historia económica demuestra que esto no es tan crítico como la gente piensa” ¿Qué hacer entonces? Krugman enfatiza la importancia de atacar los factores que limitan el crecimiento, enfocando los esfuerzos a desregular, mejorar el clima de inversión y mejorar radicalmente la educación. Y remarca: “Pero nada de eso significa decir que la manufactura debería tener tal porcentaje sobre el total del PBI. El mercado debe hallar por sí solo cuál debe ser ese porcentaje”. Esto, no significa dejar de aprovechar oportunidades de industrialización que vayamos encontrando en los mercados globales.

Otro gran error del PDP es que parte de la falsa premisa de que existirían “fallas de mercado” que producen en la actualidad una alta concentración de las exportaciones e impiden que la economía esté más diversificada. Sin embargo, si analizamos la evolución de nuestras exportaciones no tradicionales, lo que vemos es un proceso exitoso de diversificación, impulsado por el mismo mercado. Un documento de trabajo publicado en la revista Moneda del BCRP analiza la evolución de las exportaciones no tradicionales en el periodo 2002-2012, encontrando que en la última década el valor de estas se multiplicó por cinco (de US$ 2,256 millones en 2002 a US$ 11,047 millones en 2012) y crecieron en promedio 17,2% al año. Además, en volumen, las exportaciones no tradicionales crecieron un promedio anual de 11,4%, por lo cual el aumento del valor se explicaría,en buena medida, por incrementos en los volúmenes exportados, y no tanto por los precios. Los autores del documento destacan que el crecimiento sostenido de las exportaciones no tradicionales se debe en parte a su creciente diversificación, tanto hacia nuevos mercados, como en nuevos productos.

Un Plan Productivo elaborado desde el Ministerio de la Producción debería tener como objetivo principal llegar al pleno potencial productivo de nuestra economía, que se encuentra rezagada y lejos de su verdadera frontera productiva por haber estado cerrada a la inversión privada durante 30 años (60, 70 y 80). En ese sentido, además de buscar la simplificación administrativa y reducción de sobrecostos, un plan de este tipo debería estar enfocado en: i) el fortalecimiento de capacidades para la mejora de la productividad, rescatando el papel de la capacitación; y sobre todo, ii) en una agresiva estrategia de atracción de inversiones, y promoción del Perú como destino productivo para todos los sectores, sin obsesionarnos con una diversificación forzada (y costosa), definida en un gabinete burocrático que no garantiza mayor productividad.

Recogiendo la invitación del Ministro de la Producción, en los siguientes días seguiremos colaborando en el debate de este importante documento. Lampadia




Paul Krugman rompe mitos

Paul Krugman rompe mitos

El premio nobel de economía, Paul Krugman, dio por zanjado un debate que desde hace un tiempo enrarece el clima de inversiones en el Perú. Como se ha señalado en Lampadia, existe la intención, errada a nuestro parecer, de lanzar un plan de industrialización (ver: Entorno favorable a la inversión en vez de protección).  Recién estrenado el gobierno de Ollanta Humala, su entonces premier, Salomón Lerner, realizó una serie de declaraciones anti mineras en las que manifestaba la supuesta necesidad de darle “valor agregado” a nuestras exportaciones. Desde hace dos años que estamos esperando que el Espíritu Santo nos “ilumine” con un nuevo modelo de desarrollo. Ahora que parece haberse posado sobre el  Ministerio de la Producción, se anuncia un Plan Industrial o plan de Diversificación Productiva.

En su última presentación en Lima, Paul Krugman, ha desbaratado enfáticamente las ideas que son bandera de los economistas heterodoxos de la izquierda tradicional peruana desde hace décadas: Que somos un país primario exportador, que no producimos valor agregado y que hay que alejarse de la minería y los sectores extractivos. Este pensamiento ha sido desmitificado por el destacado Premios Nobel de Economía, hasta hace poco citado por esa izquierda para justificar sus planteamientos. Krugman no puede ser calificado de neoliberal, más bien representa a una de las líneas del neo-Keynesianismo. Al respecto, señala: “Se preocupan demasiado por la dependencia en la exportación de los commodities, pero no es necesario migrar hacia una estructura exportadora manufacturera en el corto plazo. La historia económica demuestra que esto no es tan crítico como la gente piensa. Más que la composición de los envíos al exterior, lo que realmente importa es que la economía sea productiva. Tener exportaciones con valor agregado no es necesariamente crucial. (…) La fijación de los peruanos con la industrialización es una prioridad mal puesta (…). Ser una nación industrializada no es necesariamente el camino que deben seguir. Perú puede ser una nación productiva con un sector de servicios altamente productivo, sin tener que tener una gran base industrial”, indicó, según reseña Gestión.

Además, hace un claro llamado de atención a los economistas nacionales, como el actual Ministro de la Producción, Piero Ghezzi, quien paradójicamente señalaba el mismo día de la presentación de Krugman, “que en cuatro semanas estará listo el plan nacional de Diversificación Productiva (nombre que prefiere al de Plan Nacional de Industrialización”, como informó Gestión. Esta iniciativa está diseñada para supuestamente “permitir la creación de ‘nuevos motores’ y capacidades productivas para impulsar la economía nacional”, indicó Ghezzi.

Esa misma mañana, cuando Patricia del Río le hizo una muy buena pregunta: “(…) [Se señala] qué la industrialización no es una buena idea porque hay que fortalecer las industrias extractivas y uno se pregunta: ¿Por qué tiene que ser uno u lo otro?” El Ministro respondió: “(…) el Perú no puede producir iPhones, el Perú tiene que empezar a diversificarse a través de sus fortalezas, somos fuertes en recursos naturales y tenemos que crecer en sectores más o menos cercanos”.

El premio nobel descartó la necesidad de este tipo de políticas, como también ha indicado Lampadia. En una entrevista con El Comercio, Krugman señaló: “Si tratas de forzar una diversificación, la economía doméstica va a ser moldeada por la demanda interna y será muy difícil que surjan sectores exportadores exitosos. Claramente, no queremos regresar a la época de sustitución de importaciones. Eso no funcionó y yo en ningún caso lo apoyaría”.

Krugman sugiere que, por el contrario se “miren las limitaciones generales al crecimiento. Es decir, desregular donde sea apropiado, mantener un entorno macroeconómico estable, mejorar la educación y facilitar un ambiente de formación de capital [clima de inversión]. Pero nada de eso significa decir que la manufactura debería tener tal porcentaje sobre el total del PBI. El mercado debe hallar por sí solo cuál debe ser ese porcentaje”.

Sobre el rumbo de nuestra economía, Augusto Townsend le preguntó: “Hace algunos días Nouriel Roubini nos dijo que el crecimiento del Perú se debía más a méritos propios que a la buena suerte. ¿Qué opina? Krugman respondió: “Ciertamente han tenido suerte (…). La buena performance del Perú no se puede explicar solo diciendo que se trata de una economía razonablemente orientada a la exportación, sino que se ha visto una clara restauración de un ambiente interno positivo para los negocios”.

También señaló: “El Perú ha atravesado por varios ciclos de política irresponsables. Pero ahora último ha experimentado un lapso relativamente largo de políticas razonables”.

Krugman enfatizó además que: “las trabas a la inversión sin duda  son un problema, pero también lo es la deficiente educación. (…) Por ejemplo, el Perú brinda menos años de educación que sus vecinos”.  Lampadia