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¿Cómo podemos aprovechar nuestro bono demográfico?

¿Cómo podemos aprovechar nuestro bono demográfico?

La organización de las Naciones Unidades (ONU) ha definido lo que se conoce como “bono demográfico” a  la situación en la que la población en edad de trabajar, entre 15 y 65 años, es mayor al 55% de la población total. ¿Cuál es la situación en el Perú? El ratio actual es de 60%, sin considerar los peruanos que viven en el exterior; esto determina que la economía disponga de una gran  oferta laboral para acelerar el crecimiento. El envejecimiento de la población seguirá siendo moderado hasta aproximadamente el año 2050, cuando el peso de los adultos mayores supere al de los jóvenes. Así, junto a Bolivia y Venezuela, Perúposee el bono demográfico más largo de Sudamérica. Este nuevo escenario, bajo el cual la mayor parte de la población se encuentra en su etapa productiva,  favorece el ahorro y la inversión y con ello el desarrollo duradero, pero también plantea algunos retos. 

Según las proyecciones del banco HSBC en su informe “El Consumidor en el 2050”, la PEA en el Perú crecerá 40% adicional entre el 2012 y el 2050.Ello representa un aumento de más de 6,4millonesde jóvenes que trabajarán o buscarán trabajo en estos 37 años. ¿Cómo será capaz nuestra economía de absorber toda esta mano de obra ávida de empleos de calidad? La respuesta está en lo que en Lampadia hemos denominado Los Triángulos del Futuro:

1.       El aprovechamiento de nuestro total potencial productivo, que es aún lejano por el abandono casi total del sector forestal, las trabas a los proyectos mineros en marcha, la nula capacidad para haber incrementado la cartera de nuevos proyectos mineros, las trabas en la inversión energética, entre otros.

2.       El desarrollo de capacidades en instituciones, infraestructuras y educación-salud. En este último punto, la política pública tiene amplio campo para adaptarse a las nuevas necesidades de la población joven que es parte de este bono demográfico. Una verdadera reforma educativa que apunte a lograr mejoras sustantivas en la competitividad de nuestro capital humano, tal como sucedió en economías que aprovecharon su bono demográfico como Corea y Taiwán, es de vital importancia. Asimismo, la educación superior debe adaptarse a las demandas futuras del mercado laboral, teniendo en cuenta los sectores donde se encuentra nuestro potencial productivo. 

3.       El perfeccionamiento del clima de inversión. De forma más específica, se requiere el diseño y aplicación de estrategias de capacitación laboral y desarrollo de habilidades  para la promoción del empleo, especialmente entre los jóvenes y adultos jóvenes. Con ello, se estará apuntando hacia un shock de productividad en este segmento que será el soporte de nuestro aparato productivo en los siguientes años.

4.       Finalmente, una juventud numerosa, con mayor educación y con altas expectativas sobre el futuro que no encuentre posibilidades de empleo puede constituirse en un factor de inestabilidad política y social. Por ello, se requiere una gobernanza que no pierda de vista, por la coyuntura política del día a día, los retos del mediano y largo plazo para aprovechar al máximo la oportunidad de nuestro bono demográfico.

El bono demográfico es otro de los aspectos favorables al crecimiento de nuestra economía, así lo destaca el HSBC en el documento mencionado. Como en todo lo demás, este factor, por sí mismo, no es suficiente para el logro del bienestar general, pero no se puede negar su aporte, sobre todo si es aprovechado con una buena gestión pública.




El reto de los economistas peruanos ante el bicentenario

El reto de los economistas peruanos ante el bicentenario

La izquierda tradicional suele difundir la equivocada idea de que el camino al desarrollo se encuentra a través de políticas activas del Estado para impulsar una “industrialización” en el sector manufacturero. Sin embargo, los dos países que encabezan el Índice de Desarrollo Humano son Noruega (1°) y Australia (2°), países que se caracterizan por sus extensas industrias extractivas, y que explotan y exportan más recursos naturales que el Perú.    

En efecto, en Noruega, solo la extracción de petróleo representa el 23% del PBI y, sus exportaciones de crudo y productos minerales, alcanzan al 55% de sus exportaciones.En Australia, la exportación de minerales metálicos y no metálicos y combustibles, representa el 65% de las exportaciones, mientras que las exportaciones agropecuarias alcanzaron el año pasado una participación de 13%. Sin embargo, en estos países no existe la “enfermedad holandesa”, tan mentada por la izquierda para contraindicar la promoción de la inversión privada en estos sectores.

A diferencia de lo que se observa en países como Noruega, Australia, Canadá y muchos otros países que están logrando progresar y desarrollarse utilizando como palanca la explotación de recursos naturales, en el Perú aún nos mantenemos en niveles de producción que están muy por debajo de nuestras capacidades potenciales. Así por ejemplo, en el 2012 ocupamos el décimo lugar en el ranking de los países con mayor extensión de bosques, con 68 millones de hectáreas (ha) y 17 millones de ha de bosques naturales capaces de producir madera sosteniblemente; sin embargo, nuestras exportaciones madereras apenas alcanzaron los US$ 470 millones, mientras que Chile -un país que no tiene bosques naturales- exporta cerca de US$ 6 mil millones. El potencial de desarrollo del sector forestal en el Perú debería ser del orden de cinco veces el de Chile, y constituye un buen ejemplo de la una magnífica oportunidad que se está desperdiciando para generar una producción forestal de más de US$ 25,000 millones anuales, dando empleo de calidad a toda la población de la selva y a buena parte de la sierra (ver: ¿Cómo impulsar el desarrollo en la selva?).

La eventual disminución de ingresos por exportaciones que se registró el año pasado-dada la disminución del nivel de precios- hubiese podido ser largamente compensada por el quantum; es decir, el mayor volumen de producción que exportaríamos si desarrollamos nuestros recursos con el propósito de acercarnos a nuestro verdadero potencial, seguramente el triple de nuestra producción actual. Y es que habida cuenta de los años perdidos en los 60, 70 y 80, cuando la economía estuvo prácticamente cerrada a la inversión para la explotación de recursos naturales, ya sea en madera, minerales o pesca, ya es el momento de diseñar políticas inteligentes que permitan acelerar la explotación racional de nuestros recursos naturales, y cerrar las brechas económicas y sociales que  generamos durante esos 30 años de políticas anti-inversión privada.

Según el IPE (Instituto Peruano de Economía), si desarrolláramos la cartera de proyectos mineros, que suma US$57,500 millones, muchos de los cuales se encuentran paralizados, se generarían 2.37 millones de empleos estables, el PBI crecería adicionalmente en US$44 mil millones, las exportaciones en más de US$30 mil millones anuales y los ingresos fiscales en S/.25 mil millones cada año. Es evidente que con estos recursos podríamos construir muchos hospitales, postas, escuelas y  carreteras, así como aumentar las remuneraciones de los servidores públicos.

El reto que tienen los economistas peruanos en el siglo XXI, ojalá antes del bicentenario,  ya no está centrado en el desarrollo de modelos macroeconómicos para controlar la inflación y los equilibrios agregados. Ahora el reto está puesto en pensar en términos de estrategias de desarrollo sostenibles que permitan la creación de un ambiente regulatorio y de negocios, que nos ayude a alcanzar el, aún lejano potencial productivo, sin llegar a caer en la “enfermedad holandesa”, corrupción, estancamiento de otros sectores, privilegios para una oligarquía, concentración del ingreso o dependencia, propiciando el encadenamiento de nuestras actividades primarias, con el sector industrial y de servicios. La evidencia sugiere que esto se logra con mercados y democracia y mucha comunicación.Una mirada desapasionada a la economía nos debería llevar a encontrar en la explotación racional de nuestros recursos naturales la gran “ventana de oportunidad” para el desarrollo integral del Perú.




Crecimiento y mercado derrotan la pobreza y el hambre

Crecimiento y mercado derrotan la pobreza y el hambre

Es ya conocido que el meteórico crecimiento económico que ha gozado el Perú en la última década ha sido sustancial para reducir la pobreza y que lo ha logrado de una manera más que satisfactoria. No en vano, en la última asamblea general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) el secretario general de la ONU, nos felicitó por ser “una de las dos naciones que más ha avanzado en el cumplimiento de las metas del milenio”. 

Hay quienes cuestionan nuestro desempeño y argumentan que nuestras altas tasas de crecimiento y reducción de la pobreza son solo cifras y estadísticas que no se traducen en una verdadera mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Los números, sin embargo, dicen lo contrario. Veamos por ejemplo el primer objetivo del milenio, erradicar la pobreza extrema y el hambre. Una de las metas consiste en reducir la pobreza extrema a la mitad para el 2015. En Perú porcentaje de personas en situación de pobreza extrema se redujo de 23% a 6% entre 1991 y 2012.

Otro indicador de bienestar de suma importancia que corresponde al mismo objetivo es la desnutrición infantil. La reducción en la tasa de niños en situación de desnutrición ha superado expectativas.Entre 1991 y 2011 la tasa de niños con peso por debajo del normal para su edad pasó de 8.8% a 4.1%, habiendo alcanzado ya la meta planteada por la ONU de 4.4% para el 2015. Más impactante aún es la disminución del porcentaje de menores de cinco años con desnutrición crónica. Del 1991 al 2012 bajó de 37.3% a 18.1%. Este notable progreso llama aún más la atención cuando se tiene en cuenta que la meta fijada por la ONU es de 18.7% para el 2015.

Es cierto que aún tenemos retos por superar. Por ejemplo, la reducción en desnutrición crónica no ha sido homogénea entre el área urbana y el área rural. A pesar de que ha habido mejoras en los indicadores de nutrición en el área rural, sigue siendo necesario integrar al mercado a los sectores de la población rural que aún están desconectados. En lugar de esto, el gobierno ha optado por estrategias asistencialistas que sacian el hambre en el corto plazo pero no “enseñan a pescar. Una propuesta alternativa es la de Sierra Productiva, que busca desarrollar las capacidades de la pequeña producción campesina. Mediante esto se ayuda a los campesinos a mejorar su productividad, garantizando su seguridad alimentaria y permitiéndoles pasar de una economía de subsistencia a una economía emprendedora, en la que están integrados al mercado.

La mejora significativa del bienestar de los peruanos es visible por donde se vea. En el objetivo 4, reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años, se propone reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años en dos terceras partes para el 2013. De 1990 a tal año el Perú redujo su tasa de mortalidad de niños menores de 5 años en 67.9%, más que cualquier otro país de la región, y fue el primer país de Sudamérica en alcanzar esta meta. De la profunda crisis económica y social en que nos dejaron décadas de gobiernos populistas, el crecimiento sostenido que empezó en los noventa nos ha llevado a recortar brechas significativamente y estar a la par del resto de economías de la región.

Estos logros son motivo de orgullo para todo el país y deben ser aplaudidos. Hay quienes reniegan del modelo económico distorsionan la realidad para proteger sus intereses y niegan que nuestro país esté cada vez mejor. Sin embargo, es un hecho que el crecimiento ha llevado a una increíble mejora en nuestros indicadores sociales: tomemos este ruido como señal de que avanzamos.




Este es el momento de reformar el canon

Este es el momento de reformar el canon

En un artículo previo publicado en Lampadia explicamos que los crecientes recursos públicos (no esperados) recibidos por los gobiernos subnacionales en calidad de canon, debido al gran impulso que ha tenido en los últimos años la actividad minera en el país, ha generado fuertes desbalances entre las circunscripciones productoras y no productoras, al punto que el 60% del canon total se concentra en distritos de solo 16 provincias. Existen disparidades dentro de los mismos departamentos productores -en Pasco un distrito productor recibe un ingreso per cápita 106% mayor que un distrito no productor-, al tiempo que la mayor afluencia de estos recursos han incrementado la presión para gastar con una deficiente planificación; en otros casos se registró una baja ejecución con una creciente acumulación de saldos de balance -que ascendieron a S/. 4,162 millones a diciembre de 2012-, y una elevada fragmentación de la inversión local, además del descontento social de las circunscripciones que no reciben canon.

Como se aprecia a continuación, en la actualidad el canon sigue un esquema de reparto en capas que prioriza fuertemente a las zonas productoras: 

Esto quiere decir que un distrito productor como San Marcos, que alberga a la compañía minera Antamina, recibe un 10% del canon total generado por esta mina (50% de su IR) por ser distrito productor, más parte del 25% a ser repartido entre todos los distritos de la provincia de Huari, más una participación sobre el 40% a ser repartido entre todos los distritos del departamento de Ancash. La participación que San Marcos obtendrá por ser parte de la provincia productora y del departamento productor dependerá de los factores de asignación provincial y departamental construidos sobre la base de su población y el Indicador de Necesidades Básicas Insatisfechas. Así, este año este distrito se benefició en neto con el 14,4% del canon repartido en Ancash.

La problemática mostrada indicaría la necesidad de ir hacia una reforma que apunte a mejorar la distribución relativa al interior de los departamentos productores, de forma que se logren mayores niveles de equidad dentro del ámbito territorial productor y se asegure una mayor participación de los distritos más pobres. Pero se debe ponderar las restricciones de naturaleza constitucional, política y social que existe en torno a la distribución del canon, por lo cual la reforma no debería ampliarse para distribuir estos recursos más allá del propio departamento productor.

Consideramos conveniente elevar la participación de los gobiernos regionales a 25%, ya que es la instancia sub-nacional con la capacidad de articular la planificación del desarrollo a nivel departamental -por el alcance territorial de sus funciones-, y adecuar el equilibrio territorial y político entre los diferentes gobiernos locales. El nivel regional cuenta con mayor facilidad para ejecutar proyectos de envergadura alineados a las políticas nacionales y demandas territoriales -de impacto interdistrital- aprovechando economías de escala. Así por ejemplo, en promedio la inversión por proyecto de los gobiernos regionales es de S/. 5 millones mientras este monto asciende a S/. 1,1 millones para el nivel distrital. El distrito productor debería mantener un porcentaje fijo de asignación, no solo por consideraciones políticas, sino también económicas, pero reduciendo su participación global para desconcentrar las transferencias. Lo mismo debe suceder con la segunda capa, a ser distribuida entre los distritos (productores o no) localizados en la provincia productora. De esta forma, se liberalizarían mayores recursos concentrados en los distritos cercanos a la zona productora para ser repartidos dentro del ámbito departamental. La construcción de fórmulas de reparto interdistrital del canon que incorporen factores que potencien la compensación por capacidad fiscal, necesidades de gasto o niveles de pobreza redundarían en una significativa mejora de la eficiencia asignativa y con ello también se optimizarían los niveles de ejecución.

El tema de la reforma del canon es complejo por las múltiples dimensiones que abarca la distribución, uso, manejo y ejecución de las rentas generadas por las industrias extractivas (en un contexto descentralizado), así como las consideraciones constitucionales y políticas en torno al canon, y los problemas adicionales de la alta volatilidad de estos recursos. Sin embargo, en relación a la distribución de los recursos, el Gobierno podría aprovechar la actual coyuntura para implementar una reforma que apunte a una mayor equidad. Es el momento, tomando en cuenta que el canon minero del presente año ya fue repartido y el MMM 2014-2016 considera una reducción estimada de cerca del 10% para el canon minero del 2014.




Picasso: Las personas pasamos, las instituciones quedan

Picasso: Las personas pasamos, las instituciones quedan

Consideramos que el siguiente discurso de José Picasso, Presidente de Volcan Compañía Minera, en la XXXI Convención Minera de Perumin, contiene un análisis interesante sobre la realidad nacional que creemos bueno compartir con nuestros lectores.

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En el Perú no hay ninguna crisis

En el Perú no hay ninguna crisis

En la siguiente entrevista del diario Gestión, Liliana Rojas, investigadora principal del Centro de Desarrollo Social, señala que en el Perú no hay ninguna crisis como en otras regiones del planeta. Resalta las fortalezas de la economía peruana y, por el contrario, alerta de los problemas que enfrenta Brasil. Sin embargo deja en claro que nuestro país tiene que avanzar a resolver en la Agenda Pendiente en educación, salud, instituciones, infraestructuras, para sostener el crecimiento en el mediano y largo plazo.

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Brasil rumbo a Perú 2014

Brasil rumbo a Perú 2014

En una reciente declaración realizada durante su visita a Lambayeque, el presidente Ollanta Humala enfatizó la importancia de la política social para el gobierno y señaló que el crecimiento económico no era lo más importante. Esto resulta preocupante, pues declaraciones como esta dan da pie a que se descuiden las políticas que promuevenel crecimiento o peor aún, que se lleven a cabo políticas erradas que terminen por desalentarlo.

Más aún, si el gobierno hace énfasis en el desarrollo social, resulta de vital importancia no descuidar el crecimiento de la economía.El crecimiento económico es esencial para la reducción de la pobreza. Después de décadas de proteccionismo y atraso, la liberalización de la economía, que permitió el aumento de la inversión privada, redujo significativamente la pobreza y la desigualdad. Entre los años 2002 y 2010 la pobreza cayó en el Perú en alrededor de 23 puntos porcentuales y hay estudios que muestran que el crecimiento económico explica el 75% de la reducción de la desigualdad económica.

Imagine usted que para saciar el hambre visita su pizzería favorita y comparte con un amigo una pizza chica. Seguramente disfrutará la comida, pero es poco probable que salga con el estómago lleno. Imagine, por el contrario, que su amigo y usted piden una pizza tamaño familiar.Sin importar cómo la distribuyan, en la mayoría de casos ambos saldrán más que satisfechos. La razón es obvia: mientras más grande sea la pizza mayor será el tamaño de la tajada. Ver artículo: Del cuero salen las correas.

Del mismo modo, una economía más grande y robusta lleva a una mejor situación para los ciudadanos. Con crecimiento económico hay una economía más grande que, a la larga, termina beneficiando a todos. Incluso en presencia de un crecimiento desigual, que requiera llevar a cabo inversiones que permitan sacar provechoa los menos favorecidos, una economía más grande significa que habrá más recursos para llevar a cabo estas políticas. En otras palabras, con crecimiento económico hay más pizza para repartir.

Ahora comparemos brevemente al Perú con Brasil. Nuestro país, a pesar de tener un menor nivel de gasto social como porcentaje del PBI, ha logrado reducir la pobreza mucho más rápido que nuestro vecino, cuya relación entre gasto social y PBI es mucho más alta. Para muestra un botón: entre 1999 y 2009 Brasil ha tenido un gasto social equivalente al 23% de su PBI y ha reducido la pobreza extrema, definida como la población que vive con menos de un dólar por día por persona, de 5.7% a 3.6%; mientras que el Perú, con un gasto promedio de 9.3% del producto ha reducido la pobreza extrema de 6.2% a 1.6%. Esto es una reducción de la pobreza muchísimo más grande que la de Brasil y con solo una fracción de la inversión. No dejen de releer: Luces y sombras de la visita de Lula al Perú.

A pesar del mayor gasto social de Brasil con respecto al Perú, nuestros resultados en reducción de pobreza son largamente superiores. En contra de lo aseverado por Lula, lo que está detrás de esto es que el Perú ha crecido más de 6% anual promedio, mientras que Brasil no llega al 4%.

Por lo anterior, resulta primordial que el gobierno no deje de alentar la inversión privada y generar confianza, pues solo así podremos mantener el ritmo de crecimiento económico de los últimos años y cumplir con la agenda pendiente en educación, salud e infraestructuras. Según cifras del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), el año pasado la inversión representó el 26.7% del PBI y la inversión privada 21.5%, todo un record.El reciente reconocimiento al país por el cumplimiento anticipado de los ODM (Objetivos del Milenio) debería ser un llamado a seguir creciendo. 




Eros y Tanatos

Eros y Tanatos

El Perú Real y el Perú Oficial vibran con diferente frecuencia. Así ha venido siendo en los últimos tiempos, pero la disonancia en que ahora se encuentran nuestros dos mundos es el anuncio de una profunda crisis que debemos para en seco.

El Perú Real, el de los ciudadanos y empresas, el de la gente común o de a pie, como quiera llamársele, sigue avanzando. Nuestra economía sigue creciendo, su influencia llega prácticamente a todo el país, como lo muestra Richard Webb en su último libro, Conexión y despegue rural. Después de haber superado la auto infligida recesión de  1998, durante los últimos 10 años, hemos iniciado un ciclo virtuoso que nos ha permitido avanzar en paralelo en los indicadores económicos y sociales a un ritmo sin precedentes. Hemos creado futuro para los peruanos.

Lamentablemente en el Perú Oficial, solo hay retroceso y deterioro. No solo se generan escándalos de corrupción, como con el desastre de Toledo y los comportamientos disfuncionales de una serie de congresistas, ya sea con los pollos, el oro, los cables, la apropiación ilícita de los ingresos de terceros, o la penetración de los agentes del narcotráfico; también se ha desatado una auto destructiva guerra de guerrillas entre los distintos estamentos de la política nacional.

El gobierno, pésimamente asesorado por un gabinete muy débil, inició y reiteró una actitud agresiva con buena parte de la oposición. Los sectores radicales, liderados por los antiguos colaboradores del gobierno, disparan misiles de profundidad contra la gobernabilidad y el modelo económico y, finalmente, la oposición, pierde la compostura y entra en el jueguito de todos contra todos en términos muy inadecuados.

Todo esto configura un escenario que solo puede llevar a una crisis generalizada, que puede incapacitarnos más allá de lo que podemos imaginar. Como no hay ninguna reacción contra esta especie de suicidio, desde ese mundo político, en uno de los mejores momentos de prosperidad en la vida nacional, no queda otra cosa que alentar a los ciudadanos, ojala desde las redes sociales, a gritar ¡basta!

¿De qué sirven los diálogos, si al mismo tiempo se torpedean las relaciones con los líderes de la oposición? ¿De qué sirven los buenos propósitos, si al mismo tiempo se descalifica al gobierno?

Es momento de llamar al orden. Aprovechemos una gran noticia que ha pasado casi sin destacarse: El Perú, según el Secretario General de las Naciones Unidas, es uno de dos países que han alcanzado los Objetivos del Milenio (ODM), tres años antes del plazo establecido en el año 2000.

Señores del gobierno, de la oposición y negacionistas radicales, este mérito es del país en su conjunto, no le pertenece al gobierno actual o al anterior y no puede ser negado por intereses pequeños del quehacer político.

Balance e inventario: El Perú ha agarrado viada hacia el bienestar, nadie tiene el derecho de descarrilarnos.




Focalización: un atentado contra la igualdad

Focalización: un atentado contra la igualdad

Chile es un país más rico y más desigual que el Perú. El siguiente artículo escrito por Claudia Sanhueza y Fernando Atria en el blog “Conversando sobre políticas sociales” que Sanhueza publica en La Tercera, se analiza la situación de un país que ha hecho grandes esfuerzos por desarrollar el paradigma de la focalización para reducir la desigualdad. Sin embargo, su análisis desafía el concepto tradicional que se tiene de la focalización como modelo de intervención pública. Resulta muy interesante poner en contexto este análisis en el Perú, ya que en los en los últimos años se han creado programas e incluso ministerios sobre el paradigma de la focalización como mecanismo de convergencia y reducción de brechas sociales. (LAMPADIA). 

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Crecimiento permite notables avances en ODM

Crecimiento permite notables avances en ODM

A pesar de que el Perú es en la actualidad uno de los pocos países que ha logrado cumplir anticipadamente algunos de Los Objetivos del Milenio (ODM),la señora Rebeca Arias del PNUD le baja la llanta a los logros alcanzados por nuestro país contradiciendo la evidencia mostrada por el INEI, CEPAL, y el BID en lo relacionado a reducción de la desigualdad. 

Es un logro importante que nuestro país haya tenido éxito en reducir dramáticamente los indicadores de pobreza, mortalidad infantil, y desnutrición, entre otros. El Perú se había comprometido a disminuir la pobreza y la pobreza extrema a la mitad de los niveles registrados en 1991 para el año 2015; es decir, a tasas de 27.3% y 11.5%. Esta meta se ha cumplido con creces antes del “deadline”, ya que al 2012 la pobreza total alcanzóel 25.8% y la pobreza extrema el 6% de la población. Igualmente, al 2012 la desnutrición crónica se redujo en el área urbana un 62% mientras que en las zonas rurales -más alejadas del mercado-, un 32%. Lo destacable es que el milagro económico peruano, que sorprende al mundo con sus altas tasas de crecimiento del PBI y de inversión privada e inclusión social, se ha dado en un proceso sostenido de reducción de la desigualdad, algo que Rebeca Arias, coordinadora residente del PNUD, también debería destacar.

Además sorprende que El Comercio, en vez de destacar tremendos logros, enfatice en un titular que el Perú es un país desigual, desnaturalizando una noticia que debería alegrarnos.En Lampadia ya hemos explicado que en un contexto comparado, el Perú es uno de los países con más éxito en reducir la desigualdad, al pasar de tener un coeficiente de GINI de0.545 en 1,999 a uno de 0.45 para el 2,012, según datos del INEI y de la CEPAL. ¿Cuándo vamos a aprender a informar a la opinión pública sobre los logros de nuestro país con objetividad y sin meterle cabe a nuestro modelo de desarrollo?

El crecimiento económico experimentado en los últimos 15 años por el Perú no solo ha sido solo pro pobre y ha reducido la desigualdad, sino que se ha llegado a la situación de que sean los pobres los que más se beneficien. Así, de acuerdo al BID, entre el 2005 y el 2011, el crecimiento de los ingresos de la población fue mayor en los deciles más pobres, los del 1 al 5, mejoraron en promedio en 10.9%, mientras que los menos pobres lo hicieron en 7.8%, ¿Dónde está la desigualdad?

Rebeca Arias se equivoca también al enfatizar la importancia de JUNTOS, ya que varios estudios reseñados en notas anteriores dan cuenta de que este programa solo explicó un cuarto de la reducción de la desigualdad, mientras que las fuerzas del mercado y el crecimiento económico explicaron el 75% de la mejora en la distribución del ingreso y el consumo.

Los reconocimientos a los logros del Perú no nos inhiben de plantear la necesidad y urgencia de que afrontemos cuanto antes, y con la mayor dedicación posible, una agenda pendiente en reformas vitalesen educación, infraestructuras e instituciones para la construcción de un mejor futuro para todos y seguir mejorando la igualdad de oportunidades.




¿Qué hacemos con el canon?

¿Qué hacemos con el canon?

Existe un cuestionamiento en relación a los criterios óptimos que deberían guiar una distribución adecuada de los ingresos provenientes de las industrias extractivas, como el canon, en un contexto de descentralización. En el Perú, el canon se reparte solo al interior de los departamentos productores, priorizando a los distritos donde se explota el recurso natural.

La priorización del principio de proximidad geográfica tiene sustento legal en el artículo 77° de la Constitución Política, que establece que las circunscripciones donde se explotan recursos naturales deben recibir una participación “adecuada” del total de los ingresos y rentas obtenidos por el Estado en la explotación de dichos recursos en calidad de canon. Igualmente, tiene un sustento económico, en la medida en que la explotación de recursos naturales genera costos en los distritos donde se realizan dichas actividades, por la mayor demanda de infraestructura pública y generación de externalidades como inmigración y riesgos de contaminación. Además, el canon se justifica en la medida en que permite a las localidades productoras intercambiar dichos recursos por infraestructura y capital productivo para mantener la sostenibilidad económica de dichas zonas una vez agotados los recursos no renovables.

Debido al fuerte incremento de los precios de los commodities experimentado en los últimos años, los gobiernos subnacionales recibieron importantes recursos públicos provenientes del canon y regalías, al tiempo que las finanzas públicas de los gobiernos regionales y gobiernos locales evidenciaban aún una incipiente capacidad de gestión. Este fenómeno generó desbalances, al punto que durante el año pasado sólo 16 provincias concentraron el 60% del total repartido a nivel distrital, mientras que el restante 40% se repartió entre 179 provincias. Dos distritos: Echarate y San Marcos, en Cusco y Ancash respectivamente, acumularon el 10% del canon. Echarate recibió  S/. 464 millones.

Las disparidades se mantienen dentro de cada departamento. Por ejemplo, en el  Cusco, el segundo con mayores ingresos, un distrito no productor recibe un ingreso per cápita 72% menor que un distrito productor. En el caso del departamento de Pasco, dicha diferencia llega al 106%.

Por otro lado, los incrementos del canon aumentaron la presión por gastar, lo cual llevó a una baja calidad de ejecución y, al mismo tiempo, a acumular saldos no ejecutados. En el 2012 los saldos por canon ascendieron a S/. 4,162 millones, de los cuales S/. 3,277 millones (79%) correspondían a los gobiernos locales y S/. 884 millones a los regionales (21%).

Los problemas se agudizan por la elevada fragmentación de la inversión local, los pocos incentivos para la coordinación entre circunscripciones y la baja correlación de la tasa de pobreza con las transferencias per cápita recibidas a nivel nacional. Estos argumentos se complican por el riesgo de financiar gastos esenciales con una fuente volátil, dada su naturaleza.

Esta problemática requeriría una reforma que genere una distribución más equitativa, que considere las obvias restricciones de naturaleza constitucional, política y social existentes. Por ello, ésta tiene que ser muy cuidadosa y conversada, tomando en cuenta que la solución completa de este problema requeriría una reforma paralela del sistema de transferencias, así como la mejora en la calidad del gasto.

También sería adecuado que el MEF diseñe un mecanismo de estabilización del canon, como puede ser un Fondo de Estabilización, que establezca un ahorro de uso contingente y permita estabilizar los proyectos interanuales.




La izquierda sin caretas

La izquierda sin caretas

No a la Alianza del Pacífico, no a la Constitución del 93, no al modelo económico, no a Castilla. Sin caretas, la izquierda ataca nuestro proceso de desarrollo por aire, mar y tierra. El menor crecimiento económico por la caída de la confianza ciudadana y el descenso de la popularidad presidencial han reavivado las ambiciones políticas de la izquierda agrupada FRENAIZ, que insisten en un cambio de modelo económico, en el relevo de Miguel Castilla y la alucinación de que dirigentes izquierdistas retornen al régimen que critican desde el día en que fueron licenciados. Sin temor a equivocarnos, se puede afirmar, que buscan un cambio de timón gubernamental, porque creen que el gobierno de Humala es “un espacio en disputa”.

Para alcanzar sus objetivos se le imputa a Castilla la responsabilidad del menor crecimiento no obstante que todas las encuestas nos indican que la desaceleración se explica fundamentalmente por una dramática caída de la confianza.Lo acusan de la disminución del canon, pero sabemos que la causa está en la reducción de los precios de los metales.

La izquierda se ha propuesto magnificar todos los problemas y escalarlos a niveles de crisis. Aquí en el Perú al menor crecimiento quieren llamarle crisis. Y, a pesar de que Estados Unidos se recupera, Europa se estabiliza y China se ajusta convenientemente, siguen hablando de crisis y nos pintan un apocalipsis, porque explotamos nuestros recursos naturales. Confunden la estructura de las exportaciones con la participación de los sectores primarios en el PBI. Nos dicen que exportamos piedras pese a que nuestra industria ha crecido siete veces, las exportaciones no tradicionales se han multiplicado en más de 200% en la última década y como dice Richard Webb, la economía peruana se está diversificando a todo galope. Los argumentos económicos no importan, juegan con las fotos y esconden las películas, los procesos de avance del país. Solo vale la ideología y la búsqueda del poder.

Exigen la renuncia del Ministro Castilla. Alucinan a Félix Jiménez, con el mamotreto de la Gran Transformación, sentado en el despacho, pero el Perú ya no es la ficción con la que construyen sus ilusiones. Exigen el cambio de la Constitución, porque saben que el modelo constitucional ha desterrado al estado empresario y representa el marco jurídico sobre la cual ha prosperado la economía de mercado, permitiéndonos reducir la pobreza y la desigualdad sin precedentes en la historia.

Asimismo enfilan contra la Alianza del Pacífico contraponiéndola con la CAN, el Mercosur, Unasur y CELA, porque  en esta alianza se reúnen México, Colombia, Chile y Perú, las cuatro naciones con más apertura comercial, crecimiento y desarrollo, pero también con mayor estabilidad democrática a diferencia de los países bolivarianos, donde unos dictadorzuelos se han apoderado de sus respectivas sociedades en medio de colas, desabastecimiento y carencias de hasta  papel higiénico.

A la izquierda no le interesa el Perú. Solo vale la ideología y el interés partidario. Pero el problema histórico para ella es que el modelo que propone ya fracasó en el país en toda su magnitud entre los 60 y 80s, cuando el 60% de los peruanos se empobreció y Sendero Luminoso llegó a controlar un tercera parte del territorio.Tampoco aprenden de las experiencias de otros, ni de las buenas, ni de las malas. Como dice Fernando de Szyszlo, falta amor por el Perú.