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Buenas ondas del exterior, malas vibras al interior

Buenas ondas del exterior, malas vibras al interior

Durante el último mes, el Perú ha recibido elogios y reconocimientos del mundo por nuestros avances económicos y sociales. El Secretario General de las Naciones Unidas, BanKi Moon, en la última asamblea de la ONU, dijo que el Perú era uno de los dos países del planeta que había cumplido anticipadamente Los Objetivos del Milenio en cuanto a reducción de pobreza, mortalidad infantil, desnutrición crónica y otros. Unas semanas después, Christine Lagarde, Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional, calificó al crecimiento económico del Perú como “robusto”, pronosticando que el país crecería a un ritmo de 5.7% en los próximos años. Como para no quedarse atrás, Hasan Tuluy, Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, señaló que “el Perú era uno de los países con mejor desempeño económico de los últimos años”, con una solidez económica impresionante. Además, aseveró queel crecimiento económico explicaba dos tercios de la reducción de la pobreza y la expansión de la clase media. Sin embargo, semejantes noticias, apenas fueron difundidas en el Perú y no hubo primeras planas de los diarios, ni reportajes de radio y televisión festejando las victorias mundiales del país.La izquierda y otros sectores continuaron con sus prédicas contra el modelo y la Alianza del Pacífico, demandando una industrialización diseñada y apoyada por el Estado, y todas aquellas recetas que nos empobrecieron en los años setenta y ochenta. El planeta entero, pues, emitía ondas positivas para el país, buenos vientos, mientras que aquí algunos siguen emitiendo malas vibras.

De otro lado, los desencuentros entre el oficialismo y la oposición,que han terminado bloqueando el diálogo entre los partidos,es una batalla que ignora toda esta fiesta mundial por los éxitos económicos y sociales del Perú.Los congresistas se empeñan en seguir desprestigiándose, se multiplican los enfrentamientos entre poderes, el Poder Judicial libera a acusados de terrorismo y a los salvajes de los eventos de la Parada.

Esta batallapolítica es tan encarnizada que tampoco toma en cuenta gestos y conductas fundamentales del Presidente Humala. Por ejemplo, desde que el Jefe de Estado asumió el poder, la oposición le ha venido reclamando que siga fielmente los compromisos de la ´Hoja de Ruta´ y ha mantenido una actitud fiscalizadora. De pronto, el jefe de Estado, inicialmente reticente a aparecer vinculado con empresarios o políticas de libre mercado, toca la campanilla en la Bolsa de Valores de Nueva York, la Meca del capitalismo planetario, desarrolla un discurso conceptuoso y esclarecedor sobre la minería peruana en Perumin, y luego asiste personalmente al homenaje que realiza la Confiep a don Mario Brescia Cafferata y reconoce en la labor de los empresarios las virtudes de los héroes. La mayoría del país se gratifica con los gestos del Mandatario, pero la oposición se dedica a ironizar.

Es como si algunos quisieran negarse a la victoria, bajar nuestra auto-estima como sociedad, y optaran solo por subrayar los vacíos, los errores y fracasos.Por ejemplo, los medios prefieren el pesimismo de la señora Rebeca Arias, representante del PNUD en Lima, que, en vez de elogiar al Perú por cumplir anticipadamente los Objetivos del Milenio, mencionó nuestros atrasos en el área rural. ¿Rebeca Arias en vez de los elogios de Ban Ki Moon? ¡No puede ser!Algunos quieren volvernos campeones del pesimismo.

Hemos perdido en futbol, pero hemos ganado la sede de los Juegos Panamericanos del 2019. Ejemplos de malas y buenas dirigencias.No perdamos perspectiva sobre la dirección de la más grande batalla que debemos enfrentar todos los peruanos, la del desarrollo integral y sostenido. Apoyemos lo bueno y critiquemos lo malo, pero apuntemos siempre hacia adelante.




Desaprobación general del sistema político

Desaprobación general del sistema político

En una reciente encuesta de Ipsos-Perú, el sistema político peruano sufre un rechazo devastador: solo el 5% de los encuestados aprueba a los partidos políticos, el Congreso apenas llega al 8% y el Poder Judicial a 11%. Es decir, lo que representa a la política y dos poderes del Estado, columnas centrales de un sistema democrático, no gozan de la confianza ciudadana. A diferencia de esta desaprobación, algunas instituciones de enorme impacto social son aprobadas con nota sobresaliente: la radio con 67% y la Iglesia Católica con 65%. Sin embargo no todo el Estado está sumido en el descrédito: la Reniec tiene 59% de aprobación y el Banco Central de Reserva 49%, igual que la aprobación de las empresas privadas.

Semejantes cifras nos confirman una constante de nuestro modelo económico y social: la ciudadanía percibe que el crecimiento y reducción de la pobreza y la desigualdad se han desplegado al margen de la política, los partidos y el Estado en general. Tan grave situación no puede continuar, a menos que se pretenda arriesgar todos los logros alcanzado por el Perú. Extremando el análisis, la cohesión social de un país no puede reposar en la legitimidad de la radio o de la Iglesia Católica, porque las sociedades y las economías no florecen indefinidamente sin un Estado y autoridades legítimas.

La aprobación de la Reniec y el BCR nos confirman que cuando hay reformas, modernidad y eficiencia, las instituciones estatales pueden conseguir el favor de los ciudadanos. Con el crecimiento económico, el Estado se ha llenado de recursos fiscales impensados, pero los servicios en leyes, justicia, educación, salud y seguridad no han sido provistos con eficiencia y se extiende la sensación de que el gobierno cobra impuestos por gusto. Allí están los resultados de las encuestas. En todo caso, los políticos, los congresistas, los jueces y las autoridades tienen la palabra.




La izquierda sin caretas

La izquierda sin caretas

No a la Alianza del Pacífico, no a la Constitución del 93, no al modelo económico, no a Castilla. Sin caretas, la izquierda ataca nuestro proceso de desarrollo por aire, mar y tierra. El menor crecimiento económico por la caída de la confianza ciudadana y el descenso de la popularidad presidencial han reavivado las ambiciones políticas de la izquierda agrupada FRENAIZ, que insisten en un cambio de modelo económico, en el relevo de Miguel Castilla y la alucinación de que dirigentes izquierdistas retornen al régimen que critican desde el día en que fueron licenciados. Sin temor a equivocarnos, se puede afirmar, que buscan un cambio de timón gubernamental, porque creen que el gobierno de Humala es “un espacio en disputa”.

Para alcanzar sus objetivos se le imputa a Castilla la responsabilidad del menor crecimiento no obstante que todas las encuestas nos indican que la desaceleración se explica fundamentalmente por una dramática caída de la confianza.Lo acusan de la disminución del canon, pero sabemos que la causa está en la reducción de los precios de los metales.

La izquierda se ha propuesto magnificar todos los problemas y escalarlos a niveles de crisis. Aquí en el Perú al menor crecimiento quieren llamarle crisis. Y, a pesar de que Estados Unidos se recupera, Europa se estabiliza y China se ajusta convenientemente, siguen hablando de crisis y nos pintan un apocalipsis, porque explotamos nuestros recursos naturales. Confunden la estructura de las exportaciones con la participación de los sectores primarios en el PBI. Nos dicen que exportamos piedras pese a que nuestra industria ha crecido siete veces, las exportaciones no tradicionales se han multiplicado en más de 200% en la última década y como dice Richard Webb, la economía peruana se está diversificando a todo galope. Los argumentos económicos no importan, juegan con las fotos y esconden las películas, los procesos de avance del país. Solo vale la ideología y la búsqueda del poder.

Exigen la renuncia del Ministro Castilla. Alucinan a Félix Jiménez, con el mamotreto de la Gran Transformación, sentado en el despacho, pero el Perú ya no es la ficción con la que construyen sus ilusiones. Exigen el cambio de la Constitución, porque saben que el modelo constitucional ha desterrado al estado empresario y representa el marco jurídico sobre la cual ha prosperado la economía de mercado, permitiéndonos reducir la pobreza y la desigualdad sin precedentes en la historia.

Asimismo enfilan contra la Alianza del Pacífico contraponiéndola con la CAN, el Mercosur, Unasur y CELA, porque  en esta alianza se reúnen México, Colombia, Chile y Perú, las cuatro naciones con más apertura comercial, crecimiento y desarrollo, pero también con mayor estabilidad democrática a diferencia de los países bolivarianos, donde unos dictadorzuelos se han apoderado de sus respectivas sociedades en medio de colas, desabastecimiento y carencias de hasta  papel higiénico.

A la izquierda no le interesa el Perú. Solo vale la ideología y el interés partidario. Pero el problema histórico para ella es que el modelo que propone ya fracasó en el país en toda su magnitud entre los 60 y 80s, cuando el 60% de los peruanos se empobreció y Sendero Luminoso llegó a controlar un tercera parte del territorio.Tampoco aprenden de las experiencias de otros, ni de las buenas, ni de las malas. Como dice Fernando de Szyszlo, falta amor por el Perú.