1

Brasil rumbo a Perú 2014

Brasil rumbo a Perú 2014

En una reciente declaración realizada durante su visita a Lambayeque, el presidente Ollanta Humala enfatizó la importancia de la política social para el gobierno y señaló que el crecimiento económico no era lo más importante. Esto resulta preocupante, pues declaraciones como esta dan da pie a que se descuiden las políticas que promuevenel crecimiento o peor aún, que se lleven a cabo políticas erradas que terminen por desalentarlo.

Más aún, si el gobierno hace énfasis en el desarrollo social, resulta de vital importancia no descuidar el crecimiento de la economía.El crecimiento económico es esencial para la reducción de la pobreza. Después de décadas de proteccionismo y atraso, la liberalización de la economía, que permitió el aumento de la inversión privada, redujo significativamente la pobreza y la desigualdad. Entre los años 2002 y 2010 la pobreza cayó en el Perú en alrededor de 23 puntos porcentuales y hay estudios que muestran que el crecimiento económico explica el 75% de la reducción de la desigualdad económica.

Imagine usted que para saciar el hambre visita su pizzería favorita y comparte con un amigo una pizza chica. Seguramente disfrutará la comida, pero es poco probable que salga con el estómago lleno. Imagine, por el contrario, que su amigo y usted piden una pizza tamaño familiar.Sin importar cómo la distribuyan, en la mayoría de casos ambos saldrán más que satisfechos. La razón es obvia: mientras más grande sea la pizza mayor será el tamaño de la tajada. Ver artículo: Del cuero salen las correas.

Del mismo modo, una economía más grande y robusta lleva a una mejor situación para los ciudadanos. Con crecimiento económico hay una economía más grande que, a la larga, termina beneficiando a todos. Incluso en presencia de un crecimiento desigual, que requiera llevar a cabo inversiones que permitan sacar provechoa los menos favorecidos, una economía más grande significa que habrá más recursos para llevar a cabo estas políticas. En otras palabras, con crecimiento económico hay más pizza para repartir.

Ahora comparemos brevemente al Perú con Brasil. Nuestro país, a pesar de tener un menor nivel de gasto social como porcentaje del PBI, ha logrado reducir la pobreza mucho más rápido que nuestro vecino, cuya relación entre gasto social y PBI es mucho más alta. Para muestra un botón: entre 1999 y 2009 Brasil ha tenido un gasto social equivalente al 23% de su PBI y ha reducido la pobreza extrema, definida como la población que vive con menos de un dólar por día por persona, de 5.7% a 3.6%; mientras que el Perú, con un gasto promedio de 9.3% del producto ha reducido la pobreza extrema de 6.2% a 1.6%. Esto es una reducción de la pobreza muchísimo más grande que la de Brasil y con solo una fracción de la inversión. No dejen de releer: Luces y sombras de la visita de Lula al Perú.

A pesar del mayor gasto social de Brasil con respecto al Perú, nuestros resultados en reducción de pobreza son largamente superiores. En contra de lo aseverado por Lula, lo que está detrás de esto es que el Perú ha crecido más de 6% anual promedio, mientras que Brasil no llega al 4%.

Por lo anterior, resulta primordial que el gobierno no deje de alentar la inversión privada y generar confianza, pues solo así podremos mantener el ritmo de crecimiento económico de los últimos años y cumplir con la agenda pendiente en educación, salud e infraestructuras. Según cifras del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), el año pasado la inversión representó el 26.7% del PBI y la inversión privada 21.5%, todo un record.El reciente reconocimiento al país por el cumplimiento anticipado de los ODM (Objetivos del Milenio) debería ser un llamado a seguir creciendo. 




Levitsky pontifica sobre el gasto social

Levitsky pontifica sobre el gasto social

El politólogo norteamericano Steven Levitsky (SL), en su última columna, enfatiza que la caída de la aprobación presidencial se debería a la “ultra ortodoxia económica”. Según SL, el Perú se ha convertido en una de las democracias “más tacañas del mundo” por haber obtenido la nota más alta de América del Sur en la evaluación sobre gasto público del Índice de Libertad Económica elaborado por la Heritage Foundation. El artículo de Levitsky contiene varias inexactitudes y errores de razonamiento que vale la pena aclarar.

Una de las perlas de SL es su afirmación de que el gasto público debería ser el resultado de un “tira y afloja” entre políticos (que buscan reelegirse) y tecnócratas. Esta nefasta receta se encuentra en las antípodas de la elaboración óptima del presupuesto público, que se debería diseñar con una metodología transparente que permita hacerlo predecible, incorporando criterios de optimización inter-temporal. Como académico, Levitsky debería entender que los tecnócratas no basan sus decisiones en convicciones románticas o ideológicas, sino en conocimiento especializado respaldado por investigación y evidencia empírica. Por ello, a diferencia del político promedio -cuyos incentivos están centrados en su reelección de corto plazo-, el tecnócrata, que no participa en elecciones populares, debe buscar maximizar el bienestar social de forma sostenible. SL manipula el papel de estos actores al asociarlos maliciosamente con una “menor protección social” para los peruanos. Nada más falso e insidioso.

Por otro lado, si bien es cierto que el gasto social en el Perú como porcentaje del PBI es más bajo que en países como Chile y Brasil, muchas investigaciones han encontrado la importante orientación pro-pobre, pro-clase media y pro-descentralizadora que ha cumplido el crecimiento económico experimentado por el Perú en los últimos 15 años (ver el siguiente documento del BCRP). Es remarcable que la experiencia peruana, además, constituya un fenómeno virtuoso, diferente a los típicos procesos de crecimiento que agudizan la desigualdad en el corto plazo, al haber creado una clase media emergente y haber incrementado los recursos destinados a los gobiernos locales y regionales, acentuando la descentralización.

La reducción de la pobreza en el Perú ha sido generada fundamentalmente por el crecimiento económico, pasando de 58.7% en el 2004 a 25.8% en el 2012, según el INEI. Complementariamente, el gasto social básico -definido por el Consenso de Oslo como los gastos en educación básica, salud básica, alimentación y nutrición, y agua y saneamiento, entre otros- creció 173% en el mismo periodo, y el gasto social complementario (que incluye educación secundaria, educación superior, infraestructura social y productiva, electrificación rural, carreteras rurales, etc.) se incrementó en 125% en el mismo periodo. En la actualidad, el presupuesto público es el doble del aprobado en el año 2006 y el 56% del mismo se concentra en sectores sociales y productivos, como Educación, Salud, Protección Social, entre otros. Solo lo social alcanza el 38%, con un crecimiento de 21,6% con relación al año anterior. 

Para sustentar su falacia, SL usa cifras del año 2009, argumentando que la democracia peruana es “tacaña”. Esto es falso, ya que el indicador de la Heritage no analiza la composición sectorial del gasto, sino el manejo prudencial de la política fiscal que busca asegurar la robustez macroeconómica, la transparencia y la sostenibilidad de las finanzas públicas, aspectos en los que el Perú tiene una fortaleza reconocida a nivel internacional.

SL también comete el “error” de inferir que la legitimidad democrática se construye a partir de la expansión del gasto social, ya que el aumento o la disminución de la participación del gasto social con respecto al presupuesto total o con respecto al crecimiento del PBI, no es condición suficiente para hacer afirmaciones sobre su efecto redistributivo y sobre el bienestar de la población. Cabe señalar que un estudio (Yamada, Castro y Bacigalupo, 2012) encuentra que los programas asistencialistas como JUNTOS solo explican un cuarto de la reducción de la desigualdad, mientras que las fuerzas del mercado y el crecimiento económico han sido los motores del 75% de la mejora en la distribución del ingreso y el consumo. En este sentido, parece ser que la caída de la aprobación presidencial no radicaría en la “ultra ortodoxia” o en el Estado “tacaño”, sino en la pérdida de confianza alimentada desde el Ejecutivo. 




“Sólo el 5% de las innovaciones se convierten en productos exitosos”

“Sólo el 5% de las innovaciones se convierten en productos exitosos”

—La reciente administración al mando de Concytec busca construir un ecosistema de ciencia, tecnología e innovación que trabaje de modo articulado. Admite que a la fecha hay muchas trabas legales y administrativas del propio Estado que afecta a que se construya una cadena de la innovación. Entrevista realizada por Rocío Barja.

Lograr la tan ansiada y esquiva competitividad del país está íntimamente ligado al desarrollo de la innovación y la tecnología. ¿Cómo se está realizando este trabajo desde Concytec?

Establecer una política de ciencia, tecnología e innovación que vaya de acorde con el crecimiento del país nunca es fácil, ni siquiera para los países desarrollados. En el caso de Concytec, debe quedar claro que las políticas que se dan no sólo salen de nuestras cabezas sino que deben responder a la demanda de tecnología de las empresas, así como a la del sector público (entidades y ministerios). Al menos, eso es lo que está intentando imprimir la actual gestión: que las decisiones de políticas estén basadas en evidencia real.

¿Qué tan difícil es eso?

Complicado. Por eso en Concytec hemos implantado la política de evitar el conflicto de interés en la aprobación de los financiamientos a diversos proyectos de investigación de empresas. Por dicho motivo, nosotros no intervenimos en la aprobación de proyectos y tampoco nos enteramos qué proyectos son aprobados ni que empresas están participando en los concursos de selección. Es mejor así.

Ahora, ¿qué tan difícil le resulta a una empresa hacer investigación para mejorar un producto existente o crear uno nuevo?

El tránsito de una investigación hacia una innovación o producto específico es muy largo en el Perú, puede tomar hasta 10 años, dependiendo del sector. Uno de los motivos de esta realidad es que el Estado no ha fomentado esta práctica, precisamente por los pocos fondos con los cuales se contaba hasta hace algún tiempo.

¿Ello quiere decir que el tiempo para que un proyecto se convierta en un producto real depende sólo del factor financiamiento?

Definitivamente que no. Se requiere también de una institucionalidad que actualmente no existe en el Estado peruano, y que por ejemplo si lo tiene Chile. Un caso interesante es el del salmón, donde el gobierno chileno fue el primero en apostar en la investigación para su cultivo y luego las empresas, cuando vieron que era exitoso se lanzaron a invertir.

Adicionalmente a la falta de institucionalidad existen otros factores que afectan a que en el país se construya una cadena de la innovación…

Si. En este momento hay muchas trabas legales y administrativas que impone el propio Estado. Ahí tenemos por ejemplo, el hecho que haya universidades en las regiones que reciben canon y no lo utilizan, eso tiene que cambiar. Otros problemas son la falta de coordinación entre universidades y la OSCE así como las trabas para contratar personal extranjero en las labores de investigación.

Con todos estos problemas cualquiera diría que sería mejor no investigar…

Lamentablemente en el Perú en los últimos años, las empresas han innovado por su cuenta sin la ayuda del Estado. Recién a partir de esta gestión lo que se está tratando de hacer es brindar un apoyo a la innovación pero eso requiere de recursos importantes.

¿Y eso porqué?

Quizá la parte más costosa del desarrollo de una innovación no es tanto la investigación aplicada sino como se llevan esos conocimientos a productos concretos. Hay muchas innovaciones que de repente no cuestan nada pero hay otros casos que se requiere un trabajo mucho más laborioso.

Eso quiere decir que el financiamiento del Estado no es suficiente…

Así es. La innovación no es una tarea trivial sino sumamente complicada. Requiere del apoyo de varias instituciones, no solamente del Estado. También se necesita de fuentes externas de financiamiento que provienen del sector privado. Ellas que conocen el mercado saben que si bien los retornos pueden ser muy altos, los riesgos también lo son.

Hablando de la mortandad de los proyectos de investigación o innovaciones, ¿cuántos llegan a concretarse?

Si bien no hay datos exactos de Perú, podemos afirmar que en general a nivel internacional estamos hablando que del 100% de estas iniciativas sólo el 5% llega a concretarse como productos exitosas y son introducidos en el mercado.

Este porcentaje es muy bajo, ¿verdad?

No tanto. Nosotros creemos que la mortandad de proyectos de innovación hasta que se llega finalmente a innovaciones concretas dentro del mercado es sumamente bajo. Sin embargo, allí entran a tallar los capitales de riesgo quienes ven una oportunidad para maximizar sus ganancias. Ellos saben que probablemente sólo el 10% de lo que financien será realmente exitoso, pero eso no les preocupa porque saben que la rentabilidad que ganen superará cualquier perdida que hubieran tenido.

La agenda pendiente

Uno de los pedidos planteados por la actual administración de Concytec al MEF es que les incremente el presupuesto para el 2014. ¿Qué cambios se darían de aprobarse esta solicitud?

El pedido de aumento de presupuesto está íntimamente ligado a mejorar nuestra tarea como ente rector de la ciencia y tecnología en el país. En ese sentido, estamos proponiendo la creación de una línea de financiamiento para el fortalecimiento de oficinas de transferencia tecnológica. Estas oficinas son los lugares donde las empresas van cuando tienen necesidad de innovar. Es el link entre el know how de la tecnología y la demanda de las empresas.

¿Qué otros aspectos están contemplando?

También estamos viendo la necesidad de crear dos direcciones: una vinculada a la evaluación y seguimiento de los proyectos y políticas, así como otra de Estudios Económicos.

Eso quiere decir que hasta la fecha, el Concytec no ha realizado seguimiento a los proyectos en cartera…

No tanto así. Si se ha realizado una evaluación pero ha sido sobre todo desde el punto de vista administrativo. Lo que ahora buscamos con esta nueva dirección es una radiografía del verdadero curso que siguen los fondos públicos destinos a la innovación y tecnología.

Y en el caso de la dirección de Estudios Económicos, ¿Qué se busca lograr con ella?

Lo que buscamos es tener data del sector que actualmente no se tiene. Por ejemplo, cuántos investigadores existen actualmente en el país, en que universidades están, entre otros temas. Para esta oficina se ha conversado con Ricardo Hausmman, director del Centro para el Desarrollo Internacional (CDI) de la Universidad de Harvard, quien será nuestro partner. Lo que nos falta ahora es encontrar a una persona en Perú que se encargue de ejecutar las sugerencias de Hausmann.

Con todos los cambios que se vienen para el Concytec, ¿cuál es el estimado de inversión del Estado que prevé alcanzar al 2014 en términos de inversión en innovación y tecnología?

Actualmente se dice que la participación de la innovación y tecnología como porcentaje del PBI del país asciende al 0.15%, nivel muy por debajo a lo estimado para la región que es del 0.6%.

Ahora, nosotros estamos convencidos que al cierre del 2014, ese porcentaje subirá al 0.23%, lo cual será todo un logro ya que por años nos hemos visto estancados. Ahora realmente sentimos un cambio de mirada en el tema.

 

Publicado por Gestión, 1 de agosto del 2013