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Por una descentralización más efectiva

Por una descentralización más efectiva

La descentralización ha sido uno de los anhelos más importantes de las regiones, probablemente una de las banderas de lucha más presente en el reclamo de  décadas de los provincianos contra el asfixiante centralismo limeño. Cuando se abordó en los años 80, terminó en el fracaso y la regresión. Finalmente, en los años 2000 se lanza un proceso apurado que hoy vivimos y sufrimos. El Presidente de la República ha recogido el sentir nacional y en su último mensaje a la Nación,  nos ha dicho: “Se requiere plantear un debate nacional sobre la efectividad del proceso de descentralización, en el cual venimos avanzando hace ya una década. Cabe preguntarnos si hemos logrado construir un Estado presente, efectivo y transparente al servicio de todos los compatriotas. En torno a estas reflexiones, invito a la Representación Nacional a iniciar un amplio debate con miras a fortalecer el proceso de descentralización y presentar propuestas normativas para lograr los objetivos de modernización del Estado y mejorar los servicios que requiere el ciudadano”.

En Lampadia estamos de acuerdo con la necesidad de llevar a cabo un gran debate que nos permita mejorar el proceso actual, para que todos entendamos que es la descentralización de un país unitario, que debemos esperar de ella, cómo debemos evaluar sus resultados y cómo, la nación, debe controlar el proceso y el desempeño de los líderes regionales.

Aportes al debate de la descentralización desde sus pecados originales

1.     La descentralización vigente fue anunciada por el Presidente Toledo en su discurso de investidura ante el Congreso de la República en julio del 2001, sin contar con el beneplácito de su Gabinete Ministerial. El Congreso apuró el debate, no se hizo caso a los llamados a la cordura y sensatez para privilegiar un diseño cuidadoso antes que uno expeditivo. Se recibieron consejos de expertos internacionales, como algunos de España, que ya llevaban 25 años manejando sus autonomías, y seguían enfrentando problemas complicados. El tema de la descentralización se convirtió en una oferta política y no importaba si salía pato o gallareta. Finalmente se aprobó la descentralización sin haber terminado de establecer la legislación correspondiente.

2.     De partida se cometieron errores muy graves:

–         No se enfatizó que se estaba diseñando un proceso de descentralización de un país unitario.

–         Se fijó una región para cada departamento.

–         Se estableció indebidamente el cargo de Presidente Regional, elegido por sufragio.

–         Se permitió la reelección inmediata sin que el Estado Central tuviera la capacidad de controlar el uso indebido de recursos públicos en 25 regiones.

–         Se desmembraron una serie de competencias del Gobierno Central para ser asignadas a las regiones mediante un proceso simple de corte y traslado, sin contemplar el diseño de vínculos entre ambas instancias de gobierno que permitieran una acción conjunta y coordinada.

–         No se prestó la menor atención a la creación de capacidades.

–         Se otorgó a los gobiernos regionales capacidad discrecional absoluta sobre sus resoluciones, sin que los ciudadanos y empresas pudieran recurrir en queja o revisión a una instancia administrativa nacional, a una segunda instancia, principio fundamental de las democracias modernas.

–         No se diseñó un buen arreglo de pesos y contrapesos, estableciéndose una concentración excesiva de poder en los llamados presidentes regionales.

–         No se establecieron sistemas adecuados de rendición de cuentas.

–         No se establecieron capacidades de control para el Gobierno Central, más allá de los referidos a los procesos a cargo de la Contraloría General, el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional.

3.     Posteriormente, durante el segundo gobierno del Presidente García, se aceleró el proceso populachero e irresponsable de desmembramiento y transferencia de competencias centrales a los gobiernos regionales y/o locales, con el mismo expediente simple de corte y delegación, sin los necesarios procedimientos de coordinación entre lo central y lo regional.

4.     Entre tanto se presentó la necesidad de regular la distribución del canon, como producto de la recuperación de nuestra industria minera, que debía, evidentemente, producir beneficios directos en las zonas de influencia de sus proyectos, sin cautelar las compensaciones necesarias para las zonas no mineras.

5.     Nunca se entendió, y menos se explicó a la población, que la descentralización de un país es esencialmente económica. Máxime en el caso del Perú, en que por décadas se había proscrito la inversión privada en las regiones, puesto que el Estado capturó la minería para paralizar su desarrollo, prohibió la presencia del sector privado en el campo, y capturó también la pesca y el turismo.

Nunca se entendió, ni se explicó, que con el retorno del Perú a un manejo económico ortodoxo y a la promoción de la inversión privada, dadas nuestras inmejorables capacidades naturales, íbamos a tener una serie de proyectos de inversión en las regiones que podían transformar nuestra vida, y que era muy importante que autoridades, líderes de opinión y ciudadanos, entendiéramos que todos seríamos responsables de propiciar y cuidar un buen clima de inversión.

Contrariamente, una buena parte de los líderes regionales y locales, empoderados con una serie de atribuciones de gobierno y contando con los  recursos distribuidos por el gobierno central y los provenientes del canon, pensaron que el desarrollo de sus regiones dependía de ellos, de sus propias luces y de lo que ellos pudieran financiar con los recursos públicos. Así es como, en vez de que se haya desarrollado un proceso de colaboración entre el sector público y el privado, en algunos casos se han producido conflictos muy profundos, como en el caso de Puno, con su anterior Presidente, o de Cajamarca, con Santos, imponiendo una dictadura anti-minera con métodos estalinistas de coerción y manipulación.

6.     Ante los conflictos sociales, los propios líderes y autoridades regionales y locales reclamaban la presencia del Estado, que ellos debían representar. Autónomos para hacer de las suyas, pero, con destacadas excepciones, irresponsables y ausentes cuando quemaban las papas.

7.     Mientras tanto, el Estado Central se ha mostrado inerme, maniatado por unas regulaciones de descentralización absurdas, que han descuartizado nuestras capacidades de gobierno.

Sin embargo, a pesar de los grandes problemas de nuestra descentralización política, la verdadera descentralización, la económica, avanza viento en popa. En la medida que la economía de mercado promovió el regreso de la inversión privada a la minería, el campo, la pesca y el turismo, las regiones y los municipios gozan ahorade recursos que eran inimaginables durante el modelo proteccionista de sustitución de importaciones, que concentraba la inversión en Lima.

Algunos ejemplos del avance de las regiones: entre el 2001 y el 2012, ocho regiones del país registraron un crecimiento anual promedio del PBI per cápita por encima del promedio nacional de 5.1%. (Ver cuadro 1). Los ingresos familiares también han crecido más en las regiones que en Lima (Ver cuadro 2), y el empleo, igualmente se desarrolla con más fuerza en las provincias (Ver cuadro 3).

En otras palabras, el proceso de descentralización, ha sido salvado y sustentado por el mercado, por el sector privado. Lo importante ahora, es cómo diseñar un mejor arreglo institucional que promueva procesos que sumen hacia objetivos comunes de los gobiernos regionales, locales y el gobierno central; y también entre el sector público y el sector privado.

Todos queremos un Perú unitario, descentralizado y efectivo para la gesta del desarrollo y el bienestar general.

¡Bien Presidente, debatamos! L




Crecimiento descentralizado

Crecimiento descentralizado

En el artículo Crecimiento divergente, publicado en Día_1 de El Comercio del lunes 10 de junio, Efraín Gonzales de Olarte, economista  y vicerrector de la PUCP, nos presenta un país centralista, donde el centro (Lima y Callao), lidera los indicadores económicos, produce el 50% del PBI y su producto per cápita dobla al del resto. Sin embargo, esta visión estática, no recoge la dinámica de nuestra economía, es como ver la historia con la última foto, la de hoy, sin recoger los procesos sociales, las películas.

Gonzales llega a sostener que “en cada fase de auge del ciclo económico, el centro crece más rápido que la periferia, es decir, se acentúa la divergencia y desigualdad”. Esta afirmación no es rigurosa y no refleja nuestra realidad.

La verdad es que la evolución de nuestra economía en los últimos 20 años ha sido única en nuestra historia, tanto por su intensidad como por su calidad y alcance. Hemos crecido alto y sostenidamente, afirmando un proceso pro pobre y pro clase media , como indica el BID y, además, contrario a lo manifestado por el autor de la nota indicada, el desarrollo ha sido pro provincias, como lo hemos informado muchas veces en Lampadia.

Nuestro crecimiento, más allá de haber reducido la pobreza, la desigualdad y la desnutrición infantil, también ha sido mayor en las regiones, creando en ellas más empleo y un mayor aumento de los ingresos. Como se ve en el cuadro anterior entre el 2001 y el 2010, el empleo y los ingresos han crecido más aceleradamente en provincias que en Lima.

En cuanto a la desigualdad, el INEI, el Banco Mundial y la Cepal destacan que, entre el 2001 y el 2011, la desigualdad en el Perú disminuyó en alrededor del 14% (reduciéndose el coeficiente Gini de 0.525 a 0.452), uno de los descensos más rápidos de la región.

Pero Gonzales no solo se equivoca con las relaciones entre el centro y la periferia, sino también con las relaciones dentro de cada región. Señala que “estas mismas características las podemos encontrar en cada región, donde también hay divergencia entre el crecimiento de cada ciudad y de su entorno rural”.

La respuesta a esta inexactitud está en el extraordinario libro de Richard Webb, Conexión y despegue rural, que muestra que en la sierra rural, la región más pobre del Perú, se ha producido una revolución económica y social sin precedentes. Su conclusión es contundente: Mientras en el período de casi cien años, de 1900 a 1994, el crecimiento de los ingresos de las familias rurales, fue de solo 1.4% por año, entre 1994 y el 2011, se incrementaron a un ritmo de 7.2% anual.

Por otro lado, el INEI (ENAHO) muestra que entre el 2001 y el 2010, los ingresos en el sector rural crecieron en 83%, mientras que en el área nacional urbana aumentaron en 46% y en Lima Metropolitana en 34%. ¿De dónde sale, pues, el argumento de que las ciudades de las regiones crecen más que sus áreas rurales?

A modo de conclusión podemos afirmar que las cifras muestran que el país atraviesa por un franco proceso de crecimiento y de descentralización económica. El camino es el correcto, no hay que turbar el proceso, lo que si tenemos que hacer es enfrentar nuestras limitaciones en educación, infraestructuras, calidad institucional y clima de inversión.

 




Inversión privada potencia economía de las regiones

Inversión privada potencia economía de las regiones

En la última década, la economía peruana ha mostrado un crecimiento sin precedentes en la historia del país, lo cual ha permitido un incremento en el empleo y en los ingresos a nivel nacional. Como afirmamos en los artículos Diez millones de peruanos la hacen y La sierra también prospera, la fuerte expansión de la economía se ha presentado en forma más acelerada en las distintas regiones del país que en Lima.

Entre el 2001 y el 2012, ocho regiones del país han registrado un crecimiento anual promedio del PBI per cápita por encima del promedio nacional de 5.1%. Un análisis del Centro de Investigación Empresarial (CIE) de PERUCÁMARAS afirma que Cusco registró la mayor variación porcentual en su PBI per cápita real con 8.4% en promedio anual; Ica mostró un aumento de 7.6%; Apurímac y Ayacucho, 5.7%; La Libertad, 5.6%; Arequipa, 5.5%; Piura, 5.3% y Amazonas, 5.2%. En Lima el crecimiento fue de 5.4%.

Al hacer el análisis del PBI per cápita real de las regiones, se ve que en el 2012, el de Moquegua es el más alto, S/. 14,093 en soles constantes del 1994. A Moquegua, le sigue Lima con un PBI per cápita de S/. 11,451; Arequipa con S/. 9,699, Ica con S/. 9,074, Tacna con S/. 8,305, Madre de Dios con S/. 7,034; Pasco, S/. 6,399, Ancash S/. 6,061, La Libertad, S/. 5,738, Cusco, S/. 5,351; y Junín, S/. 5,081.

Como se aprecia, las virtudes de nuestro crecimiento económico no solo se expresan en la reducción de la pobreza, la desigualdad y la desnutrición infantil, sino que también ha significado superar el problema endémico del centralismo. Esto también demuestra algo poco entendido en el país, que la verdadera descentralización, la que hace la diferencia en calidad de vida, es económica y no política. Es decir, a contracorriente de los argumentos de la izquierda que señalan que el modelo económico “destruye el mercado interno”, ahora está surgiendo realmente un mercado de todos los peruanos, con más fuerza en provincias que en la capital.




Cusco y Tacna se disparan

Cusco y Tacna se disparan

Otra cara. Hace una década los círculos empresariales tenían una idea de esta parte del país: conflictivos y pobres. Sin embargo, esa imagen se ha ido disipando. Cusco, Tacna, Arequipa, Moquegua y Puno crecieron en 2012 en forma espectacular. Jorge Turpo Rivas. Arequipa.

En una década, el sur del Perú ha pasado de envidiar el crecimiento de Lima y las regiones del norte, a lucir sin falsa modestia, su liderazgo en el competitivo mundo de la economía. Si antes las noticias hablaban del “arequipazo”,  “moqueguazo”, “tacnazo” y demás protestas que espantaban la inversión privada, ahora se informa sobre la explosión o el “boom” inmobiliario, minero, turístico y hasta gastronómico.

Después de junio de 2002, cuando en Arequipa se produjo la protesta contra la privatización de Egasa y Egesur, todo era desaliento. Pocos  miraban a la región como receptora de inversión. El norte crecía y el sur se retraía. Diez años después la suerte cambió. Según Perucámaras, el bloque de Arequipa, Moquegua, Tacna, Puno, Cusco, Madre de Dios y Apurímac crecieron 8.07% en 2011. Mientras que Tumbes, Piura, La Libertad, Lambayeque, Áncash, Amazonas y San Martín 6%.  En 2010 el sur alcanzó 9.7% y el norte 7.3%.

El Banco Central de Reserva (BCR)sede Arequipa, hizo una encuesta a 285 empresarios locales sobre sus expectativas para el próximo año. El 60% afirmó que considera que le irá mejor que este año. El 30% dijo creer que le irá igual y solo el 10% mostró su pesimismo indicando que su situación empeorará.

“Estamos en un tramo optimista”, dice Raúl Castro Alegría, jefe de la sucursal del BCR en Arequipa.

El ritmo del crecimiento económico del sur continúa expectante. La Ciudad Blanca, según el BCR y la Cámara de Comercio e Industria (CCIA), cerrará el año con 6.5% de crecimiento, tres décimas menos que el año pasado (6.8), pero superior a la media nacional que se estima en 6.3%.

El gerente de la CCIA, Rafael Chirinos, detalla que el menor crecimiento se debe a la contracción en sus exportaciones, del orden del 8%. “Hubo menor demanda de minerales y también el sector textil que exporta a Europa se vio afectado por la crisis”, explicó.

El 90% de las exportaciones de Arequipa es minerales. Este año China redujo sus compras y eso afectó a empresas como Cerro Verde, dijo el empresario. Aún así, la construcción, que este año creció 23% en relación al 2011, ha permitido que el crecimiento se mantenga.

A ello, agrega Chirinos, se suma el hecho de que la dinámica de la economía de Arequipa no depende del mercado externo, sino del consumo interno. “Las inversiones que se realizan han permitido que haya más trabajo y en consecuencia mayor capacidad adquisitiva, por eso el consumo interno define el nivel de crecimiento”, apunta. 

GRAN DESPEGUE

Cusco y Tacna se han mostrado más aplicadas que la región mistiana. El presidente de la Cámara de Comercio de la Ciudad Heroica, Aldo Fuster, indicó que se llegó a la cifra histórica de 15%, crecimiento impulsado básicamente por el turismo, comercio y gastronomía.

La economía tacneña se sustenta en los ingresos que genera la masiva afluencia de turistas chilenos. Diariamente son 5 mil vecinos del sur los que cruzan la frontera a gastar un promedio de 60 a 80 dólares diarios por persona. La capacidad hotelera de la Ciudad Heroica ha sido rebasada. Este año llegaron más de 1 millón 200 mil visitantes sureños. 

Fuster también precisó que en Tacna ya se empieza a sentir el “boom” inmobiliario. Empresas como MRM invierten en complejos habitacionales que incluyen proyectos hasta en la zona de playas del litoral tacneño.

El Artículo 71 de la Constitución limita la inversión privada en la Ciudad Heroica. Se prohíbe a las empresas extranjeras hacer inversiones dentro de los 50 kilómetros de la zona de frontera. No se pueden construir grandes centros comerciales como en Arequipa.

En tanto, Cusco este año llegará a un crecimiento de 13.7% debido a la importante inversión hotelera y minera.

En el 2012 abrieron sus puertas los hoteles 5 estrellas, El Palacio Las Nazarenas y el JW Marriott, ubicados en el corazón de la Ciudad Imperial. En ambas obras se invirtieron 71 millones de dólares. Machu Picchu es un imán  para el turismo mundial. Desde que fue declarado maravilla mundial, el número de visitas aumentó en forma notable. En  los once meses de este año arribaron más de dos millones de visitas, entre nacionales y extranjeros.

Además se tiene previsto cuatro mil millones de dólares de inversión. Hudbay Minerals, en su proyecto Constancia invertirá 1,500 millones y Xstrata Copper en Antapaccay 1,300 millones.

Rafael Chirinos refiere que en estas regiones se da lo que ocurrió en 2007 en la Ciudad Blanca.

“Ese año se registró un crecimiento de 15%, fue algo exponencial, pero se dio porque las inversiones dejaron de enfocarse en Lima y apuntaron básicamente a dos regiones: Arequipa y Trujillo, pero ahora se dinamizaron y entraron a Cusco, Piura, Tacna, entre otras”, apuntó.

REPUNTAN

Las regiones Moquegua y Puno no se quedan atrás. También presentan un importante repunte económico para este año. Moquegua crecerá a un ritmo similar al de Arequipa, es decir 6.5%. Mientras que Puno se recupera con 5.4%.

En la ciudad lacustre, según el reporte del BCR, el crédito personal aumentó en términos reales en 13.2% respecto al 2011, por la expansión del crédito de consumo (14.2 por ciento) y crédito hipotecario (3.3 por ciento).

Por su parte, la venta de automóviles familiares nuevos (autos, station wagon, van familiar multipropósito y camionetas SUV) sumaron 225% más que el 2011. 

No obstante, la actividad minera disminuyó 11.6% en relación al  año pasado, debido a la menor producción de todos los minerales, a excepción del oro, el cual refleja un incremento de 27.9 por ciento.

La economía puneña también empieza a mostrar un sustento en el rubro de la construcción. De acuerdo al BCR, el despacho o venta de cemento este año alcanzó las 47 mil 888 toneladas métricas, presentando un incremento de 7.9% comparado al 2011. 

Puno también va recuperando el mercado turístico que fue seriamente afectado por las continuas paralizaciones contra la actividad minera.

Este año presentó un comportamiento positivo de 6.7%, resultado del incremento en el turismo extranjero (23.2%), contrarrestado por la disminución en el turismo nacional (-3.3%).

EXPECTATIVAS

Para Rafael Chirinos, el año 2013 se presenta con un panorama bastante alentador. Se espera que empiece la ampliación de Cerro Verde, que tiene una inversión de 4 mil millones de dólares. “En el 2004 y 2005, cuando Cerro Verde invirtió mil millones en su planta de sulfuros primarios, generó un gran movimiento económico, ahora es cuatro veces más”, precisó.

El sur se aleja del estigma de región retraída y empobrecida, pero el camino al verdadero desarrollo aún es largo.




Provincias tienen mayor PBI que Lima desde hace tres años

Provincias tienen mayor PBI que Lima desde hace tres años

Desde hace tres años las provincias del interior del país tienen mayor Producto Bruto Interno (PBI) que Lima, reflejando los primeros resultados favorables de la descentralización, señaló hoy el director de Arellano Marketing, Rolando Arellano.

“Las provincias del interior del país están creciendo bastante y desde hace tres años tienen mayor PBI que Lima por primera vez en la historia del Perú”, indicó.

En ese sentido, manifestó que las provincias no tienen nada que envidiar a Lima, pues existe una efervescencia económica en todo el Perú, y ya se pueden encontrar grandes centros comerciales en el interior.

Destacó que este hecho se suscita en paralelo con el impulso que está dando, por ejemplo, la Marca Perú al país como destino turístico.

“Desde la presentación de la Marca Perú en la Bolsa de Valores de Nueva York se ha observado que el turismo y los viajes de negocios siguen creciendo hacia el país, pese a la actual crisis externa, por lo que se cree que la Marca Perú debe estar favoreciendo la imagen de nuestro país y con ello el sector turístico”, anotó.

Por su parte, la secretaria de la junta directiva de la Sociedad Peruana de Marketing (SPM), Gina Pipoli, indicó que luego de la Marca Perú, deben seguir los lanzamientos de las marcas de cada ciudad, como una forma de fortalecer su potencial turístico y económico.

“Las ciudades empezarán a desarrollar marcas para el turismo y a destacar personajes ilustres y, de esta forma, nacerán muchas marca ciudad en el país”, previó.




Para muestra, varios botones

Para muestra, varios botones

El viernes pasado el Banco Central de Reserva informó que estimaba que el crecimiento en agosto fue entre 6% y 6,5%. Especialmente en medio de la crisis internacional, esta, sin duda, es una buena noticia. Pero hay dos reformas en las que hemos insistido varias veces en este editorial que permitirían que la velocidad de nuestro desarrollo aumente y posibilitarían que un número mayor de nuestros compatriotas mejore significativamente sus condiciones de vida: el desarrollo de infraestructura y la remoción de las barreras que impiden hacer negocios.

El jueves pasado, por ejemplo, escribimos sobre la importancia de cerrar nuestra brecha de infraestructura (que el BID calcula en US$45.000), la cual impide que nuestras mercancías viajen más rápido, que las zonas alejadas tengan más oportunidades de concretar negocios que generen ingresos para sus habitantes, que las personas tengan posibilidades de acceder a una mayor oferta de servicios de salud y educativos, o que, en general, nos integremos más como país. Asimismo, el viernes, escribimos sobre cómo, según el Índice Global de Competitividad, el principal obstáculo que enfrenta una empresa para hacer negocios en el Perú es la burocracia y sobre las reformas que deberían implementarse para remover esta traba.

La tremenda importancia de solucionar estos dos problemas se ve reflejada en el “Ranking de las ciudades más vivibles del Perú”, recientemente publicado por “Perú Económico”. Este analiza las ciudades más pobladas de cada región para determinar cuáles son aquellas en las que se puede vivir mejor sobre la base de ocho indicadores: estabilidad política, desarrollo económico, actividad empresarial, calidad de vida, medio ambiente y desastres, infraestructura y conectividad, y, por último, nivel de seguridad y modernidad. El ranking ubica a Lima, Arequipa, Trujillo, Ilo y Chiclayo como las cinco ciudades (en ese orden) más “vivibles” en el Perú y coloca al fondo de la tabla a Huancavelica, Bagua, Pucallpa y Huánuco.

¿Cuáles son las principales características que tienen en común las ciudades en las que se vive peor? Pues precisamente falta de conectividad por ausencia de infraestructura y la ausencia de actividad empresarial (que en buena parte se explica por las barreras que establece el Estado).

Huancavelica y Bagua (las ciudades menos “vivibles”), por ejemplo, tienen las peores puntuaciones en los rubros que evalúan la calidad de la infraestructura vial, de agua y saneamiento, de electricidad y cobertura de telefonía. El ranking, además, resalta la falta de aeropuertos o vuelos comerciales a estas ciudades. Huánuco también se caracteriza, según este estudio, por tener una de las peores calificaciones en conectividad.

Por otro lado, las siete últimas ciudades del ranking solo lograron entre 1 y 2 puntos sobre 10 en el rubro actividad empresarial, que evalúa la cantidad de microempresas y pequeñas empresas que existen en la ciudad, así como el número de empresas top que se ubican en la misma. Esto era de esperarse, pues hay indicios de que en varias de esas ciudades es donde más barreras existen para la inversión. Por ejemplo, en el 2007 el IFC realizó un estudio que evaluaba las trabas para obtener licencias de funcionamiento impuestas por 65 gobiernos locales de distintos lugares de América Latina y el Caribe.

Mientras que Lima ocupaba el primer lugar, Cajamarca ocupaba el puesto 41, lo que muestra que en la primera ciudad la burocracia impone muchas menos trabas que en la segunda, por lo que no sorprende que Lima obtenga la segunda más alta calificación en el rubro actividad empresarial del ranking publicado por “Perú Económico”, mientras que Cajamarca obtiene la más baja. Otro ejemplo de este fenómeno es la ciudad de Pucallpa. El ranking de las ciudades más vivibles indica que su bajo puntaje en actividad empresarial se debe a que la mayor parte de los productos proviene del contrabando, el cual, como es conocido por todos, se produce cuando el costo de comerciar formalmente es demasiado alto.

Así, el ranking ofrece pruebas adicionales a las ya conocidas de que la deficiencia de infraestructura y las barreras burocráticas son dos de los principales obstáculos para mejorar la calidad de vida de la mayoría de peruanos. No nos dejemos engañar por quienes piensan lo contrario, pues, para muestra, sobran los botones.




Regiones e inversión privada

Regiones e inversión privada

El enfrentamiento entre el gobierno regional de Cajamarca, encabezado por Gregorio Santos, y el gobierno central, ha dejado una gran huella en el historial de conflictos sociales de nuestro país y ha dejado en evidencia, una vez más, el creciente rechazo hacia la empresa privada.

En estos tiempos de gran convulsión social, con conflictos latentes o en pleno desarrollo alrededor de todo el país, es fácil crear un estereotipo facilista de que todas las regiones (fuera de Lima y la provincia constitucional del Callao) están en contra de cualquier inversión privada.

Sin embargo, sí existen regiones que no solo están abiertas a este tipo de iniciativas, sino que incluso buscan atraerla mediante publicidad y otros incentivos. Preguntamos a nuestros seguidores cuáles creían que eran las regiones más comprometidas con esta tarea.

Sorprendentemente, los resultados son muy variados. Al parecer, los votantes están convencidos que varias regiones impulsan iniciativas privadas.

Arequipa (28%) y La Libertad (24%) lideran los resultados. En el segundo caso, el éxito del proyecto Chavimochic y la recuperación de las grandes azucareras en manos de empresas privadas son una evidencia clara.

Sorprende el número de votos por Cusco, una región que ha protagonizado varias protestas en contra del proyecto Camisea (por ejemplo, la exportación de gas a México). Sin embargo, también se han planteado proyectos interesantes, como el aeropuerto de Chincheros.