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Desinforma que algo queda

Desinforma que algo queda

La productividad total de factores (PTF) tuvo un crecimiento record durante la última década, alcanzando un promedio anual de 3%, el más alto de los últimos 60 años. Este crecimiento es también notorio y muy alto en el concierto internacional, mostrando la mejor cara de la recuperación de la economía peruana, verdadero motivo de orgullo nacional.

Sin embargo llama poderosamente la atención que algunos pretendan ocultar semejante logro mediante información distorsionada. El martes 27 de noviembre del 2012, Mario Tello, en representación de la ex-PUC y el CIES, publicó el artículo “Pese al crecimiento del país, el avance de la productividad ha sido ínfimo” en el que se afirma que la productividad “solo creció 0.67% en el periodo 2006-2009”. Como se ve, se niega el promedio de crecimiento de una década para solo considerar el promedio de los peores años de esa misma década. ¿Cómo se llama a eso? ¿No es acaso desinformar? Ver cuadro

La evidente intención de desinformar de Tello se expresa cuando solo considera los años 2006-2009 para desarrollar su análisis.  Al respecto vale recordar que en el 2008 y el 2009 se desató una de las mayores crisis económicas del planeta en el que todas las economías -incluyendo las más pujantes y emergentes- retrocedieron. Sin embargo, tal como se demuestra en un reciente informe del IPE,  inclusive, la comparación de ese 0.67% en productividad del Perú con el resto del mundo deja a nuestro país en inmejorable posición.  Según cifras del Conference Board, entre el 2006-2009, la productividad promedio anual del mundo cayó en 0.7% mientras que en Latinoamérica descendió en 1.1%. En otras palabras, cuando la productividad en todo el planeta caía, el Perú seguía creciendo, pero Tello desinforma al respecto.

Algo más sobre récord históricos del Perú en cuanto a productividad. Según el IPE, de acuerdo a cifras del Conference Board, entre 1992 y el 2009, la productividad peruana creció a un ritmo de 2.1 anual, el triple del promedio mundial de 0.7% y diez veces el promedio latinoamericano de 0.2%. ¿Cómo así entonces se habla una “productividad ínfima” en el país?

¿Por qué le ponemos zancadillas al crecimiento del Perú con este tipo de informaciones? Nadie lo entiende. Mientras el mundo elogia el milagro económico peruano, aquí, algunos, arrojan piedras contra el crecimiento que reduce la pobreza y la desigualdad. Creemos que la desinformación alimenta todo tipo de mitos y falsedades que desencadenan desencuentros entre los peruanos. En muchas ocasiones la paz social ha sido alterada por la desinformación y quizá uno de los aspectos de la crisis política actual también corresponda a una crisis de comunicación. Otra vez, no se trata de dejar de ver todo lo que falta por hacer en el Perú, pero no se pueden ocultar nuestros logros y menos distorsionar la realidad con el ropaje académico.




De desahuciados a vigorosos

De desahuciados a vigorosos

Europa, los Estados Unidos y el Japón se debaten en profundas crisis de deuda – que en el caso europeo arriesga inclusive la integración del bloque económico – mientras paradójicamente el Perú continúa su crecimiento y mejora la posición de su deuda externa.

Por ejemplo, Bloomberg acaba de resaltar que somos el país más solvente de la región. Destaca que los bonos peruanos en dólares tienen un “spread” (margen) de solo 1.24% por encima de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, el más bajo de los países emergentes después de   Bulgaria, Malasia y Filipinas, según el JPMorgan Chase & Co.’s EMBI Global index. Así es que el costo del seguro de riesgo ha descendido 36.4% en los últimos seis meses, superando la reducción de las seis mayores economías de la región.

Todo esto es de alguna manera el colofón de nuestro crecimiento económico y del fortalecimiento de las finanzas públicas gestados durante los últimos 20 años. Antes del regreso del Perú a la economía de mercado, nos declararon inelegibles para recibir créditos internacionales y nuestra deuda pública externa llegó al 63.2% del PBI, nuestras reservas internacionales eran negativas y el estado recaudaba menos del 4% del PBI.

Hoy en día nuestra deuda pública externa es de solo el 11.2% del PBI y en conjunto con la interna llega a 21.2%. Nótese que la de Brasil es el 65% de su PBI y las de los europeos superan el 100%.

Por otro lado nuestro servicio de deuda se ha reducido del 22% al 8% del presupuesto en los últimos diez años, y el perfil de la deuda se ha alargado sin que tengamos vencimientos grandes por renovar. Mientras tanto, nuestras reservas internacionales de divisas han superado los US$ 60,000 mil millones al 31 de octubre 2012 (BCR).

No podemos olvidar que tenemos muchos retos por  superar, como impulsar reformas para apuntalar el crecimiento, cerrar las brechas de infraestructuras, y continuar con la reducción de la pobreza , la desnutrición infantil y la desigualdad. Pero tampoco podemos dejar de resaltar los impactos positivos de la economía de mercado en nuestra fértil y briosa sociedad.




No al Club de Pobres

No al Club de Pobres

La apertura comercial instaurada en los años 90′ ubicó al Perú en inmejorable posición para beneficiarse del proceso globalizador. De pronto, como nunca en nuestra historia, los peruanos estábamos en condiciones de extraer riqueza de las sociedades prósperas: nuestros campesinos pobres, nuestros empresarios y nuestros trabajadores, le vendían sus productos a los consumidores de los países ricos.

Para un país como el Perú, que tiene unas condiciones sociales, económicas, geográficas y climatológicas muy favorables para la producción de muchos bienes de alta calidad, como son las frutas y hortalizas, las confecciones, el etanol, los derivados de la madera, peces y mariscos, etc., y que, además, tiene la capacidad de absorber y adoptar la tecnología necesaria para potenciar la producción de dichos bienes, promover el comercio internacional, tiene un impacto extraordinariamente grande en la creación de riqueza, en las exportaciones, el empleo, la transferencia de tecnología, la recaudación fiscal y la reducción de la pobreza.

En este contexto, el comercio internacional, lo que hace, detrás del intercambio de bienes, es establecer sifones para la trasferencia de dinero desde los ciudadanos y empresas ricas de los países desarrollados, hacia los ciudadanos y empresas pobres del Perú. Por ejemplo, los trabajadores que ahora tienen empleo formal en la exportación de espárragos reciben sus ingresos de los consumidores más ricos de los países desarrollados.

La potencia de la apertura comercial del Perú se refleja en la siguiente comparación: En 1990, cuando los aranceles peruanos eran del orden del 66%, aparte de las prohibiciones de importación, nuestras exportaciones totales eran US$ 3,200 millones. Hoy que los aranceles están en un promedio efectivo de 1.5%, nuestras exportaciones superan los US$ 45 mil millones. Algo más: En 1990 el comercio exterior representaba el 20.8% del PBI; hoy representa el 47.1% del PBI. Gran crecimiento, pero lejos aún de los indicadores de integración de los países más exitosos.

Históricamente, el Perú ha sido uno de los países más aislados de la tierra. La geografía nos ubicaba en los confines del globo, llegar al Perú antes de la construcción del Canal de Panamá era una hazaña. Cuando corrido el siglo XX, la tecnología permitió nuestra integración al resto del planeta con el canal, los trasatlánticos y los vuelos intercontinentales, los peruanos nos aislamos políticamente, cerrando nuestra economía.

Solamente a principios de los años 90, es que nos abrimos al comercio internacional y desarrollamos una de las más grandes reformas de nuestra  historia económica.

Considerando estos antecedentes, sorprende que todavía algunos pretendan desvirtuar la apertura comercial argumentando que nos hemos convertido en un país “exportador de materias primas”, y que deberíamos darle mayor importancia al intercambio con los países del Mercosur y de la Comunidad Andina, o para tal caso de UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas)  – invento chavista – puesto que este intercambio tendría una mayor proporción de exportaciones no tradicionales. Esto es una ficción económica, porque los países de la región solo pueden absorber una muy pequeña parte de nuestros productos de exportación y no tienen la riqueza suficiente para la virtuosa transferencia de recursos que hoy disfrutamos con nuestra política comercial.

Ya hemos rebatido el argumento de “las piedras” en un artículo anterior (“El mito del modelo primario exportador“) en el que se demuestra que nuestras exportaciones tradicionales tienen un alto valor agregado y un amplio eslabonamiento intersectorial (por cada puesto en la minería se generan otros 9 en diversos sectores).

Gracias a la apertura comercial, el volumen físico de nuestras exportaciones no tradicionales creció más de 220% entre el 2002 y el 2011, mientras que las tradicionales solo en 90%. Además nuestra oferta exportable se ha diversificado, incorporando mayor valor agregado y generando más empleo (en Ica y en Trujillo hay pleno empleo).

Quienes pretenden desvirtuar o “bajarle la llanta” a la apertura comercial para priorizar nuestra relación con el Mercosur, la CAN y/o Unasur, en realidad están planteando una opción ideológica para nuestra política comercial, sin registrar los beneficios de nuestra integración global y sin entender que la alternativa de la integración subregional constituye una apuesta perdedora. El club de pobres latinoamericano  al que pretenden llevarnos, condenaría a nuestras clases necesitadas a la pobreza de las pasadas décadas perdidas.

Las cifras sobre el éxito de nuestra política comercial son contundentes: Durante el 2011, del total de $45,900 millones que exportamos, US$ 29,800  millones corresponden a los países con los que ya tenemos tratados de libre comercio. Si tomamos el volumen comercial con los países que estamos negociando acuerdos similares y la CAN más del 90% de nuestro comercio internacional está respaldado por acuerdos comerciales.

¿Se puede jugar a la ideología con las políticas de Estado que han permitido que la prosperidad se esté extendiendo a lo largo y ancho del Perú? Faltando mucho por hacer en la promoción de la inversión, la generación de empleo y la reducción de la pobreza, no podemos cortar la faja transportadora de riqueza que representa el comercio internacional. ¡Cuidado con el club de pobres!




Clase media a todo vapor

Clase media a todo vapor

El 69% de los peruanos perciben entre 4 y 50 dólares per cápita por día, constituyendo lo que podemos llamar la nueva clase media peruana, según se desprende del informe del Banco Mundial (BM) titulado “La movilidad económica y el crecimiento de la Clase Media en América Latina”. Dicho documento también indica que la clase media de América Latina ha crecido 50% en el período 2003-2009.

En el Perú, según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) el crecimiento de la clase media ha sido de 67% entre el 2004 y el 2011. 

El estudio del BM considera tres líneas de ingresos para hacer su segmentación. En el segmento Pobres estarían quienes tienen ingresos per cápita por debajo de 4 dólares al día.  En el grupo de Población en Situación de Vulnerabilidad (PSV – que podrían retroceder a niveles de pobreza por externalidades, o clase media no consolidada) están los que ganan entre 4 y 10 dólares per cápita por día; y en la clase media consolidada quienes perciben desde 10 a 50 dólares per cápita por día.

 

Pues bien, la gran noticia para el Perú es que en el informe del BM, el 28,9% de la población peruana es considerada de clase media consolidada, el 40.1% clase media no consolidada o PSV, y el 31% pobre. Es decir, una impresionante fotografía de cómo el crecimiento económico ha ido construyendo un nuevo rostro social del país  en el que la pobreza es arrinconada y resurge vigorosa la clase media.

Nótese que el BM clasifica tradicionalmente en pobreza a los que ganan por debajo de 1,25 dólares per cápita por día, en tanto que el INEI lo hace más conservadoramente con 2.25 dólares per cápita por día.

Periodismo sin rigurosidad

Es lamentable que algunos medios presenten en negativo las informaciones sobre nuestra economía, aun cuando estas son positivas. Por ejemplo, en su edición del miércoles 14 de noviembre, el diario Gestión, aludiendo a los resultados del informe del BM que acabamos de reseñar, titula en portada: “Clase media en Perú es solo 20% de la población” ¿De dónde se sacó esa cifra? ¿Se tomaron el trabajo de leer todo el informe? En todo caso, la cifra correcta, como hemos reseñado, es 28.9% para la clase media consolidada.

No solo llama la atención el manejo de cifras, sino la intención de “bajarle la llanta” a los logros del Perú.

¿No tendríamos, más bien que exaltar y celebrar las buenas noticias?

 




Perú lidera reducción de la desigualdad

Perú lidera reducción de la desigualdad

El ministro de Relaciones Exteriores, Rafael Roncagliolo, acaba de sostener que el Perú “es uno de los países más desiguales de la región” y que eso lo convierte en uno de los menos democráticos. Absolutamente falso.

Lo grave de este asunto es que el Canciller desconoce las cifras que difunde el propio Estado a través del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), que en su informe titulado “Estadísticas Sociales y Económicas de América Latina y el Caribe, 2011- Gráfico 5.3 (ver cuadro 1) – sobre el índice de Gini, dice que ya el año 2009 el Perú era el segundo país con menor desigualdad de ingresos en la región, solo después de Uruguay. ¿Por qué un ministro contradice las estadísticas del Estado?

Las cifras del INEI, basadas en información de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe – CEPAL (ver cuadro 2) detallan que el Perú logró reducir la desigualdad de 0.545 en 1999 a 0.458 en el 2010 (según el índice de Gini, en el que 0 es igualdad absoluta y 1 desigualdad total). ¿Cómo así un ministro de izquierda refuta las estadísticas de la CEPAL?

El señor Roncagliolo debería ser más riguroso con sus declaraciones porque como titular de Torre Tagle tiene la responsabilidad de preservar la imagen del país y difundir sus logros. Las afirmaciones que cuestionamos fueron hechas durante la inauguración de la Séptima Asamblea de la Democracia organizada por el Movimiento Mundial de la Democracia.

Roncagliolo debería aprovechar sus presentaciones para subrayar los logros de la nación y resaltar que, por ejemplo, somos un país con menor desigualdad que nuestros vecinos. (México – 0.48, Chile- 0.52, Colombia – 0.58 y Brasil – 0.58).

 

Cuadro 1: Gini: A menor valor menor desigualdad. Uruguay y Perú son los que menos desigualdad tienen en América Latina. 

 

 

Cuadro 2: Evolución del Gini según CEPAL – Importante reducción de la desigualdad en el Perú.

 




FMI eleva a 6% proyección de crecimiento de economía del Perú para este año

FMI eleva a 6% proyección de crecimiento de economía del Perú para este año

El Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó hoy la proyección de crecimiento de la economía peruana para el presente año a seis por ciento, desde su previsión anterior anunciada en abril de 5.5 por ciento. Para el 2013 prevé que el Producto Bruto Interno (PBI) crecerá 5.8 por ciento, mientras que en abril había calculado un avance de seis por ciento para el próximo año.

Igualmente, estima que la inflación cerrará este año en 3.7 por ciento mientras que será de 2.5 por ciento en el año 2013, según el informe Perspectivas Económicas Globales presentado hoy.

Por su parte, el desempleo se reducirá este año a 7.5 por ciento y en el próximo año se mantendrá en un nivel similar.

El FMI consideró que la desaceleración de la economía global, que ha debilitado los precios de las materias primas, aminoró la expectativa de crecimiento en la mayoría de países andinos.

De esta manera, las economías de Colombia (4.3 por ciento) y Ecuador (cuatro por ciento) crecerán menos que lo calculado en abril, en tanto que las de Venezuela (5.7 por ciento) y Perú crecerán más, y la de Bolivia se mantendrá dentro de las expectativas.




El surgimiento de un nuevo poder (de compra)

El surgimiento de un nuevo poder (de compra)

Nadie podría haber imaginado que desde fines de los 90 hasta hoy el desarrollo de los centros comerciales y el incremento de las ventas de los Formatos Minoristas Modernos (FMM) en el Perú llegarían a niveles como los que actualmente vivimos. Muchas cosas positivas han pasado en nuestro país desde el 2000, cuando contábamos con ocho centros comerciales a nivel nacional, hasta fines del 2011, en que acabamos con 45.

Salvo el 2009 que fue un año de crisis para todos, durante 11 años, nuestro PBI Global y el PBI del Sector Comercio han ido creciendo casi en paralelo. Según fuentes del BCR, la variación porcentual anual en términos reales fue un crecimiento de 6,9% y 8,8%, respectivamente.

Algo similar ha ocurrido con el crecimiento de la población y de los ingresos familiares en el Perú. Mientras que en el 2007 éramos alrededor de 28,2 millones de peruanos con ingresos familiares de S/. 1,200 mensuales, a fines del 2011 éramos 29,8 millones; y, sin embargo, nuestro ingreso ya había alcanzado S/. 1,600 mensual. (*)

Todo ello ha hecho que, por ejemplo, en lo que a Lima Metropolitana se refiere, entre el 2005 y el 2011, se haya dado una efectiva traslación entre niveles socioeconómicos (NSE). Mientras que los NSE A, B y C se han incrementado en +7,4%, los NSE D y E han perdido el equivalente. Cabe destacar que el mayor incremento se ha concentrado en el NSE C con +5,0%. (**)

Evidentemente, estos datos estadísticos globales han hecho que el sector de los centros comerciales se desarrolle ampliamente. En términos de inversión, a la fecha existen alrededor de 45 nuevos proyectos a ser desarrollados en los próximos tres años. Estos proyectos van a significar una inversión real de, por lo menos, US$ 1,300 millones. Un dato que puede darnos una idea de lo que se viene: alrededor del 60% de la inversión que se realizó en el 2011 (US$ 191 millones de US$ 326 millones), fue en provincias.

Dos datos importantes: (i) las ventas proyectadas del sector centros comerciales a fines de este año serán de US$ 5,200 millones (comparados con los US$ 4,200 del año pasado); y, (ii) el promedio de centros comerciales por millón de habitantes en nuestra región es de 2,5 (el Perú tiene actualmente 1,5). Todo este desarrollo genera situaciones inclusivas a todo nivel. Genera mayor empleo, mayor formalidad empresarial y mayor valor inmobiliario de los terrenos aledaños a los Centros Comerciales; entre otros, que podrían ser materia de comentario en algún otro artículo especializado en estos temas.

 (*) Fuente: INEI-ENAHO

(**) Fuente: APEIM




La inversión extranjera directa al Perú creció 31% durante el primer semestre

La inversión extranjera directa al Perú creció 31% durante el primer semestre

En el primer semestre, la inversión extranjera directa (IED) creció 31% en el Perú respecto a similar periodo del 2011. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Perú ocupa el quinto lugar en ese indicador.

La IED hacia la región creció en promedio 8% al totalizar un flujo de US$ 94.331 millones en el primer semestre. En similar periodo del 2011 la región captó US$ 87.262 millones. En conjunto en el 2011 los países latinoamericanos y del Caribe lograron US$ 154.728 millones.

El aumento de la IED se explica por la estabilidad y el dinamismo económico en la mayoría de los países y los altos precios de las materias primas, que incentivan la inversión en minería e hidrocarburos.

Los flujos hacia la región presentan un cierto nivel de heterogeneidad, con caídas en varios países. Sin embargo, el fuerte incremento de las inversiones en Chile, Argentina, República Dominicana, Perú y Colombia hace que el resultado global sea positivo.

De otro lado, las inversiones de empresas latinoamericanas en el exterior, las translatinas, registraron un fuerte incremento de 129% en los primeros seis meses del año.