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“El Estado debe promover un plan nacional energético”

“El Estado debe promover un plan nacional energético”

La falta de planificación en la construcción de centrales eléctricas será una de las causas de la futura crisis energética que se gestaría en el país, comentó ayer el ex presidente del directorio de Electro-Perú Guillermo Castillo Justo, luego de recibir en Trujillo el Premio Elektrón. Este galardón es otorgado cada dos años por la Sección Perú del Institute of Electrical and Electronics Engineers (IEEE), el Colegio de Ingenieros del Perú y la Asociación Electrotécnica Peruana. La entrevista fue realizada por Luis Puell.

––El consumo de energía per cápita se ha duplicado en los últimos 16 años y se presume que en el 2015 habrá una crisis energética. ¿Qué piensa sobre esto?

Vamos a tener energía en el 2015, 2016 y 2017. Se están construyendo centrales importantes que pueden evitar alguna crisis y mucho más con la presencia del gas de Camisea, que es una bendición de la naturaleza.

––¿Entonces considera que no habrá crisis?

Puede haberla por la falta de planificación en la construcción de centrales de energía eléctrica. No existe un plan que dirija este tipo de inversiones y solo se destaca cuando un empresario invierte de manera aislada, pero ese no es el sentido. El Estado debe crear un plan nacional energético que sirva para guiar las inversiones a los lugares donde más se necesite energía.

––¿Esto pasa por una decisión política?

Sí. Imagínese si entre 1990 y 1993 no se hubiera hecho la reforma tarifaria de energía eléctrica –la cual dirigí–, quizá se hubiera afectado el crecimiento que tenemos ahora. En ese tiempo se tuvieron que hacer varias reformas. Luego de la crisis del gobierno del presidente Alan García, el país quedó peor que después del bombardeo a Alemania.

––¿Qué cree que debe hacer el Estado ahora?

El Estado, particularmente, debe impulsar una planificación adecuada a lo largo de los años, la cual debe ser sólida para que no pueda ser cambiada en los distintos gobiernos. Que privatice las empresas estatales de servicio de energía y se dedique a la labor de fiscalización y control. Y que impulse las investigaciones de más reservas de gas.

––¿Es más rentable la energía que se genera con hidroeléctricas o con recursos térmicos?

Yo creo que ambas son casi iguales. Sin embargo, creo que la energía eléctrica que se genera con recursos térmicos puede hacerse con mucha más rapidez que en el caso de una hidroeléctrica, siempre y cuando tengas el recurso. Por otro lado, la decisión de qué tipo de central se necesita dependerá de la planificación que se impulse desde el Gobierno.

––¿Cree que el Perú está en la capacidad de subvencionar energía?

La subvención de energía eléctrica puede ser desastrosa. Cuando insistes en programas de subvención, no solo lo haces con el que más necesita, sino también con la gran empresa, la cual también se beneficia, y eso es malo. Pero si se insistiera en eso, creo que ese tipo de programas tendría que dirigirse de una manera muy específica y técnica. De lo contrario, podríamos padecer lo que ahora le pasa a Venezuela.

––¿Los proyectos de irrigación en el norte y el sur que se encuentran en ejecución representan una oportunidad para generar energía eléctrica?

Yo no voy a decir dónde es mejor instalar o construir una central de energía, pero sin ninguna duda estos proyectos representan una oportunidad. Las centrales energéticas se encuentran en el centro del país y por ese motivo tanto el norte como el sur pagan tarifas muy elevadas, pero cambiar eso no depende de las empresas privadas, sino –insisto– de la planificación que impulse el Estado.

Publicado por El Comercio, 6 de agosto del 2013




Del limón de Tambogrande al chocolate de Celendín

Del limón de Tambogrande al chocolate de Celendín

El sabotaje de la izquierda tradicional a la inversión privada no se detiene, lamentablemente todavía no tenemos una izquierda moderna. Siguiendo al pie de la letra el viejo libreto de mentiras y agitación que se utilizó el 2005 en Piura para truncar el proyecto minero Tambogrande, ahora se pretende impedir que se construya en Cajamarca la central hidroeléctrica Chadín, en perjuicio de los pueblos pobres de la provincia cajamarquina de Celendín.

La coartada para frustrar aquel proyecto minero fue una campaña de mentiras diseñada por el publicista Gustavo Rodríguez: “El limón peruano va a desaparecer con la minería, no tendremos con que preparar cebiche”.  Así, los radicales encabezados por Francisco Ojeda Riofrío, con apoyo de Radio Cutivalú y de varias ONG rojas, impidieron la inversión de una empresa formal que tenía buenas prácticas ambientales y que además iba a ser fiscalizada por varias agencias del estado. Tras la expulsión de Minera Manhattan, Tambogrande fue tomado por los mineros ilegales que si generan una tremenda contaminación. Ahora sí, el limón está en peligro por obra de la minería ilegal.

Para impedir hoy el proyecto de Chadín,  los radicales inventaron otra gran mentira dirigida a manipular a los habitantes de Celendín: “La hidroeléctrica desaparecerá el cacao, va a dejarnos sin chocolate”. La falsedad está bien calculada pues una de las costumbres más arraigadas de esa provincia es beber chocolate en las festividades.

Pero hay más mentiras inventadas contra Chadín: “La represa desaparecerá muchos pueblos”, “habrá sequías y lluvias torrenciales”, “traerá la malaria y el dengue”, “la energía será solo para Conga”. Todas estas falsedades son difundidas en los programas de Radio Celendín, en volantes, en “talleres” organizados por ONGs, afiches, banderolas, pintas, puerta a puerta, etc. Se mueve mucho dinero en la campaña extremista.

¿De dónde viene ese dinero? Nadie lo sabe a ciencia cierta. Pero lo que sí se sabe es que en la zona donde sería levantada la hidroeléctrica hay gente que produce “derivados” de la coca que son comercializados en Ecuador por la ruta Celendín- Bambamarca- Chiclayo. ¿Se están produciendo alianzas entre las mafias y operadores políticos de la izquierda tradicional?

El proyecto Chadín está en el límite de Cajamarca con Amazonas, entre los distritos celendinos Cortegana y Chumuch, y los amazonenses Cocabamba y Pisuquia. Fue diseñado en los años 70′ durante la dictadura izquierdista de Velasco, pero su ejecución se aprobó recién el 2011 durante  el gobierno de Alan García, que le otorgó la concesión a la empresa brasileña Odebrecht.

La campaña anti inversión empezó poco tiempo después, impulsada por activistas ligados a la banda armada del MRTA reciclados como “defensores del agua”. Su cabeza visible es Wilfredo Saavedra Marreros, ex convicto por terrorismo y aliado de Gregorio Santos y Marco Arana en el complot que detuvo Conga.

El 2012, cuando arreció la ofensiva extremista contra Conga, los radicales también se movilizaron en Celendín contra Chadín. En Agosto de ese año empezaron a bloquear los trabajos de Odebrecht en medio de una agitación política intensa promovida por la autodenominada Plataforma Interinstitucional Celendina (PIC) y Radio Celendín.

Quienes lideran el boicot contra Chadín son los dirigentes del Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca, membrete bajo el cual actúa Wilfredo Saavedra. Los principales operadores en Celendín son, según nuestras fuentes, Milton Sánchez, cabecilla de la PIC, Marino Yacopaico, cabeza de un grupo de comuneros, un sector del Sutep, y algunas rondas campesinas.

Si se frustra Chadín,  los cajamarquinos perderían mucho: El canon hidroenergético, los puestos de trabajo que se crearán durante y después de la obra, los beneficios que traerían a muchos pueblos pobres el asfaltado de la carretera hasta el norte de Celendín, etc. Las autoridades tienen la obligación de impedir que los extremistas sigan agarrando a Cajamarca de piñata para esconder sus protervos intereses.