1

Disputa pacífica de Chile y Perú

Disputa pacífica de Chile y Perú

Traducimos aquí el artículo aparecido en The Economist sobre el fallo de La Haya que pone fin al diferendo marítimo entre Perú y Chile. A Lampadia le parece relevante difundirlo por la neutralidad y desapasionamiento con que trata este episodio.

El 27 de enero la Corte Internacional de Justicia (CIJ) dictó sentencia en un caso presentado en el 2008 por Perú, el cual reclamaba alrededor de 38.000 kilómetros cuadrados de Océano Pacífico. Las horas previas a la sentencia, peruanos y chilenos estuvieron paralizados. En un fallo que parecía arbitrario, pero ampliamente justo, el tribunal permitió a ambas partes reclamar la victoria.

La disputa se remonta a la Guerra del Pacífico (1879-1883), un conflicto por el control de la industria salitrera en el desierto de Atacama, en el que Chile derrotó a Perú y Bolivia, y se anexó la provincia costera de Antafogasta (Bolivia) y las provincias peruanas de Tacna, Arica y Tarapacá. Chile tenía que organizar un plebiscito después de diez años en los que las poblaciones de Tacna y Arica decidirían qué país querían pertenecer. No pudo hacerlo, así que con la mediación estadounidense, en 1929 se adjudicó Tacna al Perú y Arica a Chile, fijándose la frontera terrestre entre los dos países. En la década de 1980, los diplomáticos de Perú comenzaron a argumentar que mientras que la frontera terrestre se resolvió, la frontera marítima no lo estaba. En virtud de la Declaración de Santiago de 1952, Chile, Ecuador y Perú acordaron límites marítimos nocionales de 200 millas. El acuerdo estaba dirigido, principalmente, a intimidar a los foráneos, en especial a la flota ballenera de Aristóteles Onassis. La frontera de facto corrió hacia el oeste de la frontera terrestre. Desde la costa forma un codo en la frontera, desbalanceando el noroeste de Perú, este límite era favorable a Chile. Perú pidió a la corte tres cosas: fijar un nuevo límite que corriera equidistante entre las costas de los dos países; que la frontera debe comenzar en Punta Concordia, donde la frontera terrestre golpea el mar, y no en el hito No 1, 250 metros al norte, y que se le confirme un “triángulo exterior ” de 29.000 kilómetros cuadrados que se ubica a más de 200 kilómetros al oeste de Chile, pero a menos de 200 millas de la costa de Perú.

La Corte Internacional de Justicia aceptó el argumento de Chile de que la Declaración de Santiago y las convenciones posteriores eran un acuerdo tácito sobre la frontera marítima, pero sólo durante las primeras 80 millas náuticas. (También aceptó que la frontera se inicia en Hito 1, como Chile afirma). Posteriormente, se aceptó la alegación del Perú, y dibujó un nuevo límite trazado ampliamente hacia el sur-oeste. Chile se aferró a sus aguas costeras, que contienen la mayor parte de los peces en la zona en disputa. Pero Perú ha ganado unos 21.000 kilómetros cuadrados de los 38.000 que disputaba, más el triángulo externo. Algunos peruanos se sintieron decepcionados con que la Corte Internacional de Justicia no aceptara la reclamación en su totalidad. Sin embargo, la ganancia más importante del país es más bien simbólica: por primera vez han ganado una batalla a Chile, y lo han hecho por la vía pacífica, legal y por medio de la diplomacia profesional. El hecho de que la sentencia sea menos mala de lo que muchos chilenos temían, a su vez debería hacer más fácil para el gobierno de Chile implementar el nuevo marco rápidamente.

El tribunal conminó a los dos países para fijar los límites exactos. A Perú le preocupa de que, como en el pasado, Chile arrastre los pies en la ejecución del fallo. En cambio, Chile insiste en que lo hará. Ahora ambos países deben seguir adelante. Los peruanos han considerado durante mucho tiempo a los chilenos como abusivos y arrogantes, mientras que los chilenos han visto peruanos como perpetuos revanchistas. Con suerte, las relaciones entre los dos países, que ya han mejorado en las últimas dos décadas, deben mejorar todavía más. Perú y Chile son socios en la Alianza del Pacífico, un bloque de libre comercio de los países de América Latina, el comercio y la inversión entre ambos ha aumentado. “El fin de la disputa”, dijo el presidente de Perú, Ollanta Humala, “nos permitirá comenzar una nueva etapa en nuestras relaciones con Chile”, de la cooperación y la amistad. Finalmente superar el legado de una guerra del siglo XIX es un premio para los dos países.




Alianza del Pacífico: dirección correcta

Alianza del Pacífico: dirección correcta

El Congreso peruano acaba de ratificar el acuerdo de la Alianza del Pacífico, en el que México, Chile, Colombia y Perú, se integran entre sí, estando ya integrados al mundo global y teniendo orientaciones políticas y económicas similares. Este nuevo bloque supone la eliminación de todas las barreras, pues establece la libertad de movimiento de productos, servicios, capitales y personas de los países miembros de este importante espacio económico.

A diferencia de las experiencias anteriores, que se inspiraban en la búsqueda de la protección comercial de sus miembros del resto de países del planeta, la Alianza del Pacífico se orienta a potenciar las capacidades comerciales de sus miembros, de cara al espacio global. La alianza ha avanzado con más rapidez que las experiencias previas que fracasaron en el intento, como los bloques de la Comunidad Andina de Naciones – CAN  y Mercosur que se caracterizaron más por su excesiva retórica política y muy pocos avances comerciales y económicos.

La Alianza del Pacífico reúne a países cuyas economías siguen creciendo a un buen ritmo a pesar del difícil contexto internacional, tienen menor inflación, deuda pública y déficit fiscal, en comparación con los países del Mercosur.

Las perspectivas de éxito de este bloque son tan auspiciosas que otras naciones han mostrado interés en participar como observadores (Canadá, Ecuador, El Salvador, España, Francia, Guatemala, Honduras, Paraguay, Panamá, Portugal, Uruguay, Australia, Japón, Nueva Zelanda y República Dominicana). Costa Rica ya ha sido aceptada como miembro pleno y Guatemala y Panamá han anunciado también su interés de incorporarse al bloque.

Roberto Abusada, uno de los principales impulsores de la apertura comercial peruana y de la propia Alianza del Pacífico, sostiene que la gran ventaja de este bloque es que tiene acuerdos comerciales con los países más industrializados del planeta y sus exportaciones e importaciones alcanzan el 60% de sus PBI, nivel superior incluso, al 51% de APEC. “Esto significa que no tienen costos económicos ni políticos con los vecinos que han conformado la alianza”, subraya.

Todo lo contrario, indica, sucede con el Mercosur (formado por Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela a punto de incorporarse), en el que cada país  maneja políticas económicas y comerciales dispares, políticas que se modifican o afectan de acuerdo a las recurrentes crisis económicas de sus integrantes. Abusada recordó que, cada vez que Brasil devalúa su moneda, la economía argentina se ve afectada y las autoridades gauchas reaccionan prohibiendo la importación de vehículos brasileños.

 

El gerente general de COMEX y ex ministro de Comercio Exterior, Eduardo Ferreyros, resalta que la Alianza del Pacífico es más que un TLC. Es un proceso de integración “vivo” que tiene entre sus objetivos unir las bolsas de valores, la homologación de las regulaciones, compras estatalese incluso acuerdos de doble tributación.

Ferreyros señala que la gran diferencia es que el Mercosur es un grupo de países que buscan una “´integración´ para cerrar sus fronteras al mundo”. “Tenemos un acuerdo de libre comercio con ese bloque. En el papel casi todos los productos peruanos están libres para entrar Brasil o Argentina, pero en la práctica existen una serie de barreras, autorizaciones y certificaciones, que hacen muy difícil el ingreso a esos mercados. Es muy diferente a lo que ocurre con los socios de la Alianza”, apunta.

Como se aprecia, mientras que el Acuerdo del Pacífico avanza viento en popa, el Mercosur parece tambalearse. El vicepresidente de Uruguay, Danilo Astori, manifestó días atrás (ver diario El País de España: Astori apuesta por la Alianza del Pacífico y denuncia “inacción” del Mercosur) que “al mercado común nunca llegamos; la unión aduanera está destrozada y la zona de libre comercio no funciona porque no hay libre tránsito de bienes y de servicios”.

A su vez El País de Uruguay, informó en su nota Industrias de Brasil piden más TLC ante Alianza del Pacífico, que la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP) solicitó la necesidad de liberar a Brasil del “chaleco de fuerza” del Mercosur. En el mismo sentido, la Confederación Nacional de Industrias de Brasil ha pedido “entrar totalmente en el juego mundial de buscar nuevas sociedades en el comercio mundial” y citó, como ejemplo, a la Alianza del Pacífico, al señalar que “reúne el 35% del PBI latinoamericano y más del 3% del comercio mundial”.

Como se observa las diferencias entre uno y otro bloque son abismales. Crecimiento económico, apertura comercial e inversión privada en la Alianza del Pacífico; trabas comerciales, proteccionismo e ineficiencias burocráticas en el Mercosur. La apertura comercial peruana es probablemente una de las reformas económicas más importantes de nuestra historia, entre otros muchos beneficios, permitió que el empeño y la creatividad de los peruanos lleve sus productos y servicios a competir con éxito en los mercados más exigentes del planeta, creando, al mismo tiempo, nuevas fuentes de riqueza. La Alianza del Pacífico ayuda a consolidar nuestra exitosa política comercial, no dejemos de resaltarlo y promoverlo entre todos nuestros ciudadanos.