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La izquierda apunta contra Ministro Castilla

La izquierda apunta contra Ministro Castilla

La izquierda se ha propuesto pescar a río revuelto en la actual coyuntura intentando convertir el menor crecimiento de nuestra economía en una “crisis económica” que desemboque en un cambio del modelo. Los errores de comunicación del gobierno, sobre todo, en el asunto de las llamadas “vacas flacas” ayudan a los intereses de los zurdos. En todo caso, allí está la última encuesta de Datum, en la que el 61% de la población considera que estamos en “crisis económica”. Ni corto ni perezoso, Salomón Lerner Ghitis, de Ciudadanos por el Cambio y de FRENAIZ, pide la renuncia del Ministro de Economía Miguel Castilla argumentando que “impide que el Mandatario cumpla sus promesas” y que es un “topo del anterior del gobierno”.

El cinismo de Lerner es digno de ripley. ¿Acaso Castilla no fue su ministro de Economía cuando él era Primer Ministro? O, ¿acaso era un Primer Ministro  pintado en la pared?

Todo indica, pues, que Lerner y sus amigos pretenden seguir disputando espacios estatistas dentro del actual gobierno y de allí que enfilen sus misiles contra Castilla. Se trata de propaganda a favor del estatismo. En ese afán, la izquierda insiste con la maniobra confusionista de convertir el menor crecimiento en una falsa crisis.

Quizá valga entonces aclarar que es una crisis y quién es la madre  y el padre de la misma. En el artículo Quieren bajarle la llanta a la prosperidad mostramos con absoluta claridad qué significa una crisis. Por ejemplo, a fines de los ochenta teníamos  reservas internacionales negativas, hoy gozamos de más de 65 mil millones de dólares. Cerca del 60% de la población era pobre, mientras que ahora solo lo es el 25%. El ingreso per cápita era de  US$968 y ahora es más de US$ 6,600 y la mortalidad infantil ha bajado a la cuarta parte.  Semejantes cifras establecen las diferencias entre una crisis y una economía en crecimiento y prosperidad. Pero, ¿quiénes eran los padres de la crisis a fines de los ochenta? El estatismo y la falta de libertad económica que nos propone Lerner, a pesar de las actuales desgracias de Venezuela y Argentina. Y, ¿quiénes son los padres del crecimiento? Pues el mercado y la libertad.

Si en la última década crecimos por encima del 6% del PBI y el 2013 creceremos por encima del 5%, no existe ningún criterio económico para confundir la desaceleración económica con una crisis. En todo caso, los peruanos ya saben quiénes son los padres de las crisis económicas y todos contemplamos apenados los problemas de nuestros vecinos del eje bolivariano.

Ojalá nuestra izquierda aprenda pronto a pescar en los ríos de la prosperidad.




Petroperú con una mano en el bolsillo del Estado

Petroperú con una mano en el bolsillo del Estado

Los objetivos anuales y quinquenales (2013-2017) establecidos por el gobierno para Petroperú son una lista de buenos deseos sin asidero en la realidad, ni sustento en nuestro ordenamiento constitucional. Pocas veces se ve alguna empresa que haga un pedido desproporcionado y arbitrario a Papa Noel Estado, cómo se ha planteado, en esta ocasión, para nuestra empresita petrolera.

La lista de objetivos es un ejercicio de ambiciones desproporcionadas, que pretende darle a una empresa débil, no sujeta a ningún control por parte de las instituciones del Estado, desarrollos que no tiene como financiar ni administrar. El bendito plan está incompleto, pues carece del indispensable análisis de capacidades y de esquemas de financiamiento. Incluso, el anuncio de listar un 8% de sus acciones al 2017, es un saludo a la bandera, pues con ese nivel de apertura del capital, no se podrá conseguir recursos financieros suficientes, ni un sistema sólido de gobierno corporativo.

La resolución del Ministerio de Energía y Minas del 31 de julio establece la siguiente visión para Petroperú: “Ser la empresa de hidrocarburos y energía del Estado, integrada y competitiva, que crea el valor compartido, líder en el mercado nacional y con participación creciente en el mercado internacional…” Es decir, una auténtica “súper empresa”, según el viejo recetario populista de América Latina, pero, ¿no existe acaso una contradicción de esta misión de Petroperú con la Constitución? Nuestra Carta Política establece claramente el rol subsidiario del Estado en la economía, sin embargo, otra vez se desempolva la vieja de idea de que una empresa estatal lidere un sector económico.

En contraste con el ejemplo de otras empresas petroleras de la región, Petroperú anuncia que listará en la BVL un ridículo 8% de sus acciones.Por ejemplo, en Brasil, cerca del 50% de las acciones de Petrobras son del sector  privado, que se cotizan en Sao Paulo, Nueva York, Madrid y Buenos Aires. Ecopetrol de Colombia cotiza un 20% de sus acciones en bolsa de Nueva York, Toronto y Lima.Con solo 8% de acciones en la bolsa, Petroperú pretende seguir manejando la empresa sin ningún tipo de supervisión, sin transparencia y sin gobierno corporativo, pero esta vez pretendiendo manejar 10 veces más activos que hoy, con una manota en el bolsillo del Estado peruano.

En vez de apurar la promoción de los gasoductos del sur y el desarrollo de la petroquímica con la participación del sector privado, el MEM se dedica a diseñar un monstruo de mil cabezas, imposible de financiar, que terminaría, justamente, alejando la inversión privada y retrasando el propio desarrollo petrolero que se “quiere alentar”. ¿Qué le pasa al MEM?




Se cree la quinta espada del marxismo

Se cree la quinta espada del marxismo

En una reciente entrevista en El Comercio, Marco Arana , uno de los líderes del autodenominado Frente Amplio de Izquierda (FRENAIZ) y del movimiento “Tierra y Libertad”, el único con inscripción electoral vigente, saca del desván los trapos viejos de los argumentos contra la economía de mercado y el capitalismo y, francamente, es asombrosa su desconexión con la historia de la humanidad. Para el ex cura no existieron las tragedias del comunismo, de los socialismos y nacionalismos del siglo pasado.

 

Sin el menor rubor sostiene que “planteamos que colocar el egoísmo y el individualismo como una meta suprema para las relaciones sociales y económicas, es un error. Promovemos formas solidarias de colaboración y participación”. “Proponemos un modelo alternativo al capitalismo que se base no solo en los valores económicos”. Recordemos, además, que Arana explicó hace unos meses en España su visión de desarrollo, sosteniendo que el país no debe crecer más de 2% anual, para así no demandar minerales ni petróleo.

Arana adereza su propuesta económica con retórica filosófica. Pues bien, habría que recordarle que todas las ideologías que negaron al individuo como punto de partida de la sociedad reemplazándolo por el Estado en supuesta representación de “formas solidarias”, “colectivismos”, “socialismos” y “nacionalismos”, que terminó ahogando a la humanidad en océanos de sangre. Allí está el Gulag estalinista con sus 40 millones de muertos, o la barbarie Nazi con el genocidio de los judíos y otras minorías, o los 60 millones de chinos sacrificados por Mao. No olvidemos la deshumanización creada por el sistema soviético.

Arana tampoco entiende la verdadera solidaridad. ¿Qué individuo en la historia ha prosperado sin cooperación? El individuo, el productor, en un mercado abierto solo sobrevive y triunfa en base a la cooperación con miles de agentes económicos, solo si se establecen vastas redes solidarias en la que millones se organizan para producir y vender.Las dos caras de la moneda del mercado, pues, son el individuo y la cooperación.

¿No conoce Arana la realidad de los mercados populares del Perú en el que millones de “individuos” migrantes andinos producen, compran y venden? ¿No se da cuenta que su propuesta es totalmente antipopular en Gamarra, Villa el Salvador o Huancayo y Juliaca?

Cuando a Arana se le pregunta cómo se llama su modelo, dice “llámele la recuperación del socialismo, de una economía solidaria, justa y ecológica”.  Luego afirma que su propuesta es una alternativa al capitalismo neoliberal. Pero cuando se le pregunta en qué ha país ha funcionado su modelo,  con increíble falta de respeto a la inteligencia de los peruanos, responde “nosotros creemos que no existe. Hay que trabajar en esa línea”. ¡Vaya! Arana no solo está contra las inversiones y el mercado sino que es el fundador de una nueva teoría mundial, una especie de quinta espadadel marxismo(la cuarta fue Abimael Guzmán, la tercera Mao, la segunda Lenin y la primera Carlos Marx), porque Corea del Norte, Cuba, los países bolivarianos de América Latina hoy, o el socialismo soviético de la pasada Guerra Fría y todos los modelos anticapitalistas y anti-mercado que han surgido en los últimos 150 años, no tienen nada que ver con su ideario. Arana es puro, inmaculado, tocado por una mano divina, aunque repita el fracasado recetario anticapitalista superado por la humanidad.

No se advierte, pues, alguna novedad ideológica en el discurso del llamado (FRENAIZ) Frente Amplio de Izquierda. Se trata del mismo huaqueo ideológico contra el mercado y la inversión privada que se ha levantado antes con diferentes envolturas, ya sea la marxista, fascista, nazi, nacionalista, chavista, “ecológica-radical” e, incluso, las teocráticas.

Las recetas contra el mercado, como las de Arana, nacieron con el propio mercado, pero este es el único modelo económico que, fracasando, nace y se reforma una y otra vez, como el ave Fénix, para continuar avanzando. Como se ve la nueva propuesta de la izquierda nace demasiado vieja y arrugada.




Coqueteo de Humala con activos de Repsol sale costando caro

Coqueteo de Humala con activos de Repsol sale costando caro

Perú está dando a los inversionistas de bonos los peores retornos de América Latina, en tanto que el presidente Ollanta Humala trata de disipar las preocupaciones que suponen una expansión del control estatal en la economía con el crecimiento más veloz de la región.

Los bonos del gobierno en soles han caído un 6.8% en los últimos tres meses en términos de la moneda local, según Bank of America. Los bonos en dólares de Perú han caído 13% durante el mismo periodo, más del doble del promedio regional a la baja de 6.1%, mostraron los datos de JP Morgan Chase.

Los bonos en soles se han desplomado desde el 28 de abril, cuando Humala expresó interés en comprar la refinería local y estaciones de servicio de la española Repsol. Aunque el Gobierno descartó esa posibilidad cuatro días después y prometió reforzar la inversión privada, el episodio dañó la confianza de los inversionistas en medio de la peor liquidación de deuda local del mercado emergente en cuatro años, dijo Enrique Álvarez, director de IdeaGlobal.

“Humala nos ha dado un pequeño vistazo de sus verdaderos colores”, dijo Álvarez por teléfono desde Nueva York. “Su cara nacionalista salió a la luz en este particular evento. Es una advertencia de que el Ejecutivo en el Perú todavía piensa sobre un cierto rol del Estado en la economía, y eso es algo que el mercado se toma a pecho”.

Seguro de deuda

La oficina de Humala no respondió al pedido de comentario enviado por correo electrónico sobre sus políticas económicas y el declive de los bonos peruanos.

El costo de proteger el endeudamiento peruano de la mora por cinco años se elevó en los últimos tres meses en 53 puntos básicos o 0.53 puntos porcentuales, a 142 puntos básicos a la 1:38 p.m. en Lima (ayer), según data recolectada por Bloomberg. El mismo costo en contra la mora en Chile se elevó en 38 puntos básicos a 101 en el mismo periodo, mientras que el de Colombia subió en 47 puntos básicos a 137 y en Brasil fue 50 puntos básicos a 172.

Durante la campaña presidencial sin éxito en el 2006, Humala acusó a las compañías extranjeras de saquear el país y dijo que renegociaría los contratos. Propuso seguir la dirección de Venezuela e incrementar las regalías e impuestos en la extracción de petróleo.

Hacia la elección del 2011, le bajó el tono a su retórica, y prometió respetar los contratos y mantener la economía peruana abierta a la inversión extranjera.

Retorno de bonos

El sol ganó 0.5% a 2.7340 por cada dólar americano hoy (ayer), según los precios de Datatec. El rendimiento de referencia de los bonos en soles de 7.8%, con vencimiento en agosto del 2020, cayó tres puntos básicos a 5.22%, de acuerdo a datos de Bloomberg.

El bajo desempeño de Perú en el mercado de seguros contra la mora crediticia puede reflejar un aumento en la preocupación sobre la intervención en la economía, dijo Joe Kogan, director de estrategias para mercados emergentes del Bank Nova Scotia de Nueva York.

Desaceleración

Confiep dijo el 29 de abril que Humala había abandonado su posición amigable hacia la empresa luego de que el Gobierno publicara una ley que facilitaría a Petroperú comprar los activos de Repsol.

El daño a la confianza empresarial podría haber contribuido a la desaceleración de la economía, dijeron los economistas Francisco Rodríguez y Marcos Buscaglia, de Bank of America, en un reporte del 7 de junio (el PBI creció 4.8% en el primer trimestre, el más bajo en tres años), en medio de una débil demanda china por oro y cobre, que responde a la mitad de las exportaciones peruanas.

“La señal enviada por el Gobierno sobre el caso Repsol no fue bien recibida por el sector privado”, dijo Roberto Melzi, quien ayuda a manejar US$ 11 mil millones como jefe de renta fija de AFP Integra en Lima. “Probablemente aumenta el escepticismo en el sector privado, dado el ruido durante la última elección presidencial”.

Titulares extranjeros

La ola de ventas en los mercados emergentes es una preocupación aún mayor para los tenedores de bonos peruanos que la amenaza de una mayor intervención del Estado, dijo Phillip Blackwood, que maneja US$ 3.7 mil millones de deuda en mercados emergentes como socio gerente de EM Quest Capital LLP.

Los extranjeros poseen un 57% de los bonos locales de Perú al 30 de abril, en comparación con un 45% cuando Humala tomó la posta del Gobierno en julio del 2011, según el ministro de Economía. Eso deja al Perú con una mayor exposición que otros mercados emergentes, como Chile, donde los extranjeros solo poseen un 3% del mercado, según su Gobierno, o Colombia, donde tienen un 4.5%.

“Si estas salidas se aceleran desde los mercados emergentes, Perú es un país de alto riesgo”, dijo Blackwood por teléfono desde Londres. “Los potenciales cambios políticos son más de mediano plazo por su naturaleza. No nos preocupan aquí ni ahora”.

Lazos con EE.UU.

Humala también ha calmado al mercado. En una conferencia de prensa del 24 de mayo, dijo que el Gobierno recortaría los trámites burocráticos, que retrasan la inversión de proyectos por US$ 15 mil millones, como parte de un paquete de medidas para impulsar la economía.

Describió el interés del Gobierno por Repsol como “una anécdota”.

El presidente Barack Obama calificó al Perú uno de los socios más confiables de Estados Unidos en el hemisferio oeste, ayer, luego de recibir a Humala en la Casa Blanca para discutir el fortalecimiento de los lazos económicos. Fue la segunda visita de Humala en dos años.

Humala podría considerar expandir el control estatal de industrias estratégicas, como la energía, en caso de que la desaceleración económica empeore, dijo Álvarez.

“Aún va a haber una pequeña pero significativa prima por riesgo ligada al Perú debido a la discusión alrededor de Repsol”, aseguró Álvarez. “El inversionista ha sido obligado a recordar el pasado político de Humala. Es un punto desfavorable”.

PARA RECORDAR

Precio y tasa. El precio de un bono se mueve de manera inversa a su tasa de interés. Por ejemplo, si hay una menor demanda de bonos en mercados emergentes entonces sus precios caen y, por tanto, las tasas que pagan tienen que subir. El rendimiento de estos instrumentos, en cambio, está dado por la tasa de interés más el alza de su valor.

Publicado por Gestión, 13 de junio, 2013




¿Desarrollo o juego político?

¿Desarrollo o juego político?

Uno no deja así nomás de jugar fulbito con sus patas del barrio, o de tomarse una chelita de vez en cuando en el bar de la esquina, por más que algunos de ellos sean medio ociosos o malandrines. Pero si se trata de la chamba, uno no puede dejar de hacerla de la mejor manera para llevar los frejoles a los hijos y darles la mejor educación posible. Con los países vecinos, es igual, no te debes pelear con los vecinos irresponsables sabiendo que estas condenado a vivir al lado, pero tampoco puedes seguir su mal ejemplo, porque ello supondría amenazar el futuro de tus hijos. El realismo-político nos impone hoy asumir una actitud, valga la redundancia, realista, en nuestras relaciones con los países vecinos, pero nunca debemos confundir la “política del barrio” con nuestros objetivos de desarrollo.

¿A qué viene esto? Durante sus presentaciones internacionales, el presidente Ollanta Humala le ha hecho guiños al estatismo y al libre-comercio, a los países de Unasur-Mercosur-Alba, y también a los de la Alianza del Pacífico, cuyos presidentes de  Chile, México Colombia y Perú se reunirán en Cali para eliminar el 90% de los aranceles de su comercio y avanzar en una integración esencialmente económica, dirigida a fortalecernos en nuestras relaciones con el mundo global.

Durante el Foro Económico Mundial  en abril del 2013 en Lima, por ejemplo, el presidente Humala señaló que “de una experiencia fuertemente pública en la actividad económica en la década del 70, pasamos al otro extremo, al de reducir al Estado a su mínima expresión”. Luego agregó: “Hoy venimos construyendo una actitud más equilibrada…venimos trabajando para que nuestro país se encuentre consigo mismo”.  Un claro piropo al estatismo.

En noviembre del 2011 en Paraguay, Humala dijo que defender el papel del Estado “era un pecado, porque iba en contra de la corriente neoliberal y de una ideología en que las personas se convierten en mercancía”. Además cuestionó a las grandes corporaciones que entablan demandas contra los estados. Otro piropo a los países del Alba.

Posteriormente, días después, durante la reunión de APEC en Hawaii, el presidente Humala se preguntó: ¿Por qué invertiría yo en el Perú? Primero, porque las condiciones macro económicas están dadas, hay estabilidad macro económica, vamos a acabar el año con un superávit fiscal, tenemos aproximadamente 50 mil millones de dólares en Reservas Internacionales y tenemos una política de seguridad jurídica basada en lo que firmamos, lo respetamos. Un pronunciamiento claro a favor del libre comercio que practican los países de APEC y los de la Alianza del Pacífico.

Sin embargo  durante las exequias de Hugo Chávez cambió de dirección. Sostuvo que “hablar del presidente Chávez es hablar del futuro porque seguía el sueño de la unidad latinoamericana” e, inclusive, cuando una periodista le consultó si Chávez era “un ejemplo a seguir para el mundo”, Humala Tasso respondió que sí lo era.

Luego vino la frustrada compra de La Pampilla y quedaron muchas interrogantes: Aparentemente, el jefe de Estado se siente más cómodo con Unasur-Alba-Mercosur, que en la Alianza del Pacífico, pero no nos olvidemos que una cosa es jugar fulbito y otra muy distinta, producir riqueza.

Alianza del Pacífico versus Alba y Mercosur

La Alianza del Pacífico reúne a México, Colombia, Chile y Perú sobre la base del libre comercio. Representa un mercado de 200 millones de personas y un producto bruto interno cercano a los 2 millones de millones de dólares, el 35% del total latinoamericano. En el 2012 exportaron casi el 50% de las exportaciones regionales y si constituyeran una sola nación sería la novena economía del planeta. Costa Rica y Panamá hacen cola para ingresar a la Alianza,y Canadá y España asistirán como observadores a la reunión de Cali.

La mayoría de los países del Mercosur y del Alba tienen economías sobreprotegidas, Venezuela y Argentina encabezan los rankings de déficit fiscal e inflación en la región. El proteccionismo es tan acendrado que, por ejemplo, Mercosur solo ha firmado acuerdos comerciales con Israel, Egipto y la Autoridad Palestina.

Si bien el realismo político nos obliga a mantener una política de buena vecindad con todos, no podemos dudar sobre de con qué políticas superaremos la pobreza y llevaremos a nuestros hijos al bienestar general. Fulbito con los patas, ok, ¿pero chamba?…, con los socios.




¡Se va la luz en Argentina y Venezuela!

¡Se va la luz en Argentina y Venezuela!

El proyecto frustrado del gobierno de comprar La Pampilla y los diversos proyectos de ley de la Comisión de Defensa del Consumidor del Congreso han reavivado el debate en el Perú sobre el manejo político de los precios de los combustibles y todas las plagas del control de precios. Algunos creen que le pueden hacer guiños al estatismo a pesar de la hecatombe económica y social que vivimos en las décadas de los setentas y ochentas y de la tragedia que hoy atraviesan los países bolivarianos.

Por ejemplo, Venezuela es uno de los países que tiene las mayores reservas probadas de petróleo en el mundo, pero importa gasolina y vive agobiada por el racionamiento de electricidad por el control de precios de las tarifas con criterios políticos, desde la nacionalización, el 2007, del sector energético. El gobierno de los “pajaritos” se defiende del desastre acusando a la oposición de sabotaje.

En Argentina las compañías privadas distribuidoras eléctricas de la capital (Edenor y Edesur) han declarado que sus redes están sobrecargadas al límite por la demanda, lo que explica los constantes recortes de luz en la ciudad bonaerense. No olvidemos que hace un año el gobierno argentino estatizó y capturó las instalaciones de YPF-Repsol. En el país gaucho también se controla políticamente las tarifas eléctricas, hecho que ha ahuyentado las inversiones, creando un inmenso déficit de oferta de energía.

Por falta de dólares las importaciones tambalean en ambos países y el desabastecimiento de bienes esenciales se generaliza. En el país llanero, a veces, no hay huevos ni leche. El control de precios de la electricidad en Venezuela y Argentina solo es la punta del iceberg. Los controles proliferan como  hongos. Por ejemplo, el control de cambios en Argentina ha originado un mercado oficial en el que el dólar se cotiza a 5.23 pesos por dólar en tanto que, en el mercado negro, la cotización supera los 10 pesos. En Venezuela el cambio oficial del dólar se cotiza a 6.30 bolívares por unidad mientras que, en el paralelo, vale 26 bolívares. Este mundo oficial versus mundo real debe recordarnos el gigantesco mercado negro de dólares de Ocoña en Lima durante los años ochenta.

Pero las cosas no quedan ahí. En Argentina el 2012 se reportó 5% de déficit fiscal y una inflación de 25%. El mismo año en Venezuela hubo un déficit de 19% del PBI y una inflación de 23%, según cifras oficiales. Mientras en el Perú hubo un superávit fiscal de 1.3% y una inflación promedio de los últimos 10 años de 2.9%.

El desastre también se manifiesta en cuanto a la deuda pública. En Argentina todavía siguen enfrentando los problemas del perro muerto con los bonos, la presidenta no puede volar en el avión oficial a Europa por miedo a un embargo. En su último viaje tuvo que aterrizar en Marruecos. En Venezuela reportan una deuda de 51% del PBI, pero cifras extraoficiales hablan de 80%. En el Perú, el total de la deuda pública es solo el 19% del PBI.

Con respecto a las reservas internacionales siguen las malas noticias. Argentina cerró el 2012 con reservas que equivalen al 9.6% del PBI, Venezuela con 8.2%, en tanto que en el Perú las reservas representan el 34% del PBI. Cifras extraoficiales señalan que Venezuela solo tendría $ 4 mil millones en la caja (1% del PBI), que, para una economía donde se importa el 80% de lo que se consume, es como estar en cero.

Como podemos ver, la maldición de los recursos naturales (petróleo en Venezuela y la soya y cereales en Argentina) si se ha instalado con todas sus plagas y desgracias, en estos países que no operan en el mercado y tienen democracias (instituciones) muy cuestionables.




Gobierno cancela compra de La Pampilla

Gobierno cancela compra de La Pampilla

Después de dos semanas de incertidumbre e intenso debate, el gobierno, a través de Petroperú, anunció la cancelación del proyecto de compra de los activos de la empresa Repsol. De esta manera, ha prevalecido la razón.

Lamentablemente es muy fácil romper la confianza, pero muy difícil construirla y, más difícil aún, recuperarla. Toca ahora, a tirios y troyanos, superar esta situación.

A continuación presentamos el comunicado de Petroperú.




Política co-marcial

Política co-marcial

A la potencial y anacrónica compra de los activos de Repsol se le ha sumado otro hecho que, si bien ha tenido menor notoriedad, no es menos preocupante. Se trata de la transferencia de competencias para la administración de los puertos de la Autoridad Portuaria Nacional (APN) a la Dirección General de Capitanías y Guardacostas (Dicapi), dependiente del Ministerio de Defensa.

Son varios los frentes por los que esta transferencia genera preocupaciones. Para empezar (siguiendo con el derrotero que marcaría la expansión de las actividades de Petro-Perú), el Gobierno ha decidido ignorar que se encuentra subordinado al Congreso y a la Constitución. El decreto legislativo mediante el cual se realizó la mencionada transferencia de competencias se emitió en virtud de una delegación de facultades realizada por el Parlamento. Este último, no obstante, circunscribió la misma a la reforma del sector Defensa. Por eso, cuando el Gobierno entró a regular la gestión de servicios comerciales portuarios y la administración del transporte comercial marítimo, fue más allá de lo que estableció el Congreso y violó además la repartición de poderes establecida por la Constitución.

La inconstitucionalidad del mencionado decreto legislativo, sin embargo, no termina en el hecho de que el Ejecutivo tome las órdenes del Parlamento como una mera sugerencia. Además, a través de esta norma, el Ejecutivo creó una oficina de inspecciones y auditorías para brindar, en exclusividad, servicios de inspección y auditoría respecto de estándares de seguridad y contaminación de las embarcaciones. Esta oficina cobrará por evaluaciones que tranquilamente podrían realizar empresas privadas y, así, violará el artículo de la Constitución que señala que el Estado no puede poner una empresa para realizar actividades que puedan hacer los privados.

El Gobierno, no obstante, no solo decidió mantener su costumbre de ignorar este último artículo constitucional. Además, le entregó el monopolio legal de dichas actividades a la mencionada nueva oficina y le otorgó a Dicapi la facultad de crear tributos para financiarse, todo lo cual también se encuentra prohibido por la Carta Magna.

Lamentablemente, que al Ejecutivo no le interese lo que establece la Constitución y el Congreso no es la única mala noticia. Esta reasignación de funciones, además, no tiene un sentido práctico porque se le han quitado atribuciones a la entidad especializada (la APN) para entregársela a otra que tiene personal capacitado para administrar temas de seguridad mas no comerciales (Dicapi). Como han señalado varios especialistas, que la Marina se encargue de los aspectos comerciales de los puertos tiene tanto sentido como asignarle a la Fuerza Aérea la administración de la aviación comercial o al Ejército la regulación del tránsito terrestre.

La mejor prueba del retroceso que supone trasladar las facultades de la APN a Dicapi son los números. Según Cómex-Perú, hace siete años, cuando la Marina se encargaba de los procesos de recepción, despacho, zarpe y arribo, las tasas que pagaban las embarcaciones ascendían en total a S/.26 millones. Hoy, en cambio, a pesar de que el tráfico naviero es mayor, la APN cobra en total solo S/.13 millones, permitiendo una reducción de costos que beneficia a los consumidores finales de los productos.

Por otro lado, el mencionado decreto legislativo establece que ahora se necesitará el visto bueno de la Marina para concesionar los puertos. Esto (además de ser una barrera adicional e innecesaria para el desarrollo de infraestructura portuaria) preocupa porque, según la congresista Luciana León, en el pasado Dicapi se opuso a la concesión del Muelle Norte, lo que es un indicio de la falta de interés de la Marina por la inversión privada. Estando en el puesto 111 de 144 países en calidad de infraestructura portuaria, según el Índice de Competitividad Global 2012-2013, no se llega a entender por qué ponerle más trabas al desarrollo de nuestros puertos.

En suma, por donde se le vea, debe preocuparnos la militarización de los puertos. No solo por todos los errores que ella implica, sino también porque parece que meter al Estado donde la Constitución se lo prohíbe se ha convertido en una política de este gobierno.

Tomado de El Comercio, 30 de abril, 2013




El injusto medio

El injusto medio

El presidente Humala dijo esta semana que su gobierno busca “un equilibrio” entre dos cosas. Por un lado, las políticas económicas que a grandes rasgos se implementan en el Perú desde que se hicieron las reformas estructurales que disminuyeron el rol del Estado en la economía a “su mínima expresión” (en la visión del presidente). Y, por el otro lado, las políticas de los setenta, cuando –este nombre no lo mencionó pero sí estuvo en la mente de todos sus oyentes– Juan Velasco Alvarado hizo una real revolución de nuestra economía que convirtió al Estado en el protagonista absoluto de la misma por los siguientes 20 años.

Necesitamos “aprender” de ambas experiencias, dijo el presidente, para no caer ni en un “extremo” ni en otro.

La referencia al equilibrio entre los dos extremos hace pensar que, al proponer esto, tal vez el presidente tuviese en mente alguna versión de la idea del “justo medio” aristotélico. Si este es el caso, se trataría de una versión espuria de lo que esta teoría significa. Y es que el “justo medio” no quiere decir que, por ejemplo, entre la valentía y la cobardía, o la generosidad y la avaricia, o la felicidad y la desgracia, lo bueno para el hombre es buscar lo que esté a la mitad. No. La valentía, la generosidad y la felicidad hay que buscarlas todo lo que se pueda. El “justo medio” es lo que está a la mitad de dos extremos igualmente malos, no de dos cosas cualquiera que se opongan.

Decimos esto, porque, al menos si nos atenemos a los resultados documentados de los dos tipos de políticas económicas a las que el presidente se refirió, lo que él ha dicho cuando afirmó que hay que buscar un equilibrio entre el estatismo de los setenta y la economía (semi) libre que tenemos hoy, es el exacto equivalente a decir que hay que buscar un equilibrio entre reducir y aumentar la pobreza, entre disminuir e incrementar los ingresos promedio de la población, entre destruir y generar empleos, entre ver bajar y subir la productividad, y demás.

No se trata de ideologías. Se trata de realidades documentadas. Si uno toma en cuenta todo el período en que rigió el modelo de los setenta –desde que asumió el mando el general Velasco hasta comienzos de los noventa– las cifras son abrumadoras. En 1970, el Perú tenía un 35% de su población viviendo bajo la línea de pobreza. Para 1991, el 56% de los peruanos padecía esta situación (INEI-IPE). Según cifras del BCR, por otro lado, demoró 30 años que el país volviese a recuperar –en el 2004– el PBI per cápita que tenía cuando las reformas del velascato comenzaron a dejar sentir sus mayores efectos hacia 1974.

Si se considera únicamente la década que nombró el presidente, por otra parte, la cosa no mejora. Y no mejora, sobre todo desde el punto de vista de los pobres. Solo desde el mencionado 1974 hasta finales de la década, los salarios reales tuvieron una caída de alrededor del 35% (INEI-IPE). Por su parte, la inflación, ese ladrón silencioso del poder adquisitivo de la gente, aumentó de 6% en 1969 al 74% en 1979 (BCR-IPE). Además, la productividad cayó durante la década (luego de haber subido consistentemente durante los cincuenta y sesenta), lo que se confabuló con los controles de precios y los impedimentos a las importaciones para generar escasez: el gobierno militar, por ejemplo, tuvo que prohibir la compra de carne durante 15 días de cada mes.

Todo esto, para no hablar de indicadores más abstractos –y, por ejemplo, de cómo la deuda pública se incrementó del 15% del PBI en 1969 al 41.3% en 1979– y concentrarnos solo en los que se reflejan más directamente en la calidad de vida de las personas. En los indicadores, esto es, que enseñan cómo estas políticas se tradujeron, para decirlo en una sola palabra (como lo ha hecho Nadine Heredia, confiamos que con sinceridad), en mucho “sufrimiento”.

La experiencia a partir del desmontaje de la economía estatista, por otro lado, ha sido la opuesta. Solo en los últimos ocho años, como paradójicamente lo resaltó el mismo presidente Humala en el mismo discurso, un cuarto de la población peruana ha salido de la pobreza, habiéndose reducido el porcentaje de peruanos que la sufre al 27%. En las últimas dos décadas el PBI per cápita ha pasado de US$1,500 a US$6,700 aproximadamente. Únicamente desde el 2003 a acá el promedio de los sueldos se ha incrementado a un 7% anual. Y la inflación, que había llegado a la aberración del 7,492% anual en 1990, cerró el año pasado en 3.7%.

Por lo demás, como agudamente lo ha resaltado Jaime de Althaus, al menos para lo que toca a sus funciones propias –y no a hacer negocios– nuestro Estado es hoy mucho más fuerte que en los setenta. Como hay mucha más inversión y producción, tiene mucho mayores ingresos fiscales. Solo en la última década el presupuesto del que puede disponer cada año para apoyar a quienes tienen menores recursos –incluyendo en la salud y la educación– se ha triplicado de US$15,000 millones a US$45,000 millones.

Si en algo, en fin, estamos de acuerdo con lo dicho por el presidente es en que hay que “aprender” de ambos modelos. Sí, hay que aprender. Y luego hay que usar el resultado de este aprendizaje para, uniéndolo al instinto de vida, luchar por mantenernos tan alejados como se pueda de lo que solo trajo pobreza y sufrimiento, y profundizar en el camino de lo que hace tiempo nos viene volviendo un país que tiene cada vez más oportunidades para más peruanos.

Tomado de El Comercio, 28 de abril, 2013




Salomón Lerner está detrás de este negocio

Salomón Lerner está detrás de este negocio

¿La posible compra de los activos de Repsol por Petroperú se convertirá en el parteaguas ideológico del gobierno de Ollanta Humala? ¿Se cayó la careta de la Hoja de Ruta y volvemos a la Gran Transformación? ¿El “Compromiso por la Democracia y contra la Dictadura”, del que Toledo y Vargas Llosa fueron garantes, es mero papel mojado en tinta? Estas y otras preguntas han rondado los corrillos políticos y empresariales esta semana; pero para gente más pragmática, como el ex presidente de Petroperú Jaysuño Abramovich, sería mejor seguir el consejo que el célebre informante Deep Throat les diera a los periodistas Woodward y Bernstein cuando investigaban el caso Watergate: “follow the money” (sigan el dinero).

Por Mario Camoirano

Correo: ¿Por qué cree usted que el Estado peruano está interesado en la compra de la refinería La Pampilla y los grifos de Repsol?

Jaysuño Abramovich: Las cosas ocurren en el Perú como en otros países por razones de intereses sectoriales. Acuérdese de la guerra de Irak. ¿Quién se encarga de la reconstrucción? Contratistas americanos, entre ellos (y sin licitación de por medio) Halliburton, la empresa donde Dick Cheney (el vicepresidente de George Bush) fue delegado consejero. ¿Y quién pagó la factura? ¡Todos! La crisis financiera del 2008 contiene en parte esa factura. Los negocios mueven la economía y no al revés. Ni usted ni yo podemos cambiar esa realidad pero sí podemos denunciarla. Lo que está pasando es que personas, que han coadyuvado a que quienes hoy gobiernan estén allí, están justificando “técnicamente” que el Estado adquiera activos a un precio muchísimo más alto que el que realmente tienen a nivel mundial.

C: ¿Cómo puede estar seguro de ello?

JA: Porque la refinación es uno de los peores negocios que existen hoy en el mundo. Tanto así que las refinerías de PDVSA (la petrolera venezolana) están en Estados Unidos. Encima, La Pampilla requiere cerca de $900 millones para desulfurizar los combustibles que hoy produce. Por qué el Estado Peruano tiene que rescatar a los españoles.

C: Bueno, lo cierto es que Repsol es como cualquier propietario que desea vender un activo. Le da lo mismo quién sea el comprador, lo importante es que tenga el dinero.

JA: Es cierto, pero recuerde que siempre en todo intercambio de cierto valor hay alguien que se lleva su comisión. Recuerdo cuando no terminaba de sentarme en la presidencia de Petroperú me vino a visitar un vicepresidente de Enron, que acababa de comprar a la Belco, a la que García expropió plataformas petroleras en 1985. Me dijo que si yo acordaba con él la compensación, tendría mi vida arreglada. Le digo algo más, la misma tecnocracia que ayudó a los militares de la “Revolución Peruana” de Velasco Alvarado a estatizar el petróleo, las minas, la pesca, la electricidad, etc. fue la misma que ayudó a Fujimori a privatizar. Hablo de Joy Way, Loret de Mola, Lerner Ghitis y Quijandría. Todos son ahijados del mismo padrino.

C: ¿Y alguno de ellos sería el gran comisionista de esta posible compra a Repsol?

JA: El mismo que ahora sostiene que esa compra es un asunto “técnico” y no “ideológico”. ¿Cómo puede ser técnica la compra de una empresa quebrada? Aquí las razones son personalísimas. Como decía Proudhon, “detrás de toda gran fortuna está el robo”.

C: ¿Hablamos del ex primer ministro Salomón Lerner Ghitis?

JA: Sí claro, Salomón Lerner está detrás de este negocio. Es su estilo.

C: ¿Pero acaso no fue expectorado del entorno de Palacio de Gobierno?

JA: No lo sé. Pero si usted fuera Presidente lo lógico sería poner esto a cargo de alguien estructuralmente corrupto, a quien aparentemente ha botado (pero que financió su campaña), para que haga el negocio que no puede hacer abiertamente. ¿Usted cree que está en la Unasur para encargarse del problema paraguayo?

C: ¿Estructuralmente corrupto?

JA: Usted sabe cómo pasó de vivir en una quinta en Jesús María en 1978 a tener una espectacular residencia en Camacho, en 1988. Manejando el 33% del comercio exterior peruano de la época. No solo la exportación de harina de pescado (EPCHAP) sino la importación de leche, arroz y azúcar (ENCI). Muchos lo llaman empresario, pero según Joseph Schumpeter, empresario es aquel que arriesga. Él nunca arriesgó nada, aparte de poder ir preso. Es una persona que ha tenido éxito para hacer dinero a través del poder, haciendo que este sirva a sus intereses.

C: ¿No estará hablando por la herida? Lo digo porque alguna vez fueron socios y luego él se quedó con la empresa.

JA: Mire, usted está hablando con un muerto. Hace dos años tuve un ataque cardiaco y estuve clínicamente muerto. Me revivieron y ahora mi corazón trabaja al 24% de su capacidad. Así que aquí no me motivan revanchas personales, pero sí el genuino deseo de que no se desperdicie el dinero que debería servir para que no se estafe una vez más a los pobres del Perú. Mi inspiración viene de Emile Zola y su carta abierta “J’Accuse” (Yo acuso). Cuando yo estudiaba Derecho en San Marcos, practicaba en el estudio de uno de los mejores penalistas de aquel entonces. En una ocasión se asumió la defensa de un acusado de asesinato y estupro y el abogado me dijo: “Gringo, al juez le gustas. Una reunión en la oficina, unos tragos, un bailecito…”. Terminé la carrera para no defraudar a mi madre, pero paralelamente estudié Sociología con Matos Mar. Por algo soy de los pocos ex presidentes de Petroperú que jamás tuvieron una objeción de Contraloría y eso que no había día en que no me pidieran fondos para la “caja chica”. La corrupción es el peor crimen que se puede cometer en un país pobre y por eso mismo, deberíamos invertir el dinero que se quiere desperdiciar en La Pampilla en sanear el sistema de justicia, porque un país donde los ciudadanos en lugar de sentirse protegidos por sus jueces contra los abusos del poder, temen a sus jueces porque son instrumentos del poder, a esto nunca podrá llamarse una democracia.

(Tomado de Correo, 28 de abril, 2013)




¿Equilibrio entre el cielo y el infierno?

¿Equilibrio entre el cielo y el infierno?

Las declaraciones del domingo del Presidente Ollanta Humala, a un solo medio, no lograron calmar los ánimos y justificadas críticas que ha desatado la decisión del gobierno de evaluar la compra de los activos de Repsol. Si bien el jefe de Estado pretendió bajar el voltaje informando que Petroperú compraría la refinería La Pampilla, los grifos y la envasadora de gas Solgas en calidad de socio minoritario de un “inversionista privado”, la reacción de la sociedad ha mostrado que el país no está para aventuras populistas.

El presidente de la Confiep, Alfonso García Miró, habló con base y firmeza luego del pronunciamiento presidencial. Señaló que el jefe de Estado no lo había convencido y que “nos habíamos salido de la hoja de ruta”, enfatizando que la eventual compra de los activos de Repsol “confirma la decisión política del Estado en interferir en un mercado donde trabajan los privados”.

El sábado pasado el gobierno  publicó el Decreto Supremo 012 de Energia y Minas, sin la firma del ministro de Economía, mediante el cual reglamenta la ley 28840, de julio del 2006, precisando la figura de los encargos especiales, que facilitaría la compra de los activos de Repsol. El artículo 3 del reglamento establece que  estos encargos serán dictados solo por el Ejecutivo mediante Decreto Supremo. Es decir, para comprar los activos de Repsol no se necesitaría ya  una ley expresa del Congreso.

El reglamento tiene otras perlas: ratifica la exclusión de Petroperú del ámbito del Fonafe, del SNIP y de las normas generales de adquisiciones del Estado. Además señala que los trabajadores de la petrolera estatal no serán considerados funcionarios públicos.

El Estado a su “mínima expresión”

El presidente Humala sostiene que se requiere una economía “más equilibrada” entre la experiencia estatista de los setenta y “la reducción del estado a su mínima expresión” actual. ¿Qué tipo de equilibro puede desearse entre el modelo estatista que desquició nuestra economía y empobreció al 60% de los peruanos, y el modelo de economía de mercado que trajo al Perú un círculo virtuoso de reducción de la pobreza, la desigualdad y la desnutrición infantil?  El Presidente ha dicho que quiere un Estado “fuerte”, pero parece estar atrapado por la ideología. El modelo que redujo al Estado a su “mínima expresión” fue el estatismo del pasado, en tanto que el Estado del siglo XXI, el que abrazó la economía de mercado es probablemente el más fuerte de nuestra historia. (Ver algunas cifras).

El estatismo de los años setenta hizo añicos al propio estado, lo redujo a polvo. El estado llegó a perder control sobre la moneda nacional por la hiperinflación. El déficit fiscal, el crecimiento de la deuda pública, la caída de la presión tributaria convirtieron al Estado en un No-Estado. No solo no controlábamos nuestra moneda sino que ya no ejercíamos el monopolio de la violencia con la irrupción del senderismo y otros grupos armados.

Las reformas económicas de los años noventa nos permitieron reconstruir el Estado desde sus  escombros. No solo han mejorado todos los indicadores económicos y sociales, incluso hemos recuperado la confianza en el futuro y el entusiasmo con el porvenir. Donde no hemos avanzado al mismo ritmo es en el Estado, pero no por ser pequeño y débil, sino por ineficiente e indolente. El Estado peruano tiene hoy capacidades de regulación que nunca existieron, empezando por una Sunat muy poderosa y otras instituciones como Indecopi y los reguladores de servicios públicos. Sus carencias no tienen que ver con los procesos productivos, ni de bienes, ni de servicios, se deben a los atrasos en educación, salud, infraestructuras, y a las debilidades institucionales en seguridad y justicia.




Comprar grifos en vez de dar agua a los pobres

Comprar grifos en vez de dar agua a los pobres

El ex ministro de Economía y Finanzas Pedro Pablo Kuczynski ha puesto los puntos sobre las íes al comentar el plan del gobierno de destinar parte de los escasos recursos públicos a comprar la refinería la cadena de grifos Repsol y la refinería La Pampilla. Les presentamos a continuación lo que dijo PPK en una reciente entrevista en Radio Programas del Perú (RPP)

PPK.- Tengo algunas preocupaciones que de repente podemos compartirlas ahora y una de ellas se refiere a Repsol a la refinería de la Pampilla…

Cayetana Aljovín (CA): ¿Te refieres a Repsol o a la preocupación de que Petroperú compre los activos de Repsol?

PPK.- Exactamente lo segundo. Y los oyentes saben que hay rumores, no son nada más que rumores, pero si fueran ciertos constituyeran algún elemento de verdad, realmente es preocupante y quiero explicar por qué: La refinería ya existe, los grifos de Repsol ya existen, si el estado peruano va a gastar centenares de millones de dólares para comprar algo que ya existe, no en una nueva inversión, no en una nueva construcción que va a traer más trabajo ¿qué estamos haciendo con estos escasísimos recursos que deberían estar invertidos en educación, en infraestructura, en obras que realmente necesitamos? Si Repsol no puede vender esto, por razones que no conozco. ¿Qué motivación tiene el gobierno peruano para ayudar a Repsol? Ninguna, no…

CA: Bueno, el ministro de Energía y Minas ha señalado que lo que se busca con esto es prácticamente regular el precio de los grifos? Lo que ha señalado es que con esto se bajarían los precios de los combustibles…

PPK.- Bueno miremos un poco lo que ha pasado en Argentina con este tipo de políticas. Lo que ha pasado es que hoy Argentina, que era un exportador de gas y combustibles, se ha transformado en un inmenso importador, no puede abastecerse, la exploración ha decaído. Es una mala política, claro que todo el mundo quiere que, si hay picos de precios por una guerra en Corea, o algo así, eso se vaya pues morigerando, se vayan estabilizando los precios. Por eso se creó el fondo de combustibles en la época que creo yo era ministro o después, no lo recuerdo exactamente. Pero de ahí a subsidiar precios, eso es otra cosa y es bien peligroso. Es una mala motivación y vamos a gastar -no sé si lo vamos hacer o no- pero si lo haríamos gastaríamos centenares de millones de soles, cuando todavía en el Perú hay 10 millones de personas sin agua potable en su casa…

CA: Se estima que estima que esta compra demandaría recursos por 1,500 millones sin que Petroperú los tenga, porque tampoco tiene el dinero justamente para componer la planta de Talara?

PPK.- Claro, Petroperú puede endeudarse por supuesto, plata hay, el problema es a qué se destina la plata y la plata debe destinarse a cosas que no existen. Si Petroperú quiere arreglar la refinería de Talara que está muy venida a menos eso es otra cosa, pero la refinería de la pampilla ya existe, los grifos existen. En los grifos hay un negocio prosperísimo de vender snaks, whiskys, cerveza, Inka Kola ¿el Estado va a estar en este negocio? Vamos, creo que hay que aterrizar un poco y realmente oponerse a esta idea.