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¿No más minería?

¿No más minería?

La noticia de que Cañariaco Cooper Perú había paralizado sus actividades causó una gran  alarma en el país. Felizmente la empresa aclaró que continuará operando y que las perforaciones se han detenido solo por el momento y esto no pasó de ser un susto,  pero el acoso a los proyectos mineros y la reducción de los precios de los commodities hacen temer que cualquier día tengamos una nueva paralización.

La lista de paralizaciones es desalentadora: Tambogrande ($450 millones), Tía María ($1,000 millones), Santa Ana ($330 millones), Conga ($4,500 millones de dólares), etc. En total, 22 emprendimientos por $24,000 millones, se han ido parando a punta de mentiras y de violencia (ver Stalinismo en Cajamarca, Tierra y Libertad conspira en Espinar) y Puno: prueba de fuego.

Doce proyectos que debieron iniciarse el 2012 tuvieron que postergarse debido el sabotaje disfrazado de “protesta social”, a los obstáculos burocráticos que ponen funcionarios temerosos de ser judicializados, a la consulta previa, y a la incapacidad del estado para remover esas trabas.

Otros cuatro proyectos que estaban programados para este año también fueron aplazados por los mismos motivos. Y la misma suerte han corrido seis proyectos más: Cuatro que debían comenzar el 2014 y dos el 2015. (Ver cuadro)

El presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, advirtió hace poco que entre este año y el próximo habrá una reducción de la inversión privada en US$ 2.800 millones y que varios proyectos mineros, especialmente los vinculados al cobre, están en riesgo de postergarse nuevamente. La SNMPE (Sociedad de Minería Petróleo y Energía) también ha señalado  que a lo mucho dichas inversiones llegarán a $8,500 millones, lejos de los $10,000 millones que ofreció el gobierno.

Se equivoca quien cree que esta situación perjudica solo a las empresas. Los primeros perjudicados son los pobres: 6,800 trabajadores de las empresas comunales proveedoras de Conga se han quedado sin empleo, igual que otros 2,500 habitantes de las comunidades vecinas del proyecto Santa Ana en Puno, por citar solo dos ejemplos Además, gobiernos locales y regionales dejarán de recibir millones de soles que les permitirían mejorar los deficientes servicios e infraestructuras básicos que brindan a los ciudadanos. Puno, por ejemplo, dejará de recibir $25 millones por la paralización de Santa Ana (10% de sus ingresos por canon minero).

Lamentablemente, el gobierno se muestra temeroso ante la ofensiva antiminera, e incapaz de articular un discurso que ilustre a los peruanos sobre la importancia de aprovechar nuestros recursos naturales. En otras palabras falta liderazgo y comunicación.

Así es como nuestras autoridades han permitido una “gran parálisis” de uno de los motores más grandes de la economía. Estamos desperdiciando probablemente la mejor oportunidad histórica de crecimiento y superación de la pobreza, una oportunidad nunca antes vista para convertir nuestros ingentes recursos naturales en el combustible que continúe impulsando la consolidación del desarrollo económico y prosperidad iniciados durante los últimos quinquenios. (Ver Recursos naturales: bendición, no maldición)




Perú destaca entre los que mejor gestionan sus recursos naturales

Perú destaca entre los que mejor gestionan sus recursos naturales

El Perú figura en el bloque de los once países con mayor transparencia en la gestión de sus recursos naturales, según el Índice de Gobernanza de Recursos Naturales 2013, desarrollado por la organización Revenue Watch Institute.

El ranking evalúa,sobre una base de 100 puntos, la calidad en la administración de esos recursos en los 58 países más ricos en minería, gas y petróleo, considerando cuatro componentes principales: Marco institucional y legal, prácticas de acceso a la información, salvaguardias y controles de calidad y el entorno propicio.

El ranking está encabezado por países desarrollados como Noruega (98), Estados Unidos (92), Reino Unido (88) y Australia (85) y Canadá (76), a los que siguen varios países latinoamericanosy emergentes como Brasil (80), México (77), Chile (75), Colombia (74), Trinidad y Tobago (74) y Perú (73)

El índice considera que solo once naciones tienen niveles satisfactorios de transparencia y rendición de cuentas, entre los que está el Perú.

El ranking incluye a Ecuador, Venezuela y Bolivia en el segundo bloque de países en el que la transparencia es parcial. Sus puntajes alcanzana 58, 56 y 53 puntos, respectivamente. El índice clasifica además a otros dos grupos de naciones, consideradas débiles y deficientes.

El Índice de Gobernanza de Recursos Naturales 2013, permite que reafirmemos que en los países con libertades económicas, políticas y solidez institucional, los recursos naturales aceleran y potencian el desarrollo, según lo señalado anteriormente en el artículo Bendición, no maldición (El Comercio, 7 de abril, 2013).

En Noruega, Australia, Canadá y Chile los recursos naturales han sido uno de los combustibles principales de su progreso. Del total de las exportaciones de estos países, en promedio, el 80% lo constituyen los recursos naturales. Igualmente, la pobreza en estas sociedades, en promedio, alcanza a menos del 10% de la población. Insistimos, las claves del éxito son democracia y mercado.

Por el contrario, la abundancia de recursos naturales ha devenido en una maldición en aquellos países que no tienen mercado ni democracia. Sin mercado ni democracia la abundancia de recursos naturales alimenta la corrupción y el estancamiento económico, sirve para fortalecer el patrimonialismo, las oligarquías y las satrapías.

Si bien el ranking incluye al Perú en el nivel satisfactorio, debido a la calidad de su entorno legal e institucional (88), también advierte que en el componente “entorno propicio”, nuestro país registró la menor calificación (55), debido a que hay una alta percepción de corrupción y de debilidad del estado de derecho. En lugar de vender mensajes aterradores sobre la explotación de nuestros recursos naturales, el país debe enfocarse en trabajar para eliminar las trabas que impiden mayor inversión y frenan el crecimiento económico.

Para acceder al documento completo puede dirigirse a: Índice de Gobernanza de Recursos Naturales 2013.




Impactos sociales virtuosos de la minería

Impactos sociales virtuosos de la minería

Dos informes recientes confirman Los impactos sociales virtuosos de la minería: La Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2012 (ENDES), realizada por el INEI, y de la Evaluación Censal de Estudiantes de Segundo Grado 2012 (ECE).

Los resultados de la ENDES indican que las provincias que tienen una mayor influencia minera registran los menores índices de desnutrición crónica infantil, y los de la ECE señalan que esas mismas zonas mineras también tienen los más altos rendimientos de aprendizaje escolar.

Según la ENDES, tres de las seis regiones que tienen los más bajos índices de  desnutrición infantil son mineras: Tacna (3.3%), Arequipa (6.9%) y Moquegua (8.5%) y Las otras tres son Lima-Callao (6,1%), Ica (8,0%) y Tumbes (8.5%).  Ver cuadro:

 

Los resultados de la ECE en comprensión de lectura,  indican que Moquegua, Tacna y Arequipa, en ese orden, presentan más de un 50% de Nivel 2, satisfactorio, superando inclusive a Lima. Coincidentemente las tres regiones figuran entre las de mayor producción minera.

En la sierra, las dos regiones con más alta comprensión de lectura son Junín y Pasco, también mineras y/o metalúrgicas. En cuarto lugar figura Cajamarca, que tiene menos de dos décadas de actividad minera aurífera. Ver cuadro:

 

En Matemáticas, Moquegua y Tacna prácticamente duplican a Lima en el porcentaje de alumnos con rendimiento satisfactorio, y en la sierra las tres regiones con mejores resultados son Junín, Pasco y Cajamarca, igualmente mineras.

Las cifras reseñadas confirman una tendencia positiva en nuestros indicadores sociales, que quedó registrada en el último Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Naciones Unidas, publicado el 2009, en el que se podía apreciar que, al contrario del mito que dice que las zonas mineras son las más pobres, las provincias mineras muestran los mejores indicadores de desarrollo humano.

A la luz de estos resultados, es incomprensible la inacción de nuestras autoridades frente a la paralización de alrededor de 20 proyectos mineros por US$ 25 mil millones, debido a trabas burocráticas, a las llamadas “protestas sociales”, y a la indolencia del gobierno.

Es difícil cuantificar cuánto pierde exactamente el país por esta parálisis, pero se estima que si esas inversiones se hubiesen ejecutado en su momento, hoy nuestra economía no estaría creciendo 6% anual, sino tal vez 8%. También hemos perdido la oportunidad de incrementar los volúmenes de nuestras exportaciones mineras, lo cual hubiese compensado la actual caída de los precios de nuestros minerales.

Es un hecho que el crecimiento económico que hemos alcanzado en la última década, con el consiguiente bienestar de nuestro pueblo, es resultado, en gran parte, de los recursos que ha producido la minería. Por eso es autodestructivo que esas grandes inversiones sigan paradas. Como decimos en Lampadia, es un imperativo moral aprovechar al máximo los ingentes recursos naturales con que ha sido bendecido el Perú (Recursos naturales: Bendición, no maldición).




“Nunca había sentido ese temor de que todo desaparezca”

“Nunca había sentido ese temor de que todo desaparezca”

En la siguiente entrevista Juliane Koepcke, bióloga y conservacionista, desarrolla su punto de vista ecológico y defensa del medioambiente en lucha frontal contra la minería informal causante del mayor daño ambiental de nuestros ríos y la selva. La entrevista es realizada por Marisol Grau.

Aunque no le gustan las entrevistas, usted ha decidido divulgar su preocupación por el avance de la minería ilegal en los bosques huanuqueños.

Luego del accidente no quise saber nada de la prensa hasta el año 1998, cuando hice el documental con el director alemán Werner Herzog. Comprendí que eso era parte de mi vida, aunque siempre he intentado escapar de aquellos pensamientos. Ahora mi misión es evitar que se destruya el medio ambiente selvático.

 

¿La extracción aurífera es lo único que le preocupa?

También la amenaza que representan las carreteras, ya que son el principio del fin para el bosque. Lo noto cuando voy por la carretera Marginal desde Pucallpa a Panguana. Desde que se construyó en los años 80 la naturaleza ha ido desapareciendo. Otro problema son las compañías reforestadoras. Tumban los árboles, sacan la madera y luego siembran una sola especie, la bolaina.

 

Pero las actividades mineras informales generan más presión.

Desde 1950 llega gente a la zona en busca de oro. Sin embargo, los precios del oro, cada vez más altos, incentivan la minería informal. Resulta difícil controlar esas zonas lejanas, nadie vigila.

 

La ausencia de autoridades debilita la fiscalización.

El caso de la compañía china [Shuanghesheng Mining Group, del ciudadano Yi Yanguang, investigado por sus vínculos con la minería informal], que ha solicitado varios petitorios mineros a lo largo de los ríos Pachitea y Yuyapichis es algo completamente nuevo. Nunca hemos sentido ese temor de que dentro de poco podría desaparecer todo. Esa forma agresiva de meterse en los terrenos sin respetar la ley es preocupante. Además, [los mineros informales] prometen ayuda y desarrollo a la gente local. Quisiera que las autoridades tuvieran más valor para detener a esta gente. El Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) debería ocuparse. Si bien tiene el ánimo, le hacen falta fondos. Y si uno ve cómo actúa el Gobierno Regional de Huánuco a través de su Dirección de Energía y Minas, pues pierde la esperanza.

 

Usted le envió una carta notarial al director de Minería de Huánuco en la que le pedía cancelar aquellos petitorios que se sobreponían a su reserva.

No sentimos ningún apoyo, al contrario. Pareciera que el señor estuviese ligado a la compañía china por como se expresa [en su carta de respuesta].

 

La compañía china a la que se refiere, Shuanghesheng Mining Group, señala en una carta al Ministerio del Ambiente que pretendía construir una vía.

Se dieron cuenta del interés que tienen las comunidades nativas vecinas por construir una carretera. Hace años ya venimos lidiando con eso. Ellos querían que se ubicara en el límite de Panguana sin zona de amortiguamiento. Esto acabaría con el área natural, pues elimina la posibilidad de que los animales se desplacen. Antes de que comenzara el problema por la compañía china [pretendían ingresar en la zona maquinaria pesada], propusimos hacerla por el otro lado del río Yuyapichis. Incluso me ofrecí a apoyar económicamente.

 

La lucha es constante…

Es un problema que nunca termina. He conversado varias veces con los jefes de las comunidades, quienes hablan de una manera muy inteligente sobre la naturaleza selvática cuando están solos. Siempre nos hemos llevado bien con los vecinos y las autoridades. Lo malo es que cada vez que hay elecciones estas cambian y debemos empezar todo de nuevo. Con el alcalde de Yuyapichis al principio nos llevábamos muy bien, pero ahora también insiste en construir la carretera. Es difícil ponerse de acuerdo con todos.

 

Pero es muy natural que la gente local desee mayor y mejor infraestructura.

Lo comprendo, pero hay alternativas, como programas que pagan por conservar el bosque. La Amazonía es lo más importante que tenemos. Siempre hemos pensado que aquí la situación no es tan grave y que la destrucción no avanza tan rápido. Sin embargo, el humo producto de la quema y tala de árboles en tiempo de verano oscurecen el sol y la luna, y cuando llueve huele a quemado a pesar de que ocurrió a kilómetros del lugar. La minería ilegal destruye más rápido el ecosistema. Cuando me enteré de que habían tratado de ingresar maquinaria pesada en el área no podía dormir. Estaba desesperada en Alemania. Por motivos de trabajo no podía venir.

 

¿Es posible ocuparse de estos problemas desde tan lejos?

Carlos Vásquez , o ‘Moro’ como lo llamamos de cariño, es el administrador de Panguana y vive ahí con su familia. Tiene un compromiso personal con el lugar. Cuando mi papá llegó a la zona era solo un adolescente. Me ha dicho que lucharemos hasta el final.

 

Incluso usted pidió ayuda al principado de Baviera.

La princesa Auguste de Baviera es doctora en Biología. Se enteró de Panguana mediante un artículo. Como es muy influyente en Alemania pensamos que su apoyo era importante. Aceptó gustosa escribir una carta junto con su hermano dirigida al presidente Humala.

 

Lo que sea para proteger Panguana.

Ese bosque me salvó la vida [el avión de Lansa se estrelló a 50 km de Panguana] y gracias a lo que me enseñaron mis padres pude sobrevivir. Hay un vínculo muy fuerte porque, además, soy bióloga y he estudiado ese ecosistema. Basta ver cómo la extracción de oro ha destruido Madre de Dios para querer detenerla y sentirme más comprometida. Muchos pensarán que pierdo la paciencia y dejo todo [al volver a Alemania]. Pero es al revés, me da más fuerza. Nunca dejaré Panguana.

 

Tomado de El Comercio, 11 de mayo, 2013




La economía no es una suma cero

La economía no es una suma cero

En una reciente visita a Lima, Ricardo Hausmann, director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, le dio en la yema del gusto a quienes siguen repitiendo el sambenito del modelo primario exportador. Aseveró que la economía peruana dependía en exceso de las exportaciones mineras y que no estaba diversificada. Algo más. Propuso que el Estado debería tener más de concentración y esfuerzo para buscar una mayor diversificación.

Según Ricardo Hausmann, “el Perú tiene un porcentaje altísimo de exportaciones mineras y primarias, no porque sea particularmente rico en esos recursos, sino porque no se han desarrollado las demás cosas ycreo que la política y la actitud chilena de dejar todo en manos del mercado no facilita la diversificación”. También afirma que, “la diversificación productiva requiere un poco más de concentración y esfuerzo del Estado de lo que supone el discurso oficial chileno y peruano”.

Sin embargo el señor Hausmann, hablando de memoria, no recoge la realidad.En economía se debe hablar con cifras. La Tabla Insumo Producto (TIP –  base 2007) elaborada por el INEI y presentada por el IPE señala que:

  • Minería e hidrocarburos aportan solo el 14.4 % del PBI
  • Manufactura contribuye con el 16.5%
  • Agricultura con el 6%
  • Servicios con un 49% de participación

Siendo rigurosos, se debe reconocer que minería e hidrocarburos solo contribuyen con una participación menor. Entonces, ¿dónde está el modelo primario exportador? Claro que no se puede negar que el 78% de los ingresos monetarios por exportaciones corresponden a productos tradicionales (sobre todo minerales, debido a incremento de precios),pero hay que saber distinguir  entre precios y volúmenes. En volumen (toneladas), entre el 2002 y el 2011, nuestras exportaciones no tradicionales han crecido en 222% mientras que las tradicionales solo aumentaron en 90%. Es decir, los sectores no primarios en comparación con los primarios han crecido más que el doble. Tal como dice Richard Webb, la economía peruana se está diversificando al galope.

Es evidente que la diversificación en el Perú se ha desarrollado en base a las fuerzas del mercado.Hausmann propone un mayor protagonismo del Estado y pone ejemplos de los países desarrollados. Es una idea que habría que considerar, pero estableciendo claramente un deslinde entre un estado colaborador y promotor de la inversión privada de un estado empresario cómo algunos pretenden impulsar.

Para ilustrar mejor este tema, presentamos a continuación las opiniones de tres distinguidos economistas peruanos que rebaten las afirmaciones de Hausmann:

Richard Webb

“Se exagera el peso de las actividades primarias. Según el BCR, estas representan solo el 15% de la producción nacional, y su crecimiento ha sido menor al de las actividades industriales, comerciales y de servicios. La economía peruana es más diversificada de lo que se cree, y la diversidad crece al galope”.

 

 

César Peñaranda

“Yo discrepo, si hay una diversificación de la actividad productiva y deberíamos continuar en el mismo esfuerzo ya que todavía no es suficiente. Hemos ingresado a nuevos rubros con mucha fuerza, como por ejemplo a la agroexportación, textiles y confecciones”.

 

 

 

 

Miguel Palomino

“El Perú es un país rico en recursos minerales ergo es razonable que exporte una gran cantidad de minerales. Las exportaciones de otros productos han crecido a un ritmo mucho mayor que las tradicionales. Claramente nos hemos venido diversificando, no es cierto que el Perú esté en una tendencia hacia concentrarse en algunos productos ni que hayamos perdido diversificación”.

Todos quisiéramos que nuestra economía siga diversificándose, el problema es que algunos, en vez de promover otras actividades productivas, ven la economía como una suma cero. Para desarrollar nuevas industrias no es necesario frenar al sector minero, que produce riqueza fortaleciendo a los demás sectores de la economía, y notoriamente al Estado que hoy goza de importantes recursos fiscales. (Ver artículo Recursos naturales: Bendición, no maldición).Como vemos no habría razones económicas para detener la minería. Todo parece indicar que detrás de este sambenito existirían otro tipo de motivaciones.

 

 




Recursos naturales: Bendición, no maldición

Recursos naturales: Bendición, no maldición

El libro Cuando despertemos en 2062, visiones del Perú en 50 años, editado por la Universidad del Pacífico, contiene algunos ensayos que presentan una visión determinista, maltusiana y hasta apocalíptica del futuro de la economía peruana. Este libro ha sido presentado por algunos de sus autores resaltando “predicciones” negativas de la economía peruana y anunciado al país por el diario El Comercio, un domingo, con un titular alarmista, como puede verse en la portada que reproducimos más abajo.

Entre otros temas, en el libro se plantea que la existencia de un supuesto “modelo primario exportador” nos llevaría eventualmente a una gran crisis,  porque el “modelo durará lo que duren los precios de los minerales”. Se desempolva el viejo argumento de la izquierda sobre “la maldición de los recursos naturales” que, en algunas regiones del planeta está vinculada a experiencias económicas, sociales e institucionales muy negativas.

Pero, ¿en qué sociedades los recursos naturales se convierten en una maldición y en cuáles en una bendición? La respuesta, pocas veces explicada, es más sencilla de lo que parece. La abundancia de recursos naturales ha devenido en una maldición en aquellos países que no tienen mercado ni democracia o, como dice el IPE, de instituciones. Sin mercado ni democracia la abundancia de recursos naturales alimenta la corrupción y el estancamiento económico, sirve para fortalecer el patrimonialismo, las oligarquías y las satrapías. Muy por el contrario, en las sociedades con libertades económicas, políticas y solidez institucional, los recursos naturales aceleran y potencian el desarrollo, representando lo contrario, la bendición de los recursos naturales.

En Noruega, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Chile los recursos naturales han significado uno de los combustibles principales de su progreso. Del total de las exportaciones de estos países, en promedio, el 80% lo constituyen los recursos naturales. Igualmente, la pobreza en estas sociedades, en promedio, alcanza a menos del 10% de la población. Insistimos, las claves del éxito son democracia y mercado. Todas estas sociedades tienen una extraordinaria ubicación en los rankings e índices sobre libertades políticas y económicas elaborados por entidades mundiales independientes.

Muy, por el contrario, en Venezuela, Ecuador, Bolivia y el Congo la explotación de los recursos naturales no se ha traducido en desarrollo. En estos países,  los recursos naturales representan igualmente más del 80% de las exportaciones., pero  la pobreza llega a niveles del 45% de sus poblaciones. En estos países los recursos naturales sí se han convertido en una especie de maldición y, como se puede comprobar, esta situación convive con lamentables rankings en  libertades políticas y económicas.

Durante los últimos veinte años, el Perú ha repotenciado  su economía con el desarrollo de mercados abiertos y el fortalecimiento de sus instituciones democráticas. Estas políticas han permitido reducir la pobreza en más del 50%, desde 1990, multiplicar el PBI (US$ ppp) en 6.9 veces, disminuir la desigualdad y la desnutrición crónica. Este crecimiento ha tenido un importante componente  en la explotación de los recursos naturales que, sin embargo, solo aportan el 21% del PBI (incluye minería, petróleo, gas, agricultura, ganadería y pesca). Además, mientras el crecimiento en volumen de las exportaciones tradicionales entre el 2002-2011 fue de 90%, las exportaciones no tradicionales  se incrementaron en 222%. Es decir, hoy tenemos una industria que se ha multiplicado por cuatro, es exportadora y competitiva internacionalmente. En el caso peruano los recursos naturales representan una bendición aprovechada a medias, pues aún no recuperamos el efecto de las décadas perdidas (60s, 70s y 80s), nuestro nivel de explotación de recursos naturales está largamente por debajo de nuestro potencial.

Nadie niega que tengamos una Agenda Pendiente por resolver, especialmente, en educación, infraestructuras, instituciones y clima de inversión. El Estado está retrasado frente a los éxitos del mercado. Pero como la izquierda no puede pelear con las cifras y los resultados del presente en cuanto a crecimiento, desarrollo, y reducción de la pobreza y la desigualdad, ahora incursiona en la futurología y nos pinta un horizonte apocalíptico. Más bien, nuestra economía podría estancarse más adelante, si no aprovechamos el aporte potencial de nuestros recursos naturales para cerrar las brechas económicas y sociales acumuladas durante las décadas perdidas, en educación, salud, infraestructuras, ciencia y tecnología y pobreza.

Este no es el momento para arrugar, es el momento de apostar a ganador.

Bendición, no maldición (El Comercio, 07 de abril del 2013)

Ver más información en Recursos Naturales: el análisis del IPE y los editoriales del Comercio




Del limón de Tambogrande al chocolate de Celendín

Del limón de Tambogrande al chocolate de Celendín

El sabotaje de la izquierda tradicional a la inversión privada no se detiene, lamentablemente todavía no tenemos una izquierda moderna. Siguiendo al pie de la letra el viejo libreto de mentiras y agitación que se utilizó el 2005 en Piura para truncar el proyecto minero Tambogrande, ahora se pretende impedir que se construya en Cajamarca la central hidroeléctrica Chadín, en perjuicio de los pueblos pobres de la provincia cajamarquina de Celendín.

La coartada para frustrar aquel proyecto minero fue una campaña de mentiras diseñada por el publicista Gustavo Rodríguez: “El limón peruano va a desaparecer con la minería, no tendremos con que preparar cebiche”.  Así, los radicales encabezados por Francisco Ojeda Riofrío, con apoyo de Radio Cutivalú y de varias ONG rojas, impidieron la inversión de una empresa formal que tenía buenas prácticas ambientales y que además iba a ser fiscalizada por varias agencias del estado. Tras la expulsión de Minera Manhattan, Tambogrande fue tomado por los mineros ilegales que si generan una tremenda contaminación. Ahora sí, el limón está en peligro por obra de la minería ilegal.

Para impedir hoy el proyecto de Chadín,  los radicales inventaron otra gran mentira dirigida a manipular a los habitantes de Celendín: “La hidroeléctrica desaparecerá el cacao, va a dejarnos sin chocolate”. La falsedad está bien calculada pues una de las costumbres más arraigadas de esa provincia es beber chocolate en las festividades.

Pero hay más mentiras inventadas contra Chadín: “La represa desaparecerá muchos pueblos”, “habrá sequías y lluvias torrenciales”, “traerá la malaria y el dengue”, “la energía será solo para Conga”. Todas estas falsedades son difundidas en los programas de Radio Celendín, en volantes, en “talleres” organizados por ONGs, afiches, banderolas, pintas, puerta a puerta, etc. Se mueve mucho dinero en la campaña extremista.

¿De dónde viene ese dinero? Nadie lo sabe a ciencia cierta. Pero lo que sí se sabe es que en la zona donde sería levantada la hidroeléctrica hay gente que produce “derivados” de la coca que son comercializados en Ecuador por la ruta Celendín- Bambamarca- Chiclayo. ¿Se están produciendo alianzas entre las mafias y operadores políticos de la izquierda tradicional?

El proyecto Chadín está en el límite de Cajamarca con Amazonas, entre los distritos celendinos Cortegana y Chumuch, y los amazonenses Cocabamba y Pisuquia. Fue diseñado en los años 70′ durante la dictadura izquierdista de Velasco, pero su ejecución se aprobó recién el 2011 durante  el gobierno de Alan García, que le otorgó la concesión a la empresa brasileña Odebrecht.

La campaña anti inversión empezó poco tiempo después, impulsada por activistas ligados a la banda armada del MRTA reciclados como “defensores del agua”. Su cabeza visible es Wilfredo Saavedra Marreros, ex convicto por terrorismo y aliado de Gregorio Santos y Marco Arana en el complot que detuvo Conga.

El 2012, cuando arreció la ofensiva extremista contra Conga, los radicales también se movilizaron en Celendín contra Chadín. En Agosto de ese año empezaron a bloquear los trabajos de Odebrecht en medio de una agitación política intensa promovida por la autodenominada Plataforma Interinstitucional Celendina (PIC) y Radio Celendín.

Quienes lideran el boicot contra Chadín son los dirigentes del Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca, membrete bajo el cual actúa Wilfredo Saavedra. Los principales operadores en Celendín son, según nuestras fuentes, Milton Sánchez, cabecilla de la PIC, Marino Yacopaico, cabeza de un grupo de comuneros, un sector del Sutep, y algunas rondas campesinas.

Si se frustra Chadín,  los cajamarquinos perderían mucho: El canon hidroenergético, los puestos de trabajo que se crearán durante y después de la obra, los beneficios que traerían a muchos pueblos pobres el asfaltado de la carretera hasta el norte de Celendín, etc. Las autoridades tienen la obligación de impedir que los extremistas sigan agarrando a Cajamarca de piñata para esconder sus protervos intereses.




Agua para todos

Agua para todos

El experto ecologista y ex ministro del Ambiente Antonio Brack aclara en la siguiente entrevista el falso conflicto por el uso del agua entre la agricultura y la minería.

–  ¿Es verdad que la minería atenta contra el uso de agua para consumo humano y agricultura?

Uno de los temas de los que hoy se habla muchísimo dice que no puede haber minería en cabeceras de cuenca porque allí nace el agua. Suena muy bien para las plazas públicas, pero en febrero y marzo de este año yo he dirigido un pequeño equipo de especialistas para evaluar 804 emprendimientos mineros en el Perú, en exploración y en explotación, y el 80% está en los Andes, en cabeceras de cuenca. De manera que decir que no puede hacer minería en las cabeceras de cuenca sería prácticamente cerrar la minería en el Perú. Lo que es necesario ante esa realidad – porque los minerales están en los Andes por lo general, porque allí, con el levantamiento y la erosión, han aflorado los yacimientos de minerales – , lo que hay que hacer hoy en día, es gestionar el agua. Y gestionar el agua no es solamente un tema de los mineros sino del estado en general: Agricultura, Ambiente, Energía y Minas, etc. Entonces, la gestión del agua en las cuencas mineras o no mineras es un tema muy delicado en el Perú y de alta preocupación, en eso todos estamos de acuerdo. Pero ¿cómo hacerlo?. Este es el tema que tenemos que ver.

– Cuáles son las claves para resolver el problema del agua?

Se tiene que almacenar el agua en las partes altas, hay poco almacenamiento. Porque el agua no viene de los cerros, viene de la lluvia, y el agua que viene de la lluvia ahora en el verano, cuando los ríos crecen, es que muchísima agua se va al mar, al Amazonas, al Atlántico, y no es represada para su uso posterior en la época de estiaje. Entonces hay que almacenar agua, construir infraestructura. Ya lo hicieron los incas: secaron lagunas, represaron lagunas, hicieron canales. Y también los Chimus: el canal Cumbe, en Cajamarca, saca agua del Jequetepeque en la parte alta y la pasa al Cajamarquino, todo el  mundo conoce esto. Segundo, tenemos que ahorrar agua, porque la agricultura costeña, por ejemplo, todavía en un 90% riega por acequias e inundación, con un enorme desperdicio de agua. Hay que pasar a las técnicas de riego por goteo, por aspersión, etc., que en muchos casos usan sólo el 30% del agua utilizada por inundación. Tercero, tenemos que reciclar agua: es inconcebible que Ica bote 14 millones de metros cúbicos de aguas servidas sin tratamiento cuando dicen que les falta agua para la agricultura. Eso se puede reciclar. Lima y Callao arrojan al mar 608 millones de metros cúbicos de aguas servidas, más que la represa de Poechos, y no se aprovecha. Todo eso se tiene que reciclar y la necesidad nos va a enseñar a implementar esas tecnologías.

“Brack propone: Se tiene que almacenar el agua en las partes altas”

“Brack aclara: el agua no viene de los cerros, viene de la lluvia”

“Lima y Callao arrojan al mar 608 millones de m3 de aguas servidas”