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Wakanda: La Bendición de los Recursos Naturales

Wakanda: La Bendición de los Recursos Naturales

A pesar de los múltiples ejemplos de realidades exitosas sobre países que han sabido transformar su gran riqueza de recursos naturales en bienestar, se sigue hablando de la maldición de los recursos naturales para justificar las supuestas debilidades de nuestro “modelo primario exportador”, el cual nos llevaría eventualmente a una gran crisis.

Y si bien no todos los que impiden el desarrollo de nuestros recursos naturales, ya sea por acción o por omisión, recurren al argumento de la maldición, de facto han inhibido, por ejemplo, el tan necesitado desarrollo ambicioso de muchos proyectos mineros. Esto ha llegado a tal punto, que hace ya más de un lustro, nuestras autoridades, en Lima y en las regiones, muestran hacia la minería un rechazo visceral, una distancia desinformada para protegerse de las monsergas mediáticas, o una abierta e irresponsable cobardía.

La verdad es que, gracias a la minería, el Perú impulsó su economía desde la condición de un ‘Estado Fallido’, donde nadie invertía, hasta un estadío de prosperidad que estúpidamente se interrumpió el 2011. Redujimos la pobreza en más del 50%, desde 1990, multiplicamos el PBI (US$ PPP) en 6.9 veces, disminuimos la desigualdad y la desnutrición crónica. Sin embargo, muchos todavía no entienden  los beneficios que nos pueden brindar nuestros recursos naturales.

Por eso, queremos aprovechar un ejemplo que ha salido recientemente en los cines para llegar a la conciencia de nuestras autoridades:

Una película que fue estrenada hace poco tiempo, titulada “The Black Panther” (adaptada de un cómic de Marvel), se sitúa en el país ficticio de Wakanda, rico en un mineral (también ficticio) llamado ‘vibranium’, ofrece lecciones sobre cómo los países pueden transformar los depósitos de energía y minerales en beneficios duraderos. Quizás lo más importante es que la película resalta que no es verdad la llamada “maldición de los recursos” y que, en realidad, sí se pueden resolver los problemas de pobreza, conflictos y corrupción en las naciones ricas en recursos naturales.

A pesar de su naturaleza ficticia, Wakanda comparte similitudes clave con muchos países; y los políticos pueden extraer lecciones de la buena gobernanza de los recursos y la integración económica. En particular, Wakanda ha sabido utilizar su recurso para mejorar la tecnología y el desarrollo económico de su gente. Además, el enfoque de Wakanda es utilizar el vibranium para crear beneficios ampliamente distribuidos para la sociedad.

Este país ficticio comparte muchas similitudes con Noruega, por ejemplo, que es rica en petróleo, y ha sido elogiada por su gestión de los recursos naturales que ha potenciado y hecho sostenible con la creación de un inmenso fondo soberano de riqueza. Noruega gasta alrededor del 4 % del fondo en proyectos públicos. En los comics, el país destina una parte generosa de los ingresos de vibranium para crear una red de seguridad social.

Otro ejemplo con el cual se le suele comparar a Wakanda es Botswana, uno de los países africanos que es una historia de éxito, siendo uno de los mayores productores de diamantes del mundo. La nación ha buscado la diversificación económica y ha desarrollado políticas fiscales sólidas para regular la riqueza del diamante y el gasto gubernamental. Botswana también invirtió los ingresos de los diamantes para las generaciones futuras utilizando un fondo de riqueza soberano llamado Pula Fund. Está allanando el camino para que sus jóvenes se eduquen y empoderen y que su sociedad prospere.

Aislacionismo

Otro punto interesante de analizar en el Universo Marvel, es que el vibranium es clave para ayudar a Wakanda a esconderse del resto del mundo y evitar la apropiación del valioso recurso. Debido a su autoaislamiento, Wakanda parece tener un modelo económico donde no intercambia sus recursos naturales con el resto del mundo: vive en la autarquía e invierte fuertemente en tecnología. Justamente uno de los puntos clave de la película se centra en que el nuevo Principe de Wakanda cree que los recursos de vibranium no deben mantenerse ocultos en Wakanda; más bien deberían usarse para liberar a la gran cantidad de personas de ascendencia africana que viven en condiciones de pobreza y opresión en todo el mundo, además de utilizar los recursos de Wakanda para ayudar a las naciones extranjeras al intercambio de conocimientos tecnológicos que ellos han adquirido.

La inversión masiva de Wakanda en tecnología le da al país de ficción una clara ventaja comparativa, lo que, a su vez, hace que los beneficios potenciales del comercio internacional sean bastante altos. La alta calidad de su gobierno sugiere que Wakanda también podría gestionar los ingresos esperados del comercio para las generaciones actuales y futuras de Wakandans. Además, si el Vibranium puede desempeñar el mismo rol que tuvo la máquina de vapor durante la Revolución Industrial del siglo XIX, Wakanda podría ser el catalizador para un aumento en el comercio mundial; ya que transportar los productos utilizando motores superpotentes y tecnológicamente avanzados reduciría drásticamente los costos y facilitaría el movimiento de mercancías.

El país ficticio de Wakanda proporciona una imagen de la prosperidad y avance tecnológico, que podrían disfrutar los países ricos en recursos naturales que saben aprovecharlos y gestionarlos adecuadamente. Además, la inversión en educación y salud, el desarrollo tecnológico y el aumento en el comercio mundial serían un beneficio que si bien, no se vio con amplitud en la película, sí podemos lograr en nuestro mundo real.

El Perú no vio la película

Es evidente que, en Perú, nuestras autoridades y buena parte de los medios, no vieron la película.

  • Después de la experiencia de la interrupción del crecimiento de la economía producido en gran medida por el sabotaje de la inversión minera, demostrado en dos casos icónicos, Conga y Tía María.
  • Después de haber pasado de un Estado en donde se incrementaban las reservas y el ahorro fiscal, a sufrir un déficit fiscal de 3.5%, sin miras de superarse en el mediano plazo.
  • Después de regresar, como antes de los años 90, a la sensación de escasez y pérdida de sensación de futuro.
  • Después de comprobar que el mayor saboteador de la inversión minera, el ahora congresista Marco Arana, expulsado de la Iglesia Católica (caserito de los medios -dizque- serios), no es consecuente con los derechos y necesidades de los pueblos, pues más movido por la ideología y la política, sigue defendiendo al oprobioso régimen chavista controlado por el ‘Eje-Cuba-Venezuela’, que está matando a su población. Después de una excelente campaña de comunicación sobre el proyecto de Tía María en Arequipa.

Nuestras autoridades son incapaces de asumir un liderazgo que ilumine el sentido común de nuestra población, con comunicaciones sinceras y claras, que permitan que apoyen el desarrollo de las inversiones.

Por un lado, el gobernador de Arequipa, la señorita Yamila Osorio, sigue en una suerte de limbo incapacitante, y por otra, el Primer Ministro, Cesar Villanueva declara: “Tía María (…) es uno de los proyectos que (…) no tienen la aprobación de las poblaciones adyacentes al centro minero y que, además, no demuestran un respeto absoluto al tema ambiental en sus propuestas de operación deben esperar.”

Declaraciones con las que solo ha empoderado a las minorías de oportunistas y agentes políticos para impedir la inversión. ¿O alguien se imagina, que el diario La República destaque la declaración del premier en su portada de hoy con un propósito distinto de alertar a oportunistas y agentes anti-inversión?

¡Todos al cine (sin llevar canchita)! Lampadia