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Cediendo la posta del crecimiento

Cediendo la posta del crecimiento

Colombia supera al Perú y se convierte en la economía de mayor expansión en la región

Mientras se alista para empezar su segundo mandato como presidente de Colombia el 7 de agosto, el primer nombre que Juan Manuel Santos ha escrito para su gabinete es el de Mauricio Cárdenas, quien mantiene su puesto como ministro de Finanzas. Era de esperarse, pues impulsada por un auge de la inversión, la economía del país creció 6.4%. 

Esta es una grata excepción a una tendencia regional: América Latina en conjunto crecería menos de 2% este año, la peor cifra desde el 2009. El ?n del auge de los commodities que sustentó a la región por más de una década, el desvanecimiento de la era del dinero barato en tanto los países ricos se preparan a subir las tasas de interés y una serie de factores locales han pasado su factura.

La caída ha sido especialmente abrupta en Perú, donde la economía está sufriendo lo que Luis Miguel Castilla, el ministro de Economía, llama un “traspié”. Incluso si se recupera en el cuarto trimestre, como espera Castilla, una proyección de crecimiento de más del 4% este año parece demasiado optimista. Para un país que ha tenido un crecimiento al estilo asiático, con un promedio de 6.4% anual entre el 2003-13, la des- aceleración es una sorpresa desagradable. Colombia ha superado al Perú para convertirse en el país de mayor crecimiento entre las economías  más grandes de América Latina.

Ambos países son exportadores de materias primas. Ambos son miembros del bloque de libre comercio llamado Alianza del Pací?co. Entonces ¿por qué a Colombia le está yendo mejor que al Perú?

La respuesta comienza con lo que Victor Bulmer-Thomas, historiador británico de economía de América Latina, ha llamado “la lotería de los commodities”. Las principales ex- portaciones de Colombia son el petróleo y el carbón, cuyos precios se han mantenido en los últimos años; mientras que la mitad de las exportaciones peruanas dependen del cobre y el oro, cuyos precios se han reducido. Por lo tanto, el valor de las exportaciones peruanas cayó en 9% el año pasado, mientras que el de Colombia se redujo ligeramente.

Al momento de explicar el crecimiento de Colombia, Cárdenas también apunta a una serie de reformas. El año pasado el Gobierno dispuso tasas hipotecarias más bajas y una subvención pública. Una ley del 2012 redujo los onerosos impuestos sobre la nómina (mientras que aumentó los impuestos para los más ricos). Las asociaciones público-privadas planean invertir hasta US$ 25,000 millones para el 2018.

Por el contrario, el Perú está sufriendo lo que Castilla llama un año “complicado”. En primer lugar, el sol se depreció alrededor de un 9% en el 2013. Otros contratiempos han incluido contracciones relacionadas con el clima en la pesca y la agricultura, un estancamiento en la inversión de los gobiernos regionales a causa de los escándalos de corrupción e inesperados problemas técnicos en dos grandes minas de cobre. En respuesta, el Gobierno está paleando dinero para la economía. Boni?caciones adicionales y aumentos salariales para empleados estatales, así como préstamos adicionales para pequeñas empresas equivalen a más del 1% del PBI. Castilla reitera  que la economía se recuperará en el cuarto trimestre y volverá a crecer un 6% en el 2015 y el 2016. Con nuevas minas de bajo costo a punto de ponerse en marcha, la producción de cobre aumentaría en 20% el próximo año, mientras que se espera el inicio de las obras de construcción en las asociaciones público-privadas por un valor de US$ 18,000 millones.

La mayoría de analistas predicen que el Perú pronto recuperará su ventaja sobre Colombia. Pero eso no es seguro. Francisco Rodríguez, economista de Bank of America, sostiene que la potencial tasa de crecimiento del Perú va a ser menos del 5% y puede caer aún más. Solo “si no hacemos nada”, responde Castilla. 

Las loterías dan oportunidades a los países. El desarrollo proviene de su utilización para crear economías más productivas. En ese sentido, Colombia ahora tiene una ventaja sobre Perú; pero ambos están en mejores condiciones que muchos de sus vecinos sudamericanos.




Mientras Colombia crece, el Perú decrece y le echa la culpa al cobre, a China y a los malos vientos…

Mientras Colombia crece, el Perú decrece y le echa la culpa al cobre, a China y a los malos vientos…

El Perú ha logrado salir del infierno (1990) al que nos llevaron las políticas económicas del velascato, que increíblemente, no fueron corregidas por Belaunde y se profundizaron en el primer gobierno de García. Nuestros logros no son cualquier cosa, basta comparar los indicadores económicos y sociales que alcanzamos con la Constitución del 79 y la del 93 (ver en Lampadia: Quieren bajarle la llanta a la prosperidad) para reconocer los beneficios que trajo al país el retorno de la inversión privada, después de 30 años de ausencia.

Nadie niega que aún falta mucho por avanzar, como cerrar las brechas que mantenemos en educación, salud, instituciones, infraestructuras y tecnología; pero el avance de 24 años, no la foto de lo que hoy falta, es innegable y ha sido destacado por todo el mundo (agencias internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el BID, y hasta por economistas muy estrictos y pesimistas, como Nouriel Roubini, que nos dijo hace pocos días en el Perú. Ver en Lampadia: “El Perú crece por sus buenas políticas más que por suerte”). 

Por increíble que parezca, hay peruanos que se dedican a negar nuestros logros, a relativizarlos como producto de factores externos, o proponer el regreso a la Constitución que nos empobreció y lisió.

Algo que tampoco se puede negar, a no ser que sea por intereses políticos o ideológicos personales o de grupo, es que el extraordinario crecimiento del Perú fue liderado por el ritmo de inversión privada, especialmente en minería. Mientras que en la última década invertíamos y crecíamos, se reducía la pobreza, la desnutrición infantil, la desigualdad, etc.; varias cúpulas políticas se dedicaron, por un lado al negacionismo en los medios (que los acogen con el mismo entusiasmo con que se pelean por mostrar el primer muertito de la mañana), especialmente en provincias, y por otro lado, aún más pernicioso, se infiltraron en la administración pública para ir sembrando trampas anti-inversión (regulaciones, instancias de permisos inacabables y absurdos, multas y oposición abierta al empresario, como si fuera una fuerza de invasión extranjera). El objetivo político preferido de estas cúpulas, de las que formó parte notoria el partido nacionalista, con todos sus dirigentes y colaboradores, como Salomón Lerner (quién terminó como primer ministro del gobierno de Ollanta Humala), fue paralizar la inversión en minería e hidrocarburos.

Peor aún, los que nos percatamos de este proceso y pudimos combatirlos con información e ideas, callamos. Por ejemplo la propia SNMPE (que se dedicó a hacer publicidad en vez de comunicación) calló, asumiendo indirectamente una suerte de complicidad con las falsedades con las que se endilgaba al milagro peruano, que conocían más que nadie. Dejamos un vacío que hoy estamos pagando con la parálisis de la inversión, una caída en nuestro crecimiento con el que los enemigos del modelo, pretenden hacernos creer que siempre tuvieron razón, que crecimos porque hubo viento a favor y que ahora hay que inventar nuevos motores.

Sin ir muy lejos, nuestro socio de la Alianza del Pacífico, Colombia (mientras el otro socio, Chile, pone marcha atrás) hace lo que los peruanos hicimos en el primer lustro de los años 90: leyes que promovían la inversión y la atraían de todas partes del mundo. ¡Un éxito innegable!

En Lampadia ya hemos escrito sobre las brechas que nos están alejando de Colombia, ver: Colombia supera al Perú en inversiones y crecimiento, pero en esta ocasión queremos rescatar algunas políticas específicas de este país para promover el crecimiento. Para ello queremos relevar y glosar lo esencial de un magnífico informe periodístico de Portafolio de El Comercio del último domingo (20/7/14), escrito por Darwin Cruz Fiestas con el título: ¿CÓMO LO HACES, COLOMBIA?

A continuación, compartimos dichas glosas:
El ministro de Hacienda de Colombia, Mauricio Cárdenas, anunció un crecimiento de 6.4% para el primer trimestre del año, intensificando su crecimiento. En el 2012 creció 4% y 4.3% en el 2013. Las previsiones para el 2014 son de 4.7%.

“¿Qué medidas ha implementado Colombia para crear un ambiente de confianza y que su economía siga avanzando, a pesar de la coyuntura electoral y de un escenario global menos auspicioso que en años previos?

Cerrar brechas en las cinco áreas que evalúa el Doing Business del Banco Mundial: apertura de una empresa, obtención de permisos de construcción, registro de la propiedad, pago de impuestos y comercio fronterizo.

“Desde hace ocho años Colombia ha tomado medidas para mejorar su entorno regulatorio, fortalecer sus instituciones e incentivar la inversión”.

El sector de la construcción creció 17.2% en el primer trimestre del año.

El Gobierno Colombiano emitió el año pasado la Ley de Infraestructura, que levanta los obstáculos al desarrollo de los proyectos en materia de predios, licencias ambientales y adecuación de redes de servicios públicos.

Factor interno
Todo este crecimiento no hubiera sido posible sin la demanda interna constituida por una clase media en aumento. El Estado ha eliminado varias cargas parafiscales a los empleadores. Diego Castrillón, afirma que este proceso de eliminación de sobrecostos laborales es una medida efectiva para dinamizar la economía y que debería ser imitada por el Perú. “Esta sí es una inyección directa a la vena y no una medida cortoplacista”, dice.

Componente inversión
El crecimiento de la economía colombiana también se explica por el hecho de que en Colombia la inversión privada se ha dinamizado.

La inversión extranjera directa (IED) está en alrededor del 30% del PBI colombiano. En el primer semestre Colombia recibió US$13,761 millones de IED, 29% más que en el mismo período del 2013.

¿Pero qué tipo de inversiones recibe Colombia? El sector petrolero representa el 29.3%, seguido de minas y canteras con un 17.4%, la inversión en industrias manufactureras llega al 15.9%.

En los últimos años ha comenzado a recibir inversión minera. Colombia prepara el terreno discutiendo la aprobaciónde una ley ambiental que le permita captar inversión responsable. [El lema del Ministerio del Ambiente en el Perú, debiera ser: “Estamos para que las cosas se hagan bien, no para evitar que se hagan”].

Ante la pregunta: ¿Con esto no se ‘primariza’ la economía? Los colombianos responden que buscan aprovechar sus recursos naturales para captar dinero y mejorar su competitividad.

Sin complejos, sin ideología, con realismo, Colombia toma la posta del Perú. Lampadia




Cambios en los mercados de commodities

Cambios en los mercados de commodities

Comentario de Lampadia

Según la nota que reproducimos más abajo, los grandes traders de commodities estarían tomando mucha más importancia en los mercados de commodities, especialmente en los casos de azúcar, cobre y petróleo.

Parte de la preocupación del mercado con estos cambios es que muchas de ellas son al mismo tiempo traders, productores y distribuidores. Para los intereses del Perú, las concentraciones o posiciones muy grandes de pocos operadores en cualquiera de estos mercados es preocupante y peligrosa, lo ideal es tener la mayor dispersión posible.

Un nuevo poder agita el mercado de commodities

Corredores de materias primas desplazan a petroleras y grandes bancos de Wall Street

Por: Tatyana Shumsky y Sarah Kent

(El Comercio – Portafolio, 11 de julio de 2014)

Hágase a un lado, Wall Street.

Un puñado de grandes operadoras de materias primas como la holandesa Trafigura Beheer BV y Vitol Group, con sede en Suiza, están adoptando un papel cada vez más central en los mercados globales de commodities.

Estas firmas, antes poco conocidas, no sólo están apostando a los precios o gestionando cargamentos de productos. Se están enfrentando a petroleras, mineras y grandes bancos de Wall Street al invertir miles de millones de dólares en refinerías, plantas eléctricas, puertos y otros activos.

Las cuatro mayores corredoras -Vitol, Glencore PLC, Cargill Inc. y Trafigura– generan ingresos anuales de más de US$100.000 millones cada una, lo que las ubica al nivel de gigantes como Apple Inc. y Chevron Corp.

Un análisis de The Wall Street Journal halló que los ingresos de estos cuatro operadores casi se duplicaron en los últimos cinco años, a US$816.400 millones. En el mismo lapso, la facturación por corretaje de materias primas en los cuatro principales bancos estadounidenses involucrados en el sector cayó 56%, a US$3.800 millones, debido a una desaceleración en las operaciones y una retirada de algunos negocios ante la implementación de regulaciones más estrictas.

“Los operadores de commodities se han vuelto más visibles y más difíciles de ignorar”, sostiene Craig Pirrong, profesor de finanzas de la Universidad de Houston.

Solamente este año, Cargill, operador de materias primas agrícolas fundado en 1865, firmó un acuerdo con la brasileña Copersucar SA para formar la mayor operación de corretaje de azúcar del mundo. Mercuria Energy Group Ltd., una corredora enfocada en energía que no existía hace 10 años, acordó comprar la división de commodities físicos de J.P. Morgan Chase & Co. por US$3.500 millones.

El operador agrícola Archer Daniels Midland Co. (ADM) procesa suficiente maíz por día como para despachar 99 millones de cajas de cereales. El titán de metales y minería Glencore en junio usó su influencia para gestionar un préstamo de US$1.300 millones al gobierno de Chad para ayudarlo a comprar los activos petroleros de Chevron en el país africano.

Los inversionistas están prestando atención. En su primera ronda de resultados trimestrales, Trafigura divulgó el año pasado ganancias anuales récord de US$2.180 millones y delineó un plan de crecimiento que busca aprovechar el auge petrolero de Estados Unidos. Una filial de almacenamiento de crudo de Vitol llamada VTTI Energy Partners LP presentó el mes pasado documentos para cotizar sus acciones en la Bolsa de Nueva York y recaudar US$420 millones.

A través de una serie de adquisiciones e inversiones, las corredoras han logrado posicionarse en el centro de los mercados de materias primas clave como el azúcar, el cobre y el petróleo.

“Siempre están dispuestas a hacer negocios por un precio”, sostiene Dario Scaffardi, vicepresidente ejecutivo y gerente general de la refinería italiana Saras SpA.

Después de que el desastre de Fukushima provocó la clausura de plantas de energía nuclear en Japón en 2011, los precios del gas natural se dispararon debido al alza en la demanda de combustibles. Gunvor Group, corredora de energía con sede en Ginebra, envió 23 cargamentos de gas natural licuado a Japón, más de cinco veces la cantidad que envió en 2010.

El año pasado, Glencore y Vitol le prestaron US$10.000 millones a la petrolera estatal rusa OAO Rosneft a cambio de cinco años de entregas de petróleo.

El auge de los grandes operadores de commodities también ha captado la atención de los reguladores. La Autoridad de Conducta Financiera (FCA, por sus siglas en inglés) de Gran Bretaña dijo en febrero que estas empresas representan un “co-nocido desconocido”, puesto que operan en gran parte más allá de la jurisdicción de los reguladores.

La FCA busca un diálogo más estrecho con las corredoras. “Estas firmas están desempeñando un papel cada vez más crítico en el funcionamiento de un mercado global cada vez más complejo”, señaló la FCA en un informe de febrero.

Al mismo tiempo, estas compañías deben afrontar una intensa competencia y márgenes de ganancias muy reducidos en todo el sector. La empresa de corretaje agrícola Louis Dreyfus Commodities BV indicó que sus utilidades descendieron 27%, a US$640 millones, el año pasado debido a una severa sequía que socavó su negocio de trigo. El presidente ejecutivo de Vitol, Ian Taylor, calificó las condiciones del mercado en 2013 de “muy difíciles” y “extremadamente competitivas”.

Para algunos, la creciente influencia de las corredoras de commodities plantea problemas. El año pasado, Australia bloqueó una oferta de ADM de US$3.000 millones por el procesador de granos GrainCorp Ltd., argumentando que la fusión pondría en riesgo intereses nacionales. Los reguladores estadounidenses están escudriñando congestionamientos en los depósitos de aluminio de Glencore y Trafigura, entre otros. Louis Dreyfus, una de las mayores corredoras de algodón del mundo, enfrenta una demanda en EE.UU. bajo acusaciones de manipular el mercado de algodón en 2011.

Los detractores también señalan que Glencore fue fundada por el multimillonario operador de petróleo Marc Rich, que durante muchos años fue un fugitivo buscado en EE.UU. por presunta evasión de impuestos. Gennady Timchenko, cofundador de Gunvor, fue colocado en una lista de personas sancionadas por el Departamento del Tesoro de EE.UU. en marzo; la empresa anunció rápidamente que ya había vendido su participación al presidente ejecutivo, Torbjorn Tornqvist.

“Son operadores, son productores, son distribuidores”, dice Diego Valiante, director de investigación de mercados capitales en el Centro para Estudios de Política Europea. “El problema es: ¿crea esto un conflicto?”

Aun así, muchos dicen que las oportunidades de crecimiento no son difíciles de ver. En toda Kenia, el famoso logotipo amarillo y rojo de Royal Dutch Shell adorna 123 gasolineras, ofreciendo una fuente fiable de combustible para su creciente población de propietarios de autos de clase media.

Sin embargo, aunque mantiene el logotipo, Shell vendió su interés en la empresa a una operación conjunta en la que Vitol, operador de energía conocido por concretar acuerdos tras bambalinas en regiones aisladas y devastadas por guerras, posee una participación de 40%. Y muchos consumidores no están al tanto.

“Yo normalmente voy directamente a la estación de Shell”, cuenta Jeremy Wyatt, un gerente de desarrollo comercial sostenible que vive en Nairobi. “El personal no ha cambiado, el servicio no ha cambiado”.

Christian Berthelsen contribuyó a este artículo.