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Gobierno cancela compra de La Pampilla

Gobierno cancela compra de La Pampilla

Después de dos semanas de incertidumbre e intenso debate, el gobierno, a través de Petroperú, anunció la cancelación del proyecto de compra de los activos de la empresa Repsol. De esta manera, ha prevalecido la razón.

Lamentablemente es muy fácil romper la confianza, pero muy difícil construirla y, más difícil aún, recuperarla. Toca ahora, a tirios y troyanos, superar esta situación.

A continuación presentamos el comunicado de Petroperú.




Hemos salido de la hoja de ruta. Es una vergüenza

Hemos salido de la hoja de ruta. Es una vergüenza

Alfonso García Miró, presidente de la Confiep, recoge y señala en la siguiente entrevista para el diario El Comercio, realizada por Mariella Balbi, las preocupaciones que han surgido en el gremio empresarial y en una gran parte de nuestra sociedad a raíz de la decisión del gobierno de comprar los activos de la empresa Repsol. Se pronuncia con base y firmeza.

Para el presidente de la Confiep, el decreto supremo que reglamenta la actividad de Petro-Perú garantiza la compra de los activos de Repsol por el gobierno y abre la puerta a la gran transformación.

El presidente Humala dijo ayer en una entrevista que la compra de Repsol “será vista con criterio técnico y que él solo defiende el interés nacional”. ¿Lo convenció?

De ninguna manera. Me confirma la decisión política de interferir en un mercado donde trabajan los privados. Me queda claro que este será el comienzo de la transformación del Perú con un Estado avasallador, prepotente, autoritario, como en Cuba, Bolivia Venezuela y Argentina. Pero los peruanos nos defenderemos de esta gran amenaza.

El criterio técnico…

Con lo que él llama criterio técnico puede terminar comprando todo el país. No es una explicación racional ni aceptable para los peruanos. Con criterio técnico puede haber un millón de negocios donde el Estado voraz quiera participar destinando recursos de todos los peruanos, compitiendo en desventaja con el sector privado. No me van a decir que con criterio técnico se va a operar la red de grifos cuando -ojalá no- los tenga el Estado. Basta que el presidente o un ministro se levante de mal humor y decida que la gasolina deba bajar, hundiendo a la industria de grifos.

¿El reglamento de la Ley de Fortalecimiento y Modernización de Petro-Perú confirma la compra de Repsol?

Era el dato que faltaba para confirmar la compra de Repsol y para que la Confiep entre en una neta confrontación con el gobierno. Ahora sí es clarísima y explícita la intención del gobierno. Nacionalizar un sector competitivo es la primera gran señal de que el gobierno va contra el desarrollo de la economía del Perú, del mercado, de los empresarios y está a favor de la estatización. Confiep se opondrá enérgicamente y de la manera más firme a esto. Tenemos a la opinión pública del Perú y a los millones de empresarios que están viendo amenazados sus negocios porque esta decisión indica que ese modelo se puede aplicar a cualquier otro sector con cualquier pretexto.

El D.S. libera de responsabilidad a los funcionarios de Petro-Perú.

Liberar a los funcionarios de Petro-Peru de responsabilidad es otra cosa absurda e irracional. Justo cuando Confiep ha señalado el quiebre moral que significa que un funcionario público gire un cheque por un valor que el mercado no puede justificar y sabe Dios dónde va ese dinero. Además, atenta contra los intereses de los más pobres. Petro-Perú es de todos los peruanos y sus funcionarios van a pasar como si fueran de la empresa privada.

¿Los funcionarios de PetroPerú no pueden integrar una sociedad mercantil?

¡Qué sociedad mercantil, no es dinero privado si no de todos nosotros! Quien arriesga esos activos son funcionarios públicos, por más paraguas que le quieran poner. Estamos seguros de que el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional no contemplarán de ninguna manera esa norma porque es inconstitucional. Además es una manera de encubrir a los corruptos.

El Congreso queda fuera del juego también.

¡Quedan todos fuera! Quieren santificar al funcionario que va a girar el cheque. ¡Por favor! Pero ese funcionario público va ir a la cárcel de todas maneras y con más razón todavía. El Estado está protegiéndose de cualquier denuncia de corrupción del propio Estado. ¡No, pues! ¡Es una barbaridad jurídica! Una amenaza al equilibrio de poderes.

¿Viramos al modelo chavista?

Por supuesto. Esta es una señal clarísima. Un calco de lo hecho por PDVSA [empresa petrolera estatal venezolana] que se ha convertido en comprador de leche, regalador de puestos, de dinero de los venezolanos a los cubanos y argentinos. ¿Eso quieren hacer de Petro-Perú? Pues nos vamos a oponer con todo el poder que nos da la ley. Es una amenaza para el país.

¿Detrás de esta decisión está el deseo del gobierno de cambiar de programa…?

Definitivamente. Antes de este decreto supremo teníamos la duda, con su publicación tenemos la certeza.

¿La certeza de que el gobierno ha virado al programa “La gran transformación”?

Sí, sin ninguna duda se está virando a “La gran transformación”, más del 70% de los peruanos le teníamos terror en las elecciones. Salimos de la hoja de ruta. Es una vergüenza para el Perú.

El ministro de Economía, Miguel Castilla, no lo firma. ¿Le sorprende?

No me sorprende porque él tiene principios. Lo que me sorprende es que el gobierno haya tenido la audacia de sobrepasar a un ministro de Economía con un decreto. El ministro Castilla no firma barbaridades.

Se dice que el ministro Castilla ha renunciado.

No lo sé. Si no firma el decreto, es porque no lo avala. El gobierno nunca debió sacarlo sin su firma, salvo que tenga intenciones autoritarias como lo hacen en Cuba, Venezuela y Argentina que son el ridículo internacional. Por su trayectoria profesional, estoy seguro de que Castilla no está atornillado al puesto.

Sin embargo, el ministro de Energía y Minas, Jorge Merino, firma el decreto.

Él es un funcionario que no tiene capacidad alguna para enfrentarse enérgicamente al gobierno y está desaparecido de la imagen pública y quizá del propio gobierno. Su firma es sorprendentemente negativa para Confiep.

El ministro Merino sostiene que Petro-Perú entraría como socio de Repsol…

No, por favor. El ministro Merino no tiene ninguna importancia en esto. Dijo muchas cosas desmentidas luego por el presidente. No le daría ninguna importancia a las declaraciones de Merino.

¿Qué consecuencias trae para el país virar hacia la gran transformación?

Va a traer tremendos problemas. Pero los peruanos que hemos hecho del Perú un país exitoso no lo vamos a permitir. El Perú no es propiedad de un funcionario público, de un político, ni de una persona que quiere cambiar sus destinos. El país emblemático que hemos construido en el mundo no le pertenece a una dinastía.

¿Cómo protestará Confiep?

Nos organizaremos junto con la sociedad civil ante esta amenaza. Ese decreto favorece la corrupción y le complica enormemente el panorama y la capacidad de gestión al gobierno. Ha sido un gran error publicarlo. Veremos cómo van las cosas para emitir un pronunciamiento.

¿Esta decisión ahuyentará las inversiones?

Sin ninguna duda. Genera incertidumbre y el caos en el país. Nadie sabe cuál es la dirección que se va a tomar y si vienen más sectores que el gobierno quiera estatizar. Ya comenzó con el petróleo. El gobierno se está disparando a los pies. Es una barbaridad.

Hay quienes ven positivo que con este decreto Petro-Perú pueda invertir en la exploración de petróleo…

En lugar de vender a privados el lote 64, se lo queda para sus pretensiones. ¡Petro-Perú es de todos los peruanos, no de la gente de izquierda! Movilizar millones de dólares de todos es una aventura política. No nos van a robar. Así de sencillo. El decreto no es para la exploración, es para utilizar a Petro-Perú como un canal de populismo político como Cuba, Venezuela y Argentina con la flamante estatizada y expropiada Repsol. Este decreto tiene una carga ideológica chavista que no vamos a aceptar en el Perú.

Un argumento a favor de la compra de Repsol es que Colombia, Brasil, Chile, Venezuela tienen toda la cadena del procesamiento petróleo y son exitosos.

Los pecados de otros no hacen santo a uno. En esos países existen rezagos de empresas públicas que no fueron privatizadas. Causan perjuicio económico pero se mantienen por decisión política.

¿A Colombia, a Brasil les causa perjuicio económico?

No, porque tienen una industria petrolera potente y pujante. Pero esas empresas, a manos de privados, serían más exitosas y generarían mucho más beneficios a sus países. En Chile, la empresa tiene pasivos mayores que los activos, tiene pérdidas y no es eficiente. Hay un monopolio en la compra de combustibles. Cuando Brasil cambia de gobierno las acciones en la bolsa fluctúan con cifras de más de dos dígitos y varían de acuerdo a las decisiones políticas del gobierno. Eso no tiene sentido. Las empresas deben manejarse por sus activos, pasivos y por la capacidad de generar negocios futuros, no por el estado de ánimo de los políticos.

Otro argumento muy vistoso es que Chile comprará Repsol y nos tendrían cogidos del cogote, por ejemplo si el fallo de La Haya es desfavorable…

Ese es un argumento del siglo XIX. Las empresas que salen a conquistar mercados fuera hacen el bien tanto a su país como al del destino del capital.

Un sector en el gobierno considera mejor invertir en la refinería de Talara de Petro-Perú.

Para que Talara no sea contaminante se tiene que invertir 2,000 millones de dólares. Esa sí es una obligación del Estado: mejorar esa refinería para no afectar la salud de los peruanos. Y si fuera privada también habría que hacerlo. Pero si se compra La Pampilla, de Repsol, se estatiza la refinación en el Perú y no va a mejorar Talara.

¿Se busca controlar el precio de la gasolina con la compra de Repsol?

Lo que no puede ocurrir es que el precio de la gasolina esté en función de la decisión de un funcionario estatal que diga ganamos menos, pero lo controlo.

“Sería tremendo que el ministro Castilla se aleje del Gobierno”

Se dice que el ministro Castilla se irá a trabajar al Banco Mundial.
No lo he escuchado.

¿Sería grave su alejamiento del gobierno?
Tremendo. Sería la demostración clarísima de que nos han estado ‘meciendo’ dos años con una falsedad en el programa, dictada por sus amigos perdedores de Latinoamérica. Parecería que el gobierno quiere sumarse desesperadamente a ese club. Yo tengo la esperanza de peor es que se ha destruido la confianza de los inversionistas extranjeros y nacionales en el país y en el gobierno.
El presidente Humala se reunió con el presidente de Repsol en Palacio de Gobierno. El encuentro debió ser transparente y público.
Claro que debió hacerlo porque sus intenciones eran utilizar ideológicamente y políticamente esta venta. Debió ser directo y franco con el país y no conocer sus intenciones de a pocos.

Se dice que la compra de Repsol es para apuntalar la candidatura de Nadine Heredia.
No voy a hacer ningún comentario sobre eso. Son conjeturas y no me corresponde comentarlas.

A la Confiep le parece inconveniente una candidatura…
No voy a opinar de ninguna manera…

¿Porque tienen miedo?
No, porque es una opinión privada y política. Yo represento a un gremio empresarial. Mis opiniones tienen que estar centradas en ello y en lo económico.

¿No ve que la señora Heredia esté promoviendo su imagen, que tenga voluntad, deseo, intenciones? En las ceremonias, los ministros no hablan, ella sí. ¿Es solo una cortesía masculina?
No me consta eso. No me he dado cuenta, la verdad. Eso es político, no es economía o empresa. No voy a dar ninguna opinión sobre eso.

¿Y sobre la decisión de Humala de apoyar de modo contundente a un gobierno no democrático como el venezolano?
Respeto las razones políticas y protocolares, pero cualquier decisión de Estado que signifique un vínculo oficial con Venezuela generaría enormes perjuicios a nuestro país. En Venezuela se viola la libertad. El presidente Maduro es un bandido, abusando de la democracia ha sembrado terror, odio y está cosechando violencia.

(Tomado de El Comercio, 29 de abril, 2013)




¿Equilibrio entre el cielo y el infierno?

¿Equilibrio entre el cielo y el infierno?

Las declaraciones del domingo del Presidente Ollanta Humala, a un solo medio, no lograron calmar los ánimos y justificadas críticas que ha desatado la decisión del gobierno de evaluar la compra de los activos de Repsol. Si bien el jefe de Estado pretendió bajar el voltaje informando que Petroperú compraría la refinería La Pampilla, los grifos y la envasadora de gas Solgas en calidad de socio minoritario de un “inversionista privado”, la reacción de la sociedad ha mostrado que el país no está para aventuras populistas.

El presidente de la Confiep, Alfonso García Miró, habló con base y firmeza luego del pronunciamiento presidencial. Señaló que el jefe de Estado no lo había convencido y que “nos habíamos salido de la hoja de ruta”, enfatizando que la eventual compra de los activos de Repsol “confirma la decisión política del Estado en interferir en un mercado donde trabajan los privados”.

El sábado pasado el gobierno  publicó el Decreto Supremo 012 de Energia y Minas, sin la firma del ministro de Economía, mediante el cual reglamenta la ley 28840, de julio del 2006, precisando la figura de los encargos especiales, que facilitaría la compra de los activos de Repsol. El artículo 3 del reglamento establece que  estos encargos serán dictados solo por el Ejecutivo mediante Decreto Supremo. Es decir, para comprar los activos de Repsol no se necesitaría ya  una ley expresa del Congreso.

El reglamento tiene otras perlas: ratifica la exclusión de Petroperú del ámbito del Fonafe, del SNIP y de las normas generales de adquisiciones del Estado. Además señala que los trabajadores de la petrolera estatal no serán considerados funcionarios públicos.

El Estado a su “mínima expresión”

El presidente Humala sostiene que se requiere una economía “más equilibrada” entre la experiencia estatista de los setenta y “la reducción del estado a su mínima expresión” actual. ¿Qué tipo de equilibro puede desearse entre el modelo estatista que desquició nuestra economía y empobreció al 60% de los peruanos, y el modelo de economía de mercado que trajo al Perú un círculo virtuoso de reducción de la pobreza, la desigualdad y la desnutrición infantil?  El Presidente ha dicho que quiere un Estado “fuerte”, pero parece estar atrapado por la ideología. El modelo que redujo al Estado a su “mínima expresión” fue el estatismo del pasado, en tanto que el Estado del siglo XXI, el que abrazó la economía de mercado es probablemente el más fuerte de nuestra historia. (Ver algunas cifras).

El estatismo de los años setenta hizo añicos al propio estado, lo redujo a polvo. El estado llegó a perder control sobre la moneda nacional por la hiperinflación. El déficit fiscal, el crecimiento de la deuda pública, la caída de la presión tributaria convirtieron al Estado en un No-Estado. No solo no controlábamos nuestra moneda sino que ya no ejercíamos el monopolio de la violencia con la irrupción del senderismo y otros grupos armados.

Las reformas económicas de los años noventa nos permitieron reconstruir el Estado desde sus  escombros. No solo han mejorado todos los indicadores económicos y sociales, incluso hemos recuperado la confianza en el futuro y el entusiasmo con el porvenir. Donde no hemos avanzado al mismo ritmo es en el Estado, pero no por ser pequeño y débil, sino por ineficiente e indolente. El Estado peruano tiene hoy capacidades de regulación que nunca existieron, empezando por una Sunat muy poderosa y otras instituciones como Indecopi y los reguladores de servicios públicos. Sus carencias no tienen que ver con los procesos productivos, ni de bienes, ni de servicios, se deben a los atrasos en educación, salud, infraestructuras, y a las debilidades institucionales en seguridad y justicia.