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Estado no garantiza derechos de inversionistas forestales

El experto ecologista y ex ministro del Ambiente Antonio Brack analiza en la siguiente entrevista el potencial forestal del Perú, su problemática, y explica por qué hay pocas inversiones en esa actividad económica.

¿Cuál es el papel de las inversiones forestales para contrarrestar la depredación de nuestros bosques?

Hay que ser muy claros, el Perú es un país sumamente importante a nivel mundial porque es el cuarto país del mundo en bosques tropicales. Nos quedan 73 millones de hectáreas de bosques que son más del 60% de nuestro país: en la costa norte tres millones de algarrobales, etc. y en la amazonia, donde la colonización que se llevó a cabo especialmente a partir de los años 50′ del siglo pasado, ha intervenido, talado, quemado, deteriorado, diez millones de hectáreas de bosques, de los cuales dos millones están hoy en producción y ocho millones están degradados, han perdido la fertilidad de sus suelos, etc. Basta ver el ejemplo de San Martín, donde se han colonizado 1’700,000 hectáreas y solo están en producción 300 mil hectáreas en cultivos anuales permanente y en pasturas. Este es el panorama de la selva, nos quedan muchos bosques aún, pero los bosques en el país no están dentro del esquema económico. O sea, hay algunas empresas, etc., hay pocas industrias forestales. Hay sí muchos aserraderos que solamente trozan tablas y las exportan, y no se ha cumplido la legislación del año 2001, ni la ley actual, que todavía no se ha reglamentado a pesar de que ya vencieron los plazos hace muchísimo tiempo. Aquí hay un problema: en el chip mental de los peruanos no está que la forestería, el manejo de bosques, los cultivos forestales, pueden ser un  motor para mover la economía, especialmente en la Amazonía.  Segundo, las concesiones forestales: En el Perú hay 17’800,000 hectáreas de bosques de producción permanente, es la reserva forestal amazónica para manejar bosques, de las cuales se han concesionado 7.5 millones de hectáreas. De estas concesiones, 830 mil hectáreas tienen certificación internacional de buen manejo del bosque, falta un alto porcentaje que hay que adecuar. Entonces en el Perú los bosques de producción permanente que son 17’800,000 hectáreas, y las concesiones que son 7.5 millones de hectáreas que forman parte de todo este grupo, está prohibido talar el bosque para fines agropecuarios. Se maneja el bosque, hay planes de manejo, y se extraen dos, tres árboles, por hectárea-año, en ciclos y turnos de corta, dejando 20 años de descanso al bosque para que se recupere. De manera que una concesión forestal no es talar el bosque, es extraer árboles que son comerciales.

¿Por qué no hay inversiones fuertes en el manejo forestal en el Perú?. Porque el estado no garantiza los derechos de los inversionistas y eso empezó antes del 2006, cuando un grupo de personas, cerca de Atalaya, invadió un campamento forestal con una inversión española calculada en 36 millones de dólares, quemó el campamento, se robó todo lo que podía llevarse, y gente política del gobierno de aquel entonces los apoyó. Eso paralizó enormemente.

Tenemos que ser conscientes: El sector forestal en el Perú puede ser un sector económicamente poderoso, fuerte, pujante, pero tenemos que dar el marco y el control para que eso se verifique, y dar confianza al inversionista.

¿Hay un problema de legislación en el ámbito de la actividad forestal?

Hay vacíos legales y hay un problema de administración. Por ejemplo, teníamos antes el Inrena como un instituto que era un pliego presupuestal, mal que bien funcionaba. El Inrena ha sido eliminado y hoy en día hay una Dirección General  Forestal y de Fauna en el Ministerio de Agricultura que ni siquiera es un pliego presupuestal. Entonces, en el Ministerio del Ambiente, al cual están adscritos el Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana, el Instituto Geofísico del Perú, el Senamhi, el Oefa, el Servicio Nacional de Áreas Protegidas, etc., cada uno es un pliego presupuestal, maneja su propio presupuesto. Acá no es así. Un director o una directora general forestal del Perú es responsable de la gestión de 73 millones de hectáreas de bosques, es una de las personas poderosísimas, pero administrativa y legalmente está con las manos atadas porque no tiene campo para hacer eso, ese es un tema que tenemos que pensar.