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¡No toquen los contratos temporales!

¡No toquen los contratos temporales!

En Lampadia hemos denunciado la amenaza que se cierne sobre la creación de empleo, de prosperar la  derogatoria del Decreto Ley N. 22342, Ley de Promoción de las Exportaciones No tradicionales, que permite que las empresas (sobre todos las textiles y agrícolas) establezcan contratos temporales, que por la propia naturaleza cíclica de dichos emprendimientos, son absolutamente necesarios para su desarrollo sostenible. ¡Confabulación contras las exportaciones textiles!)

En un reciente artículo de César Martín Peñaranda (El Comercio, 21 de julio del 2013) se explica la importancia de los contratos laborales y la flexibilidad laboral en la creación de empleo analizando la situación de la Unión Europea. Peñaranda sostiene lo siguiente: “El soporte fundamental detrás de la resistencia alemana a la crisis ha sido (precisamente) su flexibilidad laboral. En el periodo 2003-2005, durante el gobierno de Gerhard Schröeder, se implementaron las reformas Hartz con el objetivo de acelerar el proceso de absorción laboral e incentivar el trabajo temporal antes que permitir la desocupación. Como consecuencia la tasa de desempleo alemana tocó suelo histórico desde la reunificación y es actualmente la segunda más baja de Europa, 5.4%, contra 12.2% del promedio de la ZE. Sorprende que esta reforma no se haya generalizado”.

Pensar que en el Perú hay afiebrados que pretenden mantener los sobrecostos laborales y eliminar cualquier resquicio de flexibilidad laboral, sobre todo, los vinculados a los contratos temporales en textiles y en el agro. Para abundar en detalles, recordemos el calvario de España, donde el 27% de la PEA está desempleada y, dentro de ello, el 56% de los jóvenes (un escándalo). Todo esto  debido a las rigideces laborales.  Según el Banco Mundial, antes de las reformas que han tenido que implantar, el país ibérico ocupaba el puesto 160 en rigidez laboral de la tabla mundial, detrás de Zimbabue (127), Malawi, Ghana, y Mozambique. El resultado está allí: uno de cuatro españoles no tiene trabajo.

No se puede entender, pues, las intenciones de quienes pretenden mantener las rigideces laborales y eliminar las islas de flexibilidad laboral en nuestra economía. Recordemos los efectos benéficos de los contratos temporales. En el 2012, las exportaciones de textiles y confecciones alcanzaron los US$ 2,173 millones frente a los US$3 84 millones de 1990, es decir, crecieron 5.7 veces, según cifras de ADEX (Asociación de Exportadores). Por su lado, las agro-exportaciones crecieron de US$ 115 millones  en 1990 a US$ 3,047 millones en el 2012.

En cuanto al número de empresas, el crecimiento es muy parecido. En el 2000, eran 740 empresas exportadoras, mientras que en el 2012 se triplicaron hasta alcanzar las 2,420.

La experiencia del mundo, sobre todo la de Europa, nos dice dónde están los aciertos y errores en cuanto a regímenes laborales, pero algunas minorías politizadas, encabezados por la CGTP, pretenden eliminar un régimen laboral que ha sido muy beneficioso para el conjunto del país, y especialmente para los trabajadores que ha albergado.




¿Agenda Comercial paralizada?

¿Agenda Comercial paralizada?

El Perú es uno de los países latinoamericanos que cuenta con más acuerdos comerciales, hecho que causa admiración entre algunos mandatarios de la región. Por ejemplo, en la última reunión de la Alianza del Pacífico, Juan Manuel Santos, presidente de Colombia –según información de El Comercio- le hizo saber al presidente Humala que sentía una sana envidia por la política comercial peruana, que cuenta con una veintena de acuerdos comerciales que cubren  más del 90% de nuestro comercio exterior.

La apertura comercial es una de las reformas económicas más importantes de los últimos 20 años, ha permitido, entre otros importantes impactos, que nuestras exportaciones no tradicionales (2003 – 2012), crezcan 252% mientras las tradicionales solo 96%. Es decir, el libre comercio le está permitiendo al país crecer de manera sostenida, diversificando su estructura productiva y, sobre todo, reduciendo la pobreza y la desigualdad.

Sin embargo, las críticas al gobierno por haber paralizado la Agenda Comercial  son cada vez más frecuentes. Por ejemplo, Eduardo Ferreyros, Gerente General de Comex y ex ministro de Comercio Exterior y Turismo, dice que, desde que Ollanta Humala, asumió el gobierno, en julio del 2011, la agenda comercial del Perú está paralizada.

Al respecto se ha informado que no obstante que algunos países han manifestado su voluntad de firmar acuerdos de libre comercio, como la India, Turquía e Israel, no hay avances significativos. Por su lado, en el gobierno se defienden señalando que la Agenda Comercial no está paralizada sino que todos los esfuerzos están concentrados en la negociación del Acuerdo Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés).

José Luis Silva, titular del MINCETUR, sobre el acuerdo con la India, “en el primer trimestre del 2013 sabríamos si se aprueba el informe de factibilidad” (diciembre 2012). “Seguimos evaluando, va más allá de lo técnico, hasta lo político. Estamos consultando a los gremios empresariales para conocer las sensibilidades” (21 de febrero 2013).

“En la época en que fui ministra, llegamos a negociar hasta 10 tratados de libre comercio en paralelo y con el mismo personal”, declaró Mercedes Aráoz, también ex ministra de Comercio.

En el afán de esclarecer el tema aquí les presentamos tres interesantes artículos publicados los últimos días:




No es verdad que solo vendemos piedras

No es verdad que solo vendemos piedras

El análisis de la evolución de nuestras exportaciones del 2012 derriba, una vez más, el mito de que somos un país primario exportador, porque solo exportamos piedras o materias primas. La verdad es que el modelo ha favorecido en mayor medida el crecimiento de las exportaciones no tradicionales y una importante diversificación de la economía.

De acuerdo a las cifras proporcionadas por Adex – Asociación de Exportadores, según información de Aduanas, en la última década, el volumen (medido en toneladas) de las exportaciones no tradicionales aumentó en 252%, crecimiento muy superior al que registraron las de productos tradicionales que solo se incrementaron en 96%.

Contrariamente a lo que sostiene la izquierda, nuestras exportaciones tradicionales se siguen diversificando e incrementando en el tiempo.Esto se puede apreciar analizando la década móvil  2002– 2011 versus la 2003 -2012, que muestra que el último año se incrementa aún más la diferencia a favor del crecimiento de las exportaciones no tradicionales en volumen: 222% versus 252%. (Ver El mito del modelo primario exportador).

Estas cifras demuestran la verdadera transformación de nuestro aparato productivo, que en entre otros sectores, en el área industrial es ahora competitiva a nivel internacional, en la venta de maquinaria y equipos, alimentos y bebidas, perfumes, aguas de tocador, laminados flexibles, láminas de polietileno, textiles y confecciones, caucho y plásticos e industria del papel e imprenta, productos lácteos, panadería, aceites, entre otros productos.

Los sectores con mayores crecimientos en el período 2003-2012, fueron los productos químicos (383%), minería no metálica (288%), agropecuario y agroindustrias (252%) y metal-mecánico (203%).

Si comparamos los valores monetarios también vemos que el crecimiento ha sido significativo. Las exportaciones agroindustriales que al cierre del 2002 eran de US$ 437 millones, alcanzaron en el 2012 los US$ 3,000 millones. Algo similar ocurrió con textiles y confecciones que aumentaron en el mismo período de US$ 660 millones a más de US$ 2,100 millones y los productos químicos, que se incrementaron desde los US$ 246 millones a US$ 1,600 millones.

Además del crecimiento de las exportaciones no tradicionales, se ha observado una mayor diversificación, tanto en número de productos como los mercados de destino, lo cual se ha visto favorecido por la entrada en vigencia de los tratados de libre comercio (TLC) suscritos con casi todos los países del planeta, habiendo llegado a tener convenios con el 95% de nuestros mercados de exportación.

Este explosivo crecimiento también se refleja en el PBI. A nivel de la producción, en su memoria anual 2012, el BCR (Banco Central de Reserva) señala que el 85% del producto del país es generado por sectores no primarios y solo el 15% corresponde a los sectores primarios.

Si bien aún en valor nuestras exportaciones tradicionales todavía representan el 75% de las ventas totales al exterior, las no tradicionales están creciendo a pasos agigantados. En ese sentido, ¿de qué modelo primario exportador estamos hablando?

Como dice Richard Webb: “Se exagera el peso de las actividades primarias. Según el BCR, estas representan solo el 15% de la producción nacional, y su crecimiento ha sido menor al de las actividades industriales, comerciales y de servicios. La economía peruana es más diversificada de lo que se cree, y la diversidad crece al galope”. (Ver artículo “Las tres golondrinas”).




¡Confabulación contra las exportaciones textiles!

¡Confabulación contra las exportaciones textiles!

Una nueva amenaza se cierne sobre la industria textil. Se pretende restar competitividad a nuestras exportaciones de textiles y confecciones, derogando el Decreto Ley N° 22342 -de Promoción de las Exportaciones No Tradicionales-, que es una de las vigas maestras del crecimiento de nuestras exportaciones de las últimas dos décadas.

En el 2012, las exportaciones de textiles y confecciones alcanzaron los US$2,173 millones frente a los US$384 millones de 1990, es decir, crecieron 5.7 veces, según cifras de ADEX (Asociación de Exportadores).

En cuanto al número de empresas, el crecimiento es muy parecido. En el 2000, eran 740 empresas exportadoras, mientras que en el 2012 se triplicaron hasta alcanzar las 2,420.

Este es un sector muy dinámico en que las empresas entran y salen. Esto se refleja en que el número de compañías que ingresaron a la actividad exportadora se ha cuadruplicado, pues en 1995 eran 202 en tanto que en el 2012 llegaban a 790. En contraste, el número de empresas que salió del mercado aumentó a un menor ritmo: En 1995 eran 237 y el 2012 llegaban a 595 (2.5 veces).

¿Cómo se explica esta volatilidad de las empresas textiles? La moda en el vestir y las estaciones climáticas en los mercados de Estados Unidos, Europa y Asia, así como la intensa competencia desde el Asia y Centroamérica, son los factores que determinan el espacio de mercado donde se desarrolla la producción de los exportadores nacionales. Todo esto genera una alta volatilidad y hace imposible programar volúmenes estables de exportación y, por lo tanto, no se puede hablar de estabilidad laboral en la industria.

¿Qué argumentos se emplean para pretender derogar la Ley de Promoción de Exportaciones No tradicionales? A inicio de marzo, las trasnacionales New Balance, Nike, PVH Corp (dueña Tommy Hilfiger y Calvin Klein) VF Corporation (dueña de Wrangler, Lee, Nautica y Timberland) 47 Brand y Life Is Good enviaron una carta al Presidente Humala argumentando que las empresas exportadoras de textiles y confecciones no respetaban los derechos laborales y sociales de sus trabajadores. Luego la organización sindical Industrial Global Union, hizo lo mismo.

Las seis empresas que hacen el reclamo o denuncia significan no más del 5% del total de pedidos para exportación de confecciones peruanas. Además, no firmaron la carta los gerentes sino funcionarios de segundo nivel, presumiblemente digitados por una ONG ligada a la CGTP que es la misma que puso todos los obstáculos posibles para evitar la aprobación del TLC con los EE.UU. en el congreso americano.

Todos los argumentos de las trasnacionales contra nuestras empresas son falsos. Es preciso remarcar que el régimen especial laboral fue creado con el objetivo de impulsar las exportaciones de mayor valor agregado, aquellas que generan empleo. Es así, que las empresas comprendidas contratan a sus trabajadores de acuerdo a la fluctuante demanda internacional, y de esta manera, se evitan costos que eventualmente quiebren a las empresas.

También es falso que el Perú junto con Bangladesh sean los únicos países que mantienen vigente este régimen laboral, tal como argumentan las trasnacionales. Según información de ADEX, todos los países con los que competimos directamente en el mercado internacional poseen regímenes laborales con contratos a plazo fijo y renovables, como sucede en China, India, Bangladesh, México, Guatemala, Filipinas, El Salvador, Indonesia, Hong Kong, Vietnam, entre otros.

Pretender eliminar este régimen especial es atentar contra una industria competitiva en los pujantes mercados mundiales, que da empleo de calidad a cientos de miles de peruanos y promueve la innovación y la creatividad. Según información de Comex Perú, basada en cifras del Ministerio de Trabajo, solo entre los años 2006 y 2011, el régimen laboral para las exportaciones no tradicionales ha generado más de 1.6 millones de empleos en el Perú.

 

Pedro Gamio, presidente del Comité de Confecciones de ADEX, explica que las empresas exportadoras nacionales son supervisadas por las firmas extranjeras compradoras, las cuales condicionan sus compras a que a los trabajadores se les contrate formalmente y se les reconozca todos sus derechos sociales y laborales.  Sin esa supervisión internacional no hay exportación posible. Algo más, los ingresos de trabajadores están por encima de los mil soles y es falso que las empresas contraten a sus trabajadores solo por 30 días, tal como indica el informe del diario la República. “Por la crisis internacional, el promedio de contratación está entre tres y cuatro meses, pero de ninguna manera es un mes. Nuestros trabajadores tienen un periodo de capacitación, porque es gente calificada”, enfatizó.

Sin duda, pues, estamos ante una evidente confabulación de un grupo de transnacionales de confecciones cuyo interés es sacar del mercado internacional a los productores nacionales. Todo esto no pasaría de una simple confabulación de extranjeros, pero en el Perú existen sectores que apoyan tan absurda propuesta. Promover este tipo de movidas y, ofrecerse como caja de resonancia (Diario La República), es una forma de traición a los intereses nacionales, a la industria nacional que tanto “defienden” los radicales. Increíble, la izquierda aliada con las trasnacionales en contra de la industria y empleo peruanos.

 




No al Club de Pobres

No al Club de Pobres

La apertura comercial instaurada en los años 90′ ubicó al Perú en inmejorable posición para beneficiarse del proceso globalizador. De pronto, como nunca en nuestra historia, los peruanos estábamos en condiciones de extraer riqueza de las sociedades prósperas: nuestros campesinos pobres, nuestros empresarios y nuestros trabajadores, le vendían sus productos a los consumidores de los países ricos.

Para un país como el Perú, que tiene unas condiciones sociales, económicas, geográficas y climatológicas muy favorables para la producción de muchos bienes de alta calidad, como son las frutas y hortalizas, las confecciones, el etanol, los derivados de la madera, peces y mariscos, etc., y que, además, tiene la capacidad de absorber y adoptar la tecnología necesaria para potenciar la producción de dichos bienes, promover el comercio internacional, tiene un impacto extraordinariamente grande en la creación de riqueza, en las exportaciones, el empleo, la transferencia de tecnología, la recaudación fiscal y la reducción de la pobreza.

En este contexto, el comercio internacional, lo que hace, detrás del intercambio de bienes, es establecer sifones para la trasferencia de dinero desde los ciudadanos y empresas ricas de los países desarrollados, hacia los ciudadanos y empresas pobres del Perú. Por ejemplo, los trabajadores que ahora tienen empleo formal en la exportación de espárragos reciben sus ingresos de los consumidores más ricos de los países desarrollados.

La potencia de la apertura comercial del Perú se refleja en la siguiente comparación: En 1990, cuando los aranceles peruanos eran del orden del 66%, aparte de las prohibiciones de importación, nuestras exportaciones totales eran US$ 3,200 millones. Hoy que los aranceles están en un promedio efectivo de 1.5%, nuestras exportaciones superan los US$ 45 mil millones. Algo más: En 1990 el comercio exterior representaba el 20.8% del PBI; hoy representa el 47.1% del PBI. Gran crecimiento, pero lejos aún de los indicadores de integración de los países más exitosos.

Históricamente, el Perú ha sido uno de los países más aislados de la tierra. La geografía nos ubicaba en los confines del globo, llegar al Perú antes de la construcción del Canal de Panamá era una hazaña. Cuando corrido el siglo XX, la tecnología permitió nuestra integración al resto del planeta con el canal, los trasatlánticos y los vuelos intercontinentales, los peruanos nos aislamos políticamente, cerrando nuestra economía.

Solamente a principios de los años 90, es que nos abrimos al comercio internacional y desarrollamos una de las más grandes reformas de nuestra  historia económica.

Considerando estos antecedentes, sorprende que todavía algunos pretendan desvirtuar la apertura comercial argumentando que nos hemos convertido en un país “exportador de materias primas”, y que deberíamos darle mayor importancia al intercambio con los países del Mercosur y de la Comunidad Andina, o para tal caso de UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas)  – invento chavista – puesto que este intercambio tendría una mayor proporción de exportaciones no tradicionales. Esto es una ficción económica, porque los países de la región solo pueden absorber una muy pequeña parte de nuestros productos de exportación y no tienen la riqueza suficiente para la virtuosa transferencia de recursos que hoy disfrutamos con nuestra política comercial.

Ya hemos rebatido el argumento de “las piedras” en un artículo anterior (“El mito del modelo primario exportador“) en el que se demuestra que nuestras exportaciones tradicionales tienen un alto valor agregado y un amplio eslabonamiento intersectorial (por cada puesto en la minería se generan otros 9 en diversos sectores).

Gracias a la apertura comercial, el volumen físico de nuestras exportaciones no tradicionales creció más de 220% entre el 2002 y el 2011, mientras que las tradicionales solo en 90%. Además nuestra oferta exportable se ha diversificado, incorporando mayor valor agregado y generando más empleo (en Ica y en Trujillo hay pleno empleo).

Quienes pretenden desvirtuar o “bajarle la llanta” a la apertura comercial para priorizar nuestra relación con el Mercosur, la CAN y/o Unasur, en realidad están planteando una opción ideológica para nuestra política comercial, sin registrar los beneficios de nuestra integración global y sin entender que la alternativa de la integración subregional constituye una apuesta perdedora. El club de pobres latinoamericano  al que pretenden llevarnos, condenaría a nuestras clases necesitadas a la pobreza de las pasadas décadas perdidas.

Las cifras sobre el éxito de nuestra política comercial son contundentes: Durante el 2011, del total de $45,900 millones que exportamos, US$ 29,800  millones corresponden a los países con los que ya tenemos tratados de libre comercio. Si tomamos el volumen comercial con los países que estamos negociando acuerdos similares y la CAN más del 90% de nuestro comercio internacional está respaldado por acuerdos comerciales.

¿Se puede jugar a la ideología con las políticas de Estado que han permitido que la prosperidad se esté extendiendo a lo largo y ancho del Perú? Faltando mucho por hacer en la promoción de la inversión, la generación de empleo y la reducción de la pobreza, no podemos cortar la faja transportadora de riqueza que representa el comercio internacional. ¡Cuidado con el club de pobres!




El mito del modelo primario exportador

El mito del modelo primario exportador

Algunos economistas y líderes de opinión que se resisten a aprender de los procesos económicos y sociales que han dado lugar a la reducción de la pobreza y a la creación de una nueva clase media -tanto a nivel global como en el Perú- siguen alimentando mitos sobre las características del proceso de desarrollo peruano de los últimos años.

“Exportamos piedras”, dice Waldo Mendoza (1); ” el neoliberalismo nos ha llevado de regreso al modelo primario-exportador, que -como en los 50s- genera enclaves de grandes empresas mineras”, señala Pedro Francke (2), “es un modelo primario exportador, extractivista y desindustrializador”, asevera Félix Jiménez (3); “su desarrollo intenso genera divisas y utilidades pero poco empleo y articulaciones con el resto de la sociedad”, afirma Germán Alarco (4); “el desarrollo económico basado en vender piedras  tiene sus límites”, agrega León Trahtemberg (5).

“El problema es que la exportación primaria minera o petrolera no genera eslabonamientos internos, en consecuencia sus efectos multiplicadores de empleo e inversión van más bien al exterior”, sostiene Efraín Gonzales de Olarte (6).

Efectivamente  el 78% de los ingresos monetarios de nuestras exportaciones corresponden a productos tradicionales (sobre todo minerales),  pero lo riguroso es distinguir entre precios y volumen. En volumen (toneladas), entre el 2002 y el 2011, nuestras exportaciones no tradicionales han crecido en 222% mientras que las tradicionales solo aumentaron en 90%. (Ver Cuadro 1).

Cuadro 1

Hablando de precios, no se atreverían a afirmar lo mismo de Noruega con su 84% de exportaciones tradicionales, Australia con 77%, Nueva Zelanda con 73%, y Canadá con 44%, países muy exitosos que han sabido sacar provecho de sus recursos naturales y donde nadie se atreve a menospreciar una de las bases más importantes de  su éxito económico.

Además, nuestras exportaciones tradicionales incorporan un alto valor agregado. Por ejemplo, si en el 2010 hubiéramos exportado cobre refinado en vez de concentrados, solo hubiéramos obtenido 3.3% más de valor y en el caso de alambrón 8.2%.  (Ver Cuadro 2).

Cuadro 2

Abundando en rigurosidad podemos ver que según la Tabla Insumo Producto (TIP –  base 2007) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) y publicada por el IPE (Efecto de la minería sobre el empleo, el producto y recaudación en el Perú), la minería aporta solo el 13.2% del PBI, mientras que nuestro renovado sector manufacturero contribuye con el 16.5%, siendo ahora una industria más grande, exportadora y competitiva a nivel global.

Asimismo, a semejanza de los países más desarrollados, nuestro sector servicios es el de mayor contribución al producto con un 49% de participación. ¿Somos entonces un país primario exportador?

Nuestro sector industrial produce ahora maquinaria y equipo,  alimentos y bebidas,  confecciones, productos químicos, caucho y plásticos e industria del papel e imprenta. Pedro Olaechea, ex presidente de la Sociedad Nacional de Industrias, destaca por ejemplo la enorme importancia del clúster minero-industrial que genera más de 300,000 empleos formales. A su vez, como explica el IPE, éste demanda el 10% de la producción industrial y genera nueve empleos en otros sectores por cada puesto de trabajo minero.  

Una mirada desapasionada a la economía debería llevarnos a encontrar en la explotación racional de nuestros recursos naturales una gran palanca de desarrollo.

Lamentablemente en el Perú, en las décadas de los 60, 70 y 80 paralizamos la inversión privada, especialmente la vinculada a los recursos naturales. El consiguiente empobrecimiento de nuestra economía generó brechas económicas y sociales que hasta ahora no podemos cerrar. Así tenemos que entre otras falencias, las remuneraciones de los maestros, enfermeras y policías no alcanzan aún un buen nivel adquisitivo.

La explotación racional de nuestros recursos naturales debe ayudarnos a cerrar dichas brechas. Si desarrolláramos la cartera de proyectos mineros, que suma  US$53,000 millones,  se generarían 2.4 millones de empleos estables, el PBI crecería adicionalmente en US$44,505 millones, las exportaciones en US$30,276 millones anuales y los ingresos fiscales en S/. 25,727 millones cada año. Es evidente que con estos recursos podríamos construir muchos hospitales, postas, escuelas y  carreteras, así como aumentar las remuneraciones de los servidores públicos.

¡Basta de mitos y más respeto por la ciudadanía!

1/ Diario Gestión, 18 de octubre, 2012
2/ Coordinadora Nacional de Radio, 13 de marzo, 2010
3/ La República, 14 de febrero, 2010
4/ La Primera, 27 de octubre, 2012
5/ Programa Chema a las 10, Canal 10 RPP, 10 de setiembre, 2012
6/ Blog.pucp.edu.pe, 03 de diciembre, 2009