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Se cree la quinta espada del marxismo

Se cree la quinta espada del marxismo

En una reciente entrevista en El Comercio, Marco Arana , uno de los líderes del autodenominado Frente Amplio de Izquierda (FRENAIZ) y del movimiento “Tierra y Libertad”, el único con inscripción electoral vigente, saca del desván los trapos viejos de los argumentos contra la economía de mercado y el capitalismo y, francamente, es asombrosa su desconexión con la historia de la humanidad. Para el ex cura no existieron las tragedias del comunismo, de los socialismos y nacionalismos del siglo pasado.

 

Sin el menor rubor sostiene que “planteamos que colocar el egoísmo y el individualismo como una meta suprema para las relaciones sociales y económicas, es un error. Promovemos formas solidarias de colaboración y participación”. “Proponemos un modelo alternativo al capitalismo que se base no solo en los valores económicos”. Recordemos, además, que Arana explicó hace unos meses en España su visión de desarrollo, sosteniendo que el país no debe crecer más de 2% anual, para así no demandar minerales ni petróleo.

Arana adereza su propuesta económica con retórica filosófica. Pues bien, habría que recordarle que todas las ideologías que negaron al individuo como punto de partida de la sociedad reemplazándolo por el Estado en supuesta representación de “formas solidarias”, “colectivismos”, “socialismos” y “nacionalismos”, que terminó ahogando a la humanidad en océanos de sangre. Allí está el Gulag estalinista con sus 40 millones de muertos, o la barbarie Nazi con el genocidio de los judíos y otras minorías, o los 60 millones de chinos sacrificados por Mao. No olvidemos la deshumanización creada por el sistema soviético.

Arana tampoco entiende la verdadera solidaridad. ¿Qué individuo en la historia ha prosperado sin cooperación? El individuo, el productor, en un mercado abierto solo sobrevive y triunfa en base a la cooperación con miles de agentes económicos, solo si se establecen vastas redes solidarias en la que millones se organizan para producir y vender.Las dos caras de la moneda del mercado, pues, son el individuo y la cooperación.

¿No conoce Arana la realidad de los mercados populares del Perú en el que millones de “individuos” migrantes andinos producen, compran y venden? ¿No se da cuenta que su propuesta es totalmente antipopular en Gamarra, Villa el Salvador o Huancayo y Juliaca?

Cuando a Arana se le pregunta cómo se llama su modelo, dice “llámele la recuperación del socialismo, de una economía solidaria, justa y ecológica”.  Luego afirma que su propuesta es una alternativa al capitalismo neoliberal. Pero cuando se le pregunta en qué ha país ha funcionado su modelo,  con increíble falta de respeto a la inteligencia de los peruanos, responde “nosotros creemos que no existe. Hay que trabajar en esa línea”. ¡Vaya! Arana no solo está contra las inversiones y el mercado sino que es el fundador de una nueva teoría mundial, una especie de quinta espadadel marxismo(la cuarta fue Abimael Guzmán, la tercera Mao, la segunda Lenin y la primera Carlos Marx), porque Corea del Norte, Cuba, los países bolivarianos de América Latina hoy, o el socialismo soviético de la pasada Guerra Fría y todos los modelos anticapitalistas y anti-mercado que han surgido en los últimos 150 años, no tienen nada que ver con su ideario. Arana es puro, inmaculado, tocado por una mano divina, aunque repita el fracasado recetario anticapitalista superado por la humanidad.

No se advierte, pues, alguna novedad ideológica en el discurso del llamado (FRENAIZ) Frente Amplio de Izquierda. Se trata del mismo huaqueo ideológico contra el mercado y la inversión privada que se ha levantado antes con diferentes envolturas, ya sea la marxista, fascista, nazi, nacionalista, chavista, “ecológica-radical” e, incluso, las teocráticas.

Las recetas contra el mercado, como las de Arana, nacieron con el propio mercado, pero este es el único modelo económico que, fracasando, nace y se reforma una y otra vez, como el ave Fénix, para continuar avanzando. Como se ve la nueva propuesta de la izquierda nace demasiado vieja y arrugada.